Sunday, June 01, 2008

Eumólpides


«Cantores de las melodías bienhechoras
en las iniciaciones de los cultos eleusinos»


En este abismo de miserias al que llamaste
el principio del «placer-dolor»,
la realidad del mundo, a este ciclo
de verse insatisfecho, socialmente reprimido
en tierra oscura y rancia
por ser carne que cierra el puño
y castiga los vientos, carne terrestre en insidia
y en procaz lamento, humanidad que renuncia
a la sonrisa a la menor de las provocaciones,
humanidad que ante todo Bien Común
funda egoísmo, una que a todo ágape
de amor opone su rencor al hombre necesario,
yo renuncio. No apretaré mis labios ponzoñosos.


No me doy; yo digo, quédatela, Aristipo.
Nada de eso quiero, ni tus virtudes pequeñas,
Epicuro, ni la ataraxia, nada de agendas
ventajeras, con sutiles presupuestos y artimañas.
Voy a heredar las delicias de mi celeste estancia.
Forjaré un templo eleusino con la voz de eumólpide,
como el mago que consuela y que canta,
como el poeta de algún cielo renacido.

Este abismo, placer-dolor, que sea tuyo
si aún lo quieres, Aristipo. Ya no lo admito,
que no sea mío, Epicuro, a quien doy
todo mi laico respeto… pero yo encontré
a Isis. Me conmovió tras el velo.
Ella es mi madre oculta; ella, mi Démeter.
Ella, mi Ceres en los campos bajo el cielo.
Ella, mi verdadero drama de caída
y mi regeneración en los abismo de los irredentos.
En la zona estrellada del pasado, hoy me hallé.


En la prueba final, ser-o-no-ser,
Dentro del porvenir misterioso me elijo.
Y entre álamos blancos de plenitud y designio,
escucho a los cantores de bienventuranza.
Me dijeron:
«Regresa a la tierra, al abismo,
Pero canta lo que de nuestras boca has oído».

21-2-2004 / De «Estéticas mostrencas y vitales»

No comments: