Tuesday, July 26, 2011

La No-Doctrina / Del libro Tantralia


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Del libro TANTRALIA
La única doctrina con la que se nace
ni siquiera es una doctrina
siendo algo tan firme y cierto.
Uno se entera de la rueda
y que gira con ella:
uno es un trompo.

Lo siente y lo sabe y nadie
nos enseña en torno al giro
ni a juzgarlo.
Uno siente que es algo
que gira en el chakra
y no puede ser otra cosa
que uno mismo.

Tan simple que es esa doctrina.
y ni siquiera es doctrina.
Ningún otro la percibe por ti
si no la percibes tú.
Ninguno la enseña, sólo uno
como ser en su Dharma.

2.

Después viene una Shanga
confirmadora, comunidad de cómplices
(todos giran sobre sus esferas
y las tienen por dios, aunque no lo digan).

El ser-Dharma chakriza
y bueno es estar chakrizado
porque da estructura al giro
y terminas creyéndote el dios
del Majábharata, el Lama mayor
o superintendente de la muerte.

Seas el pobre pendejo, o el simio,
si valoras tu ser por el rabo
y no como Iudhistira,
sabes que giras y si no giras
mueres... te sabes bailarín
desde el comienzo
sobre la esfera que sale de tí,
y nunca te abandona.

Tu reino es una Chakra
y a la chakra la Shanga
la llaman refugio
aunque la llames tú como quieras.

3.

Un refugio no es enseñanza de ninguno.
Dharma no es una Sutra de nadie.
El refugio no tiene reglas, no se basa
en vinayas; refugio es sólo una esfera
sobre la que te trepas y, si fueras un simio,
el refugio es la rama
donde con la cola te cuelgas.

El refugio, tu Dharma,
por no ser norma ni regla
ni virtud, tampoco es abhidharma
para que discutas y comentes.

El Dharma es un mero plato
de energía, espacio
que reclamas tuyo,
sorda e intransferiblemente,
cuando te sientes aliento,
Jiva / Alma.

4.

Un día la Shanga y sus aliados
vinieron a joderte la vida,
a definirte el dharma y llamarlo Ley.
Asoka, el Emperador, lo puso en la bandera.

Aludieron al aliento al que sólo tú
ves sus colores o sus lentos
o acelerados giros sobre la esfera
y te pidieron opiniones, doctrinas,
normas de sus virtudes posibles
y, de tanto querer que definieras,
olvidaste el Dharma.

Era cósmico y tuyo, ahora es
una palabreja del Átharva vedá,
oscuro verborreo del sánscrito
que asocian a méritos,
tú que aprendíste a solas
que treparse a la esfera
no crea mérito alguno.

5.

La Shanga del Dharmasastra pontifica
en torno a que hay que ser religioso
para tener la esfera y tragar del akasa
o éteres sustanciales e invisibles
de la Dravya.

Hablan sobre la Doctrina
de algo que tienes y fue
antes de la doctrina
sin ningún requisito.

Sigues colgado al círculo
y en giro de Chakra
y sigues viendo el tiempo
y circulando el alma,
yivando, kalando, en Jiva-Jiva.

Ateo, incrédulo, simiesco,
sin leyes de Manu, sin textos
de templo alguno, incapaz de ver
dioses ni diablos, te acomodas
en el refugio de tu ser
y de ahí nadie te quita.

Es el único sanátan de dharma
que conoces, sin orden social,
sin conducta prescrita,
sin virtud, sin norma fija.
Tu No-Doctrina.

6.


Tú, el terco en fime,
llamaste Sustentador al ser,
al olor que sale de tí, movimiento
de tu pedo lo nombraste
y no tienes más ley que ajustar
al disco de tu Chakra
como el que navega sobre tabla
de surfing el oleaje impetuoso
de la vida.

Si fueras un simio
que trepa sobre una rama
con la ayuda del rabo,
ni siquiera definirías el templo;
pero dirías que el refugio
es la rama donde con la cola
te cuelgas.

El refugio, tu Dharma
y no hay más norma en tu Dhar
ni en Tu recibir que sostenerte
firme en lo que ya posees,
la rueda de energía,
Tu espacio.
Tu Chakra.
__

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