Tercera Parte: Tránsito entre hienas
La nación y los poetas
El poema que bendice
El origen del poeta
El secreto de la Fortuna
Ante Pilatos
El mundo circundante
La tradición pro-bestial
Decadencia
La calandria y el buho
Los entretenedores
Maruga mercantiva
Ladrones de autoridad civil
La Gran Bancarrota
Meditaciones sádicas
Los leprosos
Los dos Montes de Isidore
Estéticas del hombre pertinaz
Diálogo con Nietzsche sobre el Anti-Cristo
El sacrílego
Del desasosiego de mi hermano Fernando
Mi Amigo Blum
La bruja
Los demonios blancos
Amonestación a Gilles de Rais
Profecía a los infanticidas
La jeta del Nadie
Marsilio, la changa viene
Y esta peste de infiernos
Adaptación natural
El primer hachazo
Ya no resucita ni la guasca
La Gran Rosa y La Mina
Voces de sibilas
Sacerdotes belonarios
Oubao moin
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La nación y los poetas
Una Nación que vive la dualidad entre el deber y la desobedencia
no sabe a qué obedece, no tiene en realidad nada lícito
como esencia de su vida. No te engañes, Poeta,
no ha de ser tu nación.
Gobiernos, ideologías, marcos de creencia
que te impongan una estrecha noción de humanidad,
para tí no es que habla.
Quien te diga que te cases y corre y se divorcia,
que para tí no predique las nupcias.
Quien te diga «sé célibe» y con la pederastia
se entretiene o con amantes , en moteles secretos,
para tí que no sean sus predicaciones.
Una nación de mayorías en divorcio, en cuitas
con su testosterona, en lujurias con las hembras,
en lujurias con los sodomitas, en mamadas
de charcas venusinas, en orgías con pan de Eros
y vergas faludas de Príapo,
no es una nación para el amor.
Es un territorio tribal de obsesos y maníacos
y para tí no que sirvan sus convocatorias.
No vayas a desmentirlos con palabras.
Ellos no entienden ni lo que creen ni lo que practican.
Están en la derecha de una verdad central,
el núcleo conveniente: la centralidad de Tu Poema.
No hables en torno a la Nación con sordos y ciegos.
Gente que no te mira a la cara y con labios torcidos
a tus espaldas multiplican sus escarnios.
Con esos militantes de oquedad y ruido,
con esos parlanchines que se oponen
a toda legislación que prohíba el odio, la inclusión,
la diversidad, los abrazos entre etnias,
las necesarias armonías en nuestro mundo,
el sentido profundo de la democracia,
no hables. Esa no es Tu Nación.
Es ruido gorgorero
que nace de las grutas oscuras
del Entendimiento.
No verán la luz de Tu Palabra.
Dicen que aman al pecador.
En realidad, aman el pecado.
Arguyen que buscan derechos y moral para la Gran Mayoría,
pero separan la paja del grano. El grano
lo tiran a los puercos; se quedan con la paja
para sus idolatrías.
No la tomes en cuenta. Esa Nación no es tuya.
Es de sus egos. Es la nación del dominialismo,
las derechas, pornógrafos de noche,
antipornógrafos de día, fornicarios premaritales
desde el atardecer, beatos de decencia posada
en el día, en abortaje contraceptivo,
siempre con píldoras, queman las clínicas de aborto
a grito de consignas, seudoespirituales, anticientíficas;
valentones en grupo, cobardones en sombras.
Busca-putas en listas discretas, todo lo plantean
aberrante, inmoraloide, en revistas exclusivas...
Un paso dan adelante, dos para atrás
cuando tú no los miras.
Es que no son Tu Nación. No bendicen
tus ojos; no se sinceran con tus palabras.
De ellos nunca será Tu Poesía
ni el texto más hermoso de Tu Cuerpo
ni la comunión más íntima de Tu Amor.
30-06-2000
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El poema que bendice
Les dejo mi bendición y es un claro poemaY los bendijo Dios; y díjoles Dios: Fructificad y multiplicad, y henchid latierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces de la mar, y en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra: Génesis 1: 28
de trabajo para que sean próspero.
Lo que fructifica guarda en sí su ley oculta.
Multiplica lo que no es visible:
la esencia de mi bendición.
El poema con que les bendigo no es una espada.
Es una herramienta de trabajo, la más honesta
que les puedo dar. Es magia de sentido para escarbar
el fruto; es un anzuelo para que pesquen el pez
y es un árbol de amor para que hagan nido las aves
y así conozcan misterios lejanos de otros cielos
y oigan trinos de pájaros hermosos.
Todas las bestias que se mueven en la Tierra
son Mi Conocimiento, estudiénlas, utilicen su fuerza
porque las bestias son mansas, si las ama el hombre,
hermosa es toda la zoología y nada es más generosa
que un árbol y una bestia y nada es más dulce
que un pájaro... Cuando les bendigo, mi palabra
le dicen «Señores», o que sean como padres,
y lo protejan todo, debajo del cielo, «señores» les dije
para que no estén solos y la bestia sea su enemigo,
o razones para un miedo diverso; «sojuzagad»
les dije al miedo que le tenga a ellas
porque hice bestias enormes; pero, tu poema
puede sentarse encima del caballo,
puede pasear sobre el elefante, su fuerza
puede ser un motor que te sirva para mover
las piedras, con bueyes puedes arar los campos.
Todo lo que puse en derredor tuyo, toda geografía,
con la idea de que sea amiga productividad
y digo como fruto lo puse, mas no hagas indigno
mi fruto, no sea que te maldiga el mismo fruto
que te come, el mismo animal que te ayuda,
la misma semilla que se pudre, naturalmente,
para que haya flor desde lo oculto.
Aprende a leer mis bendiciones.
Por eso te doy el dominio del Poema
y lo pongo en el Edén de Tu Texto.
No hagas mofa del Dominio con que bendigo
pues el más santo de mis secretos.
15-04-2000
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El origen del poeta
Tú, poeta, eres y serás como cuerpo de luna amada.
Vas a heredar la muerte. Cada emoción posible y su agonía.
El relámpago abre el cielo, quizás muy brevemente,
y da la desnudez, la verdad que te mata.
O te lo explica todo.
A tí te amaré, como a tu madre.
Por eso te ofrezco la promesa; doy mi testamento.
¡Voy a revelar el origen que tienes mi causa!
Tú quieres ver el cimiento y el semen de las cosas.
Porque así lo quisiste, te amaré.
Tú vas a verlo todo, poeta.
Lo has pedido y yo cumplo
a quienes así me solicitan.
Pedíste exactamente lo que quieres:
digno eres de luna.
«Házte mi canto con verdad desnuda».
Cántame. Y procedí con mi promesa:
Te haré profeta.
El sol que ha de matarte con su rayo te dará
el oficio misterioso. Ese es el precio.
Cántame hasta que yo te diga.
Voy a quitarte la vida de repente, voy a sacar
del vientre de tu asombro el poema pavoroso.
Tú hablarás de mis gestas y placeres.
Yo fundaré el habla de tu canto
y al don de tu tristeza,
lo transformaré en contínuas
y sucesivas alegrías.
2. Eres mi hijo
Hasta el amor tiene un trámite, hijo mío.
Para sentir hay que saber dolerse y morirse
y levantarse, herido, y desde mil pedazos rehacerse.
Tú vas a morir de esa manera.
Van a quererte sólo los humildes;
campesinos que te han visto,
humillado, vapuleado, sucio, ebrio como la pascua,
pero, yo, tu padre te quiero, como se quiere
lo hermoso, tu cuerpo de luna amada.
Te haré mi hijo, te esconderé en mi muslo.
Te coseré a él y podrás sobrevivir
y renacer dos veces.
Vas a aprender mi luz secreta.
Tú no sufrirás mientras seas, por mi amor,
lo que quiero: quien por mí muere, gratamente,
quien por amor se inmola y me ofrenda
su cuerpo de luna amada.
Tú, poeta, hijo de Semele, tienes sus emociones.
Lo que yo amara en Ella, quien pidió el resplandor
(todo mi sol desnudo, toda mi vehemencia vertebrada),
tú lo tienes. Aprende que eres hermoso,
poeta, y no te vendas. Es divino
tu cuerpo de luna amada.
Que no falte la emoción y perdure para siempre
y sea del Sol viajero, enteramente, aunque me mate
y sea su Luna que lo ama, aunque se hunda
en la penumbra de la noche.
Ella así me pidió:
Sacrifícame a tí.
Quiero que mi cuerpo sea tu Luna Amada.
Tú heredaste el pedido de aquella luna hermosa
y, por tanto, su luz que hoy es fecunda, es tuya.
Llámate, poeta, hijo de Soles.
Amado de luna.
Voy a darte otros frutos de la vid y la hiedra.
Tú hablarás sobre el sexo y las pasiones.
3. Tu función: esponja del dolor del mundo
A través de tí, entraré a las cuevas del dolor
y escucharé los quejidos del hombre; yo,
en tu corazón, soy el primer poema,
soy la fuente eterna, soy la alegría.
Yo mitigo; pero mi luz fulmina.
Todo lo que pidas será tuyo
y tú has pedido la plenitud de mi sentido.
No te olvides del consuelo. El mundo
al que te envío es una llanura sembrada
de chumberas y abundan los espinos.
Eres una vasija: llénala de chispas de fuego,
agítala o lávala con las espumas de la mar, poeta.
Acércate a los lagos, a la sombra de los bosques,
a la sal y las arenas, llena la vasija de sustancia.
Llénala de un salmo que bendiga y construya
el propósito y lo santo, el perdón y lo heroico.
Acércate a las playas remotas, Bardo.
Pide por amor lluvia para los desiertos.
Son almas secas por ahora. El mundo es
la parcela de la angustia y el secuestrante
mar del pillaje, una cueva de homicidios.
Por amor de la muerte, o los astrales,
pide continuidades y reciclaje, sangre para la vida,
rocío para las rosas marchitas. Pide lo vivo.
Poeta, una esponja es el espiritu.
No lo doy por medida.
Acoge en abundancia el gozo de la vida;
pero también... el quebranto.
Tú absorbe dolor y soledades.
Tráelas al ádyton. Sé valiente.
En mi nombre, trae llanto;
pero tú no llores.
Recauda incertidumbre, pero tú
no tiembles ni te aflijas.
Voy a honrarte por informar con tu lenguaje
lo que DIGAS o CANTES; voy a compadecerme
del que muere porque mi Luz es infinita y potente
y mi desnudez es relámpago que mata.
Tráeme las escorias caídas de lo ilimitado.
