Monday, November 24, 2014

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TIPOS PINTORESCOS

EL CARACAZO / NOVELA / CARLOS LOPEZ DZUR





Uno
Parece que busca un escondrijo


Dos


Tres

INTRODUCCION / TIPOS PUEBLERINOS

EL POR QUE DE ESTE ESTUDIO:
EL FOLCLOR Y LOS ESPACIOS DE EMPATIA


            En el proceso de construcción socio-cultural de los pueblos, se habilita una persona o grupo de ellas cuyo quehacer espontáneo, se confunde con el patetismo y ridiculismo. Diversos factores  se cuelan al folclor social con sus rasgos y desfiguran su valía. Propondré una definición asociada a esta (persona / o grupo) que mal utilizan las terminologías. Mi intención es que se haga referencia más precisa a lo que es el tipo popular, localista, pueblerino, o. en algunos casos, ‘pintorescos’, y que se inserte, sin sospechas, adecuadamente, a su justa dinámica social a quienes lo son.

            Como razón básica es idenficarlos, quererlos e integrarlos a la cultura, dispusimos que el homenaje comiences rememorándolos.
           
            (1) No se ha logrado formar un pueblo, en concordia y paz ideales, porque seamos simpáticos o buenos por naturaleza. No hay comunidades en regocijo total. Ningún pueblo es tan simpático que haya eliminado la aflicción y las contradicciones y San Sebastián del Pepino no es la excepción. Pero les anticipo que hay un hallazgo sociológico esperanzador. Todo es cultura arrancada de las di-ficultades materiales y retos. La cultura es inseparable de las condiciones históricas en las que los seres humanos desarrollan su vida material. También existen, desde siempre, las relaciones de dominio y subordinación que son las que rigen el orden económico y social y desde ahí determinan, en cada etapa, la vida cultural de la sociedad.
            Ahora bien, el hallazgo es éste: La herramienta con que la psiquis humana dispone para expresar los flujos de sentimientos positivos en la vida se llama «empatía». Una comunidad, por mas grande o pequeña que sea, está sujeta y bombardeada por problemas sociales, desde los prejuicios cotidianos a la conducta violenta de grupos o individuos particulares. Todo ello obstaculiza el disfrute y expresión de lo empático.
            (2) Simplemente como tipos en las tres categorías, a cada uno de los mencionadas corresponde una convivencia cotidiana con su espacio antropológico, contradictorio, irracional y vital. Pero porque «el mundo se hace para la conciencia, para cada conciencia», estos sujetos son estudiables y, por ende, reconocibles.
             Al referirlos como tipos no indico que hay tal cosa como un hombre genérico, más bien, al decir de Unamuno, lo que existe es «el hombre concreto de carne y hueso». «el que nace, sufre y muere, sobre todo muere», mas, en mayoría de los casos, es un hombre atrapado por el encubrimiento y la nivelación, características del mundo público.
             De este 'hombre concreto / cotidiano' se opina desde cierta distancia y medianía que hace difícil comprender su auténtico QUIEN, o su persona. Quienes opinan noveleramente ante el TIPO (cualquiera sea) lo fabulan a través del «se dice que» hasta convertirlo en un DON NADIE / esto es, su 'quién' impersonal,  el  Neutro Se o el Uno [das Man].
             Esta es la teoría básica con la que desarrollaré el tema de los tipos (pintorescos, folclóricos y populares) tal como se valoran desde la plataforma de la publicidad [die Öffentlichkeit], o lo que se dice sobre ellos y, en realidad, oscurece las cosas de su cotidianidad al pretender presentarlos.  Es un enfoque heideggeriano al tópico.
            Así, pese a lo encubierto de sus vidas o al ajetreo que ocasione la presencia de algunos de ellos en la calle, no son presencias del todo aprehensibles como cosa sabida. Ni sus personas son tan accesibles a cualquiera. La riqueza de un personaje de pueblo puede pasar como lo más opaco. Esa es la tragedia de vivir como DON NADIE / o, mucho peor, este es el TIPO COMUN Y CORRIENTE. Equivale a un 'quien' entre el montón de quienes que solicitan la atencion de los otros y se le asigna un mote y, a final de cuentas, es uno de que no se llegará a conocer su verdadero nombre, edad y procedencia, pero su estampa sobrevive en la cotidianidad con un apodo.  Y la cantidad de empatía / simpatía /aceptación / compasión / que se le asigne… Por ejemplo: pasado el tiempo, ¿quiénes ya saben / o recordarán / el nombre de La Vaca, o detalles realmente humanos, de Guilimbo, Don Lion, Brooklyn, La Carla, Matineé, Pablo Raton, el limpiabotas, Rita la pordiosera, Wilson, Macuca, Vivo, Pachanga, el Cuida-Carros y La Boba Cuatro-Deos Miguel “Cheveca”, Millán y las muchachas?
            De los tipos pintorescos y populares comprendemos que son epocales, mueren y se llevan sus secretos, dejan sólo su nombre en paulatinas dosis de vigencia y memoria que apenas se recordará, según haya sido el interés del curioso. A veces, por idealizarlos de alguna forma, construimos abstracciones con ellos.
            Decimos amarlos. Identificamos al pueblo con el personaje; pero un tipo pueblerino no es un logos, sí es un proceso viviente / humano.

            FOLCLOR SOCIAL: Ofrezcamos homenaje a todos, reco-nociendo su rol en el folclor social y en la llamada ergologia. Una manera original de entrar en el tema de la identidad de los pueblos es familiarizarnos con el folclor social y su sentido histórico-material. La ergología,  en sentido amplio, derivada etimológicamente de los vocablos griegos, ergon, acción, obra, trabajo empresa, y logos, palabra ... y eso han sido prácticamente todos los tipos admirables. Gente de acción y trabajo.
            Algunos fueron los aguadores cuando no había acueductos. Entonces, se le vio como imprescindibles, aunque después su función se diluyera y se dijera que son meramente anacrónicos, ¿Quiénes fueron los faroleros, cuanta fue su importancia cuando no habia servicio de electricidad? Los cargadores (con mercancía puesta sobre sus hombros y a pie) cuando apenas había carreteros, o vías de transporte expeditas para determinados caminos, los carboneros cuando no había el servicio de gas fluído, los sastres cuando el surtido era escaso en las tiendas y la norma fue la artesanal y propio / los hamaqueros / primera cama de la familia pobre... en fin, no siempre hubo almacenes modernos, pero si gente con una tarea peculiar de servicio. ¿Y qué tal cuando no había servicio de electricidad, o refrigeración, y ciertos alimentos había que entregarlos a domicilio, de mano a mano? De ahí los repartidores de leche y así ciertos combustibles: el carbón... Ahora puede parecernos claro la relación de esos tipos con la gratitud.

* Para fines prácticos de este libro, se designa TIPO POPULAR a gente que es admirada, se ha ganado el cariño de sus compueblanos y que por ello goza de popularidad o aceptación que les sobrevive hasta mucho después que han muerto. Es como los ya descritos dentro del folclor social: gente útil y trabajadora que han sido pioneros de alguna novedad. U oficio o actividad edificante. En este grupo ni por-dioseros ni enfermos mentales. Desde el punto de vista de la ergologia, el hombre útil se orienta y procura la adaptación a las condiciones de su productividad y la tarea, que permitiría dar un servicio dentro de limitaciones de su circunstancia histórica.
            El tipo popular ha sido capaz de alguna 'osadía'. O cualidad, socialmente significativa.. Se les admira / acepta por razones que no partidarias. Se les admira por recursivos. Ni sectarias, sino civiles / empáticas. O espirituales, culturales y sociales. El tipo popular puede que tuviese su gran ideal, algo profundo por lo que anhelara ser héroe, o lo mejor en aras de realización y prestigio. A lo mejor lo conocido conocido en su vida, es atesoro grandes sueños. O soñó en grande como Don Quijote después de viejo y pobre. Puede que encarnara el espíritu de su aldea y que se tronchara el arquetipo de su anhelo. Cada ser humano anhela ser un reflejo de su propia vida y de su propio yo, pero en escalada ascesional / aunque no se pueda con la prontitud anhelada.

SER HEROE ESENCIAL:   En cuanto al héroe, las opciones son pocas. Aún así, la literatura se estudia este tipo de sujeto / el hecho del folclor como una historia viva y posible / porque puede que aunque lo acosa el olvido, nunca se autoderrota, pese a su provocada decadencia.
            
El folclor de lo heroico no se produjo para ser moda o gesto apogeo, o fenómeno común No está en competencia con otros modos de conocimiento. No es posible hablar de la muerte del folclor como no es posible hablar de la muerte de la historia. Ni de la desaparición del atruismo o heroico o sus mitos, a ratos decaen. William Blake alegó en sus Proverbs of Hell,  que el héroe cultural tiene la «visión espiritual, imaginación, poesía, oculta al entendimiento», que falta al tipo común y corriente. Lo asocia a un origen divino.
            La razón de ser de este remanente de humanidad, gloriosa y trágica, extravagantemente peculiarizada, es la oferta chocante de su accionar, el milagro de su sobrevivencia en medio de un mundo hostil, con demasiadas penumbras y contradicciones sociales.
            Quienes a sí mismos se llaman normales, coherentes, exitosos ciudadanos, son los márgenes de su contención, el ser que ellos echaron al olvido. Don Nadie los reprueba y los manda a los infiernos, en tanto los oyentes y aventureros, vecinos con rico soluto, quienes saben compenetrarse y perdonar las transgresiones culturales comulgan con ellos, «en un amor que es la expresión misma de su divinidad» (William Blake) cuando les admiran y buscan. O forman corillo por curiosidad o simpatía.
            Tristemente, por ahora, es el saber de oídas, el conocimiento de segunda mano, que se diluye, se falsifica o mistifica; también es cierto que si el folclor tuvo un creador individual y único, en algún nivel de la sociedad, pasará por la réplica de sus usos y aportes nuevos a ese triste destino. Cambiará y evolucionará, porque el conocimiento que pasa, de boca en boca, sufre muchas mutaciones.

            EL TIPO FOLCLORICO: El tipo folclórico refrenda la cultura del jíbaro o campesino por antonomasia y que en el contexto de Puerto Rico data desde temprano en la colonización española. Y el término 'jíbaro' no sólo fue de uso en Cuba y La Española, sino donde quiera que se poblara una isla por los taínos, pues el vocablo y hábitos de esta gente taína llegó con los pueblos originarios en su viaje por el Caribe, desde lo que hoy es Venezuela. «Jíbaro quiere decir hombre de la montaña, o gente del bosque, y teorizamos que fue una forma en que se autodenominaban los ancestrales habitantes de Boriken. En Pepino fue igual. 
            Y es un hecho de que desde las rutas de la Guaira venezolana, la Amazonía, las Cuencas del Orinoco y las Guyanas, arribaron los indios, costumbres nuevas, mostrencas y sus dialectos, No pensemos que esto quita el respeto o legitimidad con que el campesino blanco entró en su contacto, adoptó algunas y se unió, procurándose mestizaje, Con él se internó en las montañas. Para algunos con la palabra  jíbaro se nombra al poblador blanco y con quien comparte las montañas, que es el indígena. La jibaridad  es «… lo más entrañable y puro de la nacionalidad puertorriqueña». En estos coinciden los estudiosos del tema. 
            En el libro El Gíbaro (1859) de Manuel Alonso. todavía hay resabios de una referencia al campesino puertorriqueño, como uno «bruto, vicioso, mal vestido, ignorante y violento», pero eso tuvo que cambiar y, cuando sucedió, o se iniciaría por lo que llamaré el 'espacio de empatía', espacio que no es la perspectiva de la élite europeísta isleña, sino un solver entre distintos grupos que comprendieron que, a partir del jíbaro y su cultura, dentro de su folclor, a irse-resolviendo-avanzando y positivamente en pro de la descolonización ideológica, comenz o una ergología. Esa que hizo artesanías, desde hamacas a ditas y jitacas, Técnicas de pesca y caza. Mitologia metereologica y artes culinarias.
            Me impresiona gratamente cómo Andrés Méndez Liciaga en su obra Boceto histórico del Pepino describe el ciclo de lo que fue la herencia y convivencia en nuestro primer espacio de empatía.
            Méndez lo hace al describir los Usos y costumbres de Nuestros Antepasados a fines del siglo XVIII y señala que son «comunes a la raza india que fue la primitiva pobladora del país... Generalmente, las casas que tenía entonces... ofrecían la misma construcción que las de la raza india» (2da ed., pág. 21), «por lo general» (esos pepinianos del espacio-material y emocional 'fundacional') «dormían tendidos en hamacas, colgadas de las vigas que servían de sostén al techo. Las camas eran un tablado áspero sobre el que tendían un jergón de yerbas secas, y las llamaban barbacoas», «por lo general comían en el suelo, en la hamaca y, a veces, lo hacían en las escalefras de la casa» [p. 22].

            Lo que sabía el campesino del indígena es mucho más que especulación, pero hubo que consultar con aquello sustratos indígenas que dejaron sus nombres en la toponimiade nuestros barrios y su impronta más o menos en la genética del futuro pepiniano y en general del borincano.

