Monday, February 28, 2011

María sólo quiere un vaso de agua / Cuento

A María Isabel Vásquez Jiménez, de 17 años de edad,
fallecida el 14 de mayo de 2008, en el Viñedo La Merced,
cerca de la Ciudad de Stockton del Valle de San Joaquín

«Both of them are responsible for Maria's death and both should do time in jail. When I heard that they might get community service hours, I wanted to cry. After everything, this is what they get? They aren't taking this seriously because they don't know what the life of a farm worker is like. They have comfortable jobs. They don't know what it's like to work in the fields»: Doroteo Jiménez, uncle of Maria Isabel

«Farm workers are literally dying because of the state’s broken system, which is designed in a way that ensures inadequate enforcement of the law. The laws in the books are not the laws in the fields»: Petition on the Case

«¿Qué estuviste haciendo?», preguntó Elías Armenta a una empleada de 17 años que trabaja en el Viñedo Merced. La mujer buscaba una sombra sin hallarla y tenía la boca seca, sintiéndose a punto del desmayo.

«Trabajar, trabajar, pero ya no puedo», le dijo ella.

« ... pero bien que te embarazas y ejercitas con el macho».

Y habría respondido, sin querer ser insolente: «¿Y a usted qué le importan mis amoríos?», pero cerca estuvo otro obrero, quien dijo: «María sólo quiere un vaso de agua. Y le he visto, cerca de mí, por nueve horas en faena sin parar. Es por lo que le dije que mejor es que se vaya a su casa y descanse»

«¿Y quién es usted para parar las faenas en el Viñedo? Aquí no se paga por descansar y la Patrona Colunga es precisa en sus órdenes», aclaró Armenta y preguntó por el marido de la niña, seguro que fue buscarle un vasito de agua. Y parece que no hay en todo el campo, por más vueltas que diera, si buscara una pluma. Regresó sin agua. Tampoco parece que haya una caseta que provea la sombra y, bien lo saben el capataz Armenta y la patrona Colunga, desde hace más de cinco años, el Viñedo no atiende las quejas. No se construyó ni un cobertizo.

Han sido multados porque no hay plan escrito sobre cómo han de protegerse a los trabajadores del calor, la sed y el cansancio, que acarrea el trabajo de cosecha de la uva. Ni descripciones de instalaciones como plumas de aguas, casetas de reposo, lavamanos y letrinas ni horarios para periodos de descanso.

«Vuelve a la faena; ya veré que hago con quien se fue por agua para su mujercita», dijo Armenta con petulancia e ironía, y daba esas órdenes cuando arribó el novio sobre un carrito, en que se cargaban cajas de uvas.

«Lo que vaya a tratar conmigo hágalo después. O descuéntelo de mi sueldo, pero yo voy a llevar a mi mujer a la casa, porque tiene mareos, ha buscado una sombra en vano, así como yo he buscado una pluma de agua y no la encuentro... aquí a nadie se le provee agua y ésto es ilegal. Hace cinco años lo pedimos: el derecho a beber agua fresca, cuando estemos sedientos y trabajamos» y, mientras ésto dijo, su novia se desvaneció en sus brazos cuando extendió los suyos.

Y el novio sospechó por su repentina frialdad que estaba muerta. Urgió al conductor del carrito ir rumbo al hospital. «¡Rápido y de emergencia!», gritaba, echando cajas de uvas de una patada al suelo.

Y Armenta se asustó, aunque quería ser eficiente, y llamó a los que oyeron, a los que estaban cerca y la vieron: «Si quieren conservar el empleo, digan que la obrera Maria Isabel brincaba de gozo, mozuela embarazada, traviesa y que por bailar se desmayó y que yo que dije que se fuese a su casa».

Cuando el novio regresó del hospital, trajo la noticia: «¡Murió mi novia, asesinos! La fiebre de su cuerpo fue de 108 grados. No tenía agua en las células y el rostro se le puso negro por tanto sol en el viñedo... ¡Asesinos, asesinos!»

Ahora los dueños, ambos (la señora Colunga y Armenta) está nerviosos. No quieren al novio en el predio. Por gritarles asesinos, la policía se personó al Viñedo. Se maneja la hipótesis de «homicidio involuntario». Violaciones a exigencias legales en torno a un «written heat-stress prevention plan».

Después del sepelio rápido a la muchacha, el dinero se ha movido. James P. Willet, Procurador del Distrito de San Joaquin, alega que Armenta y la señora Colunga, son gente buena y ciudadanos modelos. No pasarán un segundo de arresto en cárcel alguna, sino que cumplirán unas jornadas de 400 y 40 horas de servicio comunitario, según la culpa. Que se harán unas casetas, han prometido, que pondrán unas plumas y unas letrinas, a lo largo y ancho del viñedo.

«¿Y tuvo que morir una niña para que lo entendieran después de cinco años de habérselo dicho el mismo gobierno?», pregfuntó el novio. Y dirigentes de un sindicato agrario han comentado: Hay 650,000 trabajadores del campo que enfrentan este riesgo de muerte y enfermedad diariamente, especial por el calor del verano. Están a merced de empleados y contratistas que no cumplen los estatutos laborales para proteger a los trabajadores del campo...

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Change.Org / La Gaceta Literaria

¡No me tires moco encima!


Muy extrañamente, Sem va al Cinema del Mall y paga por ver una película. Las tonteras del celuloide que le gustan son ofertas que compra en vídeos ya viejos, cuando hay ventas de barata y por eso tiene la trilogía de Godfather de Francis Ford Coppola. Sem está ya en la Universidad y, precisamente, toma una clase en común con el taquillero. Aunque en cuanto a cine anda retrasado, no en historia social y política. Es estudioso y listo. El taquillero sí estudia Cine, no Ciencias Políticas, y se ríe de lo que Sem designa «escenas de violencia y épica bien tratadas», poniendo ejemplos de secuencias fílmicas de Peckinpah, Kurosawa, Lynch, Kieslowski y aún Kubrick.

Desafiándolo lo instó, «véte a ver lo último de Mel Gibson». El otro dice que la violencia gustosa hay que buscarla en la película La Pasión de Cristo y Sem vino a verla y no pudo. Ya, de por sí, había esta mutua antipatía y no esperaba al Otro como taquillero.

Son cuestiones ideológicas y étnicas. El Otro lo primero que hizo, mirando hacia la gente que hacía fila, fue regañar al condiscípulo por, al parecer, robarse el turno y crear indisciplina en la fila, sin anticipar quién pudiera ser culpable de que dos o tres la abandonaran. Sem nada tuvo que ver. El sólo les abrió paso para que se largaran.

El Otro está protegido por un caseta en el interior del Mall, a prudente distancia de las salas de proyección. Desde los agujeros de la vidriera, se comunica su voz amplificada por el micrófono y se despachan los boletos.

«Aquí no vengas a robarte el turno», dice protegido, pero con impertinencia.

«Y tú, ¿de qué hablas?», pregunta Sem.

«Que te ví pasándote de listo... Y por eso, como verás, al judío se le dio su escarmiento merecidamente», y se refiere a que concuerda con que se haya castigado a Jesús en sus últimas horas con la violencia que el director sugiere en el filme. Pero, para el buen entendedor, este judío es él (Sem) y no Cristo. El otro se molesta de su presencia en la universidad y su acento semítico, que destacó en manifestaciones recientes. «Robaste cámara, eh», lo chotió. En los canales televisivos de toda la nación se le escuchó en defensa de las minorías e inmigrantes. Hasta el otro tuvo envidia de la elocuencia que el judío se sacó de su ronco pecho en cadena nacional.

Es que Sem, el agitadorcillo, siempre «a la mano» en el campus, ya lo encaró desde la única clase que llevan juntos, una sesión de apreciación de cine, que él toma como electiva, y la clase le da otro foro en que se luce. Elocuente, bien informado, pese a esa facha de rascuache mexicano o de árabe trapajoso. Ni siquiera es un judío rico porque el Otro ha conocido algunos de este tipo y que piensan que el Asunto del Holocausto es una exageración y el affaire de Hitler («que haya sido un ogro»), propaganda de judíos anticristianos y anti-occidentales.

Pero éste es un militante de la agrupación Tikkum. Lanza críticas contra los demócratas y republicanos. Hace pinturas ideológicas de Hitler y de Alemania que avergüenzan al profesorado y luego sigue con Stalin y el Ejército Rojo, a quienes responsabiliza de hambrunas planificadas en el Holodomo / Holocausto Ucraniano, con cifras de 10 millones de personas exterminadas... A la izquierda, la derecha, los centros, los llama campos de buitres. Y el otro / taquillero / está ofendido por lo que dijo sobre Yalta en 1945 y el mundo de buitres cuando él defendía a su padre, gran político o senador federal entonces.

«Si nos dice a los norteamericanos buitres, ¿usted es qué? ... mire, le dedico la escena de la crucifixión de los ladrones y del cuervo que se posa en el travesaño, justo encima de la cabeza del peor de los ladrones, y le saca los dos ojos... Eso estuve genial. ¡Bravo por Gibson! y yo añadiría un moco, uno de mi cosecha, que baje sobre los labios del ladrón», y el ofensor retardario se ríe e imita el gesto de sacar un moco de su nariz y lanzarlo por el agujero del vidrio para que caiga sobre la cara a Sem.

Sem había estudiado el desplante. Fue ese desprecio lo que le ofendió y noquitó el dedo del renglón desde el primer día en clases cuando surgió la pantomimama del moco. Antes de que pudiera completar su payasada de echarle un moco a la cara, esta vez filtró su mano por la vidriera agujereada y agarró el micrófono, se echó a un lado para que las personas en la fila vieran las actitudes del Otro.

«¿Sacudes un moco y lo lanzas por este agujero? ¿Qué? ¿No respetas a los clientes del cinema?»

Y la gente vio al Otro con su gesto de desdén, echando un moco por la ventanilla y, con reticencias, abandonó la fila. Sem no vio la película, pero condenó públicamente el moco y, en adición, ese obsceno despliegue de sangre para explicar el maltrato judeo-romano de Jesús, a tres horas del beso de Judas.


2005 / Chapman University

Carlos López Dzur / Microrelatos

Friday, February 25, 2011

¿Por qué escribí esta novela?: Berkeley y yo


Por Carlos López Dzur / poeta y narrador

Esta novela, cuyo personaje central se llama «Pirri» (Pedro Enrique), trata sobre un «secuestro metafísico», sobre una intrusión ajena en la vida de un niño. Es una metáfora onírica del estado de mi psiquis cuando ocurrieron ciertas cosas que repudié con toda mi energía. En este sentido, esta novela es sicológica más que filosófica. Es una novela sobre mis alucinaciones, estados casi esquizofrénicos y obseso-compulsivos que experimenté, callé en su obviedad, pero que superé mediante un estudio autoexplorativo que me indujeron a la filosofía.

Siempre he preferido callar estas cosas; pero un escritor no puede. El sótano en que Pirri se encierra es una caseta, o almacén que se construyó en mi casa para guardar cosas; allí tendimos una hamaca, en que solía mecerme con uno que otro de mis hermanos, los pequeños. Colgarse de un pie es algo que soñaba, pero alude a las mecidas de la hamaca, a ese sótano del símbolo. Lo que importa de tan sencilla trama en esta novelita no es la acción, sino una circunstancia que azuzaron mis emociones durante ese tiempo. Un aislamiento buscado, deseado, para escapar de los «invasores», porque no eran imaginarios. Venían a casa 3 o 4 veces por semana, en grande número, y toda la semana uno que otro, alegando amistad y simpatía por mi familia.

