Sunday, June 07, 2009

Homenaje a Anacleto Arvelo / 4 Esquinas


A Gustavo Arvelo, MD


Fueron muchísimos Arvelo después de aquellos iniciales
que avanzaron de Venezuela al Pepino, muchos Arvelo
que desearon navegar el siglo desde mediados del 1800
o poco más, o poco menos. Digo que ninguno en la arvelada
tan geniales han sido como aquellos nacidos
de tu cepa de Alvarez, Sebastián,
de tu cepa, Leocadia,
sí, los tuyos, Chang, Melquiades,
hasta llegar a las perfecciones de Anacleto.

Había Arvelos mezclados con Latorre, Arvelo Pérez,
Arvelos de la parentela de Quintana, Martínez,
González, Borreros, Olivos, Torres, Traversos,
Santiago, Vega y muchos otras raíces
y savias de apellidos; pero, canto a la cepa más vieja
Arvelo Alvarez, la que se pierde en los 1850
y busca a los Colones y perfecciona el especimen
que aún en mi Pueblo se evoca, en la memoria,
por su mote «Cuatro Esquinas», el genial Anacleto.
El que espanta extrayendo las voces
de bobinas que inventa cuando nadie ha visto
una radiola en el pueblo, ni sabe hacer jabones
ni potasa, ni reinventar la manteca de cerdo.

Un día se enamoró de la más bella de las hijas
de los Colón-Colones y Saturnino, su suegro.
ese viejo celoso, si bien cedió la mano,
puso reparos. Saturno es rico y peninsular,
y a España a que se casara bien
mandaba toda su prole.

Y con Tomasa, se tomó sus precauciones.
Ella a Anacleto lo ama y, si no la casa con él,
ella dice que huye. Es tan profundo este amor
y la época es triste.

2.

La Primera Guerra Mundial se ha desatado
y, desde 1914, él desde Nueva York la espera.
Que venga ella consigo, que se prospere juntos
y más amor florezca, porque ya tiene un fruto,
su primera hija; Tomasita desafía el empeño
del padre que separa.
«No permitiré, hija caprichosa,
que el peligro de la guerra te devore;
él se fue porque quiso. El se fue porque soy hacendado
y trabajo le exijo para que bien te quiera
y nunca te abandone».


Pero el amor todo lo puede. Al fin, se unirán.
Viajó en el barco Zulia y como española se marca
el pasaporte en Ellis Island y Anacleto ha sufrido
con meses de una angustia intensa: los periódicos
dicen que el Vapor Zulia fue el primer barco hundido
en los mares de muerte, en el trayecto
de su ruta de Caribe. Al fin, ha superado la crisis
del malentendido. No ha muerto la amada
y en Nueva York se han unido.

3.

«Saturnino amargura es el nombre de mi suegro;
pero ausencia de amargura que se me diera
quererte, sin que nevegue a mi rostro,
el rubor de algo inmerecido, tu amor, Tomasa».
Oh, españolita de los chocolates,
sobreviviente de Zulia, tu barrio en el Pepino
agradece tus cartas, tus nostalgias y los envíos
y bendice la fábrica donde laboras
en favor de la más dulce boca
y el generoso obsequio, tu fiel amor».

«Consuelo en la guerra es tu compañía, Tomasa.
Gracias por haber venido. Ya son casi cuatro años
con tres inviernos, que desconozco
nuestro fruto, la niña que tuvimos;
pero esta Navidad regresaremos.
Quiero que la tengas en tus brazos
y quiero que entiendas todo lo que tengo
por nostalgia y todo lo que yo he aprendido.
Mira son $750 en ahorros
en este tiempo de penurias.
Vamos, Tomasa, prepara tus maletas.
Hagamos juntos el viaje del regreso».

4.

Nunca imaginó aquella miseria.
Estaba triste por eso.
En el cruce de la Calle Jesús T. Piñero
ha comprado cuatro ventorrillos y la gente,
su clientela, lo bendice. El quiere surtir
todo y generosamente cuando la Depresión
gesticula en tantas quejas.

¿Cómo entiende el francés este ingenioso jibarito?
A partir de libros galos, como alquimista improvisado,
ha inventado el jabón, con colorante y aroma,
y a todo el pueblo tiene sorprendido.
Con cenizas de árboles, ya prepera potasa
y manteca de cerdo. Desde el 1920, saluda
el sufragio masculino obligatorio; pero, derogado
el derecho, se entristece y ha comenzado
a aborrecer a Montgomery Reilly
al que motejan Moncho Reyes; del mismo modo,
aborrece la Unión, que esconde la independencia
y no es lo mismo; en una de las tiendas,
lo discute:
«Saludo a Albizu, que mi primer voto
sea por el nacionalismo».