JIBARIDAD, PRIMERA MITO-POETICA DEL FOLCLOR: En mi planteamiento hermenéutico sobre la jibaridad, considerada como el primer mito del folclor que pasa de lo privado a lo público y de lo público a lo privado, es necesario que la caracterización que lo hizo posible sea el fenómeno que, en su Lección XXVI, Heidegger llamó el destellar («aufleuchten»). Este destellar es lo que permite la visión de la sustentación y su evolución hasta hoy.
El jíbaro descrito con las características espirituales que el Dr. Manuel Alonso le adjudicara es destello. Diría que un día, en nuestra historia de país, se vio el destello que algo que somos que es muy particular o significativo cuando nos juzgamos en cualquier aldea. Ese primer tipo pueblerino se volvió una norma mayoritaria, signo de una época. Hoy por él, por su mancha de plátano, sentimos nostalgia. El primer jibarito espiritualmente nos marca, aunque haya la negación identitaria de lo que fue y, por tanto, algo de menosprecio.
En el momento de su epifanía, el Dr. Alonso no sólo describe a criollos con respecto al peninsular, sino que por los atributos físicos con que destacará al jíbaro y cómo se le percibe (color moreno, barba negra, mediana talla, etc.) describe us destellos singulares: por ejemplo, su mestiizaje y sus hábitos, además de lo que es profundamente esencial: que este individuo sea el primer interrogado, el hombre preeminente y ejemplar, que contiene el objeto interrogado («Befragte»): el hombre mismo, como interrogador de la esencia. Por ello, Alonso nos da el Dasein de su persona, lo perfila como ser-ahí, «el ente que hace la pregunta» y «busca la respuesta», la más importante y original de todas las preguntas: «¿Qué es mi ser?»
La fisonomía del ente jíbaro alude a virtuales accidentes del «ser ante los ojos» (Vorhandenheit: palabra con que el traductor de Heidegger, José Gaos, alude a que el Dasein se forja y conduce relativamente, con respecto a razas, puede ser moreno por incluir en su genética su mezcla con el negro, o el taíno. «Moreno» porque la exposición al sol lo quema. Este «ser ante los ojos» determinará si eres Tipo de lo Feo o Indeseado, o un sujeto agradable o digno de confiar.
Mas lo que es esencial al ser / en este caso el ser del jíbaro / aunque la primera experiencia es la del «ser ante los ojos»,o en el «hallarse perceptivo» (que puede ser un tono de voz, un humor que expida, una apariencia) es que fue el punto de partida colectivo del Da-sein que indagará en lo que es, lo que siente y prefiere, a fin de ser persona y entregar tal sentimiento a su pueblo o país, Se le oye en la medida que como el interrogador entienda que ser y ente son distintos, pero no están separados. El ser hace que los entes sean entes; pero los entes son por el ser y se le comprenderá a través de empatia.

¿QUE ES EMPATIA? En la introducción dije que es la base de mi indagación del folclor y la aludí como «the Power of Outrospection», visión y proyección hacia afuera de lo que nos compensa y, por compfrenderlo, gratifica. Esto es, la empatía dinamiza los sentimientos que nos permiten ampliar la creatividad, patrocinar armonía, vernos sin dolor y como consoladores aunque estemos sufriendo y con esta experiencias es que rediseñar las solidaridades y aún conexiones de patria.
La actitud exotrospetiva es diferente a ser simpáticos; pero ambas actitudes se auxilian y colaboran ante los problemas, tanto personales como políticos, y facilitan un cambio social fundamental. Sin ser empático no se forja vecindad, siquiera tribu. No se reelabora la intrahistoria que es más profunda que la historia con macro-ideologías de las que mayorías humanas, por simplicidad de su educación y limitaciones de influencia en círculos de poder, no participan. Ser empático es básico para ser pueblo, unoi-con-los-otros.
Ser empático es como estar en los zapatos del que sufre, en plena conexión, sentir con la gente, porque se ha logrado conectar con él mismo; «I believe that empathy – the imaginative act of stepping into another person’s shoes and viewing the world from their perspective – is a radical tool for social change and should be a guiding light for the art of living... 98% of people have the ability to empathise and step into the shoes of others. But few of us use our full empathic potential.»
La empatía disuelve los enojos y da paz. La empatía está en el corazón de quienes somos y, por tanto, en el fondo de nosotros mismos. El psiquiatra Dr. Roman Krznaric ha dicho que es una «cualidad transformadora y esencial» que podemos desarrollar en cualquier siglo porque nuestros cerebros están cableados para esa conexión social: «our brains are wired for social connection: empathy is at the heart of who we are».

TRASCENDER EL 'HALLARSE PERCEPTIVO' POR LA EMPATIA: Aplicaré las ideas del psiquiatra Dr. Krznaric e ilustraré con personajes de este pueblo lo que él piensa y su importyancia: cómo se puede incentivar la empatía para mejorar nuestras relaciones en todo orden. A él le gusta represenytar a individuos creando su mito público, su imagen ante otros, en términos del aventurero que enfrenta a monstruos, imágenes no definidas de poder. El puede ser víctima o vencedor, el que lucha o se entrega.
La única defensa la provee el hecho biológico: «Tenemos un cerebro empático, al que debermos habituar a que responda proactivamente a las aventuras de la vida». No en balde, valido que se diga que éste es el nuevo tipo de aventurero espiritual que debemos construir o forjar cuando nos perdamos en la Isla de Calipso, como en el Mito de Odiseo, lo que equivale a vivamos las experiencias del extraviado del mito.
En fin, tenemos que conectar con los demás en formas maravillosas y ocasionar cambios sociales, donde combaten muchas veces el rechazo, la falta de compasión, el olvido y ausencia de altuismo. Y los tipos populares, folclóricos hablan sobre estas experiencias.
Es popular quien ha vivido este proceso de conectividad y lo cuenta, o comparte. Quien lo utiliza para forjar una ética orginaria donde se advierte que con la empatía también se puede manipular a la gente, pero sólo se recuerda a la que ha ganado cariño de otros en el elucidario colectivo... Los pueblos o comunidades que tienden a sufrir mucho bajo condiciones de subordinación y opresión, miseria y enfermedades, no origina mucha gente simpática, filantrópica; pero si produce ese porcentaje de gente empática, a la que muchas veces no se llega a querer: los Tipos descritos como negativos, aunque muy conocidos. Considérese, por ejemplo, a Lolo Puya.
En muchos países que destacan por ser conservadores, sociedades cerradas, la empatía está en crisis. En otros, se abre espontáneamente. Aquí me propongo ejemplificar la experiencia histórica de Puerto Rico. De un modo u otro, los tipos recordados con cariño o ribetes de notoriedad en nuestros pueblos hablan de cómo se manifiesta o se pierde la empatía comunitaria y, por tanto, la memoria histórica.
Recordemos a los buenos y aleccionadores. Después de todo, son los imprescindibles


            TENER UN MITO GENEROSO POR GUIA: En el comienzo, un mito es el punto de arranque. La ideología velada. o admitida con toda fuerza, de la jibaridad es el mito activo y más generoso de los puertorriqueños. Hoy por hoy, es reconocida como el punto de arranque de la identidad. El ser del jíbaro nos hizo entes que pueden reclamar su destinación o poder-ser en la libertad y en la verdad. Sin embargo, el tipo regresivo de éste puede desentenderse del objetivo señero, la verdad de la existencia, y adoptar sus mediatizaciones.

            Como ha dicho Francisco Romero en su libro La filosofía de la persona (1935), en su búsqueda del sentido y participación en la historia y la sociabilidad, él puede «enmascararse», «justificarse» y «adquirir consciencia» de su persona, su individuo espiritual, por diferentes vías. Y Jordi Corominas en su artículo La universalidad de la reflexión ética mesoamericana concluye:

... No todos los grupos sociales han percibido o perciben del mismo modo al ser humano y las cosas, ni comparten las mismas emociones ni los mismos deseos. Los grupos sociales se caracterizan precisamente por compartir un mismo régimen de esquemas intencionales, una misma tradición o acervo de recursos simbólicos... El bien y el mal dependen en esta dimensión (de los esquemas intencionales) de cada grupo social. Estos esquemas intencionales están destinados a elaborar una selección entre los bienes y los males elementales que se han de preferir o sacrificar...

            Desde el punto de vista de la hermenéntica existencial, lo que ésto implica es que la jibaridad es también una superestructura clasificativa, filosófico-cultural, que ha sido creada por el hombre común y corriente, a partir de sus previsiones ante lo contingente y los asomos del miedo. El ser del jíbaro prohijó entes que temen y entes que son temidos; entes que aman y entes que temen el destello del amor. Como Alonso adujo en su diseño verbal o escritural del modelo puertorriqueño, ese ser «humano, afable, justo, dadivoso», puede manifestarse a su vez «en empresas de amor siempre variable» y afanarse «tras la gloria y el placer». No significa que siempre ha de ser de ese modo, variable y desorientado; significa que el ser de la jibaridad evoluciona, padece y fluye en un irse-resolviendo-avanzando y se expresa en un ser-no-siempre-todavía.
            Aún surgida de la emisión de juicios de la burguesía criolla, la ideología del jíbaro se asienta sobre un largo proceso histórico y, por tanto, se desprende del reconocimiento objetivo. Es una observación en torno a un tipo de compleja naturaleza, el jíbaro, que fue llevando la continuidad del ser epocal boricua y «lo preguntado, lo interrogado» acerca de ese ser epocal al ser epocal español y, aún más allá de 1868, cuando ocurre el parto de la nación (Lares / Pepino), al presente.
            Los poetas Carmelo Aponte Feliciano y Eliut González Vélez han valorado la experiencia del Glorioso Septiembre de 1868, «lucha que nace en Lares / y se consagra en Pepino» y, de algún modo, en su obra, está comunicada tal efemérides señera porque, a partir de ese momento, el puertorriqueño comprendió, más allá del término mediano y vago lo que quiere decir ser.
            Lo que  es y será y por lo que sufre es por lo que tiene que cumplir y aun lo prosterna y desafia. Esto es lo que significa ser tragado por el Monstruo de Don Nadie. Ese es uno de los mitos que, como sociedad, encarnamos.
            Este es el hito conducente a la comprensión profunda del ser de la nacionalidad, no como había sido hasta entonces: homogeneidad lingüística, pero sin organización estamental propia. Un participar en la historia, pero cuyo fundamento, el destino, había sido demasiado esquivo y vago. Ante la finitud de la temporalidad y la compren-sividad vaga del ser, transida de opiniones, el historiarse propio de la existencia hacia la muerte y filosofemas creados por el trato cuidado («Dasein Sorge»), la comunidad se solvía, yendo hacia muchas direcciones con otros entes desconocidos, o en ocultamiento progresivo y así, aunque vinculados por destinos comunes, olvidaba lo que tuvo pendiente como avance (para irse-resolviendo) y que, empero, reclamaría ser liquidado y despachado.


* TODO TIPO PUEBLERINO MERECE UN HOMENAJE 
           
Hagamos un homenaje a Don Ramón Padró Quiles por ser uno de los Tipos Populares olvidados. Junto a José Tirado Cordovés, creó el primer centro recreativo obrero, en nuestro pueblo: «La Alianza Obrera» en 1902 y, más tarde, «Amantes del Progreso» (1904). Fue asambleísta municipal entre 1920 al 1924. Secretario del Comité Local del Partido Reformista en 1948. Cultivó la novela corta, el cuento y la poesía. Escribió una crítica contra la esclavitud y el colonialismo; reaccionó a la imposición del inglés como idioma de enseñanza en las escuelas elementales. El poema alude al Terremoto del 18 de octubre 1918 y los daños producidos en la Escuela Whitter, la primera construida bajo la administración estadounidense en 1903.
            «La Jardinera» alude al trabajo literario de Padró Quiles. Un jardín, si, pero de ideas. Cheo está aliado a su hermano, José, ex-representante a la Cámara, en el propósito. Don Andrés Méndez Liciaga admiraba a ambos. Un ejemplo de afinidad sin egoísmos de clase y sin distingos de raza.

            RAMON PADRO QUILES: Aunque tendremos oportunidad de pormenorizar en torno a los distintos tipos populares, en este hay una cualidad valorable en cualquier tipo popular. Los tipos de esta categoría se enaltecen como permanentes invocadores de progreso, defensores de su gente y poseedores del temple conductor por caminos de honradez y fidelidad.
            No es necesariamente Odiseo, el héroe griego, al que tomo de modelo. 
            Mejor habló de Don Ramón Padró, virtuoso por tener todas las dotes que bien aplicarían por igual a su hermano José.

               Era un invocador del progreso
               Multiforme sabiduría del
 Polytropos.
               Del lugar del negro en las escenas luminosas.
               Del lugar del pobre en el cénit del Alba.
               Era el pregonero de la Alianza.
               Un buscador del Hallazgo Afortunado
               y al Pepino, le dijo
 Hermano herrero
               como quien dice:
 hermaion 
               y a todos puso la herradura
               que no hiere, alas en las sandalias.
               Estuvimos en inframundos miserables
               esclavos, casi difuntos de la Hispania,
               cadáveres ultramarinos de una colonia
               en riesgo de entrar en otra nueva
               y el nació, hijo de Laureano,
               con don de
 psicopompo, 
               Nació, así como Cheo, con  la virtud
                de guiar ciegos o muertos,
               con afán de ayudar a ver caminos
               e ir con vida por ellos.