No creo que yo haya sido odioso. No fue una actitud nata y morbosa; pero yo los rechazaba. Robaban el tiempo que fue de mi familia para nosotros, en nombre de una Amenaza Apocalíptica, o una irrupción divina que juzgará a los seres vivientes y pondrá a los no merecedores en «lagos de fuego y azufre». No sé cómo yo soporté esos cuentos por tan largo tiempo; pero, por impotencia, comencé a hablar solo, a tener pesadillas, a maldecir en secreto, imitando burlonamente voces de esos exponentes del Jucio Final. Imitaba la voz meliflua de un tal Loperana, las carrasperas del Hermano Alberto, la engolada voz argentina de Braulio Pérez Marcio, anunciado «La Voz de la Esperanza, Apartado G, Caparra Heights», y fue como caí secretamente en esos estados que define mi novela y mi coraje reprimido llegó a ser tanto que cortaba los capullos de las flores de hibisco, antes de que afloraran tan hermosamente rojos, los destrozaba con espinas que cortaba de un limonero. Hacía mi vodú, ceremonias de asesinato, atravesándolos con espinas, maldiciendo algo que representaban, antes de despachurrarlos. Sacaba los pistilos de las flores con ritual caníbal y esos juegos, al parecer niñerías o travesuras, se hicieron metáforas esofagarias en mis sueños... pero nadie culpa a un niño de 8 o 10 años por esas extravagancias.

Por destruir los capullitos del hibisco, llegué a sentir mucha culpa, como si hubiese matado a alguien. Ciertamente, ese capullito, con pocos días más de crecimiento, sería algo bello, no una megáspora... ¿Por qué yo hice estas cosas? ¿Y cómo superé esa etapa? Ese esfuerzo de descodificación es lo que se desprende de mi relato... Al madurar, pude enfrentar esas imágenes y replantear mi extraño / retraído / fantasioso / carácter de niño. Y todo comienza por aquí... veamos...

Mi madre fue una mujer amorosa, hacendosa, consoladora y servicial, con talento para todo, lo práctico, lo artístico y, aún lo intelectual, pero vivió enferma y, así su vida se me introyectó con sucesivas imágenes durante mi niñez. Intensamente achacosa por el asma, así la recuerdo... arrebatando el aire a la vida. Me obsesinó el temor de que que pudiera morir. Era delicada y bella, aún en su enfermedad, sus rutinas de ama de casa.

Descubrí una de las cosas que le hizo daño: la hostilidad religiosa, la transformación de su estilo de vida. Un periodo abrupto es éste en que tuvo que renunciar a pequeñas vanidades que antes le habían dado felicidad y asueto; pequeñas vanidades, digo, porque dentro de las limitaciones económicas y la tarea de criar a sus primeros hijos, siempre amó las carteras bonitas, los perfumes, el maquillarse y cultivar amistades, comprar algún detalle para obsequiar a otros, compartir el alimento con el vecino, ancianos o desprotegidos. Y éramos pobres y mi papá medio «codo», muy pragmático.

El no creía en la Gracia, sino en el trabajo y disciplinar los recursos. A veces era más que austero, duramente acerbo con Dios. Mamá no. Sacó una raje judaica de los suyos. Papá no. El era un hombre muy educado, ex-veterano, rayaba en el ateísmo con muchos resentimientos y conflictos callados, quizás porque amaba tanto a mi madre, como yo, y culpaba a Dios de su poca salud, la muerte de su primer hijo y muchas otras cosas.

Mamá no era fiestera, pero un día cierta denominación religiosa, con sus comefuegos evangelizadores, quiso edificar un templo y ganar feligreses. A fin de coauxiliar el objetivo de una iglesia bonita, con salones de clases, irrumpió en la zona en que vivimos y, entonces, en casa con malos signos. Para mi familia, se acabó el paseo, ir a Fiestas Patronales, beber el café tradicional (ahora se ha de tostar garbanzos), se prohibió la carne de cerdo, se acabaron los horarios de TV para los hijos, la tarrea de sintonizar «Calle Abajo» o la telenovela «La Gata», no se pudo conocer cómo fue su desenlace al no seguir más las imágenes y escenas de Lucy Boscana Esperancita Martínez o Helena Montalbán, ya no habría Gabi, Fofo y Miliki, ni horas para ver a Gaspar Pumarejo, aquel Don Francisco pionero... Se corría a apagar el televisor o el tocadiscos, o la radio, por la visita súbita de los Hermanos del Juicio Final... y mamá dejaría de pintarse los labios.

Ella no era fiestera, insisto, pero ahora, si es posible, se ceñiría a una falda larga como beata cuando subiera al poblado... Tendría que dejar a un lado esas revistas de las que leía, en Bohemia Cubana, Modas o Caretas las novelas de Caridad Bravo Adams, o Corín Tellado, y ya no repasaría las modas y bordados que ella misma se cosía... ahora habría que leer a Elena G. de White, la profetisa, y Biblia de desayuno, almuerzo y cena. Una tiranía de socialización selectiva entró en vigor en la familia porque Cristo viene pronto, como ladrón en la noche, y no se puede perder un minuto en distracciones... y la casa nuestra fue un subcuartel, donde había que meter a todo el vecindario y recibir a los evangelizadores, diez o doce extraños, y proyectar diapositivas a todo color en una pantalla, después de cantar himnos y muchas oraciones de 3 o 4. Se viviría para ganar adeptos y propagar La Palabra...

Para mí, apenas pubertario, fue un alto precio para que le devolvieran la salud a mi madre, orando por ella, si ese fue el pretexto real para invadir nuestra privacidad, no ya un viernes en la tarde o el sábado hasta la noche, todos esos sábados y tres o cuatro días a la semana, en adición a unas caminatas hasta el templo... y, en la casa, a preparar café con leche (café de garbanzos) y bocadillos para ese tropel... ya ni TV ni privacidad ni tiempo de diálogo para los hijos; ya hasta mi padre se cohibía de contar sus cuentos / chistes / bromas / de cagaos o pedos, o historias de Juan Bobo y Pedro Urdemalas, ya no se hablaría de política y nostalgia ni de Cuba ni Fidel Castro,sque eran la novedad en esos años de la Revolución Cubana y la Crisis de los Misiles. Prohibido cagarse en Dios o decir linduraS, o hacerse la puñeta, si las urgencias adolescentes, lo animan. Te sale pelos en la palma de la mano, o te vuelves demente, dice Elena G. de White... Cambió el mundo de todos, padres y hermanos, desde que se decretó por prioridad edificar un Templo / una Academia cristiana / porque el Señor está cerca y viene pronto... y tenemos que ser la Familia Modelo, la Sagrada Familia en este barrio.

Yo siempre he sido un buen oidor, pero no un papagallo. Lo que oigo y me inquieta, lo medito, lo pregunto de mil formas si lo juzgo extraño. Siempre me ha movido una inquietud por el misterio. Creo en lo Sublime y me fascina ver en luz lo que oigo, hasta soñar y fascinarme, porque lo que oigo lo llevo a mi Inconsciente profundo... y no dudo que enloquecí por un periodo, hasta que parejamente, me eduqué para liberarme y sincerarme con mi madre y decirle: «Ya no soporto ésto», y comenzamos a hablar y poner límites. Y mi diálogo con Mamá la curó. Claro, hubo una ayuda extra, con el pastor nuevo / de apellido García / y llevaron a mamá a una clínica y a la Iglesia se le dijo que la familia necesita aire y todo ese tropel en una casa, semana tras semana, año tras año, les asfixia. Cuando dejaron de llegar, el asma de mamá cedió y fuimos más felices como grupo familiar y la verdadera fe retoñó. Yo lo ví en un sueño: mis capullitos de hibiscos, cruzados por espinas, se renacían, floreaban en tiempo de Pascuas.

Me hizo tan feliz dejar de ver las piernas obesas, peludas, de tantas beatas, de tantas mujeres sin maquillaje, con faldas largas. Se acaba el secuestro metafísico. Ya nadie me diría que exigir pruebas a Dios de su existencia, o la de sus ángeles o lo ultransensible, es pecado. De todos modos, yo los veía. Me levantaba de madrugada a encender la luz para un mejor cercioramiento de creerlos, verlos. Mas desaparecían... ¡Ellos sí me quitaron esos ángeles, o las voces inaudibles! Mas cuando dejaron de invadir, ya no sería yo un adolescente pedante, descreído, al que le Diablo lo posee... nació en mí.la verdadera espiritualidad. Estudié la Biblia de rabo a cabo, leyéndola completa muchas veces, enriqueciéndola con extrapolaciones de otros Libros Sagrados, y viendo siempre lo mismo: Que la Sabiduría está en el saber interpretar lo poético, del mismo modo en que se infiere de un sueño las guías sublimimnales y se capta su esencia. Ese día «mi Pirri» dejó de ser excéntrico, loco o poseso. Era libre, al fin libre, y yo con él. Ahora sí podría bailar y asumir mi adolescencia.

En uno de mis blogs resumo la trama, con la ayuda de quienes la han leído: «Berkeley y yo es una novela sicológica, filosófica y poética, escrita por Carlos López Dzur. Narra la historia de la adolescencia y juventud de «Pirri», un jovencito de la clase alta mexicana; repasa eventos vividos junto a su hermana (Caterina), su primer amor (Cèline), su contradictoria relación con su amigo (Jeremías Campas), quien es su rival amoroso y, sobre todo, da cuenta detallada de los seres invasores que llama Vampiros, Pájaros Negros, Demonios, Don Nadie y otros apelativos, que sugieren su gran problema: la esquizofrenia que prácticamente le induce a la soledad, a una breve reclusión siquiátrica y a su fracaso como estudiante, pese a su inteligencia sobresaliente.

La narración de López Dzur nos lleva, poéticamente, a su mundo de fantasías, su religiosidad, su deseo de liberarse de las obsesiones. Y, finalmente, al recurso de imaginación que utiliza el personaje para darse alivio: cometer un crimen, ritual liberador. Descúbralo usted al leer estas páginas que sirven de marco para un análisis filsófico del subjetivismo absoluto».

Al repasar algunos de sus mensajes codificados, el amigo, poeta y crítico Extor Martínez, observa: «... Idealismo versus materialismo. Sancho y don Quijote, Marx y Hegel, el filósofo de la praxis y el escolástico metafísico, el ser y el pensar, la metáfora y el misticismo, y demás derivaciones, torcimientos y desviaciones. Retomando la premisa antes expuesta, la novela del máster Carlos López Dzur, Berkeley y yo, se inscribe en esas dos concepciones del mundo. López Dzur ha escrito una novela con un enfoque auténticamente filosófico. Con la peculiaridad estilística que tiene la palabra (dixit Bajtin, al referirse a la prosa literaria) y a través de una forma autobiográfica ficticia, haciendo uso de una riqueza lingüística y, además, sin otorgarle concesiones al realismo literario que registra vidas acartonadas, el autor nos ofrece una obra que retrata de manera dramática el conflicto entre el ser y el no ser; la rivalidad casi esquizoide que enfrenta en el personaje principal a su «vergüenza cartesiana», su «arjé» berkeliano (es decir, un dios subjetivado) por una parte, y la cobardía de no aceptar como determinación del espíritu la existencia del mundo sensible; un debate interno de la conciencia «superyóica» del personaje protagónico, adiestrada e indoctrinada para adorar falsas representaciones y fetiches abstractos, creados en los talleres, aulas, oficinas y cubículos de la gran vanguardia pequeñoburguesa que vive y sobrevive gracias al patrocinio y orientación del mecenas Yorch Berkeley, cuya filosofía ha renacido como «paradigma neoliberal y globalizador» y que se vende o se endosa como «estrategia del éxito gerencial», solo aplicable en el campo de la «meritocracia competitiva».

López Dzur publicó recientemente en páginas electrónicas esa última novela suya titulada Berkeley y yo. La estructura narrativa de esta obra tiene un valor poético y asimismo está dotada de una semántica del pensamiento que invita a la reflexión: Ektor Henrique Martínez, profesor universitario de Literatura, crítico y poeta».

