Lo hayu dvarim m’olam
Corren al Sinehedrín hasta impostores
del mundo inmoral y se preguntan:
¿somos aún hombres del pacto, hombres morales,
perlas de la Ostra que nos tragó
para sanar cada membrana
del oir y el ver, el entender y discernir
como hijos del Rey del Universo?
¿Es nuestro trepidar en la tierra
como el de Teth, quien serpentea en el Ofiuco?
… en la noche oscura de la purificación,
¿a quién dimos nuestra fe? ¿a los nergales
con cuerpo de león rugiente, hambriento
y agresivo, o a la mujer con manos suaves,
que a la fuerza controla dulcemente?
Judaísmo virtual
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