El cascarón que no sirve de tu mundo.
Rescata las almas triste con tu canto.
Ser poeta no es fácil; es hablar con Padre Duro,
el que te mata, el que te exilia, el que se acostó
con tu madre, reventándole el vientre, pero...
salvando su alma, su niño, el verso, alojándola
en el cuerpo de la luna amada.
Por amor a tí, a Semele, Luna del alma,
yo concederé lo que me pidas:
consolaré a los dolidos,
daré unos sorbo infinitos de alegría,
haré que la verdad y la belleza se esplendan
incorruptiblemente y del misterio del dolor
y la muerte, elegiré mis portavoces, poeta.
¡Tú dáme otros nombres, te he elegido!
¡Dáme tus causas! dáme a los sufridores,
a los que aguantan, a los que rompen
sus vientres y crisálidas
por un verso gestado,
¡hijo mío!
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El secreto de la Fortuna
A Tykhé / Fortuna
Daughter of Zeus Eleutherios (Liberator),
Tykhe (Fortune), our saviour goddess:
Alcman, Fragment 64, Lyric II C7th B.C
Serás afortunado. Beberás de la memoria
de mi Gran Vasija, del Cuerno de Abundancia.
Estaré en la Tierra, sin que tú me veas;
seré tu porción, clamor de tu espíritu.
Te exilaré a donde pueda el timón llevarte.
Yo pongo la mar y el barco, tú navegas.
Y llegarás al puerto, flotarás como un loto.
Y verás, tú harás hallazgo, capitán,
y a las evidencias contiguas a mi Ser,
las llamarás Tu Mundo, teleología,
la potencia propositiva del azar,
lo posible, el kairós de fondo,
lo oportuno.
Tú sabrás que todo es mío, cosa
es que otros no saben; tú sí sabrás decirlo.
A tí fue a quien hice, poeta. A tí pediré
más cuenta que a ninguno.
De modo que acepta mi vasija
(hoy te parece pequeña, como un haikú
de intensas sílabas); pero, a donde te mando
crecerán tus palabras y la dimensión de tu espíritu
será más abundante que el Cuerno de Amaltea.
2. Nunca estarás solo
Tengo este secreto: voy a musitarlo
casi quedamente a tu alma. Estoy disperso
en cada beso femenino, en lo viviente.
Cada mujer es una luna, cada emoción suya
es esplendor que en mí ha mordido
con ternura. Mi pasión, por ellas, es vida.
El que me quiere ver... hasta en su carne
doy yo la bienvenida; me les cuelgo en el alma
y me los llevo a mi olimpo, mi Fuente.
Nunca estarás solo, hijo mío,
aunque seas mortal y miserable y te sujete
el Karma, con su guadaña oscura y los ciclos
de Saturno y la tristeza que muerde
y la injusticia que faja con su macharrería.
Dejo a tí mi ley que bendice. Respétame
en la Némesis que distribuye justamente
mis ofertas; no hagas que Ella se indigne.
Distribúyeme para el amor de TODOS.
Solo no te dejo, solo no dejo a nadie.
Si crees en mí, llámame el Justo y el Fiel.
Yo soy el padre, Kéter-zeus-júpiter,
pero, en fin, más que nominalismo.
Te doy las novias de mi pasado,
las hijas de mi presente, las herederas
de tus bendiciones.
3. Busca a tus hermanos
Yo, Eleutherio el Liberador, te daré fortuna.
Hijo de la promesa, entonces, elabora pues
la palabra persuasiva.
Defiende la Eunomía cuando vayas a tierra
porque hay demonios duros y siniestros,
hombres bestiales, a donde vas llegando.
Tú sé heroico en cuanto puedas.
No te pido que cortes cabezas,
que seas la guillotina, cámara ardente,
horca, cadalso, silla eléctrica.
No inventes otros aparatos represivos
ni el policía, el soldado, el vengador milico.
No urdas violencia contra el prójimo.
No seas falange ni tortura ni guerrilla.
Solamente, sé eunómico porque existe el Orden.
Y todo tiene una hora en que retoña y secuencia.
Todo va, al fin de cuentas, a mi teleología.
Lo que crece es al final la cosecha.
En el encuentro con lo real, sé insistencia
del significante, no agitación adicionada
al caos ni a ciegos automatismos.
No seas la bestia. Tú no suplantes
al sujeto ni rompas su vasija.
Cuando llegues al campo o a la aldea
de los que nunca encuentran ni siquiera
las sombras de sí mismos, cuando veas los compulsivos
con su impureza y sus alardes, busca
a la niña dulce, tu hermana. Ella compensa.
Abrete paso entre orquídeas y jacintos.
Identifícala. Vive en jardines.
Llámala Tyche Soteira, Salvadora,
o Agathe Tyche, Buena Fortuna.
Es el primer regalo que te haré
por llegar a la tierra y flotar en mis lotos.
4. Abre tus manos a sus bendiciones
Quienes estén movidos por un espíritu de bien
son tus hermanos; a tal familia llámala parentela
aunque no hayan nacido del vientre de la luna.
Los ciegos son sordos. No ven que tu vasija habla,
que es la vasija a la que llamo tu espíritu.
No le des de beber a quien no oye; no acerques
el sabor de tu alegría a la boca del asno.
Selladas fueron sus jetas con yugo,
cortados sus oídos con silencio,
cegados sus ojos con ingratitud.
Tiké, la salvadora, hermosa entre tus hermanas,
les negará providencia; no han de comer nuestros frutos.
No sabrán de la abundancia ni de las bendiciones.
Para que aprendas del proceso,
y no te compadezcas ante quien no merece,
házla que ande contigo y no la llames Caprichosa.
Ella es Agathos Daimon, el espíritu del bien.
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Ante Pilatos
«Jesus answered (Pilate), «My kingdom is not of this world: if my kingdom were of this world, then would my servants fight (to defend him)»: John 18:36
Yo defiendo el Reino del Poema que bendice.
Y mi reino no es la mofa del Dominio.
Quienes leen de mis textos para el Edén
sabrá que yo hice señores para el gozo,
varones que descifran secretos.
Lo mejor de los Reinos es el Cielo
de verbos, metáforas de Dichas y traslaciones
donde la bestia es amada
como si fuera un ave, o un pez del cielo
que se mete en las aguas terrenales.
Mi reino no es para genocidas.
Allá de donde vengo no están; aquí abajo
en su Viejo edén los formaron.
E hicieron ustedes sus tribus y sus reinos
y crucifican el árbol y a las palomas queman
y al sembradío lo tornan, in aornis, en lugares
sin aves, sin trinos, basurales de asco.
Yo defiendo el Reino del poema que bendice.
Un reino de señores verdaderos, no de sátrapas,
no de naciones con tiranos, no la mofa
del Dominio sublime con que dije a mis sacerdotes:
Nación quiero de profetas, discernidores,
no idólatras corruptos, no jerarcas de la ecofobia.
Yo defiendo el Ser que pastorea el lenguaje
y con la Palabra multiplica el amor, unidad,
armonía, elevando hasta los Cielos lo terrestre.
No, Pilatos, mi reino no es de este mundo.
En el estrado de sus pies, hay demasiada mierda:
pueblos esclavos, sacrificios inmundos,
burocracias insolentes, matanzas de animales,
expoliación de montes, minas de bisutería
con que fabrican dioses; aquí no hay señores
de la talla sublime que desde el Poema que bendice
resultan ad aeternum necesarios.
Mi reino nunca ha sido maldito.
Ni castiga ni transgrede. Y yo lo defiendo
desde el principio de los tiempos
y le sigo obsequiando el árbol,
las aves y los peces de la mar.
15-04-2000
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El mundo circundante
Porque, en oscuros corrales de mentiras,
me exigieron que sea yo su buen vecino
y adormecieron la zorra del sí mismo,
mi soluto, ellos yendo
a desollarla a mis espaldas,
aprendí a desconfiar
de los entes a la mano.
El arte circunspecto del rechazo, a ver
en torno al zabulón de los corrales
y andar por el Umwelt
de su Matoco, he aprendido.
El mundo circundante
de estos invasores del estero
es mi peligro: falsos e inconstantes
son como el yagrumo.
Necios quieren mis zorrillos,
mansa, mi hembra,
crédulas las niñas de mis ojos.
Van a zorrear mi madriguera
con sus corrales,
van a canjear mi astucia por razones
y yo persisto con mi cabeza ancha
y con mi hocico agudo.
12-01-1976
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La tradición pro-bestial
Hijo mío, nacíste en el tiempo
más cruel del sinarquismo
como ganado salvaje que se caza,
como redil que el Mal Pastor
conduce a sus aramios.
Esta es la tradición pro-bestial,
ultramontana, que la Roma imperial
impuso, para utilizar la voz
como público adorno
de libertad cautiva.
El pueblo cruje, carente de catharsis;
pero el Estado usurpa y blasfema
tu poesía, tus bucólicos escondrijos
en el llanto de la Nada.
Tu corazón es diario pan insuficiente;
no sabroso; los demonios
de cartel te asedian y a ellos crees tú,
pobre Isaac, hijo de risa,
y en las penumbras del mercado
sueñas musarañas, crees saber
y nada sabes; los que te muestran
promesas salvadoras
son ladrones-hienas-buitres
que comen tus entrañas.
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Decadencia
... (There) are groups of bankers, financial interests dating back from 14th-Century fondi of the famous
Lombard bankers, that caused the crisis of that period or the so-called New Dark Age of the 14th century: Dr. Debra Freeman
¿Cómo pudo esa lepra
apoderarse de los huesos
del mundo, herir a todos,
penetrar las casas bancarias
de Peruzzi y Bardi, el dinero
que jamás se asomó por las ventanas,
derramarse en bancarrota
con el rostro revejido, nauseabundo;
los cádáveres yendo a contarse
por millones, desde entonces,
tiempos de la Nanita
y la Duquesa Fea.
¿Qué cobras del pueblo mío?
te pregunto, cuál es su Fatum
y karma / culpa / deuda de tormento
después de la Unam sanctan
y las bulas del Papa Bonifacio?
¿Que el Parlamento inglés
se resiste a ser tributario del Papado?
¡Ah, bien! ... pues algo se hará
pero que pare la matanza,
el Vil Hacha segadora.
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La calandria y el búho
a Enrique González Martínez (1871–1952}
Busca en todas las cosas un alma y un sentido
oculto; no te ciñas a la apariencia vana;
husmea, sigue el rastro de la verdad arcana,
escudriñante el ojo y aguzado el oído:
Enrique González Martínez
Hay unos seres volantes
(yo les digo: «Son ángeles / hembras / varones /
con misteriosos libros / el silencio nocturno»),
intérpretes, husmeadores desde su quieta estámina,
con el ojo tan claro y tan puro
y parecen que viven en la sombra,
entre grutas, o posados sobre un ramaje;
pero yo lo ví en Mocorito, uno al menos.