Otros de sus lectores, Panyu Damac, me escribió: « ... 'No tiene ningún mérito pasar por la vida sin vencer al interno rival'... Y el nuevo mundo por venir será dado a los justos, el adán cadmón, un hombre aparte, capaz de embriagarse, y dar a luz a la sabiduría, y al verdadero gozo de vivir, un hombre sin pretensiones, ni soberbias, ni ánimos por alcanzar lo infinito, un hombre conforme consigo, porque ha vencido al verdadero enemigo... Un ensayo para detenerse a pensar, y a reflexionar. Muy aleccionador
».

indice / Berkeley y yo

Thursday, February 24, 2011

Cambio de nombre / Las frutas / ¿Qué es oír?

{Reproducido de la Revista Literaria «Con Voz Propia»,
8 de octubre de 2008,
Argentina]
Cambio de nombre

En la encina del llanto, te lloro,
Carlos, por lo que permanezca de tu recuerdo.
En mí enlutezco y doy a ti lo que es tuyo
(no digas que algo se guardó con falsía).
No. Hoy todo lo entierras tú mismo.
Eres como el ángel-rostro que pelea conmigo.

Torcido está tu muslo.
Falta que cambie tu nombre y geografía.
Que te ofrezca la serpiente y las palomas
con sus hojitas de olvido.

Observa en el firmamento mi pacto perpetuo.
Eleva tus ojos a la bendición y no creas que mi golpe
es duro o mi separación para siempre
porque no te llamaré más Carlos
y vas al río del olvido. Él tiene que morir
y tú, sin ese nombre, comenzar de nuevo
desde el sepulcro que le doy.

El huirá del hermano que lo busca para aniquilarlo.
El sabe que el mundo es ingrato desde su falaz fraternidad;
pero yo no huiré de ti ni conmigo, ante ti,
es que tú huyes. Nos peleamos gratamente fieles
sólo por cosechar el fruto de otros nombres
y escribir otros versos ignorados
en la nobleza de algún porvenir.

En la encina del llanto, mutuamente invocados,
yo te lloro por un rato, pero quiero
que estés conmigo. Yo sólo te cambio
el nombre para que sea posible en Canaán.

De Teth mi serpiente

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Las frutas

Desprende tu amor si acaso aún cuelga
como una fruta tan alta que no alcanza ninguno.
Hazlo disponible, si es así, a la boca hambrienta.
Baja el amor de las alturas ingratas.
Inclina los penachos del árbol imposible.

El fruto siempre comienza humildemente
a nivel de raíces y, lícuamente, circula
y te da savia, su beso se aproxima hasta los labios.
Una fruta es como tu pensamiento, o un mimo,
o un abrazo, disponible a tu espacio.

Si tuyo es el fruto, juzga si es bueno.
Un árbol no es tuyo solamente.
Es tan sencillo ir y hacerlo público.
No hay que cortar tallos ni troncos ni ramajes:
basta que quieras que se desprenda el fruto.
asirlo al alcance justo de tu gesto.

Díle a la gente que tu cosecha es buena
porque precisamente la hicíste disponible
para ellos como amor. Y el amor es bueno
si es social, si se cultiva para otros,
no para uno mismo. En otras bocas
es que la pulpa verifica lo sabroso.

Ahora coteja el hecho: si eres bendito
porque díste de ese amor de lo alto.
Descubre si te está buscando un amigo,
si el vecino pregunta por semillas,
o alguien cercano ya extendió su mano.

Dí a tu corazón si está llegando el pueblo
y si el más hambriento de amor te sonríe;
verifica si llegan a tu casa,
si claman por un poquito más y te bendicen.
En soledad nadie está si sus frutos dulcifican
generosamente; no te hace sólo el prójimo.

No tomes como algo personal si alguno
comió sin darte gracias. Compensa suficientemente
la medida de tu amor, ese amor que se mide
porque descuelgas el fruto y lo sabes tan bueno
como una gran bellota, llena de dulzura,
que te place que no se quede en tí,
se comunique, se esparza. Tu obtienes
un tesoro con el descolgamiento.

26-5-1999 /
Las frutas

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¿Qué es oír?

Oír internamente es entrar
al laberinto óseo,
al caracol que nos da altares
y tambores y martillos y túneles.

Oír es saludar al profeta
y al veedor tubular de los sonidos
en la Cóclea sagrada, tan oscura.
El navega en las aguas interiores.

Está abriendo los flujos de potasio.
Está llevando las axonas
del desierto
a la mágica alquimia
de los olivares.

7-14-1980 /
¿Qué es oír?
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SerPoeta / Las frutas / Colección Maravilla /

Thursday, February 17, 2011

Poemas políticos: Carlos López Dzur / 3


De Bola Curva para Colin


«I'm the one who presented it to the world,
and [it] will always be a part of my record.
It was painful. It is painful now. That devastated me»:

Colin Powell,
5 de febrero de 2003
Adquirí una mentira fabricada
por terceras bocas y cuartas manos.
Le dí mi fe y fue mi opio.
Obnubiló mi entendimiento
y ahora me duele mucho, me avergüenza.
«It is a blot on my record».

Días después de comunicar al mundo esa mentira,
me dijeron: «Hay que sostenerla hasta el final,
porque no es cierto; pero la guerra ha de sustentarse
en tal mentira». Se dispuso así, dijo George Tenet.
Ya lo dispuso el Pentágono. Guerra.
Hay que seguir adelante.

«Colin, yo también creí que era cierto.
I believed what he was giving to me was accurate».

Entonces, vamos de mierda en mierda.
«The intelligence system did not work well».
¿En quién confiará la patria ahora?
Colin se desmoronó con asco.

2.

El siempre quiso ser el Diplomático-Soldado,
el más honorable, Secretario que América
reclamara con plenitud de orgullo,
pero nadie hay honesto,
nadie inocente,
ninguno estrictamente bueno
cuando el negocio es matar,
obedecer a ciegas,
cerrar los ojos al prójimo
por algún diferendo y hacer creer
a terceros, o inclusive a la propia nación,
que «mi imperio es primero y mejor que otros,
que somos inequívocos,
con bondades y virtudes
incuestionablemente encarnadas
cuando sólo somos
autómatas y asesinos.

Y un día hasta Colin llegó el Tentador
(el que pone las reglas y da a la cáfila
el deshonor y dijo:
«Con la soberanía de Irak, nos limpiaremos
el culo, a Saddam hay que tirarlo a los perros».

Fue en 2003 y dijeron a Colin:
La amenaza de las armas químicas y biológicas
no es buena para el mundo,
¿estás conmigo? Y dijo: «Sí».
Colin no vaciló al hacerlo.

Aseguró en su discurso ante las Naciones Unidas:
«Iraq is harboring weapons of mass destruction».
E hinchó el pecho de general y comandante
y Secretario de Estado, al mencionar
que hay descripciones de primera mano
sobre industrias clandestinas de muerte,
armas biológicas que se empacan
sobre rieles y van sobre ruedas
al objetivo de Occidente;
«firsthand descriptions made by an eyewitness
who supervised one of these facilities
»,
descripciones que eran voces huecas
sin manos, sin dedos y sin ojos presenciales.

Era una asquerosa, burda y perversa mentira
de Rafid Ahmed Alwan al-Janabi
— y lo dijo un día después, «no hay tales fábricas
ni armas biológicas, ya lo dije
a la BND / a la inteligencia alemana,
ya se lo dije a la prensa inglesa...»

3.

«I had the chance to fabricate something to topple the regime. Maybe I was not right. I had a problem with the Saddam regime, I wanted to get rid of him and now I had this chance»: Rafid Ahmed Alwan al-Janabi, al peiódico británico Guardian
Yo soy a quien han bautizado Bola Curva /
Curveball / el mentiroso / y aseguro...
no hay una sola agencia que me tome en serio /
ni la DIA / ni la NIE ni la CIA...
yo sólo soy dolor, resentimiento.
Todo el largo dolor de Irak está en mí...
Yo y mis hijos quisimos para Irak un margen
de democracia; por eso luchamos, allí
en mi tierra donde han de llevar la muerte
como nunca pensaba... Tal vez con mi mentira
abrí el camino a sacar a Saddam; tal vez
sólo traje más muerte y más dolor...
¡Agora sí me lleno de terror por el daño
que hice! ¡América, hasta la mentira mata!

«¿Por qué me tomaste en serio, bateador?
¿Supiste cómo me llaman? Bola Curva...
Yo soy el verdadero opio de Oriente,
el renegado; haya revolucióo o haya paz,
yo reniego; busco un beneficio, cinco minutos
de gloria y me dieron la oportunidad
¡ustedes mismos! Jugar la Gran Política
y ser la Bola Curva, engañadora....
pero la mentira no revoluciona.
La mentira no enorgullece
y, como tú, Bateador, estoy avergonzado...

Todo un secretario de Estado
engañado por buitres que me conocen
y a mí mismo me engañaron,
¿quién no conoce a Bola Curva,
inconsecuente, inmaduro?

«Pobrecito Colin Powell, no seas tú
quien te enojes conmigo».

22-03-2005

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Cómo se pierde la inocencia

El modelo civilizatorio en el que vivimos (capitalismo), con sus intrínsecas características de desarrollismo, consumismo y derroche, impuesto a casi toda la humanidad en los últimos 150 años, lleva una suicida carrera por obtener los recursos energéticos que le son indispensables para mantener su ritmo incesante de crecimiento y dominio: R. A Alteri

En estos tiempos neoimperiales
que vivimos. si vamos a mencionar
a los asalariados o al pequeño artesano, incluídos
los 'mil-usos' marginales, y los micro-empresarios
(en verdad, todos sobrevivientes y si hemos de dejar
así definida la mayoría de las «mujeres / hombres /
juventud buena / seres humanos / buenos /
potenciales históricos para el cambio y el progreso),
les recuerdo / replico / que bueno,
estrictanente bueno, no hay ninguno
hasta que aprende su rango revolucionario.
Que todos somos insensatos si no aprendemos
a mirar y a mirarse...

Inocente la niñez / y déjela a su suerte en las calles
y, por sobrevivir al desamparo y la violencia,
roba, se corrompe, se apandilla y se vuelve
semillero mercenario que las hampas reclutan.
Inocente, les recuerdo, replico
la niñez de cuna, la que gatea
inocuamente, sin conocer otro mundo
que su casa. Sus amores.

Nadie ha de ser suficientemente bueno,
moralmente inocente, plenamente
productivo y solidario, si vive
en la complicidad satisfecha
con este mundo heredado de injusticia,
si no comprende esa ligazón de capital e imperialismo
(dos sistemas que, a la altura de este tiempo,
no sabrían vivir el uno sin el otro).

Nadie es bueno si no observa el llanto
del ecosistema terrestre ante la dinámica
que lo depreda y destruye; nadie es honesto
si no llama a las élites malvadas y sin conciencia
por su nombre... y deja de creerlas
imprescindibles e indisolubles...
es malo no saber, es opio.

Pero hay que hallar las maneras de hacer soluble
lo que parece indisoluble y la tarea es
de todos los que ya no somos inocentes.
El atanor tiene que ser el objetivo,
el molino que rechace y pulverice
la estructura del opio y la concepción neoimperial
que lo origna, lo vende y, en su nombre, edifica
un sacerdocio de ladrones, un trafique universal
de recursos energéticos
y todo lo que destruye al adquirirlos y nos vende
para más opiarnos de culpa y consumismo.

Cuando se organizan para preservar su modelo ad aeternum
con justificaciones fatulas, los crédulos dejan de ser
inocentes, se apropian las mentiras
y observan sin cuestionarlos a los intrusos prepotentes,
no mueven un dedo, no protestan
por el modo de adueñarse los recursos ajenos
en forma ilimitada y con costos apenas
un poco mayores que los gastos
de inversión.. Nadie es inocente si perdona
al pillo, si le teme a una élite que ultraja,
si renuncia al despertar político
que tiene su atanor transformativo.

Sunday, February 13, 2011

Los enemigos de la Revolución: Poesía política: Carlos López Dzur / 2.

