Wednesday, August 14, 2013

Puerto Rico a la distancia: Una entrevista con el poeta y filósofo Carlos López Dzur


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Puerto Rico a la distancia: Una entrevista con el poeta y filósofo Carlos López Dzur



SAN DIEGO: En esta ciudad, llamada The Finest City del Sur de California, al borde con la frontera con México, hace 15 años, yo conocí a Carlos López Dzur, estudiante graduado de Filosofía Contemporánea, poeta y narrador, «bohique a ratos», como se dice él mismo. En ratos de asueto (o de su conversación más apasionada) su tema fue, como hoy es, Puerto Rico, o mejor dicho, el desafío de redescubrir el «alma bella» de los boricuas. Discute los contextos de amenazas que la encubren y el por qué decidió hacer aquí su residencia y criar una familia.

Para él, «encubrimiento» es uno de los términos más ricos, suspicaces y sutiles metodológicamente, con que él prefiere dar sus elucidaciones filosóficas y que tomó de Martin Heidegger para explicar el proceso. Un proceso relacionado al mutilamiento de la identidad y la desfiguración de su cultura. Un proceso con que se azota a ese ser que ya es símbolo y espejo mundial del sufrimiento y lo trágico. El ser puertorriqueño.

En consideración de una ausencia física de más de 25 años de la isla de Puerto Rico, con varios libros poéticos, en cuya preparación editorial estamos él y yo y que él quiere llevarse y compartir con su gente, le planteamos una serie de inquietudes en esta entrevista.

CDávila: ¿Estás pensando en irte a Puerto Rico definitiva o permanentemente?

CLD: No. No dije eso. Iré a compartir mis libros; pero yo necesito seguir acá por muchas razones privadas. Lo que pienso es que se intensificarán mis relaciones allá. Pienso que los lazos afectivos no les he perdido nunca, pese a la ausencia.

CD: ¿Por qué preferiste que una de las antologías poéticas en las que Juan Romero está trabajando se titule Carlos López Dzur y la Generación del Setenta, si las taxonomías generacionales, según ya comentaste, son como camisas de fuerza?

CLD: Tengo identificaciones con la Generación del Setenta que fue la última que sentí directamente y con la que me puse en contacto creativamente. En esta generación se dieron muchas rupturas con la anterior. Se abrieron otros caminos; pero los escritores, poetas y artistas del '60, son extraordinarios, nos dieron muchas enseñanzas y pautas a los del Setenta y han seguido creando con calidad y reflejando mucho de lo que sucede, actualmente, en Puerto Rico... Recuerdo a Carmelo Rodríguez Torres, Jorge M. Ruscalleda, Vicente Rodríguez Nietzsche, Joaquín Torres Feliciano, etc. quienes son creadores y de la generación posterior, la de ruptura, recuerdo a Ché Meléndes e Iván Silén... Estoy en un punto entre los dos primeros; pero, siempre en búsqueda de mis propias estructuras de pensamiento y con unas propuestas más optimistas porque sigo creyendo que la función del arte es mover a los hombres hacia la unidad armónica, desde la cual se pueda percibir y seguir cultivando las potencialidades del «alma bella», que fue el ideal estético de Schiller y De Hostos...

CD: ¿Qué es el alma bella?

CLD: Son un sistema de emociones, raíces del ágape y de la patria, cimiento de lo que es sublime y valioso. El alma bella es lo que las élites oligárquicas y los intereses colonialistas quieren destruir en los pueblos, con su violencia y modelos de seducción cultural y desfiguración... Hay, en el caso de Puerto Rico, un modelo de dominación y desfiguración que es de significación mundial porque, desde los tiempos de la Alianza para el Progreso, de Teodoro Moscoso, se ha querido convertir al país en dizque una 'vitrina de democracia y progreso' y, en lo más profundo del ser puertorriqueño, se presiente que eso ha sido una mentira, una inventiva metropolítica y colonialista para enviar señales de humo a todo el Caribe y, por el contrario, tal embeleco en lo que nos ha convertido es en vitrina del coloniaje y la podredumbre.