               Por eso van a verlo los descamisados,
               los de pies rotos, espinados,
               hijos de los cañaverales.
               quienes apenas tienen el fuego de la hornilla
               y están hambrientos y perdidos
               como Odiseo en la isla de Calipso.

               Y él sabe que Calipso es Borinquén,
               tierra de los jibaritos, tierra que necesita
               de él que en
 La Jardinera de su sabiduría
               tiene ingenio de artesano y civismo pulcro
cuando
 demonios de negación asoman
y el botín quieren para sí.

Estos sí que son quienes roban
sin ninguna perspicacia; dejan a un pueblo
pobre, clamando, desposeso.

               2.

A Don Ramón, negro bendito,
en el Comité de la
 Unión, allá por el '14,
lo reconoce el gremio zapatero:
Laureano, Cheo, dueños de gallos
y pescadores de tortuga, no son
quienes esconden de veras monederos.
Son honrados.

En cambio, si llevan
en el morral un pétaso o sombrero
y una vara de heraldo.

En el centro de la Plaza Baldorioty
o en el foro de «La Alianza Obrera»,
es cuando dicen: Todo boricua
que sea como Odiseo
y adquiera en la colonia, voluntad
contra el hechizo
que no liberala consciencia del olvido.
La poción que Circe dio a beber
no produjo cansacio, sed 
por retener lo extraño ante el sí mismo,
vivirse entre dos mundos, pero ausente
de la autoctonía / las querencias /
la fiel Penélope, y el Pueblo mío,
la familia.

               3.

Pero: el Pepino sabe y él más que otros,
él, zapatero, secretario de la Unión
y militante despierto cuando el obreraje duerme
el tiempo muerto de zafra es angustia
y, entre vacadas se esconde
quien más tiene, sean Echeandías
Rodones, Caballeros u Oronoces,
cabreros todos, de piel blanca
y astutos pensamientos…
un Odiseo autodidacta,
espía nocturno, observa
como un guardián a las puertas
y a la patria la estudia sin miedo
y lo invoca a adquirir una mente liberada.
Este es Don Ramón acerca y lo persuade.

               4.

Veo que no tiembla.
Luz lo sostiene porque invoca el progreso,
el lugar del negro en escenas luminosas,
el lugar del pobre en el cénit del Alba.

Es pregonero de la Alianza.
Un buscador del Hallazgo Afortunado
Es el Hermano que, desde la Asamblea municipal
del año 20, conjura al Terremoto
que nos condujo al miedo.

¿Qué tiene este Mon Padró?: preguntan
sus vecinos, porque saben que está
llamando a casa, proponiendo el camino
y se ha juntado, con Cheo y Liborio, José Vélez,
Juan Abad, con Gabriel Pumarejo y Antonio Nuñez,
con ellos va y son iconoclastas y temidos.
Examinan la noción de socialismo
y de lucha clases…

En la secuela colonial, la Itaca criolla
del Cimiento, van al hallazgo afortunado
de la patria. Las brujas están por maridaje,
y pretendientes ladrones, graduados
invasores, «Nosotros, a casa
ahora que el Alma se cree Viuda
pero seguimos vivos».

[Del libro Épica de San Sebastián del Pepino,
Ed. 2013]

            LOS GIGANTES A VENCER: Tras la oposicion social de lo racional vs. lo irracional, «oscuras fuerzas tendenciales latentes en un mundo de misterio» se observarán las víctimas. La bruja Circe simboliza las fuerzas del encubrimiento y la nivelación, características del mundo público, que amenazan y socaban, Circe obstaculiza la lealtad, el regreso a lo propio y al hallazgo afortunado de la patria comu suce en el poema cvitado y en la épica de Homero.
            En esta encrucijada, el ideal de aceptación social / la alianza bienhechora y regreso a las raíces se mata o se deteriora. El hombre fracasado deja de existir y causar estupor y repudio cuando hay empatía. La empatía puede más que lo se dice al solidarizar y abrazar a los desclasados.
* La perspectiva SE DICE QUE desautoriza al ser anhelante hasta convertirlo en un DON NADIE / esto es, un 'quién' impersonal, el “se” o el uno [das Man], que si nació pobre será aún más desgraciado. Un loco. No obstante, todos los tipos pueblerinos son seres anhelantes que no quieren ser ignorados en el mundo público y más importante, en el mundo del poder-ser-si-mismo. Lo arduo en esta prueba es probar la calificación. Todos quieren, pere no pueden porque para ser aptos o el mejor / el héroe / hay requisitos.
            Algunos de tales requisitos están plamados en la idiosncracia de los hermanos Padró Quiles, de quienes entre otras cosas destaco en el poema, como su ideario:
  • Ser compasivo
  • Tener ingenio de artesano y civismo pulcro
  • Una memoria histórica: «adquiera en la colonia, voluntad contra el hechizo que no libera la consciencia del olvido».
  • «Adquirir una mente liberada» que invoque pogreso y sabiduría.
  • Ir en pos de un Hallazgo Afortumado  / la puerta de la patria / tener afán dirigente, «guiar ciegos o muertos», a ver
    ver caminos e identificar a denonios o peligros cuando asoman
    como demonios de negación y todo beneficio lo quieren para sí, «dejan a un pueblo pobre, clamando, desposeso».  Martin Heidegger llama a esta coyuntura un «hallarse acordado» («gestimmtes»), familiarizado o abierto del Soluto.
  • Identifican los Cimientos, el proceso dialéctico de su quehacer, comprenden la lucha de clases y por eso superan los miedos.

            Este es el por qué como las comunidades, en la medida que desarollan su memorias histórica, llevan una secuencia amorosa de sus héroes y características identitarias. Respetan a sus guías y compadecen a los caídos en su esfuerzo por vivir y luchar. En algunas instancias, mientan los aspectos de racilidad de una etapa en que el hombre negro sufria el rechazo y humillaciones inmerecidas.
            El hallarse acordado en la memoria puede apuntar a lo toponímico,  enfocar su mirada al paisaje. Recordemos la cascada donde murió el soldado Collazo murió o una etapa donde los pobladores pioneros de lo que hoy es el Pueblo bautizaban lugares con vocablos taínos (por su etimología: Cibao, Guajateca, Bahomamey, Yaciloa, etc.), el hito se pretende una remembranza afectiva con lo taíno.
            ¿Cuán remota es la leyenda de Collazo, como para la perpe-tuación una memoria, relacionándola al chorro o cascada de ese nombre en el paisaje natural e insertar en el presente una empatía? Si no es leyenda de un soldado, que estaría obsesionado con la noción de algún indio enemigo, será cierto que Collazo se accidentó por causa de la irrupción de un cerdo salvaje en su camino lluvioso?
            El indígena, el corsario y el negro, son otros elementos  inspiradores al desafío de dar empatía a la protohistoria del luto, el disturbio y el miedo en la vida nacional. Sin embargo, en la ocupación cotidiana, en torno a estas gentes, se adquirió consciencia histórica. La leyenda de Collazo. Esta ha quedado como símbolo.
            Con la leyenda de Collazo, la historia de una persecución trágica, muere o se accidenta el perseguidor peninsular del indígena. En este episodio el olvido colectivo es sintomático. Es una reacomodación colectiva a fin de avanzar-resolviéndose. La leyenda se torna en catharsis. Sólo un abrirse o accesarse a esa consciencia, no el fluir del tiempo per se, tranformaría el mundo material y llevaría a una fase superior de desarrollo cultural y espiritual.
            La preferencia por vocablos que sean útiles por su alusividad es transhistórica, porque no es un trato exclusivamente ubicado en el hallarse perceptivo. Es un avenirse en el detenerse «junto-a» que procura el solver profundo y tranquilo: «zu kommen lassen». Y, de hecho, en la experiencia, además del detenerse junto al paisaje, está el detenerse junto a la mujer taina, al indio vulnerable y pobre..
            Tarde o no, el homenaje es bienvenido. No hay una fecha particular que, por definición, sea más apropiada que otra para insertar o engramar un mito o rescatar una esencia por medio de un vocablo y, con la designación y el nombrar, dar referencia y señal de que hubo o hay un proceso con el cual se tiene un pendiente, una irresuelta relación. Basta que sea el día en que se comprenda la deuda, o la empresa ontológica. Con el solver profundo del detenerse han surgido instituciones. Del trato con el indígena, provino una de las más bellas: el gaitiao.  Compartir nombres.
            A veces se me ocurre que la costumbre pepiniano de no dejar a casi ninguna persona que inspira alguna simpatía sin su apodo es una manera de marcar esa amistad que personalizsa al Don Nadie para rehumanizarlo.
            EL HEROE CONTRA «DON NADIE»: No obstante, hay la opinión a la que se aferra el loco cuando es querido. Dice que es el tipo más indicado para taladrar en el misterio porque la auténtica realidad es irracional y cuanto más irracional, más apto es él. En el loco desaparece la oposición corazón / cerebro, fe / razón, sentimiento / entendimiento. Y si de veras es un loco / o ese excéntrico / que anhela «ser-sí-mismo» en lo cotidiano, él y nadie más que él, será el héroe contra el DON NADIE / o quien lo desafia.
            Don Nadie es la fuerza humana / coactiva / del mundo público que demanda del subordinado que no asuma responsabilidad, ya que «todos y nadie somos responsables del por qué las cosas se hacen como se hacen». El héroe va locamente contra la corriente. El héroe es parte del ser humano más hambrienta de ser y sedienta de luz o de soluto. El filósofo Martin Heidegger utiliza la metáfora de Apertura, o hacer cabida / en un abrirse a lo que destella. Hay personas (Da-Sein, que en su ser-ahí) se abren a ideas y recuerdos, a experiencias. A más apertura más liberad. La libertad es la salud espiritual de los héroes.
            Heidegger diría que la locura, en el modo cotidiano de ser es la tendencia a esquivar la onticidad, la coseidad, la factualidad de lo meramente manifiesto;  los locos apasionados / no los meros dementes / desubicados sociopáticos / se deyectan para enriquecer sus vidas  y sus vivencias profundas pueden ser el resultado de los modosd existeniarios de la aversión, la revuelta y desvío. 
            La sociedad tiene mirada objetora y conservadora. Quiere nivelación, juicio trivializador, ausencia de misterio. Se burla del loco y el héroe, lo descree y se ríe de él para que sea como la masa que obedece a una mecanicidad. Lo convoca a ser uno más del montón. Es por lo que «El uno / Don Nadie» / está en todas partes, pero de tal manera que ya siempre se ha escabullido de allí donde la existencia urge a tomar una decisión.
            FOLCLOR Y VULGARIZACION: Ciertamente, no sólo la literatura escrita, el teatro, por ejemplo, es la que fija el mito, privado o social, en el discurso público de una época. La literatura ayuda, pero no determina. El mito es antes que la literatura.
            Es la expresión de un proceso que no necesariamente surge, como ha intentado explicarlo una teoría del folclor que da al mito y su folclor asociado un origen ilustrado. Según esta teoría, el folclor es una vulgarización, o naufragio paulatino, de un conocimiento; pero no es así necesariamente («high origen as the learned class»), que una clase de sabios («Genkenes Kulturgut») haya visto con terror cómo otros moldean el sistema originario de un conocimiento o creencias, a tenor de requisitos nuevos, reelaborados por adeptos.
            Los personajes-tipos (José L. Canet Vallés) son adiciones a la literatura, nacidas de la crítica-social de un autor o creador individual. Son parte de los géneros de fabulación y farsa que evolucionaron como intenciones y acciones burlescas al teatro;  pero el tipo que buscaremos definir es, sobre todo, humano y se inserta en el hallarse comunitario.
            No son de índole similar el tipo-intérprete del arte histriónico que, en el antiguo mundo latino, arrancara de los versus fescenini, que el tipo real del folclor, ya que este tipo del Fescennium tuscano constituyó una tradición de comediantes por sueldos en las bodas, otra ins-tituición que lo describe y la función de tales comediantes fue el choteo pesado, el vacilón agresivo: «As performers at merry-makings, (they) used to extemporize scurrilous jests of a personal nature to amuse the audience» (Ronald Boal Williams). Desde muy remotos tiempos, en la tradición literaria, carnavalesca y teatral, se ha utilizado al histrión; pero éste no se ha articulado necesariamente como persona, sino como intérprete momentáneo de un papel escénico u parlamento asignado.
            El Das Man / o lo que de un Fulano de Tal ‘se dice’ / tiene consecuencias políticas, además delas de un solverse sicológico. El mundo público-social funciona viendo al hombre lanzado al teatro del mundo, situado en la tragicomedia del existir. Este es el punto de partida la existencia, el estar ahí como hombre concreto; pero no haciéndolo avanzar, sino en coacción para que se nivele y sea como todos. A los Tipos Populares, de cualquier índole, se llega a me-nospreciarlos, a no ser que estos se encuentren en una zona de protección, al principio periferal, una zona todavía no devorada por ese monstruo del mundo público, desfigurador y encubridor que aún siente la reserva de empatía.