Los enemigos de la Revolución


Hay tres cosas que la Revolución no es.
Ni deber ser. Ni nunca ha sido en aras de triunfar,
pero una cosa es cierta... El revolucionario
admite y ama su libre albedrío y con éste
es que elige cambio, hacer transformaciones.

Dentro y fuera está el bruto pedregal de las pasiones,
aquello que no conviene, disgusta, desafía
lo que hay que llevar al atanor, al Horno que purifica
y pule, porque todo revolucionario no es otra cosa
que el Alquimista, el transformador material
y espiritual de lo existente.

Hay tres cosas que la Transformación repele
y al repelerlas, no retarda el proceso. Lo ilumina.
La primera es el Miedo
(el miedo es sobrevalorar el fracaso,
dolerse anticipadamente del futuro,
ese subproducto que tarda,
esa unidad que no viene
y que la apresuramos, desde lo que llamamos
«miserable presente»).

Es que el hambre de futuro es intensa y dolorosa
en los revolucionarios y los otros, tan tardos,
tan satisfechos de pasado, estorban,
pero la Revolución es sabia.
No quiere a idólatras rabiosos
por tanto invocar el porvenir.

Es más útil una mente que se ponga unas manos espirituales
de Presente, energía de corazón focalizada en el hoy
para que pueda el ahora ser pieza del mañana.
El futuro hay que comenzar a verlo, sin prisa,
con la vista de hoy para que nos sea familiar
su rostro amable; rostro más amable que el pasado.

Hay tres cosas que la Revolución repele,
ese miedo rabioso de que el futuro no venga
y esa rabia venenosa que el pasado produjo.
En el pasado se quedaron como estatuas de sal
cristalizadas, mohosas, calcáreas
los que miran atrás y lamentan dejar
sus hábitos, entes, sistemas perversos.

No. Revolucionario, no mires atrás por ellos.
No pienses que fueron mejores.
No estés cerca del pasado fijo porque,
aunque parezca que el pasado esta muerto,

el pasado llama, invita, inmoviliza.
Es espejo aterrante.

Es cierto que hay seres heroicos y transformadores
que han muerto; pero, fíjate, su memoria
es más presente que pasado porque su luz
traspasa los tiempos y ellos nos aguardan
en el porvenir.

El pasado tiene mucha rabia y frustraciones
en su Canasta Arcaica, no ha visto esplendores,
libertades, posibilidades que tiene el Presente
(si el pasado hablara más sería la envidia
que el contento); por eso mira tú sin arrepentimiento
ya no estés colgado del pasado. Examina sin queja
este presente, donde si bien no todo
está como quisiéreamos, hay más firmeza
(aquí está el horno todavía, el atanor).


Desde aquí es que se pueda seguir hacia adelante
sin rabia interna, hacia tí mismo,
Perdónate / no tienes la culpa del mundo tan jodido.

Al contrario, con la revolución quieres consolar,
enmendar, iluminar; corregir.

Deja pues la cólera callada e internalizada
y no participes de la rabia viciosa por los otros.
Más bien, ámalos, persuádelos

de que la Revolucion los llevará a lo mejor.

Se tú el control del Presente.
Lo que pasara antes es escoria residual
que no fue molida en el Atanor.

*
La energía del estímulo

Lo que la revolución más ama y necesita
como alimento es la energía del estímulo,
confianza pese a la adversidad
y mirar el presente,
que algo sea bastante para sonreir
y seguir en la lucha, en un Estar-y-Ser
que no agota el deseo de recepción y plenitud.

Sin el pan de la confianza, ¿a dónde vamos,
si estamos desnutridos, macilentos,
enganchados al No,
dudando de la abundancia de la luz,
ensombrecidos por espectro de cuevas
que están fuera y están dentro y acobardan.

La política puede ser cualquier cosa
desde el hambre y la opresión, pero... revolución
¡ah, revolución! es mucho más
que toda sombra temporaria
Es saber que aún en el dolor penetra la luz
y revolucionario quien ve luz donde otros no la ven.
El sí puede ser el dador de luz, revolucionario suficiente.

¿Qué ciego dice: Hineni shalcheni
/ Yo estoy aquí / envíame como quien vio
y seré siervo de la luz?
No el ciego siendo que la luz
es ver / ver cuando otros desesperan sin confianza,
sin fe... ¿Quién? Pues ninguno, excepto
el revolucionario que ve y dice: «si yo soy el que veo,
a mí me toca servir / envíeseme a mí
donde los ciegos están y no se come otra cosa
que tinieblas y dudas e incertidumbre,
frustración... Hineni shalcheni /
Hineni shalcheni
/ yo soy sirviente de estímulos,
yo traeré la certeza total, el pan
de la Confianza en la Luz.

23-03-2006

*

Cuando la avaricia parezca buena...

Darwin brought to light that; we, as humans, are ultimately sympathetic beings. We want to help others and, when we do, we feel good. We feel fulfilled, we feel successful and appreciative and are... wait for it. Happy!»: Dacher Keltner, Born to Be Good

La gran riqueza del mundo es el deseo,
deseo de ser y estar por un mundo significativo,
ferviente codicia, si se quiere parafrasear así,
pero siempe deseo de regocijo y libertad,
deseo de nacer y crecer bueno
y no ver ante sí un mundo miserable,
doliente y desprolijo.

¡Qué rico es el mundo nacido así cuando lo sabe:
y tiene el deseo de perfeccionar los cambios necesarios
y consumar la generosidad y, sin embargo,
qué triste cuando no lo entiende bien!
(y se ignora que el deseo es la esencia de la Revolución,
ese generoso deseo que oculta en sí
la vida toda y que sólo el generoso desoculta).

Deseo por todo lo mejor que la riqueza tiene:
ausencia de dolor, estrés, incertidumbre.
Siempre el Deseo ha sido la riqueza
y lo mejor de la luz!

Pero la política / suena su propia cuerno.
Lo sopla sonoramente a expensas de la generosidad
y en la Era del Toot your own horn
el deseo esencialmente revolucionario,
social, universal, generoso,
se desfigura al soplido del cuerno deshumanizante:
que nada tiene de shofar invocativo, cuerno
que nadie tiene de flauta o de lira de Dioniso.
Es el cuerno político que grita
Greed is good!»
Que te jodas si no avanzas, que yo empuño
todo con mi avaricia inminente, que yo compio
todo lo que tires, o que pierdas,
y siendo el mejor,
no dejaré nada, el deseo es mío,
yo controlo el desro y me apodero
de todos los valores
«You can bet on it.»


Significa que Wall Street dirá, cuerno en boca,
lo que proclamara Gordon Gekko,
que es lo que Ivan Boesky a su vez proclamara:
La avaricia es buena.
GREED IS GOOD!
No preguntes: «what can I do for you?»
Al contrario: «what's in it for me?».
La avaricia es mi cuerno de abundancia.
La avaricia es mi yacimiento inagotable de deseos.
La gente sólo quiere un trabajillo y migajas;
la gente no tiene el deseo del crecimiento
y el desarrollo acumulativo,
sólo unos pocos tenemos las agallas, los del Cuerno,
«cuerno pa' ti, pendejo, nunca serás rico, socialista.
Nunca, liberal, con liberalidad verdadera.
No vivirás magnánimo con tus propios bolsillo,
bola de perdedores, losers!
el Gekko avaricioso es el que puede
y ésta es la Era de Ensordecer Con mi Cuerno
a los pendejos.
«I toot my own horn!»
I am Gekko,
creando empleítos de mierda
pa' pendejo, mientras edifico mis propias
existosas compaña, all mine profit-making firms
y origino riqueza con despojos de mundo
que encuentro... Véanme: Boesky, Master del Gekko,
aprende, perdedor de quien ha olfateado
sus mundos quebrados,
sus negocios fallidos y reestructura
la mierda que dejaron medio tirada
(¡tantos fallidos Deseos del negocito,
su independencia financiera, una paz
para las vacaciones, hijos en buenos colegos
y todo en ausencia de temores);
pero... gente pendeja, sin talento....

Sean como yo, avaricioso, ido
sobre sus presas com depredador sin sentimentos.
Atraquen temerarios como si robaran un banco...
vendan caro lo que compran barato, véndaselo
a ellos mismos, los jodidos que antes les vendieron...
Y el que crea que tenga Avaricia, o sepa servir
a la codicia y el deseo, cuando vea un socialista
(de esos que se llaman revolucionarios)
muévanse al «killer edge», al claro del cazador
o el tirador certero. Y luego, a sonar
el cuerno victorioso.

«I attained my celebrity status because
I toot my own horn and I preached
my Greed is Good mantra to generations».

Al carajo las necesidades de tus semejantes.
La avaricia es buena y nacimos malos,
unos pendejos, otros sabios. dijo.

*

Friday, February 11, 2011

Poemas schopenhauerianos / De El hombre extendido

Contradicción

a Jesús / el Maestro
No se me defina el amor de una manera
que sea yo el crédulo que vaya y diga
de ese amor quiero; no se me defina así,
lo suplico, si ese amor no existe,
escasea o jamás se consigue.

Porque así me presento muchas veces,
casi a diario y con fe,
porque así me extravío y me aparto,
pero voy y llego tarde,
porque así mis pies sangran más
al pisar las ortigas del camino.

No se me defina el amor de esa manera.
Apíadate antes de emitir tal llamado.
El hambriento está en la husma,
con los pies sangrados,cuando se ofrece el pan.

El sediento está con el sol que se lo come
a mitad de la esquina y el crédulo,
con el alma hecha pingajos.

No sé me defina la incondicionalidad
de ese amor; si ya ninguna se incondiciona.
Si a los cristos los matan antes que pisen la ciuda.

Llegaré tarde y nada será
más grande que el rencor que escucharlo:
El amor se ha acabado y al Cristo
lo mataron los soberbios.

19-3-2000 / De El Hombre Extendido

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Todo lo que busco

Todo lo que busco es un recuerdo
en la densidad de este olvido,
alguno que entienda cuán grande es
la memoria que perdí, cuán doloroso
es vivir con la difusa culpa,
con el profundo remordimiento.

Es lo que clama desde mí
a un no sé dónde, a un alguien escondido.
Todo lo que busco es una dicha y un reposo,
una piedra que ungir, donde recostar
mi cabeza soñadora, y estos huesos
calados de frío y soledad.

13-7-2000

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Clase hegeliana

a una alumna que habla sobre el espíritu y la magia

«El espíritu es potencia sólo cuando sabe mirar de frente a lo negativo y cuando sabe permanecer en lo negativo. Ese permanecer es el poder mágico que convierte lo negativo en ser»: G. W. Hegel
En las especulativas fantasías de los mundos egoicos,
caprichosos, escapistas, el cobarde cree
que está a salvo del terror del mundo.
Alega un mundo bello en que todo se puede.
o todo se atenúa, o todo lo malo escapa.
Llama a ese mundo 'el mágico', donde la imaginación
es tribuna, el feliz quiere esa trinchera,
lo perfecto existe ahí.

Ciertamente, yo creo en el espíritu
como sendero que lleva a lo mágico,
como potencia que nos da Ser y nos pone
más allá de las perturbaciones,
la angustia de lo que adviene ontológico.

¿Qué sería yo, sin mi espíritu sino dos
entre dos opciones: un bruto amenazante
que corrompe el mundo, o tal vez
el bruto asustado que se deja corromper
escapano, con su cabeza en un hoyo...

Entonces, voy a repesar este Hegel
que tanto nos habló sobre el espíritu y sobre cómo
se despliega en la historia: el poder mágico
que vale, el espíritu que da para que viva
y transforme, «sabe mirar de frente a lo negativo».
Una pedazo de escoria, un pozo de injusticia,
son mierda, negativas cosas que no deben
quererse, sino transaformarse,
y hay que mirarlas bien para no pisarlas,
hay que darle un repudio, antitético
y cuidarnos de engañarlos los ojos.
No sea que querramos comérnosla.

