Fanny G. Jaretón (FGJ) es una poeta argentina con quien, desde 2004, por lo menos, mantengo un fascinante contacto. Sus primeras cartas me revelaron su capacidad para transmitir la mujer que es y cuya personalidad proyecta componentes significativos de su inconsciente personal. El subfondo sedimentado de la conciencia, base de una zorrería intuitiva que dispara las palabras directas al corazón.
Ella escribe con distintos pulsos, no siempre intencional y premeditadamente en pos de un texto logificado:
«Muchas veces escribo dormida... Tengo varias voces, porque en esa búsqueda me comprometo con la celebración y en ella el juego. A veces, las más, son esas imágenes que se agolpan en mí y acomodan su tránsito a su antojo... Me gusta el nivel vibracional que se levanta ante lo oculto, en palabras de un amigo: 'No sé lo que querés decir, pero se siente lindo y me dan ganas de leerte muchas veces'. Y ahí creo que toca la mano de Dios».
Del humanismo erótico que hablaremos aquí, como definitivo logro de su poesía, FGJ ha dicho lo siguiente: «Para mí, la poesía erótica es la que te abre y no cuenta con otro requisito». Este abrirse al que alude es invocación de vida, «ese pozo insaciable de la alegría. / La noche nunca interminable / donde me invita a ser feliz, / con el destino placentero / doloroso». Desde su poesía, se invoca un Sí a la Vida, aunque ahora lo que se observa como escenario en el mundo, en rigor, es nihilismo.
La mayoría de la gente pervive en el determinismo biológico que ha sido propuesto por la sociedad dominante. «Se ha perdido el rumbo frente a la carretera del dolor» y lo que queda, en términos de 'ismos' es «lo que no nos lleva a ninguna parte», concluye ella.
Apertura, como término proveniente de la intensa poesía que le conozco, no es abandono del quehacer social por los cambios necesarios ni ser pesimista ante su posibilidad y la de otros esfuerzos de construcción de alternativas; pero la propuesta a la que como Mujer-Poeta se integra, tiene un rumbo, hacia donde las palabras claves son: «Sed-Rompimiento-Milagro-Trascendencia-Salvación».
Desde este Hei / Dar, se habla en torno al liderazgo y confiesa su Yo fuerte, que la salva y la instrumenta, por cuanto es capaz de ofrecer y proyectar los pensamientos propios y los sentimientos interiores hacia otros. Fanny tiene un destino y misión. No se confirma ese yo fuerte, sin angustia. Por momentos, «he perdido el sentido práctico y el sentido estético. Sólo escucho que las palabras me llaman, me dicen, se ocultan, blasfeman, interrumpen, diseccionan el tropel de la nostalgia. Quieren llegar primero que yo para salvarme del doloroso infinito, todo final me lleva a la pérdida y entonces vivo perdida para no encontrarme en el sí-mismo, misma de mí, y entonces la palabra que me invoca y hace presencia y ahí estoy yo forzándome el útero, pujando pujando para hacerme el eterno poema de lo inombrado».
Para experimentar el milagro trascendente, desde las esencias de su sed y rompimiento, la palabra clave es dar. Hei, la letra hebrea, contiene implícitamente el Dar. Judía, conocedora de la Kabalá, FGJ entiende que al dar de lo propio (de las semillas como palabras) a los demás se patentiza la autoexpresión, el regalo definitivo del ser. Lo propio es su estado de conciencia, que es la vestimenta superior del pensamiento, o propio intelecto interior. Las otras dos vestimentas son el habla y la acción con la que se manifiesta a los demás como acceso y responsabilidad cumplida.
El semejante, el sufriente, merece consuelo y salvación. No hay salvación si no hay habla, con liderazgo. Darse a si misma es un esencial dominio, con liderazgo, porque se rige por el poder de hablar y se comunica el consuelo / el milagro / de que en cada uno del que oye o comparte la palabra del que habla hay un punto interior de bondad. Todos los seres son iguales en esencia. Merecen la felicidad. La raíz de la palabra hablar, en hebreo es davar, que significa liderazgo.
Fanny G. Jaretón dice: «Estoy amparada a un fuerte yo que no me decrece y escribo sobre mis obsesiones hasta agotarlas, pero parece que siempre hay una cuota más; soy un compendio de etnias que me dieron origen, por lo que agradezco tener conocimiento de Kabalah, influencias holísticas, influjos aborígenes y en mi camino de buscadora por apagar esa Sed he sido bastante curiosa, exploradora y expeditiva, logrando así un lenguaje que pareciera ser sencillo, amoroso, pero hay bastante camino, sangre y minerales detrás». A ese lenguaje de su dación lo compara con un río de amor.
... la corriente alterna de la energía
que el río nos trae
y este amor efervescente
que no puede parar
y me arrastra y me arrastra...
[Y si]
Llamaré existencial a la visión amorosa que impregna la insistencia de FGJ por cumplir con la eficaz comunicación (con los demás), comunicación que a veces se antoja imposible. En adición, FGJ aboga por libertad íntima frente a la presencia de las nuevas formas mecánicas de la técnica y el Estado y la sociedad dominante. FGJ batalla por una posición, no atea, no-antimasculina como en los feminismos culturales, sino la posición que integra y concilia las relaciones de género, como hiciera Simone de Beauvoir, en el terreno existencialista.
Jaretón es consciente que la voz femenina debe ser escuchada, si bien viene siendo «seca, seca por Adán» [Y sí]; interpreto el sequedal como postergamiento.
FGJ no asume la actitud intelectual de Elizabeth Gould Davis [The First Sex] y Ashley Montagu [The Natural Superiority of Women] quienes, para fundar el tono del discurso feminista, señalan un derecho al predomonio y liderazgo basado en la noción de que, las hembras son inherentemente generosas y más gentiles, «inherently kinder and gentler». A Fanny le basta recordar que, «por mis venas corre el flujo / la furia bronca de ese hombre que me llama / desde el suspiro que da muerte».
Con la poesía erótica, FGJ hilvana un milagro / toda una praxis / que dirá a Jaspers, lo mismo a Carlos Roldán, el naufragio no es necesario si de veras creemos que el río que nos arrastra es una corriente de amor. No admitirá 'infiernos' sartreanos ni 'caídas' heideggerianas. Ninguna filosofía de la crisis ni del decadentismo (caminos que no llevan a ninguna parte, «ritmos cansados» de vanguardias) la ensombrecerá, porque, el Yo fuerte, que no la decrece ni desmerita, le dice que no merece el miedo ni ser fagocitada:
De qué puedo escribir yo
si ese hombre me come y me bebe
todas las palabras
todo el misterio
todo el miedo que no merezco.