... Este asco / náuseas se experimenta a tal grado desde el sistema de emociones y la originariedad de esa alma bella que lo que llamamos las nuevas generaciones de boricuas viven, en el sentido más vulgar del término, la Maya, la ilusión de los engaños, pero con una nefasta intensidad, por la que ya no hay posible compensación ni equilibrio entre sus dolores y sus gozos. Me fui de Puerto Rico para no ver éso, después de la Matanza del Cerro Maravilla, pero eso se ha intensificado...

CD: El puertorriqueño de las generaciones actuales no experimenta el Alma Bella que le adjudicas, o que está dentro de sí, ¿es lo que dices?

CLD: Voy a utilizar el lenguaje de Tantralia para explicar eso, porque quiero ser optimista y lo soy, tercamente, pese a todo. El puertorriqueño común, que es bueno, soñador y comprometido, en cuanto su realidad social, practica una forma de sobrevivir durante la cual se induce mucho dolor. Para él, su sistema original de emociones que se tradujo en valores, aún antes del independentismo organizado de Betances, Matienzo y pasando de Albizu Campos a don Juan Mari Bras, esa Alma Bella de lo patrio, si no la ve, el puertorriqueño la presiente. El sabe que merece la preservación y el rescate. Su alma bella está encubierta, lo que significa que, aún existe, pero hay que ir hacia ella porque la exiliamos. O la escondimos. O la sobreprotejemos obsesivamente que, en algún punto, la sofocanos, no es que la negamos, pero la abocamos inconscientemente a su destrucción.

Esto me recuerda mi metáfora en torno a Lope de Aguirre para quien lo más sagrado que le quedara, una vez que fue llamado y perseguido como el Loco y el Traidor por las autoridades de España durante la Conquista, fue su hija Elvira. Para salvarla él la mató a puñaladas. Por un exceso de amor y de miedo, por necesidad de seguridad, él destruye lo que más quiso, su hermosa hija con la mestiza Cruspa.

Más de 400 años de coloniaje no han podido destruir y secar la Fuente en la Montaña, aquella donde un día y cualquier día volveremos a mirarnos y ver el alma bella del patito feo... pero, si juzgamos los signos autodestructivos actuales, las conductas bipolares, fóbicas, cínicas y decadentes, de las generaciones actuales, se puede pensar en el fin de toda esperanza y decencia político-cultural... La Generación del Setenta se escindió en aras de responder a muchas de estas preguntas y replantear las esperanzas. ¿Vale la pena hacer estas luchas por la preservación de la identidad? ¿Hay decoro detrás de esos liderazgos, unos reformistas, otros combativos y otros en desesperación y subversión, lideratos que ya hemos tenido?

... Si no hay una Fuente en la Montaña, como decía Lloréns Torres, a la que se pueda dirigir el Patito Feo, si no hay un Alma Bella, en ese sentido schilleriano del hombre con emociones educadas, moralmente idóneo para confiarse en su sistema ideal de emociones y de rescatar Lo Sublime en la teoría y en la práctica , si no hay fe en esos conceptos de moral y de estética que Schiller expuso en sus Cartas estéticas y De Hostos en su Moral social, ¿para qué invocamos patria y autodeterminación, para qué nos pajiamos la cabeza con ideologías de libertad, si ya no creemos?

... Creer en la puertorriqueñidad y en la habilidad para la autoderminación y la independencia debe ir parejo con la visión del alma bella, de otro modo es mejor dejar la lucha, orillarse y caer en ese juego que los colonialistas proponen, hacerse rico a toda costa, venderse al mejor postor, seguir en la bachata, el díme-y-direte y perder el mínimo de decencia, patrocinando la vitrina de la podredumbre... Que el puertorriqueño diga dónde está su fe, en base a qué advendrá al porvenir...

Lope de Aguirre es, en cierto modo, el hombre activo y soñador que es el boricua. El vio la Fuente en la Montaña, El Dorado de la libertad y la justicia; pero, en un momento en la historia de sus persecusiones y su propio hacer, se desesperó, cayó en el juego de las criminalidades y la despersonalización. Asesinó las cosas que más quiso, su propio sueño.

