Thursday, July 31, 2008

Tristes, indeseados y heridos




Mi deber es inclinarme sobre la angustia de los hombres, de la que he decidido curarlos: Saint-Exupéry

Ahí vienen, con una pierna demás o alguna pata rota.
Judaicos narigudos, chatos o aguileños con inversos respingos.
Vienen o están llegando tus hijos, Siglo, marionetas
que no hallaron para sí quien mueva sus cordeles.

Tus hijos de la angustia, baleados en la espalda,
traicionados en la guerra, arrasados en las calles,
bombardeados desde el aire; tus hijos que preguntan
si ha de ser por su fe que salten al vacío.

Tus kierkegaardianos amantes sin nadie que les ame,
tus desesperados por amor como Larra(s) tardíos,
tus intensos culpables, remordidos en celdas,
con cicutas siberianas por alcoholes, a media copa
de tragarse el suicidio. ¡Son tan dostoievskianos!
y como padres e hijos, por edad escindidos,
por nihilismo contagiados y enfermizos.

Otros a colgarse narcísticamente del ombligo,
llegan o llegaron y desde colmenas celianas y balcones,
se les mira, bohemios de probeta, vulgares por completo.

Ahí vienen, sospechosamente metafísicos,
los herederos de Quevedo. Vienen de la crisis general
del fin de siglo dizque para inaugurar su vitalismo triste,
casi tango, o desarraigo denso, sin bolero.

Y, anacrónicos, asoman y les importa un bledo.
De la Guerra del '14, con definida noción
de imperialismo, se presentan y maldicen el hambre
lo mismo que al anarco y al sindicalismo;
el rico es más rico y el pobre más gritón y jodido.

¡Qué mucho sufre el hombre por causa del salario!
y, al final, fachos, individualistas por consenso,
esquinados, represivos, persignados.
¡Amargos! odiando a Dios, la familia, la patria.

¡Qué asquerosa, desde Praga, la escena de la angustia,
la avanzada de tanques, la voluntad quebrantada;
qué íntimamente duele a los rilkeanos y a Kafka
y al que probó tu sopa lentejuna, Kierkegaard,
y se inventó el gusano, o algún tamaño bicho
que salpicara el caldo… ahí vienen, Pirandello,
personajes sin padre, huérfanas voces sin autor,
tus hijos, mugre Siglo, calendario pindoncho
y sin pudor para entes anhelantes de ser,
buscadores perdidos (¡sombras de orfanatorios!)
una vívida insensatez los maldijo o los parió
y un carajudo y lujuriado nihilismo nos los trajo!

¡Cómo son mustios por causa de su frustrada plenitud!
¡Qué estúpido afán de hasta querer ser dios
por hambre de absoluto, qué pasión más inútil!
Joseph K es el primero que ha llegado, Saturno,
padre del karma jodido, y del laberinto donde irá
y de las muchas leyes que aún lo persiguen;
tener ansias de diablo y Dios y democracia
y capital y puta burocracia y no saber
quién entrampa primero. O quien da la libertad…

De este proceso injusto nunca sabrás el por qué,
ni qué delito... Llegó un varón. Es absoluto y fino, Siglo,
mira quién es, o escupe, burócrata del siglo, porque quiere
buenos ciudadanos y viene meticulosamente vestido,
con el corazón al revés y habla de progreso
y futuro y orden nuevo y ya llegó, disparó
la primera pendejada, al recordar:
«El patriotismo
es mi Dios».
¿Qué hago, padre? ¿Los recibo?

Abrele paso, Siglo. Vienen, vienen... aquí llegan.
No son todos tullidos ni parecen tristes, amargos.
No todos con manos sucias se turnan,
o con náuseas se exhiben; pero, renquean.
Vienen con una pata demás, o el corazón
a sus pies, heridos...