EL HEROE AGONICO O LA INVESTIGACION DEL SER-POPULAR: El Dr, Ramón L. Acevedo Marrero  explica  en su Antología crítica de la literatura puertorriqueña [Editorial Cultural, 2007] que la décima popular, como las que cantara el jíbaro  por constancia histórica y documental data del siglo XVII. De hecho, hay décimas anónimas que enaltecen la vida de un ex-Gobernador. Documentan simpatías y solidaridad política a figuras designadas en el marco colonial específico. Unas fueron las décimas publicadas y dedicadas a un funcionario que sirviera en la isla del 1683 a 1690. 

Se trata de Gaspar Martínez de Andino.   En este caso, no son improvisaciones lanzadas por 'gente zafia y canalla' / o la clase militarper se / ni algún clan organizado entre marinos o piratas que ha  identificado a un gobernador que será cómplice. ¿Quién poetiza al Gobernador o le hace un corillo a su folclor?

UN HEROE CON ENTREDICHOS Y AGONIAS: Fue una consecuencia espontánea de empatía. Don Gaspar es el Tipo que pasa por sinsabores y requiere del alivio que brinda la  empatía. Es válido que preguntemos qué tipo de solidaridad originó que sucediera esto, o que haya sido Don Gaspar el elegido.  Dicho sea de este modo, un militar que, en muchas bocas, fue tan corrupto como lo fue su sobrino (Baltazar de Andino, connotado contrabandista) es designado Gobernador y Puerto Rico, pueblo con gentes de las que un investigador de la Corona, dice que es «isla poblada con gentes «de por si muy desidiosas, y sin sujección alguna por parte del gobierno» lo aplaude  Le dedica sus coplas de bienvenida. El Mariscal Alejandro O' Reilly estaría extrañado. Puerto Rico desdeñaba entonces las milicias y a casi todos sus gobernadores.

Del mismo modo, un Provisor y Vicario General del Obispado desconfía de una cantidad de sacerdotes involucrados con lo mismo, relajamiento de costumbres y contrabando, como es el caso del Padre Manuel de Mirabal en 1711. El sacerdote está asociado a la familia de los González de Mirabal, aguadeños y sangerneños (de hecho, fundadores del barrio Mirabales del Pepino originario). Es tiempo de piratería, contrabando, rezago cultural y otros males. ¿Qué ejemplos dará el nuevo gobernador? Del inspirador de coplas en nuestro folclor, el susodicho gobernador sabemos que lo hizo popular un juicio y mala fama que a Don Gaspar)  le seguía desde La Habana y la utilización de una patente de corso. 

Mencionaría que por casi 33 años se dedicó a la carrera militar y la Marina, en servicio a corso. Por tanto, existencia aventurera, polémica, osada y riesgosa. Vivió expuesto a las armas como soldado, mosquetero, arcabucero, sargento, alférez, ayudante de sargento mayor vivo y reformado, capitán de infantería, ayudante de teniente y maestre de campo, sargento mayor de tercio y teniente de Maestre de Campo. Vaya expediente de un gobernador de Puerto Rico: uno que sufrió secuestros y prisiones. 

Esto lo hizo interesante en un tiempo en que los infortunios de un carpintero, metido a marinero, y secuestrado por piratas (como en Los Infortunios de Alonso Ramírez) fue la historia que capturó la atención de hombres de letras, militares o lectores curiosos (de México). Recordemos que así se hizo leyenda / nuestra primera novela / relato testimonial / el caso de Alonso Ramírez. 

De informe dirigidos a S.M. por la gente principal de La Habana y Puerto Rico se cita que, Don Gaspar Martínez de Andino como administrador, fue «celoso, desinteresado, de gran experiencia, aplicación y digno» y no en balde, «tiene un problema con el Gobernador de La Habana por no hacerle los honores» al rango de ese gobernador habanero..Sobre Don Gaspar se cuenta que  salió muchas veces en una barquilla a corso a embarazar los barcos que pasaban a Cataluña con víveres y otros que iban a Etna, tomando algunos, con que mantuvo la plaza algunos días y después tomó un Barcón y peleó con una Saetía de catalanes y franceses en que iban más de 50 hombres. Le tocó caer preso, riñas con escapada y en una ocasión fue herido. Supo retener y salvar los pliegos que traía para S.M.

Aunque fue procesado por contrabando y otros 15 cargos que se le imputan a su sobrino y cuñado Baltasar de Andino y de los que le hacen responsable, así como de su fuga, Don Gaspar estuvo algún tiempo preso pero fue indultado y perdonado por S.M. (El polémico juicio de cuatro años y medio, y la sentencia del Consejo de Indias en 1695, le originaron un mayor aquilatamiento de sus méritos. Los fiadores para su liberación y multas fueron la Infantería de Puerto Rico. 

Subsiguientemente, es nombrado Gobernador de Puerto Rico en octubre de 1681 (por un periodo de tres años),y tomo posesión en San Juan de Puerto Rico de 1683. En 1686. Se le prorroga el mandato por otro periodo de tres años (por su buen comportamiento). Es sustituido por Gaspar de Arredondo en 1690  Diría que los panegíricos en versos al Gobernador y la tradición coplera anónima nace de aquí.

LA IDIOSINCRASIA DEL QUE JUZGA: La Historia geográfica, civil y política de la Isla de San Juan Bautista de Puerto Rico (1788) de Fray Iñigo Abbad es las «primera historia formal» de la isla y primera que se aventura a dar un esbozo interpretativo de la identidad nacional y su idiosincrasia. Abbad describe tradiciones por las cuales el citado O'Reilly aludió  al jíbaro en formación como desidioso y antiheroico, o demasiado ignorante para tener conciencia de sus problemas. Tradicones como peleas de gallos, bailes en base a trova, carreras de caballo y devociones religiosas, se tomaron como evidencia. Hay además de los panegíricos a las autoridades, bien cumplidas en ley o dudosas, otra tendencia argumentativas para desdeñar. Lo único que faltaba es describir al hombre de la isla como «jíbaro» en el sentido sugerido en laRelación del Viaje a Puerto Rico de la Expedición de Sir George Clifford, Tercer Conde de Cumberland, escrita por el Reverendo Doctor John Layfield, Capellán de la Expedición. en 1598.  

El historiador Mario R. Cancel explica: «El referido texto se encuentra en la obra póstuma de Samuel Purchas (Thaxted, c. 1575 – Londres, 1626)  titulada Hakluytus Posthumus también conocida como Purchas his Pilgrimes, contayning a History of the World in Sea Voyages and Lande Travells, by Englishmen and others impresa en Londres en 1625 en cuatro volúmenes. Purchas fue un religioso e historiador inglés que estudió en el Saint John’s College de la Universidad de Cambridge quien, como Pedro Mártir de Anglería, nunca viajó a América e hizo la obra de un recopilador e intérprete. [...] en Cuba, aquellas jaurías de perros (utilizadas por los conquistadores en la Conquista) eran denominados jíbaros,  concepto que equivalía a un animal que, habiendo sido doméstico, se había hecho montaraz, mostrenco y había acabado siendo un habitantes de los bosques. La noción jíbaro en Cuba sugería la cimarronería o anarquía de la altura  y, en cierto modo, la barbarie como negación de civilidad: un jíbaro era un ser arisco, difícil de controlar. Como podrá verse, esa concepción tampoco tenía nada que ver con la raza o el color de piel. De lo que se trataba era de cifrar una actitud ante la vida y una forma de ser {...} Entre jíbaro y canalla, concepto que procede del italiano canaglia o “muchedumbre de perros”, no hay mucha distancia. El concepto tiene un origen despreciativo. Voltaire, pensador ilustrado aristo-crático, usaba el concepto canalla para referirse a la masa irracional, a la gente común» [«¿Qué significa lo jíbaro? Apuntes para un debate», Abril 20, 2012, en: Puerto Rico entre siglos: Historiografía y cultura]

CUANDO EL JIBARO ERA JUZGADO CANALLA:  Ahora bien, lo que se quiso decir entonces con la palabra jíbaro no tiene que ver con el ejercicio de lo que realmente se fuese, sino con lo que se hizo. O se adoptó de la habladuría... Lo que vales que  se asoma el indicio crítico. A partir de este momento, destella el hallarse y habrá que  cantar, una mitología, o elucidación para esclarecer. Y se toma el motivo de un gobernador... En términos del poder de la empatía, el observador directo de los procesos que viven los pueblos / los atestiguantes / los noveleros / los que escribidores que se enteran no presencialmente / han de opinar y divulgar lo que han visto del destello. 

EL DESTELLO INDIGENA: La crónica y el arte sirven a la divulgación, pero hacen muy flaco servicio si no se refleja empatía. Sabemos que Gonzalo Fernández de Oviedo, quien escribió sobre el indígena taíno, el cacique Utrayoán, la muerte de Diego Saucedo, causas y principios de la guerra contra Agüeybana  y otros episodios en la isla, tuvo una visión negativa del indio y una prejuiciada concepción europeísta del heroímo que lo desboca por caminos de moralismo y ficción. González de Oviedo (1478-1557) se siente superior a sus observados y no puede ser justo de ese modo. 

Más condescendiente fue el andaluz Juan de Castallanos (1522-1607). Es un soldado, cazafortuna, poeta y, fin almente, sacerdote que con susElegías de Varones Ilustres de Indias (1589) busca aquilatar gentes, delinear cuadros heroicos en medio de los cuales insertar indígenas y esos tipos populares que determinan patrias y próceres. Es Castellanos uno que crea situaciones y personajes, como en la Elegía VI, donde resalta un perfil de Agüeybana. El hace, en ficción poética, lo más parecido a un héroe agónico.

Tres estudiosos de la jibaridad (como han sido Juan J. Berríos Concepción, la Dra. Libia M. González López y el mismo Mario Cancel Sepulveda) coinciden en que este concepto fue construido a base de «la concepción original léxica de jíbaro desde su probable génesis dentro del marco histórico del Puerto Rico del siglo XVIII, su plasmación literaria en el siglo XIX, su idealización simbólica hasta servir de paradigma de la puertorriqueñidad en el siglo XX». Desde esas tres bases, sin embargo, «este símbolo de identidad (es) uno perecedero, una especie en peligro de extinción entre los símbolos de identidad puertorriqueña». Cuando se defendía la jibaridad desde un nivel ideal, no despreciativo, se manejaba aún ciertos escrúpulos. 

PARA LA INVESTIGACION DEL JIBARO QUE DESTELLA: El jíbaro indígena mezcla bien con el blanco; el taíno lo dota de hábitos montaraces y cerriles. El  criollo blanco de su preferencia por las montañas, campo adentro. Se excluye el negro de las costas del crisol racial.  De todos modos, la palabra jíbaro apareció escrita por vez primera en el Diario económico de Puerto Rico, 17 de junio de 1814, pero lo que le fue dando su contenido y atributos son las Coplas del jíbaro, o las décimas en lengua jíbara de Miguel Cabrera publicadas en La Gaceta en 1820.

Ya, a partir de los Aguinaldos, la mención en documentos oficiales y la publicación del libro El Gibaro del Dr. Alonso, se comienza a designar con el término al cmpesino puertorriqueño por primera vez se aplica á los campesinos de Puerto Rico en documentos oficiales del siglo XVIII.” [Enrique A. Laguerre y Esther M. Melón, El jíbaro de Puerto Rico: símbolo y figura, (Sahron, Conn.: TroutmanPress, 1968].

Tardará mucho más que los referidos periodos de formación para problematizar en torno a lo que el jíbaro fue como primera imagen icónica del puertorriqueño y de su folclor. La identidad que se observa, hoy por hoy, en nuestra gente cambia; pero cada proceso formativo y asumido contribuye a la inauguración de un preguntar crítico y a la meditación esencial y existencial sobre nuestro Ser-Ahí, y el hallarse intramundano. 

La actitud crítica entre los observantes, la que se da a nivel popular, la inicia Fray Damián López de Haro (1581-1648), toledano que ocupara la Sede Episcopal de San Juan, y cuyos escritos anticiparon la prosa costumbrista en Puerto Rico y la prosigue de modo más enriquecedor don Diego de Torres Vargas (1615-1670), quien refutaría al primero. Mientras con Fray Damián poco faltara para que hiciera pasar al jíbaro en formación como un estúpido,  con Torres Vargas se informaría con vena empática: 


«Las mujeres son las más hermosas de todas las Indias, honestas y virtuosas y muy trabajadoras y de tan lindo juicio que los Gobernadores Don Enrique  y don Iñigo, decía, que todos los hombres prudentes se habían de venir a casar a Puerto Rico y era su ordinario decir 'para casarse, en Puerto Rico'. Los naturales son generalmente de grande estatura, que sólo un linaje hay que la tenga pequeña, de vivos ingenios y fuera de la patria muy activos y de valor».


