Sunday, December 21, 2014

MENDEZ LICIAGA RECONOCIO EL DESTELLO

IDEALIDAD DEL HEROE ESENCIAL:   En cuanto al héroe, las opciones son pocas. Aún así, en la literatura se estudia este tipo de sujeto /y se lo ubica como el hecho del folclor . Pertenece a una historia viva y posible / porque puede que en lo que lo caracteriza esta su heroísmo.  Desafía el acoso del olvido, y nunca se autoderrota, como sujeto pese a su provocada agonía y descrédito público ante los Gigantes a Vencer, la Amenaza de la Ausencia de Empatía.
            
El folclor de lo heroico no se produjo para ser moda o gesto de apogeo, o fenómeno común No está en competencia con otros modos de conocimiento. No es posible hablar de la muerte del folclor como no es posible hablar de la muerte de la historia. Ni de la desaparición del atruismo o lo heroico o sus mitos, A ratos decaen sin morir. William Blake alegó en sus Proverbs of Hell,  que este héroe cultural y esencial tiene la «visión espiritual, imaginación, poesía, oculta al entendimiento», que falta al tipo común y corriente. Lo asocia a un origen divino.
            
La razón de ser de este remanente de humanidad, gloriosa y trágica, extravagantemente peculiarizada, es la oferta chocante de su accionar, el milagro de su sobrevivencia en medio de un mundo hostil, con demasiadas penumbras y contradicciones sociales.
            
Quienes a sí mismos se llaman normales, coherentes, exitosos ciudadanos, son los márgenes de su contención, el ser que ellos echaron al olvido. Don Nadie los reprueba y los manda a los infiernos, en tanto los oyentes y aventureros, vecinos con rico soluto, quienes saben compenetrarse y perdonar las transgresiones culturales comulgan con ellos, «en un amor que es la expresión misma de su divinidad» (William Blake) cuando les admiran y buscan. O forman corillo por curiosidad o simpatía.
            Tristemente, por ahora, es el saber de oídas, el conocimiento de segunda mano, que se diluye, se falsifica o mistifica; también es cierto que si el folclor tuvo un creador individual y único, en algún nivel de la sociedad, pasará por la réplica de sus usos y aportes nuevos a ese triste destino. Cambiará y evolucionará, porque el conocimiento que pasa, de boca en boca, sufre muchas mutaciones.

            EL TIPO FOLCLORICO: El tipo folclórico refrenda la cultura del jíbaro o campesino por antonomasia y que en el contexto de Puerto Rico data desde temprano en la colonización española. Y el término 'jíbaro' no sólo fue de uso en Cuba y La Española, sino donde quiera que se poblara una isla por los taínos, pues el vocablo y hábitos de esta gente taína llegó con los pueblos originarios en su viaje hacia el Caribe, desde lo que hoy es Venezuela. «Jíbaro quiere decir hombre de la montaña, o gente del bosque, y teorizamos que fue una forma en que se autodenominaban los ancestrales habitantes de las Antillas. En Pepino fue igual. Se participa de su proceso formativo 
            Y es un hecho de que desde las rutas de la Guaira venezolana, la Amazonía, las Cuencas del Orinoco y las Guyanas, arribaron los indios, costumbres nuevas, mostrencas y sus dialectos, No pensemos que esto quita el respeto o legitimidad con que el campesino blanco entró en su contacto, adoptó algunas y se unió, procurándose mestizaje, Con él se internó en las montañas. 