8-12-1995 / Estéticas mostrencas y vitales


Mundopoesía

La palabra mágica y poética




«La poesía se sitúa no en el orden de la repetición sino del acontecimiento. Implica una renovación del lenguaje que a, su turno, significa una (re)creación de la realidad»: Gonzalo Portocarrero


El habla cotidiana hace a muchos mudos, sordos, caducables.
El lenguaje a veces es vacío. Llena los ojos
con letras, atasca los oídos con sonidos, da señales
que jamás obedeces. Es un desgaste
de tiempo y de retornos que al alma nada llevan.
Poco nutren.

Por el contrario, la palabra huye
de la esclavitud del referente.
Se desata del concepto puramente figurativo
de los signos; se desafana de las mentalidades
que son ruido y jeringoza de la tradición
metafísico-representativa.

A su vez, la palabra siempre es un milagro.
Es un pezón lactativo. Es una coincidencia mágica.
Te abre, te sorprende, te interseca y te percibes
por ella nombrado, conocido, interactuante.

Una palabra tiene que ser un abrazo,
solícita convocatoria de un espejo,
un verte-siendo-uno-con-otro.
Ante la palabra nunca te sientes mudo,
nunca de te sientes sordo. Tú con ella aconteces.

Ella mata las soledades y te muestra un tañido
y, a lo lejos, una voz de campanario
y un refugio y un hallazgo y una compañía.

Así son las palabras cuando son significados esenciales
y no sólo nexos entre cosas. Encadenamientos.
Así los poemas, verbos en el otero de la visión fundante
donde la voz se vuelve obra y el mundo existe
antes que las cosas, burdas cosas del habla
y las designaciones, posdichas con desprecio del Ser.

«Lo que dura lo fundan los poetas»: ser-lenguaje,
¿no es cierto, Hölderin? Y el ser no es otra cosa
que su darse cuando el evento, del ser y del lenguaje,
es uno sólo y sincero, recíproco, unitario.

3-12-2002 / Del libro «Heideggerianas»

Los vecinos hostiles

Tuesday, July 29, 2008

La Reina de los Hippies



A Janis Joplin (1943-1970)

I was a misfit. I read, I painted, I didn't hate niggers.
I wished a little bit of peace:
Janis Joplin


Tú sólo querías ser diferente y atreverte a serlo.
Que con la fiesta salvaje se festejara tu muerte
y se anunciara tu resurrección.
Hay un más allá de las jeringas heroicas que se clavan
como puñales en la negación; así sepultas
con la heroína pura a quienes se acercaron
y dijeron: you freak, you pig!
bitchy creep!
gorda, cara de piña, sabandija,
tú, sin ángel, Janis Lyn.

¡Tú sólo querías ser diferente!
enterrarte en el azul de los mares como puñado
de cenizas anhelantes, silenciadas por tu propia voz.
Querías un pedazo de paz que nunca hallaste.
Un pedazo de tí que se tuvo prohibido.
Querías una sobredosis de ser que nunca vino.

¿Cómo has sido tú? ... ¿qué harías por dividirte en dos
y por cambiarte, si nacíste con ese corazón
de psicodelia, lamentativo en tu incendio de dolor?
Escarbando entre tus propias venas nacíste.
Con jeringuillas te formaste una cruz
y el último estertor de kosmic blue.

Tú, la hermana de Michael,. tú, con una cicatriz gris
y el seno tatuado de cupidín en rojo y el socialismo
amargo, perseguido, anárquico, y el recuerdo de Laura
y el secretivo hijodeputa de JP, el que da soledad,
el que ata con inseguridad afectiva tu porvenir...
¿Cómo has sido tú? que concluíste que nadie te amará...
y te atrevíste a ir a prisa, asegurándolo,
al morir de ese modo.

Escuchaste los óleos de angustia y el sepelio vivo
in the blues. Tú, hembra sajona con arañas negras
debajo de la piel, tú acusada, acusable, acusadora
desde tu rosadez de camaleón.
A tí, ¿quién te amará? si el elucidario de karma es burla,
amargo trazo de traición, Cheap Thrills.

¿Cómo has sido tú? que te objetan dentro y fuera de las faldas,
dentro y fuera del jean azul-mahón y te gritan: You creep, you pig!
«No me gusta tu pelo anaranjado», 35 kilos detesto en tí
y son tu peso. No me gustan tus canciones esenciales
y son tu esencia. No me gusta tu Perla.
Ni el tono Beatnik ni la cinta roja entre teclas duras
y angustiosas para tus dedos desadaptados,
erráticos, guitarreros, rasgadores.

