Friday, April 30, 2010

Larga conversación sobre serpientes y luces / 2



Por FREDRICK ALBERTO HIGGS, Ph. D. / Profesor de Filosofía

—Siento mucha curiosidad por la metáfora de la «hebra» ya que se puede pensar que la hebra, como fibra, es tan delicada y rompible... En un poema como «Queshebet» en que mencionas al «cuerpecito de salud, / niña de linda hebra», también la llamas «pizca de madre estéril», ¿cómo debo entender éso? ¿Cuál es la metáfora total?

—La mujer. Que da salud o enfermedad / que enrosca y muerde con veneno. El hecho que la describa como una planta trepadora también alude a la hiedra, a la serpiente, al ascenso de Kundalini, a lo que se puede rescatar... Es la misma «niña del pantano», sobre la que digo «... follis: saco de viento; aliento de vida, juventud eterna». Es la Novia / en tanto Serpiente / «ay, niña del pantano! / no ven lo inmortal que guardas en secreto; / no ven la abundancia / con que duplicas un ser en el pantano». Y el pantano es el Olam Hazeh, el mundo de hoy. La primera tierra / la cuna de la niña / el comienzo para ofrecer Tikkum, el redimir la mujer como género / y la humanidad como su colectivo... Respecto a la metáfora de la Cuna escribí: «La primera cuna es la enredadera, / el abrazo, urdimbre en la hamaca del barro, / monstruo serpentino que te jala del calcañar y te da el lenguaje de la urgencia / y el viejo contenido de apetito». Esto es diferente a decir «Kol Isha», o conceder a la Voz de las Mujeres como distractoras y traedoras de levadura al Templo. En el contexto de mis poemas la Mujer es la Novia («Kallah»), quien nos ocasiona gozo y felicidad («Simchah»).

—¿Por que dices que el «hombre del presente», del Olam Hazeh, vive con el «menor esfuerzo defensivo»?

—Es que estando equipados con un cerebro maravilloso, con ricos potenciales evolucionarios y dados desde su biología y dotación de Espíritu, o Iejidá, se entrena para utilizar al máximo sus esfuerzos agresivos, no defensivos. El paradigma cultural de Olam Hazeh es ser «Erebrab», el hombre agresivo que se aferra a sus oscuros instintos. Es ya voluntariamente aquel que maldice y desorganiza el Edén que tiene dentro de sí, el burlador de su Tierra Santa. Por eso digo que la manera de dar rienda suelta a un mundo maldito es gastárselas con el menor esfuerzo defensivo. Es su modo de justificar el mal y el pesimismo. Dice: Aqui se maldijo el mundo, hace todo lo que digo en este poema, por más corticación cerebral, y más mamífero, prefiere ser, como decíamos en Puerto Rico, «un mamalón». ¿Y sabes qué? En su cinismo, utiliza las agencias organizadoras para serlo. Hay mamalones en los templos (como esos curillas degenerados y pedófilos, o esos televangelistas de lucro y narcisismo), los hay en el gobierno, en las institiciones de Defensa y Seguridad (aparatos de represión contra los humildes e indefensos, contra el pueblo trabajador y las etnias). En las escuelas, mediante currículos diseñados para crear lacras, gente desigual, no compasiva, no sanamente crítica, técnicos humanísticamente estupidizados; hay grupos de acción social con agendas perversas, como la llamada Mayoría Moral, grupos sofocadores de libertades humanas... ¿Cómo no va a perder el hombre moral fe en las instituciones?

En ese contexto es que yo escribo en «Teth» una segunda sección que titulo Rivalidad. No porque crea que uno debe instigar rivalidad, o violencia iniciatoria. Uno lo que debe instruir es en el diagnóstico para intensificar la ética defensiva contra la rivalidad. La idea básica para regenerar moralmente al hombre es Tikkum.

—Cierto. Háblame cómo tú planteas filosóficamente esa noción de la literatura hebrea. ¿Cómo la tratas en «Teth»?

—Fíjate que yo comencé a meditar sobre el significado del Tikkum a partir de una serie de pensamientos que titulé Aforismos sobre la amistad y el amor oprimido que provisionalmente integré a mi El libro de la amistad y el amor. Creo que el primer dicho o aforismo fue «Donde no hay relaciones desinteresadas la unión es fraude». Es decir, la unión debe ser verdadera y comprometida; pero siempre quienes se unen son los seres que se respetan porque ambos son contribuyentes a la misma causa que los compromete; no un parásito y un explotador; no uno quiere estar de Su Lado y no del Lado Común que concierne al otro. La gente se une para rescatarse y defenderse, no simplemente por un decreto de ventajas parciales y egoístas. Esto es lo que yo llamo Tikkum. En el aforismo #39, defino así: «la esencia del mundo es servicio y que eres el primero que ha sido llamado a ser Contribuidor en el Tikkun / mejoramiento de lo existencialmente humano. Tikun, o tikkum, es una palabra hebrea que significa reforma, mejora, y la oportunidad de una colaboración posible con Dios / la Divinidad en / aras de perfeccionar la creación o, dicho de otro modo, la restitución de la Unidad en el universo». Ahora bien, a lo largo de toda mi obra poética y del libro «Teth, mi serpiente», yo sigo elaborando sobre el concepto (al que Heiddegger podría llamar el existencial de «Ser-Con»), para puntualizar qué es Ser-Con-Dios, el contribuyente supremo, qué es Ser-con el Servicio que requiere el mundo, la humanidad, que es Ser-con tu prójimo y cómo concretamente dar servicio... Quien está por dar servicio al prójimo y no a lo que designaría el «Sitra Ajra, el Otro Lado, sede formativa de la voluntad autodestructiva» (Aforismo #25 de mi libro) es tu amigo y, con él, se pueden hilvanar infinidad de proyectos y hasta puedes casarte con él / o ella. El único reparo es que esté del lado no autodestructivo, sino del Lado del «Olam Hatikún», o mundo de la corrección, o la Reforma (Tikkum), del Lado de la Fuente de Jaiá, la que crea el mundo continuamente y le procura unidad / «Iejidá».

—¿Cómo definirías eso de Ser-con-Dios? ¿Implica que hay que ser creyente?

—Por supuesto que no. Creyente en sentido de aferrado a algo instutucional, a una secta, a una religión que le predefina un Creador, no. Porque la experiencia de lo Divino puede ser atea o agnóstica y da lo mismo. Lo que una persona tiene que tener, ésto lo discuto en mis libros, es un Lugar Sagrado («Sitra de Kedushá»), o mejor, una noción de que debe cortar de sí sus tendencias aniquiladoras. Una noción de que él como entidad es sagrado y propiciar que el Lugar que pisa lo sea, porque no se vive en un limbo. Necesitamos un espacio mínimo para expresarnos. Expresas lo que eres, seas creyente o no en algún Super-Ente ultramundano o espíritu y si crees o no crees, no importa. Lo que sí importa es que no esté en el Lado de Sitra Ajra, que es Tu Aniquilación interna y la aniquilación externa de tu hábitat, el espacio y vecinos que te rodean cuando lo ocupas.

—¿Qué sucede si ese «no creyente», o «creyente», no asume que su espacio o su Lugar debe ser Sagrado?

— En «Sitra Ajra», el Otro Lado, donde hay sufrimiento, donde el Mal posible no se convierte en bien, ni la oscuridad se transforma en luz, se perpetúa la violencia y la ignorancia, nace «Erabrab», la psiquis colectiva de los ultrajadores. Ese descreído o creído es Nefesh, el animal humano. No conocerá el Tikkum / mejoramiento de lo existencialmente humano... Ese sujeto que se joda y aguante, que coma y enganche... Digo ésto en el espíritu de Invocación de Eliyahu, tema un poema mío, titulado «Restauración del ser», que rememora lo que les sucede a los que adoran el Otro Lado y rememora las diferencias entre un lado y otro:

Acérquese el que maldiga la certidumbre
y la fe humana, que es la primera luz
y la imprescindible humildad.
Acérquese el que asocie la belleza
al placer y no a un estado de gracia,
limpia como la Aglae. Belleza de Tiferet
es mi segunda luz. Acérquese
quien esté convencido que, con el poder esencial
del amor, se forma un hombre débil, quebradizo,
que no podrá ejercer rectificación ni decir
a la Naturaleza, échate a un lado...

Descreídos: «Llenad cuatro cántaros de agua
y derramadla sobre la víctima y la leña.
El novillo de la ofrenda sóis».
«Otra vez», humedezcan su dolor.
Limpien la herida. Otra vez, tres veces, agua
sobre su campo de muerte. Hagan un arroyo
en su corazón y llenen la zanja con el consuelo
del Maim sobre la ofrenda vespertina.
El agua que habla la boca es mi verso despreciado;
pero bajo la Nube mi invocación consuela
porque será menos el dolor de lo que vendrá.

Pueblo amado, acércate y no temas.
Observa qué limpias están la piedras.
Más polvo hubo en sus almas; oye mi voz
que grita: «¡Fuego sobre la víctima mojada!
Ashavá recibe a este novillo con amor
porque te representa y los demonios del azufre
lo quieren cautivo y a tus mejores funcionarios
ensordecen, callan, ultrajan, niegan alimento.
Los blasfeman, los asesinan en los caminos
con ventaja, los censuran. ¡Fuego, quema
la mala vibra! y que se tape la cara
quien vea su propia vergüenza arder
en fuego, entre la leña y la piedra y el polvo!»

Y cayó el fuego y el pueblo lo vio
y bendijeron, camino al torrente de Cisón
al menospreciado y prendieron a los gandayas
e impostores que adoraban a Sitra Ajra.

22-11-2006

—Por el tono de tus poemas, a veces siento que estoy leyendo a Elías [
Eliyahu], como el citado y otro que me gusta que escribíste cuando visitaste Beerseba, tierra de milagros y prodigios de los Antiguos Profetas... Léeme Meditación de Eliyahu en Beerseba, recítalo a tu estilo...

—No, yo sólo leo; pero recuerdo un amigo que sí sabía recitar mis poemas y yo le decía, «no puedo creer que yo haya escrito éso». Y, ¿sabes? nuestro amigo Romero, con quien me compara es con Jeremías, desde que me conoció, ahora dice que no soy un lamentador, sino más agresivo. Agresivo no, lo corrijo. Ha aprendido más a defender, no a lamentar...

—Y Tikkun tiene que ver más con defender que con lamentar. ¿Qué vale lamentar sin corregir?

—Me gusta eso. Sabes, en antaño, las Divinidades, de Zeus a Yahvé, mandaban a los profetas a maldecir los pueblos del Otro Lado, hoy se les manda a bendecir y a corregir. Los poetas somos los neo-profetas de la bendición. La mayor parte de los poetas «tradicionales», o se quedaron en el lamento, o hacen descripciones subjetivistas de su estado de alma y de ser; claro, en su mayoría, bendicen, pero no corrigen. Yo soy el poeta cuya lengua es un látigo corrector. Hago poesía del Tikkum... Una poeta venezolano, Dilia Caldera, con quien suelo cartearme, ha visto el lado político de mis poemas del Tikkum. Reaccionado a uno, titulado Tikkun: Reforma de luz y sombra, me escribió: «Me parece estar escuchando el mensaje de nuestro Libertador, Simón Bolívar, cuando hablaba de Unidad, unidad indispensable para conformar una gran nación y así lograr el Equilibrio del Universo»... Me satisfacen mucho las cartas de ella porque sé que mi mensaje le llega. Me da indicio de lectores espiritualmente hábiles...

—Tienes un poema en que dices que el ciudadano debe ir «vestido de Tikkum» para ser restaurado y que recibe una señal para ello... Coméntame ese poema...

—Si el poema es del libro «Teth», debe ser uno que dice:

Cercana a mí ya estás.
Sorprendíste mis pisadas y mi rostro.
Pues entonces, apruébame;
echa sobre mis huellas, tu señal
para que me restaures.

Vestido estoy de tikkum
y edifiqué una piedra y la ungí
con aceite de tu corazón y mi llanto
(no contiendas conmigo si equivoqué
el lugar, por los rumbos de Azazel).