Cuando el Sol me dejó ver que él duerme
y no todo es ajetreo, dinámica
de rudeza y de positivismo, dije:
Lo ví. Un ángel sanador
de mi miopía.
El médico fue, desafiando a los cisnes
que no vuelan tan alto como dicen.
Sereno fue, tan bondadoso
ante aquellos parientes, hoy cansados
y en penumbras, los mochuelos, insinceros
después de mucho alarde divertido
Eran como yo, voces de calandrias,
espiones para verlo.
Veedor en la oscuridad, consolador
de aquellos a quienes cortan el hilo del destino,
sabio de la Apacible Locura, la calandria
te vio, y yo te he visto, custodiando
mi noche en la Acropolis a fin de que entienda
que tú, en la ética del mundo, eres
quien restauras la fuerza, quien instruyes la bondad
quien despejas la verdad del ensueño
y del arcano. Y yo te digo, «ángel mío,
Enrique, ave-pegaso, mentor
de mis noches, sublime hermano».
Cuando al fin te avizoré la tristeza pisaba
los senderos; la melancolía rondaba
el aire como aliento; sí, venías a corregir
la ruta de mi tiempo, no a darte descanso
(esas noches por donde rondara Milton
para ver a Prometeo, todavía encadenado,
es la misma noche de Verlaine,
en la Semaine Sanglante, cuando escapaba
por las calles letales y violentas
el ying-yang de la Comuna de París.
Esas noches que también me obsedieron
en la prisión de Mons, esas noches que enojaron
a Rimbaud, herido a tiros y Baudelaire).
Entonces el ángel traductor se volvió un búho
y vino a los mochuelos como ante aquellas
dos hermanas en Mocorito,
«dos tristes y pálidas» hermanas. . .
Hay unos seres volantes
(yo les digo: «Son pájaros»
con albo ropaje, invisible por santa inconsciencia
como la niñez ingenua que los ve).
Vienen al campo como si fuesen aroma,
efluvio lento, cauteloso, precavido.
Nunca están desantentos al murmullo
ni al dolor ni a la muerte. Ni al gemido.
Ellos sufren el día porque mucha luz enceguece
y se alimentan de la noche, otean el horizonte
y donde nadie explora van. Mientras vuelan
van tensos, solitarios, y es la razón por la que pausan.
Son sabios seres volantes, analistas
de cada situación; marcan el territorio
con el súbito graznido, se defienden de la apariencia
del rijo, que son la intrusa vanidad,
los agresivos esplendores.
La mucha luz que deslumbra, distorsiona.
Confabula espejismos.
Hay unos seres volantes
(yo digo: «Son hábiles en lo oscuro.
Ese es su mundo, su universo:
el silencio nocturno»} y yo, una calandria,
cantadora y diurna, y ellos, los sabios de la noche...
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Los entretenedores
La invención de los espectáculos data
del año 1290 y en 1300, los Jongleurs fueron
los primeros entretenedores profesionales.
Te sacarán de auténticos contextos.
De lo ontológico, del ser-para-sí
que al Yo fundara, ser- ahí
con Sorge armada, cautelosa,
a pesar de la angustia
de tus madrigueras.
Te impondrán un Sé
que no es lo sido en libertad,
tu ser-anticipado y su proyecto;
un Sé de auditorios interpretativos.
Utilizarán tu voz como sordina.
Los sordos imitarán tus voces.
Los ciegos creerán que han podido
ver por tus pupilas.
Los mancos te copiarán por truhanería.
Te exhibirán entre avariciosos
de Don Nadie; te llamarán
estrella, ídolo, ente orquestado,
divo, garganta, adorno del tinglado.
Tomarán tus silencios por fantasmas.
Y lo que digas lo equivaldrán
a principios a priori, verdades
«de suyo evidentes»,
axiomas fraudulentos,
utopías arbitrarias con consistencia
lineal, allá fuera y más allá, nominalista.
2.
El hombre emplea y modifica, extiende
y mejora sus útiles en la lucha por realizar
sus proyectos y de este modo usa
activamente el tiempo para la realización
de sus posibilidades: H. S. Blackham
Díme, en desprecio profundo
por los artificios del payaso,
Satán ha muerto, el divino ser
en publicidades y farandulería
no se esconde, en cábalas de escarnio
no fornica; en la fe de pasarela
no prevalece.
Díme que no admites
un aplauso rencoroso en las esferas
que sustentan la condición jurídica
de reses y ganado para aquellos
que solicitaron tu voz y coexistencia.
Yo todavía soy Abraham, tu padre,
con el Hacha en las séptimas esferas.
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Maruga mercantiva
Huiré de Ti para poder
hallarte en un sueño poderoso;
tú no hablabas de memoria
ni a humo de pajas
como hoy lo haces, expositiva,
tú, la Maruga mercantiva,
la zorra que enriquece al Estado
y a la mano acariciante
que la aviva, vacía deja,
infecunda.
Me has traicionado
con tus saldos pagaderos
al erario, con los monopolios
a los que vendes placer;
odio a tus marinos, amantes
que despojan las colonias
y trafican con mis besos
que se pierden
en distancia ultramarina.
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Ladrones de autoridad civil
Quienes esquilman
la soberanía del pueblo,
ladrones de autoridad civil
y placer, demonios son,
dijo Marsilio.
Satánicos son y merecen
ser nombrados por sus nombres,
porque son el abismo sin fondo
de la muerte y el dolor
que disuelve el fundamento.
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La Gran Bancarrota
Tú no eres un ente, Adversario,
ni ser ni tienes más esencia
que el desprecio.
Entraste en la temporalidad
como el invento caprichoso
de los hombres groseros y brutales
en aras de caudillo
para darse en él devociones...
por eso te confunden
con la Gran Bancarrota
de los siglos
los pueblos oprimidos
por la Muerte.
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Meditaciones sádicas
A Donatien Alphonse François,
Marquis de Sade (1740 – 1814)
Usted no se me asuste de que haya descubierto
el carajo bajo tela, el pícaro bulto en sus calzones,
bragas mojadas de una monja bajo su cama,
o una criadilla sin derecho a nada,
y a usted en cuclillas.
Que haya un Príapo caliente
hoseando en monasterios, o tal vez
en el castillo del monte, que no lo conturbe
y mucho menos se alebreste
... porque Justina se enamora
o ante la vista del Monje, algún ligón en fajina
es quien se complazca con el Otro, o con ella,
o con todas en harem, todas con sus insaciables apetitos.
Largamente negada ha sido la carne,
largamente ultrajado lo venéreo y hay placeres
muy dulces, demolidos con mucha decretalia apendejante.
Y vivimos tiempos de adversidad, miseria sexual
incluída, hambre de lo recto que hay en lo torcido
de los solitarios y esos escritores góticos,
que no son predecibles
y claman las ayudantías del infierno,
magia de los diablos azules... por eso me gustan
(y algo tienen entre manos) Matthew Lewis
y Ann Radcliffe. Imaginación, o ¡qué va!
hambre y sed de algo prohibido
y más sobrernatural que la conformidad
y la rutina por maña; hay que crear dilemas
(ahora que se resiste todavía la descripción acuciosa
de hombres y mujeres, plenos, minuciosamente
descritos en su líbido, pormenorizadamente
en su ira, o su rubor, o en desvergüenzas
de riqueza injusta y miseria atormentante...)
Es indispensable que inventemos desenlaces
hasta con diablos que se sacan de lo oscuro,
sacudir lo que antes no se dio por compasión
o rito iluminante... masturbar la sosera
y sacar leche o combustible o llanto.
2.
No en aras de una aparición
de pálidos mundos, no es lo que quiero
para los infortunios de mi Juliette o cualquier
niña virtuosa; yo no estoy 120 días en Sodoma
para que todo quede igual que antes,
la misma ley prohibidora,
la filosofía que no se goza en la cama,
las mismas quejas de esperar a una edad
o a un estatus o género que nunca se culmina...
... me llevo a Ambrosio al sacrificio
no donde hayan fantasmagorías, allá no,
donde haya gente, ruda y bruta gente, no magia,
donde haya violentos apetitos
y virtudes cansadas de la vida retrógrada,
donde haya mucho dolor y, de veras,
sea honesta la disyuntiva final, la simpatía
y se aprenda para quién se busca,
si para el exquisito torturador
o la víctima rendida y azotada...
... yo quiero que él sepa, si es monje
o si es homicida, yo quiero que ella sepa
si es hembra o ángel con aliento y vuelo,
vaporoso ay, sin sustancia, yo quiero colocar
todo lo oscuro de la psiquis, no digo vicios,
especificidades del alma, en el crisol
del rayo de luz sobre la blanca sábana...
3.
No te asustes, Ana, te contaré un romance
y el horror que contiene ilustra, sacude mundos
dormidos, apáticas consciencias... me traje
estos detalles de Sodoma y hay quien dice,
yo, con él, «ésta es la historia más impura
que se ha escrito desde que el mundo existe».
Es que esta historia, siendo bella, va al agujero
que conecta al intestino; no hay crueldad
ni siquiera un ultraje, sólo un evento
de regocijada sodomía...
Te contaré la historia de Eugenie de Franval,
y cómo la soñó su hermano y cómo avanzó
sobre remilgos y convencionalismos
y se armó de ironía, no de crueldad,
de ironía y Eugenie, al fin, seducida.
Puede que todo lo que sienta un libertino
subvierta la imaginación moral,
puede que vaya a galope, maniáticamente,
y gratifique el deseo, puede que agreda
y duela, que alguno se queje,
pero esta fue una verdadera historia
de amor y seducción
y soy el primero que la dice
y voy a llamarla en otra historia, Sophie,
y la voy a atormentar un poco más porque,
con el dolor, es que goza... Es necesario
que sorprenda sus umbrales de dolor y que me diga:
«Soy tu costilla dura».
Me ofrecerá un poco más de sonrisa y sangre suya
sobre las colchas... me devolverá la creación
y les diré a los pusilánimes,
vean esta causa, sincérense con estas sombras,
así somos algunos, y no sólo el inquisidor
es quien tortura ni son las brujas perversas
y dignas de que ardan en la hoguera,
ésta es la niña virtuosa,
la más pulcra que se tendió en la cama...
4.