[Vanguardistas]
De modo que el erotismo como lo que abre señala el proceso de abrirse al Llamamiento, convocatoria que es siempre hacia lo «destinado a la intimidad, a lo interior y lo profundo» [Bataille]. El erotismo abre lo obsceno. Nos muestra desnudos. Da palabras e imágenes que son surgidas sólo con el acto valiente que desafía el pudor. Como en el texto Deseo, las imágenes y verbalizaciones de FGJ son exploratorias. El cuerpo es referido a sentir con intensidad, con diversión y juego. La obscenidad erótica se plantea a partir de la infancia.
Aquí, con apertura, va pareja la noción erótica de Bataille de que los niños son los primeros experimentadores de lo obsceno. «La infancia es del orden de lo más íntimo», dice Bataille. FGJ comienza el poema Deseo con referencia al «tacto mañoso» y los orificios corporales, en cuanto se trae el cuerpo a los momentos de las humedades de la infancia, su violencia que se traduce a juego ante el hecho del exceso en el sentir.
El niño explora con divertida intensidad. Es según se crece que se pasa de la manera natural del juego, cuando estuvo atenuado el peligro y culpa, al acto erótico más obsceno, al que suele darse el rango de «excesivo, pecaminoso y condenado», en la crítica erótica de Bataille y que FGJ describe como «un temblor que a subterráneo intenta protegerse / para desmoronarse, o no, de lo que se sabe obsecuente». Este erotismo porta la culpa que Freud llamara «Unheimlich, lo ominoso, lo familiar arcaico que retorna sin ser convocado».
Preferencialmente, FGJ hilvana el erotismo que invoca el Llamamiento del Amante, el erotismo de corazones, según la terminología de George Bataille. Rechaza todo lo que intenta «anestesiar la fuerza primitiva de la creación», hecho que suele ser un interminable juego de espejos o un (macabro) baile de disfraces. O máscaras que hablan del miedo, sin remedio, a la Nada. El Amante de Fanny es el Yo intrínseco / Eros, fuente de la Creatividad, / dado a que un Yo precario no puede ser el portavoz idóneo del Mensaje Divino y quien derramará la semilla. El portavoz del Amante irrumpe con imágenes arquetípicas de victoria. Ese quien es capaz de vencer la Muerte porque es encarnación del Amante arnónico / Espíritu con bríos, encarnación del Sí que, siendo afirmativo de la Vida, tiene la alegría en sí. Este no es un Satán Cósmico / o Nihilista / Siva / de destrucción. Es el Infinito lleno de posibilidades. El Casto Danzante de la Abundancia.
La semilla / verbo espermático / enciende la chispa de los cambios. Con un lenguaje simbólico, que es ruptura, pero también sed, dialéctica con Eros, comienza a describir el Parto, el Alumbramiento de la Obra. En la traidición cristiana y aún en el Oriente, la obra se preanuncia como nacimiento del Niño Divino.
Fanny expone apasionadamente contra los predicadores de espejos, que hay que romper el ilusionismo de que el juego de espejos, espejos donde «Narciso me ha abandonado por la fidelidad hacia él mismo», ese Narciso es el discurso parafrásico que se reproduce y acentúa el discurso de continuidad ideológica, donde ella / la Amante / el Ser / que tiene palabra propia / es censurado, en favor de «convenciones hipócritas».
El miedo al desamparo, a la Nada, a la muerte, formula discursos que son mala sospecha de la realidad. Discursos que se escriben sin Amor y que son, según describe FGJ, «temor y temblor que nos dan los espejos, como le pasaba a Borges, temeroso ante ellos, la fobia que multiplica a los hombres», «la liturgia donde el ideointelectualismo» asume «la condición de balbuceducir por la dialéctica misma». Este neologismo de Fanny crea con las palabras balbuceo y seducir la ha hastiado; más que embaucarla. Se sostiene «con la mirada en el objeto observado del yo intrínseco al que entiende el valor de ser un individuo no masificado por la sociedad». [Carta de FGJ]. Sin este valor de originariedad, el discurso ideológico se vuelve una «forma -aunque ilusoria- de autoreconocimiento»; sujeto «a ser re-conocido vendiendo-nos la fama».
Hay un eco de Michel Foucault en esta advertencia de que la repetición es una propiedad constitutiva del lenguaje: la autorreferencia en la literatura y es la razón por la que Fanny G. Jaretón desconfía de la idea de la palabra como espejo, el «sortilegio de tener la palabra de la verdad», palabra hipnotizada, «con ese vaho de vientos contrarios, ¿contrarios a qué, de qué?, es que pregunto. Esputo lanzado al viento, no hacia arriba por si me llueve, sino en la dirección hacia los optimismos donde nos hacen prevalecer a los mismos, siempre los mismos, de zurda o qué, en el contramano donde la necedad se hace oligarquía para vernos en el espejo del canto, del bel canto a capella: en el sólo ío». Sólo Yo / sólo Narciso. En los fragmentados citados de la carta que dirigiera a Carlos Roldán, leo a Fanny haciendo la misma crítica a la escritura moderna que Foucault cuando dice que la crítica de hoy «se repliega sobre sí misma y se enrosca», «... ya no se pretende, como en la época clásica recuperar, traducir aquel lenguaje divino», «la modernidad habla de lo que ya se ha dicho e instaura en esta nueva configuración epistemológica la noción de literatura». [Foucault]
En muchas páginas poéticas de Fanny G. Jaretón lo que admiro es precisamente esa fuga de la canónica discursividad o configuración epistemológica de la literatura que se ha confiado en espejos. El juego de espejos puede terminar siendo un callejón de cóncavos y la fuente de toda deformación. El juego de espejos más monstruoso y desinformador en los medios comunicativos de hoy es el mediático: Cine, Radio y TV.
La inteligencia femenina de FGJ se representa con el Yo intrínseco, erotizado, que da ese documento estético citado a una sociedad que todavía es regida patriarcal y machistamente. El yo que habla es el Hei / el liderazgo crítico, que dice al Varón: «A parir, hermano, a parir y como condición unánime ya dejé de creer en las cigüeñas, para parir a la palabra. Hace falta del acto sexual creador, encendernos en la “chispita” que se te haga». Es interesante que FGJ haya acudido a una letra hebrea y su connotación kabalística para representar el asunto por el que inquirí. En un mundo transformado negativamente por el dominio patriarcal y la desigualdad, ¿cómo definirá la mujer su virtud y su misión? La respuesta es Hei: con liderazgo. Y la falta de liderazgo es nihilismo. El Marqués de Sade fue el primero en dar la voz durante la Edad de la Razón y la Revolución cuando, con una novelita negra y profética, vaticinó el mundo que crea las estructuras de la opresión en nombre de la Razón y el Sol de Justicia y, en su lugar, violenta la virtud y agrede a los pobres, a los indios, a la mujer y a los extranjeros, como no había sucedido nunca antes. Ese es el mensaje de Justine / Juliette.Me cago en los espejos, rompo a palo limpio los espejos, todos los espejos. Estoy harta de los espejos, de la palabra espejo, de los recurrentes y acatados poetas que se siguen mirando en el espejo de Borges, de la Orozco, de tantos sin intentar un tibio acercamiento al descubrimiento personal.