Peniel, repréndeme con el descoyuntamiento,
hiere mi muslo, pero no me abandones

... si en el poema se pide una «señal», debe ser uno con la experiencia del Desierto, «la soledad sin caminos». Uno sobre los dilemas de la incertidumbre, uno en que se es «desconyuntado» para que la terquedad y la apatía, lo despabilen y se consiga la humildad para seguir el camino hacia el Lado Sagrado, que no son los rumbos del Demonio del Desierto (Azazel). Tú sabes, ese demonio es el Ego. Andar hacia el Lado Sagrado, en pro de la Unidad y el Servicio, es circuncidar el corazón, matar el egoísmo. Jacob necesitó de una señal y vino un ángel (Peniel, el Rostro de Dios) y peleó con él y le descoyuntó el muslo. El ego en desobediencia es la fuente de todos miedos. A menudo, gente de buena voluntad se siente temerosa. Su ego es demasiado fuerte, lo suficientemente poderoso como para aplastarla en la apatía y o hacerlo no tomar responsabilidad... yo diría que vestirse de Tikkum es vestirse de humildad.

Hay un poema que habla mucho acerca de la experiencia de mi Desierto, que siempre apunta al defecto que ha sido porque provoca mucho desaliento: la impaciencia. Es Impaciencia del Tzadik. En mi propia opinión, yo crecí como un idealista y soñador, creyéndome una persona con buena voluntad y aún humilde. Entonces, merecedor. Mas un defectillo había en medio de esa imagen del Yo que me dí. Impaciencia. «Yo pienso que Puerto Rico merece que sea una nación independiente y soberana, lo quiero ya. Que pienso ésto de Cuba y lo quiero ya» y sabes, si desde jovencito estás lleno de opiniones y deseos e impaciencia, por más vestido de Tikkun, que te digas, no estás preparado. Hay que desear, pedir y saber esperar y hay que saber esperar porque una cosa diferente es querer servir y otra saber hacerlo... Esa es la Enseñanza del Arcano 9 en la Kabbalah Oculta y es la razón porque vienen los descoyuntadores místicos, los ángeles que te detienen para que no vayas a meter la pata y aprendas la humildad de la paciencia y la espera... Al Servicio, a la Unidad con-Dios y co-Mundo, nadie la emplazará por téjeme tú estas pajas, o la antepondrá con su desaliento o descreimiento como demanda. O chantaje. El que quiera servir que sea puro. Que se descoyunte primero. Que se circunscide el corazón. Hasta morir como mártir tiene sus lecciones... Y mucha gente patriota, furibunda porque el triunfo de su causa se demora, la cambia, la traiciona y se cobra lo que sufrió por ella. Yo ejemplifico con el caso del sionismo. El judío errante, a riesgo de ser exterminado, explotado, devaluado con el menosprecio, desvalorizado por la asimilación cultural, un día consiguió su meta, tuvo un Estado (Israel) para que no sea la nación / matría / patría errante. Este judío posmoderno desarrolló un síndrome de impaciencia (el que yo tuve) antes que comprendiera que la nación es algo espiritual. Es una lealtad espiritual. Sión es la Tierra Espiritual de uno mismo. Es una Jerusalén interior, no territorial. Conozco sionistas que se creen ultranacionalistas. Mas son una simple Derecha del Otro Lado que ni siquiera hablan el hebreo; no tienen un lenguaje sagrado y sus valores culturales son los mismos de Occidente. Podrán tener una Tierra / un Estado / un proyecto político / pero no una judaicidad auténtica; lo que tienen es un estilo de vida y una ideología falsaria. Eso es lo que produce la impaciencia política, fascismo, el sentimiento de espacio vital de los Nazis y hay sionistas judíos que lo que son se asemeja al nazi resentido... Por eso despojan a los palestinos; provocan rivalidades con sus actos, el terrorismo de Estado y sus partidos fascitoides y derechistas. En la región del Medio Oriente, representan los intereses del imperialismo norteamericano. No la Mano de Dios. Ellos no están bajo las Palmas del Creador ni trabajando por el Olam HaBa o el porvenir de armonía universal ni por el Séptimo Milenio, que es la Era del Mesías / Yemot HaMashiach / y, de hecho, si siguen así jamás verán la resurrección... Sea cual sea el momento, del Techiyat HaMaitim...

Entonces, ni son ni eran tan puros... Es una palabra muy dura para ellos; pero te diré nacer caribeño, reencarnar en una isla, me separó de ese tipo de educación ortodoxa de rabinos, con ínfulas de poder y exclusión... y mi mamá, que sabe que me encanta la política, me dijo: «¡Qué bueno no nacíste allá!» Que bueno que la Luz venga de un país que tiene héroes, como el que escribió los Diez Mandamientos de los Hombres Libres, el Dr. Ramón Emeterio Betaces, un mulato que fue un grandioso médico en Francia y forjador del ideal de libertad... ¿Te imaginas a un Betances, a un Albizu Campos, a un Concepción de Gracias o a un Juan Mari Bras, traicionero, impaciente, oportunista, pasando gatos por liebres? No yo. De ahí la grandeza de esos patriotas. De ahí la importancia de la Isla... Esos mencionados no son ni dieron ejemplos de impostores ni de gente echando suertes con la bandera del anhelo de soberanía y Estado para su país que, tarde o temprano. pudieran vender al mejor postor... ¡Carajo, qué mucho hay que aprender de ellos, los patriotas puertorriqueños para ser un buen judío! Para no sentirse espiritualmente en un limbo... como llegué yo a sentirme ante mis causas espirituales, al decir...

Ya no sé si hay karma, o tikkum,
si mundo y alma se reparan, yendo a pausas
por la sed de futuro, en corrección, o si cada día
hiere más el cuchillo que se lleva en la boca
por un pedazo de pan y un mugre techo;
ya no sé o, más bien, no me interesa
otra cosa que no volver
a vivir, ya no.

Ni la fama de valiente o militante quiero.
¿Para qué sirve esta individualidad
(si ya siente asco por todos los apegos)?
A más hayas amado el referente,
objeto de las adoraciones,
más amarga vendrá con la traición,
el golpe que te lanzan tu amado,
la prueba de su delito y... te ves tan débil y amargo
cuando así te destrozan; ¡ay, rabíno Luria!

¡Ay, cómo quisiera ser ya guigul, demonio irredento
y trepidar en la tierra o infierno, que es lo mismo,
asustar a la gente, hacer que se caguen de miedo,
que terminen comiéndose su mierda, que paguen
todo lo que han hecho, karma y tikkum trenzados.

Ya no puedo tener paraísos en ninguna parte.
Y no puedo ser justo con tanto hijodeputa.
Se acabó la paciencia del justo
y mi nombre entre tzadikim no veo.

23-04-2000

—Sí, hay mucho dolor en ese poema. Pero hoy estás entre los tzadikin.


—La paciencia es una forma de velar, o de vigilia, al cabo de la cual uno está preparado para decir «Acepto», aprendí una lección en esos tiempos de mi Crisis Interior: «Desde aquella vez, dije: «Acepto». / Pero ya que, semiduermo / o velo en mi tiempo de crisis, / en mi clima de peligros». Uno acepta el alimento que ha recibido de las Tres Madres espirituales. «Que mi esfuerzo físico se alimente / de Tus voces escondidas, / de las Tres Madres acusmáticas / que hablan, sin que sepa yo / dónde están ellas cuando visitan mi centro en la adunía?» Porque, así como es necesario una Preparación para el día del descanso, también es necesaria para el Día de Trabajo Duro / el Servicio... Lo que me dice el alma judía, desde previas encarnaciones, es que vaya y nazca donde yo nací y cuando lo aprenda regrese y ofrezca la semilla de lo aprendido... Ahora mismo, a los colonialistas de Puerto Rico, a los anexionistas, impacientes por un Estado, el país interventor y metropolítico les dice: «Si quieren ser el Estado 51 de la Unión Americana, si quieren la plenitud de la integración, no conserven el lenguaje. El inglés que sea el idioma oficial». Eso se lo dijeron a muchos judíos. Le quitaron su idioma. Pero de ser una lengua exterminada, el hebreo se salvó por el rescate de los verdaderos patriotas. El hebreo renació de la prohibición y la muerte. Es un idioma espiritual. En Puerto Rico, el Congreso puede quitar el idioma a los borincanos para hibridizar su nacionalismo, despojarlos de los valores encriptados en su idioma y cultura... A los primeros antillanos, los taínos y siboneyes, a la cultura arahuaca, eso ya les pasó. Hay genocidios lingüísticos, así como los hay físicos... Eso son subtópicos que también hay en Teth y, con mayor elaboración, en el libro Lope de Aguirre y los paraísos soñados. De modo que cuando yo hablo de Desiertos, hablo del aislamiento cultural desde el cual se pide espíritu, Luz y esperanza, como alimento, para que no caigas en manos de piratas extranjeros y colonialistas genocidas... en el Desierto, se da Ley / Camino / al que entiende y al que no solicita la compañía de las víboras y los Becerros de Oro por explotadores... En el Desierto se forma el mamalón, o el hombre fiel, aunque errante, el único que se cura con la misma Serpiente que a otros morderá donde más le duela...

—Con el espíritu desnutrido, no queda clara la causa... y ser alimentado es como el rito de consagración («Voy a servirte»). «Conságrame si voy a servirte. Hazme consciente de si estoy / en el fuego».

—Así es. Y ese fuego es la energía para el Tikkum. Siempre hay una causa a la cual servir. Y siempre hay unos males peores que otros. Y la Sabiduría está no en tapar los defectos de ninguno, por unos parezcan más viables y sanos que otros. Observa este dilema de nuestro tiempo. Tiene que ver mucho con el rol de Tikkum. Los gringos tienen una tradición de secularismo; pero hoy la nueva Derecha Cristiana quiere definir la nación como «a Christian Nation» y en Israel, hay ideologías sionistas que espiritual y políticamente desvirtúan el Estado y excluyen a la gente que difiere. Impera entre rabinos ortodoxos la Ley del Vientre. Se es judío de segunda si no se cumplen preceptos o te casas con un varón o mujer-no-judía... Los cristianos más poderosos y vociferentes creen que hay que apoyar a los sionistas y excluir a la gente progresista, secular, y hay un operativo o estrategia de dominación corporativa que desea imponerse en el mundo. Imperialismo y sionismo hacen causa común para debilitar toda iniciativa de Tikkum... El país norteamericano, el del Sueño de Libertad para todos, se ha convertido en el país más xenófobico de la Tierra, alentador de islamofobia en toda Europa, el que quiere ser menos generoso y colocar a la élite más rica en ventaja sobre cualquier sector pobre y el que da peor trato, represivo, a sus ciudadanos y residentes, como en los tiempos de Stalin y Hitler... Lo que vemos políticamente es la crisis del Tikkum. En ésto coincido plenamente con un vocero del Tikkum valiente en los EE.UU., que es el rabino Michael Lerner, con quien tengo contacto...

Mas para dar las especificidades de en torno al Tikkum yo tengo «El libro de la guerra» y «El Libro de Aanarquistas», «Teth» es un libro metáforico y filosófico de principios generales. No tiene que ser tan narrativo y ejemplicador como los otros. «Teth» induce al Silencio Meditativo, no a alborotar el cotarro, ¿entiendes?

—Sí, comprendo eso. Es un libro de chispasos. Entre la luz del «Libro de Resplandores» y la «Binah / lo morada oscura» de lo Secreto, el «Sod», la semilla en el útero de lo Oculto... ¿Quieres comentar sobre la metáfora de la Isla en este libro? ¿Es nostalgia de Puerto Rico / Borinkén / o hay una enseñanza asociada al Edén o Tierra Santa?

—Sí. Puerto Rico es un lugar de mi elección para nacer con memorias de mi pasado. Escribo con mucho por Puerto Rico, con voces nacionalistas y regionales; pero no en la forma de un patriotismo enunciativo de lo político. Lo especial de este vínculo génesico y natal es que fue un punto de reconexión, no con una patria política, meramente geográfica, sino de rememoración espiritual con la «matría» y ésto quiere decir, «Mis Tres Madres». Memoria de mis tres ancestros espirituales, aún en la carne... Esto yo lo digo con unos versos que pueden parecer extraños porque para un sicólogo clínico pueden parecer que tengo una condición paraesquizofrénica:

En la tierra que te dí
puse el Silencio de tu ser-aprendiz,
niño de Sol, sostuve en tí la Alegría
del Loco de verano y la humildad
del que oye y ve y obedece.