EL POETA COMO UN BOHIQUE

The bohique taught the children of the elite group. Subjects taught included social protocol, duties, obligations, mythology, and history... The bohique had cemis painted on his body. Sometimes he blacked his face with charcoal and he used tobacco, medicinal herbs, chants, the sounding of the maraca, and magic to heal:  Francine Jacobs


Al tercer día del areito,
un sabio hablaba sobre ditas y jitacas,
vasijas de la dicha, calabacín de Yaya.
Se refería al caduceo y la abundancia.
A la Naturaleza con urgencia y apetito,
al relámpago vivo del deseo,
a las rajas, a las ojas,a la kama.

Dio su nombre de mujer para el fenómeno.
Uno sagrado al mencionarla.
Nombre que a ella pertenece,
sólo a ella... Cemí del Agua.
Un guanín de luna y sol
consigo tiene la reina de lo manifestado.

El medallón se esparce entre sus senos.
Y es algo súbito, luminoso, tierno
como su nuevo corazón, visible,
terso y redento para su carne oscura. 

¡Oh, reina-diosa primorosa! 
él la evocaba: Desde siempre
te llamé Deseada.

Es como una espada
la coa que al puño aprieta
para señalar alguna estrella del espacio,
algún norte del azul firmamento.

... Háblanos más de la Mujer Tan Noble
pidieron los hijos del cacique Agueybaná
y el bohique en el batey accedería.
Cocinó las palabras de sus mitos
y las sirvió en ditas y jitacas.
Alimento y consuelo, dicha
de futuros varones de Borikén.

2-11-1979


CD: ¿No es la mujer tan noble — el Alma bella?

CLD: ¿Qué crees?

CD: Háblanos acerca del por qué, según dices, ese puertorriqueño se ha vuelto autodestructivo, en términos de algunos de los poemas de Lope de Aguirre, Tantralia y El libro de la guerra, que son libros tuyos en los que el tema de Puerto Rico se cuela de algún modo y amparan la idea del poeta como bohique...

CLD: Se puede explicar la autodestructividad en el sentido en que Franz Fanon lo analizara. Toda comunidad a la que se le sustituyen violentamente sus sistemas de valores y creencias autóctonos engendrará una violencia propia, interna y sus grandes dosis de resentimiento, que son la reacción de desaprobación sicológica a la violencia que le viene de fuera y que agrava la violencia que ya subsiste dentro. La injusticia nunca es neutra... Ni lo es la inferiorización cultural, social y política. De modo que nadie es feliz, ni puede ser sano, dentro de un sistema de premeditada separatividad, donde unos viven a sus anchas, con todo privilegio, y otros explotados sin misericordia, carentes de futuro... El rebelde puede que llegue a medirse con las fuerzas de sus opositores desproporciondamente, como David vs. Goliat y no siempre saldrá victorioso; aún vencido puede que se convierta en el nuevo foco de infecciones. Si él sabe sobre la ejemplaridad de su rebelión y no es cantado como héroe, si no aprende a buscar otros recursos de expresión combativa, puede que se autodestruya o que se vuelva el instrumento destructivo para la gente que no le dio apoyo... Este ejemplo no es la última vez que se refleja en la isla y también tiene que ver con Lope de Aguirre.

Vencer a los imperios con las armas es arduo y desgastante. Si un pigmeo se empeña en vencer a Sansón a las patadas llevará las de perder. Desde el punto de vista de mis libros, toda violencia deja más mártires, cicatrices y amarguras, que héroes capaces de crear continuidad para las luchas. La violencia fallida, aunque la haya inspirado una gran causa, deja más dolor que compensaciones y es moralmente injusta; hoy muchas de las guerras no son guerras necesarias, son hiperreales, despersonalizantes y, por tanto, son testimonio de la cobardía más canalla del agresor; pero hacen igual o peor daño a las víctimas, civiles y niños...
En varios textos míos, yo digo que el puertorriqueño, impotente ante las fuerzas que encubren y mutilan sus recursos de sobrevivencia, su armonización con su propia alma bella, busca sus propias maneras de morir. Se aniquila y no siempre ejemplarmente. Puerto Rico ha dado muchos mártires, desde Albizu Campos a los nacionalistas del '50, que son epítomes de esa dignidad que se inmola antes que degradarse; pero también muchos que, ante la degradación y la presión que el sistema colonial impone, se vuelven homofóbicos, inmediatistas cínicos, escapistas y fatalistas... La carga que el puertorriqueño tiene en sus espaldas, al sospecharse como la vitrina histórica del forcejeo por libertad y sobrevivencia ante el mundo, es muy pesada...