Por eso me prohíbo terminantemente mirarme donde otros se miran, cansada ya de tanto reverbere de un zumbido poco ancestral... [...] Por eso mi zigzag, vientre al suelo, serpentina efigie que va sobre la corteza reptil, caballo me hago, veneno me hago, mierda me hago. Erótica mierda para inyectar en las mandíbulas de los inyectes, y sí, yo escribo de obscenidad, escribo sobre el amor, esa palabra con la que la gente se asusta... No la reconoce. Están inmersos en la política, en la corrupción, en aspectos dispares donde la guerra se les hace himno y nos vamos devorando patrióticamente unos a otros como estos animales salvajes a puro instinto que somos.
Y sí, lo mío, este arte de prevalecerme, es horrible. Da náuseas. Nadie se quiere subir a esta voz; pero es una voz más que si no le permitimos ser parte del contexto, en estas voces de otras voces quedaremos mutilados por el sueño y el olvido. A dónde saldremos a caminar por la ladera cósmica del sur, sin pisar todas las voces todas…Todas-las-voces-Todas.
La advertencia no puede ser más clara con FGJ: en un cuestionario que le envíe para que me hable de literatura erótica que haya leído o lea aún, responde: «La crítica se quedará al margen de la verdadera creación estética si no toma en cuenta este sentido de la literatura moderna». Los autores hedónicos y eróticos que ha leído incluyen a E. E. Cummings, «por su delicado y sugestivo ¿Puedo Tocar?», Gonzalo Rojas, Eunice Odio, Reina María Rodríguez y, finalmente, Carlos López Dzur, al que se refiere con estas apreciaciones:
El Zorrito Dzur sabe lo que dice, sabe lo que hace que no por maña sino por ah-s-tuto que me quema, que me lleva por el torrente de lo que hay debajo de la enagua de su palabra, sugestiva primero, coitangial en el rápido y violento lenguaje... Después, leerlo se me hace gallinácea en la piel y se me suelta todo el zoológico, el bestiario que lo olisquea y desde ese éter responde mi hembra malherida, porque su palabra mata y de una sola vez y para siempre. Leerlo me hace fácil la escritura. Es un biorritmo perfecto. (López) Dzur escribe, erosiona, alza y una simplemente se deja seducir y comulga con todas esas flores de su bien y de su mal donde nos despacha con sus olores ácidos, haciéndome y en su permiso 'la adorada fiera' de la escritura que naturalmente se concatena».
Fanny G. Jaretón no ha sugerido textos que incluir en este número de Sequoyah para un comentario crítico, aunque sí una observación de Guillermo Sucre: «No se trata ya de hacer una crítica sobre autores sino sobre obras y textos. Detrás de cada autor lo que hay es un lenguaje, no un yo».
Intentaré a través de textos como Deseo, Enardecida, Primitiva, Epidermis, Hilvanes, Inconformidad y otros, dar una lectura expositiva que la festeje. El propósito se inspira o cataliza por un texto que he leído de Fanny y el comentario explicativo que ella diera sobre el mismo. FGJ ha señalado una fuente de censura y menosprecio del arte erótico.
El texto en cuestión se titula Vanguardistas y fue publicado el lunes, 11 de mayo del 2009, en la lista del grupo de poetas y narradores de Muestrario de Palabras y dedicado a Carlos Roldán.
Los poetas de vanguardia
condenan mi poesía carnal.
Los que hablan de revolución.
Los del ritmo cansado:
bostezo de una sociedad
que no quiere caminar más
allá de su nariz.
De qué puedo escribir yo
si ese hombre me come y me bebe
todas las palabras
todo el misterio
todo el miedo que no merezco.
El comentario que acompaña al poema es este: «Concretamente, Fanny, te diré que no creo que la poesía erótica sea otra cosa que un ejercicio menor. Y la verdad es que me gusta la poesía en serio. Si llegara a haber esto sería una concesión que haría Vientos Contrarios a ciertas prácticas que no sé, hay cada cosa en el supermercado»
¿ES LA EROTICA UN EJERCICIO MENOR?: Al leer la obra de Fanny que he ido coleccionando en la medida que la comparte, he descubierto otros rasgos. El señor Roldán no le hace ninguna justicia cuando valora: «Y cada vez lo tengo más clarito. Me parecen pavadas no literatura... Los juegos literarios no sirven sino a quienes piensen la literatura como entretenimiento burgués. No va a ser con este discurso que se invite a nadie. Poesía en serio... Sobre la vida, la muerte, la revolución o lo que sea. No sobre minas calientes ni pajeros».
Fanny Jaretón está en posesión de un lenguaje y una estética que no es un juego. De hecho, el erotismo que se escribe por amor y desde el amor, es lo más honesto que se pueda hacer y dar como estética y no es una pavada. Explicaré el por qué.
La literatura de Fanny Jaretón apela a inteligencias que entienden la «trampa esteticista» y el fácil acarreo por la pornografía que enajena. Conozco su obra para asegurarlo y, obviamente, la poesía de FGJ es una que aprovecha el dolor interior y la soledad del mundo, no para hacer regodeos esteticistas, sino que hace de ese dolor un camino al amor y la holotropía. Recordemos este poema que ella titulara Holotrópica:
Usted me ha sanado con su respiración.
Me ha jadeado inspirándose en mi parto.
Se ha retorcido con vocablos obscenos.
Se acordó de su madre, no tan bien.
Se acordó de todas las mujeres malpasadas.
Se acordó hasta que dejo de acordarse.
Entonces vine yo:
pujo de cisne de cristal para encantarlo.
Vine con mi palabra de plata
bala para ese hombrelobo que nunca termina de morirse.
Vine como una cachetada como el reflujo de usted mismo.
Vine con el grito del para siempre que da la Vida
Vine enceguecida por tanta Luz que me dio su extremo.
Vine y supe de mi sexo, mi nombre y mi lugar
cuando enternecido me llamó amor.