Te dí la bicameralidad neural:
la hermosa esquizofrenia del poeta,
el mecanismo de los que alaban
al Dios de sus cimientos.

... yo siempre he tenido que conciliar Tres Voces que me hablan. Una es un alma sefardita; otra es un alma alemana, que yo llamo «heideggeriana» y otra es, antillana, tambié con voz barcelonesa. Para confirmar ésto, yo he viajado a esos países, a todos lus lugares donde debo rastrear una pista para no sentirme esquizoide. Esta fue la primera definición o hipótesis personal que dí a lo que en mis poemas llamo «mis peregrinajes».

—¿Tiene que te durmieras en la clases de hebreo y filosofía, con Averini, porque te ibas de viaje, como en estado de sueño? Recuerdo que te recomendó que fueras a un médico...

—Sí, hasta de loco me tachó. ¿Y sabes? Yo fui. Le dije que desde chico yo sueño en alemán y en hebreo y que sólo hasta entonces, cuando estoy en clases, para aprenderlo formalmente, me duermo como en trance hipnótico y me comunico con gente que ya está muerta y lugares que he visto antes... De ya vú. Entonces, él quiso grabar mis conversaciones y me dijo que no necesitaba las clases ni exponerme a que una persona insensitiva se burlara de mí. Me preguntó si yo consideraba estúpido a mi maestro y yo le dije que, por supuesto, que no. ¡Mis respetos! Este incidente resolvió un cierto complejo que tenía. Un médico-siquiatra me absolvió de culpa. «Usted es un privilegiado. No todo el mundo recuerda sus vidas anteriores». Ese día yo comprendí algo sobre la divinidad, que es lo que digo en el poema «No te dejaré solo».

Nada tenías escondido,
nada que esconder de Quien
te dio su Voz todos los días
para que hablaras Verdad
desde la izquierda del Pilar
de la Sabiduría.

En mi adolescencia, yo me estuve auto-aniquilando en timidez, en no ser sincero con amigos, y confesar estas cuestiones. Por eso te hablé sobre soledad. Un día sí le dije a mi mamá; «yo creo que estoy loco», que ensueño mucho, que no soy normal; pero ese día, ella me dijo: «Tú no tienes que esconder nada. Si tienes u oyes otras voces, escucha y ve si es que Dios te está hablando». Sabes ese poemita es una glosa de lo que me dijo mi mamá. Por eso lo puse en «No te dejaré solo».

En cuanto a tu pregunta concreta: «¿Es nostalgia de Puerto Rico / Borinkén / o hay una enseñanza asociada al Edén o Tierra Santa?» Sí. Es nostalgia, pero hay como digo en Ella / Isla / la Amada, una revelación: «La isla nacería, su décima esfera de Caribe, / sus chispas de tikkum entre las olas, / extensión de su materia y monte santo / en el centro de Luquillo». Quiero decir, la comprensión del Tikkum y el retomar el estudio de la Torah. «En diez esferas, de tu cuerpo, hallarás sabiduría / y me la darás, tentándome, Serpiente, / y entonces, Novia Divina, serás/ Na'arah».

—Puerto Rico es como una puerta que se abrió para tí en El Edén...

Abre tu corazón al centro geográfico
de lo Infinito, y mira
que por algo te organicé
el corazón desde Tipareth.

El centro de mi Arbol está en tu árbol
y el ¡Ay del parto es tu corazón quebrantado
y tu cabeza ancha, ojos de zorro y hocico agudo!

¡Carlos, ve! Y comunica a tu pueblo:
el pacto sigue en tu tierra
cuyas aguas me ofrendaron su sal.

Hábláles acerca del corazón otra vez
porque Amalek trajo ya su impureza,
pero el pacto sigue.

Ve salta y chapotea sobre las aguas,
abundancia de Dios, dulzura
de Guajataca, da tu Tashlij,
y toca alto, sonoramente, tu Shofar
y anuncia: El pacto sigue en pie
como la Cruz del Culebrinas
sobre las aguas de tu esplendor
y ante las ruinas tristes del Espinar.

8-17-1989

[«Dalet, la Puerta»]


Es como un nuevo contenido con que enriquecer el sonido del Shofar como símbolo del Mensaje / el Texto poético. Un templo que edificas.

—Sí, se infiere de «La Puerta»... Una de las metáforas de la literatura hebrea en general, una que amo particularmente, es «Vasija». O en su lugar, «Utensilios», en el plural hebreo, «Kelim». La Biblia habla de un «tesoro de vasos de barro». He meditado mucho sobre cómo esta metáfora está presente en el concepto heideggeriano de «útiles», el vérselas con las cosas en cuanto enseres y útiles a la mano. La consciencia del hombre, en su quehacer, es lo activo, lo que debe darse relaciones con las cosas, trascendiendo lo que no es consciencia, hacia el ser-en-sí que lo es. Por eso Heidegger observa claramente que el hombre crea mundo; la mera existencia, mundaneidad. Crear mundo con cosas, con utensilios, a mí no me parece pesimista y hueco... yo creo que el primer mundo que se crea es uno mismo como pre-comprensión del ser. El hombre es un pasajero / Dasein es ser Neshamá. Decirlo así es hebreo; pero decir que el Ser es un ahí, un «Da-sein-in-der Welt», que necesita mundo (no en el sentido de lugar natural, o espacio de Naturaleza) es darse una naturaleza espiritual y ésto es lo que yo llamo Espíritu, ser activamente en pese a lo otro, el mundo de utensilios y la trama de las cosas y de la «Leib», la corporalidad... En fin, me gusta la noción de la «espacialidad originaria» del Dasein (Hombre) en Heidegger porque coincide con la concepción de alma de la Sabiduría de la Torah. Esto es, no podemos buscar el sentido de la Jaiá / Vida / ni de la Unicidad (el alma como Iejidá) en la actitud pasiva de un espacio antropológico, o un ahí que es sólo un entramado de utensilios, que tomamos como señales... Uno puede observar un caballo, animal de instintos, pero el caballo no se pregunta por el sentido de ser-caballo. A un caballo le da lo mismo que lo monten, o lo aten a un carruaje, que el trotar libremente, sin conocer a un cocheo o a un pasajero del coche, o al jinete...

—¿Entonces? El alma del hombre no es como la del caballo.

Nefesh no es la realidad esencial del alma del hombre. Decirlo sería como decir que uno es un asno...
Y tampoco somos el carruaje al que el caballo debe atarse. Ni aún somos el cochero del carruaje, porque un cochero puede ser piloto automático o un robot. Quiere decir que al alma, como Ruaj, no es la realidad esencial del hombre. Ruaj es la metáfora para el cochero y, sea un ente natural o uno mecánico, no sirve para describir el alma. Es un elemento demasiado parcial e instrumental. Cuando estudio a Heidegger, me doy cuenta que él admite esas cosas. Y es por lo que dice que las cosas no existen en el sentido de la dignidad de existencia que tiene la consciencia del hombre. Las cosas son. El objeto al que se dirige la conciencia no existe. Sólo el Dasein dota de sentido a los utensilios, que son impenetrables y opacos, como dice Sartre. A cualquier animal u objeto, la temporalidad no importa; pero a la conciencia, «ser-para-sí», los objetos y los animales le importan y eso ser por relaciones activas... Por eso de las cinco definciones de Alma que hay en las enseñanzas hebreas, la que más dsfruto es Neshamá, la del pasajero. No se puede ser pasajero sino se tiene una relación con el carruaje, los caballos que lo echan a correr y rumbo a que quiere ir. El pasajero Neshamá es el Dasein que se atañe a un rumbo que llama el Ahí de su Ser, el Da-Sein. Y, para Heidegger, el Ahí es el Maestro en el Templo, o que edifica una Obra en el Claro, en el proceso de su pensar... Lo maravilloso es llegar a la comprensión de la unicidad de la existencia. Esto es lo que los cabalistas llaman «Iejidá» y la verdadera existencia, o la esencial existencia, es Jaiá. Esta síntesis de un pasajero que desea ser, a la vez, en-sí y para-sí, es la búsqueda de la Sabiduría, ser-en-Dios, ser-en-el Ser.

—Ahora la pregunta difícil, ya que hablaste de tu encanto de ser «Vasija», ¿quién hizo la vasija? ¿Y para qué? ¿Qué se pondrá dentro de los «utensilios» a la mano?

—Pues, ya sabes. La Vasija es el Hombre / Dasein. Ser vasija tiene un sentido. Tener algo dentro. No se forja una vasija de barro si no ha de llenarsr con agua o vino; pero uno puede llenarla hasta de mierda. Por eso, en plural, utensilios y no vasija. Una bacinilla es un utensilio, por igual; pero la vasija de vino o de agua es algo más profundo y bello... Abraham, Jacob, Buda, Moisés, Cristo y tantos otros eran vasijas... Hitler como utensilio fue una bacinica; Heidegger, para mí, es una vasija de vino.

—¡Carlos, con razón, sacabas chispas al Dr. Averini!

—Bien lo sabes. Todos somos utensilios; pero, en medio de este ser continentes, a diferencias entre lo que queremos y unos y otros como contenidos. Hay quien quiere echar conocimiento a su vasija; otros quieren sólo heno y paja, alimento de cualquier tipo. Tú dale a un caballo, heno y te lo agradece, o él mismo va al pasto y se harta. Tú dale a un carruaje, compostura y a él, por neutralidad mecánica, importa poco que lo dejes enmohándose y con las ruedas flojas... En cuanto al Dasein / Vasija / es diferente. A él tiene que dársele buen trato y ver que sea agradecido. Cuando lo llenas de bien, o recibe tu benevolencia, él decide qué dar en reciprocidad. Puede que te pague bien con mal, puede que te reciproque adecuadamente... En Iejidá y Jaiá, decidimos de qué llenamos la Vasija Humana y que hemos de derramar en otros como contendo, siendo que todos somos vasijas vivientes y activas y tenemos una relación de pre-comprensión con el Mayor de los Seres / o la Mayor de las Vasijas...

—Que es Dios / HaShem.

—El nombre no importa. Puede ser Shiva, como lo es en Tantralia. Dios es el fuego de la Luz, el que formó las Vasijas y las coció. El Supremo Alfarero de los Kelim... Uno puede negar la existencia de un Alfarero Supremo. Esto lo dicen los mismo que contradicen su propio concepto de instrumentalidad y teleologismo, cuando piensan que para los seres más apáticos la única noción de fin es la mala fe y el autoengaño, pero: ¿por qué juzgar por unos, los mala-feosos, a todos? ... Respondo: el malafeoso, cuando le toca llenar las vasijas ajenas, les echa mierda por alimento. Entiéndase mierda como su propia angustia o de falta de esencia o propósito. Cuando sientes que el mundo es absurdo, el futuro incierto, el presente tan lineal que no hay predictilibilidad de un recobro de valores y buena voluntad, el mundo te da náuseas, te vomitas en encima de todo y no alimentas al prójimo con otra cosa que tus basca. «Si me jodo yo, que se joda todo el mundo».

—Sin embargo, en un texto tuyo que trata sobre Gonzalo Jiménez de Quezada, Regidor y Mariscal y de la Santa Fe de Bogotá, traes a colación a la Serpiente Antigua que habita el «divino fango», los lugares que la humanidad maltrata, y la haces un agente de esperanza. «Tenía que estar allí, Gran Lepra / de las brumas, fango divino de las eternidades, / tú, divina materia, Serpiente antigua». Esto es un canto de fe hasta ante el fango, la enfermedad y la miseria. Gonzalo está en miseria en ese instante.