«No me agrada tu voz ni bares de Luisiana que animan
tu folclor de negritud. No me gusta Odetta,
ni Leadbelly o Bessie Smith, saliendo
de tu boca cantadora. Ni los hippies ni San Francisco
ni las comunas del speed. Ni Venice ni New York.
Ni que seas amiga de negra piel y rebeldones.
Ni que compres en Goodwill's stores tus harapos
o tus ropas de corduroy. Nada tuyo, Janis Lyn.

Hálito de Texaco es tu canción, hígados de petróleo
tiene tu raíz, niña sedienta de atención y, en fin,
¿cómo has sido tú cuando querías tan sólo diferenciarte?
Distinta pues a Goldwater, Mr. Conservative, a McCarthy,
al Gran Inquisidor, a esa derecha canalla, antihumana
que te escupe y te surte para que mueras
abatida de blanco vicio y estupor.

¿Cómo eres, ida de copas, ebria de inconoclasia
y sabe Dios qué cuña de rencor, o descontento vital
o de temeridad? Cansada de oír el No,
cansada de el No me gustas, no te entiendo, no te creo,
te has muerto con el 40% de pureza en el ácido letal.

Te has muerto como un Porsche Chevrolet
lleno de pastiches de venenosa hiel
y una bandera sangrante de América USA en el baúl.

¿Cómo eras tú, realmente, cuando quisiste ser
diferente y te dividiste y te despedazaste
lejos de Seth y Dorothy Joplin?

22-05-1980 / De Memorias de la contacultura

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A Blanca Canales




A Blanca Canales (1906 – 1996)


Llegan a los pueblos soñadores,
ante la gente para quien la libertad tiene un sentido
y la identidad es un orgullo básico, llegan
con un sordo eco de amenaza,
con esas muecas de empecinado desdén.
Se meten a las villas, donde hay hambre,
pero aún la esperanza sobrevive
y el corazón no se vende por raciones.

Días hay en que izar tu propia bandera está prohibido.
Días para sitiar a los pueblos y vigilarlos
desde aviones artilleros, días cuando tu nombre, Blanca,
es temible, grandioso como la gran voz de tu líder,
Pedro Albizu, y días hay... tú también agigantas
tu voz dulce, detienes la vocinglería de los delatos,
cortas líneas telefónicas del pueblo,
subes al balcón más alto y declaras la República
(desafías a los que están vendiendo
al precio de las sangres de tu pueblo,
el proyecto sagrado, protegido de Betances a Albizu).

Días hay como el año en que escuchaste
al Maestro, * al único capaz de hacer su voz la tuya,
pero lo van a enjaular, quienes llegan
triunfalmente mercenarios, nuevos amos que se quedan
con tu pueblo, esquilmándolo en lento proceso
de colonia y mansa obediencia envilenciente.

Y tú no eres así. Así no es Nemecio, socialista,
así no es Elio Torresola, tu hermano,
así no era tu padre ni tu madre, así no es
Lolita Lebrón ni Carlos Irizarry.
¡Son la gente despierta mientras
los otros duermen y se humillan!

Días se asoman para proclamar la Gran Mentira.
El Estado Libre Asociado vendrá para salvar
a todos, vendrá con pan y tierra
(y la libertad que se la metan saben dónde,
porque el Amo viene, con largas cadenas
a esparcir nuestro espíritu de patria en lagos
subterráneos de lágrimas, en alegrías lujuriosas
de jactancia enemiga y en complicidades
conseguidas en violencia desde el aire).

Vienen por tí, Blanca Canales.
En Jayuya dijeron que atacaste los cuarteles,
que izaste la bandera proscrita,
que viajabas en auto cargado de revólveres,
que cortaste los cables de la telefonía,
que incendiaste los correos federales.