Lo que es posible con la liberación de ese amor no es algo que está en el mercado en servicio del entretenimiento burgués. Es parte de las ausencias. Es parte de los silencios en los Lugares del Habla donde se busca el «privilegio» de hablar en su nombre. Si Fanny viviera en los EE.UU., si escribiera en inglés y tuviera las codicias lucreras y oportunistas de quien mercadea lo suyo, a través de poderosos editores, un poema como el anterior sería ya parte del programa del feminismo o, cuando no, del esoterismo New Age. Esto es, se le darían espacios expositivos y editoriales en el Establecimiento intelectual, hoy en vanguardia de análisis por razón de género y otras batallas contra desigualdad y crisis de empatía. Sin embargo, su poesía está confeccionada para que sea el Opresor que se angustia / ese Hombre-Lobo / el individuo cualquiera que accede a la internet o ella encuentra en su camino, quien tenga su catharasis, sin emplazamiento del modo más casual. Ella es íntima y privada, sin tribuna ni apoyos editoriales. Ella merece su obra antologada y es seria como creadora. Tristemente sólo depende del underground y la internet. No está ni por la fama ni por acumular libros, o impresos de su obra, que nadie leerá, si no cambia la sensibilidad del hombre. Ese cambio llegará el día en que ese Hombre-Lobo ofrezca a cada mujer, a ella, el Lugar que les corresponde y, en el caso de ella, cuando sea quien llene la Ausencia / el Silencio / con su presencia humilde, valiosa: «Vine y supe de mi sexo, mi nombre y mi lugar / cuando enternecido me llamó amor».
De hecho la obra de FGJ y de otras voces afines está en cierta condición de censura y menosprecio más peligrosa porque en América Latina, en el mercado de lo escrito en español, se promociona menos. Se publica machismo solapado de caretas. Ella dicho que no publica libros, su quehacer es más vivencia que figureo y ambición por lo impreso; con mi amistad, ella sólo tiene el apoyo de otro que admite, por honestidad, que su obra vale. No es pavada que la publique o la haga conocer. Ni lo dice un pajero. Para mí, poesía en serio, la suya. La de Fanny. Esta calidad de erotismo se esconde todavía en América Latina y, ciertamente, está lejos de establecerse «como una práctica masiva y reflexiva» [C. Roldán]. Mucho peor si no se colabora con exponerla e igualmente se le deja a la suerte de las dificultades que lo erótico como arte subversivo tuvo y tendrá antes que sea «perseguido, denostado, censurado». (ibid).
Lo que, con desenfreno erótico, se hace por hombres «voyeurs» y «minas calientes» en el mercado latinoamericano, muchas veces como retrato de amor enfermizo, como regodeo de lo «voluptuoso, libidinoso, lujurioso, obsceno, vicioso» [Bataille], no tiene esta apuesta a una continuidad liberadora que es descarga de vida / holotropía, en oposición a la discontinuidad de la vida como pérdida y evidencia de automatismos y, en el peor caso, ausencias. No tiene esta simbología profunda que caracteriza lo jaretoniano. No negamos la existencia de la pornografía en América Latina, o del erotismo vulgar-comercial, con erotismo «light» y cursi y con ésto señalamos con el dedo al nudismo, sexo cinematográfico, telenovela e historias calientes y portadas para la prensa amarillista o el mercado marginal. Hay, por desgracia, la necesidad que degrada / la miseria sexual de quienes leen y para ellos se mercadea subliteratura de tono subido. Hay morbo recrecido por divas de cabarets, putarrería / cultura de juvenalia que cada vez se fascina más a viejos y jóvenes. Y por razones de economía, el que tiene compra y paga y el se siente narcisista y se tiente se vende, se declara la / el modelo. El bolsillo pródigo paga por Playboy / play girls hedonism / Table Dance, xxx-rated stuff, mimetismo, perreo-raggaeton, cocolos culture, el que tiene ambición busca el modelaje frívolo, el escándalo o fisgoneo, las portadas para las grandes magazines, o chismes de paparazzis, el narcisismo cosmético y, de fondo, quien tiene complejos de género, se cambia hasta el sexo, se amaricona, o se involucra en el sexo sadomasoca y estilos de sex-dominatrix, etc. En mucho de ésto, ni hay arte ni erotismo. Mucho menos amor...
No es la misma recursividad y poder publicitario el que artistas como el Marqués de Sade, Anais Nin, Henry Miller, Masoge, Milo Munara, Madonna y Alan Moore, han tenido o consiguen para sí [o para que un filósofo como Georges Bataille les decante] que el que tiene Fanny G. Jaretón a su disposición para hablar de esta nostalgia de lo animal y la necesidad de recuperar una inmanencia humana, su pertenencia al mundo, que el orden imperial, moraloide y militar suprime de modo que el Orden Censor pueda acumular para sí privilegios, renforzantes de sus cosas, para más efectivo despojo del oprimido, o el más pobre. El erotismo es, por cierto, en primer lugar, consciencia de inmanencia, pero, contrario a la pornografía vulgar, es transgresión que la abre la cuando tiende a cerrarse sobre sí y, al transgredirla, de la inmanencia viene la espiritualización como su verdadero orgasmo. Su libertad. El seducido por lo erótico anhela en la muerte ritual del sexo, no hallar un rival, sino el Amante, el Erotismo de Corazones, la intimidad perdida. La lectura de Safo, Ovidio, Pietro Aretino, Gregorio de Matos, aún del mismo Petrônio, Boccaccio, Mirabeau y Charles Bukowski, para decir algunos, origina esa misma apertura. Más obscena que la palabra es la vida sentida como injusticia, oprobio e inmanencia sin libertad.
En nuestra sociedad de subdesarrollo, cuando la pornografía avanza por razones que no son filosóficas, la dialéctica corporal debe ser pensada, no temida, desde esa trinchera que Bataille llamara el «erotismo de los corazones, cualitativamente más sagrado... [...} el ardiente y pasional erotismo donde el ser amado... es asido, donde no se escapa, donde los seres en su discontinuidad se abren a la experiencia de la continuidad en el extásis, jugando así con los límites del ser». [G. Bataille] Sí. FGJ nos habla sobre amores apasionados, aún de aquellos que son amores castos, y que comparten el desfallecimiento y la angustia de la muerte y, como yo mismo soy exponente de la erótica que a Fanny y a mí nos mancomuna, me gustaría afirmar varias cosas:
(1) el erotismo no es un ejercicio menor, siendo que los temas señeros, la vida y la muerte, son la esencia en el campo del erotismo; en la dialéctica corporal nos va la vida. La procreación es importante; pero, en la calidad de la procreación, está la diferencia que el erotismo discierne y donde intenta arbitriar frente a los interdictos de la ley y el lenguaje.
(2) la ley y la transgresión son otros campos de competencia del erotismo. Observa Bataille que el interdicto inicial, definido como «lo que es entre-dicho, o no dicho en su totalidad», comienza cuando el hombre pudo acceder al mundo del trabajo. En la sexualidad y la muerte, hay un violento trasfondo que «atenta contra la paz, el orden y la supervivencia». El trabajo esclavizador es transgresor y violento, aún más que el vivir sin trabajo que reduce la auto-estima.
(3) El erotismo se libera del interdicto / o demanda prohibidora que dice: No hay libertad sexual. No será tolerada. Ocúltese el pene erecto y la desnudez de la mujer; censúrese la imagen del acoplamiento sexual y embobinamiento genital y sus humedades. Que la Espada esté dentro de su Vaina y el Olor de la sangre y la putrefacción sea destruído. El erotismo desafía la ley, aunque esa ley no esté escrita.