—Hay un pasaje bíblico que dice que la verdadera lepra está en el corazón. Es una escena surreal en que Jesús dice a un hombre de alcurnia, uno tal Gonzalo Jiménez de Quezada, que se engrandeció como mataindios,

El había conquistado el Reino de las Moscas
(y los chibchas ni limonada bebieron;
se tragaban la sangre de lo suyos
como hienas que los despojos
de su espada, embrutecieron, hienas
que no discriminan; todo lo muerden
en caliente, sea fruto dulce o amargo

[«Gran Lepra»]

que se metiera la mano en el corazón, cuando lo hace, su mano leprosa. Luego, se repite el procedimiento y la mano sale limpia. En el poema de «La Lepra», lo que se dice es que aún los seres nauseabundos y leprosos tienen una segunda oportunidad. Ellos son visitados por la Serpiente / la Sabiduría despreciada. Veremos en ese texto su experiencia con la serpiente que lo muerde, cuando más flaco está y en zozobra, por alguna derrota:

Subías a él como serpiente,
enroscándote a su rala carne
y su hipotálamo exaltado, imprecatorio.
Bajas a él, como un ave cantarina.
Dispuesta estabas como siempre
a consolar su experiencia neuroquímica
en lo social del barro, tú... tan cognitiva
para él, pulso cardíaco, mal amigo,
cara de agresor, matoide en llanto.

[Ibid.]

En conclusión, aún cuando el hombre perverso, haga un fangal de maldiciones su entorno, aún para el corazón leproso, la Serpiente le sirve de asidero, le brinda una enredadera para abrazarlo, para que él se cuelgue y no se hunda y asfixie en el fango.

La primera cuna es la enredadera,
el abrazo, urdimbre en la hamaca del barro,
monstruo serpentino que te jala del calcañar
y te da el lenguaje de la urgencia
y el viejo contenido de apetito.

Sin esa cuna orginaria donde habitaste
con la serpiente-hiedra, no hay plenitud de ser.

[«Enredadera»]

—Tienes formas asombrosamente metafóricas para hablar de esperanza y los nidos de serpientes, las cunas y las islas... y, particularmente, la referencia a Don Gonzalo Jiménez de Quezada y el Reino de las Moscas, me hizo pensar en los coloridos de Trópico y selva que das al ser-ahí humano... me hicíste que pensara en el por qué de las islas... Háblame sobre el sentido de isla, o de aislamiento, tal como lo enfocas en «Teth». Pienso que es el mismo tratamiento en toda tu obra, hermenéntica heideggeriana.

—Diría que sí. Parto de la idea de que la existencia es el existir mismo en cuanto ser. Para experimentar unidad y no sólo «preeminencia óntica», la criatura humana debe estar abierta. Esto es el, por cuanto el ser es posibilidad, guiar el propio destino se determina en un elegirse, ganarse o perderse... En ésto es importante el carácter de lo remisional («Verweisungsganzheit») que dan los utensilios e instrumentaciones de «lo a la mano» y lo acaeciente. Pero, ¿cuál es la fuente del sentido del ser en el «ser-ahí» y los entes dentro de su ser-en-el-mundo, si no otro sentido preeminente... Hablo sobre la preeminencia ontologica para comprender la propia existencia como ser racional y comprender al mismo tiempo la de los demás entes, lo puesto sobre el fango, los pantanos, las selvas... El sentido de estar aislado / en cierto temple / deriva de no ver la relación entre la lógica y la ontología existencial, no estar vinculado a la comunicación y el lenguaje, al fundamento ontologico-existencial. Esto significa que la Vasija no sabe qué es lo que quiere por contenido, o no se llena de nada. Tener este temple, o estado yecto, es un «encontrarse», como primer existencial de la vida cotidiana, donde puede ocurrir todo, cualquier estado de ánimo. Se puede experimentar lo Sublime como horror o como serenidad o melancolía ante lo Bello, lo mismo que ante lo atemorizante. Uno puede curarse de espanto o deslizarse. Heidegger al describir el temple de lo cotidiano decía que no se trata de una Nada Ontológica, o lo fugaz e indiferente del ser-ahí, sino de un momento en que «los sentimientos puedan trastrocarse y enturbiarse». Este encontrarse en el temple es «lo que hace posible todas las disposiciones psicológicas» de lo cotidiano. Esa es la actitud de Ruaj / el alma como cochero de la emoción / quien, siendo diferente al pasajero, mantiene un temple. Su emoción tiene que ser la de otro y la suya mantenerla neutral. Su labor es ir donde quiera el alma / Neshamá / como pasajero y si a Neshamá lo que le place es irse pa'carajo, irse a las ventas del infierno, utilizar el camino del fango o el tropiezo entre pedragales, Ruaj proveerá eso como paisaje... Mas la experiencia unitaria y sabia del alma, cuando emoción y temple, instinto y vida, están armonizadas es cuando el Pasajero / Dasein / elija la ruta de la preeminencia ontológico-existencial, que es la Ruta del Edén, no de lo meramente óntico.

Para ser Existencia Auténtica, es indispensable lo que Heidegger llama la pregunta que interroga por el sentido del ser, que no sólo pide el previo y adecuado análisis de un ente (ser-ahí), sino que lo coloca en la mira en su ser. Esta es la pregunta sobre el contenido. Yo, la Vasija del Dasein / pasajero entre entremados de objetos y onticidades, de utensilios y entes diferentes a mí, intramundanos, quiero saber si los puedo contener, cómo me va a ir si los contengo... El Dasein hombre pregunta por el ente de su propio ser y por el Hallazgo del mismo. Y, la primera experiencia de hallar, es a veces su propia huída. A veces hay temor de hallar porque la primera forma, con que se experimenta la consciencia, es culpa sobre algo elegido. El hombre se siente arrojado al mundo desde esta Culpa / o Caída. Pero la pregunta sobre el ser es importante; pero el hombre seguirá, errabundo, hasta que no encuentre.

—En general, arquetípicamente, judíos somos todos. Peregrinos y pasajeros. El hebreo como «cruzador de ríos», es el perpetuo buscador. O vive una experiencia de buscar y no hallar, o de huir por miedo a hallar lo que no quise...

—Así es, Freddie. Uno no es humano hasta que no busca algo maravilloso, más grande que la mera yerba del pasto; independiemente, de si lo hallara. Es un buscador de lo Sublime y lo sublime en su quehacer es la pregunta señera. ¿Cuál es el Ente de Mi Ser y cuál el Ser de mi Ente? ¿Cuál será el contenido de mi Vasija y quién la forjó para mí?

—Dirías, conclusivamente, ¿qué conteste esa pregunta?

—No me envanecería jactanciosamente diciendo: «Ya todo está resuelto para mí»; pero diría que estoy en la búsqueda. Que soy humano y persona que tiene hallazgos y, ante los temores de esas búsqueda, cada día soy más valiente y activo. Sé que hay entes atemorizantes y amenazadores; otros temorcillos de menor cuantía, que te pegan tu susto, pero no te amenazan... Heidegger describe en El ser y el tiempo tres modos del temor ante entes «a la mano» y del radical poder ser, en cuya radicalidad está el comprender. Que alguien me diga que soy un radical es ahora un elogio. No permito, como decía Zacarías, que ningún Pastor Inútil, o dirigente de pueblos, deje morir «los pobres de la Kehiláh» como «ovejas de la matanza» es decir, a los pobres de la Kehiláh- con los sacerdotes cuyo deber es guiar al pueblo. Ni haga que se oscurezca mi sólo porque el suyo ha sido oscurecido. ¿Para qué vanagloriase, si el Olam Hazeh, es tierra de prueba? Es nuestro ser-ahí, comprendiéndose en la medida de sus posibilidades... Mientras vivamos tenemos la capacidad de realizar proyectos y de afirmar la buena esencia de lo que nos fue dado para la Vasija; podemos buscar la Serpiente en su propio nido pero, por igual, hacer que nos pique el ojo...

—Mientras comentabas sobre tu seguridad de hoy, el poder-ser en la radicalidad, repasé el hecho de que yo nunca te sentí una persona apocada, solitaria. Dentro de tu timidez eras cordial, muy discreto. Sin señales de angustia, por lo menos, aunque seas introvertido cuando te place...

—Según se crece, se van venciendo los primeros temores del temple cotidiano. Ante cómo reaccione el prójimo ante como uno es, deriva ese enfrentamiento sin garantías de aprobación o rechazo; pero una persona normal no tiene que sentir vergüenza de las diferencias de personalidad. He sentido miedo cuando siento que otro me cosifica, me calla y excluye, por que soy diferente en temperamento o no pienso como él; pero me saca la cresta él que alguno quiera anular mi libertad de ser. Por ejemplo, el hecho de que me interesan los idiomas ha afectado ciertos giros de articulación. Eso me hace sospechoso y agentes de Inmigración, gringos me han detenido hasta que investigan lo que mis documentos dicen y, al final: ¡Sí, es estadounidense! «By birth», pero, ah... habla como si fuera de Rusia... como Kissinger, me han dicho. Eso es parte del ser-ahí.

—¿Has tenido experiencias con el horror y con lo Bello? ... porque lo que me has hablo de sentir soledad tiene lados buenos y malos y sólo me confirma que eres brillante y sensible. Cuando me has hablado de que Tu Gran Maestro es lo sublime, o escribes sobre eso, te refieres a una experiencia intelectual, u otra cosa más existencial o fenoménica.

—Bueno, Fredde, ya te olvidaste que hace unos años me viste boqueando en el hospital con cáncer. Eso es sublime, para mí, saberme vivo y estar hablando contigo. Lo que pasa es que eso le ocurre a miles de personas y no lo agradecen. Yo sí...

—Curarse no es una experiencia intectual.

—Ni estrictamente emocional. Es una experiencia sublime ante el terror y lo amenzante. Una vez, en la India, me perdí y un perro me llevó a mi casa y me protegió, no se separó de mí durante todo el camino. Caminé días perdido... En los EE.UU., he sobrevivido asaltos a mano armada y no se me ha propinado ni un rasguño. Sustillos. En un barrio, creo que fue Logan, me hospedé por unos días en una casa, donde casi fue testigo de un asesinato. Un afroamericano, totalmente intoxicado por la droga, delante de mis narices, utilizando un palo de escoba, lo introdujo en la boca a un indio seminole, con quien estuvo bebiendo, minutos antes como amigo. Surgió una riña, salí de mi habitación y ví que lo tenía sangrando. Ni siquiera llamé a la policía, mas bien corrí del balcón a la calle y ví que pasaba una patrulla y la detuve. No habría tenido tiempo de llamar y ver que la policía llegara, sin que, en m regreso, me hallara al indio muerto... Eso es una experiencia sublime ante el horror, a mi juicio.

Y yo adjudico esa forturna a dos a dos caracteres que he desarrollado. Uno se llama devoción y otro apasionamiento... Hay filósofos que he leído que dicen que lo Sublime es una «fuerza extraordinaria» que no se puede ni pensar ni sentir ni actuar; pero yo digo que sí se puede sentir, aunque no explicar. Tal vez uno no la puede actuar; pero, un perro o un gato te hace el milagro... Creo que Mendelssohn decía que: «Lo Sublime escoge el camino recto, sin dar ningún rodeo; no necesita de ninguna ornamentación». Y lo Sublime ante el horror no requiere que tú seas valiente... La valentía intelectual es curiosidad y esa sí se explica, se siente y se actúa, y cuando tienes curiosidad es ella la que te lleva a experimentar lo Sublime ante lo Bello. Creo que Schiller y Kant estarán de acuerdo conmigo.

—Como yo sé que hay muchas enseñanzas lurianas y cabalísticas en «Teth, mi Serpiente» y mencionaste a las Tres Madres, anteriormente, ¿cómo se ve eso en tu libro?