Para algunos con la palabra  jíbaro se nombra al poblador blanco y con quien comparte las montañas, que es el indígena. La jibaridad  es «lo más entrañable y puro de la nacionalidad puertorriqueña». En estos coinciden los estudiosos del tema. 
            En el libro El Gíbaro (1859) de Manuel Alonso. todavía hay resabios de una referencia al campesino puertorriqueño, como uno «bruto, vicioso, mal vestido, ignorante y violento», pero eso tuvo que cambiar y, cuando sucedió, o se iniciaría por lo que llamaré el 'espacio de empatía',espacio que no es la perspectiva de la élite europeísta isleña, sino un solver entre distintos grupos que comprendieron que, a partir del jíbaro y su cultura, dentro de su folclor, a irse-resolviendo-avanzando y positivamente en pro de la descolonización ideológica, comenzó una ergología. Esa que hizo artesanías, desde hamacas a ditas y jitacas, Técnicas de pesca y caza. Mitologia metereologica y artes culinarias.
  Me impresiona gratamente cómo Andrés Méndez Liciaga en su obra Boceto histórico del Pepino describe el ciclo de lo que fue la herencia y convivencia en nuestro primer espacio de empatía.

MENDEZ LICIAGA RECONOCIO EL DESTELLO:  Méndez Liciaga lo hace al describir los Usos y costumbres de Nuestros Antepasados a fines del siglo XVIII y señala que son «comunes a la raza india que fue la primitiva pobladora del país... Generalmente, las casas que tenía entonces... ofrecían la misma construcción que las de la raza india» (2da ed., pág. 21),«por lo general» (esos pepinianos del espacio-material y emocional 'fundacional') «dormían tendidos en hamacas, colgadas de las vigas que servían de sostén al techo. Las camas eran un tablado áspero sobre el que tendían un jergón de yerbas secas, y las llamaban barbacoas», «por lo general comían en el suelo, en la hamaca y, a veces, lo hacían en las escalefras de la casa» [p. 22].

Lo que sabía el campesino del indígena es mucho más que especulación, pero hubo que consultar con aquellos sustratos indígenas que dejaron sus nombres en la toponimia de nuestros barrios y su impronta más o menos en la genética del futuro pepiniano y en general del borincano. A este proceso de reconocimiento de espacios empáticos lo referimos como destello

JIBARIDAD, PRIMERA MITO-POETICA DEL FOLCLOR: En mi planteamiento hermenéutico sobre la jibaridad, considerada como el primer mito del folclor que pasa de lo privado a lo público y de lo público a lo privado, es necesario que la caracterización que lo hizo posible sea el fenómeno que, en su Lección XXVI, Heidegger llamó el destellar («aufleuchten»). Este destellar es lo que permite la visión de la sustentación y su evolución hasta hoy.
El jíbaro descrito con las características espirituales que el Dr. Manuel Alonso le adjudicara es destello. Diría que un día, en nuestra historia de país, se vio el destello que algo que somos que es muy particular o significativo cuando nos juzgamos en cualquier aldea. Ese primer tipo pueblerino se volvió una norma mayoritaria, signo de una época. Hoy por él, por su mancha de plátano, sentimos nostalgia. El primer jibarito espiritualmente nos marca, aunque haya la negación identitaria de lo que fue y, por tanto, algo de menosprecio.
En el momento de su epifanía, el Dr. Alonso no sólo describe a criollos con respecto al peninsular, sino que por los atributos físicos con que destacará al jíbaro y cómo se le percibe (color moreno, barba negra, mediana talla, etc.) describe us destellos singulares: por ejemplo, su mestiizaje y sus hábitos, además de lo que es profundamente esencial: que este individuo sea el primer interrogado, el hombre preeminente y ejemplar, que contiene el objeto interrogado («Befragte»): el hombre mismo, como interrogador de la esencia. Por ello, Alonso nos da el Dasein de su persona, lo perfila como ser-ahí, «el ente que hace la pregunta» y «busca la respuesta», la más importante y original de todas las preguntas:«¿Qué es mi ser?»
La fisonomía del ente jíbaro alude a virtuales accidentes del «ser ante los ojos» (Vorhandenheit: palabra con que el traductor de Heidegger, José Gaos, alude a que el Dasein se forja y conduce relativamente, con respecto a razas, puede ser moreno por incluir en su genética su mezcla con el negro, o el taíno. «Moreno» porque la exposición al sol lo quema. Este «ser ante los ojos» determinará si eres Tipo de lo Feo o Indeseado, o un sujeto agradable o digno de confiar.
Mas lo que es esencial al ser / en este caso el ser del jíbaro / aunque la primera experiencia es la del «ser ante los ojos»,o en el «hallarse perceptivo» (que puede ser un tono de voz, un humor que expida, una apariencia) es que fue el punto de partida colectivo del Da-sein que indagará en lo que es, lo que siente y prefiere, a fin de ser persona y entregar tal sentimiento a su pueblo o país, Se le oye en la medida que como el interrogador entienda que ser y ente son distintos, pero no están separados. El ser hace que los entes sean entes; pero los entes son por el ser y se le comprenderá a través de empatia.