En mis libros Estéticas mostrencas y vitales y Memorias de la contracultura, muchos de los poemas giran en torno a los operativos metropolíticos y la influencia del fascismo en la cultura y el daño a la juventud que fue y sigue siendo por ésto. Hablo sobre H. G. Wells y Bertrand Russell; hablo sobre las doctrinas de la guerra perpetua (que son versiones reeditadas de la noción del «conflicto contínuo» de Thomas Hobbes) y su intención de destruir los estados-nacionales y el modelo del sistema de economía política estadounidense, después de Woodrow Wilson y la era post-Kennedy... Hablo de los nuevos seres aberrantes que se han colocado en Casa Blanca, de Bush a Cheney, y otros que impulsan las guerras preventivas y un fundamentalismo de la derecha...

Cuando se patrocina ese tipo de doctrinas que alegan que la paz es imposible y que generar violencia es útil como modo de controlar a la población, lo que quedará históricamente y se introyectará en las generaciones del porvenir son la exaltación de la amenaza, la glorificación de la guerra y la oposición de unos seres humanos a otros. En un ambiente tal, permaneceremos como los lobos y rivales del hombre, condenados a ser rebaños, sin capacidad para organizar una vida política, racionalmente práctica, y cada vez estaremos menos capacitados para apreciar lo bello. Y defino con la noción de lo Bello, la imagen del Dios viviente, de lo Erótico-espiritual, la Fuente Originaria que, en el tantrismo, está asociada a la Energía evolucionaria (Kundalini) que produce creatividad, genio y evolución... y llamo Bello a eso que nos da una cohesión de pueblo y un interno sueño por ser libres y permanecer fieles a esos valores que nos armonizan...

CD: Tu tantrismo, ¿proviene del movimiento de la contracultura? ¿Qué beneficio da a la juventud una cultura de rock-droga y sexo?

CLD: Estoy contra la cultura de la opresión. Me identifiqué siempre con ideas de liberación, sin glorificar el control y las soluciones convencionales, como son la guerra, o el estalinismo. La generación a la que pertenezco, las de los Baby Boomers, como la del '60, vio y saludó el triunfo y avatares de la Revolución Cubana y, ante la Guerra Fría, advirtió la gran brecha de credibilidad que se produjo en el sistema de valores de la nación... Mi generación asistió a las rebeliones estudiantiles, a los sit-downs, mantuvo vivo el Movimiento de Derechos Civiles del afroamericano, la resistencia contra la Guerra en Vietnam, en tanto que las conspiraciones del elemento más reaccionario asesinaba a los Kennedy, Martin Luther King, Jr. y otros... Tal generación atestiguó las guerras de liberación en Africa, luchas contra el Apartheid, el surgimiento de nuevas naciones y el desprestigio del Estado-totalitario... Saludamos el Mensaje de la Flor, dijimos Paz y Amor, cantamos la Nueva Trova, la canción de promesa y de aliento político, la que en Puerto Rico se expresó con Taoné, Aires Bucaneros, o las bellas canciones de Cabán Vale, el Topo; antes vimos la sicodelia, el hippismo, vimos nacer el ecologismo, el movimiento Gay / Lesbiano... Hubo tristezas como la caída de Allende o las intensificaciones del sentimiento anexionista y el vendepatrismo desorbitado, no sólo en Puerto Rico, porque hay naciones republicanas que quisieran ser como Puerto Rico y tener una cadena larga por un poco de seguridad económica bajo el amparo yankee...