—Pues, una experiencia de lo Sublime con lo Bello ha sido realmente mi reencuentro del Sendero cabalístico, saber que mi vida sedienta y curiosa tomaría este giro. Que yo necesitaba, en aras de crecer, ir la Fuente de Maim. Esto es el Agua, que está representada con la letra «Mem» del alfabeto hebreo. Y, como este manantial anhelado, representa la supraconciencia («aguas que no tienen fin»), la primera señal son el tipo de sueños; de los que llevo récords, que se convierten en poemas o textos. Casi todos mis sueños que relacionan a Puerto Rico, o las Antillas, islas de manantiales, tienen que ver con aguas, porque el agua une o disuelve, fluye y limpia. El agua puede surgir del interior, de lo subterráneo, o puede caer como lluvia desde lo más alto... Mem es una de las letras del alfa-bet que, con Aleph y Shin, son madres o generatrices de todo el resto del alfabeto «en significado, en valor y en poder», como dice Rafael Alvisa, autor de «La Kabbalah» [2003], uno de los libros elementales que se hallan en el mercado.

Mem es la letras de los murmullos del agua. Es letra de los inviernos cuando más cercanía necesita de los seres que amas. Es la letra del Vientre / Utero maternal y es la letra con que yo represento a mi Cuna / Mi pantano / mi Zorra / mi Novia / Mi Reina / mis seres queridos o íntimos. Los cabalistas le dan a la letra un valor númerico de 40, con lo que se mienta desde las 40 semanas del embarazo, lo 40 días del Diluvio, los 40 años de los isrelitas vagando en el desierto, 40 días de espera antes de que Moisés entregara la Torah... Es un número significativo para los israelitas. Lo más que aprecio de la simbología de esta letra es su carácter de letra abierta y letra cerrada, unida en punto que significa, según el rabino Itzjak Ginsburgh, «la primera manifestación de amor» o «el deseo de aferrarse a otro en el alma. Si te dijera, en el sentido heideggeriano, o si lo dijera para sacar canas verdes al Dr. Averino, ese punto entre dos manantiales o fuentes, abierta y cerrada, significa el Ser-Con de la «Sorge», el tomar Cuidado de algo amado.

—¿Por qué asocias a Mem con Puerto Rico? ¿Por qué dices que Mem es la «matría-patría»?

—Todas las Tres Madres de mis poemas tienen un carácter esotérico y revelado y son anotaciones sobre sueños y coincidencias confirmadoras. Déjame comenzar con relaciones remisionales. Las Tres Madres son representadas en mi poesía como las Tres Antillas; pero son también las Tres Mujeres en mi familia. Ya dije que mi mamá es la letra Mem y ella fue la Fuente inductora de mi búsqueda de la Fuente de Sabiduría. Ella leía la Torah y la interpretaba como yo. Sólo que yo estaba interesado en descifrar el sentido de redención social. Desde niño y adolescente, me interesaban las utopías políticas. Todo lo que se pueda hacer por la transformación social, que no sea subversión y violencia. Mamá tenía una visión gozosa del mundo. Y le gustaba esta profecía de Isaías que fue lo que ella entendía que es resurrección y fue la utopía «anarco» de Lola, su abuela. Par ella ella el fin de la lucha de clases, la armonía social, estaba codificada en los versículos de este pasaje, escrito por el Profeta Isaías: «Morará el lobo con el cordero, y el leopardo con el cabrito se acostará; el becerro y el león y la bestia doméstica andarán juntos y un niño los pastoreará. La vaca y la osa pacerán, sus crías se echarán juntas; y el león como el buey, comerá paja. Y el niño de pecho jugará sobre la cueva del áspid, y el recién destetado extenderá su mano sobre la caverna de la víbora» [11: 6-8]. Entonces, me decía: «Lee todo lo que quieras, tu Marx, tus rusos, tus Manos Negras», pero no te olvides de Isaías, los Proverbios y los Salmos...

Cuando nació la más pequeña de mis hermanas, Mamá la llamó Raquel / la forma españolizada de Rachel, la que sería la ovejita, la pequeña de la casa; cuando nació la mayor, le puso Rebeca, que es Rivka, en hebreo. La intuición sabia y ancestral de mi madre le permitía hacer observaciomes sicológicas con anticipación; por ejemplo, en cuanto a mí, decía: «Debíste llamarte José, como el Soñador», el vendido por sus hermanos y el descifrador de los Sueños del Faraón... quizás por eso una de mis inquietudes fue estudiar cuanto pudiera sobre Egipto. Yo, a los 14 años, me inscribí en el curso de los Rosacruces, A.M.O.R.C.; dedicaba más tiempos a mis lecciones por correspondencia que al currículo de mi preparatoria...

A Raquel y Rebecca, yo las dormía en una hamaca y las acompañaba a la escuela elemental. Fui muy niñero... «eran mis niñas de linda hebra»... Rebecca, es muy noble. Nació para vivir bien y mamá decía que sería vanidosilla. Entonces se explayaba, citando de la Biblia, que su nombre corresponde a un arquetipo y que cuando una madre es quien da el nombre da con el nombre un destino y misión. Renecca estudió Trabajo Social. «Rebecca es como Cuba, la antilla grande y rebelde, y la que triunfará». Tanto, Raquel como Rebecca, comparten mi ideología antianexionista y reconocen que el estatus de la Isla de Puerto Rico sigue siendo colonial. Ellas tienen mucha consciencia política

Nunca ellas perderán el destino dado en sus nombres, el deseo de servir / o sea, su Tikkun. Ambas destacan por la ausencia de egoísmo en el trato con los demás... En cuanto a lo que dice la Biblia sobre Rivka, una es que fue una mujer de la clase económicamente próspera, no criada de servicio; pero, por halagar a su familia, hacía las labores más humildes y fuertes, como dar aguas a los camellos de los foráneos o visitantes de la casa de su padre. Esto habla de ética de trabajo, de natural devoción y sentido de responsabilidad... Nunca olvido que, cuando se hizo adolescente, era muy trabajadora. Siempre le gustaba colaborar en tareas rudas para ser una niña delicada y alguna socarronería, Papá le daba un nombramiento del que ella, en su ingenuidad, se envanecía: «Mariscala del Martillo y las herramientas».

Rebeca fue especial, servicial y agradecida conmigo, como si reciprocara el cuidado que tuve por ella... Rebecca es además es muy linda, desde adolescente. Fue, para mí, la primavera de m casa. El aliento impetuoso del Aleph y la brisa del otoño. La primera en darme sobrinas, que portan el mismo nombre que las féminas en la familia y son muy lindas.

Mamá es como la Mem de todo el Caribe, en las costas de las Antilllas. Es la Matriarca que representa el Templo Sagrado, como gematría de la Madre y es curioso que el valor numérico y gemátrico de la frase «Rosh HaShanah» / Día de la Expiación / la más importante fiesta judía, sea el mismo para Madre / Mujer y Templo [861]

No tuve que ser kabbalista para darme cuenta de que mi mamá tuvo una sensibilidad muy judía que desmiente muchos mitos de los rabinos ortodoxos que mucho conversan, auproclamados como custodios de su genética, a fin de que no se admitan genes «inferiores», que contaminen la Vasija del selecto vientre judío, por causa de un elemento diferenciador. Pero la «Ley del Vientre» es politiquería... Por la genealogía que he estudiado de los ancestros de Mamá, sé que proviene de sefarditas catalanes y masoretas barceloneses. Familias Prat y Alicea.

El profeta Jeremías decía que Rivka es la madre arquetípica de la Nación Judía. Tiene un sentido más práctico e instruimental que Rachel, quein está más asociada al misterio y personifica las dos lágrimas cósmicas de la Shekinah / o la Presencia Inmanente y revelada de HaShem en el Mundo Presente / Olam Hazeh... Raquel es la que sufre por Israel y manifiesta en lágrimas su musericordia. Cabalístcamente, el derrame de las dos lágrimas de Raquel se relacionan a la redención de José, su hijo, que tomó dos años y que ocurró durante una celebración del Rosh HaShanah. Desde entonces estas dos lágrimas simbólicas de los dos años del proceso de redención de sus hijos se han integrado a le recitación de la plegaria «Haftorah» de Rachel. «Los niños de Rachel» es una frase que el judaísmo da reconocimiento existencial como «pequeñitos» a la gente / no importa la edad / que no muestra egoísmo y que, por tanto, son benditos. Representa todo lo que se hace, «poquito a poquito» como servicio espiritual en favor a la redención de pueblo / o de su tiera.

Siendo la más pequeña, cabalísticamente, Rachel es la nación rejuvenecida, Rachel, en hebreo, viene del verbo «rejuvenecer» y de su forma reflexiva gramatical, en que la raíz verbal es moza / jovencita. Pequeñez / juventud / niñez / implica / humildad y carencia de poder violento; aún así, electos por Dios, por ser la más pequeña de las naciones. En el texo Chassidut, se habla que Raquel / como símbolo de Shekinah / es quien «sacude el polvo del exilio, poco a poco» [Igeret HaKodesh: 21] y se eleva en estatura espiritual. Es quien siendo pequeña es grande ante los ojos de Dios y aún ante los ojos de otras naciones. La que nutre con Lágrimas / lavando angustias y manchas / y a las hijas de Sión y a sus hijos

Para mí, Rachel es el símbolo del Fuego regenerador, por eso le corresponde el calor de los veranos del Trópico. Ella fue la esposa favorita de Jacob y madre de José, que son también una familia arquetípica que, cabalísticamente, tiene significados ocultos. En mi poesía, cuando yo hablo de la pequeña Rivka / la rejuvenecida / la sacudida / como si fuera una hamaca / miento a Puerto Rico, la más pequeña de las Antillas Mayores y una que ha sufrido y cuyo fruto será tardío. Los mensajes encriptados en «Teth» sobre / Tikkum Rachel / «la rectificación de Rachel» / equivalen a los valores numéricos de su nombre y se relacionan a la palabra «lágrima» en hebreo (119; 119 / 238 = 2).

En este drama místico y arquetípico de mis escritos, yo me doy una voz autorial que describo en este poema:

Tú, hijo de Teth, escribe
en las crónicas de la Novena Esfera,
que Yo que te saqué de las zonas
quintaesenciales, inmóviles,
donde el espacio no existe.

Te dí la Puerta a la Isla de lo Eterno.
En el Caribe escondí los paraísos
desde los cuales el pasado,
presente y futuro, se coinciden.

Escribe, poeta de Olam ha Asiyá,
que la puerta del pacto
es el corazón abierto.

8-17-1989

[«Dalet, la Puerta»]



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Thursday, April 29, 2010

Larga conversación sobre serpientes y luces / 1


Larga conversación sobre serpientes y luces
[«Teth cumplió 33 años»: Carlos López Dzur]


Por FREDRICK ALBERTO HIGGS, Ph. D. / Profesor de Filosofía

Mi amigo Carlos López Dzur, poeta e historiador puertorriqueño, «judío unversal y tejedor de redes unversales, hamacas del espíritu, integrador de una extraña alianza de su judaísmo con el Tantrismo serpentino», [1] dice que «en tiempos de tineblas espirituales y del mundo condenado a su menor esfuerzo defensivo», el ser más luminoso hacia el cual mirar es la serpiente. En la imagen de la serpiente, hay que buscar la luz que falta. Lo dice con el tono de Moisés cuando exhortaba, desde el Desierto, «a mirar la Serpiente de Bronce como cura».

Aproximadamente son 30 años de conocer a López Dzur y el nacimiento de su libro, «Teth, mi serpiente». En cierta ocasión, él había regresado de Jerusalem, con quien habría de ser su esposa y, como yo, estuvo entusiasmado con el proyecto que malinterpreté inicialmente al reducir su intención de aprender hebreo y estudiar Kabbalah a una mera actividad intelectual. Esperaba verlo, formar el círculo de estudios, seguir cultivando su amistad y conversaciones. Discutimos el punto y la razón de su viaje inaplazable a Israel nuevamente. Con el viaje, él descansaba su consciencia y nacía un libro, en adición a que se iniciaría formalmente como miembro de una sinagoga.

—¿Qué relación tuvo aquel viaje con la escritura del libro?

— Nosotros nos conocimos, no lo olvido, en medio de mi desastre moral e interior. Tú fuiste uno de los pocos estudiantes de Filosofía, antes de hacerte hebraísta, que comprendía lo que yo hablara en torno a la Soledad y el Desierto del Hombre, la experiencia del desierto y de la metáfora de la Isla, o el insularismo, que siempre implicará cierto «irse en peregrinaje» por necesidad y romper los enclaustramientos. Leíste el primer cuadernillo de poemas míos...