¿QUE ES EMPATIA? En la introducción dije que es la base de mi indagación del folclor y la aludí como «the Power of Outrospection», visión y proyección hacia afuera de lo que nos compensa y, por compfrenderlo, gratifica. Esto es, la empatía dinamiza los sentimientos que nos permiten ampliar la creatividad, patrocinar armonía, vernos sin dolor y como consoladores aunque estemos sufriendo y con esta experiencias es que rediseñar las solidaridades y aún conexiones de patria.
La actitud exotrospetiva es diferente a ser simpáticos; pero ambas actitudes se auxilian y colaboran ante los problemas, tanto personales como políticos, y facilitan un cambio social fundamental. Sin ser empático no se forja vecindad, siquiera tribu. No se reelabora la intrahistoria que es más profunda que la historia con macro-ideologías de las que mayorías humanas, por simplicidad de su educación y limitaciones de influencia en círculos de poder, no participan. Ser empático es básico para ser pueblo, uno-con-los-otros.
Ser empático es como estar en los zapatos del que sufre, en plena conexión, sentir con la gente, porque se ha logrado conectar con él mismo; «I believe that empathy – the imaginative act of stepping into another person’s shoes and viewing the world from their perspective – is a radical tool for social change and should be a guiding light for the art of living... 98% of people have the ability to empathise and step into the shoes of others. But few of us use our full empathic potential.»
La empatía disuelve los enojos y da paz. La empatía está en el corazón de quienes somos y, por tanto, en el fondo de nosotros mismos. El psiquiatra Dr. Roman Krznaric ha dicho que es una «cualidad transformadora y esencial» que podemos desarrollar en cualquier siglo porque nuestros cerebros están cableados para esa conexión social: «our brains are wired for social connection: empathy is at the heart of who we are».

TRASCENDER EL 'HALLARSE PERCEPTIVO' POR LA EMPATIA: Aplicaré las ideas del psiquiatra Dr. Krznaric e ilustraré con personajes de este pueblo lo que él piensa y su importyancia: cómo se puede incentivar la empatía para mejorar nuestras relaciones en todo orden. A él le gusta represenytar a individuos creando su mito público, su imagen ante otros, en términos del aventurero que enfrenta a monstruos, imágenes no definidas de poder. El puede ser víctima o vencedor, el que lucha o se entrega.
La única defensa la provee el hecho biológico: «Tenemos un cerebro empático, al que debermos habituar a que responda proactivamente a las aventuras de la vida». No en balde, valido que se diga que éste es el nuevo tipo de aventurero espiritual que debemos construir o forjar cuando nos perdamos en la Isla de Calipso, como en el Mito de Odiseo, lo que equivale a vivamos las experiencias del extraviado del mito.
En fin, tenemos que conectar con los demás en formas maravillosas y ocasionar cambios sociales, donde combaten muchas veces el rechazo, la falta de compasión, el olvido y ausencia de altuismo. Y los tipos populares, folclóricos hablan sobre estas experiencias.
Es popular quien ha vivido este proceso de conectividad y lo cuenta, o comparte. Quien lo utiliza para forjar una ética orginaria donde se advierte que con la empatía también se puede manipular a la gente, pero sólo se recuerda a la que ha ganado cariño de otros en el elucidario colectivo... Los pueblos o comunidades que tienden a sufrir mucho bajo condiciones de subordinación y opresión, miseria y enfermedades, no origina mucha gente simpática, filantrópica; pero si produce ese porcentaje de gente empática, a la que muchas veces no se llega a querer: los Tipos descritos como negativos, aunque muy conocidos. Considérese, por ejemplo, a Lolo Puya.
En muchos países que destacan por ser conservadores, sociedades cerradas, la empatía está en crisis. En otros, se abre espontáneamente. Aquí me propongo ejemplificar la experiencia histórica de Puerto Rico. De un modo u otro, los tipos recordados con cariño o ribetes de notoriedad en nuestros pueblos hablan de cómo se manifiesta o se pierde la empatía comunitaria y, por tanto, la memoria histórica.