Ahora el pueblo está sitiado por tu culpa.
Van a empezar a hablar de lo que tienes en el pecho,
no un corazón, una araña peluda, estrella
conspiradora, anárquica, feroz como un lobo
sediento de la sangre en mansedumbre.

Van a olvidar que leías desde niña sobre héroes
y pueblos sojuzgados; te dirán soñadora, sí,
alucinada en la desobediencia, empero,
sueñas con furia, y van a encerrarte
donde está Lolita, otra que es como tú,
brava, indeteniblemente revolucionaria,
perpetuamente inconforme.

Llegan a Jayuya, tres días libre por causa
de tu voz, llegan al poblado donde no se mueve
ni la hoja de un árbol, sin que tú seas el empeño
de una diosa en la tierra, una diosa entusiasmada
con el árbol de tres días, zarza ardiente
de tu pasión de mártir.

Los aviones lanzan bombas desde el aire.
La Guardia Nacional dispara lo mejor de su artillería.
E irán por tí. Te arrestan, te acusan, te insultan
y decretan 60 años de prisión para tus canales
de blancos, tibios huesos, de calidez
y amor organizador, de patria.

12-12-1996 / De El hombre extendido

___

Blanca Canales, graduada en la Universidad de Puerto Rico en 1930, con B. A. en Artes Liberales y, posteriormente, estudiante de Trabajo Social. Al estallar la Revolución de Jayuya del 30 de octubre de 1950, participó activamente. Se había adherido al Partido Ncionalista desde 1928. En junio de 1951, fue enviada a la Prisión Federal Alderson, en West Virginia. En 1956, Canales fue transferida a la Cárcel de Mujeres de Vega Baja, Puerto Rico. En 1967, el Gobernor Roberto Sanchez Vilella le perdonó. Ella siguió en la defensa activa del ideal de independencia para Puerto Rico hasta el día de su muerte en el año 1996 en Jayuya. Su casa fue convertida en un museo.

* Maestro: Nombre que se daba al Dr. Pedro Albizu Campos, por su espiritualidad y estatura intelectual. Fue Doctor en Leyes, graduado en la Universidad de Harvard, ingeniero químico, y uno de los oradores más elocuentes de su época. Fundó el Partido Nacionalista Puertorriqueño.

A Julia de Burgos




Julia de Burgos (n. en Carolina, Puerto Rico, en 1914, y murió en Harlem, Nueva York, en 1953). Poeta, periodista, maestra de escuela y dramaturga. Una de las mejores poetas puertorriqueñas del siglo XX.


Quizás, por hallarte en los versos,
te estoy amando un poco, te rescato
de la calle, donde mueres herida de licor y delirios.
Entristecida de opresión y de miedo.
Hay posibilidades nuevas cuando te recuerdo.

Te las ofrezco, Julia, al leer tus gemidos,
no queriendo meras rememoraciones.
Te ofrezco el recuerdo, abierto a mi manera,
examinado con gusto. Es muy rico tu recuerdo.

Pongo tu nostalgia de tiempos mejores,
en misterios que rebasan y orillan
la civilización técnica, homicida
entre rascacielos. En Nueva York, se te mata;
pero en el Río Grande, en Loiza, refluyes.

En retracción de tu ser, donado
para proyectos más puros, se te aleja;
pero, Julia, te regreso. En mi recuerdo, te acercas
y en el terreno idóneo con experiencia original
nos damos vida y lenguaje y te conservo
y me concentro en tu palabra y la hago
un mutuo advenimiento, gozo nuevo
para tu presencia esperanzada.

Te saco del empobrecimiento.
Olvido cómo maldijíste en los últimos años
la sociología de tu azar en el cosmos,
olvido tus ganas de morir; pero también
te recuerdo. La memoria salva
posibilidades inexploradas para el pensamiento.

Te voy a rasgar el velo banal y cotidiano
del lenguaje, la carne instrumental de tu abandono.
Te haré apofántica con alguna metáfora
que extraiga de tu sangrante espíritu
porque todo sentido, aun el más recóndito,
está ya en el lenguaje, en tus ahogadas frases.