— Sí, los poemas de Lope de Aguirre y la soledad de Lope, el Loco... y la búsqueda de El Dorado...

— ... donde yo poetizaba sobre eso. Pues bien, ¿con quién otro compartir versos de esa naturaleza? El hecho es que ser filósofo, si para algo ha de servir pasar años en estudio y entrenamiento filosófico, no tiene otro sentido que replantear la noción de soledad y compañía. Uno puede estar rodeado de mucha gente, tener muchos hermanos y amigos, y sentirse solo. En medio de esa soledad, siempre hay una persona que es parte de tu voz, una guía y yo perdí a mi mamá, yo que voluntariamente me separé de ella para iniciar mi peregrinaje. Y recuerdo que, poco antes de que ella muriera, me repitió algo que me había dicho muchas veces que era su sueño personal: visitar Israel y ser enterrada allá, en Tierra Santa, en Jerusalén...

— Pero no fue un deseo cumplido. Fue enterrada en Puerto Rico.

— Sí, en la isla... Ese sueño, o anhelo de ella, a quien dedico el libro de Teth, mi serpiente, es el sueño de Mi Voz porque ella es Mi Voz, y fue mi guía en la infancia, la adolescencia y mi adultez. Como madre, fue la única mujer que entendía mi soledad, mis miedos, mis mitos. Con ella, había una comunicación especial que ninguna otra persona me permitió. Por eso que no cuajara materialmente su anhelo de ser enterrada en Tierra Santa, o al menos, visitar la Cueva de Macpelá, se convirtió en una deuda y lo que es deuda causa angustia. Duele. Tenía yo una deuda con una persona amada...

— ¿Tenías? Ahora la deuda fue pagada, ¿no? Ahora algo te ha compensado después de tu regreso de Israel. Al plazo de 30 años, o espera... 33 años, la deuda fue saldada.

— Es simbólico, ¿verdad? «Teth» es mi drama místico. Que yo pueda decir que me tomé 33 años en escribir un libro, que fue como la etapa primera o prepatatoria de mi vida.

— Por eso quiero que hablemos sobre ese libro y respondí al correo que me enviaste. «Teth cumplió 33 años». ¡Y que curioso! Comienzas diciendo que el libro es el pago de una deuda con tu madre. Explícame eso y que relación tiene, si no es el judaísmo, con otra idea que entretejes, el concepto del «Ser-deudor» de Heidegger... Antes observo lo que decía, un profesor nuestro, en las clases de Filosofía de la hermenéutica heideggeriana, espero que recuerdes al Dr. Averini, aquel con quien reñías tanto, porque él enfatizaba en un Heidegger fascista, prototipo hitleriano, y tú... rebatías con la descripción de un Heidegger espiritual, muy influído por el judaísmo.

— ¡Ya! sí, claro que recuerdo a Averini.

— Si bien eras el aguafiestas de su clase, «Carlos y su espíritu contradictor», a mí porque te sabía muy amigo tuyo, el compinche, me decía: «Lo admiro mucho. Es el verdadero filósofo crítico de la clase».

— Ahora me entero. ¡Ay, el Shlomo! Me calificó con alguna «C», mediocremente, y alguna vez amenazó con expulsarme de sus conferencias...

— Creo que se regresó a Jerusalem y prepara una edición en hebreo de los Diarios de Theodor Herzl...

— ...pero olvídate de eso. Te voy a hablar sobre la autenticidad desde ese punto de vista heideggeriano, o el carácter decisional del «Des Schuldigseinkonnens», poder-ser-deudor. Uno no puede separar el sentimieno de ser-deudor del sentido de cuidado («sinn der Sorge»)... Cuando yo me siento deudor, ante un anhelo de mi madre, que muere, este es un asunto del existencial de mi conciencia y de su muerte y mi muerte, hechos de los que quiero tomar cuidado («Sorge»). Aquí el cuidado concierne al asunto de ser-para-la muerte o «hacia dónde» está la posibilidad más propia del ser, su muerte, su arrojado-fundamento y, así ponderar, tres aspectos asociados a la estructura del Cuidado en la temporalidad o el Tiempo. Ser de-ante-mano, ser-con y ser-ya...

Si yo aplicara, la noción heideggeriana de «ser-deudor» a mis sentimientos respecto a mi mamá, hablamos sobre el aspecto de «ser-con», lo que sólo es posible en el presente. Si te dije que ella fue como mi Voz, guía, amada compañía, implico que ser-con-Ella y no con cualquiera, fue mi modo de temporalizarme y darme futuro, en cuanto que el Dasein futuro es el que engloba un carácter de decisión y, por igual, el presente es, o surge, del futuro que va siendo en la temporalidad («Zeitlichkeit»). ¿De qué deuda puedo yo hablar, si no de una deuda con la muerte, la mía y la de mi mamá? Y no es que ella me va a cobrar por su morir, o por no haber sido enterrada en tal o cual lugar... El asunto es que ella me inquietó en torno al sentido de lo que es futuro advenible, la posibilidad más propia de la vida, en cuanto hay una muerte y hay que estar preparado para ella dignamente. La deuda es que yo respondiera a esa pregunta mediante una actitud de autenticidad, tranquilidad y eliminara en mí la culpa de morir, o la angustia de no querer que mi ser-acompañante, mi ser-con, o más amado, muera... Me estaba preanunciando su despedida. Hoy lo comprendo.

—Entonces, tu libro de «Teth» comenzó con angustia, con una sentido de ser-deudor. ¿Será acaso porque en muchas interpretaciones del símbolo de la serpiente ella es representada como la culpa?

— Es una bobada. El ser-deudor o ser-culpable de Heidegger habla sobre una condición ontológica o existencial de posibilidad fáctica «anterior a todo contraer una deuda» e incluso anterior a la historia del ser-ahí, en el tiempo humano del Olam Hazeh, el mundo presente. Es la mala interpretación del cristianismo y la sicología barata la que crea en torno a ésto el status corruptionis del concepto. Ser deudor no tiene que ver nada con remordimiento, sino con el cuidado del ser-con de una persona amada... Si yo me pongo a inquirir sobre los sentimientos con que mi mamá me hablara sobre la Tierra Santa, hoy lo entiendo mejor desde su metafísica de la muerte. Hablaba sobre una Herencia ultramundanal, con la seguridad de que sería cobrada y concedida. Es curioso que la última carta que me enviara a San Diego, California, un mes antes de morir, mencionara ésto. Hoy entiendo que ser enterrada en Tierra Santa significa algo más profundo... La Tierra Santa es uno mismo, su espiritualidad... Leyendo una antología de la Torah que compré en Jerusalén, compilada por el rabino Yaacov Culi, llegué a pensar y, ésto por falta de más lectura que lo que realmente se dice en «Me'am Lo'ez», es que sólo puede ocurrir la resurreción si uno es enterrado en la Tierra de Israel, que sólo en Tierra Santa, Dios mismo y en persona abre las tumbas. No lo hace ningún ángel, sólo Dios mismo. Esta es una idea de la literatura ladina, o sefardita, que permeaba el clima espirtitual de los países del Mediterráneo desde que se publicó el libro en 1730. La idea se basa en un verso bíblico del profeta Isaías [Yeshayahu 42: 5]: «[HaShem] gives a soul to the people in [the land]». O con respecto a esos sepulcros, otra versión citada en el comentario de Yaacov Culi al Me'am Lo'ez dice que el Arcángel Gabriel traerá los huesos de los muertos a la Tierra de Israel para que sean resurrectos. Isaías dijo no más que ésto: «Tus muertos vivirán, mis cadáveres se levantarán, despierta y canta tú, quien vives en el polvo». (Yeshayahu 26:19).

—¿Crees que tu madre pensaba que realmente ése es el proceso de resurrección?

—Por supuesto que no. Lo que sucede es que en nuestra relación de Cuidado / de Sorge / ella sabía, que no se pueda dar una Herencia hasta que no se recibe y se completa. Ella vivía por la fe de la Resurrección y no me podía dar a mí otro secreto, o herencia, que su fe. Eso la hizo deudora y yo cómplice de la deuda... pero éste sentimiento, aunque parezca angustioso, fue parte del ser-con y de la estructura del Cuidado, en cuanto tiene que ver con la temporalidad: esto es, pasado, presente y futuro, y se tiene cuidado sólo cuando te interesa una comprensión de la unidad de la existencia, la facticidad y el decaer, la noción de Deuda / Herencia / ser-para-la-muerte. En este proceso del Cuidado y el ser-deudor, lo que se ventila siempre es la posibilidad fundamental de la existencia auténtica e inauténtica...

—En fin que no le creíste a tu «Me'am Lo'ez», o la Antología de la Torah. Sí conozco los comentarios de Rabbi Yaacov Culi y todo ese negociazo de vender los 45 volúmenes a casi mil dólares de Torah y a mí tampoco me satisfizo que se comentara, como artículo de dogma, que la gente enterrada en la Tierra de Israel resucitará primero que aquellos que se entierran en otra parte, cuya resurrección será demorada... Esas creencias de las tradiciones son puro negocio. Negocio de las funerarias, echando miedo de que el que la persona enterrada fuera de Tierra Santa, tardará hasta 40 años después de su sepelio para ser resurrecta. Eso es decir que Dios hace distinciones entre mortales y que hay que tener un pariente de apoyo e intermediario, que haya sido enterrado en Israel. Luego se habla de medir los méritos para participar de la resurrección...

—Bien. Por eso entenderás que mi libro Indice: Teth mi serpiente haya sido un ejercicio lento a la meta de aproximarme a cuestiones como ésas. Sí, te digo que la «Techiyat HaMaitim», la resurrección de los muertos, es un proceso en que creo. Aún más, creo en la reencarnación, en cuerpos sucesivos, con genética nueva. A la porra mis huesos viejos. La verdadera y más sublime genética está en el alma, o en los niveles superiores de Neshamá... Digo que la corrosión y ser-para-la-muerte del cuerpo es fenómeno temporario, siendo que el cuerpo puede ser sublime, porque la materia, tras evolucionarios procesos fisiológicos y físico-químicos, se ha vuelto sublime. Lo que sucede es que hoy se prefiere el carapacho más que el alma que lo anima. ¿De qué vale a uno la posesión de huesos y genética animal hermosas si por alma se tiene un rollo de alambre de púas?

—En el ser-ahí del cuerpo es que se maldijo el mundo...

—Sí, ¿recuerdas el poema? Lo subtitulé «Reflexión sobre el Comentario del Talmud, Ketubot 111ª».

Esta es la Era del Olam Hazeh.
La presente realidad de los 206 huesos del mundo.
El capricho se hizo velo.
La impaciencia: resuello de las cerebraciones.
Se holló al hilo de plata, la pisada de Shekinah
en disyuntivas del hombre. Olam Hazeh
maldijo su novena hora en el Día de Creación,
en la porción de luz que fue dada durante Bereshit.

[«La persecusión de la Presencia»]

Escuchaste bien. Cerebración, no celebración o festejo. En la Novena y Décima Hora, dicho metáforicamente, el hombre fue reprobado por el primer mal uso de su cerebración y a la décima hora expulsado de su Edén, de su plenitud o de su consciencia de autenticidad... El hombre comenzó a engañarse a sí mismo y a educarse para engañar... Ese es el Olam Hazeh, el mundo del presente, tal como se vive o temporiza ahora. Comienza aquí la opresión del otro, del semejante, comienza aquí la «persecusión de la llama más tenue», hasta sofocarla.

—La opresión de la mujer. La compañera. La novia...