Recordemos a los buenos y aleccionadores. Después de todo, son los imprescindibles
  

TENER UN MITO GENEROSO POR GUIA: En el comienzo de un proceso cultural y sicológico, el ser humano se guía por mitos. Lo asume (al mito) como punto de arranque. La ideología velada, o admitida con toda fuerza, de la jibaridad es el mito activo del homo mitologicus y, a final de cuentas, el mito más generoso de los puertorriqueños. Tomó un insulto perruno de lo silvestre y montaraz, el jíbaro / el ser mostrenco del campo y lo hizo digno. De lo monstresnco a lo heroico. Hoy por hoy, ha servido como el punto de arranque de la identidad. El ser del jíbaro nos hizo entes que pueden reclamar su destinación o poder-ser en la libertad y en la verdad. Sin embargo, el tipo regresivo de éste puede ser todavía el desentenderse del objetivo señero, la verdad de la existencia, y adoptar sus mediatizaciones. 

Como ha dicho Francisco Romero en su libro La filosofía de la persona (1935), en su búsqueda del sentido y participación en la historia y la sociabilidad, el ser humano puede «enmascararse», «justificar» sus defectos y/o «adquirir consciencia» de su persona, su individuo espiritual, por diferentes vías. Y Jordi Corominas en su artículo La universalidad de la reflexión ética mesoamericana concluye:

... No todos los grupos sociales han percibido o perciben del mismo modo al ser humano y las cosas, ni comparten las mismas emociones ni los mismos deseos. Los grupos sociales se caracterizan precisamente por compartir un mismo régimen de esquemas intencionales, una misma tradición o acervo de recursos simbólicos... El bien y el mal dependen en esta dimensión (de los esquemas intencionales) de cada grupo social. Estos esquemas intencionales están destinados a elaborar una selección entre los bienes y los males elementales que se han de preferir o sacrificar... 

Desde el punto de vista de la hermenéntica existencial, lo que ésto implica es que la jibaridad es también una superestructura clasificativa, filosófico-cultural, que ha sido creada por el hombre común y corriente, a partir de sus previsiones ante lo contingente y los asomos del miedo. El ser del jíbaro prohijó entes que temen y entes que son temidos; entes que aman y entes que temen el destello del amor. Como Alonso adujo en su diseño verbal o escritural del modelo puertorriqueño, ese ser «humano, afable, justo, dadivoso», puede manifestarse a su vez «en empresas de amor siempre variable» y afanarse «tras la gloria y el placer». No significa que siempre ha de ser de ese modo, variable y desorientado; significa que el ser de la jibaridad evoluciona, padece y fluye en un irse-resolviendo-avanzando y se expresa en un ser-no-siempre-todavía.

Aún surgida de la emisión de juicios de la burguesía criolla, la ideología del jíbaro se asienta sobre un largo proceso histórico y, por tanto, se desprende del reconocimiento objetivo. Es una observación en torno a un tipo de compleja naturaleza, el jíbaro, que fue llevando la continuidad del ser epocal boricua y «lo preguntado, lo interrogado» acerca de ese ser epocal al ser epocal español y, aún más allá de 1868, cuando ocurre el parto de la nación (Lares / Pepino), al presente.
            
Los poetas Carmelo Aponte Feliciano y Eliut González Vélez han valorado la experiencia del Glorioso Septiembre de 1868, «lucha que nace en Lares / y se consagra en Pepino» y, de algún modo, en su obra, está comunicada tal efemérides señera porque, a partir de ese momento, el puertorriqueño comprendió, más allá del término mediano y vago lo que quiere decir ser.
            