Voy a repasar la expresión de tu sentir doloroso,
o tu querer sofocado, para separar el grano
de la paja y corresponder a lo que apela en tí
con dimensión originaria: belleza, amor, libertad.
Y en fuerza iluminada de tus verbos,
en tu lenguaje, ya está. Ya existe
y por eso me gusta recordarte.


De El hombre extendido

Consejos de Susan Sontag





Yo pienso que un escritor es alguien que brinda su atención al mundo. Que trata de entenderlo, asumirlo, conectarlo con lo que las débiles criaturas humanas son capaces y, al evitar corromperse, no siendo cínico ni superficial, buscar entendimiento… La literatura puede decirnos cómo el mundo es. La literatura puede darnos normas y pasar a un conocimiento profundo, encarnado en el lenguaje, en la narrativa. La literatura puede entrenar y ejercitar nuestra habilidad de llorar por aquellos que no son nosotros o nuestros. ¿Cómo seríamos si no pudiéramos simpatizar con aquellos que no somos o no son nuestros? ¿Cómo seríamos si no pudiéramos olvidarnos a nosotros mismos, al menos por algún tiempo? ¿Cómo seríamos si no pudiéramos aprender? Convertirnos en algo diferente a lo que somos: Susan Sontag, escritora estadounidense


Acerca del dolor de los otros
y las dispares otredades, muchas cosas
me has dicho desde esta vida interior
que desconfía de lo nuevo.

¡Es que no sabemos olvidar!
¡Es que ya no perdonamos!
¡Es que el pasado es un polo perenne del ahora,
y nos atrapa y nos deja cautivos!
Uno se resiste sin negociar dos cosas inerradicables,
perpetuamente en conflicto, Susan! ¿No es éso?

Acerca del sufrimiento ajeno, sus necesidades,
sus clichés de antagonismos, sus mitos irresolubles,
apenas nos aproximamos a la reconciliación.
Nos gusta el dolo, la voluntad espesa
de motificarnos y echarnos miedo
y no hacer otra cosa que jactarnos
en esos rincones del yo,
yo primero y segundo que sea nadie.

No nos acercamos a llorar juntos en el centro
de nuestro eje, cara a cara, mirándonos.
No sabemos investirnos de energía, permitiendo
que sintamos lo que comúnmente nos filtra,
nos atañe, nos vincula, nos derrama
en las lágrimas comunes.

¿De qué hablaremos, Susan, cuando es la muralla
del odio la que se edifica? Esos antagonismos
van creciendo como higueras y enredan el aliento
y fomentan una voz que es como un mar dragontesco
de sargazos y un abismo colgado en las ventanas
y un fusil y una escoba cohabitando
tras lo secreto, no visible, de las puertas.

El futuro y el mundo compartido, bien dices,
es sincrético e impuro. E insistimos por miedo
y cómodo acomodo: «¡No lo quiero!»
Aquí es que vienes tú, Susan, amiga mía,
a recordarme: «Venerables son ambos hechos,
ambas elecciones posibles: viejo y nuevo!
Las conciliaciones nos piden ambas cosas.
Y son las que abren las puertas de la Libertad
y los sabores en la lengua de los multilaterales regocijos.

¡La venerable oposición, eso viejo investido
en el pasado como engrama; eso nuevo
que no es el barbarismo! Ténlos ambos,
elígelos. Aprende a no polarizarte».

Aprendamos a olvidar y perdonarnos.
A ser un poco diferentes a lo que somos.
A dialogar, a hacernos receptivos...
Por eso es que formulamos las preguntas
y las contrapropuestas. Que nuestro arte no sea
sumar meramente oposiciones. Que sea una voz
zafada de las contrariedades con lo más puro
del hoy, del ayer y del mañana…


12-10-2003 / De Estéticas mostrencas y vitales

Thursday, July 24, 2008

Nota secreta a Dioniso




Martin A. Larson dice: «Dioniso: el salvador divino que murió por la humanidad y cuyos cuerpo y sangre son simbólicamente comido y bebido en la eucaristía de los célibes órfico-pitagóricos. Además de esto, casi todas las naciones bárbaras tenían sus propias versiones de Dioniso bajo muchos nombres».