—Y la Violación de la Presencia y comienza la religión patriarcalista y Reprimenda para Ishtar y la reacción vengativa de Jezabel... y la razón por la que el engaño se vuelve una necesidad imperiosa es porque hay que simular que se tiene poder, que unos deben estar por encima del otro en la sociedad y hay dos formas de comunicar ésto, con la palabra sonora del Grito, o la protesta, o con el homicidio. Hay que escupir fuego o ruido como los dragones. Quien más grita y amenaza es el chingón en las jerarquías... Digo que desde que se formó la Laringe, se perdió la Binah: «En esa extrañeza silenciosa, está la Binah, el mensaje / de la morada oscura». Así dejamos de oír el Mensaje de la Sabiduría. En el poema La morada oscura / Binah coloqué dos epígrafes, uno de Heidegger, que habla sobre el lenguaje fundador de la poesía, lenguaje que es muy diferente a los gritos de la chusma, o al «juicio de Don Nadie y su doctrina del gusto generalizado», obediencias al poder de quien más grita. La Sabiduría / Binah / en cuanto es parte de la casa de un lenguaje a pastorear, hace que sea posible un mensaje o más o menos el silencio armonizador «ante-lo extraño y diferente de un lenguaje fundador», que el entendimiento requiere para que sea inteligente y ésto lo dice Kenneth Grant, cabalista en no recuerdo cuál de sus libros. Hay que ubicarse entre los Dos Pilares, «el no hablar, discurso silencioso, Dios del silencio». Y el Bien / Tov / que está en lo oculto como Mundo Venidero y de verdadera comunión... como lo está el feto en el útero y si la corona del hombre es la mujer, como la Corona de la Vida es Dios, en algún momento hay que hallar el punto primordial, que es lo oculto de lo oculto.

La novia vive, dije,
predicha en la corona de Kether,
el punto primordial, lo oculto de lo oculto...

—En este poema volvemos al nido de la Serpiente. La Serpiente es la Novia, así como la Novia es la sabiduría de la Torá... Sin duda, no se puede ir a alborotar los nidos de serpientes. Hay que ir silenciosamente a encantarlas... como los encantadores de serpientes... Lo sabio se busca silenciosamente, no en medio de gritos.

— Y lo que sucede es que hoy no hay encantadores de serpientes; lo que hay son programadores de devaluación del prójimo. Gente de penumbras, acósmicas y mutiladoras, que yo les llamo Impostores, porque si no es un encantador / o mago / o sabio / ¿para qué tratar de pasar como uno que lo es? Por eso en Mizvot 8 y 9; Lev. 19: 31, se advierte que a éstos impostores / encantadores «no los consultéis, contaminandoos con ellos. Yo Ihvh vuestro Dios». Estos hombres tenebrosos son también los que describo en el poema «Erebrab». En fin, son los seres que no pueden ser el Novio / el Amante / el Esposo. Esos son aquellos, o el uno que:

desorganizó el Reposo y esparció sus renacuajos
de cola larga y sin futuro en el Erebo,
donde el agua del Olvido se estancara
y la cesta de la memoria y la esperanza
se hunde, ya no flota, pudriéndose en los ojos,
ensordeciéndose, volviéndose la masa
de traiciones, allí donde no hay pesebres
ni brazos abiertos de posada
ni una paloma ajena al ajenjo.
sólo dolor, vergüenza y escándalo.

Erebrab»]

—Ya entraste a la segunda parte del libro, «Los rivales», que son esos hombres descritos como representativos de la psiquis colectiva y el estado de inseguridad global que la define. Y que son, además, los incircuncisos: «creyentes repentinos / de campanas pavlovianas y ritos, / con espada, sin resplandor, / todo lo desmenuzan / y lo ultrajan». Los despreciadores de la Sabiduría de la Serpiente. «Cortaste la cabeza a la serpiente. / Te perdíste en el oscuro pietismo / de tus medievalías cuando la Luz visitó / tus vestiduras». En el poema «La niña que salta la cuica», la Novia aparece como una niña y como «Niña que saltas la cuica, niña de vuelos nupciales» y la comparas con una mariposa o una abeja reina. Aún más, el poema es precioso: «A las serpientes, a las mariposas, / a los larvarios de cada biología, como a niñas / la observa El, el amante misericordioso».

—Una de las intenciones en esos textos, el que citas y el subsiguiente, «Reinas y obreras», es enfocar las vías de mensajes, que no son las agresiones verbales del grito o el ataque, a través del poder físico de la fuerza. El hombre atrofiado ha perdido olfato y contacto hormonal con sus propias riquezas feromónicas. Mucha de su violencia es que ya no es capaz ni se educa para obtener información de su medio ambiente y actuar en respuesta a ello. Cerebralmente, ya no controla el comportamiento de la secreción de químicos tales como hormonas; eso sí, se educa para el estímulo muscular y para cosas menos sutiles...

En tálamo vomeronasal acostaré al Novio
que me espía y casi a mi pies descansa.
Al que está atento de mi intimidad desnuda
si me calumpio en el aire, le batiré mis alas
y le daré mis amores. Con olor lo atraeré
hasta que venga y me adore.

[De Teth»]

En el córtex prefrontal, quizás en las áreas temporales izquierdas, aquellas más relacionadas a procesos de análisis y síntesis como los que permiten hacer cálculos matemáticos, el hombre tiende a la bancarrota porque ha olvidado la enseñanza de la abundancia. «Usted sólo puede atraer la riqueza hasta el punto que la da», dice Enoch; pero si usted hace riqueza en base a engaño, puede que se haga muy rico; pero ante Dios es un impostor y se creará enemigos. Sin embargo, observa que no necesariamente estoy hablando sobre riqueza material, sino sobre la eficiencia en cuanto a consumo y transformación de la energía y, por ende, del cerebro.

En lo personal, yo no tengo rivales. Y si bien se me califica como un poeta rebelde, social, más por mis libros «Memoria de la contracultura», «El Libro de Anarquistas» y «El Libro de la Guerra», yo soy el primero que discurso con esperanza en torno a la optimizada manera de memorizar y el constante aumento de la velocidad de procesar información que tiene el cerebro humano. Esto es optimismo histórico por el futuro de la Sabiduría, la inteligencia y armonía posoble, pese a los vicios nihilistas de la posmodernidad... Lo que sucede y critico es que ya no se quiera aprender, ya no se quiere pensar... Hoy queremos que piense la máquinas, pero las máquinas no piensan, sólo facilitan tareas... Yo reflexiono mucho sobre mis poemas y otros libros, así sé que tú lo haces. No la gente. La hay que está en la Academia o las profesiones intelectuales y son meros mercenarios. Cuando devengan su salario seguro de 6 cifras, no estimulan a nadie, se vuelven maquinales, no creativos. De hecho, hasta los mediocres tienen doctorados. Hoy son una mercancía más, como otras pomadas adquiridas por vanidad, o recursos para engañar... Sin embargo, fíjate lo que digo ante la peligrosa «Serpiente Antigua» a la que los cristianos demonizan. Nunca se dejará de juzgar ni lo Bueno ni lo malo. Digo a través de mi voz autorial:

Te juzgaré, Serpiente Antigua,
Eva del hombre, ovum de los cielos primiciales.
Entrega pues la ciencia de lo bueno y lo malo.
Llora cuando tus hijos no sepan oírte;
llora cuando las generaciones se olviden
del Shofar y del Poema / del Salmo
que enseñó tu boca y tus dedos.

Llora por los hijos impetuosos y desobedientes.
Llora, Eva, hija mía, con toda tu simiente
porque yo les juzgaré con rigor,
pero ante tí tendré en cuenta que me amaste
porque si todo es Santidad, Cascarones,
partogénesis de mis días infinitos
y mis químicos riñones,
también inventé Misericordia
para el que ofrezca arras de su corazón
y con orejas gachas y ojos de llanto
diga: ¡No puedo yo, pero tú en mí
lo puedes todo! Muéstrame el pacto,
glorifica mi trabajo.

[frag. «Serpiente»]

—¿«Glorifica mi trabajo»? Es como pedir un reconocimiento adicional, ¿no? porque eres un luchador por la paz, un educador que sabe que tu obra es como la labor del rabino, del orientador social... ¿Crees que no se entiende algún aspecto tu obra, que no es leída o tomada en cuenta? Pregunto desde lo que mencionaste de que hay demasiados impostores recibiendo las palmas...

—No. Yo digo que toda mi obra como escritor está en la sombra; pero eso va en mi ventaja; porque cada día yo aprendo más, pulo mi pensamiento. Erguir una obra es como edificar un templo y no se debe hacer templos que se los lleve la primera descarga eléctrica de una temporada...

—Tu «Teth» es una edificación de 30 y pico de años, ¿crees que ya debe ser conocida? yo la vengo leyendo por dos decenios...

—Que «Teth, mi serpiente» no haya sido comentado suficientemente no significa que sea un libro dificil de interpretar o comentar. Significa que aún es un libro disperso, en distintos lugares de la red virtual y que su acceso, aún al Indice que lo anuncia ya disponible, es difícil de topárselo, como el número que resultará premiado por la lotería. Para mí, éste es un libro con la magia de un regalo inesperado. Es libro nacido para su glorificación porque es por Teth y lo representa... y a la Serpiente, su mérito, no a mí... Y yo lo regalo como se regala una rosa, la amistad, así recibe su glorificación, y si es mi rosa no se ha de echar a los puercos. Quien lo lee recibe la rosa y es afortunado porque entenderá cada palabra y cada revelación del libro...

¿Que hay complicaciones que lo ensombrecen? Técnicas sí, problemas a su acceso, a su edición, a su distribución tal vez. Espiritualmente es un libro que me libera, a mí y a quien lo lee... Escrito con mucha luz y a veces deslumbra al que no está apto para entenderlo. Entonces, es mejor que éste espere antes de que llegue al poemario. Se pondrá en contacto con los místicos y kabbalistas de la Tradición Luriana... Hoy, cuando con la internet, parece que hay muchos lectores y salen poetas desde bajo de las piedras. La mayoría no tiene interés ni formación filosófica. Posiblemente, no comentan a otros por timidez... La poesía se ha convertido en un des-Decir sin investigación. Un pasatiempo del ego que entrega enunciaciones, o terapias, o deja expuestos sentimientos; pero es una poesía acrítica, aún desde el campo de los sentimientos y yo no escribo por esas razones. Mi poesía es un pensar, en sentido heideggeriano. Y te digo que si leo, algo debe decirse desde el texto ajeno y que provoque mi atención y mi asombro.

— ¿Es Teth» un libro pedagógico, un tratado filosófico?

—Lo es; pero su mejor refilón para que cumpla su tarea es lo abierto y sugestivo de su lenguaje poético. La elaboración u coherencia simbólica que hago con los símbolos.

—Si nos atenemos a la estructura del contenido, comienzas la Parte Una con «Malkut / La Tierra». Esto es, lo dicho en un «Prefacio», el primero de los textos en el libro, una tierra con «los atributos de la Inmensidad. / Que sean mis modos de sustancia. Prakara». Es buen comienzo para hablar sobre la Tierra. Hablas sobre la sustancia extensa, a partir del 'punto omega' y sucesivamente, del «horizonte cuántico de (la) eventual irrupción en el espacio», pasas a lo Real Ontológico, el surgimiento de la conciencia, el Yo individualizado de macho y hembra... ¿Por qué acudes a mitos acerca de la Serpiente y al acto creativo de irrupción como beso?

—La Serpiente como Animal Antiguo, quizás el primero en ser adorado mitológicamente, significa la interminabilidad del proceso cíclico de la manifestación. Se dice que cuando se traga la cola representa el «círculo del universo» y cuando se redobla este círculo es el 8, doble círculo que representa la dualidad, el Yin / Yang, las polariades complementarias. A mí no me sorprende que el pensamiento más sutil, en cuanto a símbolos, haya comenzado en torno a las serpientes y las cobras. Por ejemplo, el Uraeus (o Cobra sagrada), que servía como emblema de Sabiduría y Poder en la cabeza de los Faraones de Egipto. O la versión greco-egipcia del mismo, el Ourobourus. Aún en la Tradición Judeo-Cristiana, en Occidente, se recuerda a Jesús cuando exhorta a sus discípulos: «Sean sabios como la serpiente»... No sólo la Primera Parte es una simbolización de la Serpiente / como Mente / Sabiduría. Lo es todo el libro; por algo se llama «Teth, mi serpiente». Teth es la letra hebrea de la Serpiente. Y Teth (la serpiente) es mi pretexto imaginativo para hablar sobre los flujos de la Energía, no sólo los que nacen las chispas de luz iniciales, la que es «todo-en-todo», la totalidad de la existencia y sus ciclos naturales en el Universo y en la vida concreta del hombre.