Ahora ya tiene a su hijita Isabel, enamorada.
Vende al por mayor a las haciendas,
compadece a desvalidos, quiere que todo pepiniano
tenga un radio y se informe y se ha comprado
para darse el gustaso un automóvil.
Es uno de los primeros en el Pueblo en tenerlo.

Los políticos de la Alianza se disputan
su discurso: el sí sabe ilusionar con el progreso.
El fabricó los radios de bobina sin baterias
seis meses antes que saliera al aire la primera estacion
de radio en Puerto Rico. Por eso viene a verlo
García Méndez y los anexionistas le dan
sus pleitesías. «Sé nuestro Alcalde», le piden.

Es Arvelo Alvarez, envidia de los Latorre,
orgullo de los Colones, González y Traversos.
Las cuatro esquinas son de él.
El les da el nombre:
«Anacleto Arvelo,
servidor de usted, de todo el Pueblo».

A él, a quien Saturnino no dio otra cosa
que la niña que él amaba, a él que por PRERA
no ha vendido lealtades, lo festejo.

La bandera negra que flota, agigantándose,
como en protesta por la Matanza de Ponce
y el encarcelamiento de Albizu, no lo niega
a Getulio ni a Oronoz ni a nadie, «yo la puse,
yo la izo»; en inglés se lo dice a los más pitiyankis,
en francés, lo comunica a los Font Echeandía...
El autor de la caja que habla,
el que saca jabones de los libros de texto
y la corteza de árboles secretos,
advertido está por los chotas de Lolo Puya,
«se arrestará a todos los Banderas Negras,
a todos menos a tí», le dijo,
«porque tú eres un genio, Anacleto».
Es que han tratado de matar al Presidente,
se ha echado la subversión a correr
con el pretexto del ELA vs. el nacionalismo...

Por primera vez, lo enoja un desacuerdo
tan intenso. Puyi Méndez no quiere que lo arresten
y Anacleto porfía, muy ofendido:
«¿Por qué no?
¿Acaso soy menos patriota?»


Triste está. Lo miran con asombro los seis hijos.
No le ha dicho patriota Lolo Puya.
No le ha dicho patriota la dirigencia de La Pava.
No le ha dicho patriota ni Oronoz
ni la plana perseguida de los Cardona y Sagardía,
pipiolos y nacionalistas de Pepino
y ninguno, más dolido, se encuentra en estos días
de mordaza y burla de la Patria.

El Estado Libre Colonial ha vencido
y él muere. Tomasita Colón Colón
recuerda esta fecha, 1952, cuando la tristeza
lo mata, con cuchillo de irreconocimiento.
«¡No hagas caso, Anacleto!»


03-09-2006 / Canto al hermetismo

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NOTA: Anacleto Arvelo Alvarez fue un personaje pintoresco de SS del Pepino, fallecido en 1952, más conocido como «Cuatro Esquinas» por sus cuatro tiendas en la Calle Piñero. Trajo a Pepino uno de los primeros automóviles. Seis meses antes de surgir la primera radioemisora en la isla de Puerto Rico fabricaba radios, sin batería, para la venta;también fue un químico autodidacto, con la habilidad de leer los idiomas inglés y francés. Fue un nacionalista albizuísta y se enojó porque no lo arrestaron en el '50. El triunfo del ELA le produjo una depresión y la muerte. Entre sus hijos, hay 3 empresarios, una bibliotecaria y un químico.

Las Banderas Negras aluden al símbolo de simpatía por los nacionalistas. Lolo Puya (Leopoldo Hernández) fue en la década del 1950 / de represión contra el nacionalismo / un conocido chota o acusador político. La Pava, símbolo del Partido Popular, triunfante, durante la represión. Pipiolos, nombre dado a los independentistas adcritos al partido del Dr. Concepción de Gracia, de línea moderada. Victor Cardona Fuentes, miembro y líder más destacado entonces de tal partido, fue encarcelado junto a otros cientos de simpatizantes, no involucrados con el brote revolucionario de 1950. Montgomery Really (alias Moncho Reyes), impopular Gobernador norteamericano de la isla en el decenio de 1920.

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La paradoja del Wild West / Pocahontas: la Madre de la Nación (USA) o un tipo de La Chingada / Meditaciones sobre Ana Hutchinson / Cuaderno de amor a Haití / Cartas / Blog para Cátedra de Análisis Literario / Universidad Pedagógica Experimental del Institito Pedagógico, Barquisimeto

1 comment:

Wanda Arvelo-Orriola said...

Hola! Mi nombre es Wanda Arvelo. Mi papa era hijo de Anacleto Arvelo. Desconocia totalmente a mi abuelo pues murio antes que yo naci. Nunca se hablaba de el en la familia y solo recuerdo las fotos de el en casa de mi abuela Tomasa. Mi orimo hermano Gustavo Arvelo me envio este escrito. Gracias por este homenaje! Lo envie a mis hijos para que descubran quien era su bisabuelo!