Sunday, March 22, 2015

Bolívar habla ante Gevurá, el ángel de la fuerza


MI DELGADEZ Y MI ESPADA
[Bolívar habla ante Gevurá, el ángel de la fuerza]

No me ofrezcas abundancia a tal grado que no pueda con ella.
Dame justas medidas. No me hagas obeso que parezca
una roca inmóvil, o masa de sofocado aliento.

No me hagas rodines ni redondez que no quiera.
No tengo que tener conchas duras ni pinzas.
Calcula para mi vida y mis artes / contexturas simétricas.

No me dotes de incontrolada fuerza  Que no suceda
que no pueda  ir sosteniendo una rosa
porque mis dedos opresores la destrocen.

Con proporcionalidad me conformo, Creador,
si Tú me creas Y no seas Todopoderoso,
Pluscuamperfecto, omnisapiente hasta lo imponderable.

Con que seas mejor que yo me conformo,
no tan sabio, misterioso y abstruso que más que amarte,
te tema. Que más que dialogarte y confiar en ti, me inhibas.

No me hagas tonto ni tampoco tan sabio.
O presuntuoso, me gustaría que dejaras
del espacio-tiempo un lapsus para que aprenda.

Y más que desafíos y temeridades por reto
hazme curiosidad aguda, no avalanchas de riesgo
o pavadas caprichosas, que no sirven para nada

ni realmente adornan. He conocido la vulnerabilidad
y el miedo. Hazme querer realmente
lo que conmigo hiciste, ser sincero.

Yo, Bolívar, respetaré tu Fuerza, ángel de Gevurá,
sé que «El arte de vencer se aprende en las derrotas».
Dicho así: ¿por qué has de ser severo?

Yo, Bolívar, ante ti, confieso: «Desprecié los grados
y distinciones. Aspiraba a un destino más honroso:
derramar mi sangre por la libertad de mi patria».


*

       BOLIVAR ANTE EL ANGEL DE LA BONDAD

                        «Las buenas costumbres, y no la fuerza,
                        son las columnas de las leyes; y el ejercicio
                        de la justicia es el ejercicio de la libertad»
                                                                     Simón Bolívar

No nací para representar tus cualidades,
Jesed. Prefiero haber nacido para amarte.
No sé si te faltó la sal en la cocina
cuando  crecía, ángel de Jesed,
pero soy como pan dulce, hecho para delicia
de la boca, no para la furia de tu juicio
si estoy en tu presencia.

Te llamo el creador de las Bondades.
Aquel que creara amor, solo al mirarnos,
Así como lo hicieron mis nodrizas:
el trío de Hipólita, Ignacia y Matea.

¿Quien hizo la carne perfecta suspirando
en la harina con que amasaron mi cuerpos?
Mis esclavas, mis nanas, mis negras?

Con la palma de sus manos se extendió
el proceso de mi crianza: ella dieron
formas / belleza / su ternura / a mi cuerpo.

Me toca hacer lo mismo con los pueblos,
y pensaba en leyes, no en rigores.
Se hizo tarea simple y rustica
como la del panadero.

Pero no es virtud lasciva, o delicia indulgente,
la que se asigna quien trabaja su harina
y acaricia su pan, masa viva para los hornos
del mundo y su preciso expendio.

Si hubieses dicho que se abra el firmamento
lo mismo que mis labios, tendría mucha boca.
Seria bembo o dentudo. sería un paladar
del cielo; pero, respeto el límite que decretas.

Así sea mi cuerpo blando y lo más duro, el hueso
Y yo mero testigo del acto creador, ilimitado,
expansivo. de guiar unos pueblos al gozo libertario.

*

          BOLIVAR  Y LA BONDAD DOSIFICADA

         «Si un hombre fuese necesario para sostener el Estado,
         ese Estado no debería existir; y al fin no existiría».
                                       Simón Bolívar


Ángel de la Bondad, bendito Jesed,
para mi física estructura en las faunalias
grita:  ¡Suficiente!  y  sea que quede
ya paralizado el crecimiento.

No me crezcas más sin que me mimes
y  acunes con bondad, sea la medida
por medida y en la medida que cumpla la tarea
de expresar la libertad del nuevo mundo
si tal es medida de la esperanza del universo.

¡Qué bueno que no soy inconmensurable! 
¡Qué bueno que no Todo lo Infinito lo merezco! 
¡Qué bueno que se me dosifica!

Y que mi tierra es chica,  harto afortunado,
aunque vivo en un planeta gigantesco.
Y hay  millares de soles y de lunas, estrellas
que por de pronto he de mirarlas de lejos.

         03-06-2006 / De libro en preparacion / carlos lopez dzur

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