Tu ser no se agotará porque eres bueno.
Tú realmente no mueres.
Nunca te has ido. Del pasado no has querido
un ápice; todo lo tomas de las epifanías,
exactamente en los presentes
desde los que te siento.

Yo no tengo que esperarte
en el futuro; la libertad para mirarte
me la provocas a cada momento.
Hoy te dejaré una nota. Quiero ver
cómo la hurtas en secreto y la lees
tan dichoso. Soy yo quien no te veo
tan pleno. Tú no sabes que es penumbra
ni bajando a estos infiernos humanos.

Cuando te asesinan, el cadáver es una mentira.
Y tú dices: «Ese cuerpo no es mío».
Mataron algún pasado ajeno. Alguna fantasmagoría.
Pero, desde tiempos pitagóricos, me dicen:
Al Padre del Futuro, al autor
de voluntades libres y armoniosas,
le dieron matarile.

Despedazado en la plaza está Dioniso,
sangrante, como una llaga viva,
molido a palos, destasajado
con puñales en su cuello.

Mentira. Ese espectro no representa
a quien amo. Ya me dijo: «Son pedazos
de una profana imagen de egoísmo.
Una imagen que no me pertenece».

Hay quien dice que él vive en un mundo tenebroso.
Que convendría nombrarlo como Destino inexorable.
Sí, hay mucha gente a la que el mundo aprieta
con un puño criminal, abofeteante al menos.
«Puede que él haya sido uno».

¡Cómo mienten, Dioniso, amigo mío!
No. Que tengas tú enemigos es inimaginable.
Te adora hasta la espina de una rosa.
En las formas orgánicas, tenerte por hallazgo
es tan hermoso. Uno se admira y te agradece.

Tú eres verdadero y exacto en la dureza
de la piedra dura y silvestre y en las selvas juegas
como si fueras el aire, retozón de la brisa.
Fluye entre las ramas y eres savia
que se interna en los árboles y en las rocas
te adentras como aroma; cohabitas entre átomos.
Caminas sobre las aguas sin hundirte.

Eres así porque no tienes servidumbre.
No conoces el mal. No hay fatalidad
que avance contra tu presencia;
eres verbo solar, un cristo mismo
porque eres providencia en acción
y tu esencia melodiza todo
y lo mismo eres un punto matemático
que todo lo que ensancha al Infinito.

Que yo te haya conocido no es metafísica adquirida
por mucho invocar correlaciones de pasado y presente.
Es que oigo tu lira. Eso tan sólo.

Tú no vives remoto. Simplemente,
chocas conmigo, flauta en mano, dulcemente
y mi voluntad quisiera atraparte, retenerte
y te busca de inmediato, sin esfuerzo,
cada día, porque, por de pronto, eres invisible.


3-12-2006 / De Teth, mi serpiente

_____


Dioniso: Hijo de Zeus y Semele (la Luna). Deidad del Vino y sus influencias benéficas y sociales, inspirador de rituales de éxtasis y locura mística; asociado a Baco por los romanos. También es conocido como «Liberador» o Eleutherios por liberar al hombres del Yo cotidiano y normal. Se le llamaba «el Señor», el que gobierna (Adoneo), el «mata-cabros», «el de sonoro grito», «el que vive entre los árboles», «el doblemente nacido», etc. Entre los filósofos pitágoricos, se considera uno de los iniciadores del culto de las almas libres y la comunicación con el mundo invisible y luminoso del Espíritu. Vivió en la India. y se le adoraba en Atenas, Macedonia, Naxos y muchas lugares de Grecia e Italia, aunque se desconoce donde se originó su culto.

Wednesday, July 23, 2008

¿Qué haré sin ti?


Ceres, diosa de la agricultura. Símbolo de la Tierra-Madre. Entre los griegos, conocida como Démeter, madre de Perséfona.

¿Qué haré sin ti?... Yo...
que vivo en este abismo de miserias,
en este viñedo de almas opacas,
furiosas, entristecidas,
en esta tierra de cereales
entre hombres fatigados, infelices,
turbios por olvidar tu canción
en la celeste estancia de aquel eterno infinito...

