Wednesday, March 31, 2010

En el Bicentenario de la Independencia Mexicana




Con gusto le pondremos matarile rilerile,
con gusto le pondremos marile rileron:

Canción infantil del folclor popular


Un día, ciertamente, Quetzalcoátl llegará
y para que se vaya, evitando que asome sus narices,
empujándolo a que se ausente de nuevo, vendrá
el Comprador más grande del mundo.

¡Ah sí! que venga y nosotros con gusto le pondremos
matarile rile ron...
porque Quetzalcoátl, siempre que viene
trae malas noticias.
¡Ay, eterna serpiente, dragón ourobórico,
no te muerdas la cola en ciclo de regreso...
mejor no vengas,
mejor pícanos el culo y déjanos tranquilos
con este juego de niños y que durmamos
bajo un nopal porque si vienes
con gusto te pondremos matarile rile rile,
matarile lire ron...

¿A quien le importa la obra de iluminar
el ser, zacuaco bajo el Ego y la identidad de la República
en sacrificios rituales con tu
Magnus Opus?
No. No vengas... aprendimos, con Cortés,
que se puede ensartar a las chamacas
en la punta del capullo y darse una rascada
marca diablo con tequila o mezcal Cuervo.

No. Tú no vengas. Quédate en el Jardín de Cyrus.
Quédate emplumado en la Chrysopoeia
de la boca del Todo, o en las ruinas toltecas,
México quiere nalga y pulque.
Y si despertamos de esta soñarrera puede
que te crucifiquemos en el mismo vagón del Metro,
te cortemos los dedos, te arranquemos la cabeza
y tiramos tus restos por Ahuatepec, al norte de Cuernavaca
o, mejor, por El Polvorín, encobijada en un saco
tu cabeza como hicimos con Oscar y Marco Antonio,
los Escobar Damían, de Guerrero.

¿Y qué nombre te pondremos?
Matarile lire lre,
matarile lire ron...

2.

Cada 52 años, México reza porque no vengas.
Ya arribó Cortés, nos conquistó, nos abrió
los ojos del placer y la alegría
y, desde 1519, México es malinchista
y somos la raza de Gonzalo en el Templo de Huichilpotztli
quemaditos de sol azteca en Tenochtitlan,
cantando a la Guadalupe, al Santo Niño de Atocha
y, joder de joderes, alabamos al Señor del Cielo
y a la diosa de la Muerte.
Ah y no olvides, checa el dato en Televisa,
ya el alma que Malinali Tenepal
nos diera, al casarse con el extranjero,
es blanca, sí, como las güeras tan cuerísimas
de Televisa, como esos galanes bigotudos,
con ojos azules y todo...
entonces, no chingues, dios de la serpiente,
emplumado hijo de lo arcaico, que México sea nuevo,
ya no más, nunca más bajo la tiranía
de la vieja cepa
mexica
y si viene que oficio novedoso has de traer
si ya sabemos exactamente lo que cuadra
a lo nuevo:
Matarile, matarle, matarile,
lire lire, matarle liri ron...


3.

Nos somos tan tontos como quienes nos dicen
que Cortés es Quetzalcoatl, sin el plumaje de serpiente,
o que La Doña María Félix es Malinali
disfrazada de puta, o La Tigresa disfrazada de loca.
Ya no somos tan nacos ni tan ingenuos
para que nos pasen gatos por liebres;
ya no creemos en contínuos sacrifios humanos,
ofrendas de 16 por día, espaldas rotas sobre los altares,
pechos abiertos a cuchillo, ¡al carajo, Huichilpotztli,
dios sol de los pendejos, abajo los corazones
dizque altruístas por la Lluvia, o el Sol,
o los maizales! El Gran Mercader llegó,
con él los compradores más generosos del mundo,
el empresario / consumidor del Norte
y la indiada ha visto salvadores.

La misma Malinali hoy se traduce al inglés
del maya y se titula Master of Herself
y, cuando va al Señor del Cielo o la Barby,
sin llamar al Vendedor
como a Cortés, lo significan Master of Malinali.
¡Señor de la chingada república de México!

Y los malinchistas cantamos, nacos junto a trompudos,
fufurufos junto a nuestras élites selectas
entre las más ricos del mundo
por Fortune 500 y la revista Forbes,
con gusto le pondremos matarile
matarile rile ron.


4.

Que somos una «bola de maleantes» y «minoría ridícula»
nos dice Calderón, que no tenemos una razón de ser
o de buscar estos paraísos, que realmente
no somos un poderío real, instrumento que gobierna
a México, ¡despierta! ... ya pasaron los 52 años
desde que Quetzacoátl viniese con augurios
a organizar el Ego, y él siempre viene y explica
más de lo que conviene, él habla sobre el nihilismo.

Dispersa la profecía del mundo que llegará
a su fin para el 2011, ay matarile con él
que no llegue el fin y, arribemos al Bicentenario al menos.
Es que lo vimos en el Cerro de la Bufa
describiendo a los ingratos generales,
asesinos de Villa, lucrados por su victoria en Zacatecas
para poner sus ricos-ricos culos en poltronas
de poder y, más bien, se juntaron y lo mataron
para que no haya beneficios revolucionarios
para el campesino. Y surgiera este imperio
de acopio, a base de flor de vicio
y despotismo siquitrillado.

Sí, preguntaron qué haremos con José Doroteo Arango,
al que llaman el Centauro del Norte,
«¿qué haremos tras vencer a los huertistas
con ese centauro serpentino?, y escuché a Pershing
diciéndole al oído de Plutarco Elías Calles
y Alvaro Obregón: «Hay que darle
matarile rile rile, matarile lire ron».


Y éste fue sólo el comienzo.
Cada 52 años viene ese profeta de amargas noticias
a renovar el pacto, a pedir que la boca muerda
el culo, así nos saca los pedos,
esa cabrona serpiente que se encarna
en el acusador, ¡ay, que no venga!
¡Ay. Morenita del Tepeyac que no venga
el acusador, ahora que no somos una ridícula minoría,
ni una bolita de maleantes. Somos todos un pueblo
de cómplices, gandallas, enamorados
del turismo, la cuentita de banco,
las deudas de fidelidad al Señor del Cielo!

Se me revienta el hígado
cada vez que escucho y presiento la pisada
del viejo dios emplumado,
pinchi Quetzalcoátl, reculero dios,
que hablaste sobre la inminencia del Peligro Rojo,
hablaste contra el gringo enojado,
hablaste contra la decadencia del mimetismo,
de la oferta y demanda de la maldita flor.
Hablaste contra el PRI-el-PAN-el-PRD
y los cagaste a todos
por instaurar a mi jodido México
en el aditón del Delito.

5.

«¿Quiénes han de ser los nuevos amos?»,
presentí que el iluminado Quetzalcoátl se preguntaba,
sentado en el poyón de una mina en Sinaloa.
Disfrutaba del olor de una amapola
y le daba a los chinos, labriegos explotados,
el consejo, «téngalas sólo para ornato;
en esta flor está la desdicha de la Tierra;
no la discutan como flores infernales,
al contar sobre los mismos secretos del narciso,
no con los Favela, Fonseca Carrillo,
Payán o Caro Quintero, porque vendrá
el fin del mundo, que es peor fin
que la escasez del trabajo en las minas,
que es peor fin que el hambre, labriegos...

Y supe, al fin, que los pinchis chinos, por la crisis minera
del Norte no hicieron caso y dijeron:
«Mi alimento es primero, yo por nadie sacrificaré
mis refines; seguiré cultivando la amapola
si ésta me da sustento ya no me importará lo que con ella
hagan los Payán o los Favela. .Si con ella se jode
todo un pueblo, me importa un bledo;
yo tengo mis propios dragones
en el hambre, no te necesito, Quetzalcoátl.
No vengas más, Serpiente, con plumas de tecolote».
Y fue que al chino lo habían tratado a las patadas
y en los años del '20 eran los más mugres
y culicagados mexicanos, ojos bizcos
y todo por el hambre, la condena de verse marginados
y él aprendió a sacar las uñas y lanzar
zarpasos como tigre que defiende lo suyo
y comió del pan del malinchismo
y de los perros muertos muertos y carajos.

6.

No será el chino el que se muerda la cola
para tu beneficio, México; no se morderá los huevos
para no hacerte daño. Al dios que les pidiera
que se muerdan la cola, antes de clavar colmillos
en el amor del prójimo, traicionaron y cantaron:
Con gusto le daremos matarle,
matarile lire ron


Y por las zonas de Sinaloa, Chihuahua y Durango,
vieron llegar al Comprador más grande del mundo
y venía del Norte, con ofertas tentadoras
y también supieron que del fin de la Segunda Guerra
llegaban por mayores cantidades y pedirían
las Damas Blancas, con sus flores y chinos fantasmas
de amapola, y había un mercado chino
de flor que pica hasta el culo y da la sensación
de un rico rico y venían a pedirla
y mediante Jorgito Favela, la vendieron
y. después al León de la Sierra,
rico rico en el culo materalista de Pedro Avilés,
rico rico en el alma codiciosa de Don Neto,
almas criminales de Fonseca Carrillo
(a todos la vendieron y todavía la venden)
y Quetzalcoátl, llorando y sin querer,
se fue... Tendría que irse para no ver la tragedia,
ay Pueblo Mío, amado México,
y Raúl Salinas Lozano, padre de presidentes
y poderosos en los bancos, se alegró y gritó:
«¡Viva México y viva mi pelón!»
y rico rico se hicieron por causa de la defensa
solapada del Comprador más grande
de la flor de la ilusión y el Vendedor más grande
de oprobio e injusticia y mercaderías de luxe
del Globo Terrestre.

7.

¡Ay, juventud, divino tesoro de la República!
cómo aman tus adolescentes, que son la mayoría,
las hazañas del Gran Vendedor
desde que Quetzalcoátl se fue.
Ahora quieren camionetas importadas
de anchas yantas y anillos cromados, y troqueles.
Ahora quieren equipos de internet y grabar
discos y cassetes que narren la historia
de sus nuevos héroes y patriotas:
Rafael Caro Quintero, Esparragoza Moreno,
alias «El Azul» y Rubén Cabada,
cavada en rico-rico la verga
de la prosperidad, ¡ay! que no venga el final,
que siga este México feliz, discotequero,
con juniors que invocan aventuras de anti-patria
de los hermanos Arellano y Carrillo Fuentes,
viva el dulce corrido a los Guzmán Loera,
vivan los capos que se dan por trofeo
la juventud de Tijuana, Ciudad Juarez, Guadalajara
y el Distrito Federal, viva el nene coco,
la guarra mariguana, viva el tesoro de 5 millones
de mexicanos, de cada sexo y edad,
que obsequian su adicción al mejor postor y son fieles
al reventón y la coquada; vivan los padrinos,
arriba de los coroneles,
vivan los hermanos Salinas de Gortari,
y los Carlos y Jorge Hank Rhon
y los cómplices de Rufo Appel
(a los Arrellano Félix que bendicen su quehacer)
al gobernador moreliense Estrada Cajigal,
porque sin él El Azul no sería azul. Un don Nadie.

8.

No me llames «La Malinche» — significando
La Traidora; yo era una esclava a quien mi padre
vendió; yo no tenía maldad, yo no miré la tele
para aprender a besar como una puta
y cambiar de macho como de pantaletas;
yo era una doncella cuando me hallaron
los traficantes entre mayas;
yo era de sangre pura y nadie me inyectó
sangre de El Azul, pero un día el Gobernador
del PAN me halló y se enamoró de mí
y Esparragoza Moreno se llenó
de nostalgia y me dijo:
«Hija, te casaré con un embajador
en Canadá. Tendrás un nombre es de alcurnia:
con Emilio Goicochea, y vivirás con esplendores.
Te daré mansión, criados,
películas para que aprendas
del Buen Vivir, la Felicidad, el Confort
y el Poder», pero... yo era la inocente,
yo menospreciba a los Arellano Félix.
yo no quise traicionar la Serpiente Emplumada.

