Sunday, August 31, 2008
Te hundíste en el Empíreo inmóvil
El miedo de perderte fue la amenaza latente
de los otros, Beatriz, y me hizo imaginar
que te arrebatan nuevamente.
Ida, tragada en nueve cielos móviles
de Maya, y dije: ¡Te he pedido,
finalmente, para siempre!
Te hundíste en el Empíreo inmóvil
donde ya no se puede codiciarte.
«Esta es la fiera impura; no te engañes.
Que creas que no te amo y sí te amo.
Otros harán que el mundo duela.
Otros urdirán que te sientas solo».
«No me codicies meramente, házme libre.
Cuídate. Búscame. Voy a estar en tus voces,
no en tus egos. No vivo en las selvas del capricho.
Vivo en la sustancia de tus necesidades».
6-12-1978 / Indice / Heideggerianas
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