Los valores de los llamados Happy Fifties y la generación previa tuvieron que ser vencidos, o cuando no replanteados... Los gurúes de esa generación previa (que, con su pasividad había convalidado el racismo, la segregación de las minorías), fue la que vio a la juventud como un segmento peligroso de la población, y utilizó mecanismos secretos de inteligencia para desorientarla y explotar su inmadurez o su exceso de entusiasmo y adrenalina. Droga y delincuencia inducida, sexomanía y circo en la televisión y el cine, no son cosas sólo presentes con la contracultura, eso fue y sigue y siempre ha sido.

Localmente, pertenezco a esa generación que, en Puerto Rico, gracias a los militantes del '60, alcanzó un alto grado de combatividad, cosa que no se había pensado posible, si vemos la soledad que sufrió el nacionalismo y cómo fue reprimido en los '50... Entonces, en esos principios y mediados del '70, sí había un diálogo y una mística de lucha que se perdió después de las huelgas universitarias y la influencia cínica del PPD, es decir, de Cuchín y sus sucesores y los gobiernos de la derecha penepeísta, donde robar al país, venderlo, enriquecerse a su costa y cometer asesinatos, casi en impunidad, con el visto bueno del Gobierno de Washington, como pasó en la administración de Romero Barceló, ya se hizo la norma...

El tema de la contracultura es lo que me marca como una parte integral de la Generación del Setenta. Yo digo que éste es nuestro gran tema. Y es el tema con el que comienzo a replantearme a Puerto Rico y los EE.UU. y mi relación con ese mundo.

CD: Es cuando te vas, te exilias...

CLD: Sí, porque las colonias son violentas. Te llenan de resentimiento y de odio. Te enferman. Y esos son sentimientos que yo no puedo tener dentro de mí por razón de sensibilidad y, cuando esa situación se da, en medio de un silencio intelectual hiriente y un sistema que no patrocina el ambiente dialógico entre otros compañeros con tu misma sensibilidad, te sientes solo. Soledad en tu propio país, éso si es feo. Vas viendo en el ínterin cómo otros, amigos o conocidos, caen en la changuería y la degradación. No es lo que esperas. Un ambiente de esquizofrenia, de maldiciones y homofobia. Es preferible ir a respirar a otro lado antes que las «serpientes venenosas», como dice mi amigo Joaquín Torres, te muerdan a tí también...

CD: ¿Por qué te vas al corazón de la metrópolis? ¿Al país que agrede al tuyo?

CLD: No es la manera como yo lo veo. Uno tiene que sentirse libre, interiormente, para poder compartir el gozo de trabajar por la libertad junto a otros. Sentirse libre es la capacidad de mirar generosamente hacia el futuro, de invocar nuestros propios oráculos protectivos, de saber ir espiritualmente a la Fuente en la Montaña y conducir a otros a ella...

¿Qué es ser libre y proponer o sustentar la idea de una nación de hombres libres? Es no verse como el patito feo, sino nutrirse del Alma Bella boricua... Los EE.UU. es cualquier lugar neutro, aunque uno prefiera estar con su gente y en su paisaje... Venir a los EE.UU. de América te permite conocer mejor a su gente, a la que yo no considero enemiga; lo que es mi adversario institucional es el sistema de relaciones jurídicas-económicas y sociales que el gobierno de EE.UU. sostiene con Puerto Rico... pero bien, lo realmente triste es que estés en tu país, en la isla, y veas a los que amas induciéndose dolor, muriendo en vida, inaptos para dialogar y curarse, si están demasiado heridos, a través de la solidaridad; sin superar su amargura y su desmoralización. Un independentista desmoralizado es lo más triste que uno puede ver en vida. Es como ver a un hermano enfermo y su larga agonía.