9.

Amados hijitos del Tecnológico de Monterrey,
no se asusten. Nunca más los soldados entrarán
al campus en busca de sicarios; el Papá Gobierno
cuidará sus preciosas vidas; nunca más
el Papá de Malitzin venderá sus nenas a sicarios.
Ustedes no verán más muertes
y enfrentamientos mientras hagan sus tareas
en el Tec. Nunca más, yo, jefe, Papá Gobierno,
yo, el presidente Felipe Calderón, no permitiré
que «El Grande» / Sergio Villarreal / o su hermano /
o su gente mafiosa / instale otra vez equipos de sonido
donde yo tenga fiesta / o campañas /
o foro. Todos nos equivocamos.

Yo me equivoqué en Torreón, Coahuila,
mas soy de los que no vendo mis hijitos a los narcos;
yo no soy émulo de aquel que vendió
a los mayas la propia niña de sus ojos.

10.
Carpe diem quam minime credula postero: Horatio
Festejemos. Lo último que dice un noticiario
es que nos joderá un cataclismo.
Que las profecías mayas no las tienen cantadas.
Que hay Siete Profecías que avisan el final.
Será un 22 de de diciembre del año 2012.
Pues, si es así y Quetzalcoátl está tan emputado
y los Mayas se unen a él para chingarnos
con las chispa del dios Sol, provocando sequías,
requemando a los pastos y las milpas,
¡ay, dolor que me volvíste a dar!
si es verdad que la humanidad del maíz
será reducida a excremento por el sexto Sol
de Ahau, festejemos, saquemos los pomos
y caguamas, echemos los aleteos de gallos,
los ricos-ricos polvoretes. Vayamos por las nenorras.
Lo que viene es peor que el terremoto, aquel del '85,
Collige, virgo, rosas [...]
(... recoge, chavita, rosas y amapolas
que puede que sea el último nifeo,
postrera la coqueda que nos demos...);
ánimos, corazones, «pick, pluck, pluck off, gather»,

jodamos y gocemos que el 2012 moriremos
y no será la Chota / DEA / ni el Ilustre Ejército
quien se surta y nos mate.

Vamos a planificar algún disfrute por si acaso,
a fin que recordemos el memento mori
(recordemos que somos unas mierdas mortales,
mexicanos, pero somos chingones.

Hay que avisar a todos los cuatachos, a los zetas,
a la placa de Don Pepe en Apatzingán,
a los macizos que tiran heroína
con Medina Arrenguín, allá en el Norte.
De Oxnard a Ventura, hay que anunciar que se acabará
la Humanidad del Maíz y con ella, la feria, el agasajo,
la aventura. La puta vida se acabará, carajo.

Quetzalcoátl vendrá. Al parecer, echando pedos,
fieros contra el desastre de su pobre humanidad:
los mexicanos y hay que aprenderse,
después de todo el himno, y cantarlo aunque sea una vez,
todos borrachos, bien surtidos y contentos,
bien trenzados con las chamacas, sí juntitos todos
con nuestras morras, así morir... que ya nos toca.
El mundo se va a acabar, chingados,
por un sexto Sol de mierda,
¡ay dolor que me volvístema dar!
¿Cómo será de aburrido un mundo sin mota?

11.
Mas si osare un extraño enemigo
profanar con su planta tu suelo,
piensa ¡oh Patria querida! que el cielo
un soldado en cada hijo te dio:

Del Himno Mexicano
Yo no veo ni al Chapulín Colorado
por la señora barriga del Contorno Patrio.
¿Quién podrá defendernos si viene el Sol emplumado
y la serpiente del final y hay que dar
a Quetzacoált alguna cuenta de qué hicimos por México.
No creo que México algo hizo por nosotris,
pero tampoco veo al Gobierno, estos corruptos
que nos prohijaron para el negocio, que estén
haciendo murallas, o bunkers para defendernos.
Refugios hacen para ellos, no para nosotros,
que alguna vez fuimos pobres.
Recuerdo cuando fui estudiante,
y no estaba en el pedo de la droga
y gobernaba Díaz Ordaz,
pero Echevarría solapaba a su hermano político,
Rubén Zuno Arce, ese sí que estaba en el trafique
y, es cierto, yo nunca he tenido partido,
yo era un izquierdista amargo, limpio, ilusionado,
e iba a la prepa y, recuerdo aquel octubre
de las Olimpíadas y cómo nos barrieron,
nos dieron chirola y palos hasta
en la vieja prisión de La Castellana.
Todo el ejército en la calle, disparando a estudiantes
en Guerrero y después en la Plaza Tlatelolco
y me llené de ira para siempre y le dije a Quetzalcoátl,
dános la mano la hora, háznos serpientes,
pícale el alma a tanto hijosdeputas, militares cabrones,
son peores que los federales de Huerta
contra Villa y, nosotros, hambrientos estudiantes,
hocicones si quieres, pero amábamos el pueblo
y, aún así, nos cazaron, nos reprimieron a gusto
como a las bestias y las bestias más fieras eran ellos.
¡Nadie más ellos! ellos, con la prensa cómplice.

Y Echeverría era uno esos asesinos
y yo un día lo defendí entre cuates izquierdistas,
«el asesino del '68 es Díaz», dije hasta que murió
mi hermano, universitario, en la Masacre de Corpus Christi
y, desde el ese junio de 1971, yo odio el poder.
Cada policía es mi enemigo, cada funcionario
es una caca mayúscula, y tengo presente
el Halconazo y Corpus Christi y cada vez que disparo
contra cualquier chota de los narcos, digo 25 nombres
de estudiantes muertos y echo la biga y miento
a madres que han podido parir este desastre.
Yo soy narco, sí, pero ya no amo a nadie...
Este bicentanario, ojalá que sea el último,
carnal. Yo desamo con alma de sicario.
A quien me da, lo perdono y que me pague
bien si por mutuo beneficio es que mato.
Que me paguen con dólares, muchos dólares,
la muerte de mi hermano y de mi padre.
Nadie me quitará esta rabia de sicario.

¿Qué me dirá Quetzalcoátl cuando me vea
llorando por todas las traiciones que se han hecho
a los indios, indios inteligentes como mi hermano,
qué diré yo sobre mi jefa que se murió
de pena y susto y terror,
más porque me torné en asesino
y me gusta la nalga, la diosa puta que te vincula
a placeres, a que pagues sus bailes y vestidos,
antes que las tengas bien culiadas porque te sobra la feria
y la compartes, aunque a veces dejes de ser
un macho y llores, carajo, y quieras cantar el Himno
con orgullo, ¿recuerdas, cuate?
«Mexicanos al grito de guerra
el acero aprestad y el bridón.
Y retiemble en sus centros la tierra,
al sonoro rugir del cañón».
Tan tan.

12.
Como al golpe del rayo la encina,
se derrumba hasta el hondo torrente,
la discordia vencida, impotente,
a los pies del arcángel cayó.
Ya no más, de tus hijos la sangre,
se derrame en contienda de hermanos;
sólo encuentre el acero en sus manos
quien tu nombre sagrado insultó:

Del Himno Mexicano
Ayer recé a la Santa Muerte.
Me fui al santuario que tiene el hampa por Don Pepe,
Allá, en un monte de Apatzingán,
en el centro-occidental de Michoacán,
tierra de Cárdenas, me interné por días
y es que torcieron a Pepe;
a él a quien le han decomisado
70 kilos de heroína y otros 15 de cristal
y metanfetaminas, hace par de años, por lo menos,
a él quien originó $12 millones de dólares
y viajaba cada mes con unos 200 kilos
(para el mercado feliz de los gringos)
y oré por mi trabajo, la suerte de Edgar Valdez,
el Barbi y por Julio Ramírez, a quien buscan en Downey,
y oré por la sicariada que conozco perseguida
por el Cartel del Golfo (C.P.S: el bubu, el negro,
el flaco, el luke, el abuelo y el joni...
y me encaré a la Muerte y le dije:
«Santita, traigo mensaje de Pepe,
te pide que lo bendigas; ya lo chingaron»

13.

Esperé a que comunicaras algo.
Pasaron horas antes que viera tu respuesta
Perseveré, pero dije: «Santita,
soy hijo de un viejo comunista
(de aquí de Michoacán él fue y, de niño,
con Cárdenas anduvo, en los campos.
Amaba a tus campesinos. Soy hermano de alguien
que, como él, fue asesinado por esbirros
del gobierno y, desde entonces, ya no entono
el Himno, ya no me acerco a dar saludos
a la bandera, ni a honrar el 16; ya no he gritado
Viva México ni aún cuando un gol mexicano
en los Mundiales parezca un resorte
que nos pica rico-rico el culo...
ahorita, si estoy borracho, maldigo,
si estoy coquiado te lloro,
Santita, porque soy un mexicano herido
desde el fondo del corazón del vicio,
el vicio de matar, Santita, no otro vicio,
matar e irme a culiar con las chamacas
y ellas saben que yo no quiero a nadie
y que soy peligroso, aún si con ellas gasto dinerales.
Pese a que parezca feliz, calmo. agrandado,
soy indio malo, hijo de Malinche, traicionero,
y me siento solo, Santita, muchas veces solo,
aunque esté acompañado.

Tanto dinero y me siento un fracaso.
Tanto dinero y escondido, defensivo, temo que venga
gente de carteles rivales, policías
que ya no son amigos, ejércitos que tengan
el nombre de mis cuates y los torturen
para que sean sus soplones».

14.

Y escuché la voz. La Muerte existe
y es Santa en todas las voces y me habló
con la voz más amada, voz de la madre de Neto,
voz de la madre mía, voz de la madre de mi padre,
voz de la madre de la mujer de mi hermano,
voz de la madre de gente que yo mismo
he matado, voz de la madre de mi pueblo,
Virgen de Guadalupe, con tu voz y todas me dijeron:
«Hijos. Te habla la Santita y sabemos lo que quieres.
Guarda esa pistola y no la ponga en las sienes.
No. Nunca. Simplemente, obedece.

15.

Hijo, la patria no es ningún aniversario.
La patria no se festeja por ciclos.
La patria es diaria, hijo.
Cuando ibas a la escuela, estudioso, soñador,
esperanzado, tú eres la patria.
La patria eras tú mismo.
Tú diciendo el No a las tachas eras la patria,
tú, sin mariguana en los bolsillos, eras el héroe,
tú, obediente a mi voz, eras más héroe
que Juárez, benemérito entre indios,
tú, piadoso con las ancianas,
consolador de tu padre, tú con la azada
en el campo u ordeñando las vacas,
serías el liberador, el guía.

La patria es tan cotidiana, hijo,
que no necesitas gritar vivas porque esté muerta.
Ya tiene vida contigo. Tú vivificarías cada héroe
desde los tiempos de Hidalgo o Morelos,
tú, cuando eras humilde y no querías dinero,
sólo el beso de tu madre, el abrazo de tus vecinos,
tu nombre dicho con respeto, pese a ser pobre.
Ahorita estás tan ignorado. Tienes el nombre
de gatillero, o bravucón resentido,
y quieres ser patriota de mentira,
creer que patria es el himno o el pararse tieso
ante la bandera o extender un brazo al frente
como los presidentes que echan juramentos
que deshonran al minuto.

16.

¡Hijo, esa patria no existe! Si no tienes amor
ni a tí mismo, no tienes patria; si tu amor es el dinero
y la venganza y acostarte con diez distintas mujeres
a las que al día siguiente no volverás a percibirles
su olores, no tienes patria tú, ni tienes madre colectiva
ni héroes nacionales para que honres!
No hay aniversarios que celebrar.
No hay himnos que merezcan cantarse.
Eso es basura, eso pasa, eso no es una esencia.
Patria es un día honesto contigo.
Patria es la voz de todos los que te aman,
sean pocos o sean muchos.