            COMO MENOSPRECIA DON NADIE: La primera vez que se menciona el vocablo jíbaro es con las Coplas del Jíbaro (1814) del arecibeño Miguel Cabrera; pero el primer libro que define el espíritu de provincialismo de los puertorriqueños (y con provincialismo aludiéndose y significándose esa atadura de tierra, lenguaje y alma, que hasta entonces el boricua-criollo había sustentado sin que ninguno, excepto él mismo, hubiera reparado en su deseabilidad y ejemplaridad), se tituló El Gíbaro (1849).
            El Dr. Manuel Alonso describiría al Tipo Común y Corrien-te de puertorriqueño y la ecología moral de la isla, con las siguientes líneas: «... la bondad del alma, la sencillez de las costumbres, la dulzura del carácter y la hospitalidad de sus moradores... (...) vivo de genio...» Añadió, en su retrato del jíbaro, como una relativa virtud: la sensibilidad para la añoranza. Este ser, tan presto a la nostalgia cuando está ausente de los seres queridos, o tan evocador de los pequeños detalles, por su sentimentalidad, es el Dasein (hombre / mujer) que abunda en el país. Son sus paisanos que aprecia y respeta, pese a que también tiene defectos.

... ¿Quién es el que no desea volver a ver a sus padres, sus amigos y allegados,
los compañeros de sus juegos infantiles, la casa y los muebles cuyas señas
recuerda uno tan bien cuando está ausente? ¿Quién es el que no suspira por oí
aquella campana que le llenaba de tristeza a la hora de ir a la escuela y, de
placer, la víspera de un día festivo?»

            Gente de esta catadura es el Compadre Pepe, uno de los tipos más nobles que él describe en sus estampas. El Compadre Pepe fue acaso el prócer José Julián Acosta, alguien que como Alonso previó los peligros de la escribiduría y la frivolidad novelera. Ambos tendrían por lema:
            Lo que no pienso no digo / ni escribo lo que no siento.
            Por desgracia y en adición, hay el Tipo Negativo de Don Nadie, el que vale llamarse el regresivo Hombre Común y Corriente. Este incomoda al grueso de los paisanos. Suele ser un mal emisor de juicios y, sobre todo, malagradecido. En el romance satírico, titulado Al Sr. José Julián Acosta, publicado en 1879, en el Almanaque Aguinaldo, están descritos los tipos que a Alonso cayeron en poca gracia durante su vida. Comenzó con la presentación de los Viejos Verdes o Enamoradizos:
               ¿De amores? Un vejestorio
               con abdomen reverendo y canas,
               ¡salir ahora con piropos y requiebros a las chicas!
            Los copleros son tipos que el Dr. Alonso colocó entre los negativos, pobres diablos, aburridos entre las cáfilas de los Hombre del Montón. Mentirosos, mal consolados, a los copleros falta genio. Escribirían por vanidad y por presumir que son alfabetos y letrados en una sociedad de privilegios y de rezago para las mayorías.
            Estos copleros a los que burlara constituyeron una exigua parte de la pequeña burguesía presuntuosa, intelectualoide y conservadora, que se daría aires de culturalismo. Una crítica a los poetastros maniáticos, cuya octavas, quintillas, albergan versos sin sustancia, es la siguiente:

              
Y maldigo a los copleros
               que ni a las obras de Dios
               tienen el menor respeto.
               ¡Que manía de escribir!
               ¡Qué flujo de versos impresos!
*
                                            
               Aquí para todo hay Vates;
               pero ¡que vates! Yo pienso
               que los produce a millones
               el más árido barbecho.
               `Suden y giman las prensas

               que ésta es la patria del Genio.

            Sucesivamente, a lo largo del romance, el Dr. Alonso criticará a las prácticas y vicios normativos con tipos tales como el Espiritista, Chismoso, subtipos de Espíritu Público, Bailado-res,  Envidiosos, Cobardes, Avaros y el espíritu de Venganza y Explotación.


            El tipo común y corriente es uno que ya no cree en sí mismo y que necesita adoptar al Uno, al Don Nadie; al hacerlo, él miente siempre. Nada pareció al autor de El Gíbaro más adecuado para desenmascar el supersticioso y el falso espíritu del Don Nadie que los espíritus socarreros. Este trozo del romance fue su descripción de la falsa procuración de la esencia epocal. Cada espíritu descrito corresponde a un inauténtico y falso poder posibilitador.

          2. Otras formas de folclor

            Como las siquiatras Eveline Lindler, Brené Brown en sus libros y la hermenéutica heideggeriana que influye mi ensayo, utilizo los concepto de empatía y simpatía, como lo aplicamos aquí: En un mundo de máscaras encubridoras, de monstruo en acecho para diluir disidencias, imponer dogmas y atacar los gestos heroicos, en un mundo que acentúa profundas antipatías, por diferencias de clase e intereses, abunda la culpa.  No es fácil hallar simpatía ni oyentes llenos de empatía. Es común que se concentren los ‘noveleros’ para el comadreo.
            Es difícil que se entienda que, con la vida afectiva y los sentimientos, Heidegger proponga una vía comprensiva de la esencia y la historicidad. Las emociones están asociadas a conmociones orgánicas y, en cierta instancia, a las bases químicas (neuropéptidos y endorfinas) que inciden en la expresión de emociones; pero, aún así, el soluto («Erschlossenheit») como irrupción del ente, no es visto como meramente espacial y óntico; sino que en la hermenéutica se asociará a mucho más que a las impresiones sensoriales.
            Desde la base del solver y el hallarse se puede explicar cómo evoluciona y se comporta un tipo. Nos permite comprender que estamos submitidos al mundo y, en su ahí, se puede encontrar lo que ataca y amenaza. En el hallarse no se escapa de la historia, por más cruel y hueca que parezca y no se esquiva ningún planteamiento en el que se pueda procurar un sentimiento. Por eso hasta los materiales brutos de una conducta / o censura son aprovechables.
      De lo que se trata si, en rigor y bondad, nos interesan los tipos pueblerinos, aquellos aparentemente desafortunados, excéntricos y pintorescos, es entender la simpatía y empatía en sus verdaderos contextos y propósitos: «No importa cuán empáticos creamos que somos hoy, pero ciertamentr todos podemos beneficiarnos al convertir en oyentes, comunicasdores y vecinos mas empáticos en general. Esto es parte de adquirir inteligencia emocional», comienza a decir Daniel Goleman al destacar el valor de la conectividad y proximidad de sentimiento que es lo que aglomera a vecinos que se quieren y recuerdan.
      «El término empatía entró a la Psicología Alemana alrededor del 1903 asociado  a la habilidad de imaginarse o proyectarse uno como persona en las experiencias de otros y exprimentar desde esa posición todas las sensaciones que ese otro vive. Puede que la experiencia haya sido directa, dolorosa, por lo que suele decirse por la persona empática. ‘Yo he estado ahí’, «Sé lo que eso», «Te comprendo porque ya lo viví». De no haber tal experiencia, se siente meramente simpatía… En el sentir-con de la simpatía, no hay fundación profunda, aunque haya compasión por otra persona. Por el contrario, la empatía es entrar en el dolor o la experiencis de aquel otro que obsede. Sientes desde sus dolores»

* Adelantaría, en este ensayo, que el folclor es tan amplio que consta de, al menos seis ramas: Su Narrativa y Oralidad y que, por tanto, incluye fábulas, cuentos, acertijos, leyendas, relatos orales, chistes, etc. Otra rama que es su Poética que incluye los romances, canciones, refranes, coplas, adivinanzas, dichos, etc.
            Se puede hablar del Folclor Mágico concernido con «lo espiritual, las supersticiones, y la misma magia». Este se asocia a lo más remoto de su surgimiento como expresión y a lo que Heidegger llamara la narratividad del 'lógos apophantikós' como forma fun-damental del conocimiento y capaz de proveer juicios predicativos. Pero, aunque muchos exponentes de la Sabiduría Mágica son partidarios de una Fuente o Poder conferido que se llama la intuición (Anschauung / intuitio), como acceso a Dios y al Origen, no se cuenta en la historia con la intuición infinita, propia de la divinidad (intuitus originarius). El conocimiento humano es un conocimiento finito; no crea nada, intuye lo ya dado y es 'intuitus derivativus'.
            Una más reciente etapa de esta disciplina es el Folclor Social: esto es, bailes, costumbres, juegos, tertulias, música, actividades sociales, la familia, etc. Este puede ser privativo y de vida común de una población concreta o subcultura. También interesante como Folclor es el Hecho Lingüístico: que incluye aforismos, pregones, deformaciones del lenguaje. ocurrencias de grupos humanos, rimas infantiles y cuentos de fantasmas, rumores (incluyendo teorías conspirativas), chismes, etc. Finalmente está el folclor ergológico, que es el más estudiado desde el punto de vista antropológico, pues, da evidencia de la cultura material, utensilios de trabajo, aperos, arte popular, la alfarería, pintura de arte popular. Incluye la recopilación de bebidas, comidas, potajes, etc.
            A medida que avanza la vida altamente tecnificada de la sociedad urbana y las megaciudades, se utiliza el término «folclore» en un sentido peyorativo y no se reconozca a las Ubres comio proveedora de un espacio empatico desde el que se le pueda valorar. A duras penas se le conceda valor estético y educativo al folclor.
* Hay el gran Otro lacaniano y el das Man. Trato de estudiar estos personajes desde el 'ser-sí-mismo cotidiano' de Heidegger en contraposición al Don Nadie. Y darles una compasión que la sociedad no tiene, proponiéndoles la pregunta:
«¿Y quién eres tú? (...)» 
Y oyéndola como Obermann,
cuando se dio respuesta:
«Para el universo, nada; para mí, todo».

                (2) Que el tipo popular es, sobre todo, gente destinada a ganar el cariño de sus compueblanos y, por ende. su popularidad en base a ser útil, como pioneros de alguna novedad. U oficio edificante. Un  tipo pintoresco y popular nace por causas o estímulos distintos. Así como términos tales como popular / afamado / y pintoresco / son  distintos, mas no excluyentes. El folclor campesino enriquece la identidad étnico tradicional y variantes del tipo. La expresión cultural (musical) o FOLK LORE ancestral fue un acervo central en torno al JIBARO, y hay que entender el papel publicitario del Solverse y su difusión y lo que se genera por el Don Nadie, sin autenticidad, la Mass-Media.
            (3) La cultura campesina epocal y ancestral fue una base originaria y produjo unos hábitos, mores y conocimientos tradicionales que como tales se recaudaron y expresaron en su sustrato. El proletariado que siembra, cría ganado, o se desempeña en un espacio cañero, cafetalero, tendrá su reprocesamiento. Asi fue en Puerto Rico y sería en cada país y nación.
     En un esfuerzo, por rescatar el arquetipo del jibaro o su imaginario, va naciendo lo pintoresco. De hecho, fue Manuel Fernández Juncos, asturiano que se diera tiempo para observar a distintos tipos rurales y aldeanos y concebir cocinzudamente la variedad de ellos, en pueblos en que viviera: Ponce, Juana Diaz, Adjuntas y San Juan. A partir de la empresa publicadora semanal, El Buscapie / 1876 a 1899,  de San Juan / es que irá elaborando y recaudando lo que será su aporte periodístico e investigativo sobre una cultura de tipo populares y desde la coyuntura, hay tres libros: Tipos y caracteres (1882), Costumbres y tradicones (1883) y, menor medida, Semblanzas puertorriqueñas (1888). Su literatura ha estado vinculada al costumbrismo y visto que hizo presencia en muchas batallas en torno ‘a la defensa de los derechos ciudadanos, las libertades políticas y la educación del pais’. El Dr. Ramon L. Nieves Marrero destaca que Fernandez Juncos tiene “un envidiable don de observación, un agudo sentido critico y una ironia sutil de genuino humorista (que) describe e interpreta tipos de la vida puertorriqueña”  y entre estos:

            * el adivino, el curandero                     * el tahur
            * el billetero                                           * los alcaldes
            * el comisario de barrio                        * los maestros de escuela
            * el capitán de milicias                         * el gallero
            * y los vendedores de amuletos.

            (3) Los tipos pintorescos se califican por cualidades peculiares que más que ergológicas, territoriales, dan sus rasgos de interacciones psicosociales. Entre este segmento, la SICOLOGIA es clave para entenderlos. Aquí caben:


            * los Cuenta-Chistes. Color subido.
            * los Personajes Callejeros
            * quienes en su nombre u apodo llevan la fama
            * los excéntricos, locos y medios locos
            * Gagos y tartamudos
            * Los traumados / o 'enamorados a lo divinos'
            * Entretenedores irreverentes, los bullangueros
            * Los disparateros. Mentirosos.
            * Propensos a fantasías, lo hiperbólico. Dichos y dicharachos.

       La comunidad aprueba a los 'pintorescos' poniéndoles su mote. Algunos ejemplos de estos individuos surjen de una condición psico-social o una minusvalía que se toma por base para que se edifique el elucidario del personaje  y su exhibicionismo. En otros casos, como bien se quejara el profesor Bernardino Bosques Rodríguez en sus Relatos Pueblerinos, «tal vez por envidia, algunas voces de la calle, fieles a la folclórica costumbre de apodar con desdén a ciertas personalidades» (ps. 97-98). Este es el caso de Mingo, «el mejor pescador de camarones en el pueblo» y quien se resignó «a que lo reconocieran por su apodo más que por su nombre de pila» (p. 99). Bosques Rodríguez hace una estupenda semblanza del pepiniano en Los versos del querer vser y un puñado de relatos pueblerinos (Junio, 2013)
Son 'buenas gentes', pero imestables. No son, en todo periodo de sus vidas, modelos a seguir.