Y el por qué es tan doloroso que ese independentista haya perdido sus condiciones para el optimismo, el diálogo y la creatividad, es porque en él se encarna el futuro mismo de la patria. Ninguno otro, entre los compatriotas, está teóricamente más convocado para la tarea de mostrar el camino hacia la Fuente, hacia esos valores de orgullo por lo nacional. Uno supone que en ellos, los militantes que conociste  los creadores puertorriqueños, esté la vanguardia. Los distingues y amas porque son la resistencia moral y política del país. En el corazón y en el intelecto, dices que ellos son lo más fuerte y apasionado del advenimiento patrio. Es el independentista ... el último de quien esperas el menosprecio por lo suyo; único especimen de tu patria del que dices, en una interacción afectiva con él: 'yo no seré devaluado por ese compatriota, él no escupirá sobre mí; él nunca me explotará y tratará como desclasado, valepoco'... Todo independentista, tal como yo lo veo y lo expreso en mis poemas de Lope de Aguirre, es unbohique; es decir, el que enseña la tradición, la historia y los deberes, de un pueblo para que quiera y pueda sobrevivir... En este símbolo del bohique aruaco-taíno yo he vuelto a redescubrir muchas cosas; porque nuestra historia es bella, aún en las tristes nostalgias...

CD: ¿Qué rechazas de la contracultura?

CLD: Ese es un tema lleno de paradojas. Es cierto que hubo un empeño organizado por el sinarquismo, o el fascismo del Siglo XX, de utilizar el pensamiento de los nuevos empiricistas, positivistas y existencialistas, en la tarea de crear un hombre-masa, dionisíaco, incapaz de introspección, y castrarlo para que respondiese a la tiranía de la conformidad y el individualismo. La tendencia de ese tipo de hombre-masa es la de destruir la cultura, funcionar en los laberintos del encubrimiento y hacerse un Don Nadie... La contracultura es la respuesta de unos jóvenes a los que se juzgó como muy peligrosos en los '60 y que había que domesticarlos para hacerles ganado arreable, rebaño apolítico o mediatizado por las derechas, señoritos narcisistas que respondieran como las Bacantes, o el séquito de Dioniso, a cualquier bobada... En la actualidad, el rebaño político tiene vocación mercenaria. Bush truena los dedos y tiene a muchísima gente inmigrante y pobre que, por la residencia permanente en los EE.UU., va al Golfo Pérsico, a Somalía y Afganistán, a Iraq, a matar sin saber por qué, a dar obediencia a costa de sangre o petróleo, y a ellos ni les va ni les viene...

El Oráculo de estos operativos desorientadores de juventud se compuso, en sus orígenes, por una élite de gente como Henry Luce y C. D. Jackson, de la revista Time-Life, Frank Wisner, George Kennan y los herederos de Dulles y otros enemigos del Nuevo Trato de F. D. Roosevelt. Son los autores de la iniciativa. Ellos fueron más peligrosos que todos los jóvenes erotizados o enmariguanados puestos juntos, porque, para ellos, después de la muerte de Roosevelt, la agenda a seguir, so pretexto del gran Circo de la Guerra Fría, fue dar atole con el dedo a toda una nación... Entretener a los jóvenes con cosas estúpidas, con sus pequeñas agendas de rock, marihuana, sicotrópicos y sexomanía, TV, cine, videojuegos, todo sirve... mientras ellos se repartieron el poder y administraban el nuevo Orden Moral-Político-Económico, pero basado en la mentira, la gesticulación y la guerra sicológica.

La víctima tendría que ser la Unión Soviética y los beneficiarios, los viejos sinarquistas y nazis... pero, a mi juicio, el tiro les salió por la culata. La contracultura tuvo muy interesantes repercusiones y subproductos. La cultura, una vez hecha, no siempre se puede destruir; se abandonarán unos valores, sustituyéndolos por otros. Destruir culturas sólo es posible mediante el genocidio físico, al que va parejo la desaparición de los valores culturales y el acervo de quienes vivieron conforme a esa cultura... La pregunta es; ¿quién mata a quién? Más bien, los jóvenes contraculturales del '60 le dieron vida a culturas alternativas; se opusieron a la tradición del Mainstream y, en consecuencia, a valores que, en la vieja mentalidad de los Happy Fifties, ya apestaban por representar la personalidad autoritaria.

John Cage decía que él no estaba asustado por las nuevas ideas, sino por las viejas... Ví como signos de libertad y como nuevas ideas, el pensamiento anti-autoritario y potencialmente antifascista de la Escuela de Frankfurt. Es decir, Th. Adorno, Max Horkheimer, Herbert Marcuse y otros. Ví a jóvenes que políticamente despertaron en los '60 porque, con su ayuda, la complicidad con el racismo y la segregación iba a desaparecer...