Quien ama siente que todo el mundo le ama
y que la patria es cada patria, allende a su geografía,
y la república el mundo. La patria empieza en tí
y crece dondequiera como el zacate.

La patria está en el cerro y la bajura
de mundos que no se ven,
pero si amas dejan de ser ocultos.
Hijito, te quedaste sin patria.

17.

Olvídate de cantar por última vez el Himno,
ya no existe el Himno. Letra muerta no es himno.
Olvídate de la bandera tricolor y del nombre
de cada viejo héroe, ya no existen,
son monumentos con el valor de un pedruzco
o un montículo de mierda de las yeguas o el perro.
Házte patria nueva con la vida.
Olvídate de que Echevarría mató a tu padre
y tu hermano; no, dáles tú vida a todos los muertos
porque los héroes están muertos ya y son polvo.

El héroe que cuenta eres tú,
el bicentenario que cuenta es uno que comienza contigo
y tú estás muerto, muerto por el odio,
muerto por el trabajo sucio que te llena de plata,
muerto por la droga que defiendes, distribuyes.
Y todas son cadáveres de la patria.
Crees que son hechos notables de tus malditos Carteles.
No. Son epitafios en la zombí cotidianidad de tu muerte.

Hay medio millón de muertos tirados en la superfcie
de este México del que tantos hablas,
no están enterrados, pero apestan más que todas
las aguas pudridas de los alcantarillados.
Son ustedes y tú, hijo mío.
500,000 mexicanos apestosos al servicio de la Mafia.
Son ellos: 300,000 mexicanos que cultivan amapola
y plantas de mariguana y los que la procesan,
y 160,000 que la transportan y la comercializan.
Y tú eres uno entre 40,000 sicarios
y vienen a mí, a la Santita Muerte, para que yo les diga
Patriotas, luchadores, honorables.
Eso no puede ser, hijo mío.

18.

Tú eres una mierda y un traidor
y tan mierda como tú, lo sabes mejor que yo,
es cada uno de los mexicanos que solapa
en Sinaloa al cartel de su nombre
y allá en el Golfo, todos los que directa
o indirectamente solapan, por cobardes,
carteles en Tijuana, en Juárez, La Familia
y los Zetas, asesinos de la patria, añade a la gente
de Milenio, al policía que muerde, al policía
que se vende, el juez que hace lo mismo,
el soldado, el burócrata,
todos son los asesinos de la patria.

Esa gente, si canta el Himno, lo caga
con su aliento, si grita Viva México envenena
los aires. Hijo, si fueras a la Plaza del Zócalo,
a escuchar ceremonias oficiales,
o a Calderón, quien dice
«México tiene problemas de percepción
y de imagen reales»,
allí serías
el inmundo fantasma, como la mayoría del pueblo
que quiera festejar el Bicentenario de la República
y a su república la matan todos los días.

Hijo, no seas tonto, ya no existen repúblicas.
Existen los cementarios, panteones llenos
de la excreta de la Patria. La nación está cagada
de muerte: con muerte de funcionarios abaleados
por su propia hipocresía, muerte con cobardes
que cantan del himno ésto que dice
«Mas si osare un extraño enemigo
profanar con su planta tu suelo,
piensa ¡oh Patria querida! que el cielo
un soldado en cada hijo te dio»,

¿hijo-soldado? ... no se necesita otro extraño enemigo
que profane con sus plantas este suelo:
tú eres el enemigo, no nadie más.

19.

Desde que se murió tu padre y hermano,
asesinados por el gobierno, ¿quién crees
que ha sido quien me matara?
con desobediencia,
con ausencias,
con gritos,
con temor a que seas el siguiente muerto
sin que hagas algo bueno...
Tú me re-mataste.

Es cierto: el gobierno me echó a la pena
de ver cómo asesinó a los míos.
Nos produjo ira y séque sufríste.
Me quitarme al esposo y a un hijo,
ye quitaron un hermano querido...
pero, yo podía haber seguido viviendo por orgullo;
pero tú me llenaste de vergüenza, desmentíste
el valor y la fe que puse en tí...
Habrías podido ser la esperanza, la virtud
venciendo a la crueldad y la corrupción
de Díaz Orgaz, Echevarría, López Portillo,
La Madrid, los Salinas, ¿y que hicíste?
... me remataste, porque yo sobreviviría
con la memoria de que mi esposo y mi hijo
murieron inocentes; pero, ya sabiéndote asesino,
vicioso, narco, no habría vivido
ni llenándote de perdón y besos.

Me tuve que morir, avergonzada,
no podría saber ni ver ni ir
ante las madres, hermanas, familias
de la gente que has asesinado tú.
No habría aceptadp el dinero que traes.
No comería de tu mismo plato
ni cocinaría otras viandas y otro caldo
que lágrimas, mis lágrimas por tí.
Dolor por esforzarme en perdonarte
aunque no lo merezcas.

20.

«Házle este favor a tu madre», me dijo
otra voz cuando la voz de mi padre no pudo.
No vuelvas a cantar el himno.
No vayas al Zócalo como un hipócrita
siendo un gorgojo maloliente,
o un monigote con las manos manchadas
con sangre, aunque sean los policías mas viles,
o enemigos de tu cartel, o chotas.
No digas que tienes patria.
No digas que tienes la visión de Quetzalcoátl.
La Serpiente alada de la consciencia cósmica.
No digas que has leído de las Siete Profecías
de los maestros del Mayab Ahau,
sol del futuro; no digas Viva México
cuando, día tras días, vas y lo matas.
No hables del fin porque tú ni has nacido
para que digas que este suelo te contiene.
Eres una sombra que no sabe de Sol.
Jamás lo has visto.

Me ha pedido tu madre, por favor.
Que al olvides. Que no vuelvas a Guerrero.
Ni invoques a Michoacán, tierra de tu padre.

No te digo que no vuelvas aquí
a este santuario. Díme Santita, sí.
Yo recibo y hablo a los cadáveres y sus entelequias.
Tal vez no comprendas; pero hace mucho tiempo
tú estás muerto. No eres todavía un hombre.
No conoces todavía la Patria.
Eres indigno de cantar el Himno.
Tú eres polvo del gran cementerio
en una república que no has conocido.
Tú eres parte del hampa de la Nada.

Del Indice: El libro de anarquistas


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Sunday, March 28, 2010

«Ya hay un hombre en la casa»


Soy sincera con María, porque es mi amiga, al decirle: «Tu hijita se me quejó. La veo triste. Dijo que su hermanito está descarrilado. Que huele raro. A cerveza y mariguana». Y María se exalta. «¡No hagas caso! Mi hija es una exagerada. Está celosa porque no simpatiza con mi marido, mi nuevo amorcito, porque quiere que siga fiel a su padre, que me abandonó. Ella es una mentirosa, resentida. No soporta que mi nuevo amor no sea su padre, yo fiel a ese recuerdo como si no me sintiera ofendida y ella por ser como es, fiel a quien se fue y nos abandonó, se auto-aisla. Mi nuevo amor no se atreve a obsequiarle ni unos chocolates como hace con su hermano».

Mas yo siempre veo triste a la niña, aunque María diga: «Se dará su cervecita, sí. Lo sé; se desvela a veces, de parranda, pero ya es un adolescente. Son cosas de la edad». Con la excusa de que ya hay un hombre en la casa, María le calla la boca. Se cura en salud; pero la muchachita insiste. «Cada vez veo más distinto a mi hermano. El no está feliz ni yo tampoco».

También soy sincera con mi amiga Juana. Ella dice lo mismo: «Hay un hombre en la casa». Son dos adolescentes, hembra y varón, como los de María. Pero los dos críos son felices. Excelentes en sus estudios de colegio. Sé que son felices porque a ellos sí me los encuentro a menudo; siempre risueños, corteses, tan limpios, y he visto cuando el hombre, segundo esposo de Juana, recién casada otra vez, acude en su auto y los recoge para llevarlos a la casa. Ellos, sin melindres ni vergüenza alguna, se meten en el coche viejo. Y no es que sea fijada para criticar lo que me importa poco, pero no es un hombre atractivo, no siendo viejo. Juana dice que es trabajador y sí lo es, limpio y sin vicios. Ella es feliz porque él la ayuda en todo. No es gran amante, pero funciona, me dijo una vez y no que se lo haya yo preguntado. Agregó que lo mejor es que sea buen tutor con sus hijos. Un ejemplo. Es maestro.

Como Juana es enfermera y a veces su turno es nocturno, este hombre es ideal, me dice. «Es bueno tener un hombre en la casa cuando los hijos son adolescentes». Todos se han compenetrado y ella más. Se siente segura y orgullosa. «Tengo un hombre en la casa. Mis hijos están en buenas manos, amiga».

Siempre que veo a María, otra para quien soy confidente, irradia sus satisfacciones. Viene vivaracha y, sin que yo lo pregunte, me abruma con detalles. Ese marido (porque no se han cansado) en la cama le hace portentos. Por ser más joven que ella, siempre él anda caliente, dispuesto a dispararle buenos palos, sin esperar que termine de arribar por la puerta. A ella le gusta eso, «Tener un macho lindo, que cingue rico, que de candela toda la noche», me susurra con tono de secreto. Ahora ya no tiene que largarse al cine con las crías, o a comer en restaurantes. O llorar como mujer de solitarias masturbaciones. Le gusta quedarse en casa y acostarse temprano, porque ella sí madruga, y ponerse tanguitas, negligés y batolas. El se levanta tarde.

Su macho «insaciable, joven, guapo, papi chulo», dizque tiene su negocio con cuatro o cinco empleados. La hija me dijo que es un billar, con bar y todo. No sé si creer otras cosas que dijo: «Que es narco; pero no se lo digas a mamá ni a nadie; que no quiero que sufra». Y que su lugar no es que tenga mala fama ni que no sea concurrido, pero lo que allí se vende o distribuye es malo. Y arguye que todos esos hermanos, de los que él es uno, lavan dinero. Venden la mota por kilos y tacha y licores. Vicios con que ya comienzan a habituar a su hermano. Y ella está triste hasta el llanto por eso y, aunque María la contradice, o la desmiente, porque está enamorada, seguro que está cinga que cinga. Sin tiempo para sus hijos. «No es como antes. Ya no me creerá. Sólo cree lo que ese hombre le dice».

En fin, que ya sospecho qué tipo de hombre hay en la casa de María... y como soy sincera, se lo anticipo: «Cudado, María, con lo que tienes en tu casa. Que no vaya a ser un bandolero que eche a perder a tus hijos o termine involucrándote con las desilusiones».
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Thursday, March 25, 2010

Carlos López Dzur: Entre la narrativa y la poesia



Por J. Romero Villanueva

El es el escritor de «El Librepensador», bitácora con sede en España, en la que descubrí una serie de artículos con el subtítulo «Gente de mi pueblo»; autor del libro de cuentos «El corazón del monstruo», donde descubro a personajes por ambos conocidos.
Carlos López Dzur escribe sobre gente con que se topa en su vida. Sobre mí, aún no ha escrito. Prologué uno de sus libros, «La casa» y comenté una edición de «El hombre extendido», que le fue premiada en el Certamen Literario Chicano de la Universidad de California, Irvine. De California no se va y ganas no le han faltado. Lo supe en Montana y regresó al cabo de dos o tres años. Se fue a enseñar literatura y filosofía.

He gozado de su amistad por años, mas ahora me sorprende que me diga que no tiene publicaciones en papel. Y lo veo involucrado en homenajear el aniversario del Centenario de la Revolución Mexicana, con el poema titulado
A la primera Revolución Social. No siendo mexicano, es uno de los nuestros. Con una mexicana formó su familia. Tiene una hija recién casada y se encuentra solo, divorciado. Recordamos andanzas.