Lo que  es y será y por lo que sufre es por lo que tiene que cumplir y aun lo prosterna y desafia. Esto es lo que significa ser tragado por el Monstruo de Don Nadie. Ese es uno de los mitos que, como sociedad, encarnamos.

 Este es el hito conducente a la comprensión profunda del ser de la nacionalidad, no como había sido hasta entonces: homogeneidad lingüística, pero sin organización estamental propia. Un participar en la historia, pero cuyo fundamento, el destino, había sido demasiado esquivo y vago. Ante la finitud de la temporalidad y la comprensividad vaga del ser, transida de opiniones, el historiarse propio de la existencia hacia la muerte y filosofemas creados por el trato cuidado («Dasein Sorge»), la comunidad se solvía, yendo hacia muchas direcciones con otros entes desconocidos, o en ocultamiento progresivo y así, aunque vinculados por destinos comunes, olvidaba lo que tuvo pendiente como avance (para irse-resolviendo) y que, empero, reclamaría ser liquidado y despachado.

Ser héroe es salir de un mundo de guerra y envidia, la esfera de lo miserable y conflictivo, hacia una esfera, cultural y emocionalmente distensionada... Las tensiones emocionales que conllevan a la angustia, a la apatía, a la incomprensión, a la neurosis, son nuestro laberinto más común y diario. Ser héroe es sobreponerse a la inacción y la tontez para ser como Teseo que entra al Laberinto, a la zona de conflicto, y se apresta a coger el toro por los cuernos, descabezarlo... él se orienta por ese hilo de plata  que colocara Ariadna. Es un ser atento. Ariadna es una metáfora para referir a la sensibilidad, a la herramienta auxiliadora. La sensibilidad es lo que nos hace ver un hilo de plata, luz de esperanza, en medio de la cautividad más oscura y por esos hilos de confianza y empatía vamos hacia el camino apropiado y seguro.

Asocio toda mi interpretación de mundo a estas metáforas del proceso empático. No por otras razones, todavía hablaré sobre los Monstruos de Creta, el Minotauro, los taurobolios contemporáneos, los hilos de Ariadna y Teseos, mejor informados que las oprimidos como rebaño que marchan, a veces con la idea de que pueden salvar a su pueblo del mal...  El verdadero héroe es el que está compasivamente equipado, el que oye su Ariadna interiormente...

 Comprendamos que con 'monstruo'no significo una bestia, en rigor.  Sí el sentimiento o emoción. A menudo recuerdo mi noción de Ariadna es lo es el sendero abierto, lo expansivo, lo que rompe con los conceptos unilaterales, lo que ilumina un laberinto oscuro y hace giros / transformaciones / en la energía y, de algún modo, facilita el tránsito hacia una etapa superior. .«Ariadna es una imagen del hilo, y la Física cuántica puede ser una teoría de cuerdas, símil o resultado final de la sinapsis n el cerebro»... Laberinto es 'ser-en-el-mundo' para lo que sea. Lo innegable es que hay que salir del labento hacia espacios abiertos, incluyentes, empáticos, para poder ser comunidad. Este Mito de Ariadna y el Minotauro, el Teseo como héroe, sobre lo que a mí sugiere espiritualmente es la Conciencia de Misericordia, «la más pura» en el proceso de liberación, y lejos de un contenido castrense, violento de matar a un animal / o bestia, lo que me fascina es la espada mágica y el ovillo del hilo con que Ariadna  teje / o, según otras fuentes, la corona luminosa para que el héroe pueda hallar el camino de salida del Laberinto o escapar del minotauro que devora.

El monstruo más cotidiano es el Monstruo de Don Nadie, pero si usted ve un destello de humanidad / Tipo bueno / no bestial en otra gente / en su vecino, si lo conmueve su empatía, ya está viendo a Teseo y a la Ariadna como el Destello. El mito generoso será su guía.

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