CD: Tienes una mente muy política. Es curioso que, siendo un persona orientada a las humanidades y la filosofía, juzgues aspectos concretos de la política estadounidense-puertorriqueña y de América Latina en general.

CLD: Aún Tantralia, libro que no parece político en el conjunto de mi obra, lo es. Y tal vez es el más político de mis libros porque apunta a rupturas, a mi desafío a la Generación natural y político-cultural que me formara. Surge en la etapa juvenil en que salí a buscar mi Fuente en la Montaña y a explorar, con mis propios sueños privados, el sueño público de libertad y patria. Es un libro de invocaciones: uno tiene que inhalar un buen bocado de prana, de energía divina, y lavarse la boca en la higiene del espíritu, para poder ir por ahí hablando sobre la patria manifestada e iluminada, libre de su encubrimiento y zozobra. La patria es también trascendencia y es, como nuestras propias energías kundálicas, el producto o proyección hermosa de la Inmanencia Divina...

CD: ¿Qué estudiaste primero: autores místicos o autores marxistas y/o existencialistas materialistas?

CLD: Ambos. Yo pienso que toda cosa e idea tiene una causalidad y serán, en su momento, explicadas en términos de sus mecanismos biológicos y evolutivos... La consciencia mística, la noción tántrica de la energía de Kundalini, tiene tras sí un mecanismo orgánico y causal y no sólo hay que hablar de la evolución orgánica del cerebro, el objeto más complejo del universo, sino de la evolución orgánica de más extensas dimensiones de la percepción y la intuición... De hecho, gracias al movimiento contracultural, un jibarito del Caribe, como yo, está viendo el Alma bella de su país en términos más universales y viendo esas interconexiones de nuestra cultura con los instrumentales críticos y mitopoéticos del Oriente y Mesoamérica...

Me intereso en textos que no son curriculares y, de momento, estoy encarado a estos temas. Una cosa que debes saber es que la universidad no son sólo tus profesores, sus textos, sus asignaciones y sus expectactivas ante tí; yo, en ese sentido, soy muy independiente y mis primeros estudios los hice en una época de muchos conflictos y huelgas... El ex-rector Jaime Benítez planteaba que la universidad es una Casa de Estudios y no un campo abierto para activismos estudiantiles... Para mí, la universidad fue la Casa de Estudios y mucho más. Con dos pepinianas muy queridas. Nilita Vientós Gastón y María L. Rodríguez Rabell (Doña Bisa) aprendí a ver la universidad en todo, lo mismo en su biblioteca, como en gestos del ser más humilde y pobre que te habla y, visto así, la atmósfera y proceso del aprendizaje te da una universidad de vida, la virtud totalizadora de la cultura, que es más que un apéndice de la patria y sus instituciones, que se interconexionan; es un modo de vivir, en la plenitud y en acorde con la curiosidad y la identificación con la gente...

... Muchos de mis profesores no supieron enriquecer y disciplinar mis apetitos académicos y de trabajo. Yo necesité de mucha mentoría personal, y tuve profesores brillantes, pero míopes porque estaban metidos en sus propias agendas, desde donde no podían verme y yo tenía mis carencias como para demandar atención para mí... Yo tuve la fortuna de conocer al filósofo Dr. Alfred Stern, cuando él estaba en el CAAM de Mayaguez (más tarde, yo lo seguí a la UPR, en Río Piedras) y eso cambió mi vida antes que yo supiera que entraría a la Generación del '70... Con Stern, inicialmente, me enfrenté a temas de reflexión y me sentí propiamente universitario. A él yo podía decir, 'sabes que creo en la reencarnación'; decirlo a un marxista, produce un sentimiento de rechazo, algo distinto...

CD: Tienes un libro sobre un hombre (Heidegger) que es asociado a la influencia nociva del fascismo y el nazismo y uno que es una especie de homenaje a la contracultura, imagino que eso los asustaría más...