Para indagar qué sucede en su vida o sus novedades, nos reunimos. Extraño sus publicaciones y pido que me hable sobre su situación como escritor.

—Es sencillo. Soy un escritor subterráneo y virtual, tú lo sabes. El que me quiera descubrir tiene que aprender a sacarme de bajo la tierra, o entre brumas de extraños cielos virtuales y geografías. No publico en papel, a excepción de que publiqué un par de libros, esencialmente cuentos o investigación histórica... Algo que ya conoces... Mi obra es demasiado vasta. Son 20 o 30 libros y no podría autopublicarme. Lo económico es ir atiborrado mis bitácoras. Allí y acá está todo... y seguir publicándome desde ahí. Colaboro extensamente en revistas virtuales de España e Hispanoamérica».

—¿Cómo es eso? Que pese a tu calidad un país no proponga en el mercado de lectores tus publicaciones...

—Aquí interviene un segundo factor. Yo soy un escritor en el exilio. En un país que no publica en español, donde ser «latino» es algo meramente étnico. Una etiqueta llena de paradojas. En una nación, con una población hispanohablante «in denial», no interesa la dimensión espiritual de tu idioma, o temáticas... Si yo me tradujera al inglés, otro asunto sería. Surgirían oportunidades para hacer dobles libros, el español y su versión inglesa. Se me vería como uno de los escritores más productivos, no sólo como poeta, sino en la narrativa y el ensayo... Digo que si fuese mexicano, ya estaría publcado... Un tercer factor es mi actitud creativa. No tengo tiempo para el mercado, o esas cuestiones técnicas de editar o promocionar... Mi tiempo de asueto es para estudiar, crear y para ganarme la vida, sacar adelante mi familia, sobre todo, y librarme de las angustias de las deudas, sabes... yo no tengo tiempo para participar en concursos y estar escribiendo cartas a editores. Mi satisfacción ha sido crear, con tiempo, hasta la calidad que quiero, sin premuras y, en algún momento oportuno, que llamaré mi kairós, lo mejor de mi obra saldrá a flote y puede que sea cuando ya haya muerto...

—¿Cómo se recibe tu obra en tu país natal, Puerto Rico?

—Mi familia conoce mi obra. Tarde o temprano, tendrán que sacar la cara por ella... 'I hope!' Saben que soy muy creativo y de los acumulos de libros inéditos, que es casi todo... Uno de mis pocos libros, impreso en papel, signó un hito de investigación y renacimiento por la historia municipal en mi pueblo. Es mi libro sobre Comevacas y Tiznaos: Las partidas sediciosas en el Pepino de 1898. Eso es un legado simbólico e indicio de la atadura sentimental mía, pese a mi Diáspora, un signo en el marco de toda mi obra, con respecto a Puerto Rico... pero, insisto, soy un escritor subterráneo, ignoto, con trincheras no obvias para el Establecimiento, porque en una colonia todo el mundo tira por sí, por darse una ubicación y reconocimiento, a su visibilidad personal, y yo me fui. «Y quien se va para Aguadilla, pierde su silla». Es decir, ya no existe... En el clandestinaje intelectual del exilio, estoy más cómodo y creativo. Soy más auténtico. Los «setentistas», que es mi generación nata, se interesaron en mi obra cuando estuve allá. Mi primer libro de cuentos, en papel, «Sarnas de la ira parda», fue publicado por Joserramón Meléndes, que es el alma inspiradora y nuclear de esa generación renovadora, donde además de talento, había generosidad, libertad y no un espíritu sectario de egos... pero uno se va y se acaba todo...

—¿Sientes todavía una identificación generacional con las antillas, o los nuevos temas y lecturas, o se han roto esos lazos definitivamente?

—Tengo una lealtad a Puerto Rico que se ha enriquecido de muchas formas. No necesariamente es que haya dejado de leer a autores de mi generación. A algunos sí, les perdí la pista. Por eso es que hablo en términos de exilio. Si no te dejas ver, nadie te busca. Si no estás allá, importas poco. Yo sólo puedo hablar de mis esfuerzos por leer a quienes puedo. Imagino que yo no soy leído, porque, como te digo, mi hogar intelectual es subterráneo, no que sea inaccesible; pero cada quien buscará a quien le plazca...

—¿Crees que aportas algo nuevo a tu generación?

—Tendría que referirme primero, a fin de contestar bien, con respecto a quienes... Mi generación es muy talentosa. Y nunca hay, en términos absolutos, nada nuevo bajo el sol. Dentro del coloquialismo y la esfera de lo local, mi trabajo es interesante porque se asoman dimensiones tan universales que las fronteras entre lo local y lo universal desaparecen; del mismo modo, te diría que trato temas esotéricos y místicos y con ellos hago perdurar la dimensión de lo existencial, los forcejeos cotidianos de vida, esa tensión entre lo inmanente y lo contingente, lo espiritual y lo prosaico... por ahí, habría algo nuevo por mis aproximaciones a los temas... Sin embargo, recordando el libro «En Borges» de Ché Meléndes, a quien te mencioné hace rato, o su libro «Para Delfin», ¿quién soy para decir que lo mío es algo nuevo? Lo que si diría es que mi obra es original, aunque coincida con otros hallazgos o afinidades posteriores, obras paralelas que revelan el sentido de pertenencia generacional. Descubro coincidencias y eso me agrada... No quiero ser un escritor raro. Vivimos en tiempos de escribir claro lo que se piensa, claro y con belleza...

—Entre tus libros, ¿cuál es uno que te gusta, o crees importante?

—Hay algo especial en «El Libro de Anarquistas». Este surgió en la década de 1980, ya escrito acá... cuando me involucré en el estudio de la influencia anarquista en las antillas, Cuba y Puerto Rico, hecho que es importante entender para juzgar los años de la violencia campesina en Puerto Rico y la mentalidad de los republicanos y socialistas, o anexionistas pobres, que Puerto Rico tuvo en los primeros años del siglo XX y que fundaban círculos obreros, centros recreativos y cuadros de teatro.... Se enfatizaba la educación y la cultura. Así que veo la influencia de Ferrer La Guardia y Anselmo Lorenzo... Este libro me gusta porque me ayudó a comprender la dimensión espiritual y cultural de personajes locales (digamos, Domingo Liciaga, Adolfo Medina González, el Dr. Manuel Epifanio Liciaga Juarbe y otra gente pepiniana y puertorriqueña, que incluyen a las primeras feministas, como Luisa Capetillo, etc.); mas el libro, al mismo tiempo, es una épica de solidaridad universal, que me permite que rompa fronteras y hable sobre Anselmo Lorenzo, Gustave de Molinari, Max Stirner, las víctimas del Proceso de Montjuich de 1892, los hermanos Flores Magón y a la luz de las ideas de muchos luchadores sociales, como los dichos, analizar fenómenos más contemporáneos o actuales, como son la tecnocracia política, el militarismo, la posmodernidad, la filosofía del dinero, la anulación de la confidencialidad, las dictaduras y la autoridad opresiva entre los años '30 al '70... Poner, en poesía, toda la sociología e historia que se implica en el tema, es una aportación; no porque yo lo diga, aludo a gente muy inteligente y crítica que han leído de la internet mi libro (
El Libro de anarquistas) y me escribe. Conste, hay quienes me escriben cagados de miedo, amparados en un 'nickname'...

—Un libro tuyo que me parece valiente, denunciador, es
«El Libro de la Guerra». Este coincide en muchos planteamientos con «El Libro de Anarquistas»... parece que llevas un debate interior entre tu espíritu épico y el pacifista...

—Pero no hay ninguna contradicción. Creo que uno de las aportaciones del pensamiento anarquista (de ahí la importancia de estudiarlos bien) es que, contrario a lo que se piensa, en principio, los anarquistas son pacifistas y si ha habido mucha violencia alrededor de ellos es por causa de la represión, no porque prediquen la confrontación armada. La Comuna de París, que es el evento inspirador del internacionalismo, el federalismo y el anarquismo español, fue reprimida, así como su modelo de iniciativa pacífica en España y hombres liberales como P. M. Sagasta se prestaron para eso. La esencia pacifista del pensamiento libertario es más benévola y tolerante que la del liberalismo que sí acudió a la violencia para hacer avanzar sus ideas ante las dictaduras o todas las fuerzas reaccionarias enemigas del progreso, el trabajo digno y libre, y la paz entre naciones. Me impresiona del anarquismo su liderazgo que han sido, sobre todo, educadores de pueblos. Los liberales tienden a ser educadores de élites y es la diferencia. Al pueblo estos últimos seguirán arriándolo como ganado y haciéndole sentir que no tienen la capacidad de organizarse y de autogestionar lo que verdaderamente desean sin ellos...

—¿Por qué te interesa tanto el tema de la sexualidad? Lo expones en cuentos y en poesía...

—... porque la sexualidad no es sólo un tema de la esfera privada. Es un tema político. De hecho toda noción de conflicto entre los seres humanos y sus grupos gira alrededor de la sexualidad. Históricamente, en torno a la sexualidad, se forman las primeras formas de privación y opresión. La sexualidad establece un premio o privilegio que se da o se quita por quienes tienen el poder. La primera forma de opresión fue quitar a los hombres el disfrute del erotismo, la destrucción de la Madre Tierra, como símbolo de la hembra y la relación heterosexual, sin la cual no puede haber convivencia libre, armoniosa, entre hombres y mujeres. Cuando no hay este entendimiento bidimensional, entre varón y hembra, se forja una tribu. Las tribus viven fabricando tabües... El patriarcalismo es una tribu de los hombres para oprimir a la mujer y el matriarcalismo es una tribu de mujeres, con poco interés por compartir con los hombres y hacerlo sin chantaje... Esto es un tema muy complejo. Yo, en principio, soy feminista; pero, no aspiro a una hegemonía de las mujeres ni en el sentido político ni en el sentido sicológico; pero el varón tiene que aprender a compartir con ella con fórmula tal que ni exista el patriarcalismo ni el matriarcalismo. De ahí la importancia del tema. ¿Cómo conciliar dos facciones de la identidad, el género y la diversidad?... La sociedad del futuro depende de las soluciones que demos a los desbalances de poder que hoy existen y a las angustias que la sexualidad reprimida o descontrolada provocan, que son tan profundas como la esencia misma de la criatura humana. Esto es, la sexualidad, la líbido como energía, es la puerta emocional más poderosa para construir ideologías de comunión fraterna. Es el secreto de secretos detrás de las manipulaciones de poder...

—Hay tanta poesía, mala y buena, bitácoras de autores, con todo tipo de formación y calidad en las redes, que preguntaría: ¿temes que se pierda tu nombre y tus libros entre millares de lugares y ofertas de lectura? ¿No es el libro en papel el mejor indicio de la disponibilidad formal de un escritor que deba tomarse en cuenta por su trayectoria y oficio?

—Cuando hay algo realmente bueno en la internet se pasa la voz. Uno va y los lee. Esto es el futuro y la opción. Cuando te identificas con una generación vigente o una promoción de autores serios y profesionales y ésta está en el espacio virtual, uno se entera, comulga y les avisa. «Hey, yo existo». Si se interesan bien, si no... también. Uno no tiene que suplicar ser leído, o tomado en cuenta, o aténganse a las represalias. Lo bello del quehacer entre artistas es lo espontáneo y desinteresado de la interrelación. La gente que más me comenta y me lee con simpatía no es puertorriqueña. Son chilenos, argentinos, mexicanos, españoles...

