Tuesday, April 15, 2008

Invocación del amor


¡Vamos a hablar de amor de otra manera!
ambiciosamente feroces por bocado,
carnalmente comprometidos hasta la médula!

¡Vamos a ser tiernos, pero realistas!
desafiantes más que el cuchillo y las conspiraciones,
más que el lugar común y el sentimentalismo.

Sí, hablemos del amor, del que tiene nacimiento y etapa
y destino y dolor y esperanza. Amor que es realidad,
objetiva presencia de memoria y proyecto y coherencia continuada.

Si bien el amor ha sido una palabra vaga
que busca lo anhelado, todavía es concretamiento prestigioso
y se escurre del chantaje cotidiano y estremece a la emoción humana.

Yo estoy hasta el hígado en pedazos por atrapar,
ajeno al amor nominalista (no su más allá de luces fatuas
y empalago y coqueta menudencia de rituales),
sino su aquí y ahora de estímulos, su afirmativa certidumbre.

Renuncio a sus formas oscuras de gesticulaciones y extravíos,
a sus cenizas apagadas, a sus llantos soterrados o públicos gemidos
de luna timbalera, a las ínfulas que urden, lo mismo que el capricho
picardías frívolas, pasajeras, ilusorias como poca monta
y cuenta rendida de corazón, entrega y sacrificio,
al estéril embeleso de portada y farandulería,
a la mística ovogénesis o secuencia virtual de saltacama.

¡Me da vergüenza este mero hablar de amor!
Decir soy recto y monógamo y sólo entre dientes,
cálido, amoroso, llevar flores en mano y en cita
de callejón de lobo, mentir como locuaz lleno de letras
y vibras de trasnochado lirismo, aprendido,
crédulo de frases gastadas, aún cuando oculto
que soy apasionado y mulo convencido
de que la carne es deliciosamente traicionera.

Tengo el gaznate seco, sediento estoy
por descubrir amanaceres y temo que vayan a echar
a perder la noche de mi éxtasis, el parto fértil,
hijo de tu epinefrina, el ángel de mis péptidos,
el asombro de mis días.

Me dejaría morir en la palabra diciendo amor, súbitamente,
ufano de coraje y de celo, con auténtica soledad
por falta de mi oyente y aquella igual, que ya desertó del amor de pose,
no verificado, pero que, de repente, está atrapada salvajemente
de un no sé qué, medular e inmarcesible.

¡Ay, amor de penurias me fastidias y, con el mismo temor
del amor de temporada, escozor de los séptimos años,
me atacas y desvelas y ella, que es mujer y hembra,
ya ni admite alarde... y maldice al sicko,
al amor de panderetas y de hostias
en su más allá de grumos y tedio tendencioso,
petardos de hueca hombría!

¡Amor de rosas secas, tiestos plomizos y cursilería,
amor de manos frías, de turba vengadora, de palabras tímidas,
de silencios cobardes, no te consultaría ni pagado ni gratis,
ni en tabú ni en amuletos, ni en fiambre de grata mano amiga
ni en monótono déficit de los desalientos!

¡Amor de monoaminos y glucocorticoides,
de carencias hormonales, de pánico y de histeria,
me aburres, me hiedes, me lastimas!...

... pero tú, amor discreto, socialmente lleno de pupilas,
orejita que estudia a los fracasos, tú que vas y vuelves
en friega negándote a morir a pesar de que el otro
se marcha y se endurece, siempre estás al tiro...

... y yo a veces solo, te veo y te amo
porque contigo se está siempre acompañado,
aunque no estés presente y se te siente nutriciamente alerta,
rica, cómplice, sujeta a un mismo padecer que el mío,
invocable como el primer día que el amor dice:
Quiero, soy, me gustas...

¡Vamos a hablar de la realidad (no de lo que has sido)
de lo que puedes ser, a pesar de todo, lo que eres...
y la distancia afectiva que te burla y el proceso necesario de ser
contra la expectativa, que tiene tu encuentro si la esencia permite
porque ya no hay sombra ni discurso ni fondo por rebasar
ni sementalidad de simulacro!

Aquí, cuando te nombro, ya existes,sin interpretatividades
y curas y solves y eres verdad y honra del ser mío,
el ser-acompañante, aunque siempre hay
quien ama másy alguno que ama menos.

13-4-1989 / Tantralia


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