Pero ella, como yo, no quiso que le explicaran
que nació de polvo, inferior al mismo varón,
o a quien se montara arriba de su ombligo,
o la expulsara como Adán siendo la primera bicha / mona /
liliputa / ... ésta ya no quiere blasfemia para sí
de la Iglesia Católica y por eso regala
la húmeda arcilla de sus fantasías y me dice:
«Ház con ella, Donatien, Marqués pornógrafo,
el canto de extrema libertad, mío y tuyo,
házme hembra sin génesis, o hilvana
al Adán sin misticismo, sin moral,
haz el crimen perfecto de los inculpadores
que adormecieron a nuestros cuerpos y los torturaron».
«Es la hora de escupir su ley y su establecimiento...
porque te ví sufrir, cautivo, por treintidós años
de tu vida privado, en menosprecio, escupido.
Diez años encerrado en La Bastilla,
trece años etiquetado como demente
por estúpidos rivales que se gozaron en verte triste
en el Asilo de Charenton...
y un mes doliente en Conciergerie, dos
en una fortaleza por revolucionario, cuatro años
en confinamiento total entre Bicêtre y Sainte-Pélagie,
¿cómo no vas a tener fantasías para llenar
la soledad con gozos y engordar el deseo
del que te disociaron... y qué de malo
has de ver en juveniles prostitutas
que llevas al Castillo de Lacoste, qué mal
que Anne-Prospère, en adición
a tu mujer, te haya gustado?»
5.
¿Quién es tu Juliette, quién puta es,
Donatien Alphonse, sino la mirada entristecida
que echaste sobre la mierda de Europa?
ironía sarcástica en torno a estas ideologías roussianas
de protesta iluminista, puño cerrado que aplasta
con fiereza lobuna la ideología de Hobbes
e hipócritas ingleses al mando,
a cual más vampiro colmilludo y chupasangre,
mentirosos embadurnados de kantismo en Alemania,
o de razón y terror en el París post-revolucionario...
Así de corruptor el Hombre-Bestia se pervive de fondo,
aliado con sátrapas sociales, sus consejeros
de Leviatán al pie de la cabecera,
igualmente indeseables en la madrugada
o en ritmo diurno con los castra-raíces,
mutiladores de rústicas inocencias
como la de los salvajes de noble aliento
que apenas aprendieron a vivir en las ciudades
y este mundo que juzgaste desde el Castillo de Lacoste.
... así es Juliette, la calculadora,
imperativo categórico inicial de hambre caníbal,
razón hecha venganza y escepticismo delirante
por tanta miseria irredimida, Domingo de Pascua
con Rose Keller que desde Arcueil acusara
«que hay que huirte o tirarse por ventanas
o altas torres cuando estás cerca»
porque, si algo mereces, no es ternura
ni sexo, sino encarcelamiento, jaula
en Château de Saumur, prisión
como entonces y siempre.
6.
¿Quién instauraría, si fuese posible, un Orden Social
reconciliador cuando la Razón tan amargamente
grita sus tajantes desprecios de todo a todo
y la naturaleza sensible y libidinosa
aún da alaridos por verse en carne viva?
¿Quién si la historia acumuló en sí tanta negación
de la bondad innata? Que nada queda, nada, nada...
sólo este cruento Reino de Terror.
Y tus textos transgresores por legado
para que cómodamente las Dworkin del mundo
te llamen Sade odioso, goza-putas, golpeador
de criadillas y epítome del posesivo macho,
Marqués marcado de sadismo amacharrado.
Precursor de los nihilistas,
negador de los valores cristianos...
¿Pero qué valores? ¿cuáles
la aristocracia tuvo que en tí mismo
rechazaste? ¿cúales tuvo
aquel materialismo europeo antes y después
de Rousseau o de Hobbes?
7.
«Donatien Alphonse François, are you
the freest spirit that has yet existed»:Guillaume Apollinaire
Cómplice es tu mujer de lo que haces
y cada país con su mitología de afrodisíacos,
casi venenos, casi licor, todo el mundo mintiendo
sobre cómo se haría intenso un orgasmo
y el llanto tornado en muecas y en frenesí glorioso
pese a la angustia, la incertidumbre
y toda dependencia y temor a castigo.
¡Qué prematuramente te capturó la angustia,
Donatien Alphonse, reo en la Fortaleza de Miolans
y qué lindo se siente escapar y volver a Lacoste
con empleadillos cómplices que aman,
como tú, las orgías y Les 120 Journées de Sodom
y les voyages d'Italie, qué afortunado
que una bala de un padre disgustado no te ciegue
la vida cuando vindica el honor de la hija
que robaste, qué prematuranente triste
que no puedas ser libre para gozar impunemente
y que caigas en prisión en Vincennes!
Te condenan a muerte, pero qué interesante
e idónea es una celda en que puedas
conversar con el Conde de Mirabeau
y se contagien el erotismo, aunque sólo los vinculara
en rigor la Revolución, Francia y La Bastilla
convertida en símbolo de muerte y de revolución
porque allí si que se mataban los prisioneros
(sumados a rebeldes verdaderos y ladrones,
lo mejor del jacobinismo roussoniano)
y La Bastilla resumía la injusticia y miseria de la nación...
¿Serás de veras, Donatien Alphonse,
el libertino más sagaz, salta-colchas
con el espíritu más libre, serás el menos demente
de todos los que han pasado por los manicomios
con una canción amarga de libertad
y una dosis apetitosa y violenta de sexo?
¿Saludarán en tí el existencialismo radical
las futuras feministas, unas
como Simone de Beauvoir
o a 150 años de surgir la doctrina freudiana
neo-góticos rechazarán que veas
el patio trasero de las causas,
la conducta subyacente de todos los motivos
en el pan-erotismo,
el sentido de lo humano?
<>
Los leprosos
... the case of the Dark Age of the 14th Century, created by Venece, with this great bankrupcy which ocurred then, which destroyed one third, at least, of the population of Europe: Paul Gallagher
Los leprosos han entrado a Europa.
Son cruzados de la Fe, intrusos,
penitentes, ermitaños, soldadesca,
y más celosos que la Inquisición
de Tolosa han sido
al haber prometido más...
Que lo serán hasta que mueran
todos los chipriotas infidentes.
... porque no hincaron sus rodillas
ante los Caballeros de
la Orden de San Juan y Jerusalén.
Los leprosos hundieron en su pecho
sus manos; se probaron más rudos
que con espadas en combate
contra la morería.
Por fin, hedientes y carcomidos
de pústulas descubrieron
sus cinco dedos de porfía
y han callado su llanto
y vagan
y aún cantan y bailan
junto a derviches persas.
2.
Un Gran Aleluya vagabundea
en el norte itálico y al sur,
donde abundan los hijos mixtos
de Lombardía, atribulado, alguno dice:
Oh, Dios de Sión,
¿qué hicíste con mi mano;
por qué pagas con lepra
mi alegría, si te he servido?
Con la pluma de ganso se decreta
tortura, la Inquisición la autoriza.
Por ahora, no hay lamento en Italia.
Otra Mano hay, consoladora,
la Invisible.
Este es el boom mercantil-industrial
de sus ciudades y del noreste al centro,
llueven florines de oro, certeza sensorial
no necesariamente caída
desde el cielo o los dominios complejos
de la verdad real, humanitaria y segura.
Los gibelinos de Florencia matan
a güelfos enemigos, impíamente,
y ls aristotélicos de Aquino cantan
y cantan: Credo ut intelligan.
13-09-1995
<>
Los dos Montes de Isidore
«¡Yo utilizo mi ingenio para pintar
las delicias de la crueldad!»:
Les Chants de Maldoror, 1869
«Hice un pacto con la prostitución para sembrar
el desorden en las familias»: Isidore Ducasse, 1868
Siempre ha de buscarse la Aurora.
Mal dormirse en el horror de perpetuada siesta
es la noche, maldoror de trunca madrugada
porque la Luz es satánica y lo constante
son bestiarios de terror, injusticia y guerra,
esas las visibles huellas bajo las estrellas,
esas las que son palpables bajo la luna
y se lamentan.
Abre tu boca de automático desplante,
Lautréamont, saca bestialidades atroces del corazón
de la noche y haz espacio a la Aurora de Maldoror.
Que la escritura se desate sola y digan que el Conde
mentiroso, alma pupilaria tuya, vio al impúdico dios y le dijo
'animal antropófago me hastías' y empezó a echarle
tiros como con su pistola, seis cantos disparados
arteramente a quemarropa, Isidore, pandillero
a la edad de 22, antes de Rimbaud, surtidor de visiones
del horror o hallazgo sentido en el sinsentido.
Mas van buscando iluminaciones,
ustedes satánicos, luzbeles en temporada
de infierno, condes malditos de lo surreal.
2.
¿De qué mundo hablarías tú sino de aquel atrapado
debajo de la Aurora, la era de Mal d'aurore,
noche oceánica ---cráneo dentro y ---cráneo fuera,
con su «inmensa magulladura sobre el cuerpo de la tierra».
La noche necesaria para copular con tiburones
y ballenas y con perros que ladran al infinito.
La noche en que llora el junco y habla la piedra
y los dioses y los ángeles son gigantes
de uñas largas y feroces, cómplices de epidemia,
raíces de contención, amargura y disidencia.
¿De qué puede alimentarse el hijo de un diplomático
en tierras como éstas, lejos de Montevideo,
sino de clases nobiliarias presuntuosas
y piojos parasitarios y deestripados gestos
en faunísticos ambientes cortesanos,
tanto que ha de quererse
Conde Lautréamont, algo así como un luzbel,
«Y yo, con alas de ángel, inmóvil en los aires
para contemplarlo» todo, con la misma insania profética
del Manfred de Byron, el Konrad de Mickiewicz
o el Fausto de Goethe, héroes del maldoror,
testigos de un dios divino en el burdel
de un sobrehumano asesino que seduce
a Dazet y al efebo Mervyn, haste ese final de Panteón'
tras la columna de Vendôme... ¡qué inútil protección
que se muera así como tú, adicto,
compulsivo consumidor de angustias sentimentales
y desdicha y mala voluntad sin grata
aprehensión de lo sublime!, .porque se está
en la noche con excesos en la sombra
y lo numinoso, con guerra de opuestos imposibles
como la tiniebla y la luz... y los creadores de ultratumba
son nefastos, pero se llaman divinos.
Son lechuzas de asalto con tu alma en pederastia
y ojos opalinos sobre un pozo de escondidas tarántulas,
¡ay, condecillo del opio! profeta del Otro Monte
---l'autre mont ---, donde el Cristo y su Dios
no van, mira qué lejos se está del infinito
desde el barrio parisino de Montmartre,
mira los diez ejemplares diez balas en el costado
de Dios que duelen como flores malignas
de Baudelaire...