Sólo se permanecerá en lo negativo
sabiendo que con la potencia mágica
del espíritu se libra el combate
por las transformaciones... de otro modo,
el espíritu no sirve de nada.

04-11-1989 / De El hombre extendido

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NOTA: La etapa en que escribí estos poemas fue una esencialmente schopenhauriana. La muerte de mi madre la profundiza. Es la etapa que me hace regresar a Martin Heidegger como quien buscar un mentor, no para que lo consuele, si para que mentuvise ocupado y tomando de cursos de alemán y de rompecobaezas, hermenéutica de adivinanzas. Entonces, con los interrogotorios sobre la pregunta original y me vuelta a los Griegos... descubrí el Orfeo / Dioniso / que siempre estuvo en mí. Esta es mi deuda mayor con ese esfuerzo de Heideggerianas que vendría después. Sucesivamente, los órficos me señalan al Oriente y Sefarad. La metáfora general subyacente de mi libro El hombre extendido / poemario premiado en la Universidad de California (Irvine) es mi peregrinaje de Occidente al Oriente. Es una metáfora llena de visos migratorios y símbolos de frontera. Tijuana / Mesoamérica / hasta nahualtismo y jerga chicano-fronteriza aprendí a apreciar y absorber.

Mis poemas órficos / De El hombre extendido

¿Te imaginas?

A Dioniso, el campesino divino
a los orphikoi,
a Fanny, a Conchita,
a Nereida Liciaga y Leyna Tez
¿Te imaginas cómo es sentirse hijo divino?
Tener la llave exacta de Alegría
y abrir lo hermoso con los ojos abiertos
aunque vengan los cuchillos
o la duda a cegarte, ¿te imaginas
la vida, dando pasión a todo lo que haces?

Saberte un poco árbol y echar ramas y frutos.
Saberte la vendimia y esparcir el vino
como si la mar fuese una cava,
la vid lícua de vida y de embriaguez,
el sabor gustoso de los entusiasmos.

¿Te imaginas túser dos veces nacido
aunque vengan piratas a tu barco
y el abordaje sea impulso vil de asesinos?

Saberte secuestrado y que Dios mismo
festeje tu rescate, que envíe lo que tú pides:
nada que sea absoluto... tal vez una canción,
un cabrillo, una tupida hiedra.
unas mejillas protectoras,
como yerba húmeda y fresca,
recuerdo difuso de Luna
y muslo de Dios,
sabor de hueso vivo entre bacantes,
¿te imaginas?

Saberte vecino de Orcómeno y de Nisa
y viajar entre montañas, educado por ninfas
y musas y ménades, viajar por cada mundo
a la mano, ser la cabrilla lujuriosa,
la rumorosa orilla, azul de cielo y pájaro,
saberte Tierra y Luna, exaltar la verdad
desde el placer interior, en theos, arrobamiento,
enloquecer por el amor ilimitado y no envejecer,
ser entre árboles, con el tirso de hiedra,
ser desnudo detrás de una parra
o un uvero, ¿te imaginas?
morir cada invierno y resucitar en primavera…


10-07-1986

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La voz salvaje

A Dioniso, hijo de Sémele
Olvidarme de mí mismo
¡eso quiero!
Abrir las venas del subjetivo lamento
¡eso quiero!
Olvidarme de mis inicialidades
y mis representaciones,
desafiar a quien reparte los destinos,
fluir naturalmente como un río
crecido entre rígidas Moiras,
que no piden más ádyton que las yerbas
que tapan el hoyo
y que no tengan ojos abiertos,
sino su gran amor
para que así ofrezcan algo,
el rumor del río,
la música de las que nace el Ditirambo.

Olvidarme de mí mismo,
¡eso quiero!
estar en la noche con los campesinos,
festejar la vendimia
que el alma cosecha con antorchas
¡eso quiero!
procurándose un grito y una danza
y una ebriedad dulcemete caníbal
y un sentido común disparatado
porque ya no hablas tú,
comportamiento diseñado...
habla la ausencia de palabras,
algo afuera de lo representado
¡eso quiero!
olvidarme de mí mismo.

12 / 08-1986

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Evocación de Orfeo

Canta el hombre. Que varón haya y hembra
que escuche exista, eya ambos dueños del poema,
la cítara, la lira, su proyecto
de música y de flauta, su memoria
de la Musa que lo hizo nacer.

Orfeo tiene la dulzura de los hombres
que a las bestias amansan, duerme
los perros bravos, calla sirenas y trinos
en la mar y en los aires.

En lagos de duplicidad y alharacas;
él sobrevive al dualismo de las cosas.
Con música se disolve la epifanía desfigurada
y el pavor. Que no muera el cantor
que por amor a los infiernos baja.

2.

¿Para quién es tu canción, hijo de Apolo,
heredero de lira? ¿Para quién la ternura
y la fidelidad, para quién la dríade que se muere
mordida a los pies de la serpiente
y a orillas de los ríos de Tracia?

Responde, Orfeo, porque tendrás que aprender
que las dudas matan y quien canta, si deja
su función, se pierde en infiernos mundanales.

Insultos de la tierra y el celo
de las hembras en deliquio, hechizadas,
lo escarnecerán. Canta o responde,.

Detuvíste tu canto, de repente,
y la rueda de Ixión no se detuvo.
La rueda siguió moliendo un corazón
en la venganza.

Se agotó el hombre que empujaba la roca
de su causa. Desfalleció en tristeza, como Sísifo,
por la pendiente hacia el abismo.

Canta, hijo de Calíope. Pasa tus dedos por la lira
porque los mortales te escuchan y descansan.
Responde a quién sigue exactamenten
tu canción y se consuela.

Prueba tu amor. Un perro duerme
porque en suburbios de la muerte das reposo.
Dí que cantas por los vivos y los muertos,
no sólo por la esposa que te ama.
Haz un canto social en los montes eleusinos.

3.

El hombre canta y esa es la verdadera pederastia.
Que haya un padre que le diga al hijo,
«Talla la lira, con magia de los dedos,
cohabita en el misterio de los cantos».

Canta por el ensordecido por los truenos
que matan; musita tu respiro hasta las tumbas
del caído. Entre la gente pestilente,
enferma en hospitales, en presidios,
en exilios, en las iras del hampa,
ofrece el sortilegio sonoro de una cítara,
la voz más inspirada de tu alma.

Canta, desde el drama interior
del sufrimiento, canta, poeta,
porque el dolor se repite
y prohíbe la alegría.

Dínos agriopemente la amargura
del amor perdido, ablanda el corazón
de los demonios; define la tristeza
para que puedas salir del agujero
que te tiene cautivo a su capricho.

Citaredo, no seas cobarde.
Si no vas a cantar, muere por amor
y no maldigas los dioses.
No golpées con la piedra el don de la alegría.

No escandalices con esa vibra horrenda
de congoja. Se está marchitando la cumbre
del Pangeo, se va secando el prado
sin canciones. Canta otra vez
el canto social y humano del que sufre.

12-03-1986


NOTA: El pueblo lo asesinó a Orfeo cuando destruyó la lira con una piedra y produjo un ruido, al hacerlo, que la comunidad no soportó y se decidió a pararlo. Esta es la moraleja: El que nazca para cantar, hágalo hasta el final de sus días.

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La muerte de la esposa

Murió como un gusano que trepa
a su penacho y se detiene.
La devora un lagarto verdinegro.

A nadie tengo aquí porque llueve en la sombra
y en mi paso. Y todo es un camastrón selvático
que depreda la voz con que lamento.

Las bestias huyeron y hablo solo.
Grito a los muertos y, en candelero,
está mi aliento únicamente
y mis ojos ávidamente perceptivos
ante la rica gratitud del todo
al filo del alba y el olvido.

7-13-1980 / El hombre extendido

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Bitácora personal / Julio Carmona / Bosque de Palabras / Mester de Obrería / Fernando Dorado Gómez / Uno de cada 3 españoles es antisemita / Poemas de Extor Martínez / Arte y Letras / Helios Buira / Amor y Nutrición / Kabbalah /Cuando la tarde muere / Privadamente / Cantos de ignominia

Poesía política: Carlos López Dzur


Indice

1. Prefacio
2. Psicopatía del conformismo social
3. Las tareas
4. Manifiesto emergente de los Carbonarios
5. Manifiesto del interés propio
6. Manifiesto del Desmantelador
7. El relato posmoderno de las Grandes Ilusiones
8. Su menú de palabrejas
9. Plegaria de James Galus Watt
10.
11.
12. De las hienas anti-islámicas



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Prefacio

«Quizás en el estado final no existan ya ‘seres humanos’ en nuestro sentido histórico de ser humano. El autómata está satisfecho (deportes, erotismo, arte, etc.) y el enfermo es encerrado. El tirano se convierte en un administrador, un engranaje en la máquina formada por autómatas y para autómatas»: Alexandre Kojève, 1950.

Usted, Hegel, póngase a la altura de su dialéctica.
No se ofusque hoy que testifica las tropas que avanzan sobre Jena.
Con todo lo temible que sea Napoleón, con todo lo artero
y criminal que sean sus ejércitos, no es el fin de la historia.
No es Dios o su Maha Avatara quien llega.
Es un enano con botas y una idea peligrosa, ya conocida,
la monarquía restaurada. La autocracia parásita
de siempre, el esplendor del lucro, la propiedad
otra vez endiosada en el imperio.

También en Jena, Federico Schiller, brillante y romántico
como ninguno en Europa, anticipó las más vulgares tragedias
porque los revolucionarios abrieron las cárceles
y en las calles, fuera de La Bastilla, se vaciaron
el pobre injustamente purgado de presidio,
y el homicida empedernido, rufián de vengansza,
resentido con instintos criminales
y son como bestias que muerden la Historia
y juntos, el pobre y el asesino,
la pueden devorar y acabarla
porque quieren lo mismo: no justicia,
libertad, saciedad de su noción de lucro.

Así pensó Friedrich Schiller, brillante y romántico
como ninguno en Europa, y la huída de presos de La Bastilla
es como la huída de los instintos de la historia represora
o como dar un Garrote para el suplicio a Stalin
cuando venga la hora de deslindes
y separar el grano de la paja.
En la matanza, sea revolucionaria o contrarrevolucionaria,
la Historia sufre y parece estar condenada a la muerte.
Hay que escoger y a veces, Stalin es el verdugo,
ya no Napoleón, ya no Robespierre
(hoy puede ser Hitler, mañana, Nixon, Bush o Cheney).

Por ser contemporáneos, lectores / intérpretes/
asustadizos de Alexandre Koyré y Kojève
heredamos esta misma manía
de castrar la Historia antes de verle los güevos,
detenerle la marcha antes de la apertura
del consiguiente movimiento dialéctico.
¡Qué mal agoreros son, de Schiller a Hegel
y de sus deudos al hoy Alejandro Kojève!
Todos asustados por cada triunfo
del burgués y el individualismo propietario
o de quien ya no quiere un dios humano y justiciero,
misericordioso con sus semejantes,
sino el anhelo de cómoda nalga en la butaca,
enorme pantalla y ver los muñequitos
y la idiotez lacrimosa,
cómo se envía la divina metafísica
a la mierda
y se pide sexo, automóvil,
licor fino, vicio, abundancia,
paz sin trabajo, todos cagados de risa,
el mundo color de rosa, o hecho rosa por esclavos
o robots que respondan fielmenet al propietario
y no tengan quejas económicass, salariales,
materiales, políticas... el mundo es perfecto
sin historia, sin pobres,
sin revolucionarios. Van ya muchos que los dicen:
Schiller, Hegel. Koyré, Kojève...

El aristócrata está llore que llore.
El apellido se le encogió con la pobreza
Ya parece hasta un ruso pobrecito
(él, Aleksandr Vladimirovich Kozhevnikov,
es Kojève, el ya nada que luchar y ya nada que perder,
el profeta del fin de la historia, y hoy
4 de junio de 1968, ha mueto y no sabe
que la historia qiedó viva
y da muestras de furia en la Primavera de Praga
y es violenta en el Mayo Francés,
en la ira de estudiantes armados y obreros
en Huelga General, pero Kojève
los odia: él quiere que muera la Historia.

