- Aprendido tu nombre, te habré dicho gracias
- por primera vez y estaré por admitir
- que te he querido a veces,
- que me has quitado
- los mocos, que me has herido
- PRIMER AMOR
- y dueles cuando no me recibes
- duele tanto cono que no busques
- en mis propios caminos y navas...
- No que te quiera mejor como en ollas de Egipto
- ni menos que te quiera en andanzas de rogona,
- pegostes nomás de adobe
- y no que no tengas marmita para cocer el rancho
- a la tropa; sí que la tienes y por eso te olvido,
- porque los celos hacen daño y mejor no tenerlos;
- pero yo no aprendo a recordarte
- todo lo bien que mereces
- ni te amo todavía lo suficiente
- para que no me duelas.
- Tu nombre se ha confundido
- con muchas cosas, agradables y diarias:
- la chava con pantorrillas en alto,
- encima y abajo de metecos
- y tobillos lujuriosos que ríen,
- con boca satisfecha y sonrisa tan amplia.
CARLOS LOPEZ DZUR