La
pesadilla de tanton
«I've come to the point of view that for European-American
society and culture to persist requires a European-American majority, and a
clear one at that»: John
Tanton, Dec.
10, 1993
«And more troublesome, what about the less intelligent, who
logically should have less? Who is going to break the bad news [to less
intelligent individuals], and how will it be implemented?... I have no doubt
that individual minority persons can assimilate to the culture necessary to run
an advanced society but if through mass migration, the culture of the homeland
is transplanted from Latin America to California, then my guess is we will see
the same degree of success with governmental and social institutions that we
have seen in Latin America»: John
Tanton, Padre
del Movimiento Anti-inmigrante y la Literatura del Odio en Norte-América
1.
Fue un día muy activo, con mucha bilis derramada y estaba deseoso de echarse en
la cama y dormir profundamente. Anduvo con Roy Beck, director de Numbers
USA (también, compinche de andanzas y ex-empleado de la Fundación
U.S. Inc., del propio
John Tanton). Ellos dos son los que mantienen el racismo vivo en la nación de
Washington, Madison y Adams.
El viejo funcionario, el Dr. Tanton, es considerado el arquitecto principal de
la Ley Migratoria de 1924, que instituyó el sistema de cuotas y prohibió la
inmigración asiática a los EE.UU. Es anti-semita y en el decenio de los
Cuarenta fue vocero pro-Nazi de la Coalición Americana de Sociedades
Patrióticas, por lo
que fue acusado por violar las leyes de sedición en 1942.
«Sé que te quieres acostar, te veo esta noche soñoliento y fatigado. Voy a
cerrar bien toda tu casa. Pusimos mucha presión al condenar a los invasores;
había Mafia mexicana, velándonos, y judíos secreteándose cosas y no me gusta
que nos sintamos tan lirondos cuando alguien a quien ofreces una revista de
FAIR, como American Renaissance, en
tus propias narices la escupe, te la rechaza y riposta, como uno que te refiero: 'this is a racist,
pseudo-scientific magazine' y no la quiero», lo advierte, que
así le dijo.
«Pero, hombre, ¿te amedrentaron? Los datos están ahí. Si decimos que la
habilidad de los latinos para gobernar California es casi nula es porque es
cierto, allá y en Michigan, en Texas o Washington. La habilidad de ellos es
nula aquí... whether the minorities who are going
to inherit California 85— 85% of the lower-grade school children are now
minorities — demography is destiny!, ¿crees que podrán regir en una
sociedad avanzada y quitarnos el poder? No. Por mil demonios no... porque ellos
son mediocres, inferiores y nosotros sí sabemos...»
...sobre los males de la raza, la inteligencia que se
descuida y la eugenesia que se pone a la zaga. Están en casa ya. Se pasen con
el odio al extranjero y se lo traen a la casa. La hostilidad está dentro ellos.
Se impregna en sus ropas y gestos.
Y mientras daba esa perorata, casi desnudándose enfrente para echarse a la
cama, el Buen Roy Beck velaba por la seguridad de la casa, activando alarmas,
pestillos y barrotes. ¡Qué par de pejes!
Uno, como el viejo, a la caza de contactar excéntricos multimillonarios, como
Robert K. Graham, de quien supo sus quehaceres de eugenesia. Otro, con afán de
que le construya una raza perfecta, digna de inscribirse en la novela The
Camp of the Saints de
Tanton. Un mundo donde no haya hordas salvajes de indios en asalto de Francia
ni mujeres blancas enviadas a burdeles inmundos para el disfrute de hindúes de
oscuros rostros e hirsutas barbas, «in a grotesque orgy of men, women
and children».
Hay otra novela de Tanton que toca el tema de la lucha de las razas, The
Turner Diaries, casi
un credo de supremacistas anglosajones en América y él, escritor y
activista de prejuicios humanos, la llena de monstruos que saca de su fantasía
delirante. Arguye:«Todos
los inmigrantes son monstruos», «grotescos enanos», «mendigos en las calles de
Calcuta», sólo que
según pasa el tiempo actualizará a sus personajes.
Ya no necesita judíos, pese a que reniega del Holocausto y sigue odiándolos; ya
no necesita negros colgados de ramajes de los árboles. Basta con que sepan que
él es amigo de los que defienden los Klanes (KKK) y quien es pensador
nacionalista en pro de la raza blanca, lo llamará Buen Amigo. Sepan que el Buen
John es Amigo del Buen Roy y es un guerrero.
Ahora: «la agenda eras tú, mexicano».
«¿Estás ahí?», a veces piensa que sufre paranoia.
II.