—Aunque no soy puertorriqueño, me he metido en el «Macondo» de tu Pepino (San Sebastián de Puerto Rico), donde hay alrededor de medio-centenar de cuentos, con personajes y situaciones, que fascinan. No hay que ser de allá para disfrutarlo. Háblame un poco sobre ese libro
El pueblo en sombras, ¿cómo surgió? ¿Por qué seleccionaste esos personajes? que tengo entendido que son reales, como las anécdotas en torno a ellos, y que inclusive por reales, utilizas sus nombres y apellidos tal cual son... algunos deben estar vivos...

—Sí. Es gente real, vivos algunos, ya fallecidos otros. Gente a las que se les conoció y todavía se recuerdan con cariño. Son parte del folclor y la historia social y política de ese Macondo, como dices. El libro lo comencé, investigué y escribí, durante el transcurso de mis investigaciones de historia oral y documental municipal. Los personajes del siglo pasado (los del siglo XIX, en particular), se transformaron en materal para mis cuentos, siendo gente que tuvo vigencia política como funcionarios antes de 1898; otros son personas que, durante los primeros 30 años del siglo XX, fueron muy conocidos. Gente de todas las clases sociales y, en cierto modo, los cuentos son símbolos de algo importante, no sólo en la historia, de Pepino como «el pueblo en sombras», de ventorrilleros, vivales, veteranos de Corea y caciques, sino de todo Puerto Rico. Por ejemplo, yo hago la menciän del pepiniano Sinforoso Vélez Arocho, que fue el primer veterano seleccionado en un sorteo para irse a la Primera Guerra Mundial; pero eso a la vez me permite tocar datos, no investigados, o poco conocidos de otros jíbaros del campo que, poco antes, en 1898, los gringos se llevaron a Cuba, no necesariamente como soldados, pero para trabajar y que allá atestiguaron las matanzas contra los partidarios de Evaristo Estenoz y el candidato presidencial Bartolomé Massó, cuando se produjo una intervención miltar norteamericana y una guerra civil racista, al formarse un partido de la gente de la raza negra... Contar la historia del brujo Don Lion, quien también fue veterano de la Primera Guerra Mundial, sirve para seguir rastreando quiénes fueron los veteranos de la Guerra del '14, y ya no es sólo Sinforoso Vélez, ya que hay sumar a Juanito Ponce, del sector La Chula y a un héroe, enterrado en Francia...

En uno de las cuentos, «El Pacto de los Fundadores», al hacer la historia del Teniente de Alcaldía Miguel López, llevo a los lectores a un problema que fue muy típico de los tiempos de la colonia española, como fue el raparto de terrenos baldíos a funcionarios ausentistas. Así, por ejemplo, en el año 1829, a fin de ceder 45 caballerías y tierras al Duque de Mahon Crillon, hay una medición de tierras en Pepino y todo por complacer a la Reina. El cuento sirve para que, a através de la voz narrativa de Miguel López de Victoria, se exponga cómo sentían los pepinianos de esa época y para que escarbemos en el mito de la fundación del Pueblo, el papel de la familia de los González de Miraval, primeros hateros y pobladores del barrio rural que hoy se llama Mirabales y sus vínculos con las Santas Hermandades y pactos de tierra que se hacían entonces... Es interesante porque los Miravales y esos González anteceden la fecha convenida de fundación del pueblo, que es 1752.

—Son personajes históricos, ¿con quiénes otros estableces el nivel del folclor?

—Como un signo de folclor, en mis cuentos, están los brujos, como Guilimbo o Don Lion, cuentos con folclor costumbrista son los que tratam sobre el canario Cobita Castro, o Catín La Coja, Sopanda, el Gringo Cubero; hay cuentos sobre la vida pepiniana durante el periodo del auge cañero y la época de oro del Partido Popular Democrático, como el llamado «El Ingeniero»; cuentos sobre los policías antinacionalistas, como «Los Delirios de Belén» o «La muerte de Nano Ortiz»... Pasa mucha gente pintoresca por mis cuentos, desde el Cura Aponte, ex-Alcaldes y legisladores de La Mogolla, Cucán o ya, más prosaico y actual, Sopanda... Este es un libro lleno de amor por Pepino y hasta el más perverso de mis personajes, pasa por el cedazo de una poetización que no falsea al personaje, sino que examina sus defectos y penurias y se dirige a comprenderlo y abrazarlo con cariño, por la magia de la poesía. Enmarcan en anállis sus almas y circunstancias... En las cosas anecdóticas que los pueblos registran y hacen suya como memoria de su historia, hay algo que es realmente adherencia regional, sucesión de patria, vínculo sentimental que se ata oralmente con la posteridad. Hay peligro de que esos cuentos flotantes en la memoria oral se pierdan, o se diluyan como el simple nombre de una calle, barriada o escuela. Es por lo que quise que estas anécdotas del elucidario colectivo no se pierdan. Son como lecciones ejemplares encarnadas. Guardan una ética y sicología social, deseante y deseada. En su momento, estos personajes eran muy festejados por sus ocurrencias, o sus escándalos, o sus simpatías. Podían ser unos hijosdeputas, pero la gente vio una cierta lección de vida para ellos... Es maravilloso que haya gente, con más edad que la mía, que las guarda y pudieron compartirlas... Sin duda, este libro fue posible gracias a las cosas que Horacio Hernández Campán, un genealogista pepiniano, Doña Bisa Rodríguez Rabell de Negrón, Pedro T. Labayen, el poeta Héctor Soto Vera y muchos otros, me compartían... y, sin duda, deudas con el historiador, poeta y sicólogo, Dr. Joaquín Torres Feliciano...

—¿Alguno de esos individuos en particular que lo hayas tratado personalmente y que te agrade más?

—A veces agradan más cuando no los conoces, sino a través del mito que encarnaron. Ellos puede pasar desaparercibidos, en su belleza y encanto sentimental, si los conocieras en vivo y directo. Te prejuicias por exceso de objetividad o familiaridad. Llegué a ver a Cucán Oronoz, que es el tema del cuento «Reflexiones antes de la caída»; pero nunca lo traté. Si me atreví a charlar mucho acerca de él con su esposa, Emilta Arbona, porque ella visitaba a una amiga suya, donde yo era inquilino y Emilita se abrió a confidencias cuando yo le dije, «¿será cierto todo ésto que se dice?» Como era una pintora, mujer fina y artista sensible, no sabía mentir ni asumir una actitud cínica ante mí. Gané su confanza. Fue ella quien me hizo ver cuán encantadora persona podía ser ese hombre, con tan especial genética y carácter. Era una especie de duende grande... Quizás, con una admiración muy fervorosa, yo diría que de estos personajes pepinianos me impresionó la historia de Luisa Bottari Rico, la que le dio una paliza a Chilín Echeandía («Chilín el Malo», como lo llamaban las personas de su tiempo y su familia para establecer una distancia). Es el cuento «Como una amazona»; o el cuento «El último adiós», dedicado a la Dra. Marcianita Echeandía Font, a quen llegué a ver, aunque murió cuando yo era adolescente y ni pensaba en escribir este libro...

Mis cuentos aluden, o se centran en muchas otras personas que conocí muy bien y admiro: Doña Bisa... bien, no me gusta escribir sobre gente que inspira odio, que sea odiosa. Todos mis personajes, por una u otra razón, pese a sus defectos, tienen que se inspiradores. Tocar algo que, aunque sea transgresión, forje un mito. Lo mío será buscar las palabras para contarlo, sin que se pierda la esencia epocal y el significado humano y social que esa gente tuvo...

—¿Es la Epica sobre San Sebastián del Pepino un complento al libro?

—Sí. Es en versos y en apretada síntesis lo que El pueblo en sombras es con la prosa. Creo que son dos libros que, en papel, publicaría. Sea como sea, en la internet, ya lo he entregado. Un libro tradicional es ya una vanidad, o un esfuerzo adicional, para hacerlo accesible al que no lee virtualmente, o le gustaría decir que el libro es suyo, o se le ha personalizado, en un volumen para tenerlo en su biblioteca.

—Eso vendrá. Con tu kairós.

—Sí, claro. Mi pluma no morirá entretanto.

—¿Y tu novela chicana?

—La puse a un lado. Demasiado complejo el tema y me frustré...

—¿Se te acabó la luna de miel con Aztlan y el movmiento?

—No sé. Sabes que, sin simplificar lo que quiero decir, yo soy de izquierda. Para mí, si es que voy a asociarme en favor de una causa, esa causa tiene que ser el pobre, el oprimido, el inmigrante... Y yo no sirvo para palmear las espaldas de mexicoamericanos que son más racistas, corruptos y ladrones, que los republicanos rednecks, que no son honestos con la historia de la nación y que, con Reagan y, poco antes, con Barry Goldwater, se han ido intensificando como conservadores y xenófobos, al punto que pervierten a los chicanos con las mismas tónicas... ¡Si supieras cuántos chicanos son, hoy por hoy, miembros de Tea Party Movement! Hablan el mismo lenguaje de Newt Gingrich...

—Yo te dije, lo hablamos... de Reagan para acá, los chicanos ya no tienen otra causa que las corporaciones promoviéndoles sus pequeñas agendas que benefician a sus segundas y terceras generaciones; luchan por cargos públicos, empleos, ser jefecillos de distritos escolares y prebendas. Ya no son un movimiento social ni étnico. Van por el encumbramiento en nombre de La Raza y un SI SE PUEDE...

—¿Un Sí Se Puede, qué? Dáme héroes, carne de cañón, para las guerras 'democráticas' de la Patria, dáme tu niñez para que ya no digan Mamá ni Papá, sino Mom & Dad; dáme nuevos ciudadanos para mi distrito y el programa tal o cual... ¡Viva el Sueño Americano, muerto de hambre! El papel que les gusta es el de chulear a los pobres como si fueran una palomilla de rameras, que deben talonear para ellos... Con fondos federales, so pretexto de minorías irrepresentadas, dan el gataso de que harán cosas que no harán, porque si las hacen no avanzarán como líderes en un sistema competitivo y racista. Si no son obedientes no se les vuelve a soltar dádivas del presupuesto federal. La prioridad es darse plataformas conservadoras para lanzarse como funcionarios electos o designables y, desde el poder que hagan causa común, en contra del sector que les elige, o ayudó cuando se ocultaron bajo el pretexto de La Causa y, finalmente, con asociación oportuna, teóricamente leales, a la postre no empoderaron a sus comunidades, se acomodaron ellos... ya, hoy por hoy, apenas sacan la cara por el inmigrante, temporario o indocuemntado. Hablan el mismo lenguaje de menosprecio, corrupción, divisionismo y desinformación que los anglosajones de clase media alta y alta. Ahora dizque creyeron que son republicanos compasivos... Tienen la mismas agendas militaristas y de asimilación que el Establecimiento propone para quien llega... entonces, ¿qué haré yo ahí, oyéndoles los pedos, gastando saliva o escribiendo en favor de unos corruptos, chulos de la pobreza, busca subsidios, migajeros? ... Mi partido no es ni demócrata ni republicano, aunque entre esos dos males haya que eligir el menor... pero se pueden autogestionar alternativas y consensos en la base...

No digo que todos sean así; pero, mejor ni les busco el lado Terminaré cagado.

—E imagino que los judíos ortodoxos te cierran la puerta...

—Entrada por salida. Los círculos cerrados no me gustan. En esta época de la políticas de seguridad interna y de sionismo desenfrenado, yo no puedo comulgar con ellos y ellos saben que soy de izquierda y anarco; pero conozco a judíos muy puros, con los que puedo hablar sobre Kabbalah, círculos de estudio de la Torah. Mi círculo es muy selecto y en él se me respeta como si fuera un rabino. Yo les digo a esos poquitos de mi diálogo que identifiquen bien sus causas . Los que son poetas me entienden y ante los celotes no me doy ocasión de que me pisen los talones en Irvine.

—Gracias, Carlos.