*

Psicopatía del conformismo social

Tal vez cuando discursan sobre los radicales,
o sanbenitan a los sinvergüenzas y los delincuentes
algunos conservadores se piensan muy sinceros.

En el mundo hay violencia que no debe justificarse.
Y mucha es la violencia propiciada
que parte de agachones, cómplices de atropello.

Hay mucha injusticia y a veces da miedo hablar
y ser sincero; pero, hacer de la mentira una forma habitual
de mudez, es como perpetuar la comunicación
entre cómplices. Quien mucho calla no es prudente.

El que calla otorga y hay que saber ser sincero
sin que tiemble la boca, o cedan en demasía
las rodillas y se salgan los pedos.

Los gobiernos no informan estrictamente la verdad
al pueblo. Son ocultadores de los ultrajes que cometen.
Los mecanismos de control son artificios opresores.

Los partidos programan sus lealtades, no son
libres, no son críticos. Son los primeros que mienten.
Son las instituciones de la brutal inconstancia
de los tratos interpersonales.

Tramitan componendas y venden el país a intereses
que no son los beneficios que demanda el votante,
el hombre común y corriente, el trabajador.

Y este tambén paga impuestos, se rompe la madre
edificando obra pública, buenas carreteras,
escuelas, hospitales, planta física
para la gran industria: los truhanes.

No hay a veces suficiente información para decir
con toda la boca, con toda constancia: «Yo opino».
En los periódicos pueden publicarse lo que quiera
el que paga, llenarse de tinta la mentira,
oficializarse el embuste, la infamia,

Suma a las tergiversaciones la tele.
El gran dueño de la empresa no se corta el cuello
con la daga, si alguien se tiene que joder
que sea el pobre, quien más sufre y no sabe expresarse
ni adornar la pantalla.

Sí... El empresario manda.
Su noticia, aunque sea falsa, es la que deja
ingresos, sube puntaje / ratings en los mercados.

Al pobre hay que patearlo como siempre,
decirle que se vaya donde hieda su culo
máxime si es indio, negro, feo, proscrito,
tatuado, inculto... Y el pueblo, mayoría de conformes,
clasemedieros apenas, con ambición de avanzar
en arribos sociales, dependiente de sueldo,
temeroso de represalias o recrininaciones,
se avienta unas tareas de conformismo
casi patológicas.

Desde el puto lugar donde se encuentra,
se incapacita para vínculos sociales, afectivos,
solidarios, dignos de llamarse sólidos.
Le da verguenza gritar en una marcha.

Si el motivo es la explotación del indio,
o el maltrato a las putas, o violaciones de niñas
o de niños, verguenza siente de ir.
El no quiee regañar a nadie.
Ni al cura, o al diputado descarado y pillo.

Le faltarán remordimientos o más bien
cojones para muchas cosas,
pero, ante la disyuntiva de ir a defender a otro,
lo corroe la culpa, como si su conducta social
fuese realmente «inadecuadamente motivada».

Estos psicópatas de la inercia despolitizada
no tienen la capacidad de aprender de la experiencia.
viva, rostro del vecindario, espejo de la vida.

Creen que la pobreza es culpa del que es pobre
y que no hay escuela allí / el barrio o gueto /
porque el pobre no quiere
(aún cuando sepa que son politiquillos
quienes niegan recursos, esquilman
el erario, matan dirigentes, sofocan
a las marchas); pero el sincerote / sabio
de la sacrosantas mierdas, se posa
y se llena la boca por decir...

«Estoy en contra de todo comunista;
el que protesta ¡carajo! es revoltoso,
si lo matan es culpa suya, no del carabinero
si lo desaparecen por algo ha de ser.
El orden, aunque no sea perfecto, se respeta.

Pues bien: estos psicópatas tienen
su egocentrismo exagerado.
Si ya comieron ellos, ha comido todo el mundo.
Si lo han privilegiado, aunque no lo merezcan,
él no hizo trampas, es que Dios le envía suerte.

Es que él debe ser primero y primero yo antes que nadie.
Egocentrismo exagerado e incapacidad de amar al prójimo.
Véalo calladito siempre que media un beneficio.
«Nada es gratis; no debe serlo; pero peor ser pendejo».

Estos sinceros, con colmillo artero,
tienen teorías de lo irresponsable que son otros
y lo que tiene el destino caprichoso para ellos.

Hablan sobre los planes de vida que explican el fracaso
para quien no persiste ni lucha ni se afana,
pero ellos mismos no tiene plan ninguno
excepto la jactancia, cara dura al decir...

«Soy tan sincero.
La violencia es mala.
No construye. No genera nada bueno».
Pero su hijo está en la guerra y él va a la Iglesia
cada vez que le cuentan de soldados que matan
o paramilitares o asesinos oficialmente autorizados
para este contubernio de la muerte».

Estos sinceros, de conveniencia y pose,
están dispuestos a creerlo todo.
A callar con gritos a quien le ponga mollero.
Sueltan mierda por la boca a chorros.

Sus políticos pueden ser amorales, vendepatrias,
pero fueron electos y ya en el poder hay que perdonar
sus robos, coersiones, narcisismos, la retórica
con que ocultan, despilfarran, quitan,
desorganizan, matan
como impulsivas mentes criminales
vestidas de etiqueta, enjoyadas, bien pagadas,
pero socialmente hienas, putas hienas...

Cada año entre 200,000 y 400,000 niños
en adición a los que ya mueren por diversas razones,
morirán de hambre, sí, señor, de hambre en países nuestros
(donde los conformes, con discurso sincero-sicopático,
con temblor de quijadas hablan del Tercer Mundo
y la necesidad de globalizar neoliberalmente,
pertenecer, obedecer a los amos, defender libre empresa
y neo-explotación y neocolonialismo,
enterrar a las izquierdas, matar a Fidel Castro,
a Chávez, a Zelaya, al enemigo...

Billones de dólares se canalizan para ayudar
a los bancos. Enpero, al niño hambriento que se lo lleve
el diablo... al mara-salvatrucha que lo revienten a tiros,
al que proteste que lo fundan en los calabozos,
al disidente de izquierda que se vaya a Cuba
y se muera de hambre.

Los sinceros patriotas del discurso blando y sicopático,
héroes tienen, no son los locos ni come-candelas.
Son los prudentes que esperan el futuro, cruzaditos de brazos,
sin entregarse al cinismo religioso,
pero sin poner dedos en las llagas de nadie
especialmente si son los triunfalistas
los narcos, los nuevos dictadores..

Armados están de silencio y es mejor no oírlos
ni presionarlos porque te fusilan
con su sinceridad. Con ésto,
defienden a sus amos.

*

Las tareas

... porque vivimos en un mundo lleno de dolor,
alguien tiene que echarse la carga
de consolar al que puede.
Unos no van a querer, hay que saberlo.
Alguien ya se anticipó a llenarlos de una tirria
que es lepra y pústulas de fango,
pero al que pueda hay que decirle que hay algo
así, bajo el polvo y los pantanos,
como un pétalo de loto, o muchos pétalos
que no se contaminan...

Unos seres, desde su corazón o su razonamiento,
se han convencido de que no hay futuro
y el presente es lo único a la mano.
Alguien estuvo diciéndoles que ni siquiera
hay sentido, que es mejor No-Ser y practicar
el odio, desaparecerlo todo, hacer el daño máximo posible
antes de echar el último respiro; pues, uno
(hasta que no haya sido convencido de la patraña
subjetiva, individual, egoica, de esos predicadores)
tiene la dura tarea, decir que no es así,
no es así, no...
aunque el mundo esté lleno de dolor.

... por eso nace el contreras que consuela,
el terco que lleva la osadía a un pedazo
de papel, o al espacio del aire, al eco
donde se pueda cobijar una palabra
sin ese extremo del acábese todo de una vez.
El poeta se atreve decir lo que otro
se niega a escuchar.

... es que nos han convencido de que no hay propósito
ni belleza ni inocencia ni dignidad ni libertad.
Que esperar desespera. Que la angustia
es lo más sublime y lo más trágico
y, sin embargo, alguien nace parecido al loto
y se hunde en el agua y se lava el espanto.

Uno que divide en dos el pan que se come,
aunque no pueda hacer los milagros
de alimentar multitudes...
El nace para consolar y echar sobre su espalda
lo que duele; el tiene buen vientre
para moler dolor y abrir ojos de ciegos.

Unos sólo tienen una canción en los labios
y es la misma tristeza que se pausa
para ayudar a que se detenga
el dolor en el más triste aunque sea un momento;
para eso nace ese terco que sabe que bendice
aunque le toque morir después
de haber cantado...
porque aún las mariposas con sus muchos colores,
sus vuelos, su afán de agitar flores
y escarbar el polen, viven brevemente.

*

Manifiesto emergente de los Carbonarios



A los primos en las barracas
Todos somos aprendices de la Libertad,
sólo aprendices. Buscadores de justicia.
Ser libres es como hambruna que no acaba,
como sed que jamás se mitiga.

Como el carbón que, apagado parece,
y todavía arde y quema la piel desesperada,
el dolor de la labor es sagrada, carbonarios.

Primos, el Sol ya no ilumina nuestro bosque.
Y en las venditas sólo queda nuestro luto.
En La Rochelle han ejecutado a los sargentos
y los Maestros de la Venta nos desmoralizaron.

No sacaron la cara por los que están sedientos.
No apoyaron, cobardes, al que pidió
la lumbre libertaria. Son los apoltronados.

Todos somos aprendices, carbonarios,
una veces débiles, cansados, lerdos.
Otras veces temerarios, irrefrenables, suicidas,
negligentes; pero, siempre aprendices,
ante una Cruz a la que ataremos tiranía.

Ante una corona de espinas que al opresor ceñiremos,
ante unos clavos para taladrar de pies y manos
al que ofende a los pueblos, logiamos,
pues el hacha merece el enemigo y la sal
es la señal emergente del ahora.
Unjámonos en sal. Evitemos
que se pudra el escarmiento.

Aprendices, la Santa Alianza desde Austria
nos ataca con desdén. No es sólo Napoleón
el enemigo y no es sólo Fernando, rey
de las dos Sicilias. Con espada nos esperan
los Borbones. En Cataluña, nos sofocan
huestes de González Bravo, despiadado.
Y si el desánimo subsiste, nos acaban.

«Luchen. Salgan a la calle. Que no sigan
matando a los sargentos carbonarios.
Vayamos a las Jardineras, alimentemos
los hambrientos. Son hermanos».

Pero no confundan la senda
de esta logia con venganza rencorosa,
con La Mala Vita,
con La Camorra
con La Mano Negra
que nada tiene de Bazard, Dupont,
Lafayette, Boinvililer.
Ni los Grandes Iluminados.

«Limpiemos de lobos el campo».
Por Mazzini, Cavour y Garibaldi,
por los Buenos Amigos.
Limpiemos de lobos el campo.
Que las fieras no se acerquen.
Purifiquemos con carbón el aire.

*

Manifiesto del interés propio



¡Oh, envidia, raíz de infinitos males y carcoma
de las virtudes! Todos los vicios, Sancho, traen
un no sé qué de deleite consigo; pero el de la envidia
no tal sino disgusto, rencores y rabias:

Miguel de Cervantes Saavedra

When the fist fortunes were being made
in the Industrial Revolution, they undoubtely engendered
resentment among some people… it was tempting
for people to believe the wealthy people profited
at their expense. That's the root of envy-motive:

Helmut Shoeck
Un fantasma de resentimiento recorre toda Europa.
Brinca la barda y llega al hemisferio.
América recibe el Manifiesto de los Envidiosos.
La codicia es intrínseca, pero, en ellos, zarpaso,
alianza con un odio que ni lo propio suyo
lo contenta y disuade.
Mirad que cuando mira al rico por tradición,
lo mirado se caga en los calzones.
El que dijo «libre soy, pues, en abundancia
me libré de miserias», mañana dice: «El miedo
ya me quita lo que tengo».