¿Qué haré yo, Gran Agricultora y Madre
de las flores, madre de mi arroz,
inventora de la avena del mañana
y del trigo diario que, como pan,
entra en mi boca, interrumpe la voz
que tengo para amarte?

¿Qué haré sin Ti si te olvido como Luz Celeste
y madre de las almas, custodia y mediadora
de la puerta que se abre entre la tierra y el cielo?

Díme con qué nombre me oirás
porque no encuentro el camino, Dulce regeneradora.
Quedé entre los sordos que no te oyen,
entre los ciegos que no te perciben...

Y yo soy un cantor que no sé vivir
sin el harpa que tienes por latino,
sin la memoria que pones en mi alma:
la estancia de Tu Viaje, la chispa
de tus investigada morada
en un mundo de fuego
y amor ardiente.

¿Qué haré sin ti? Yo...
hijo de Luna, nacido en el puente
que has tendido, Tierra Madre,
si perdiera el nexo de Tu Inteligencia
e historia, Ceres.

3-09-2002 / De Teth, mi serpiente

Thursday, July 03, 2008

La realidad deseada


Hoy la realidad se plasma de manera insospechada.
No es cosa simplemente dada. Con lo que admito
en el profundo holocausto de mi alma
es que alimento el ser y sus conjuntos.

La emoción y el pensamiento se enamoran.
Tengo el invento comprobado.

Tu amor, que fue mi fantasía,
ya no duele. Lo que estuvo en la pira

arde, sin heridas.

Arde para mi contento. En el hueco del vacío
no admito más. No es necesario.
El barro me llenó las manos.

El pensar se coce con la arcilla y con sonajas.
Vibra en mis dedos. Es un rescate

espacio-temporalizado.
Hoy lo que soy lo esculpo, lo tengo.
Lo que quiero... lo amaso.

La individualidad de lo creído se convocó

tan atrayente que conmigo se amasa su destino;
se han vuelto objetivas, sólidas, ambientales, las cosas
que antes sólo suspiraban en mi pecho.

Es la intensidad de mi creencia.
Es lo profundo de este amor.
Es lo importante de este deseo
al que doy los nombres de mis apetitos.

Amo tanto, ¡ay! que me aman
hasta las vecinas cosas a las que ignoro.
Con mis manos se amasa hasta lo que no bendije;
pero es la intensidad de mi amar.

Es la intensidad de mi creer lo que materializa
anhelos hasta ahora desconocidos.

De Estéticas mostrencas y vitales

[url]http://carloslopezdzur.blogspot.com/[/url]


Espíritu de ideología


Dirán que vivo el paraíso, o con formatos virtuales
de dicha anticipada; creerán que ya deliro,
pero imagino un mundo con paz y sin miseria.
Desde ese mundo hablo…

A todos digo que es posible. Imaginen la experiencia.
O mejor, ocasiónemosla. Sea el presente vivo
de este pensamiento. No sea para un después remoto.
Hay que empezar a ser libre desde ahora.

Lo que uno formula con horror se consolida
para el miedo y la tristeza, la incredulidad y la apatía.
De veras que el viento se revuelca
en desgracia material más adelante
si sólo llevara pesimismo y turbulencias.

Se los digo para que aprendamos a cuidar la ideología.
Ser creador, fraterno, optimista, puro, comienza
desde hoy como ejercicio.
El amor no se posterga,
no se deja al mañana.

A las cosas del proyecto las caracterizo lindamente
desde ahora; yo perfecciono sus detalles,
las internalizo para que sean imanes de futuro
y magnetos del hoy de mis anhelos.

Así lo quiero todo: mi casa, mi patria, mi patio,
mi mujer, mis hijos; así les amo hoy
para reamarlos siempre y luego.

Dirán que deliro. Que es todo una utopía muy descocada.
Un formato virtual con regocijo anticipado.
Puede que sea verdad; pero no me importa
si soy el más dichoso de los que observa el mundo.