—Sale, vale.


Bibliografía

Carlos López Dzur, poeta: Rebeldía con esperanza

Los gros serpentinos de un poeta

Carlos López Dzur: Tarea Escolar

Abelardo García Vera: «Entrevista con Carlos López Dzur: Los giros serpentinos de un poeta»

Simposio de Tlacuilos

____

Diez cantos a la ignominia: Lopez Dzur / La pianista negra / La Guía que falsea los Sesentas: Jonathan Leaf y “The Politically Incorrect Guide to The Sixties” / Tres símbolos vivientes: Collen LaRose, Charlie Dent y Lars Vilks / El eclipse de los sunitas / La prensa vendida y anestesiada / Anarquismo / 5 / Unión Hispanoamericana de Escritores: Carlos López Dzur / Carta a la vida: Beatriz Ojeda / That's no angry mob / La Naranja / Artículo de Fernando Dorado / Sequoya Virtual 56 / Sábanas

¿Por qué no soy una mosca? / Un día que me llamaron


¿Por qué no soy una mosca?

No se comienza a vivir con mera biología.
De una mosca no se sabe a dónde va cuando la matan.
Una mosca puede dormirse y a quién le importa
que sea distinta a un gargajo, o que vaya a un reino
delicioso o macabro de moscas.
Una mosca no necesita perdón como el hombre
ni gran espacio para sentirse ocupante,
nadie le mide la importancia, si tiene o no
corazón que sufre, ¿qué importa?

Ella, de por si, es un artificio
de organizado biotismo y... aún así da zumbidos;
pero yo no soy una mosca ni un gargajo.

Yo necesito darme dignidad para sentirme vivo.
No me gusta la vida sin conocer mi sentido;
yo sí quiero el perdón al sedimento que ocupo.
A cada célula que se acomode a mis huesos
la quiero afortunada y la bendigo.
Yo sé a qué olores acudo, a qué apariencia
querrán acostumbrarse mis ojos y me gusta que soy
algo más que mi nombre, o mi taxonomía.

Me gusta el Ser, distinguida ontología
para la carne; entonces, sí entrego el cuerpo
y lo muestro orgullosamente y lo bendigo
cuando lo ocupo.

*

Un día que me llamaron

Un día me llamaron «¡Carlos!»,
pero yo era más que Carlos, o un dato,
o señal nominativa. En rigor, conozco a una perrita
que la llaman Carlota, a un ratoncillo
que lo apodan Miguel, Mickey,
otro gato conozco que lo llaman Carlos.

Un día me llamaron Carlos y yo estaba
fuera de mi cuerpo, casi en el techo,
oyendo cómo llaman a las cosas y cómo se maltratan
los hombres y se gritan y fundan el desprecio
y no quise contestar... Esa vez me dí cuenta
que yo soy más que un nombre.
Ese día si me hubiesen llamado mosca muerta,
o mosca viva, me habría dado lo mismo.

*

Cómo descubrí la vida

Para sentir la gratitud que se debe
a la vida, hay que venir a la tierra,
al viaje placentario desde el túnel de la muerte.
Llegar con un conocimiento: ¡Ay, profundo evento,
este de conocer el espacio y el sonido secreto
(que lo inunda, porque no hay nada que sea
realmente vacío), hay un plenismo infinito
que se hila, que se teje, que se tantra,
y una voz cuántica en él, OM OM OM
que nos da el Nombre Verdadero,
la esencia que nos pertenece.
Nombre que no es Carlos ni Juan de los Parlotes,
nombre sin apellidos, más puro que todos
los perdones, más puro que todos los limpios antecedentes
que se pueda hilar enla historia o las genealogías
y yo escuché ese Nombre y me dijeron que pida
todo lo que es mío, en nombre de mi nombre verdadero
y fue cuando pedí la dignidad de ser...
Y nací... no por accidente. Lo quise.

*

Pero me hallé con gente que me niega

¡Cómo me extendí en el espacio-tiempo
con inocencia de ser-para-saberme!
Saberme desde antes una esencia,
pre-comprensión de mi ser maravilloso;
ser que ninguna deuda tuvo y pidió el claror,
otero transparente, pre-requisito
para serme-en-el mundo.

¡Cómo me extendí desafiando oscuridades
hasta que abriera los ojos, cómo fue tan dulce
la voz de mi madre y su olor que, por dulce,
creí que nacería en el corazón
de una pepa de guayaba!

Y sí, con ella, cuando me dijo adiós,
sentí nostalgia de la muerte, esa amiga
que habla y nos susurra el Nombre Verdadero,
el que no tiene deudas, el que es Anahta-zabda,
y se oye, como voz que viene de los cielos,
Akâza-vani, a casa vamos, a casa regresaremos,
pero... antes toma un poco de esa arcilla del mundo,
sedimentos de ese espacio y ese tiempo,
y díle Tu Nombre; díle que eres Carlos
sólo por un rato, no para siempre.

Para siempre, el Nombre con que te vibró
el cielo para darte el Ser, ser que es más
que la vida en el cuerpo, porque que estés vivo
es que estés despierto, oyendo tu Verdadero Nombre.

No es Carlos. Desmiéntelos y díle que el día
en que te adeuden, te vas. Que el día en que asignen
a tí el valor de una mosca o gargajo, te regresas
a casa, Akâza-vani, a casa, Tu Morada,
a esa vibración con la que sólo se solazan
los inmortales, quienes se afirman desde sí
y antes de echarse en la vagina biótica
de un ente, o la onticidad errante,
reclaman lo que les pertenece:
la dignidad de ser.

*

Según crezco me salva el amor

Y crecí. Batallar es crecer.
Nacer es sólo el dulce comienzo y ver
que te abandonan, por más viejos,
o en nostalgia de sus nombres,
los seres queridos
y ver que te examinan los otros,
negadores; a los que das amor y no lo quieren.
Es el modo en que te desmienten.
Patean tus manos, escupen lo que das.
Te ofrecen escorpiones, platos de lentejas,
ajenjo para tu sed, cárceles por espacio,
leyes y reglamentos para tu canto libre.

Te dan un nombre, no siempre un nombre puro,
Carlos, te dan nombre de cosa o de virtudes falseadas
porque ya no las creen; cuestionan tu nostalgia;
te negocian el espíritu y te ponen a raya,
te endeudan, te persiguen, te encuitan
para que niegues el alma y los odies;
pero si los odias, pierdes.

Sólo puede salvarte el amor cuando te llames
Carlos y llámate así, pero no olvides
el Nombre Verdadero y que tienes una morada
que te espera el día que te echen
de tu casa social en el mundo.
Akâza-vani, a casa, Tu Morada,
a casa con Tu Nombre de príncipe:
Anahata-zabda, medítalo, sólo ese amor
puede salvarte de los salteadores.

El hombre extendido

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Diez cantos a la ignominia: Lopez Dzur / La pianista negra / La Guía que falsea los Sesentas: Jonathan Leaf y “The Politically Incorrect Guide to The Sixties” / Tres símbolos vivientes: Collen LaRose, Charlie Dent y Lars Vilks / El eclipse de los sunitas / La prensa vendida y anestesiada / Anarquismo / 5 / Unión Hispanoamericana de Escritores: Carlos López Dzur / Carta a la vida: Beatriz Ojeda / That's no angry mob / La Naranja / Artículo de Fernando Dorado / Sequoya Virtual 56 / Sábanas

Wednesday, March 24, 2010

La pianista negra


A María Juana Beníquez Font, virtuosa pianista del Pueblo del Pepino, en el centro-oeste de la isla de Puerto Rico


Ella camina, camina y camina
¡a ver a dónde pisas, akâza!
muchacha danzarina por tus pasos
y oro puro, por tus dedos,
tacto del éter sonoro
y del aliento de Brahma.

Tienes hambre de sustancia primordial
y vas llorando... ¡Cleptómana divina!
De seguro que robarás vida que vibre,
¡anima mundi! de seguro, notas celestes
de la noche y cielos
y en jácaras de infinito plenilunio
esconderás tus botines, María Juana.

Un largo pentagrama es la escalera
y está tendida, a filo del abismo.
Emergió, según parece, del Sol
y halló tu piel de cisco
y tu cabeza hirsuta.

Y tú, difusa estás, entre colcheas
y glifos de días y horas, pausada
en gozo de tambores, latigada
por indiferencia de los necios
y envidia de los mentirosos.

Ellos, que gozaron filigranas
del concierto, elocuencias
de tu música y tu genio,
te cercenan, te recluyen
en tu olvido y tu desgracia.

¡Deténte, reposa un instante,
no camines, escucha, María Juana,
aquella niña del pasado,
aquella adolescente que esperaba
con amor, obsequiarse en melodía,
con dedos llenos de gracia!

Mírala, sin temor. No huyas.
¡Eres tú, sentada al piano,
tú en concierto y reverencia por Arezzo!
¡Mírate, Beníquez,
que a todos tienes encantados!
Beben del sagrado Soma del misterio,
leche oceánica y puránica, el discurso
de Dios que sale de tus dedos,
el amor negro que hay en el talle
de Catey de tu palmera y tus senos
de manso y violáceo ciclamen.

Maestra María Juana, tén cuidado,
¡a ver a dónde pisas, akâsa!
La clave Sol sofoca.
La mañana pidió su ritmo más salvaje.
Se alborota. Se conjura para darte
su último aplauso, clausura de fanfarrias.

En doloroso exceso, akasa tattva,
está que sangra el canto de la muerte
y una guitarra de Sandalio,
exquisitamente tallada por La Yegua,
ha parido un lamento de nostalgia
y una danza de Mislán cubre
con nubes de sus ojos la niña que yo veo,
tú, al lado de la maestra que educara
tu innato don, tu magia.

Ella te halló el piano viejo,
el primero que tuvíste y adivinó
que habría canciones en tus días.
¡María Juana, compositora,
alma musical y andariega del Pepino,
ten cuidado, que el dolor es paranoia
con sus tristes acentos
y blancas y negras notas en partituras
del arpegio ingrato!

¡Ay, caíste! el mundo es ya oscuro
y sordo y mudo y terco!
Ahora sí se silenció la tarde
y se fueron tus manos
por la oreja de los dioses
y el cuchillo que se cercena
lo sublimente audible
y lo inmanifestado.

Una vez más,
a orillas del sendero final,
el fin de la canción soñada,
te redescubre el viento,
el silfo de tus montes y te ama.

A mitad de la ruta que persigues,
a ver la mar te has ido
por el Puerto de la Aguada.

Partió de madrugado a San Germán
y la vieron caminando, caminando,
con la frente sudosa
y la tez de clazol
y de bagazo.

Por rumbos de terracería, barrios
cubiertos aún de niebla y cantíos,
se dirige a no sé dónde y parece que,
al caminar, vuelve y descansa.

Es la pianista negra, la maestra,
virtuosa que tuvo su pequeña banda.
Es tesoro sonoro de Pepino,
estrella en las covachas
del viejo Pueblo Nuevo.

Con Bethoveen y Mozart ella se cita
y va con manos que parecen alas
y sandalias, piano ilusorio de suspiros
y pena en Do Mayor y orquesta
con violines debajo de la falda.

Le quitaron el premio del Norte
que buscara, los sonidos del Shabda;
asaltaron el aplauso generoso del OM
que era suyo, más suyo que de nadie.
Le escondieron la alabanza,
la beca para el conservatorio.

Cerraron su escuelita y le dijeron:
aún no, esto no es tuyo,
no puedes tú ganar lo que es del blanco
y las damas de pelo fino y verdes ojos,
no necesitas la maestría, ni dar conciertos,
sino la banda aldeana, musiquera.
No busques el sonido del Madhyama
con los dedos oscuros del esclavo;
sé paciente, espera y calla,
María Juana.