La seguridad obnubila libertades.
El envidioso quiere el Social Kingdom;
el que tiene quiere paz y no la encuentra.
Grita con todas sus fuerzas:
«Dejen mis arcas tranquilas. Son mías».
Se siente como Zeus cuando le roban
el fuego del Olimpo.

Los prusianos se asoman. Tiembla América.
Son estatistas conservadores y compulsos,
leales al estado veedor. Y los neo-nacionalistas
perros de colmillos afilados. No serán compasivos.
Son victorianos tardíos que no temblarán
como cuáquero en la mufla de estos días
cuando hilvanan, hipócritas morales,
su vil entrampamiento. Que no vengan entonces.
Que no vengan.

Como panacea de cada mal sobre la Tierra
hartan su Estado Paternal, con sus versículos,
un paternoster que despoja y ofende:
(1) Santificado sea el nombre de la Envidia.
(2) Sea hecha su voluntad en cielo y tierra.
(3) Dános un pan por el que no hayamos trabajado.
(4) Perdónanos las deudas del consumo y la tarjeta de crédito.
(5) Así como nosotros nos vengamos en las míes
de los campos ajenos, pues, no tenemos nada
(6) pongámosle la prótesis al mendigo a quien falta
la mano, o al que renco se arrastra de un pernacho.
(7) Añadamos los dientes al mellado y el ojo al tuerto.
(8) Concedamos boletos de ida y vuelta al vagabundo.
(9) No metamos en cárcel al que pide, bien sabemos
que no hay tiempos de escasez; la pobreza
es la Edad de Oro de los apropiadores.
(10) Dividamos la fortuna en alivio ante la joya
del egoísmo institucionalizado… porque tuyo es el reino
del que tiene y las moradas en el cielo, las prometiste al pobre.
Y mugieron las vacas y dijeron: Mú,
cuando los envidiosos dijeron «Amén».

Un fantasma de amenza nos mira y no huye.
Salta a nuestros bolsillos como manos ladronas
y escarbantes. Cuarenta y siete millones de almas
en América se han lanzado con él.
Quieren salud y no morirse ni pagarla
(dizque no tienen seguro, que no le damos beneficios,
que están perdiendo sus casas, que en la noche
se acuestan con hambre); pero ya no tienen miedo
ni virtud; se lanzan al campo del vecino
y les beben la leche a las ubres de sus vacas;
amenazan que quemarán haciendas, que robarán
los bancos, que arrasarán hospitales;
que tendrán las manos negras, so pena
que así queden sus consciencias.

Vienen los fantasma bismarckianos,
eslavófilos, nihilistas, enemigos putativos
de las clase y van a desquiciarnos el sentido:
la propseridad, el interés propio, la calma
de Dios en las iglesias, la civilidad del parlamento.

Leed el Manifiesto que han traído.
Quemadlo luego. Allí nos llaman tiranos,
mercantilistas, dueños del privilegio,
agentes malthusianos de miseria, divinos reyes laicos
del embuste, la exclusión, el cálculo logrero
del consenso, individualistas.
No entienden, no entienden que ninguno
por ley ha de ser obligado a procurar
el bienestar de otros.

Allí proponen la agenda de la Envidia
Escrita en un lenguaje saduceo:
Public Good First! Social mind! Social control!
¿Cómo es posible que fundemos el escollo
que los pare, América? ¿Con qué ideal habremos
de parar al Estado hegeliano si con lo divino
se han limpiado los traseros y su sólo fundamento
es la envidia, protegida y encarnada en un Estado
gigantesco y devorador, que nos pide que vivamos
en servicio, sometidos al puño de sus idearios?

*

Manifiesto del Desmantelador




Majorities can be tyrannical… What I find must repulsive
in America is not the extreme freedom reigning there,
but the shortage of guarantees against tyranny:

Alexis de Tocqueville
Un fantasma de tradición recorre toda Europa.
Brinca la barda y llega a otro hemisferio.
América ha recibido el Manifiesto del Desmantelador.
El interés propio tiene precedencia.
Abajo sea el grupo que no se pone en pie
sino a través de la misericordia y la benevolencia fraudulenta.

Hay que derrocar a los parásitos que del andrajo
han hecho un Santo Grial, su propia verónica de penas.
Derrocar al bicho que no paga al gobierno sus contribuciones.
A monarcas absolutos a quien dicen
«Papá» / Papa Estado
por la niñez de la masa que se antoja perpetua.
A los prusianos de gesticulación benevolente
dan su culto, su fe, sus viles pasiones
y a Bismarck lo llaman Canciller.

Tradicionalistas: ¡enteráos que Bismarck vive!
Y la ignorancia racional enciende a garrotazos
sus clamores y el tambor es un engaño lógico barato
que depende de los tributos a la renta
en menos de un cerrar y abrir los ojos al futuro.

Declaramos que abajo sea la transferencia
del paternalismo, abajo el que da
y derrocha con el pretexto del pobre,
porque sólo modifica la injusticia y no la acaba.
Sí, que muera el welfarismo, con las sabandijas
de su origen burocrático y robo institucionalizado.

La tradición está tan cerca que América
y el mundo comen Cheerios y el Estado Benefactor
es el que engorda a estos animales económicos,
tímido rebaño de obreros de lentejas congeladas
y de cervezas frías, bocas que aplauden
con cada sorbo al Establecimiento.
Ya no piensan que la caridad es voluntaria.
Demandaron que se viva para otros.
Que el altruísmo sea su dogma contra el ego.

La tradición está a las puertas con su lema:
Abajo el que no piense como yo.
El capital lo que requiere es egoísmo.
Que sea éste el fundamento antes que las mayorías
al capitalismo lo asesinen en las calles.

¡Enteráos, Bismarck vive! Y lo mismo es amigo
de los Woopies jubilados que de un ejército
voraz de carniceros; el Manifiesto ya dice:
¡Desmanteladores, pongan el alto!
Que no viva Solón con su parche en el ojo
de pirata si es la encarnación fraudulenta
de este mal: la protección política del necio,
la perfección de la blasfemia práctica:
Estados intervencionistas que con sus manos
roban lo privado, depauperando al rico…

Este es el Manifiesto del Rational Self-Interest:
Hay que derrocar las mayorías, todavía son verdugos
con su mano tullida, pordiosera. Todavía son tiranía
que rumia y salta de contento cuando triunfa
cada estímulo inmoral que la sostiene
y le paga el pan y el circo.

La Tradición viene amenazadoramente
para redimirte, Individuo. Cabeciduramente victoriana,
el ala benévola que contra la extracción de la renta
del próspero dirá; ¡Basta! y a la extorsión de los políticos
les pondrá un remedio. Házte oír, truena los dedos,
abole de raíz tanto parasitismo vestido de piedad
y santos votos. Guarda este Manifiesto reeditado,
házle sus odas de egoísmo en las urnas
que son cálculos aproximados de consenso.

*

El Relato posmoderno de las Grandes Ilusiones

El mundo puede ser materialmente
muy hermoso. Hay que ayudar a forjarlo
y yo lo quiero así, pero no es suficiente.
Preciosa sea la convicción de alma.
Sin su hermosura, por más bella que sea la geografía,
se tiene un mundo de mentira.
Una cloaca es el mundo, vómito expandido
para la compulsión de consumo.

El trabajo puede ser honorable, verdadero apero
que redime, ilusión de cada mañana productiva,
anhelo que se tiene después de la noche de reposo.

Yo quiero ese trabajo, creativo, dignificador
de mi día; pero, fatigado de acoso
por explotadores, condenado a la voluntad
del miserable, el trabajo me aliena,
me empobrece. La producción se vuelve
la factura que encadena, la mentira, el cebo
para engranarme al sistema de mi oprobio.

El conocimiento es el misterio más amado,
lo inagotable, lo indispensable, victoria que corona
a los puros y yo lo necesito como mi alimento.
Sin sentido... las cosas no brillan en sus méritos.
Sin esa luz, el mundo está en lo oscuro;
pero, mire usted, lo novedoso y atrayente
es ídolo carente de verdad, de valía.
Es sólo una lujuria de los ojos.

Yo no quiero ese infinito bombardeo
de la costumbre vestida de palabra y dobles intenciones.
No esos medios que para comunicar mercadean,
reprograman, aturden, reconstruyen su parche
de malicia. Manipulan, mienten, aridecen.

Quiero el amor, lo que da paz y empatía.
Lo llamo conformidad, aceptación, convivencia,
pero, incondicional no es. Y lo que doy y lo que tengo
parece insuficiente y me siento que no puedo
merecerlo. Orilladas están sus mil invocaciones.
Mi amor se ha convertido en soledad,
anónimo llanto, dolor escondido en la sonrisa
hasta que venga esa muerte transmoderna
y me recoja en el seno de su anhelo.

Hay grandes figuras carismáticas, modelos de ser
que no son tal vez celebridades; pero son lo profundo,
lo ejemplar, lo modélico, yo quiero amarlas.
Las admiro y no puedo alcanzarlas porque son
como ajenas y ellas no están conmigo.
Son como divas que hacen lo que les da la gana.
O los centros de poder las ocultan,
vedándolas, las manosean a gusto
y le quitan el lustre.

Son el lujo de aquel que las controla
y las pasea como a perros de raza por las plazas
de sus presunciones. Entonces, me conformo
con los seres sencillos, humildes, olvidados,
simplemente mediocres, aislados, en el mercado
de la cultura popular. Seres como yo,
quizás incomprendidos.

... porque ya la ideología está desmeritada
y el contenido del mensaje se condiciona y se vende.
El mundo está rehenchido de mejores postores.
Con la imagen decorada, todo se sustituye;
ya nadie quiere amar lo profundo, ya no se cree
que haya verdades, no se cree en nada
que no se venda y no se toque.

Lo mismo vale una ilusión con pequeños ídolos
que te dañan los ojos y la ansiedad del alma.
Las convicciones valen lo que el apetito
y te alimentas con escoria y formas vanas,
bisutería de cínicos, correctamente audaces
que devoran y corrompen.

Por eso lo que no aparezca admitido por ninguno
es lo que a mí pertenece. Estoy donde no está nadie
y nadie quiere estar. Ahora no me interesa
el mundo hermoso, ni el avatar de los célebres,
tampoco el mundo de grandes triunfadores.

No me interesa el amor de los felices
ni el dolor de los grandes sufridores.
Me hace daño.
No me interesa el sentido del fracaso
ni las revalorizaciones fragmentarias
del cosmos y el origen.
No me interesan las Grandes Ilusiones.

*

Su menú de palabrejas

Para tener una ideología contemporánea
con la que pueda llamarse adversario por principio
y jactarse de tener / en nosotros /
a su léxico añadió el menú de convenientes palabrejas:
el subversivo, clandestino, oveja negra,
el que nunca ha de ser ente fraterno
o querido, el comunista, masónico,
enemigo de Fernando VII El Deseado,
el foráneo sacrílego, enciclopedista,
descreído afrancesado, racionalista,
calvatrueno, incendiario, ateo...
inventores de paso del Estado Laico,
la decadencia de la Iglesia,
el independentismo
de las viejamente adheridas regiones
cantonales,
autores de la Guillotina,
impusores del esplendor revolucionario
del 1789 en la Francia jacobina.

Y usted viene derechito al odio
(sin ningún referente de su sucio pasado)
a recordar la revolución de La Comuna (1870)
y a asegurar que dos masones inventaron
el himno de La Internacional socialista en 1871.
Usted viene a recordar lo anticatólico
que somos y lo inhumanamente anticristiano
como si usted no tiviese represores
ni errores en sus expedientes...