            Tendrían en común con los tipos folcloricos su tendencia a apoyarse en el refranero, valores compartidos de la sabiduría ancestral, super-ticiones paganas, o de mitos del folcor urbano y esnobismo.


PERSONAJES DE LA CATEGORIA:
* Coqueto
* Moncho Bonito
* Cheo el Tirapedos
* REY EL LOCO o el Bobo Castro: Dulcero ambulante. Terror a las abejas.  «Se enamoraba a lo divino» [Datos ofrecido por J. Torres Feliciano].
* Guillé Loro  (o como le llamra Horacio Hernández Campán, la Enciclopedia Ambulante)
* Rafa Te vi
* Cheo Achiote tenia un carrito en que vendia guinos maduros[recuerda Maria Teresa Garcia]. Ella observa, con razón que casi todo los jugadores de pelota Doble AA eran ‘populares’, aunque no tos dos tenían un apodo, como Bola de Humo (Severiano Colon).
* Pelo e' Rata
* Ché Pelao
* Lolo Puya
* Sopanda
* Jenjibre
* Mingo La Perra

            Veamos cómo son ellos quienes materializan con sus vidas el derecho a la diferencia y reivindican la especificidad, su modo de ser, siendo  que únicamente así se verá que el folclor no es patetismo ni implica una  complicidad acrítica con quienes se las pasan inventando historias, o haciendo payasadas, o excentricidades, para atraer la atención ajena o su alianza a círculos de autoridad.
            ¿Cómo fue posible que, en innumerables casos, la gente más humilde sea quien, por virtud de ese proceso, pase a reconocimiento, a la memoria colectiva y no los hijos de la elite? ... porque, partamos de esto, el personaje pueblerino que se recuerda con afecto, que nos convive, no siempre es un loco de remate o un extrafalario. vago o pordiosero. Si algo de eso, además, ¿qué tienen ellos?
            Esta definición necesaria tendrá que ver con el espacio de empatía y aceptación del sujeto en cuestión. Una comunidad protege, festeja y admite, a lo que caracteriza su folclor frente a “la postergación de los valores locales, tradiciones comarcales y sabiduría popular” y, de hecho, desde el Siglo XIX, “… el folclore, como la literatura costumbrista” son claves como catalizadores de la conciencia de la pluralidad y del derecho que tiene el pueblo, llano y sencillo, “a ser considerado como un factor importante en la historia humana” y que se  reconozca “como hermanos a todos los hombres sin distinción de clases, partidos, ni opiniones”  (Julio Iglesias de Ussel) [1]
            A raíz del Congreso de Folclore, celebrado en Granada (España), en 1986, gracias a estudios sobre sociología del folclor presentados por Julio Iglesias de Ussel, me aboqué a ese tipo de estudios, concentrándome en el elucidario de personajes que ofrece la comunidad pepiniana.

TIPOS POPULARES EN EL PUEBLO DEL PEPINO: Se designa tipo popular a gente que es admirada, se gana el cariño de sus compueblanos y que por ello ganan su «popularidad» o una aceptación que les sobrevive hasta mucho después que han muerto. Es: Gente útil y trabajadora que han sido pioneros de alguna novedad. U oficio o actividad edificante.
            En este grupo no caben los llamados tipow pintorewcos ni folclóricos.  Ni pordioseros ni enfermos mentales. Este grupo es sólo de gente que ha sido capaz de alguna 'osadía'. O cualidad, socialmente signifivicativa.. Se les admira / acepta . por razones que no sean partidarias ni sectarias, sino civiles / empáticas. Espirituales o culturales.
            Por ejemplo: a La Carla / homosexual / si se le aceptó como primera travestí no fue sólo por homosexual en una época de rechazo y homofobia generalizada, era un joven que se daba a respetar. Trabajador, servicial. Tenía la confianza de toda la comunidad.

            QUE NO HAYA CARRETAS NI BURROS: Al fin, advendría el tiempo en que que el folclor rural, sin carretas ni burros, ni sombreros de paja, tendría que hacer su presdencia. De eso se encargaron tres motivados hombres de futuro, impulsores de progreso, Fueron Juan Almeyda Eurite, Antonio Sagardía Torréns y Manuel Rodríguez Cabrero.  Con ellos nace una burguesía urbana que se articula al modo de la administración norteamericana. Darían la velocidad simbólica del nuevo capitalismo. La magia del transporte.
  • LOS PIONEROS DE LAS GUAGUAS
Junto a Antonio Sagardía Torréns y Manuel Rodríguez Cabrero,  Juan Almeyda estableció el primer servicio motorizado de guaguas entre Pepino y Aguada, al fundarse La Transportación. Incorporó la guagua La Carmen a la firma. Más tarde, el Dr. Cancio añadiría servicio vehicular a través de La Reforma. El viaje de ida y vuelta costaba 25 centavos.

            Uno de los escritores y poetas pepinianos que entendió el reto y el peligro de ser tragado por un monstro, «el poder / progreso / sin fratranidad» / fue Ramón Padró Quiles. Utilizó la tribuna política, la novela corta, el cuento y la poesía, para describir esos monstruos a vencer y hacer su crítica contra la esclavitud, la burguesía y el colonialismo. Fue uno de los primeros pepinianos, de raza negra, que reaccionó a la imposición del inglés como idioma de enseñanza en las escuelas elementales.


TIPOS POPULARES:

* DON MINGO O «MINGO EL FAROLERO: «... era el que se encargaba de prender los faroles cuando no había luz eléctrica en las calles». Ultimaa persona en ejercer ese oficio. Mingo por llamarse DOMINGO.

* DON MILLIN, alias de Emilio Scharrón Rodríguez (1900-1976). En el barrio Hoya Mala ningún pepiniano brilló en el siglo con tantas luces de virtud y trabajo. Don Emilio fue agricultor, carpintero, barbero y músico. Dio a la comunidad una familia musical que son el orgullo nacional; los mejores guitarristas y, por botón de muestra: Rafael Scharrón Alicea (n. 1932), Eladio Scharrón González (n. 1956), guitarrista clásico y ganador de la Beca Musical Reynolds para completar su doctorado en música en la Universidad de Rochester (New York), Mario Scharrón Alicea (n. 1926) y Mariana Sharrón Alicea (n. 1937), nacida con el talento de la composción son parte de ese legado.

* DON PEPE ESTELA: Uno de los primero orfebres de Pepino. Arreglaba relojes, pulseras, hacia ojales a la ropa y otras reparaciones.
* EL MAESTRO PONCE:  Alias de José Toro Torres, nativo de España. Tenía colocada y ondeante la bandera roja y amarilla del Partido Socialista español, cada domingo antes de ir a misa, y esto ante el hecho de que, en ese tiempo,m estaba prohibido el uso de la bandera puertorriqueña. Nunca hablaba de su vida privada; pero, al parecer, pefdió un hijo en la Guerra Civil española. Sus horas de asueto las pasaba leyendo u oyendo música clásica. Administraba una firma distribuidora de periódicos. (Ver más datos: Bernardino Bosques Rodríguez, en El señor español, op. cit. ps. 91-96).
* DON PERICO: «Bajo de estatura y de piel blanca casi fría». Ojos grises y melancólico. A los 50 años parecía mayor. «Nunca se le vio sonreir en público». También de origen español y apodado Don Perico, casi con las mismas características, Pedro J. Jaunarena Oharriz, nacido en 1885, en Iturren (Navarra), administrador de Laurnaga y Co.

* NARCISO RABELL CABRERO (1873-1928): Además de sus méritos como Alcalde y farmacéutico, lo que le hizo de un liderazgo popular, el pueblo como comunidad empática destaca que fue músico, padre de nueve hijos ejemplares, impulsor de la re-construcción planificasa del poblado tras el Fuego de 1906, promotor del primer acueducto y la primera planta eléctrica. E impulsor de la enseñanza pública. Comprender la dimensión humana y comunitaria de este pepiniano sería la evidencia mayor y fuente inspirado para uan definición de su tipo. El siglo XX, después de las pesadillas del anterior, nos dio la imagen y la pauta.
           
            Se ha publicado un excelente estudio titulado  Narciso Rabell Cabrero (1873-1928): Naturalista y Servidor Público Pepiniano —Biografía y Notas Genealógicas, cuyos autores son el Dr. Angel Nieves-Rivera y el Prof. Edgar Maíz López. En su momento, don Narciso fue llamado el «hombre de ciencia de Puerto Rico en los Anales de la Academia de las Ciencias en Nueva York por sus aportes y la colaboración con el equipo de científicos norteamericanos durante el tiempo de exploración y la redacción del “Scientific Survey of Porto Rico and Virgin Island” de la Academia de Ciencias de Nueva York. El propósito de dicho reconocimiento por parte de la Academia de Ciencias de Nueva York fue indagar lo que 'las nuevas posesiones' ofrecían en cuanto a recursos naturales y sociales, y aunque en principio se hizo una labor de bien, al final lo que valió fue la filosofía política del control. [...] Aparte de hacer y estudiar sus propias colecciones, produjo publicaciones científicas, escritos y desarrollo sus propios químicos y fármacos (e.g., Tabonucol)... ¿Fue NRC conocido? Lamentablemente no, sólo los pepinianos, su familia y algunos especialistas reconocen su obra». 
            El Dr. Angel Nieves-Rivera dxplica en una reseña del libro: «Uno de los propósitos principales de este libro, es el dar a conocer su vida y obra hasta donde se nos permita.  Su vasta aportación ha sido más extensa porque se han extraviado documentos y colecciones, las cuales su paradero se desconoce.  NRC es un ejemplo a emular por las nuevas generaciones ya que corrió la buena carrera y a pesar de las adversidades siempre tuvo su norte definido desde el principio de su vida.  El legado que hizo Rabell Cabrero para San Sebastián y los investigadores científicos fue que ya las colecciones científicas las había hecho, facilitándoles el lugar de trabajo a los especialistas, e.g., el Salto Collazo y río Guatemala. Conocía a los dueños de los terrenos y lidiaba con los campesinos que colectaban dichas piezas tanto paleontológicas como arqueológicas».
* ANDRES Y MANUEL MENDEZ LICIAGA:  Como dijimos en torno a don Narciso Rabell Cabrero, la plena superación del Don Nadie público de la publicidad, de la MEDIANIA de la cultura, o ‘el se dice que’, no es una cuestión de la popularidad ganada en base al grado de autoridad política en lasds urnas. Esta es una competencia por la conquista del Ser-Alguien en los espacios de empatía. Estos dos hermanos, hijos de Avelino Méndez Martínez y nietos  de Francisco Méndez Acevedo, fundador de la Junta Revolucionaria El Porvenir de San Sebastián en 1868.
* ANDRES MENDEZ (1884-1943): Si Alejandro Tapia y Rivera es el Padre de la Intelectualidad y la Cultura Institucional  puertorriqueña, ese es el papel equivalente de este pepinano, autor del Boceto histórico, historiografía pionera de su lar isleño. Gracias a su libro, conocemos la comunidad antes de 1925 y la vida política de 1913 a 1918. El nos dio el medio de vehiculizar un quehacer periodístico del modo más consistemente que cualquier otra publicación antes de El Regional y La Vanguardia.  En ambos semanarios se ventilaron las pero-cupaciones cívicas y política de su generación y de conciudadanos que fueron claves en la historia de Puerto Rico, entre ellos: Pedro Angel Cebollero, Luis A. Domenech Hernández (1891-1923), Miguel Cancio y otros.

* MANUEL MENDEZ, alias Don Manolo, y la botica La Central que solía ser sedes de tertulias.  Las actividad comunitaria y dinámica de tal tertulia está descrita en el libro El corazón del monstruo, en donde explica:

            «En los primeros decenios del siglo XX, poquito antes del '20,             aquilatándose en plena Depresión, don Manolo Méndez Liciaga      abrió La            Central, una de las primeras farmacias de Pepino. Allí, Francisco     Rosado y Don Manolo, establecieron una tradición: reunir       en las noches a     los viejos y los jóvenes, montar el diálogo, recontinuar lo que, espontá-         neamente o por necesidad, tenía que             darse para que se organizara el       futuro, se creciera consciente y         moralmente y la responsabilidad individual             y colectiva diera frutos». [op. cit.]  