(4} Pero, cuando el erotismo transgresor libera e invierte valores es porque cuestiona alguna ley opresora y coloca la sexualidad bajo examen bajo una verdadera luz, no siempre racionalística, pero siempre imaginativa; entoncs, el asunto es Virtud y Vida. No Virtud vs. nihilismo y poder. Esto lo planteó el Marqués de Sade, cuando estuvo preso en La Bastilla durante la Revolución Francesa y creó la sospecha sádica. En Justine, Las Desventuras de la Virtud / Justine ou Les malheurs de la vertu: la misma civilización cristiana fue la pervertidora, llenaba de violencia el estado virginal en la naturaleza. Justine, pese a todas las degradaciones fue quien deseaba que su dignidad permaneciese íntegra, no la arriesgaba su noción del Bien; pero: ¿fue posible en el mundo cristiano donde el Poder no sigue a la Virtud, no practica lo que dice? ya que todo se invierte... Juliette, hermana de Justine, en cierto modo, es el mundo de hoy. Con sus encantos físicos y el placer sexual, Juliette satisface a varones y hembras y medra con rápido beneficio económico y un ascenso de posición social. Así es el mundo que anhela poder y no virtud, que quiere apariencias y no vida.
Sade, el Profeta del Libertinaje y del Satanismo cósmico, ha sido más que bien entendido, pero ha estado ausente de la escena que más necesita de él para que se entienda lo que realmente dice: Que hay que regresar a la escena erótica del Origen, so riesgo de que este nihilismo militante desacrilice y pervierta: «Todo es malo». La Naturaleza es destrucción y su Ley es crimen. La prosperidad induce u oferta sólo el Vicio, como en la L`Histoire de Juliette o La Nueva Justina
Se ha vuelto cada vez más obvio y numéricamente significativo que los hombres de virtud y decantada castidad / curas y sacerdotes de todas las denominaciones religiosas / no pueden contra la incitación de lo obsceno y seductor de la sexualidad. El miedo a la vida les tira de bruces sobre ella misma. El terror sólo está atrincherado en los espejos. Los espejos, culpantes de hipocresía. En la iglesia hay mucha pedofilia y, en el poder laico y público, escanta el escándalo, la deslealtad matrimonial, hijos fuera del matrimonio y otras muestras de la líbido fuera de control.
EL POETA EROTICO COMO EL AUSENTE: El hecho es que, por razones de poder, las prohibiciones que se decretan contra lo erótico no se ejecutan en la práctica porque el poeta que falta en el Lugar del Privilegio y de la Ausencia / el que debe ocupar como representante de la humanidad oprimida / despojada de su sana dialéctica corporal, es precisamente el ausente: el Poeta / la Poeta / que habla sabiamente de la Erótica. Y el / la Poeta erótic@ no es una extravaganza. Viene humildemente. Aunque impresionen sus símbolos. No es un Ego, como dice FGJ. No es el Genio transgresor que Juan Valera dibujara en su ensayo Del romanticismo en España, cuand el Poeta Romántico radical se autorepresentaba cuán Libidinalmente Exaltado Me Puedo, siendo que había necesidad de él. Elaborado alrededor de José de Espronceda, Valera decía: «El poeta no escribía ni debía escribir por arte, sino por inspiración; su existencia debía tener algo de excepcional y de extravagante; hasta en el vestido se debía diferenciar el poeta de los demás hombres; y el universo Mundo le debía considerar como un apóstol, con misión especial que cumplir en la Tierra».
Ingenuo Valera: Las poses de Genio, como las creatividades desde la bipolaridad o los procesos eutímicos, no sirven. El comercio no puede crear una comprensión del erotismo, sino una máscara de él que termina comiéndose a la persona. «Comerse» en ese sentido que FGJ le gusta decir. El mundo de las vedettes, nymphettes, galanes y don Juanes, las figuras de los Super Amantes Seductores, Divas o seudos diosas, íconos de las que mundo parece tener apetito, o procurar un Gran Consumo, no son la solución ni la cura para la sociedad conservadora que expresa su «fastidio universal» y la desesperación. Tras lo visiblemente obsceno y espléndido del manjar de la carne es que está lo íntimo y lo profundamente transgresor: el Secreto.
De hecho, la violencia sexual en América Latina es presencia evidencial. Cuerpo presente y corpus deliti. Es un manjar servido, ignorado, policíacamente examinado, cruelmente puesto al margen. Se asesinan, torturan y violan, desde niñas a jóvenes en plenitud de hermosura. Pero ese dolor de la hermosura censurada no se canta en los poemas / el erotismo que quiere triunfos / es el de las Famosas Prostitutas / de la Burguesía... Si vamos al referente de la poesía tal parece que la violencia contra la niñez / la adolescencia / la trabajadora pobre / no existen. El himno erótico por la más sufrida / la inocencia seducida y robadfa / es la Gran Ausente porque para la Poesía Seria o escrita desde el plano de la Racionalidad, o cuando no, desde las ortodoxias del Sentimiento Cívico, hay una manera, no burguesa ni lumpenizada, de abordar los temas de la bondad, la generosidad, la compasión y el progreso, los premios para el inocente. El inocente no puede tener erótica; al menos, en un mundo, donde el erotismo de corazones parece que no existe.
Los estudios recientes indican que «no less than six million children and adolescents in Latin America and the Caribbean are subjected to severe aggression, and that 80,000 of these die each year as a result of violence unleashed in their own families. Sexual harassment, maltreatment, child labour, violence in the home and sexual exploitation occur with such frequency that they can be considered a daily phenomenon». Es decir, no menos de 6 millones de las criaturas juveniles más hermosas de la América Latina y el Caribe dan evidencia de ultrajes, desamor, lucro y prostitución que cometemos. Al tema lo ignoramos, lo ausentamos; pues es preferible, en la literatura «en serio», al menos, que sepultemos sus cadáveres, desaparezcamos sus cuerpos, evitemos la violencia de su nausebundez, la putrefacción comunicada por cuerpos que no deben ser nombrables para vivir la ilusión de Virtud / aunque haya Crimen. Hacemos la censura desde la poesía y la cultura oficial, pero, esos cadáveres y cuerpos, siguen ahí y se suman a los que, a través del tráfico sexual se exportan o se desaparecen: Dynamics of Prostitution and Sex Trafficking from Latin America. La poesía en serio no quiere que se profundice en lo prohibido y en la crueldad de lo real que incide en lo prohibido. No tiene fe en la palabra que entra transgresoramente en las inmanencias. El erotismo de lo liberador es lo ausente.