Llama y pregunta por el Buen Roy, su editor de Europhobia:
The Hostility Toward European-Descended Americans, para que le ponga sobre la mesita de
noche la grabación de la tarde. Antes del evento nocturno, cuando estuvo con
John Vinson, entregó a él su apoyo incondicional al grupo que preside, American
Immigration Control Foundation, gente que se explaya contra el
multiculturalismo y que, a su juicio, lamentablemente, «por
razón del mísero pueblo que somos». El error la Nación Maldita es
que reemplaza la cultura euroamericana con culturas disfuncionales del Tercer Mundo.
Desde la compañía publicadora, The Social Contract Press,
Tanton y sus asociados llenan la comunidad de propaganda, de una esquina a otra
del país y sus organizaciones forman la red de su Tarántula de xenofobia, cada
hilo una picadura vene-nosa, Federation for American Immigration
Reform (FAIR), U.S.
Inc., Center for Immigration Studies (CIS) y otras tantas.
Después de su jubilación en Michigan, donde fue oftalmólogo, se
ha dedicado a sacar los ojos al prójimo, cerrárselos, como los suyos, para no
admitir los cambios demográficos y quedarse con la ilusa jactancia de un mundo
nacionalista eurocéntrico y mayoritario. La American culture que Tanton discursa en su miopía
equivale a una mayoría de ancestro europeo, donde quien migra se asimila,
porque, de no ser así, maldita la hora de recibirlos. Maldito el país, que
claudica por la mediocridad, el suicidio y la decadencia. Asimilación
es una llamado del Destino. Ahora su discípulo, como un charlatán, lo cree.
Desde que Beck editó The Immigration Invasion,
el libro de Tanton, sus nombres circulan juntos. Dos tales para cuales. Ambos
enfatizan que la amenaza más grande que acosa a Norteamérica USA es la
inmigración desde el Sur de la Frontera, mexicanos y centros-americanos que son non-white
aliens, el bloque de
enemigo.
Es preferible que se replique el publicitado Gen Humano sintetizado en Inglaterra. «Preferible
o se llenará el país de asiáticos». Ambos, Tanton y Beck, creen que levantar un
Muro o Tortilla de Acero y Hormigón Armado, con
super-tecnología que pueda detectar a quien se filtre e invada el Norte, i.e.,
para entrar a los EE.UU., es tan deseable como fue para los comunistas alemanes
cuando vieron el flujo de 'traidores' desde Berlín y edificaron la la Cortina
de Hierro, y separaron dos ciudades alemanas con alambradas de púas
y luego con la muralla de concreto, mallas electrificadas, minas, perros y
atalayas.
«Ah, buen Roy, lo que me quieras comunicar, hazlo mañana, ¿de acuerdo?»
«Pero te dije... es por cuestión de seguridad que prefieron hablarte por un
rato esta noche».
«El sueño me mata, o los años. Mi lucha y mi salud es lo que debe quedar.
Guarda todo, sé buenito que el viejo está agotado».
«Lo hago, lo hago».
«Para que mi nombre sea honrado con sala dedicada en la Biblioteca
Histórica de Bentley»
Mas son los mismos académicos de la Universidad de Michigan, donde opera laBiblioteca Histórica Bentley, quienes se preguntan: «¿Cómo es
posible que se guarde aquí la basura / 'private papers' de Tanton / su literatura de odio, la
más hediente en el siglo? Cada libro de Tanton-Beck es feroz diatriba, pero su
último libraco marca el año de 1988 como el «hito del nuevo racismo
antiinmigrante y anti-multicultural».
Regresa de un evento en que habló con
rudeza inusitada contra las autoridades de la frontera canadiense,
censuradores, que impiden que el libro entre al país y se distribuya en Quebec.
«That's hate
literature», le
dijo un canadiense en la actividad, «we don't like your shit out there!»
«El canadiense y el mexicano nos agriaron
esta noche», dice Roy.
«Bah», descree, pero repone: «Me he sentido mal, Roy, pero te pregunto: Ese
fulano blanco, que dijo que es oftalmólogo como yo y apenas endereza sus ojos
bizcos, ¿qué me dirá que me mortifique? ¿Quién tiene fe en curar a las
bizcas conciencias y quién es para dudar sobre lo que yo digo, que es simple.
Si una persona [léase asiático o mexicano, llegara a California] mejor
que tenga la inteligencia y cultura necesaria para asimilarse de modo que él y
su familia puedan funcionar bien en una sociedad avanzada. De no hacerlo, pa'
fuera y pagar gastos...».
Tal vez no supo formular su nacionalismo blanco. O está estúpidamente
prejuiciado. Ya son irrisorias... Se dice que hablan demasiada mierda
sobre la Invasión,
«la cultura de sus naciones y cómo se trasplanta» y, desde América
Latina, invaden con el mismo grado de subdesarrollo o de su gobierno e
instituciones sociales»... ah, que es CERO, la gran mierda.
«¿Dejaremos a individuos como tales que obtegan privilegios estatales o
federales?»