* AGUEDO VARGAS LABAILLE (1868-1955): En el espacio empático pueblerino destaca por tres cosas que llenan necesidadee afectivas en la comunidad: consolar a su gente en el momento de pérdidas (en el entierro y sepelio digno de los más pobres). Como un artesano para remediar a los deudos de fallecidos estableció una de las primeras agencias funerarias, donde fabricaría sus propios sus ataúdess; sostenía la creencia en la reencarnación y propandizaba a Kardec, el doctrinólogo espírita, a través del Templo Espiritista Luz Divina y por su amor a la niñez trajo al pueblo la primera Máqujina de Caballitos, algunos tallados y agregados por el mismo. Fue padrede una familia localmente querida que incluyó al futuro abogado Celestino «Tino» Vargas, Moisés (el Hermano Moisés) y otros  nueve menos conocidos.
*  EL DOCTOR FRANCO:  En la comunidad fue querido uno de los contertulios de La Botica, el Dr. Franco.  José Angel Franco Soto nació en 1875 y murió el 9 septiembre de 1959. Hijo de Angel Franco Ortiz, tambien médico y oriundo de Sábana Grande, José Angel fue novelista. Cursó las enseñanzas primarias y secundarias en su pueblo natal, Mayagüez y Maricao.
            En el Colegio Janer, de esta última población, siguió los estudios del bachillerato y tuvo por condiscípulos a varios puertorriqueños que devendrían con distinción a desempeñarse en las esferas políticas, profesionales e intelectuales del país. Estudió medicina en España para 1896 y, a su regreso, ejerció por veinte años su profesión en San Sebastián. La Guerra Hispanoamericano lo sorprendió como repre-sentante de la Cruz Roja hasta 1911 cuando ejercería en Mayaguez. En 1902, Vélez López lo representó en la reunión en que quedó fundada la Asociación Médica de Puerto Rico (QB:II:14, 16, 141). Fue ayudante del Dr. Salvador Carbonell en Mayagüez y Ruiz Soler le nombró director del Sanatorio del Pepino de 1921 a 1923.
            Escribió, en 1949, el libro Juan recuerda su pasado, novela de tono autobiográfico, en la que se explica el proceso de la Guerra Hispanoamericana y las Partidas Sediciosas y el fin de las grandes haciendas cafetaleras del Siglo XIX. Al mismo tiempo, la novela revela, sin pretenderlo, la índole de sus participaciones en los años en que fue contertulio de la botica «La Central». Tertulias animadas por Manuel Méndez Liciaga, el profesor Lino Guzmán, Eugenio López y el licenciado Víctor P. Martínez González.
            Impresionado por la Guerra Hispanoamericana y el decep-cionante papel desempeñado por España en Puerto Rico, durante la defensa del centro-oeste de la Isla se hizo uno de los pioneros de los partidos Federal y Unionista Liberal.
            Los contertulios de «La Central» tenían en común haber sido testigos del cambio de soberanía política en Puerto Rico y los incidentes del llamado Desastre del Guacio (1898). Años antes de su muerte, el Dr. Franco volvería a escribir sobre el tema.

            Según la genealogista de la familia Franco, existe la posibilidad de que su hermano haya sido el también médico Augusto Franco Soto (solicitante de rev., en 5-IV-1908 o 1909. Aut 15-Iv-1908 o 1909 y quien ejerció en Mayagüez 1911 (QB:II 140). Doña Milagros López Reyes, genealogista, afirma que «tengo documentos alusivos a que el padre de Franco Soto fue asesinado al entrar a un café 8:00 de la noche; el juicio fue el 18 de julio 1892 y terminó el 3 de agosto de 1892».



            Don Herminio Detrés Olivieri y el Lcdo. Pedro Antonio Echeandía, recordaron al Dr. Franco Soto como un hombre carismático, muy amado de San Sebastián, quien tenía un espíritu crítico en política en cuanto a las corrupciones imperantes antes de reestructurarse el sistema jurídico y político colonial; pero marcado por tragedias familiares, como fue el asesinato de su padre y el fallecimiento de su hija en un accidente dentro de la Iglesia Católica del Pepino.

* VICTOR PRIMO / alias El Caballero. Abogado graduado en las universidades de Barcelona y Santiago de Compostela, ocupó cargos judiciales desde 1892. De 1895 a 1898, fue Capitán del Ejército Español. Por real decreto del 30 de agosto de 1896, se le honró como Caballero de la Orden Isabel la Católica... Una décima conspiradora, durante la etapa insurreccional campesina en Vegas del Pepino, lo alude en el último verso :

            Díle a Braulio Caballero
               que toda deuda se paga
               y a Francisquito Laurnaga
               que pronto perderá el cuero.
               A Mantilla y a Ranero,
               ese par de serafines,
               les dirás que nuestros fines
               son de a Guijarro coger
               `y arrimarle a Castañer
               junto con Víctor Martínez.
Víctor P. Martínez se casó con María de los Remedios de los Ríos, con quien hizo vida cortesana en Madrid.


[[En la décima se alude al español Braulio Caballero Ayala (n. 1853), Manuel Ranero Arrison (n. 1864), en España, quien tenía entre sus hijos a Evaristo y Nicolás Ranero Rodríguez y la familia García Mantilla y Laguerre.]

* MIGUELITO CANCIO:  Nacido en San Sebastián, en 1923. Graduado de la Universidad de Puerto Rico en 1948, donde obtuvo su B.S. en Ciencias Farmacéuticas. De 1949 a 1961, trabajó como farmacéutico, con negocio propio, en Aguadilla, P.R. Pasado cierto tiempo, decidió estudiar en la Escuela de Leyes y se graduó en la Universidad Puerto Rico, donde obtuvo el grado de Juris Doctor (Magna Cum Laude, con promedio de 3.72) en 1964. Al ser el primero de su clase graduanda, se le concedió la medalla de Alumno Sobresaliente. Fue admitido a la práctica legal por la Corte Suprema de Puerto Rico en 1964 y a la Corte de Distrito Federal para ejercer en Puerto Rico desde 1965. Admitido a la Barra de Abogados, estableció las Oficinas Legales de Miguel M. Cancio. Más tarde, estableció como socio el bufete legal de Cancio & Cancio. Fue nombrado Magistrado Honorario y advino como miembro de la Junta Examinadora de la Profesión Legal por varios años. En 1995, estableció y consolidó su firma como Miguel M. Cancio & José R. Cancio. Miembro de la Barra de Abogados de Puerto Rico.
* JUANITO MANO MANCA: Quincallero que hizo famoso el lema de las TRES B / Bueno / Bonito y Barato: «Lo que nadie tiene lo tiene Mano Manca» en la Plaza del Mercado. Anduvo siempre bien vestido, usaba sombrero Fedora. «Hombre alto, robusto, labioso, seriote, y de hablar convincente» [Datos ofrecidos por Joaquin Torres Feliciano]
* JUANITO VALENTIN, Zapatero. casado.con Matilde Guerra, hermana de la esposa de Lano, el otro popular Zapatero.
* MIMA, primera Auxiliar de Farmacia. Fue el promedio más alto de la Junta de Farmacia de 1973. Fue encargada de la farmacia del hospital, la Farmacia La Providencia y laboró en casi todas las boticas locales.
* ÑITO CUBERO: Carpintero, buen guitarrista. Sobrino de Don Fundador Cubero.
* GUILLO EL SOCO o GUILLERMO RIVERA: “Fue el pirotecnico más exitoso de Puerto Rico lo fue Guillermo Rivera, mejor conocido como Guillo el Soco, Che Pelao no explotó ni un siquitraque. Alli trabajó en la contrucción de la represa de el lago como parte de una partida de presos que fueron enviados a labores de construcción. Guillo estaba preso por haber matado a su esposa con un escopetazo que aunque alegó que habia sido un accidente lo sentenciaron a cárcel y lo enviaron a Guajataca a trabajar” [Datos provistos por Neftali Santiago].
* DON CLAUDINO, primer mecánico de camiones de El Garaje que reparaba los Camiones de Flores Rivera desde tiempos de la Zafra de 1960, ubicado al final de la Calle Severo Arana.
* ELEUTERIO BOTTARI: Después de haber sido agricultor, fue el primer chofer de carro público de Pepino. Daba 3 tandas de viajes a Lares. Padre de Calin y Luisa Bottari.

* BERNARDINO SANCHEZ: El 'barbero de los ricos'. Fue barbero a domicilio en sus comienzos. Tuvo la barbería más lujosa del Pueblo. Declamaba versos mientras cortaba el pelo / versos de Gautier Benítez, De Diego, Lloréns Torres y otros bardos boricuas, a petición del cliente. Lo que le sumaba popularidad y admiración pública.

* CUCAN: alias de Joaquín Nicolás Oronoz, ex-Alcalde. Primer alcalde conocido como homosexual. Histriónico y teatral en su manera de ser. En Procesiones de Semana Santa, se echaba una cruz al hombro; pero el madero era hueco, no obstante, él gesticulaba con mohines de una intensa angustia por el dolor de la carga. Tuvo su época de poder en los ejes de poder de los dos clanes tradicionales: las familias Méndez Cabrero y la Echeadía.

* PIRO, alias de Pedro Enrique Pérez Cancio (1920-1976). Desde que comenzó a trabajar en la Farmacia La Providencia, propiedad de su tío, el pueblo lo absorbió con empatía. Por 27 años sostuvo el ideario del muñocismo (Pan, Tierra y Libertad)  y militó con el Partido Popular Democrático. A partir del Plebiscito de 1967 y el Movimiento de Estadistas Unidos y un buen momentum en sus negocios que incluyen mueblería, farmacia, agencia de pasajes aeréreos y joyería, lo tienta la política partidista y este es el mayor repelente de la empatía pura y desinteresada. No logró su triunfo en la aspiración pot la Alcaldía del Pepino en varias oportunidades ni otras aspiraciones públicas y, sin embatgo, halló su muerte trágica cerca de la Navidad de 1976.
* MAYITO EL ZAPATERO: Alias de Marío Ríos Sánchez (1917- falleido). No fue tanto por ser zapatero (que en pueblos de tradición artesanal hay muchos), Pepino le distinguió por ser músico. Su ejecución de la guitarra lo hizo partícipe en el decenio de 1930 del Trío Mortadella con Toño Hernández y Pedro Cabán. Tocaba en fiestas privadas y patronales con grupos musicales con Benito Fred, Cheo Chandy, Millín Scharrón y Paco Daniel (cf. Arcelay, p. 47).
* DOÑA BISA: Asambleista municipal por el Partido Popular Democrático. Viuda del Juez Eduardo Negrón e hija del último Alcalde bajo la administración española. Fue su cultura y generosidad las que abrieron para ella puertas de empatía entre todas las clases sociales. Para 1968, con la irrupción de un nuevo paradigma pro-anexionista, deja el PPD y se une a la derecha neo-conservadora.
* ANACLETO (Alvelo), CUATRO ESQUINAS: Comerciante y Asambleista Municipal
* CHIN, IMPRESOR. Se educó e hizo su práctica con la Imprenta Santana hasta que estableció la suya. Chin. o Imprenta de Ramón Valentin.
* ANA LA LOCA: Asistía a los parque de pelota para animar a Los Patrullero como su primera fanática.