¿Cómo dar voz al poeta erótico que nos alertará como humanidad que en el lugar sagrado de la poesía puede representarse el dolor / mezclado con belleza / el ultraje de lo inocente / la frontera inmanente de la explotación? De ahí que:
(1) Tenemos miedo de hablar de afectos callados. Somos capaces de silenciar y matar lo que amamos. Partes disgregadas, desmembradas, ocultas, de una bella unidad que antes amamos y llamamos el cuerpo femenino. Hoy son nuestra vergüenza. Entiendo el grito en estas tres preguntas de FGJ: «¿Qué es lo que se esconde detrás de la no asimilación de una voz poética, qué grado de graduación existe? ... ¿Estaremos concientes en la soledad del libro que nadie lee? / ¿Escribiremos para las verdades que yacen olvidadas en las bibliotecas?»
La concepción teórica que Roldán, creador de Utopoesía y organizador de los Encuentros Poéticos de Vientos Contrarios, tiene del artista me agrada mucho. El habla de una «ausencia» (de la humanidad a la que se ha negado plenitud) y de un ser «humilde oyente del silencio» que produce esa ausencia. «El poeta es el que hablará en el lugar de esa ausencia», sólo en ese sentido, es «privilegio» que se ocupe el lugar del ausente, que es el «hombre explotado». Lo que falta por precisar, como parte de las carencias que ha sufrido el hombre, por causa de explotación, mala vida y mala educación, es que al hombre se le ha despojado de sana sexualidad y la riqueza de su Eros.
En ocasiones, la personalidad intelectual y poética de Fanny me recuerda a de Beauvoir. Curiosa por todo; así, por ejemplo, me escribió que tuvo una etapa en que de mis escritos le atrajo «abrazar(me) del Kabalá... en tú árbol del equilibrio: me hice trapecista de una perspectiva sin nombre»; por mi parte, he leído cuando de lo suyo cuando es celosadel bienestar de la comunidad judía argentina y los brotes de antisemitismo que sufre, manejados políticamente; sé sobre su interés por diversidad de lecturas que van de la salud a las ciencias, del feminismo al tantrismo. Sus colaboraciones recientes para Sequoyah muestran su interés por las mujeres encarceladas o las personas perseguidas. Si pusiera en la boca de Fanny unas palabas de Simone de Beauvoir, como las siguientes: «Me siento solidaria de las mujeres que han asumido su vida y que luchan por lograr sus objetivos; pero eso no me impide –al contrario- interesarme por aquellas que, de un modo u otro, han fracasado, y por esa parte de fracaso que hay en toda existencia», se haría justicia de ambas. La mujer no debe resignarse a ser el «producto cultural que siempre ha sido» [Beauvoir].
También a la mujer ha llegado la hora de ocupar el rol elegido por ella misma y no impuesto desde afuera. Esto es lo que ha sido llamado por Beauvoir «el feminismo de igualdad». Fanny Jaretón es de las mujeres que saben «desconectar el pie de la corriente por donde todos caminan» y «mirar hacia atrás, para prevenirme del engaño. / El enemigo acusa por todas partes» [Cf. Deseo] No se puede mirar hacia atrás sin consultar la historia. Ese atrás es el pasado y el presente desde donde persisten los acusadores.
El trabajo que FGJ hace con el erotismo tiene mucho de vivenciación. «Y sí hay mucho dolor en la inexistencia nuestra, / mucho dolor en ésta hecatombe del deseo que no quiero dejar acostar con nadie; porque si he de irme que sea por otro asesinato, no con éste de la nuestra propia suerte en el suicidio colectivo»; «si he de irme como me estoy yendo que sea con las manos manchadas por amor».
El análisis del texto Deseo que reproducimos en este número servirá para describir el humanismo erótico de esta autora, cómo se arranca de un existencialismo de fe. Jaretón, creyente de lo Sagrado, pasa por una lectura mitólogica («¿Probemos cómo nos habla la mitología?») y, como dice, «Y luego viene un poco del misticismo, así es que FGJ produce una poesía que se da mañas y gira sobre círculos sinuosos hasta «desconocerme, deshabitarme de la torpeza humana». La poesía, cuyo fin es «seducir a la danza de la muerte», abre los Silencios Timoratos, entra desafiantemente a los paredones del Amor Clandestino y se convierte en pesadilla de opresores.
La Potranca hábil / la Mujer Maldita / Intrigante / es también la Deseada que, a través de la magia erotizadora de la palabra y sus imágenes, provocará la catharsis.
Lo que FGJ comparte, hilvana, es una purificación. Cada lector puede convertirse en su Amante, con tal que se sincere. Ella da el acceso a la comunicación, a ese nivel de la posibilidad donde está la raíz del erotismo y el permiso de coparticipación; porque no hay erotismo mi plenitud de fantasía en el Silencio Timoroto, en la cobardía, o el miedo:
Dame todos los adjetivos que me conviertan
en la mujer maldita, en la mujer deshonra,
en la mujer puta que se limpia la boca
en los secretos inconfesables de los hombres
beso a verso, cuerpo a cuerpo,
porque es así como me llamas en silencio,
en cada noche donde me he convertido en tu pesadilla...
Donde hay soledad hay muerte si esta soledad es construída de acusación y ausencia de placer y descanso. La poeta transforma la soledad en que muchos viven, inauténticamente, / la que intuye del mundo / en necesidad de compañía y de liberación.
El erotismo de las palabras es su magia, su arte de clavar alfileres y poseer el fetiche. El machismo, en su impropiedad, es la actividad del Peligroso Jinete. Donde ella lo observa en su cabalgata sin freno, desbocada, le participa de su rescate. «Voy a apoderarme de vos a cualquier precio, / peligroso jinete el elegido, me quedaré dormida / entre tus brazos, / te pediré descanso sin sosiego».
En el cajón de las sicosis contemporáneas, están los excesos del amor propio. Los rechazos de gente que, por neurosis narcisista, juzgan como pavadas el proceso cognitivo e ideológico de los demás.
JUGANDO CON EL ANYMUS: Hay una carga emocional de Amor que me hace sentir atraído y necesario en su vida, en este Juego Erótico de su poesía. Así cotejo las señales de su «Anymus» proyectado hacia mí.
Podría decir que, en principio, ese Anymus comunica una necesidad compulsiva de posesión; pero no es exactamente así, aunque reorganizar el Anymus [con los símbolos masculinos que contiene] es tarea para los fuertes, esto es, los admirables y demandan las atracciones poderosas. El receptor masculino del Anymus femenino no puede el débil, sino el merecedor.
Cuando en Fanny Jaretón se manifiesta una reorganizadora de lo Indócil, no se puede ignorar. Ella sabe que la Palabra / la comunicación efectiva / es un Sable, arma poderosa, una entrada al Paraíso y, a la postre, una bendición / la Teshuvá. Creo que hay una bendición en quien se auto-posee al descubrir su Anymus.