III.
Por causa de un brusco movimiento, comenzaron a chillar
las alarmas que el Buen Roy activara antes de irse del bunker, donde el
jubilado vive. El invasor parecía no oírlas, pues con su santa calma describía
cómo su esposa e hijos tomaron convenidas las habitaciones.
«Todos estamos cansados. Caminamos por desiertos, sufrimos en guerras. Es tan
hermoso que el presidente Ronald Reagan y Mikhail Gorbachev aliviaran las
tensiones entre dos superpotencias, como ésta y Rusia y se decidera, ya
por fin, el final de la Guerra Fría... Ahora venimos por causa del Fondo de
Pioneros que usted promueve para animar el mejoramiento racial... »
«¡No,no!», gritó. «¿qué hace en mi casa?»
Pues, sepan, pobres diablos: John Tanton dice que no. El centro CIS y FAIR
dicen que no.
American
Immigration Control Foundation, se
ha unido y dice que NO, NO y NO. Usted no puede estar en mi casa. Se van ahora
mismo.
No se dio cuenta, si Beck se fue y dejó la grabación solicitada sobre su
mesita, con el vaso de agua. Si oye una grabación equivocada. El Buen Roy
también debe estar soñoliento porque dizque, como dos guerreros arios, trabajan
para quitar de la psiquis de los blancos esa culpa («unwarranted
hatred and fear») que
los multiculturalistas infligen para dar su complicidad a los invasores
migratorios.
«Hola, John», dijo el visitante al fin.
«Carajo; no me jodas. Un enano de Calcuta. ¿Quién es usted? ¿Por qué entra a mi
dormitorio? ¿Dejó Roy que pasara? Ah, mitad de ser, ¿qué quiere?»
«No sé de qué Roy me habla usted».
Le dio más enojo que miedo y le produjo una cierta parálisis cuando el sujeto
dijo que dejaron las fronteras abiertas y fue el primero que entró con su
familia. «Sólo tuve que apretar el paso y sentirme en su casa... Vengo con mi
familia. Detrás de mí, seguro que vendrán otros miles, con sus hijos y sus
esperanzas».
Tanton hizo esfuerzos por levantarse y el visitante intruso se despachaba con
la cuchara grande.
«Simplemente, soy un músico, antes un militar no se lo niego, músico entre
aquellos que llevaron su concierto Live Aid para el socorro de la hambruna en
Etiopía; pero yo vine, con mi familia de Ucrania y vi que la mayor parte del
mundo está empozada con desechos radiactivos y la catástrofe de Chernobyl no es
la única; que tomé como causas. Usted debe estar pregun-tándose ¿cómo supo del Pioneer
Fund, y el proyecto 'race
betterment', si sólo
se permite saber de él a recomendados por exclusivos grupos privados y gente
que ofrezca nuevo entendimiento de la cultura judía?... Vea, precisamente,
porque soy judío y hay que rehacer a muchos de ellos, a sionistas, que apoyan
la guerra Irán-Irak, que lleva más de un millón de muertos... yo soy un judío
que me quiero rehacer, he amado la venganza y la guerra. Y, ahora me corrijo.
Vea usted. Nunca estuvo el mundo tan plagado de guerra, como ahora. Ni tan
cerca de una guerra nuclear como en octubre de 1962 y yo no quise saludar el
pacifismo ni miré el África hambrienta de justicia. Ni el Congo y estuve allí,
como soldado, cuando ocurrió la masacre de Sharpeville, y yo fui un soldado en
servicio del apartheid sudafricano... Dieciocho naciones africanas alcanzaron
su independencia en ese decenio. Por eso, si hay los fondos pioneros, quiero un
millón de dólares y tal vez iniciar un proyecto con inmigrantes... y usted, me
dijeron, que es el mayor experto, ¿o me engaño?»
Cómo putas fue que entró a su casa, se pregunta. Olvidó que lo había citado.
En medio de su pánico, miedo a no ver lo suficiente ni poder sobreponerse de la
repentina parálisis, miedo a no acertar el paso que lo lleve a sus alpargatas,
miedo al judío estrafalario que tiene enfrente, se dispuso a desgañitarse.
«¡Fuera de mi casa! ¡Fuera!», gritaba.
Vana emisión de voluntad. No hay sonido que opacara al imaginario estruendo o
chirrido de las alarmas. No quería escuchar a este hombre que revuelca su
conciencia. Y es vano empeño.
«¡Fuera de mi casa! ¡Fuera!»
Ese hombre no existe. No está el Buen Roy ni ninguna otra persona en la casa.
Nada suena como alarma y nadie puede oirlo. Subjetivamente, dentro de sí tal
vez. Mas su corazón no oye.
Está con ideas por percibir, pero más allá de las teorías de su vieja ciencia
oftalmológica.
08-02-2008