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Multiculturalismo

Cuando me veas de paso por tu calle,
¡mírame bien! — ya no es obvio
si soy el sefardita, el extranjero ignoto.

No sabrás si prefiero el lenguaje de mis origen
o cualquier otro, a menos que me explores
como si América se reconstruyera
nuevamente.

Mi corazón no es visible,
pero lo tengo
con sus propios gustos,
sus herencias,
con orgullo y propósitos
de frente a la ciudad de los gentiles,
distinta como es hoy, cosmopolita,
nación en ciernes, hacia la misma causa,
su raíz, su hibisco espiritual.

Pero, ¿cómo saber quién soy? ¿quién eres?
Tal vez hablo tu idioma
y los mismos ideales de tu motivación.

La piel es un mero vestido de colores
para una zona del ser, inevitable,
que también honra al abrazo
y a lo desconocido.

¡Qué bueno que haya tantos colores en la tez,
tantos ojos oblicuos, tanto azul de pupilas,
divertidas siluetas de amor en las miradas,
orígenes de sol y de selva perdidos en crisoles
y que en cumbres heladas y lagos majestuosos
pueda hallar células
y músculos y huesos y rostros!

Mírame bien, háblame si deseas.
Estoy con el acento de todos los lenguajes
y mis ojos miran fijamente y bendicen.

Mi piel tiene consciencia de pluralidades
porque la sangre es roja en cada ser viviente
y la ancestralidad es banquete con hermanos.
Ausentes que han llegado, de lejos,
Los migrantes.
Los amados que han permanecido aquí.

Roja es la voluntad y con sus regresos,
con sus hitos de producción, su energía,
y bendito es el común origen,
la Madre Colectiva,
eternamente universal, sublime.

Digna es la diversidad
cuando es raíz, sol de autenticidades
y el corazón la reencuentra, la explora,
la redime.

La raza siempre importa en cuanto es
militancia unificante de pueblos que arriban
al dichoso paraíso, o reposo del ser,
donde se llama hermandad al color de cada rosa
y al poder de cada estrella en las cumbres.

Hay gozo en cada geografía
y dialéctica a conjurar con los opuestos
en cada siglo, en cada movimiento de avatar,
después de verse el neardenthal extinguido.

En el canto de los tiempos, pese a las vivencias
y los múltiples rezagos de los años,
el trabajo enciende los motores de las creatividades
y el paraíso muestra su luz en las cimas
y tradiciones perpetúan la esperanza
con justicia de mitos, con alegóricos textos.

Unas veces dolorosos, otras veces, tan dulces.
Cada raza protege su lealtad, coincidente
en el canto; es la faena mayor que se migra
por los años de la interacción, con síntesis
de biología e historia, con piel y pensamiento.

Cuando me veas de paso por tu calle,
blanco en apariencia, sonoro y con acento
de viejas extranjerías, invoca la contraseña
de los tiempos eternos, invítame a litar
en las bamas del amor humano
y verás que no existen extranjeros
ni razas impenetrables
ni lenguajes separadores
ni odios irredimibles,
sólo la infinita variedad
de un mismo canto.

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RECLUTAMIENTO DE LOS FUNCIONARIOS

«... ella, cosa muerta
hoja seca
campo maldito sembrado de dolor
tal vez germine allí esa pobre cosa»:
Ana Lucía Montoya Rendón (poeta colombiana)

Lo que definieron como objetivos de productividad
fue saquear lo que el nativo dijo
que tuvo disponible.
Habría algo así como un paisaje seco de periferias
y una playa desierta de Klipot
o cascarones, desperdicios y caspucias...
y, si es así, habría que monitorar las actitudes
de tal pueblo de mierda,
«su isla de inadecuadas rentabilidades».

(Aprenda, por de pronto, ésto...
todo espacio sirve,
mira si sirve que usted está vivo.
Al menos, su isla sirve para tenerlo
mal que bien, varado en las periferias
esquinado sobre dos pies,
vivo y no sé si coleando...)

Efectivamente, se tenía un espacio
y al espacio de isla, 100 x 35, lo llamaron
la sede del «capital» prospectivo de empresa,
pero compañía, puerto pobre de recursos
a los que habría que dar
óptimos desarrollos. Herramientas.

Empero, no tendría a los nativos como socios
y, por definición, se les dijo
que harían con ellos simulacros
del empleados, con sueldos menores
que los que pagan en su tierra,
o en la sede matriz de las Esferas Federales...

Dijeron que tomaría un tiempo
que se logre posibles desempeños
hacia mejoras productivas
para la rentabilidad
con este pueblo de entes imprecisos.

Y decidieron que una colonia
aunque sea de parásitos, incivilizados,
valepocos, poca-cosas, gentuza
de amorfas sociedades, tercer mundo
en el subdesarrollo, etnias nativas
con oscuro origen y más difusos méritos
requiere que vengan
los capacitadores, docentes de gerencia,
formadores de jefaturas, supervisores
y otros funcionarios en los sub-divos
del Consejo Ejecutivo
nombrado desde Washinhton por mandamases
de los invasores y tal enviados harán su parte,
armados con pruebas sicométricas
e interpretaciones requeridas
a tenor con el proceso del reclutamiento
entre vivientes inferiores
y la idea, tras un taller de formación
y desarrollo de supervisores,
es que tengan entonces
aptos e idóneos funcionarios,
sumisos / leales / cónsonos
a las condiciones laborales que el invasor
impondrá siendo que es el dueño
el que define
las expectativas y programas
para maximizar el rendimiento
de estos especímenes del cascarón vacío,
pateado sobre arenas de las playas
como si fueran caracoles
perdidos en la arena.

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DE LOS CAUDALES PRODUCTIVOS

Sólo por una razón les llamaría
inversionistas, entes conscientes
más o menos
con un capital o principal de finanzas.

Desde este mínimo término, todos lo somos.
«We like to make capital out fo something».
Ocupamos un espacio.
Estamos vivos en la isla de Klipot.
Hechos pedazos y cáscaras,
mas sintientes, mas aún vivos
y uno que otro ensueña que es posible
sacar provecho o partido
a la condición que vive.

Capital, fondo, tenemos.
¡Espacio, toda el agua,
toda la playa, toda la costa
y el campo y el fondo del ser
y la palmera torcida
y la vida, carajo!

Hagan que el invasor valore el caudal
ante sus ojos y diga que es posible
utilizar lo disponible.
«It's our capital expenditure & investment».
Aquí es posible que se diga
no sólo teóricamente
hay bienes de producción
invertibles cosas em activo fijo / capital assets /
capital goods / capital stock
y a todo lo que se antoje escriturado
se fijará impuesto sobre la plusvalía
«and capital gains, after all,
making capital out of something».

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