3.
¿Pero que víste, Isidore, al otro lado
de la Aurora, alto en el Monte de Ti que te fuíste
de 24 años de edad?, a prisa y corriendo,
Isidore, defraudado de cuanto se llama
la inquietud de sí como eje formativo y corrector
del carácter, actitud general, relación consigo mismo,
la inquietud de sí como privilegio estatutario,
la cuestión del ser del yo del que hay que ocuparse
a fin de determinar el yo como alma –
o el alma como sujeto de acción –
o la necesidad de un maestro de la inquietud.
o la inquietud de sí como autoconocimiento...
o que víste? que no sea lo que yo también ví
como Alcíbiades en búsqueda
de algún Sócrates por genuino maestro...
5,200 negros ahorcados,
mutilados, quemados en hogueras
y la chusma de 1890 a 1960,
justificándolo, lo ví y me habría largado también
antes de conocer a dioses de la Noche
de los que trajeron viruelas a las Indias
y en la persona de «(...) un negro con esta desdicha»
se planta en estos reinos ) y mata
a 600,000 indios... ¡ay, en la Noche de Maldoror
los conquistadores consarampión, gripe,
peste bubónica son mi fiebre amarilla
y malaria para la Aurora
y profetas de espinaje para la CIA, KGB,
MI-6 británico, o la Mossad israelí todo ángel blanco
del reino del Otro Monte
Benjamin Franklin hecho de pilas luminosas
John Jay para Otto von Bismarck,
Wilhelm Stieber, mercader de ídolos
y pornográficos articulejos entre tropas enemigas
del burdel bajo el cielo que llaman la Humanidad.
4.
¿Qué inteligencia recaudas en los Cantos del Maldor
que sirva a esta Guerra Fría cuando se apetece
expresionismo abstracto, inopinante bisutería
de Jackson Pollock? Tuyos son descarnados ecos
que E. Howard Hunt no vendería, tus Cantos son
diez ejemplares, dolientes maldiciones...
y ahora los que vale son síquicos en contrato
para manipular el mundo a control remoto...
y el opio debe conducir a una modorra que silencie
su asco, ascos como el tuyo, náuseas
como las tuyas...
¿Qué lugar se te dará, Isidore, condesito
de folletín rocambolesco, cuando se comiencen
a descodificar tus claves secretas y artimañas
y se te vea nombrar lo encubierto del mundo
sin necesidad de espías, traidores, informantes
o parejas escandalosas como Verlaine y Rimbaud,
que apenas adivinan lo que dices,
porque andan perdidos como tú en el opio...
<>
Estéticas del hombre pertinaz
A León Blum
Y yo, ser social que sin el otro
no me siento mío, sin el poquito de su amor
que me anima y con que distribuye su movimiento
hasta mi paso, me humedezco en la sangre
que derraman los nuevos opresores.
Por eso el nihilista chabacano se sonríe
y un hombre del Vacío se conduele
y un humorista, con dientes afilados,
se jacta de su fe y subido a la tribuna del patíbulo,
finge que recuerda que las cosas no cambian.
Que hay principios eternos.
Circunstancias inconmovibles.
Providencias entregadas a la mano,
fiadores de virtud y perfecta sociología
de condiciones, hoy violentas e ingratas.
Hay hombres eternos que son
biografías emersonianas, héroes weberianos.
Hay garantes sociales, históricamente inmutables
y justos. Son quienes oncluyen que los medios
de producción ya tienen dueños.
El capitalismo y el libre-empresarismo
son sagrados. Dios es el bendecidor más providente.
Uno (es): el extraviado, germen del pecado original,
uno por terco, por no ver la ley común,
por eximirse del Karma y no dar al César
lo que es suyo, es el ignorante.
Uno, por pertinaz, el que no quiere enterarse
que el capitalismo es eterno, intocable, imputrefacto
y en él, no se haya otra cosa contenida,
que pueda ser llamada principio disolvente,
encadenamiento de procesos antagónicos
es el imbécil, el irracionaloide, el locario.
2.
Y yo, tan terco, que digo que las cosas
son lógicas, dialécticas, cambiantes;
yo, hijo-hermano heraclitiano, que testifico
que en el espacio-tiempo, el mundo vivencial,
el ente instrumentalizado,
todo lo que es visible o invisible, en su desarrollo,
manifiesta el movimiento y el cambio,
veo a los apagadores de luces de las calles,
cantan a las tinieblas de los dioses
del Progreso del Espíritu
pero quitando la luz de las ideas-materializadas.
No se quiere el choque de una Idea inmutable
con la idea que salió de las Cavernas del deseo
para hallarse en lo objetivo, desenmascarada,
harta de sol y luna; y yo, tan terco,
me enojo con el falso lamparero. Lo confronto.
El evitará la lucha, sofocará la crítica, impedirá
la agonía. Socialmente, él se el benigno.
Sólo quiere el reposo, la quietud de las ánimas,
la noche que no abre el día, porque alega
que el mundo es ciego y, si hay luz, derpiertan
los demonios, se moviliza el combatiente,
se desacraliza lo sagrado.
Y me dice, con ese humor que es un resabio
de las risotadas, que él es humanista
y ha visto dioses formados con gránulos atómicos,
extrafinos, subjetivos, casi tersos como sedas
de piel en las sendas del Olimpo,
que no pueden ser mirados desde las imágenes
que nos dan los sentidos.
La existencia objetiva no ha de ser cognoscibe
por los sensualismos de Hume
o la prelógica propedéutica
del sofisma de un primate humano.
Y yo, tan terco, alegando que las ideas
no pueden existir en el vacío
y que el ser es la materia entitativa
y el espíritu, energía, su fino resultado
cuando irrumpo en Das Momentum.
<>
Diálogo con Nietzsche sobre el Anti-Cristo
A mi hermano Federico (1844-1900)
«¿Cuál es el único ser que genera una necesidad de evadirse de la realidad inventando mentiras? aquel al que la realidad le produce sufrimiento»: Friedrich Nietzsche
Tú, mi más profundo cómplice,
Federico de mi alma y de mi cuerpo,
espejo conscientivo, amado: no intuyo
mi Anti-Cristo sin respeto porque me dialogas tú,
insoslayable acusador de mis equívocos.
Nunca te juzgaría con inquina ni creeré
que justificas un rencor contra el cristiano
cuando es ingrato, estrecho, sumiso y paulino,
regodeado en la moral esclava de sus ojos
que ya no quieren ver o sus oídos que ya
no quieren oír porque son resentidos de fondo
y la inquina les conviene a sus amos.
Agudeza fundamentadora tienes para avizorar
el übermensch. Un hombre nuevo sacado
de las cenizas del conformismo.
Con desahogo de altura me sacas
de ese mundo de agachados, trasmundanos
en rodillas, que sirven a instituciones
que imponen sus creencias a la fuerza
y olvidan que lo Sagrado, como todo conocimiento,
a sangre y fuego no entra. Fastidia el ser,
nuestro Ser, por lo menos.
2.
Gracias por devolverme a la muchedumbre
porque, como dices, «su contacto endurece y pule»
y la soledad no me ha servido sino para ablandar
mis carnes y pudrir mi consciencia.
En soledad he creído que la crueldad no existe,
que estoy libre de ella, que la olvidé o esquivé
aunque siempre ha sido «uno de los placeres más antiguos»
que la humanidad cultiva; pero escucho, detrás
de los muros de mi confinamiento, los gritos
de esclavos y hambrientos de felicidad,
masacrados por quienes apenas sé
las señas como quienes los ultraja y castiga.
Y son esos espíritus turbios que pozan
como profundos y hablan sobre los pecados,
miedos y culpas de la plebe para instaurar al líder
o emplazar al Mesías a que venga
y los perdone; redentor que nunca llega.
Gracias por decir que el mundo es una lucha
contra monstruos, donde se explota el lado salvaje
(lo humano impuro, aquel donde las pasiones
son raíces), pero también me dices,
lucha como un guerrero prusiano
por que no ataquen la vida de raíz:
especialmente, la Iglesia que es hostil a la vida
y no seas como ellos, los monstruos.
Evita convertirte en uno, porque es lo más fácil
para quien odia y teme y no quiere morir.
Mas, hermano, «es preferible morir dos veces
a hacerse odiar y temer».
3.
«La madurez del hombre es haber vuelto a encontrar la seriedad con que jugaba cuando era niño»: Federico Nietzsche¿Quién te juzgó tan duramente
que dijo que eres un misántropo, odiador,
satánico, el peor de los hermanos,
¡ay! a tí que eres como un niño,
siempre original, fresco, a quien engaña
la mala memoria de tus años y te gozas,
juguetonamente, muchas veces de ver
las mismas cosas.
Tú, entre el límite y la exuberancia,
eres mi conciliador entre Apolo-Dioniso,
entre la justicia y la timidez
porque no quieres herir a nadie ni mortificar.
Buscas la victoria de lo Bello sobre lo Enorme
entre lo habitual del Genio torpe
y la norma envileciente de los dogmas,
y por eso eres pagano y te veo en muchedumbre,
dionisíaco, y revalidas a esos seres que te escuchan.
Tienes tu Lira, poeta.
Y una canción tan búdhica
que el Concilio de Nicea, bajo la protección
de Constantino, no te entiende ni la vida monacal
puede darte modelos ni la vida entendida
como aquella que teme al castigo,
por lo que admite el bautizo obligatorio
a fin de eximirte de pecados; tú no encajas
en la visión de Carlomagno
ni en la falsificación paulina de la doctrina
de reacción a la angustia o la culpa,
o la vida en penitencia para cualquiera pretensión
de redención. No es que seas un sátiro
ni endemoniado ni idiota dostoyevskiano
ni solitario a lo Tolstoi ni Jesús de Renán
ni siquiera socrático o epicúreo.
Eres el bendecidor que ha dejado de orar,
exaltado en aras de movimiento creativo
y te han dejado solo quienes se agitan
con espíritu de venganza y negación,
nihilismo pasivo como los cristianos
que escupen sobre el Islam o la Torah
con necio remordimiento
porque no sabrían cómo vivir
con la Verdad y, ¿qué verdad?
si la mentira más común es aquella
con la que el hombre se engaña a sí mismo
y engaña a su subjetividad y echa contra otros
la estupidez de sus rivalidades
con el sólo resultado de volver al vencido,
rencoroso... hasta con el idealismo
nos engañamos a nosotros mismos
para posar de conformes y descuidar el futuro...
4.