Usted que favorece una moral
autoritaria y dogmática
(la misma que nos diera la hoguera,
la Inquisición, las censuras aberrantes
que han durado siglos... usted que no entiende
por qué a nuestro arquetipo se expulsó del Paraíso...
ahora pues, ya tiene un menú de palabrajes
y nos negará un posible vínculo con otros
sobre la base del conocimiento, el cuidado,
el respeto y la raíz, sin la cual no hay sentimiento
que nos ofrezca pertenencia
ni sentido de identidad.

*

Plegaria de James Galus Watt



I do not know how many future generations we can count on before the Lord returns, whatever it is we have to manage with a skill to leave the resources needed for future generations...

Everything Cheney's saying, everything the president's saying, they're saying exactly what we were saying 20 years ago, precisely ... Twenty years later, it sounds like they've just dusted off the old work: James Galus Watt, ex-Secretario del Interior de los EE.UU.
En la iglesia, hay una izquierda mentirosa.
Cree que yo escupo sobre la geografía
y me orino en los Grandes Lagos.
Que me lavo los oídos con brea, indigna
costra de mi algarabía ante el inmundo eco
de lo que ellos dicen, y que hago gárgaras
con petróleo, alegan por añadidura y me burlo
del hipócrita viejo comunicador, quien me dio
nombramiento para hacer en su nombre
su trabajo sucio. Pero no es por él que yo
me rebelo, me jacto y doy estas rabietas
[Reagan me importa un bledo]; es por tí,
Señor del Cielo,
que, en los plea bargains, doy fe
de un delito más o delito menos.

El cochino teatro de las izquierdas ambientalistas,
jodidos judíos anti-gubernamentales,
sons of a bitches, me persiguen,
cinco años de probatoria han sujetado a mí
y multas y 500 horas de servicio comunista obligatorio
[en América USA, Señor, en tierras
de vaqueros del Green River de Wyoming].

Contra mi persona decretaron 25 delitos
de perjurio / felonías / y alegan que yo obstruyo
la justicia; que soy adicto al petróleo
en el café de la tarde y no protejo
ni a gatos ni ratones.

Soy enemigo de las focas-leyes
y las moscas-especies
en peligro por mis manos-de-extinción.
... Y todo porque mando a tu Arquitecto Hiram
a los aserraderos, quiero el árbol frondoso
para hacerte el Arca en la Alianza en los bosques.

Para que reposes, adorno tu almohada,
decoro tu pared y tu cama, con piedras preciosas
de las minas. Soy en Tu Nombre quien perforo los pozos
y honraré tu energía, quiero que se descubra
el combustible de Tu Aliento y todo
lo pusiste en el subsuelo...

«We will mine more, drill more, cut more timber».
No me importa decir No a quien se oponga.
No me importa conturbar las huestes del socialismo,
sea el que fracasa en la Siberia Roja,
sea el que abrigamos aquí, con mentirosos...

Sí, no dé rubor si lo digo:
«Don't go to Russia, come to America and go
to the Indian reservations».

Pues, sí... Señor del Cielo, si he de cumplir
esta encomienda, que allá en la iglesia
o en ceremoniales, me hagan su poquito
de silencio y de honores.

Las bandas de rock me ensordecen,
me aburren. Tienen cierto elemento indeseable.
¡Sabes cómo me deprimen los maullidos
de los gatos! Sácalos fuera y ni siquiera
los suplantes con palomas... Llévatelos a todos
los que se comen sus bigotes en la sartén
del aceite caliente; húndelos en las minas
cuando estalle la pólvora de la industria
con su violenta estampia.

No será jactancia entonces que diga
muertos gatos y perros se acaban
de una vez pulgas y rabias.

Señor, antes que bajes, tal Redentor, al planeta,
yo te administro abajo, rentaremos al menos 4 millones
de km² de costas. Exploraremos las aguas
de tu manto, y los mineros del carbón
a fin dar festejos, te darán el mejor recibimiento.

La industria quiere que haya gasolina suficiente,
independencia petrolera programada para ese día
en que vengas en gloria y preguntes:
¿Qué hicíste con los recursos que te dí,
cómo has utilizado los mares, las bestias,
los bosques, cuántos ranchos en fin
me fabricaste, en fin, supíste sacar
el lucro del ambiente?
No te dí medio ambiente.
Te dí el Ambiente Entero
y la capa de ozono
y el efecto invernadero.

... porque, al parecer, hay unos cuantos perversos
que van a atajar mi paso, cuando vaya
al Juicio final y Tú vengas, oh mi Señor,
mi guardafango, desdeñador de pancartas
de la National Wildlife Refuges, vendrán
con los hostiles ambientalistas,
a soltar las alimañas cabilderas
de los Verdes intereses y las especies raras.

09-10-2001

*


*

De las hienas anti-islámicas


«Omar Suleiman started his career, in terms of relating to the United States, in the '80s. In 1993, he became the head of the Egyptian General Intelligence Services, which is just somewhat like the United States CIA. It does external security, but it's part of the military. He is the CIA’s Man in Cairo and Egypt’s Torturer-in-Chief and in the 1980s he studied at the John F. Kennedy Special Warfare School and Center at Fort Bragg in North Carolina»: Lisa Hajjar, profesora de la Universidad de California, Santa Barbara.

Ahora que Egipto se yergue en pie
con la Revolución victoriosa, pacífica
y lentamente digitada en heroísmo,
su revolución de febrero en la Plaza de Tahrir,
las hienas que —de seguro se aproximan—
vendrán a salvar fantasmas cómplices,
a rectualizar alianzas de pillaje,
reenlazar cadenas de asesinos
y cobardes encumbrados
sobre los que la Revolución dijo:
«Que se larguen. Aquí no los queremos»;
pero la tarea de hienas ha de ser
¡retenerlos!

En Miami, una vieja vende-patria, que ni siquiera
es egipicia y ni siquiera yankee por ancestro,
quiere que se haga lo contrario:
«Déjénlos ahí;
son hombres nuestros,
occidentalizados,
defensores del capitalismo».


Y la Hiena de Miami, congresista
Ileana Ros-Lahtimer, para ser más claros,
si está en la vela de siempre, celosa hiena
que defiende despojos,
reseñadora para Univisión
de sus celosías y su miedo a la Hermandad Musulmana,
al porvenir incierto, ¡ay!
porque si se va Sulaimán
se va un amigo, se va el Torturador en Jefe
de América-USA en el Cairo y en Egipto.
Se va el pretexto que nos mantiene en nuestros
cargos congresionales funestos
del vendepatrismo.

Omar Suleiman es 'brillante y realista',
que no se vaya él —es lo que pide la Hiena
y todos los que adoran el vómito de la ilegitimidad
y la sangre que del pueblo ha sido derramada...
Que no se vaya, cuando Hosri Mubarack
deje el cargo, ése que él quiso de vicepresidente,
¡ay! que no se vaya Suleiman.
el aliado fiel, experto en rendiciones
(si rendir enemigos de Israel o de América
equivalen a torturar).

Si se quedara Omar
como presidente de Egipto:
«There is no question
that Israel shall be most comfortable
with the prospect of Omar Soliman».


Las hienas tienen planes para todo
(¿y el beneficio para quién?) Para todos,
menos para el pueblo que dispuso el cambio
y quiere redefinir libremente lo que sea su democracia.
La democracia burguesa de los yankees
que se muere también. Dénsela a las hienas.

Hay que administrar la incertidumbre
porque el dictador por 30 años se va,
pero el reino de las hienas no se querrá ir,
el reino de antiislámicos en tierra islámica,
el reino de Occidente en el Oriente
que no se deje comer, el reino que mató
a unos 300 jóvenes egipcios en los días
que la Plaza abarrotaba sus anhelos de cambio,
que echó sus caballos y camellos contras las multitudes
para irse con la gala represora y dejar sabor
amargo entre los héroes, ese reino se quiso retener
y se Suleiman lo quiso, como las hienas
lo quiere, en el reculero y en compinchazgo
con las fuerzas perversas de los Estados Unidos...
(«and he is also ideologically deeply committed
to an anti-Islamist politics»), ¡ay, se va
dice Ros-Lehtimer, hiena asesora de Univision,
quien de pronto experta en todo
la necia vendepatria,
hasta sobre lo que a Egipto conviene
una vez se quita de encima 30 años de robo,
empobrecimiento, supresión, e ira contenida del pueblo...

Que se va Suleiman («an ardent anti-Islamist»),
¡qué pérdida para los Estados Unidos,
Gran Bretaña e Israel!— lloran las hienas
al entragarse al recuentos rememorizador
de las canalladas históricas desde los tiempos
de Clinton-Bush, Cheney y Rumfeldt
y otros genocidas: ¿que han capturado
al militante Al-Libi del campamento en al-Khaldan
cuando huía de Afganistán?
¿Que cayó en las manos de Egipto
donde fue brutallmenet torturado?
¡qué hazaña maravillosa de Suleiman
en favor de los Estados Unidos!
«Ese es nuestro varón de guerra en El Cairo».

¿Que la confesión fue falsa y en base de tortura?
¡Qué hazaña laudable el interrogatorio a Al-Libi!
¿Que fue enviado a Libia en el 2009
o forzado al suicidio para que no dijera
cómo tortura el egipcio que la CIA entrenara
y cómo fue obligado a mentir
por orden de Suleiman?— qué mucho
puede aprender el egipcio vendepatria
cuando se deja instruir con las mentiras de Occidente
y llenar el bolsillo con el dólar que todo lo compra
y lo paga, mentir, no soportar, no disentir,
pero la mentira en boca de al-Libi
(él la paga suicidándose, si no puede combatir
y si le obligan a mentir, mejor muere
aunque lo desinforme la prensa vendepatria,
corrupta, anti-heroica, sensacionalista y mercenaria).

Blasfemia es eco
de lo que Norteamérica (Bush-Cheney)
quiso oir, desde los medios, para justificar
la guerra viciosa: «al-Qaeda opera en Iraq campos
para entrenar en armas químicas y biológicas»
y lo dice el combatente al-Libi,
e importa madre que Collin lo crea o lo descrea
(la Hiena quiere oír que ésto es lo cierto,
la hiena quiere sangre en medio oriente,
no en TODO / Entero Oriente / porque allá
hay petróleo y Mubarack y sus hijos son del club
de supermillonarios y éso es Libre-Empresa,
ética protestante-weberiana, no islamismo...
y se buscaron esas armas de la confesión
de Al-Abi en simulacro de rastreo
y no las hallará nunca, no existen tales armas
sólo existen pretextos occidentales
para hacer guerras, vender armas,
robar tesoros de Irak, tener la izquierda en jaque
(hoy llamándola fundamentalistas, islámicos,
hermandades del Eje de Mal...

Si de algo hay que dar cuentas es sobre
«tus secuestros sistemáticos
de presuntos terroristas y las cárceles negras
a las que transferías tus víctimas en el decenio del '90»
¡esas sí son evidencias que se hallaron!
vuelos de cómplices hacia Egipto
para que se cumplan ejecuciones y torturas
de la CIA, ¡esas pruebas sí que se hallaron!
auxilio para que Israel y Norteamérica repriman
los palestinos a través de túneles conectivos
entre Egipto y Gaza, ¡eso hubo! y las hienas agradecen
la Operación Plomo Fundido, al final
de enero 2009, asedio y bloqueo de Gaza,
hambreamiento anti-humano del pueblo palestino
por el lado egipcio, eso sí hubo
y Suleiman torturando con sus propias manos
al egipcio Mamdouh Habib, ya siendo ciudadano
de Australia, eso sí es sabido y tan avergonzante
como el caso de Ibn al-Sheikh al-Libi,
que permite que se declare a Saddam Hussein
falsamente vinculado a al-Qaeda
y se desate esa oleada de sangre
que valoran las hienas, como ella, Ileana-Ros.
asesora del despojo y de la mierda
en las congresalías por la Florida
de los vendepatrias.


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