* MIRTELINA: Preparaba y vendía rellenos de papa,
*  GALLOZA: dulcero y pastelero.
* VENTURA FONT, Chofer de carro público. Transportaba estudiantes a la UPR  (Río Piedras) desde finales de 1970 a 1980.
 * MEDIO METRO: Mister Ríos, alias Medio. Metro. Mr. Rodriguez
* Don Hernán, BRINCA-CHARCOS. Educador de Historia.
* JUANIQUILLO: Uno de los primeros electricistas
*  MINGO CAGAPASTOS: «Un hombre blanco de piel, alto y delgado que le decían Cagapastos. [Descripcion ofrecida por Amador Roman Garcia; ver la estampa pormenorizada que ofrece Bosques Rodríguez en «Mingo CP» (ps. 97-106), donde destaca otras «cualidades modestass, pero buenas», hablar acelerado («a borbotones», según Pipo Acevedo), carácter serio, buena actitud, «que sólo se enojaba cuando era blanco de burlaas de la muchachería», «obsesionado con la idea de pescar el camarón más grande del mundo» (cuyo hábitat sería el río Culebrinas), buen jugador de softbal. Muere, sensitivo y desazonado por el hecho de que «ninguna criatura del río puede soportatr una crecida de ruido tan inmensa», por lo cual le quitaron, o invadieron, un charco que reclamó suyo. «Una tropa de muchachos y muchachos se habían apoderado del charco y estaba usándolo como piscina» (ps. 105-106).
* JULIO SOSA RIVERA:  Como su hermano Luis Aníbal, Julio heredó vena y vocación musical de su padre (Abdón Sosa), quien tocaba violín. En servicio en el Ejército Norteamericano, Julio formó parte de la Banda 81, desempeñándose como batutero y cantante. Una vez regresó a Pepino fue miembro del Cuarteto Armónico de Voces, junto a Mario Scharrón, Victor Alicea, Victor Eliut Rodríguez, Wichie Medina y Chucho y Lorenzo Ruiz. Fue cantante de la Orquesta de William Manzano.y, en 1962, perteneció al Cuarteto Kumaná, junto a Severiano Méndez, Jim Pérez y Arístides Arocho.
 Mientras estudiaba en el Instituto Politécnico de San Germán y, una vez graduado, fue maestro rural, consejero vocacional, oficial de probatoria, trabajador de la Central La Plata y finalmente cartero en el Correo Federal. Una de sus hija, Madelaine Sosa Martínez, lo describe del siguiente modo en carta que me enviara el 5 y 6 de septiembre del 2014:
            «Casado con una niña d familia acomodada de un apellido       importante en el pueblo, que estudió en EEUU para aquella      época, de nuestro padre aprendimos lo que era la vida con los        pies en la tierra, siempre nos decía «que sólo Dios veía a todas             las gentes como iguales, pero que la gente no, por lo cual sólo   nosotros nos haremos  arquitectos de nuestro propio destino, y          cito... Nuestro padre amò su trabajo en la calle con su gente,    nunca quiso cambiar a su gente por un Counter (mostrador) en           el correo, inter actuar con su gente era su vida…  Anécdotas         tenemos miles desde leerle telegramas y cartas que le enviaba             José Feliciano (el cantante ) a su abuela hasta cantar serenatas con Sophy Hernández, Raúl Hernández, su padre, cantar con Guito Vadis, Scharrón y de paso darse par de palitos... La   navidad era una oportunidad que él no perdía para estar con su  gente en la calle, como él decia. Comia comida navideña en cada 
           casa, leia cartas a los viejitos de los familiares que vivian en los      Nuevayores, lo llenaban de regalos que mi madre, mi hermano y             yo teniamos que buscar para que él pudiera continuar su ruta [...]         De nuestro padre aprendimos a saludar a todas las personas sin   distingos y con el mismo respeto, aquello de acentuar palabras         esdrújulas, 2+2, y tablas de multiicar era el trabajo de aquella   niña de familia acomodada que estudió en EEUU. El, aunque brillante con un inglés perfecto, preferia enseñarnos el arte de la   naturaleza, la bondad, la sencillez, de labrarnos un camino de             excelencia profesional para ser seres humanos de quien la gente           tuviera un recuerdo simple, simple como la naturaleza y como él fuera [...]
            ... De mi padre podemos hacer un libro, esto que le escribí fue a          vuelo de pajaro... Tenemos tantos recuerdos, poemas, dibujos y demás, por lo que podriamos publicar dos tomos... A su paso        por Stalingrado y Tablaestilla ayudaba a los muchachoa a hacer             proyectos y asignaciones, haciéndole ilustraciones que después             ganaban premios en las escuelas, jaja... así obtuvo varios premios            en diferentes ferias científicas. ¡Listillos los del barrio! [...]   Tenemos también los bocetos del Tigre de La Poli de San         Germán que él fue el que lo diseñó, como el logos oficial…            Nuestro padre murió sorpresivamente el dia junio 30 del   2003. Mientras yo llevaba a mi hija a Columbia University en   NYC, a comenzar sus estudios, me llegó la llamada dandome esa       desvastadora noticia»:

El hermano de Julio Sosa murió en septiembre de 1995. Fue tambjén un destacado músico: tocaba violín, guitarra y cantaba. Al parecer, más dedicado a la música que Julio.

LUGARES POPULARES EN EL PUEBLO (en alguna época)
* TABLASTILLA: Barriada
* EL KARAJO / tienda de Abraham. en 1974. más o menos
* La Fundación Rossy

* Río Culebrinas
* Salto de Yaciloa en Barrio Robles en 1980
* Casa y Carniceria de Don Be Uve
* BARRA DE TABLASTILLA: Popular cuando allí cantara YIM PEREZ, guitarrista
* Torrefactora de café EL COQUI / 1985 / de Emérito Ruperto Torres. En una época anterior, la torrefactora fue Almacenes Laurnaga.


            DEL TIPO POPULAR AL TIPO PINTORESCO: La definición anhela advino. Incluye estos elementos.
            (1) Un pre-requisito para designar como ‘tipo popular’ o ‘pintoresco’ a un 'sujeto de interes' (sirva esta metáfora policiaca)  es que se provoque una empatía y nostalgia y, en consecuencia, se abran las vías a la curiosidad de la comunidad por él.  Parte de la esencia que el tipo presentará, en cuanto su quehacer cotidiano, está relacionada al riesgo de desaparecer. Por ejemplo, el ‘carretero’ [i.e., Moncho Prieto] desaparece por el advenimiento del ‘camionero’ y la irrupción del chofer de vehículos motorizados; el ‘farolero’  y el ‘sereno’ (Don Mingo) no serán necesarios para encender los faros de gas en la noche, en la calle y la Plaza, ni anunciar la hora, una vez quedara establecido el servicio de alumbrado eléctrico, o los relojes públicos.
            El camión y la jeep harán que los viejos ‘cargadores’ [i. e., Chencho El Abejón, Chalo la Mancha, etc.] sean innecesarios. Definitivamente, con el ritmo de fuerza mayor, desaparecerán, paulatinamente, los ‘aguadores’  [Don Andrés, i.e.] que vendían el servicio de transporte de latones agua, yendo a pozos y quebradas lejanas, para surtir a los vecinos.
            Todas son gentes que dieron identidad al colectivo de determinada época. El sastre y la costurera de pueblo, los afiladores (amoladores) de cuchillos y zurcidores de colchones son otro saldo de lo ido, en la nueva cultura industrial y comercial.
            (2)  Quien admite a estos sujetos el peligro de extinción saben puede alcanzar un ‘trato cuidado’ con ellos y que se abre honestamente con su razón de ser y su lealtad y amor al pueblo, a la aldea, hecho que contribuye a verlo en su folcloricidad y función. Esto significa que quien lo valora concluye que el folclor constituye el último instru-mento de resistencia a la pérdida de identidad: «el folclore cumple no sólo la función de definir la identidad cultural de un pueblo, comarca o región sino también es un factor de solidaridad con el pasado».
            (3) Así como el folclor y esencia particular del hombre pintoresco no se puede reducir a lo patético, o el ridiculismo, tampoco el folclor o su cultivador atañe al exotismo o lo etnizante. La folclorización  tiende a presentar una región geográfica, o comunidad rural, a partir de un cariz de romanticismo cultural. La problemática del campesino, en sus relaciones sociales reales, o las poblaciones autóctonas se obvia en muchos análisis que hoy prevalecen y pretenden que no exista el concepto (típico de la analítica de los ’30) de ‘continuum rural-urbano’ de Sorokin y Zimmerman ni del ‘continnum folk-urbano’ de Redfield, de modo que convivencias y tangencias de la vida rural y urbana se repelen o son ‘ irreconciliables’ [2]
            (4)  En cuanto a patologías posibles del sujeto pintoresco, estos sentimientos o ego-disfonías pueden o no estar presentes, pero no es  prerrequisito. De hecho en la aceptación pueblerina, convivencia de Sorge, Cuidado o Cura, la disfuncionalidad se compensa. Se diluya el ‘gesto patético de dolor’.
            Pensemos, por ejemplo, en Rafa Te Vi  (Rafael MayoL Navas), el pepiniano de mediados de siglo que lanzaba pedradas y maldiciones a quien le gritara provocadoramente ‘rafa te vi’  como si lo sorprendiera en acto reprobable; o en Rey Castro, el dulcero, hermano de Polo Castro, el maestro, o uno entre los Cubero, aquejado por una fobia, públicamente conocida. El primero (Castro) a las abejas y el segundo (Cubero) por fobia a los perros, que lo disponía a que gritara en llanto, con regresión infantil,  el estribillo. Ñito, Ñito, tráeme la navaja mía / para matar a ese perro maricón. Ñito Cubero era su padre.
            (5) Lo que es indispensable en una concepción del hombre pepiniano, criollo y comarcal, frente a todo centralismo excluyente o concepción de hombre abstracto occidental es la historicidad del destino a que responde, ‘su irse resolviendo-avazando’ en el ‘ah’, la pepinianidad. [3]
            (6) Lo distintivo y esencial y que presencia folclórica a este sujeto no es físico, pero, suele ir acompañado de cierta socarronería y enmarcamiento a estereotipos. Desde el enfoque que aquí se propone para el estudio de los tipos populares (o todavía designados como personajes típicos, o tipos folclóricos y pueblerinos), aprovecharemos esos términos, con ciertos reparos, aunque hayan sido admitidos como útiles por la convención del uso.  [4]
            Enfatizaré que, por encarnar precisamente su unidad esencial y existencial y su historiarse intramundano y manifiesto («Varhan-denkeit») en lo real, el tipo pueblerino no es lo que es llamado personaje por la comprensividad vulgar. Tampoco es lo que está definido como modelo ideal en la noción de tipo que se ofrece en diccionarios.
            El ser que tiene la esencia pensada en el ser solve las posibilidades propias, toca su destinación («Schickung») y, por tanto, no es un personaje en el sentido de quien representa un papel que no es suyo como lo haría el actor o intérprete de un drama o una farsa.
            `La verdad del ser mismo es la destinación del mismo ser. Quien llama personajes a seres humano (sea del tipo campesino o pueblerino), a expensas de su propia comprensividad vulgar actúa, restándole a su aludido la dignidad y autenticidad que le son propias. Sobre todo, son personas. Quien lo enjuicia como quien lo viera en un teatro del ridículo o de las rebambarambas oscurece su propio comprender. Martin Heidegger escribió en su Carta sobre el humanismo (1947) que «el Ser es esencialmente más amplio que todo ente porque es la luminosidad misma», mas, entra en el asunto que él estudia bajo el concepto fenomenológico descuidado de sí mismo. [5]
            Al aducir que el ser epocal es personaje, se infiere que no porta en sí ninguna luz, que se apropia de una obra que no es suya, que vive meramente con lo que otros le han dotado. Se infiere que personifica, atribuyéndose una vida y acciones que, en cuanto tales (seres, textos o cosas), no son suyas y no han surgido de su proceso creador personal.
            LA PEPINIANIDAD: En el esfuerzo de forjar sus tradiciones, las ideologías críticas y existenciales que las harán posibles y las interacciones entre las diversas gentes que vivirán la historia, con relaciones de destino a destino, [6] se formaría el fenómeno que es objeto de nuestro estudio: la pepinianidad.
            Este ha nacido del jíbaro, quien es, entre los hombres-masa o hombres comunes y corrientes (si me permiten seguir utilizando la metáfora). Este se correponde a una epocalidad en que es el que mejor procura darse una identidad esencial, mediante el soluto o un el modo del habérselas que es exploración del lenguaje y el paisaje.

El mito como  la idea del origen ilustrado del folclor («Genkenes Kulturgut»), lleva en sí los ecos de una estructura social, un hallarse en el mundo, pero que no necesariamente reduce a los tipos humanos a una pipirijaina, o legión de cómicos de legua. Tampoco es razonable qu las ideologías teatrales hayan transformado en estereotipos, extravagancias sin identidad, el contenido der estas vivencias, por lo que hay que volver a rehumanizar a esta gente, en cuanto creadoras y representativas.

      No hay que asumir que la jibaridad real exista oara siempre. O que siempre habrá una campesino, o un pepiniano que lo valora.

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Bibliografía y notas

[1] En el texto Del acontecimiento, en Contribuciones a la Filosofía (1936-38), Heidegger se interesa en definir al hombre histórico occidental, analiza la crisis de los '30, el destino político alemán y los temples afectivos que inciden sobre las relaciones de «destino a destino». Admite una «necesidad de un pensamiento pensante» sobre la historicidad del destino nacional, ya que el destino mundial arriesga a convertir «a todos los hombres en apátridas». «Muy pronto la televisión, para ejercer su influencia soberana, recorrerá en todos los sentidos toda la maquinaria y todo el bullicio de las relaciones humanas». Este peligro está asociado a la técnica como «forma de la verdad, que reposa en el olvido del Ser» y está también asociado a las ideologías, que se niegan a pensar. «Ninguna época ha sabido tantas y tan diversas cosas del hombre como la nuestra. Pero en verdad, nunca se ha sabido menos qué es el hombre». Cuando al hombre piensa su destino, filosóficamente, como actor creador, se prepara para disolver las ideologías. Cf. las citas heideggerianas tomadas de: M. Heidegger, El ser y el tiempo (Fondo de Cultura Económica, México, 1951).

[2] «Himno de San Sebastián», en: Rubén Arcelay Medina, Diccionario biográfico pepiniano (Aguada, 2000), p. 98.

[3] Martin Heidegger, ibid. (EM, 107) [viii].

[4] Eliut González Vélez, Pepinianidad, Parte II. Cf. Ver: Bernardino Bosques Rodríguez, Los versos del querer ser y un puñado de relatos pueblerinos (Mariana Editores, Cayey, 2013) para descripciones de personajes y C. López Dzur, El pueblo en sombras (Bloomington, Indiana: Palibrio Editores, 2014), ps. 190-91.

[5] Heidegger, El ser y el tiempo (Fondo de Cultura Económica, México, 1951). La posibilidad del solver del conocimiento es más estrecha y menos original que la del sentimiento. «Los afectos y sentimientos temáticamente vienen a parar entre fenómenos síquicos fungiendo como la tercera clase de estos, luego del representar y del querer las más de las veces», alegaría Heidegger, aunque en el capítulo V de la Esencia de la verdad explique que «el solver del hallarse es más original y profundo que cualquier conocimiento», aunque el Dasein no vea que los estados de ánimo solven. El solver no es un estado anímico, sino un modo de comprensión.
            «Comprender es solver». p. 153.

[6] Johann W. Goethe, Fausto.




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