NOTA para mi libro sobre Epica del Pepino: La maestra de música, pianista y compositora, María J. Beníquez, de raza negra, murió víctima de una caída durante una de sus jornadas de vagabundeo a pie y sufrió un problema de paranoia clínica y depresión aguda. En esa etapa, desarrolló cleptomanía porque no usaba sus dedos en el teclado y se pasaba frotándoselos nerviosamente unos con otros. Lo que desató su locura, o momento clave de su crisis depresiva, fue que se le negara una beca para estudiar una Maestría en un conservatorio de los EE.UU. Ella ganó las audiciones en presencia de Eleonor Roosevelt cuando visitó la Universidad Interamericana de San German; pero, le dieron la beca a una niña rica y mediocre, movidos hilos de influencia y politiquería. Un golpe bajo para Juana Beníquez, maestra de música de origen pobre, la mejor pianista clásica que había en el Pueblo, directora de una orquesta, compositora, pero negrita y bembona... Ella trabajó en escuelas públicas y, tras la negación de la beca que daba por segura, descuidó su empleo, descuidó su apariencia e higiene, la suspendieron, cayó en la bebida y caminaba como una pordiosera a pie de Pepno a San Germán, llorando por su beca. Perdida hasta las madrugadas, desmemoriada, bajo lluvia a veces.

Yo estuve muy metido en el estudio del Yoga cuando supe de su muerte; la ví muy pocas veces; pero la soñaba a medida que me contaron sobre su vida; por eso este poema lo escribí bajo el influjo del Yoga y los mantras. Un día soñé que yo era ELLA y corría por los caminos y calles en los campos de Pepino, canturreando mantras o el Himno de la Escuela (ella lo escribió). Supe entonces que, al día siguiente, tendría que escribirle un poema.

Shabda: en sánscrito, Anahata-zabda, voces y sonidos místicos que se oyen durante la meditación profunda; el sonido OM no es producido con contuciones. Los sonidos perceptibles al oído físico son llamados Madhyama; otras tres condiciones de gradaciones sonoras son percibidas por aquellos que han desarrollado sus más sublimes sentidos internos o espirituales.

Los libros vedantinos describen el Akâza-vani que, en sánscrito, significa «Voz o sonido que viene del cielo»; «una manifestación divina cuya revelación se efectúa por medio del sonido» (P. Hoult); el Akâza-tattva es el éter sonorífero, sustancia viva primordial, o éter cósmico que penetra el sistema solar.

El akâza / o también Akasha es el componente o ser primitivo o materia original de todos los cuerpos terrestres.

¡Yo sé que el mejor ritmo para honrarla debe ser una plena «a lo Cortijo», o una rumba o guanguancó encabronado; pero, yo era místico cuando escribí este poema vedántico!

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Sequoyah 56 / La Guía que falsea los Sesentas: Jonathan Leaf y “The Politically Incorrect Guide to The Sixties” / Tres símbolos vivientes: Collen LaRose, Charlie Dent y Lars Vilks / El eclipse de los sunitas



Wednesday, March 10, 2010

Novalis / La religión del amor / Continuación 3


Novalis / La religión del amor / 2 / Previo

9. La «Mano», «Rostro» de Dios y «Altas Llamas»: En el apartado anterior, comencé un análisis sobre el motivo de la Mano del «Padre / Madre», o del Espíritu y su relación con el hilado de la hebra de la vida por las Hijas de la Noche. En el hilar de la vida y sus evoluciones (Destinos), consideramos la actividad del movimiento (que es lo que los kabbalistas y gnósticos llaman la «primera emanación» / o «vibración» / en medio de dos principios contrarios, o dualidad. En un principio, esta lucha de contrarios se puede definir, como el poder escondido o latente de la Esencia Infinita, y su poder manifestado. Un punto (nekudah, en hebreo), que es lo «ínfimo / o poco / que sostiene lo mucho». Esta polaridad poco / mucho / luz oscura, directa («or yashar») / luz indirecta, o reflejada («or chozer»), es lo central de los Himnos.

Este punto inicial, como vimos previamente, es la «singularidad», o poder limitante de la Infinita Compresión de la energía. Energía es la esencia infinita de Dios, como enseñara Böhme, y singularidad en el lenguaje científico de hoy [1] el punto del que parte el despliegue del fenómeno finito del Espacio-Tiempo.

En la introducción al libro Gérmenes, J. Gebser, más admirador de Holderin que de Novalis, dice que «el sentimiento absolutamente nuevo del mundo», que trae Novalis, «lo adivinó de una manera puramente cerebral», por lo que le «falta cierta intensidad humana, aunque no carezca de sensibilidad». [2] Esta queja de Gebser parece razonable en cuanto las implicaciones que tienen sus Himnos a la Noche, su poesía en general y sus escritos filosóficos, que buscan fundamentar una «Biblia Científica», necesitan un lenguaje abstracto y más de la intuición intelectual.

El modo en que aprovecho las metáforas novalianas es el que supone el contexto de la Sabiduría Antigua, religión originaria de la humanidad que, si bien utlizara la poesía / mitología / de los antiguos, pretendió la Ciencia como la explicación racional sobre muchos procesos. Ciertamente, Novalis preconiza, unitariamente, una visión del mundo en la poesía, pero que, en cierta medida, está dispersada en enseñanzas más remotas, [3] aunque disgregadas, o parcialmente admitidas, como corriente principal o institucional del pensamiento en cada época. Las enseñanzas de por sí no son nuevas.

El hablar acerca de un Dios escondido / o el infinito escondido / en un punto inicial de revelación / no es nuevo; popularizar el concepto de que la primera vibración de movimiento y pensamiento son un despliegue, o emanación de un Dios amorfo, sí lo es. Utilizar el concepto de punto, esfera o spectrum, o figura (partzuf, en hebreo), como Luria para explcar el «tzimtzum», latencia oculta de la Infinita Esencia, lo es. No parece que se habla de Dios, porque el lenguaje es abstracto y los lenguajes abstractos jamás han sido populares.

Los judíos kabbalistas sí entendían el nuevo concepto de esencia / o energía oculta, en cantidades infinitas, porque mientan el Kether, que es el nombre de Dios, como «Sensibilidad superconsciente, dirección de la motivación de la Voluntad», Lo Sublime, «la más escondidas de las cosas escondidas», según el Zohar. [4]

Hasta lo que puedo discernir de los Himnos, Novalis no completó un proyecto de comprensión de Lo Sublime, pero explicó cosas muy interesantes y originales sobre el movimiento rotatorio inicial de Luz Ilimitada, sabiéndola substancia raíz del universo. La metáfora de la Rueda (de los Destinos) sirve al propósito; al igual, que la idea del Prototipo, que es la intuición del Anciano de los Días, o «Atik Yomin». Este es el Prototipo, o lo más Antiguo, debajo del Padre / Madre / como Kether, la Corona Sublime. Novalis describe estados de fe placentera, que sólo provienen de la experiencia de presentir el Prototipo, o Quien da el placer superconsciente e inadulterado de la fe. [5]

La antiguedad, cuando los sentidos ardían
vivos y en altas llamas
y la mano del Padre y su rostro
los hombres reconocían,
y con alto ánimo, ingenuamente,
aún alguno se asemejaba a su Prototipo.

Los sentidos representan todas las zonas de la consciencia (incluyendo las sensaciones orgánicas) y están representadas por las esferas o sephirots del Arbol de la Vida. El conocimiento de la Corona / Kether / como Voluntad / es lo más alto en la Sabiduría. La fe, sin embargo, se relaciona a una vía posible para este conocimiento de Lo Sublime de Kether, el Altísimo, desde el Abajo y Dentro / de las esferas («Or Ein Soph»). Si Kether parece el incognoscible, el que ningún hombre puede conocer, se debe a una condición de necesariedad que tiene la creación, el despligue de lo temporal que está implícito en las raíces del término hebreo keter. [6]

Este kether traducido normalmente como Corona también significa por sus raíces: «esperar» y «sumirse», o humillarse con humildad y paciencia. Ante lo escondido y sublime del Padre / Madre, hay que esperar, su porvenir como objetivación visible de su Esencia. [7]

La Fuerza de la Fe mienta un estado de placer divino, que es radiancia de la presencia y la Cabeza de la Nada. Es un estado paciente de expectación antes de ver la Omnipresencia y la Omnipotencia. El hombre puede que esté listo para decir «Dios es en Todo», todo es por su causación; pero, fracasar en la experiencia de indicar, o vivirlo, cuando los términos de la premisa sean: «Todo es Dios». Y si todo es Dios, ¿por qué tengo las Manos Vacías y mis Ojos no están llenos de Destino, Control y Poder? Esta sentimiento de Carencia es Dios como Nada («Ityada»); pero se sostiene por el gozo de la fe. «Emunah» como sustancia de las cosas que se esperan; pero que no se disfrutan o se tienen todavía. La fe perfecta asume la radiancia de una Presencia Divina, aunque no la vea con los ojos. Ahora bien, los ojos de los pálidos no reflejan la radiancia, el «fervoroso ardor» de la fe.

En el estado de Fe es que el hombre, trabaja, o procesa, con la Voluntad, y ejercita su rodaje, su enrollamiento con la energía, su perseverar ascendiendo interiormente hasta contactar el Anciano de los Días (Atik Yomin). Esta es la persona interior, cuyo gozo (ta'anug, en hebreo placer), Jung identifica con el Anciano de los Días y con el Sí Mismo, [8] nivel de consciencia que permite completar el proceso en que el creyente, u observante de su crecimiento en la individuación de su Ego, dirá todo es Dios. Es consciencia de Unidad y Totalidad y, por tanto, de perfecta fe, sin la cual no aflora todo el poder de la Voluntad (la Cabeza de Arich Anpin) como fuerza superconsciente.

Discutiré ahora el concepto schilleriano que permea la Religión del Amor de Novalis, basada en lo Sublime práctico, la Mano de Dios que dispensa la luz, en medio de la acción de los principios contrarios (dualidad): la atracción-repulsión, actividad-reposo, lo mucho-poco, necesidad-plenitud, varón-hembra, etc.. Si discutimos la divinidad, como participación en el flujo de la superconsciencia y el navegar hacia su fuente y si la vía hacia ella es la búsqueda de la Gran Palabra, consideremos cuál es ésta. En hebreo, es Havayah, cuya confección implica otras dos: Uno («echad») y Amor («ahavad»). Ambos términos son llamados en la Kabbalah, el secreto de la letra «Mem». [9]

La decimotercera letra del alef-beit, o alfabeto sagrado hebreo, es la Mem y se la describe como los trece canales de flujo de la Fuente Superconsciente divina hacia la consciencia humana. La Mem abierta es la autoconsciencia adquirida y la cerrada representa los estados inconscientes del ser.

Para el remero del «más allá», del «mar adentro» que se aparta de la «tierra inmóvil» y el reino de la palidez, la fijeza no conduce a la vida. La fijeza es conformidad («horizonte mezquino»); la «morada de los nuevos hombres» es una «isla celestial», asociada a las olas que refluyen y que el poeta asocia al motivo del «espíritu de Dios que flota sobre las aguas».

Con el análisis que los kabbalistas hilvanan y su relación con los números, así con la Tradición Oral acumulada de los Antiguos, el alfabeto sagrado, con su no menos de 3.500 años de antigüedad, comienzan una exposición en torno a lo que es la fuerza primaria del Espíritu. En la estética novaliana, puedo discernir las concidencias del poeta con las simbologías de la Kabbalah. Tal vez estas coincidencias no son casuales; pero el hecho es que son innegables, por cuanto es posible una aproximación crítrica a sus textos que las aproveche.

