«Allí donde el mundo se convierte en imagen, lo ente en su totalidad está dispuesto como aquello que el hombre quiere traer y tener ante él»: Martin Heidegger
Que el mundo aparezca como imagen, significa que está puesto delante de alguien que lo mira y que las cosas deben ser representadas, es decir, vueltas a presentar, en un sujeto que sería el garante de su existencia.
Y esta mirada que mira lo que está frente a sí, es la mirada del que, puesto fuera del juego, cree conocer la totalidad del mismo.
Un mundo y un sujeto que lo mira, estos son los lugares que la esencia de la técnica moderna ha dispuesto para el hombre y las cosas.
Es necesario pensar tal estado de cosas, pensar precisamente el lugar en que nos hallamos. Para concebirnos en un mundo que ni empieza ni acaba en aquello que la razón conoce.
Trabajaremos con los siguientes textos:
- La pregunta por la cosa, M. Heidegger
- La época de la imagen del mundo, M. Heidegger
- La pregunta por la técnica, M. Heidegger
- La condición humana, H. Arendt
- La palabra inicial, H. Mujica
La idea de trabajar con esta temática y estos textos, es poder pensar la modernidad, el modelo que inaugura Descartes de un mundo escindido en sujeto y objeto, cuerpo y alma, naturaleza y espíritu, y todas las dicotomías propias de tal modelo. Que en función del conocimiento se parcela al ente para poder someterlo a la investigación científica.
No se trata de hacer una crítica que demonice al conocimiento, sino de poder dejar aparecer todo aquello otro que había sido necesario olvidar para aprehender al objeto de conocimiento.
Heredera de una lógica de exclusión aristotélica, en la que lo que es y lo que no es no es; donde el ser es lo que está efectivamente presente. La Modernidad, en tanto esenciarse de la técnica, decide que lo que tiene estatuto de ser, es decir de verdad, es lo que es posible de ser cuantificado, medido y representado en la razón del sujeto que conoce.
Solo en este estar puesto delante, el mundo puede devenir imagen. Y para que el hombre pueda comprender el mundo como aquello que trae ante sí, es necesario que la naturaleza se vuelva útil, fuente de materia prima.
H. Arendt entiende este mecanismo como: alienación del mundo. Este se retira más y más del hombre, volviéndose cada vez más extraño, y dejando así al hombre en una enorme soledad.
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Indice: Heideggerianas / Carlos López Dzur / Textos de «Heideggerianas» y aproximación de Carlos López Dzur a Martin Heidegger / Sequoyah: Homenaje a Martin Heidegger / Enfoque Heideggeriano a la Historia Oral del Pepino / Mi tesoro, el lenguaje / En el lugar del habitar / Las palabras prestadas / Logía, sacar al ente de lo oculto / Oración y vela del Loto /
Y esta mirada que mira lo que está frente a sí, es la mirada del que, puesto fuera del juego, cree conocer la totalidad del mismo.
Un mundo y un sujeto que lo mira, estos son los lugares que la esencia de la técnica moderna ha dispuesto para el hombre y las cosas.
Es necesario pensar tal estado de cosas, pensar precisamente el lugar en que nos hallamos. Para concebirnos en un mundo que ni empieza ni acaba en aquello que la razón conoce.
Trabajaremos con los siguientes textos:
- La pregunta por la cosa, M. Heidegger
- La época de la imagen del mundo, M. Heidegger
- La pregunta por la técnica, M. Heidegger
- La condición humana, H. Arendt
- La palabra inicial, H. Mujica
La idea de trabajar con esta temática y estos textos, es poder pensar la modernidad, el modelo que inaugura Descartes de un mundo escindido en sujeto y objeto, cuerpo y alma, naturaleza y espíritu, y todas las dicotomías propias de tal modelo. Que en función del conocimiento se parcela al ente para poder someterlo a la investigación científica.
No se trata de hacer una crítica que demonice al conocimiento, sino de poder dejar aparecer todo aquello otro que había sido necesario olvidar para aprehender al objeto de conocimiento.
Heredera de una lógica de exclusión aristotélica, en la que lo que es y lo que no es no es; donde el ser es lo que está efectivamente presente. La Modernidad, en tanto esenciarse de la técnica, decide que lo que tiene estatuto de ser, es decir de verdad, es lo que es posible de ser cuantificado, medido y representado en la razón del sujeto que conoce.
Solo en este estar puesto delante, el mundo puede devenir imagen. Y para que el hombre pueda comprender el mundo como aquello que trae ante sí, es necesario que la naturaleza se vuelva útil, fuente de materia prima.
H. Arendt entiende este mecanismo como: alienación del mundo. Este se retira más y más del hombre, volviéndose cada vez más extraño, y dejando así al hombre en una enorme soledad.
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