Privadamente funciona la bendición con anticipo.
La fe en todo lo que pienso y, concretamente,
el entusiasmo como cuestión de ser visualizante
desde ya porque más tarde, por su virtud,
no otra cosa tendremos.

De Estéticas mostrencas y vitales

Wednesday, July 02, 2008

Manifiesto de Aquel que vino



Con razones que se mientan a sí mismas como causa,
vino Aquel de labios dulces, a ratos amargos
como pócima filtrada de raíces.

Vino y viene Aquel que siendo ciego para el mundo,
vio sincronicidades de otros tiempos y galaxias.
Vio geografías que no se palpan con los cinco sentidos
ni se escriben de la misma manera ni con la misma mano.

Ahora ha lanzado su Manifiesto y en las callesl
o comentan los que leen. Lo silvan los que cantan
y aún se conmueven con lo hermoso.

Lo aceptan aquellos pocos que se atreven
porque se cansaron de creer lo mismo
como uniformes rebaños, leen
aún aptos para la confesión modesta:
«Voy al vacío; me llevan y voy,
pero me falta la voluntad de resistencia».

El Manifiesto no es como lo nuevo, precario y bello
ni es como lo bello, a medias nuevo
y, por completo, ignoto.

Cansados de conmoverse el mundo
se ha destrozado repicando campanas de ortodoxia,
pelando con rodillas la obediencia.
Y el Manifiesto subvierte.

No hay que ser poeta, no para saberlo.
Venga lo bueno-feo, venga lo bello-malo.
Por eso a menudo el rollo de papiro se estercola.

Cae en zanjas y muladares, el viento lo despapela
y lo revuelca en lodo y los oídos lo tracionan,
desfigura, lo maldice con voces que no son
las que dijo el maldito, puerco texto-manifiesto.

Terco él, Aquel que viene con alguna palabra nueva
y fonología que parece hip-hop y tumbao y candela.
No dirá lo anacrónicamente dispuesto, repetido, perpetuado.

Viene con la roña de su Manifiesto para abrir ojos
presuntamente abiertos, a sacar sarnas del oído
y odio-excrementicio del entendimiento

Y la puerca resistencia aguarda el desafío.
Se arremanga, cierra el puño, gesticula.
Lo espera. No quiere que venga
y habrá de detenerlo.
Le pondrá un 4.

Lo apaleará en un atajo. Lo abjurará
porque no trae (de seguro no trajo)
la carta de recomendación.

Solícita canonicidad, conformidad con las normas de herencia:
la obediencia, status quo, 'tate quieto. Es tan extraño.
Tan odioso. Tan heterodoxo.

No, él viene, Aquel que quiso venir, saltará las bardas
por más que lo escupan y lo sangren. Con su trompeta
distribuirá el Manifiesto de su lira preñada de futuro,
llena de meditaciones de pasados, ebria por su presente
de bastardía declarada por los cuerdos.

Viene como el vato loco del Este de Los Angeles,
el poeta del Ritalyn. Como si de Harlem llegara
a sicofármacos huele, con fachita de garras llena
la osamenta, se espacía en sus calzones.

Probable es y capaz que venga de Marte,
o de convento de brujas. El nuevo niño, sabe Dio,
si disléxico petardodio ya su nombre en el cartel de esquina,
en letrinas puso su cruz de zorro y se dijo
el hijo de algún visitante extraterrestre.

El Hijo Sideral, Aquel hiperactivo,
hiperexcitable, legasténico, ama sus versos
y los da como lo más legítimo de su mente loca.

Viene Aquel, aquí está ya Aquel de azules índigos,
azules solitarios y enojosos que hablan sobre la verdad de la Vida,
el universo conectado con el todo, la excresencia misma
conectada con el todo, la consciencia viva conectada
con el más allá, quintaesencia de lo ignoto a los cinco sentidos.

Su Manifiesto parece inmune a un ADN agigantado,
viene humilde como rascuache bocón y majadero,
centrado en el corazón del ser-Uno.

«A los creadores del planeta», comienza.
La poesía existe. Es imaginación todavía.
No desmayes, mundo, les dice.

De «Estéticas mostrencas y vitales

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