Al verse «sumergida» en mis letras y leerme, ella utilizó un término preciso y junguiano para describir el proceso que la acercaría a mí. «He intentado reorganizar el esquema de mi Anymus, he venido a vos, de manera decente». [Carta personal]. Pero su proyectado «animus» [éste, uno que habla desde la profundidad inconsciente sobre el Ser Arquetípico / «unindividuated women»] tiene ecos de impaciencia ante el diálogo que se dará y se produjo. Han sido cinco años de intercambiar poesía y mensajes. Nuestra amistad y descubrimientos han sido reales. «Sirvo en la bandeja de este cuerpo la mitad de esta unión», me decía Fanny en 2004. «Y yo, terca de codos clavados en el mesón de la espera».
En El segundo sexo, Simone de Beauvoir decía que «no se nace mujer, se llega a serlo» y ésta es la verdadera función del animus como arquetipo de contrasexualidad y transpersonalidad. Hay una paradoja en los simbolismos de los femenino / masculino, respecto a la cual Erich Neumann decía: «En todas las culturas la integridad de la personalidad es violada cuando es identificada con el lado masculino o the feminino del principio simbólico de los opuestos». [The Origins and History of Consciousness (Princeton University Press, 1954) xxii n. 7]. El segundo sexo que Beauvoir apeticiera es la emergencia de una conciliación entre géneros. Se reorganiza el Anymus a ese fin. La violación o transgresión debe terminar. Lo interesante es que la misión que Fanny da a la poesía es plantearse tal cosa y ella lo hace desde el existencialismo, siendo la existencia es el dato fundamental de todo pensamiento. El comienzo de todo. Para hablar del Deseo, de la Carne, de los problemas del Ser y la ultimidad, de los conflictos de género, ella hace este exhorto: «Vamos a tomarnos del existencialismo para hablar de la carne». [Deseo] Y así comienza una obra literaria que me ha fascinado.
LA MUJER QUE ES: Mencioné que FGJ posee la capacidad de transmitir la mujer que es fuera de toda duda. Delata con su palabra su rol y su temperamento. La mujer-escritora que es, estudiosa, inquieta de cuerpo e intelecto, está descrita en el poema titulado Inconformismo. Su lápiz, símbolo de la función escritural, dice ella, «termina de hacer sus deberes»; en su sillón mullido, imagen del ocio creador, cumple con «lecturas foráneas», pero, por igual, ella va aprendineod acerca de su originariedad. Su temperamento es una «licuadora de emociones», su «ojo (es) interrogativo» y su intelecto, preguntón. Cree desempolvar, en desocultar lo escondido, aún lo que se inadmite muy riesgoso en la «curva tremenda de esta carretera de lo prohibido». Transgresora, si con tal de manifestar el amor, hay que violar / dulce sueños , del varón débil / reprimido / al que no se le permite vivir a la altura de la empatía plena. «Animarte a la vorágine de tus deseos».
Fanny G. Jaretón dice que el arte poético requiere de olvidarse de «todo lo leído, todo lo aprendido, sacarme esos ojos», «para mirar(s)e nueva» [Entre-Vista_ Entre-línea / con Fanny Jaretón]. La Mujer-Poeta es la Mujer que Ella es y conforma una unidad de contínua creación. Ella es un universo de palabras. Inclusive, con la capacidad, de dar a otros el «beso de las descarriadas» y sustentar, como religión, «el pecado más desvergonzado», el erotismo.
Yo no hago la poesía, la poesía me hace. En mí es un Don, no escribo desde los “porqués”, escribo porque está en mi naturaleza... Mi vida es reductible, ilimitante, circunscripta a dos estados pasivos de intolerancias, esta adicción que me bipolariza: Leerme y escribirme. [...] Mis poemas no son nacidos por influencias de Otros, sino que responden al Universo de Palabras que me conforman. [...] El fin para mis poemas… que se hagan infinitos en miradas sensibles, pasen, trastoquen algún corazón, se queden y lo salven; ya dice «el que salva a una persona es considerado salvador de todo un mundo»: Entrevista
... para que aprendas que conmigo las desviaciones
no son evasiones sino que son la carretera exacta
que va de mi boca a tu boca, de mi piel a tu ignorancia por saberme,
del instinto que nos sacude hasta el extinto último suspiro
que te dejo para aprehenderme y aprenderte
por encima de la barricadas, saltando las trincheras de tu cuerpo
a la bayoneta calada de tu fuerza. [Hilvanes]
Cuando la soledad acecha, ante los desconsuelos, ante las barricadas y prohibiciones, la poesía de FGJ se transforma, sobre todo, el «recuento necesario». Es muy honesto que en el elucidario de sus pasiones (su «buzón de quejas», como dice metafóricamente, «quejas que me escribo»), se entienda la priorización de lo necesario y la pregunta indispensable se dirija hacia la praxis de las precisiones: «¿De qué me quejo yo exac-tamente?» [Inconformidad].
La mujer-escritora que FGJ se fía a la convicción de que la «vida es una eterna primavera» que a través de la poesía («música del alma») rescata lo vivido, crea amor, belleza, sincronía y espanta la muerte. La alegría, vitalidad e inquietud con que se aproxima a cumplir con ese descubrimiento / desocultación de Destino / y los Deseos / hace que se compare a una Costurerita / que cose hilvanes / textos / que peca y cae por amor; o se torna una Guerrera, pero donde las batallas son 'asesinatos sin sangre', disparos de palabras amorosas:
Aquí con estas dos manos que nacieron para la guerra, / es que declaro, te declaro mi amor, aquí donde la vibración suele ser / la única garantía de las verdaderas comunicaciones, / llenas del fuego y el calor que funde sentimientos: tirito esta confesión por ti, / aquí con las manos manchadas de amor es que cometo / este asesinato sin sangre disparando las palabras directas al corazón: Hilvanes
Sea con el hablante de la costurerita o con la guerrera, FGJ se presenta selvática y zorruna en sus textos. Es enemiga de las evasiones. Irrumpe desde ese espacio intrasíquico que da rumbo a «verdaderas comunicaciones llenas del fuego y el calor que funde sentimientos» [Hilvanes].
EL EROTISMO COMO CELEBRACION: El erotismo que postula FGJ contiene ya un principio observado por Bataille. En la cualidad erótica se esconde una relación sexual que no contempla como fin la reproducción. El erotismo es un deseo comunicativo en el que el Dasein / ser-ahí / persona / que ha ido deveniendo en cosa, persona ontificada para su manipulación / desespiritualización / es reenvíada a la inmanencia y a recuperar su pertenencia a lo vivo por medio de la intimidad, una especie de excitación de la que Fanny advierte: «Cuando hablo de calentura, no digo coito, digo esta furia de querer cogerme a la vida».