«Lo que no me mata, me fortalece»: Federico NietzscheMe dedicaré, hermano mío,
mi más profundo cómplice,
Federico de mi alma y de mi cuerpo,
a responder sólo aquello que comprendo
y a disfrutar más que a creer.
Apreciaré más la semilla que el fruto
porque sin semilla posiblemente el árbol
se pierda y nunca más veré sus raíces
ni podré disfrutar su fruta prometida.
Gracias, Federico, ahora sé que el disfrute
es más profundo que el mero hacer
con enunciados logificados conocimientos.
Amaré lo que la Naturaleza tiene de trampa,
no sólo para dar gozo, sino para no extinguirse.
Bendeciré el sexo y cuando me sienta sufridor
inventaré la risa, amaré la vida que me acostumbra
al amor, no la daré por sentada, por gratuidad
o rutina, no la esconderé en la fe
si ya le observo la esencia.
Diré, como te enseñara
Schopenhauer, que el dolor no se justifica,
pero llega inevitablemente aunque no se quiera.
«... pero si éste llega y trata de meterse en tu vida,
no temas; míralo a la cara y con la frente bien levantada.
Se debe morir orgullosamente
cuando ya no es posible vivir con orgullo».
Voy a reirme, no de Jesús ni del Cristo,
sino de los paulinos y los moralistas nihilistas
que odian el mundo e hipócritamente dicen
que lo aman. Ellos son los simulacros
y sepulcros blanqueados.
Hoy sentí, leyendo tu gaya ciencia, que los anticristos
existen y, en mí, se personan como seres maliciosos
(metáforas que tienes para nombrar a la risa).
Un anticristo entró en el dormitorio donde te leía,
apagó la luz y me dijo entre risas: «Descansa».
Duerme con la conciencia tranquila.
«Diez veces por día debes reír y regocijarte;
de lo contrario te molesta de noche el estómago,
el padre de la gran aflicción».
26-5-2005
<>
El sacrílego
Me llamaron el sacrílego / utopizante
y sólo dije, donde se pueda oírseme
clara y poderosamente que el hombre cambia,
así como lenta, gradual y dialécticamente
cambia todo... cambia
la espiga de trigo y cambia
el grano de mostaza.
Cambia el huevo y la gallina que muere,
cambia la vida y continúa en la muerte...
pero me llamaron sacrílego.
Y fue poco lo que dije:
Que las revoluciones son parteros necesarios
y el dolor existe, pero sabio es
por precario y más sabia la alegría
que vence el odio, lo doblega antes
de que se descubra el miedo, la amenaza,
la codicia, la naturaleza amarga de los luchadores.
Dije que el alimento es bello,
siéndolo mucho más porque se ha sufrido
de hambre, o de sed y por falta de abrigo.
Soy injuriado cada vez que subo
a revaluar la esencia de ese dominio
que hoy ví desesperante y definí,
como si fuese adivino:
poder caduco, estéril.
No por siempre llamaré su sociedad
y su dominio, malditos.
Empoderarse es necesario
e imprescindible.
<>
Del desasosiego de mi hermano Fernando
«Puse en Caeiro todo mi poder de despersonalización dramática, puse en Ricardo Reis toda mi disciplina mental, investida de la música que le es propia, puse en Alvaro de Campos toda la emoción que no debo ni a mí ni a la vida (...)»: Fernando Pessoa
1.
Yo quiero algo de mí, mi fondo, Fernando,
mi mismidad, aunque no me guste,
mi dolor, si es preciso.
No quiero otros nombres,
nombres diferentes a mi misma persona.
El nominalismo no me aporta nada
ni otros personajes cosa alguna
si no arranco de cuajo con mis propias uñas
lo que tienen mío y les doy en desafío
mi propia cara.
Yo no me educaría con el «saepe noster»
si «a menudo, uno de los nuestros» es el pasado
con aquellos padres antiguos que no soy,
que ya no vale ser pues nada dieron
ni con aquellas doctrina de élites
que se volvieron rígidas, envaradas,
con estoicismo tal que intensificaron
la perturbación de mi dolor y mi psiquis,
¿para qué me engaño yo
pretendiendo ser alguno que no soy
o alguno de ellos?
Fernando, la heteronimia no funciona conmigo
por más que quiera vestirme con el karma.
Me molesta el alma que no rasca el presente.
No puedo yacerne en la Stóa poikilé de Crisipo
ni alojarme en Pórticos pintados del ágora de Atenas.
Quiero este fango raigal de mis huesos primarios,
no heteronimos, quiero un ángel que me tuerza
el muslo y yo aferrado a él, evitaría
que me detenga el paso, o me prohíba el equívoco
de mí, si es que yo soy el equívoco...
y yo sé que no soy Lord Byron ni nada inusual
me origina aventuras; pero esta mediocre mierda
de mi vida es la mía y sin adorno la quiero
hasta que aprenda a aborrecerla
o amarla. Antes no, Fernando.
2.
Despersonalizarme no,
un cosmos ficticio que sea mi eje
no quiero y todas mis sensaciones que sean
mi inquitud si estoy perdido y no valgo.
Ciudades inventadas no quiero.
Que sufra yo con mi geografía
lo prefiero, desarraigo no ni nihilismo...
aunque me sobreabunde la histeria
y las neuras y el carajo, misántropo no,
aunque no ame lo suficiente y me coman
los odios, porque alguno tengo.
No puedo ser Diógenes Laercio, el cínico.
Puede que no ofrezca a nadie ningún programa
de vida válido; pero husmeo en mis fondos
y a mi fondo lo quiero, aunque no sea claro.
Toda mi inteligencia selectiva es para el hallazgo
y no sé si habré de construir una verdad
de mí, la vida es sólo mi tanteo
con mucho de incertidumbre y caos,
pero así somos todos... y nos asusta a menudo
«a estreiteza de una só personalidade,
de uma só naçao, de uma só fé».
Y toda constante recepción de lo nuevo
y todo asombro ante el acto
de tener que empezar, sin garantías..
3.
Y puede, lo sospecho, que exista un más allá
(el absoluto) que hoy es ajeno,
y una aparición de la otredad que nos convoca,
seguro que la hay, pero en mí no es Caeiro
ni Reis ni Campos ni Bernardo Soares
ni puede ser otro hombre, si no el que soy
y no una máscara que se me pega
a la cara, aunque no quiero...
a ninguno que no sea yo querré
ir a confirmarlo, diluyendo mi yo
o la identidad que tengo.
Fingir no conocerme, ser otro, no puedo.
Disgregado no me quiero,
ni por un gran Yo filosófico-uniabarcador,
totalizador, impersonal y supremo
aunque tal vez, como tú, vivo dialógicamente
hablanndo con los otros, con Nietzsche, ¿sabes?
con Schopenhauer o Kierkegaard,
con todos los adoloridos, los solos,
hasta contigo, Fernando.
pero no son heterónimos de mí
ni enigmáticas máscaras.
Los siento tan humanos, conmovidos
hermanos míos.
Como tú, cuando dices:
«Tenho neste momento tantos pensamentos fundamentais,
tantas coisas verdadeiramente metafísicas que dizer,
que me canso de repente, e decido nao escribir,
nao pensar mais, mais deixar que a febre de dizer
me de sono, e eu faça festas con os olhos fechados»;
pero yo no creo en el absurdo de la nada,
ni que la verdad sea incognoscible
ni que le deba al mundo, indiferencia.
¡Oh, yo no soy Diógenes Laercio!
Ni Zenón de Citio... ni son mis alter egos
quienes anhelan la vida sencilla,
sobria vida, soy yo... aún en el tormento.
Calma, serenidad, sí la quiero, pero sé que no siempre
se puede. Como Séneca ante Nerón no puedo.
Con fortaleza se puede funcionar,
pero con pasiva aceptación ante canallas
no me muerdo los güevos, no si me emputan, Fernando.
Sólo así me invento egos salvajes, saco heterónimos,
aquellos que realmente puedo ser, inspiradores egos,
porque hay muchos de esos diablos o ángeles
que, dicho sea de paso, no soy máscaras
ni han vivido en países inventados.
¡Ay, tú sabes eso!
Un conocimiento hipersensible
del mundo jode. Lo muy intelectualizado,
abstracto, a priori, se transforma en tristeza,
en ideales imposibles... es mejor sentirse un poco,
no mucho, como Ricardo Reis, un poco flor
o sensación de luna, no siempre con belleza
para Alberto Caeiro... hay que ser incrédulo,
pero no en total desconocimiento,
no en estoicismo puro que es tu inconsciencia
dada como el fundamento de la vida
como tú la defines, perdidos en tu legión de egos..
4.
«Ser poeta no es una ambición mía,
es mi manera de estar solo»: Fernando Pessoa
No hay ninguna soledad en la poesía.
Soledad sería que no tengas a quien escribir un pensamiento.
Mira, cabrón, que hablas conmigo, sea que fingas
un nombre, o me des el realmente tuyo.
Yo te leo y te escribo.
Y es cierto la vida no es siempre para comprenderla
pero tampoco para tocarla a gusto, ella nos toca
aunque no la veamos. Por eso existe la muerte
cuando se retira el aliento, por eso existe el dolor
cuando no la comprendemos.
Si la función natural de la crítica es desdeñar
y dar la buena higiene del espíritu, mira que desdeño
tus nombres y lo hago porque eres, después de todo,
lo que es un portugués, hasta donde lo has comprendido,
un hombre tierno y poco intenso, alguien que habla
con demasiada consideración con los ajenos.
Hablas demás y no temes morir por la boca
como el pez y amar como ama el amor
«¿Qué quieres que te diga además de que te amo?»
Nada, Fernando, eso es suficiente
Lo que quiero decirte es que te amo
y cuando te critico, por tu bien, te desdeño
<>
Mi amigo Blum
Ortega: el hombre no es un ser insustancial;
venga conmigo, le mostraré su sustancia.
Hallé a León Blum, redactor anticlerical,
víctima y prisionero de los Nazis, y le dije:
el hombre cambia, hay un hombre futuro,
que es más que un «saco de piel»
aprisionado para siempre al extravío,
a la metafísica fijista del ser-en-sí.
No es socialmente irredimible, no,
porque sea hoy una hediente horda
de biomasa primantrópica, mi Blum amigo.
Deje usted, creyente del socialismo liberador,
de ser agente de la burguesía, no divida al obrero.
Búsquelo con fe en la vivencia cotidiana,
no lo venda al Vaticano.
No enseñe al ser
asocialidad convenienciera, cobardía, reculamiento.
Si no hay optimismo ya en usted, no sea amargo.
«A la medida humana» reacciona igual que Hitler.