CLD: Heideggerianas no es un libro de defensa al nazismo, una ideología y experiencia que Heidegger llamó, en su momento, su gran equivocación política debida al exceso suyo de soñar estética y filosóficamente. Tampoco yo escribo un libro sobre Lope de Aguirre porque quiera justificar las veintenas de sus crímenes. Sólo defiendo de ambas personas su individualidad... Quiero decir que todos somos humanos, vulnerables y una que otra de nuestras ideas dejan de ser útiles... Yo hice una defensa de la contracultura en las Memorias de la contracultura y es justo que se me pregunte, ¿por qué me influyó ese movimiento y por qué, lejos de sentirme culpable, escribí sobre ello? Más importante es que se pregunte: ¿cambiaste?

En realidad, sucedió ésto. Comencé a leer los Beatniks sin la pretensión de convalidar los proyectos del Congreso de Libertad Cultural (CCF) o ninguno, inglés o norteamericano, de los que fueron los proyectos de la Oficina de Servicios Estratégicos (OSS), con base en Europa. La meta de estas oficinas fue propagandizar el lavado de cerebro, el pesimismo cultural de la Escuela de Frankfurt, la música contemporánea y la promoción de drogas sicotrópicas, en particular, cuando éstas se utilizan para pacificar a las comunidades, distorsionar valores o crear el equivalente a «campos de concentración», pero sin lágrimas... El movimiento de la contracultura, a mediados de los '60 fue factura de filósofos y artistas interesados en la organización total de la sociedad a fin de modificar la estructura potencialmente fascista de la gente de la generación de post-guerra, tras la Administación de Roosevelt.

Hay así muchas corrientes de pensamiento que están maquiavélicamente organizadas por el imperialismo, el sinarquismo internacional o la globalización como ahora se dice... Esta es la razón por la que pienso que es importante salir de la pequeñas parcelas de ingenuidad de la colonia... Uno puede ver las cosas mejor o llegar a conocer más que las superficies...

En el estudio de Memorias de la contracultura y, son de ese modo que son planteadas las ideas principales del libro, lo que descubrí, es que la Guerra Fría tuvo dos caras: una la re-Nazificación del sistema político-cultural que justificó su intención al propiciar una tendencia autodestructiva en las comunidades, una cultura necrofílica, pesimista, de erotismo permisivo e irresponsable, que es lo que permite que yo vuelva al tantrismo, y esa intención se oculta tras el pretexto tan hipócrita de conjurar la personalidad autoritaria. La tarea estratégica de este cara de la moneda, o primera directriz contracultural, involucró al Comité Americano de Libertad Cultural, el Movimiento de Rearmamiento Moral, Cruzada Moral, el Comité Nacional para una Europa Libre y muchos otros grupos que, so pretexto de combatir el comunismo, a doctrinas dizque hostiles al Mundo Libre y a los EE.UU., diseñaron una nueva base intelectual de oposición y guerrilla sicológica...

Estos operativos de manipulación respondieron a las pautas de papeles clasificados en el Casa Blanca bajo la administración de Truman, a las directivas de Seguridad Nacional y el Psychological Strategy Board (PSB)... Ante tanta guerrilla marxista en América Latina y una juventud reventada que lo mismo iba a un concierto de rock que a una marcha contra Vietnam, la CIA movió sus hilos; utilizó a la comunidad intelectual. Algunos sólo fueron organizadores y burócratas de la cultura. Otros sí fueron intelectuales y uno no puede juzgarlos por sus nexos meramente, sino por sus ideas.

Ahora bien, siempre es bueno saber quiénes están detrás de las cortinas y en qué contextos se producen los brillantes o influyentes pensadores y bestsellers... Lawrence de Neufville, de la CIA, respondía a Frank Wisner, de la Oficina de Coordinación de Políticas (OPC) y ésta al Congreso de Libertad Cultural (CCF), directamente con Dulles y su Comité Ejecutivo, dirigido por Dennis de Rougemont y Sidney Hook. Eso ya dice mucho del por qué el sinarquismo y la contracultura se aliaron.

Clotilde Dávila: Escritora mexicana
Mayo 2004

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