El erotismo de Fanny es celebración; no obsesión con la vergüenza y la muerte. «Ser-con-el otro-uno, ser ambos contínuos», para que la vida seduzca finalmente la muerte. Tánatos, deseo de oposición y discontinuidad, en el erotismo no triunfa pues la vida lo seduce. El erotismo a lo que apuesta es a una continuidad, en oposición a la discontinuidad, como dice Bataille y se poetiza con FGJ. «Yo tengo furia en la sangre, no soy tibia», dice ella en una carta a Carlos Roldán. «Soy aguacero y chaparrón». Cuando describe el erotismo como celebración de la vida, enhebra un diálogo poético contra lo que separa a los hombres / mujeres / unos de otros y les veda reciprocidad y unicidad. Una de las formas en que se expresa la muerte, además del la soledad y los desencuentros, es dar la espalda a la historia íntima, a la inmediatez o inmanencia perdida, a fin de fortalecer la mera historia económica del mundo y de la enajenación del hombre respecto de un estado animal que Bataille considera importante. Mientan una escisión primordial. La voz que FGJ quiere que se le escuche es la de la continuidad mágica, por la palabra / letras salvajes / que es afín al erotismo, con el que se expulsa «todo el veneno que ha acumulado», esto es, la acumulación y derroche de discontinuidad –el orden social. Es «a causa de su forma de vida falsa», que se perdió la espontaneidad, la libertad y la autoridad creativa para sentirse «dueña del agua de Seltz, de todas las aguas de todas las mareas de todos los fuegos».
Como en Bataille, en los textos jaretonianos, se pueden entrever los tres tipos de erotismo con que el ser humano / el que es abiertamente erótico / trata de conjurar e interrumpir la experiencia de la discontinuidad, la soledad indeseada, el silencio y el aislamiento subjetivo. El primero de los tres tipos de erotismo es corporal. En éste la Potranca Hábil se presta cómplicemente al amante, aunque éste sea egoísta. En todos los tres de erotismos, la misión es una vivencia de continuidad. En Deseo el amante «arrima el dolor» de recuerdo de invalidez, dominio abusivo y furia, pero, aquí la sexualidad viene de un interior («alma terca» que «aunque parezca dócil tras los pasos de Afrodita»), «engaña siempre».
En el texto Deseo se describe el fracaso de la humanidad. Es la niña con el cuerpo en silencio desde que nació, sin testigos que la protejan y la salven cuando es la ultrajada por el hermano o el padrastro, quien hace el esfuerzo amatorio. La inocencia perdida mienta a la Caperucita torturada del poema. Luego hombre / mujer / en conjunto, fieles o lastimosos, representan la Caída / la caída moral y espiritual del hombre que viene de haber perdido la gracia divina. En la resultante «perversidad que asolapa la muerte», no se podrá recuperar la inocencia. O lo que Heidegger llamara la la noción de Cuidado / Sorge, es decir, la aproximación sensible, delicada y no violenta a los semejantes, que es la base desde que se les permite a otros su florecer, desplegarse. Para la postmodernidad, el primer tipo de rotismo identificar la presencia (el ser de la Gracia Divina) como un acto de violencia y la afirmación de la verdad como un acto de imposición igualmente agresivo, que es el que vemos descrito por FGJ. El alma de este erotismo corporal tiene una queja: «Sin embargo nadie va a darse cuanta jamás / de lo que sufre un alma centro de proyectil donde no voy a nacerme».
Porque se trata de eso, morir, morir apuñalada,
morir por la espalda, por el frente, a contra luz de los sexos,
de las garras, del Jaramillo, del apéndice que revienta
calculándonos ermitañamente nuestros,
cuando el plural es siempre un son en el singular de lo que somos,
complejidades del simulacro donde el amor se viste de mil caras diferentes.
[Dolor]
El texto Primitiva también marca el proceso de la Caída de la Gracia divina. No es Dios, sino el hombre, quien crea la desnudez, la vergüenza, la negativa al perdón. Fanny nos cuenta aquí el comienzo del escándalo, la salida del Edén y la preminencia del infierno. «Fue el alba donde vestidos por primera vez nos encontramos».
El segundo tipo de erotismo se cumple cuando hay un amado. FGJ lo asocia al «sexo vestido de amor», «al análisis del despliegue de un instante, / perecedero, que cae cuando maduro –pútrido» Esta atracción y conciliación erótica está bellamente descrita en Enardecida.
Un tercer tipo de erotismo se cumple con la devoción a un dios, o a través del cuerpo o del ser para esa divinidad.
Con este erotismo se vivencia al «habitante androgenital», allí «donde reptan los amantes / cuando me resbalo de todo ello; mas elijo ponerme de pie, / mirarlos por última vez antes de cortarlos en un solo tajo».
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Bibliografía
Fanny G. Jaretón
Templado: En Mis Poetas Contemporáneos
A modo de biografía: Alas para volar
Gustavo Tisoco, Entre_vista, Entre-Líneas con Fanny Jaretón. En website.
Clandestino: En Mis Poetas Contemporáneos
Otoño: Más Allá de las Palabras
Carlos Alberto Roldán
¿Qué requisitos debe contemplar un poema para ser considerado bueno?
Carlos A. Roldán
Agárrate, vamos a navegar
Remolinos
Georges Bataille: Erotism: Death and Sensuality (1986)
_________: The Tears of Eros [City Lights Publishers; 1989] 258 pages. Translated by Peter Connor
Michael Focault: The History of Sexuality. Volume II. The Use of Pleasure. [1984] . Trans., Robert Hurley. Vintage Books Inc., 1990.
Simone de Beavoir, El segundo sexo (Editorial Suramericana). (2002). Prólogo de María Moreno. 728 pages
5 comments:
Carlos,
Es bellísima la manera como describes el "humanismo erótico" de Fanny Jareton, la incidencia en su poesía y en su lenguaje en general. Es como mirar el punto original y cierto de nuestra sensualidad plenamente “realizable-realizada” unida al "verbo" en una relación siamesa. A mi modo de entender encuentro que no debe haber o no se ha de manifestar un erotismo (sensualidad) sin una forma verbal (poesía) acorde al mismo. El erotismo puro es igual cuando se ejerce con el lenguaje del cuerpo físico que cuando se expresa en deseos-pensamientos-palabras. En esa acción Eros y el Verbo son uno mismo. Están fusionados los “yoes” en sí ("El Yo" y, "el yo"), convertidos en una sola entidad indivisible, crecidos, soportados como un Todo.
Excelente.
Besos,
Ana Lucía.
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¡Pobre Fanny! Los intelectuales de la nada te han encumbrado al mito. A ellos tus palabras sólo le dan la oportunidad de hacerse visibles, y a ti, querida Fanny, sólo te proyectan sombras. Si no consigues zafarte de tanto cinismo, esas luciérnagas voraces serán tus postreros gusanos.
José
Fanny un reconocimiento a tu poética y persona, me alegra mucho se valore tu talento.
A seguir que falta mucho más aún...!
Un abrazo enorme, gus...
Es un placer leer sobre Fany, encuentro causal, relampagueante...
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