La «orilla» del Cielo que Novalis es la Infinitud del «dios escondido» como punto de arranque (este Punto es Yud) en tránsito, o direccionado, como línea / hebra / de luz imaginaria (simbolizada por la letra Vav) y yendo, en vibraciones, en remolinos, en avances y retrocesos, por una superficie («Dalet», letra del Portal, de la revelación). Esta superficie es descrita por Novalis como una

Las «superficies» de Novalis representan el Mundo como él lo concibe y, según lo comprende, o «Ve», cómo le gustaría transformarlo. El reconoce el Mundo / Todo / como proceso dual, donde en lo inicial del Punto (lo más pequeño, o poco) está la clave para explicar lo Mucho / lo Gigantesco / lo Universal y Sublime. El es un remero de las Aguas (la Mem), donde flota el Espíritu. El Yo lírico navega en pos de lo más de lo Oculto (más allá y adentro),

Huye de la tierra inmóvil
y de horizontes mezquinos,
siempre al mar, al gran mar noble;
siempre, siempre mar adentro.

en cuanto presente, con gozo, que el «poder de lo limitado» de ese punto paradójico (que es lo poco que contiene lo mucho) ha sido revelado. Esta experiencia con La Mano y el punto de singularidad está contenida, por igual, en los escritos del sacerdote jesuíta Pierre Teilhard de Chardin y quen llamó el Punto Omega a «un nivel supremo de consciencia y cumplejidad, una singularidad espiritual, libre de los límites del espacio y el tiempo». [10]

Cuando el Yo lírico de Novalis describe su «punto omega», dice:

Se desvaneció la gloria terrena y con ella
mi tristeza, la melancolía se fundió
en un mundo insondable y nuevo...

En esta experiencia, la Mano es la Voluntad Infinita y la habildad de Dios para sostener la creación. Al punto de la singularidad espiritual y energética, siguen benevolentemente otra creación, el mundo por venir, o nueva humanidad, hombres que entenderán la Unidad Fundadamental entre El y ellos. El único prerrequisito para participar de esta benevolencia («berajá») de Dios para su creación es humildad y fe. Dos nociones que está representadas en la letra «Yod», el Diez de la Humildad.

Una vez la Humanidad, concebida como almas individuales y colectivas sobre las superficies geográficas del mundo, su responsabilidad es adquririr autoexpresión. En la Kabbalah, este es el símbolo del «vestirse espiritualmente», no con harapos u hojas de parra. El alma, con lo único que puede vestirse, son las tres básicas «levishim» / vestimentas que le son propias: (1) Pensamiento («machshavah»), (2) habla o lenguaje («dibur») y (3) actuar («ma'aseh»). El alma que se viste con estos atributos es visible. Puede percibirse interior y exteriormente. Tiene rostro y cabeza y Novalis la nombra como el término estar «despierta». Sólo el Alma Despierta es remolino, fuente fluyente y vibración de Sabiduría, que puede expresarse externamente. El alma como Mem abierta es Agua del Surtidor, fuente abierta de la Auto-Consciencia, en contraposición, con el Alma Dormida que es la «palidez», con estados inconscientes de ser.

La verdadera Musa a la que Novalis alude con sus libros es el Mundo del Lenguaje, o más bien, de la Expresión Poética y la capacidad cognitiva y directva del alma, en cuanto está despierta. Alma a quien se le puede asignar la tarea de guiar e influenciar en la realidad del mundo. El alma vestida con la palabra, el pensamiento y el hecho, es el reino de la Otra Orilla y, por eso, es La Reina, la que «Sacerdotisa de Abajo», a la que los kabbalistas llaman «Malchut» o Malkut. [11]


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Notas bibliográficas

[1] Singularidad

«contracción de la luz»
within the point of contracted light.

[2] Novalis, Gérmenes o Fragmentos (Versión española de J. Gebser. El Clavo Ardiendo. Ed. Renacimiento, Sevilla, 2006), ps. 12-13.

[3] En términos generales, las enseñanzas remotas y disgregadas son aquellas que la Arqueología ha ido redescubriendo. «Los hallazgos arqueológicos, en el valle de los muertos, nos han permitido conocer que el mítico príncipe y sacerdote Hermes (Thoth, luego deificado), elaboro un libro de 78 láminas de oro, denominado Libro de Thoth, en que detalla los secretos de la vida del hombre y del saber de la humanidad. Estos símbolos a su vez fueron colocados en las columnas localizadas a los pies de la esfinge de Giza». (Cf. «La Esfinge Egipcia, las Tablas de Aeth, y el Tarot»). Del mismo modo, puedo referirme a las Enseñanzas en la escuelas órficas, pitagóricas y muchas otras, hasta llegar a la Kabbalah.

[4] Michael Laitman, The Zohar: Annotations to the Ashlag Commentary (Bnei Baruch / Laitman Kabbalah Publishers, 2009)

[5] Arich Anpin es uno de los Rostros de Dios que engloba, protectivamente, a las siete esferas más bajas de Atik Yomin, enriqueciéndoles su pulsión de placer con la fuerza motivadora del impulso de Voluntad. Según interpreta, el rabino Yehuda Leib Ashlag en su introducción al El Libro del Zóhar, «la voluntad se encuentra por encima del pensamiento, es decir, que cuando el hombre piensa no hace más que articular y darle forma mental a su voluntad y deseo». El pensar, romantizar, humanzar y meditar tiene el propósito de «discernir si nuestro deseo es egoísta o altruísta, previendo así la consecuencia de nuestros actos». La voluntad la da Dios como una de sus primeras esencias. La voluntad puede metaforizarse en el sentido de «hebras de luz». Un hombre es un hilador de luz («Or»), porque ese es la misión de su Primer Destino. La Kabbalah enseña que a la luz, divinamente conferida, la indentificamos con los términos racionalísticos que nos place y priorizamos la identifcación a gusto así hay quien identifica la luz de su voluntad, o su esencia de voluntad, con placeres elementales o cosas materiales como la riqueza

[6] Kether, en cuanto es la «esfera la la experiencia superconsciente» es también la esfera de Lo Sublime sobre la que Schiller adujera: «un objeto es teóricamente sublime en la medida en que como trae consigo la noción [Vorstellung] de infinito, es algo que la imaginación no se siente capaz de representar. Un objeto es prácticamente sublime en la medida en que como trae consigo la noción del peligro que no nos sentimos capaz de vencer con nuestros poderes físicos. Sucumbimos en la tentativa para tomar la idea de lo teóricamente sublime o para resistir la fuerza de lo prácticamente sublime. Un océano en calma es un ejemplo de lo anterior, un océano tempestuoso un ejemplo de lo postrero. [Charles H. Hinnant: «Schiller and the political sublime: two perspectives», en: Criticism March 22, 2002, ps, (24-25)] Schiller compartía, con Novalis, la misma idea de lo sublime, desarrollada en sus ensayos, , Sobre lo Sublime: Hacia un desarrollo adicional de algunas Ideas kantianas (1793) y Sobre lo Sublime (1801). Dios, como keter y como Luz directa requiere de unos Rostros o Cabezas mediadoras. Schiller introduce una distinción entre una seguridad que es externa y física y una que es interior y moral. En cuanto, lo sublime como atroz, es preferible la noción de «esperar» y «sumirse» en fe.

Por otra parte, está la explicación de lo Sublime aterrorizador. Aunque reconociendo al poeta y filósofo Schiller como teórico interesando en el estudio de la paradoja del placer y el dolor, recientemente, el filósofo Jean Francois Lyotard en un ensayo titulado Postscript to Terror and the Sublime, confiado son posibles diferencias, explica «en cuanto a una política de lo sublime, no hay tal cosa. Sólo podría ser el terror. Pero hay una estética de lo sublime en la política».

La manera en que los kabbalistas solucionan este problema de Kether / revelación sublime para el porvenir / es desplegar su esfera de experiencia en dos personas (o partzufim. Una es el «partzuf», Arich Anpin o Poder Superconsciente de la Voluntad en el alma. Otra, el partzuf externo, o Atik Yomin (El Anciano de los Días), que corresponde al Placer («ta'anug»). La pregunta es: Si hay un objeto temible o representación («Vorstellung»), en la que el poder de la Divinidad pueda ser amenzante, ¿qué será? ¿Tendremos terror ante ella, o por placer o sumisión, podrá el hombre trascenderla heroicamente? Schiller y Novalis estaban sólo interesados en lol Sublime práctico. Novalis, a través de la paciencia y la fe.

[7] El Zohar, o Libro de Esplendores, discute en torno a la Cabeza Desconocida («Ityada») de Kether, que aún no puede ser conocida por el mundo. Las Cabezas («Reishin») de Kether, son tres: La de Ayin, o cabeza de la nada, o fuerza de «ta'anung» / el Gozo /, la cabeza de Arich o fuerza de la Voluntad; y la cabeza desconocida. (III, 288a). La dispensación de esplendores por Dios está sujeta a las preferencias humanas por causa del Libre Albedrío.

[8] Jung sospechaba que el Sí Mismo es un agente activo, navegar con la Mano de Dios, con su benevolencia por Guía invisible, en la exploración del Inconsciente Colectivo u Objetivo. Decía que «el inconsciente humano tiene todas las respuestas a cualquier posible pregunta sobre los orígenes del hombre». Es el «depósito de las huellas de los recuerdos latentes de toda la historia del hombre», «base de todos los recuerdos de la humanidad y contiene las raíces de las cuatro funciones sicológicas: sensación, intuición, pensamiento y sentimiento» (González Whippper, p. 11). El Arquetipo del barquero de los Himnos y del trovador-aventurado que busca la Flor Azul, son tipos y figuras de La Mano de Dios guiando al hombre hacia la Puerta (Dalet) o superficies o zonas de la Super-Consciencia (el Sí Mismo). Se ha interpretad bien que la Flor Azul es el símbolo del poeta que «sabe agradecer a su Dios» y cifra en El sus esperanzas, camiando de su Mano.

El Sí Mismo es importate, en cuanto estado de consciencia, que permite la comprensión de símbolos contenidos en uno mismo, y hacerlo vivo. No se aprende ni se entiende hasta ese hallazgo del Sí Mismo. Entonces, el lenguaje del símbolo se redescubre a posteriori y «muestra hasta qué punto puede ser idéntico al ser humano en sus sensaciones y en sus expresiones naturales». «El símbolo es la única expresión posible de lo simbolizado, es decir, del significado con aquello que simboliza». (Cf. Cirlot, op. cit. y Albert Béguin, El alma romántica y el sueño (Fondo de Cultura Económica, México, 1954).

[9] Cabalísticamente, ambas palabras Uno (Unidad) y Amor, 'echad' y 'ahavah' equivalen numéricamente a 13. Y unidas forman la Gran Palabra, del nombre esencial, Havayah, el secreto de Dios, con valor número de 26. Se le llama el Nombre de la Misericordia. El 13 representa el poder de los Atributos de la Misericordia y la Gran Palabra (Havayah) es el nombre de la Misericordia, que está asociada a lo que una metáfora cabalística de la Torah llama la Sabiduría Infinita («las aguas que no tienen fin»: la Superconsciencia. En hebreo, el agua es «mayim». y simbolizan la Fuente de Sabiduría Divina. Por misericordia, una Fuente está abierta y otra cerrada; por misericordia se conectan.

[10] El escritor Don DeLillo, al comentar un libro de su autoría titulado Omega Point, en entrevista con de «Wall Street Journal», se refiere a la visión sobre la conscienca de Teilhard como una experiencia «cercana a la muerte», o que va alcanzado un punto extinción, o de lo que Novalis alude al decir («Se desvaneció la gloria terrena»), y después: «Lo que vendrá después puede que sea paroxismo o algo enormente sublime». «El Padre Teilhard conoció ésto, el punto omega. Un salto fuera de la biología. Hágase esta pregunta. ¿Tendremos que ser humanos / terrestres / por siempre?».
Don DeLillo: Omega Point

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