Nos has venido traicionando y el hombre hecho así,
como usted dice, nos desmiente a ambos.
Contradice el principio de las identidades:
o ser-en-sí visibles, o esperar el no-ser
en la cueva de los buitres.
<>
La bruja
Me van a proteger, ay carajo, me dijeron,
del torbellino de la historia,
¡ay! porque es violenta y loca la Historia,
el matriarcado recursivo.
Es la bruja Medea, lo nuevo siendo viejo.
Ella fabrica las túnicas de hechizo
y busca un vellocino de oro, y a su amante lo dota
de recursos y lo ama, pero, quiere a su manera
(tuvo un principio, como el huevo que querrá
de su contradicción un gallo germinal,
una célula que produzca lo nuevo,
un pollo piante hasta lo eterno).
Lo que da al esposo, el visible y material mundo
de lo sido y manifiesto, es
por de pronto, poco y desafiante;
Medea, del pensamiento te pasas
al inmundo vitalismo,
y no te quieren.
Una mujer de Creusa te va a dejar
sin unidad y sin desfase;
eres el sacrilegio y la venganza,
lágrima inicial, esencia sin sustancia.
Eres un vientre misterioso, eres vengativa
cuando te vuelves ser, en sentimiento,
ay princesa de Colchis, eres trágica
cuando das en la túnica la quema del Olimpo,
el cambio que es el comienzo
de la terminación de los conflictos.
Tú eres bruja,
cambias, eres torbellino,
eres angustia.
2.
Me van a proteger de lo mágico.
Me van a llamar Jasón,
porque nadie tiene fe;
pero todos tienen ilusiones
de que se pueda reírsete en tu cara,
y mandársete a la porra
con las fuerzas del antihistoricismo.
Y tú, vitalista... ninguna como tú
tan vital y terca, dando hijos
a quien no los ama, matándolos
para que aprenda Jasón a llorarlos.
<>
Los demonios blancos
A Antonio de Ojeda, represor de los taínos,Hay que soñar, por eso salíste a la luz,
primer torturador del Caribe
dejaste la caverna; en puntal de lanza
víste el sueño de habitación sublime
y madriguera sana y salud
de tus huesos... soñar es
la ética práctica, la voluntad
de ágape y futuro;
pero las mimes cayeron
de la sata oclocracia de los desalientos
y, para poca salud, más vale morirse.
Te dejaste matar y en comerte
la miseria sucumbíste.
Dejaste de soñar al comulgar
con ruedas de molino: el invasor
y el perverso y el que incensa
la oblata con decoro de linajes
de jaurías y mirlos blancos y elefantes
de colores y zorras con dos rabos.
En Majaguana y Urabó,
dejaste de soñar porque se fue
Caonabó, cacique de tu alma
y sol preclaro, y no supíste
comprender que fue cadenas,
torturado, por los demonios blancos.
08-21-1988
<>
Amonestación a Gilles de Rais
No te puso él, el Sol que prepara
en ringleras la vida, a ramal y media manta.
No te dio miseria ni retablillo para recogieras
pajas de las eras. Te dio olivares de Samaní
y en las mañanas de Tiferet,
salud, alegría de la vida.
Te llamó a armonía, a balance,
a su gran visión y como amabas
a Catherine de Thouar, no te dijo
ráptala, sino ve por ella y profetízale
un amor inmenso.
En casa de rey te puso
con Carlos VII y Mariscal de Francia
fuiste porque el Sol que prepara
las ringleras de la vida, quería
que alcanzaras el Secreto,
el que los Magos alcanzan en su luz
cuando dicen la Tierra es sagrada.
Y ella murió y te dolía
que no la amaste con la intensidad
que habías prometido.
En su lugar, preferíste la Fortuna,
no la que es por el Sol de Tiferet,
sino la que lleva a tuche y del alma
hace un jorro, no hija de Sacerdote.
De tu Ego hicíste un simulacro,
nigromante. Entraste a laberintos de perdición
y aún decías: «Amo la música, los placeres,
la Tierra sagrada, y defiendo la Libertad».
Te apartaste del Cerebro Oculto
y del útero que brinda alegría
y cuyo fruto es bueno.
Echaste mano de un retablillo
y recogías lujuria.
Mas quien te creó lanzó un gancho
de su amor y te puso como lugarteniente
de la Madre de Francia.
Ella por la Libertad dio la vida y habló de Vav,
la conexión del Altísimo, que es el sol
que prepara las ringleras de la vida
y el primer Estado confecciona
para la trascendencia.
El te puso en las tiendas del Arco
y víste la hermosura de la Doncella de Orleáns
y fuíste su lugarteniente... ¿Será cierto
que amas lo sublime? porque Juana lo es.
En medio de la guerra, la viste.
Gancho de redención tiró él
cuando dolido estabas por la muerte
de Thouar... «¡Qué hermosa es la campesina!»,
decías, aunque ella vestía de varón.
Como Diana es, como Démeter
que juega en los trigales.
Y su boca era un rayo contra el error
y las prisiones. Juana fue la historia
en su afán de romper la esclavitud
y el yugo de las imposiciones extranjeras.
Entonces, aquel que da las rupturas necesarias
y gira la Rueda del Destino, movió
las fuerzas con energía que no esperabas
y preguntó: «¿Por qué te decidirás, Gilles de Rais?»
... si fama y riqueza no necesitas, ¿qué?
Quien prepara en ringleras la vida,
te dejó que sirvieras banquetes,
cenas para los poderosos,
que dieras bailes
para que exhibieras tu garbo,
tu elocuencia.
En la suntuosidad hicíste casa hasta el despilfarro
y hablaste de pasión y de sabiduría... y él lo permitió
porque a ramal y media asta no te quiso
con tal de que protegieras a Juana,
la doncella de Orleáns y dijera al Delfin:
Hija de Sacerdote es, alma bella,
digna de las naciones, princesa es
de la Libertad; pero, a ella la atrajo
la boca de su Dios, el poder-ser de la Muerte
y los ángeles que le hablaban la llamaron
a sus mundos, el que es Porvernir
de recompensa. En cambio, tú dijíste:
«Quiero la vida, aquí y ahora. El mundo
es placentero y lo será aunque ella falte.
Con mis libros, con la música,
con galas de todo lo que es hermoso,
yo buscaré mi placer y desafiaré a quienes
han dado muerte a esa niña, mi adorable Juana».
A ella la prendieron en la hoguera
después de humillaciones y presidios.
De ella se burlaron y cometieron en su cuerpo
infamias, porque dijo que es virgen
y que, por su boca, Dios declara Libertad.
«Odio a los que te quitaron la vida,Juana,
doncella mía, yo te vengaré».
Y el que a él no puso a recoger pajas
de las eras, el que en palacio de Carlos VII
sirvió y con espada alcanzó fama y rango,
anduvo como perdido y la angustia
hizo su ego monstruoso.
En recámaras de su palacio
hizo profanaciones, bebía sangre,
y entraba a barrios de miseria
para buscar niños hambrientos
y elegía a los que, pese a su palidez
y flacura, pareciesen sombras de Juana,
la doncella que amó, trasunto de su hermosura,
Juana viripotente, enérgica,
Juana de nalgas calipigias y senos duros
(a los que ningún varón, so riesgo de la muerte,
besó); pero Juana no existía más,
Juana, puñado de polvo y ceniza...
<>
Profecía a los infanticidas
Y tú que tomaste el dolor demasiado en serio
y con la paz de espíritu hicíste añicos...
mataste, Gilles de Rais, mis palomas
y mis niños santos, infanticida.
Tu mundo asesinó a la Madre Fértil,
pero tú asesinas a la generación
de mis semillas sobre la tierra.
Traicionas a quien no dejó que tomaras
retablillo y fueses el obrero que limpia
las eras. No quise que te entendieras con dolor
y buscaste la paja y a la semilla quemaste.
Y tú, que dijíste Venganza, el más serio
y luctuoso de los dolores y tú,
que dijiste Depresión para autoderrotarte,
mariscal del pesimismo, y Yo, que perdono
hasta los buitres del miedo: ¿qué haré contigo
si no eres valiente y al Giro de la Rueda
maldices? ... no miras atrás si paciencia
exhorto cuando digo: «Espera y calla»
que no hay oportunidad al azar.
Giro para traer la Mano que atrapa,
retiro el rigor, y la mano se detiene y salva.
Yo sólo pido eso. Espera la Mano
que atrapa y detiene el giro del infortunio
porque la Mano de mi ángel
siempre envío al Monte de Moriah
y el hacha de sacrificio se bendice en la ofrenda
de Isaak... ¿por qué la Mano rechazaste,
tú, a quien dí la visión de Francia?
¿Qué has hecho que dices que no hay
libertad en tu mundo?
La Libertad es el afecto de quien dice
No al egoísmo, libertad es que la consciencia
en lo físico no quede fragmentada
y van 200 niños a los que niegas su kelim,
caníbal? ¿Dónde dejaste, a quien díste
las virtudes de tu alma? porque yo te mostré
la hija del Sacerdote, la bruja de las edades,
y te dije tan claro su nombre y te dejé
frente a su tienda, en medio de ejércitos
de libertad y resistencia... te dije su nombre:
Juana de Arco, la alegría de Francia,
la inspiración futura y eterna
para tu inocencia...
... pero he aquí, que en la hora
en que giro la historia y pruebo en el éter
a los que alegaron: «Somos leales»,
y debajo de los cobijos hablaron,
no hay Shiflut, humildad,
no hay sinceridad,
no hay misericordia,
no hay verdad,
no hay amor,
no hay fe,
entonces, zaramullo,
para nada me sirve tu Alma,
porque la escondes en Tinieblas
y te comes la carne de mis semillas
y violas la santidad, asesino.
<>
La jeta del Nadie
... these are characters, who have a quality we rightly call Satanic... A Satanic quality, the man who lives to be evil, who thinks of himself as evil; who intends to subject the world to evil, by means so ugly, crimes so horrible, that nobody else thinks they could do it: Katherine Notley
Sepan que Satán es el Caos
sin verdad, el Ente inexistente,
vacío, ininteligible vaho,
ausencia de palabra,
jeta del Nadie,
espectro caprichoso
sin lumen naturale.
Sepan que Satán ni estructura
ni sentido sustenta; Satán
es macacoa, mierda de changa,
ausencia de proyecto.
Sepan que la Nada existe
en la forma del gamberro insidioso,
sin amigos, sin libertad, atrapado
en su caducidad amarga.
<>
Marsilio, la changa viene
a Marsilio de Padua (1290-1343)
Todo fundamento procede de la Existencia,
todo sentido depende de ella: Martin Heidegger
¡Pero se nos caga en Su Nombre!
con lo que no tiene esencia,
sino su abismo, tan crédulamente
internalizado en nosotros,
por ausencia de amor
y ser-para-sí profundo!
Nos cayó la macacoa, hermano mío,
Marsilio, la changa viene y caga
y funda el pesimismo
y su tristeza lacerante:
el miedo extramundano.
<>
Y esta peste de infiernos
Y la causa de los tories y oligarcas
hijos del Don Nadie y de la Nada,
satura en majadal de estiércol
nuestras vidas y el falso Consolador
se asoma a pervivirse.
En posesión y avaricia, Satán
engordó como ácaro, ciego
a todo amor y solo.
Vida auténtica no ha de ser
esta rasquiña en la piel
y la peste de infiernos
y el miedo, quitasueños
y las figuras sintéticas del eco.
¡Cómo nos adormecen, hermano mío!
Tan tempranamente acusaste la tiniebla
del no-Yo y olvidamos: los satanes
son ácaros, bestias, chupasangres
sin mundo, artificios de las sabandijas,
discretos bichos raros de lo oscuro.
<>
Adaptación natural
a Charles Darwin
Un día se fue por rumbos de peligro
(¡ay, ese dios que se va y viene!
pero siempre regresa más divino)
hacia los sequedales y vio el dolor
del cáctus y las ortigas y el tormento
y, aún cuando supo sobre el éxodo ingrato,
bendijo su partida, su huyilanga ad nútum
y, al regresar, aprendió a paso de tortuga
que lo bueno es más agradable que lo malo
y se hizo duro como piedra y terco
y a la condición del suelo
llamó cimiento del sustento
y levantó las bellotas del camino
y supo que hay cosas dulces
en el fango y lo amó más
y el dios y el hombre comprendieron
porque hay, por el contrario,
los que no aman y maldicen
y pagan su dolor en karma
con cuchillos y aguijón
y son ellos, los mimes,
sangüijuelas, ácaros
del Erebo.
<>
El primer hachazo
El primer hachazo
se da en un trásito de hienas
y lo ejecuta una Vieja corpulenta y grave
que ya estorba. El filo del arma
ha pedido sus apéndices carnosos.
Punzante, meterse quiere
(ese cuchillo, hoz, daga, sable)
en su pescuezo de mamella.
Tirará su cabeza como lonco.
Bajará al cuello donde la sangre
fluye como galachos
desde su altura de palmera
por cañas resistentes,
arteras y nudosas.
Ya estoy armado, Matronaza,
para tirar tu cabeza y reirme,
matabuey, de tu amargura.
Ninguno dirá: ¡Deténte!
Todos son venales, mamalones.
En tus barrios, se dan cuchillerías
y la venganza y el luto se intercambian.
En fiestas de mamarrachos,
te hablarán con caretas,
cómplices de algazara
y homicidas.
¡No ha de quererte nadie, vieja zorra!
02-12-1990
<>
Ya no resucita ni la guaja
Ya no resucita ni la guaja.
El vivo al que el hachazo dio en el lonco,
su cabeza pierde con el alma.
El pillete mamujea en la sangre y no vive.
Con el filo de la espada, ya se dijo:
Malditas sean las zorras con dos rabos.
Descreídos, los Oráculos de la Divina Botella.
El gigante se aupará sobre las catedrales.
Los virtuosos andarán a gatas
y masticarán el anamú y comerán
dulzainos yerbajos, serán como las bestias.
Al guabá litarán sus escrotos,
homicidas como Garín, hipócritas
con suerte de perdón,
como fray Juan Anacoreta.
No, ya no resucitará
la bella zorra de Monserrat,
Riquelme, la posesa, y pobre sea
en su homicidio y sin regreso.
Con el filo de la espada
ya no es posible la piedad ni la gracia.
El vivo en las cuevas del iluminismo,
si se pierde, no tendrá su regreso.
<>
La Gran Rosa y La Mina
Antes que la boca de la cueva
y los pasotismos de sus noches
su mala hostia me exhiban,
antes que yo acepte el pan
de los hurguetes y su agua sucia
que murmura, oh fuchi muerte,
recordaré con orgullo la mejana,
tu isla, Narciso López,
la Gran Rosa cubana
allá en La Mina.
Clara memoria fue para los siglos.
Hay hijos, como yo, que no olvidan
el Hacha Patria y la voz sagrada
del Todavía-No, que fue promesa.
Cuando ondeó la bandera de libertad
y alegría, hicíste luz y madrugada
y la persistencia fue tu voz:
Vive, hijo mío, todas las causas
de amor, a tierra llegan
como marinos del fondo
de lo oscuro, com grumetes
que hallarán tus costas
y en el monte, su amparo.
De tu Tizona me entregaste
su empuñadura heroica
para el Moriah del mundo,
defenderme, crecer, sobrevivirme
y es más vieja que una palma tu esperanza.
Yo te cantaré desde La Mina
con Maceo, con Gómez, con Betances.
¡Ya no importan las voces carvernarias
y fúnebres, Narciso, ni la asaz lepemanía.
03-16-1979
<>
Voces de sibilas
Entonces hablaron las sibilas
y las parcas y las moiras,
moscas placeras de tormento
y dijeron a los cráneos que laboran:
Dáme lija y tén sustancia,
muchacho, ven al templo,
extranjero, y te doy vulva, concha
y maco, Templo de Luna tengo
en el Collado de Aventura...
Me sacaron de madre
aquellas voces; yo era tan práctico,
burdo, sencillo, y no sabía
del limen y ese dolor,
magnitudes de estímulos
ni de esa linfa espiritual
con menos proteínas que mi sangre.
Te voy a dar la gracia y la mollera
y la bestia abisal de los santos.
Desde entonces estoy triste,
mecanche y lobeo al acecho
de las hembras del templo, pero soy
como malva, dócil y chiflado,
y mi trabajo me lo roban
los buitres y mis reses,
el chacal estatizado.
<>
Sacerdotes belonarios
La guerra hace los ladrones y la paz los ahorca: George Herbert
Para un pueblo que alcanzado un alto grado de civilización o de bondad moral, la guerra,
para que sea honrosa, debe ser defensiva: De Bonald
Como tres jaurías, olorosas a brea
y sorgo, a olivo, a vendavales lejanos,
se acercaron a las playas y ladraron;
desde la islita de Tortuga
les vieron los caribes;
en las cercanías de Maisí,
Puerto de Palma, Hatuey se puso
a la cabeza de valientes
y les cortaba el paso,
pero eran muchos perros infernales
y espadas de acero muy filosas
y por los visos de sus cuerpos
se numeran a los muertos y perdidos.
En Yara, con llagas y cenizas,
les vio el Guabá y Hatuey
que ya es un mártir cubierto por las llamas
y el árbol, su cruz en el naciente infierno.
Entonces, hicieron otros viajes
y llamaron a Cuba, Fernandina
y el Puerto de Carenas atrajo
a los virreyes y estos subieron
con trajes de metal, calzados
con botines de macizo cuero.
Entraron al viejo paraíso, Boriken,
Guaniguanico, avanzaron
los hijos de la Noche y el Erebo,
con perros que son lobos
de sanguinario hocico,
con asesinos que son leones alados
con cabezas humanas y que se llaman
iberos-castellanos, hidalgos,
conquistadores de cristianismo rancio,
súbditos de Fernando el Católico.
Entraron y con ellos... el alma
de sacerdotes belonarios,
el bayú de su indecencia codiciosa,
el bagazal de los ingenios
como hacienda, el atracón de sangre,
el culto a la rodilla y la obediencia;
entraron y en 75 días cayó Tenochtitlán
y treinta años desapareció
la etnia dulce y cantarina del Caribe,
se quedaron caraibas, por esquivos,
y tapuyas, nómadas, intrigosos
ya teñidos con óleo de carapa;
se quedaron piratas sin ley ni rey,
otros que bien bailan, hijos de batuque
y embelequería, los benthianos,
hombres con huesos de baracoa,
indios ladinos, bizcos, cómplices
ante gendarmes y funcionarios
de Gran Bonete y gesto petulante,
hijos de hazaña oscura...
... pero los valientes se fueron a la muerte;
cantaron sus últimos areitos,
dieron su adiós al río, subieron
al monte santo de Yukiyú,
se fueron porque ni aún la guerra
es más infame que la esclavitud
y la ausencia de gracia y reposo;
se fueron pero quedaron
las huellas de sus pasos,
fetiches de su iconografía.
03-05-1983
<>
Oubao Moin
Oubao moin, isla de sangre,
Caribe turbulento,
en cuevas de rojos ríos
me alcanzó el desamparo.
¡Más pobre que la rata
está mi geografía en regolaje
de quemón y chasco!
Con espada se atravesó mi pecho.
El imperio de ácaros, ciegos
por su maldad, sin decoro, gordos,
impetuosos, predecibles
como tupíes y caraibas traicionan.
Visitan este rincón donde la dicha
estuvo y la abundancia y el reposo;
ahora todo es rebujo y botín,
hecatombe, olor a muerte.
Isla mía, los mimes llueven
como lloros de almas ajadas,
vencidas, impotentes,
y el cielo ya no es claro.
Nos cayó la macacoa, Yukiyú.
En cáncano de mar, en escapada,
ancianos y niños palidecen,
se desmayan, y los golpean arrecifes.
Del caney secuestraron mis caciques.
En cadenas, a brujos de cálida poesía,
ví y quedé yerto; con espadas
y sabuesos a mis valientes se mata.
En carrandanga nuestro dolor
se apila y como a bobos de Coria
a esclavitud y burla, a trabajo,
a látigo, a inquina, forzaron
a mujeres y pequeños,
a los débiles por años.
¿Qué vestido queda a la esperanza
si la belleza huye, qué harapo
describe al generoso ágape
si el espíritu se apaga
como en espejo opaco?
A ésto es lo que llaman
la Hecatombe.
<>
Las hienas en «Estéticas mostrencas y vitales» de Carlos López Dzur/ Conversando sobre las «Estéticas mostrencas y vitales» de Carlos López Dzur (2) / iNDICE / Conversando sobre las «Estéticas mostrencas y vitales» de Carlos López Dzur (1) / Tercera Parte: Tránsito entre hienas / Carlos López Dzur / Estéticas mostrencas / Crítica / El ¡ay! del yo lírico-amatorio / De Teth / «Teth cumplió 33 años»: Carlos López Dzur. / En EL LIBREPESADOR / Los Alcaldes del Pepino / Los Alcaldes del Pepino /
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