— Es curioso cómo conviertes un derrame sexual en beso... Trato de imaginarme ese momento en que dices, desde ese proceso expansivo del universo, después del Bing Bang, que el Creador dialoga a la Serpiente que le agarró in fraganti:

cuando te arrastras por mi Amor,
por aquel chispo de luz que has llamado Mi Beso
y yo sólo escupía mi densidad para formar
un espacio, en la infinita compresión...

— El Beso es un acto de gratificación erótica; pero el momento en que yo comienzo mi libro y el tema del Beso es el Origen mismo del Amor. Independientemente de si el Universo y la vida humana tiene un Creador Divino, si uno determina el Hablante desde el que está codificado el mensaje mío, lo objetivo es que involucra un acto de placer. Describo un hombre solitario que se acomoda el pene en la bragueta, porque estuvo jarioso. Halla una hembra que se lo fisgoneó mientras él se masturbaba. El se decide a algo más. Proveerá el placer que a ella gratificará. La distingurá y se la reservará para el amor y la procreación. Es decir, este pasaje corresponde a una fase posterior de la evolución química. Describo muy humanamente, no desde un misticismo hermético. Ahora la Luz del Beso mencionado nos implicará una evolución orgánica-conscientiva, que son los únicos prerrequisitos viables para que haya amor. Para que el Amor exista.

Este hablante del Prefacio, no es uno cosmogónico, que describe la génesis química de lo Manifestado, o el mundo de la emanación, como dirían los kabbalistas, aquí se implica un hombre común y corriente. La voz autorial no es hermética ni mística. Lo descrito fue un puñetero que descubre el amor y el compromiso. En la sección, 3. Nostalgia de los besos de Hashem, la Hembra / sea mujer o bestia viviente, toma consciencia del Deseo. En este poema se puede decir que comienzo el tema general del libro, el nacimiento del Alma / Neshamá y como el alma nace del Deseo / la líbido. La No-Alma es la ausencia de la líbido y Deseo.

Lo forjé con lo que me díste de pensamiento
cuando me llamaste Neshamá para tragar
la nata inútil de la No-Alma...

[«3. Nostalgia de los besos de Hashem»]

Este es un momento del nacimiento del pensamiento amoroso y el beso como su símbolo. Hay un Salmo de Salomón que dice: «El Cielo y la Tierra se besaron». Para fines prácticos, no herméticos, aquí el Macho y la Hembra se besaron.

— Se me ocurre preguntar, ya que hablas así: ¿crees en aquel lema freudiano, dijo: «Anatomy is destiny»?

— ¿Es la anatomía destino? Siendo cierto, es una tragedia. La anatomía determina casi siempre el destino como perversidad. O límite. Insuficiencia. La anatomía es como valorar a una persona por la marca y calidad de automóvil o la facha de su vestido. El que quiera ser optimista trascienda los límites de su biología. No juzgue por el carruaje... mire más profundamente al pasajero. La anatomía, con cuotas inmensas de belleza, salud y capacidad cognitiva, no garantiza que se capitalizará un destino con dicha y bondad para sí o para el prójimo. El propietario de la mejor anatomía puede echarla a los perros. O el perro que está fuera de sí morderlo... Y, sin embargo, otro que nazca, con la anatomía más deficiente, capitalizar con un destino sublime. Destino es sólo lo que hacemos «en función» de un deseo en el proceso de vivir: afirmar o negar, lo que se nos da. Destino es elección cuando la anatomía que tenemos ni siquiera fue la elección que hicimos. Uno no puede ser ni culpable ni inocente por sus genes... Mi destino personal, si bien hay líbido y biología en él, es lo que yo hago con mis sueños y con mis pesadillas... Lo que hago con mis besos, con mi ternura, o con mi repulsión...

—¿Por qué asocias el beso a la luz? ¿Y por qué a Hashem?

«El nombre del Autor del Beso es Hashem», digo en la parte 4 del «Prefacio» y ese Hashem es un Varón. Significa el hombre que hace pactos de amor, que agradece las gratificaciones que son por la Hembra y que no tiene egoísmos. Hashem es el autor del amor. El amor es una experiencia tan sublime, como el tema de la Luz del Beso. ¿Quieres decir que el Amor es Dios, o que HaShem / o Hashem es el nombre de Dios? Házlo, no importa si en vez de Hashem, dice Eros o Cupido... Por esto yo digo que éste es libro abierto, de luz pedagógica. Aquí no hay coacción ni idea dogmática alguna. Quien está preparado para entender y disfrutarlo, es porque para él amor no es un dogma, sino una experiencia humana, la más sublime.

—Cuando dices sublime, ¿te refieres a Malkut / Tierra / como geografía / o a la geografía humana?

—Ambas. En el poema Geografía, la «tierra», con su abundancia y su miseria, es una prueba para la consciencia y la carne.

... porque Malkut es, en rigor,
tierra de prueba,
aunque su encanto existe
hasta en el último escondrijo de la carne.

Si consideras la Tierra, geográficamente, sobre ella coexiste lo trágico y lo sublime. Hay arrabales horribles y dolorosos; pero, hay paisajes que transmiten el encantp de lo bello. Lo Sublime puede ser una experiencia aleccionadora sobre el horror y lo trágico. ¿Cómo pruebas lo sublime de la Vida Eterna o la resurrección, o lo sublime de cualquier capacidad regenerativa, si no experimentas la crisis disfuncional, la muerte? ¿Cómo llamarte el heroico Hércules, o Teseo, si no vences a la hidra de Lerna o al Minotauro? Sin embargo, no tienes necesariamente que tener un rival, o enemigo directamente centrado contra tí para conocer los peligros, que con lo Sublime se explora... Recuerdo un pasaje que habla sobre el Rey Serpiente y cómo se abre paso, rodeando las raíces y el tronco de un árbol cuando se avecinaba una terrible tormenta. Buda medita absorto, por lo que pueden caer sobre él unas descargas eléctricas, rayos que lo maten y reduzcan a cenizas; pero el rey-serpiente Mucalinda lo protege. Le forma su escudo ante la tempestad. Es una representación iconográfica muy común en Oriente. El Buda protegido por una serpiente mientras medita bajo un árbol...

Y ésto me recuerda, lo que contaba un tío-Abuelo, que conocí Ancianito. Me decía que allá, en su Pueblo de Pepino, conoció a un hombre que se salvó de una centella. Este tenía la costumbre, porque era muy corajudo, de gritar ante la primera ofensa o fastidio que recibiera de otro: «Mal rayo lo parta». En su libro «El Boceto histórico del Pepino», publicado en 1923, don Andrés Méndez Liciaga cuenta que en 1851, una descarga eléctrica causó serios destrozos en la Iglesia. Y el viejo enojón del cuento, maldiciente y criador de serpientes, estaba ese día en la Iglesia y vio cuando «la imagen del Santo Patrón San Sebastián Mártir, quedó destruída». Entonces, la gente que supo que se salvó del rayo, le pidió que no volviera a expresar su rabia diciendo «mal rayo te parta» y él dijo: «A mí ningún rayo me parte; yo no tengo miedo a los rayos y lo tengo probado». Había sobrevivido a uno. Entonces, le pidieron que dejara de cazar y jugar con serpientes, siendo que se consideraba un animal del Demonio, y él tampoco hizo caso hasta que una serpiente lo mordió y por poco se muere... El solía jactarse en defensa a las serpientes porque, según él y estaba en lo cierto, es el reptil muy sabio para identificar las hierbas que sirvan de vomitivos, o de sustancias enteogénicas, sagradas y curativas, ahora sabía que también a las serpientes hay que respetarlas. El aprendió algo sublime: Que hay que respetar el rayo y la serpiente. Dejó su «malrayo te parta» y no volvió a cazar serpientes, aunque utilizó unas yerbas para neutralizar los efectos tóxicos de una mordedura. De las serpientes aprendió a curarse...

— Siguiendo uno de los textos de la Primera Parte, hallo una propuesta en «La verdad desnuda»: el Trabajo Duro. Y esta frase me parece significativa: «Somos lo que somos en Malkut». ¿Cómo explicarías lo que somos? ¿Cómo se nos ha llamado a una «verdad del saber, / a la crítica necesaria, sin engaño»?

— Esto es un libro escrito, después de lo que se ha llamado el paradigma de la Modernidad. El mundo posmoderno, el presente, está desencantado. El desencanto condena a la incertidumbre, no sólo para un futuro probable en que se ha dejado de creer, sino para el mismo presente. El cerebro humano, el objeto más maravilloso de todo el universo, ha sido objetado por la sociedad de hoy... En ésto que designo como distintivo de la sociedad de hoy, su paradigma de desencanto, prima la idea de lo inmundo, lo desolado y nihilista:

y Bet Aven será inmundicia
y piedra caída, civilización desolada
y desolante...

¿Quién proclama como deseo de su corazón, o verdad interior de su consciencia, otra cosa que el tiempo lineal terrestre, su sentido de finitud? Esto es lo que significa «el Edén / se transformó en lo óntico». El Edén es un estado de consciencia en que los mecanismos de predicción del futuro que el cerebro brinda se hacen afirmativos y compensadores por un presente contínuo, no lineal y la derrota del paradigma, mas el sentimiento nihilista de la humanidad de hoy equivale a querer la finitud y lo futurizable de lo potencial en el presente. Somos temperamentales, pero no apasionados. Somos rebaños voluntarios, no buscadores del liderazgo y la palabra auténtica que vive en nosotros. Todas las grandes promesas que hay en el cerebro, en su suministro y desenvolvimento cortical, esos 20 billones de neuronas, son nuestro papel sanitario. ¿Sabes lo que quiero decir? Que nos limpiamos el ano con la memoria, la atención, con todo estímulo y alerta perceptual y de consciencia. No queremos consciencia con el pensamiento, el lenguaje y los símbolos. No nos interesa la historia, los Meta-Relatos, el ejercicio crítico-conscienzudo... no sabemos pensar ni pre-comprender. No nos interesa la continuidad del presente creativo.

¿Para qué queremos las neuronas? Exclusivamente para mover el culo y limpiárnoslo. Somos obsesos entrenadores de la corteza motora primaria; somos atletas del movimiento, de las gesticulaciones voluntarias, selectivas o los movimientos involuntarios que nos desplacen en el espacio. Lo que creemos que será de uso eficaz para el organismo, aunque para la Mente no lo sea, es lo que la educación destaca en este nuevo paradigma de civilización vedettizadora y generadora de autómatas. Hoy la técnica nos hace adictos de celulares y vídeos que nos mantienen ocupadas las manos para transmitir y escuchar pendejadas. La gente con sus head-phones y sus ipods y celulares no levanta la vista ni oye a nadie que no esté en su línea virtual y que no hable en clave. Llegará un día en que se crea que amar es recibir una carita-feliz y se ría con LOL. Nada real, nada de trabajar con el lenguaje y la capacidad crítica y afectiva entre quienes se han interrelacionardo.

Esta es la época del deporte y el baile, del modelaje y la frivolidad, del militar y temerario. Es la época del «Body Image» y de la planeación para la acción que sirva a un discurso para el ambiente externo, en sentido de auditorio que busca entretenerse, pero sin tener que pensar. La coherencia perceptual de esos discursos no van a requerir profundidad ni esfuerzo del que oye o ve. La única actividad del que escucha y ve será el aplauso. Esta es la época pasiva de la TV, el coliseo, el cine y el desveladero, o congal. Entonces, el Edén como estado de consciencia, ya no es ontológico y pensante. Es comportamiento diseñado para el ocio, el mimetismo, la superficialidad. La receta para revertir ésto es lo que llamo el Trabajo Duro. No es necesariamente con el lomo. Me refiero a trabajo duro con la inteligencia y el lenguaje, con los módulos de la cognición.

—¿Crees que nos estamos embruteciendo como civilización?

—Nos desespiritualizamos por la vía de la frivolidad, la credulidad y el consumismo. En la civilización posmoderna, la religión nueva es el narcismo y el dios es la propaganda, asuntos que son temas de libros como «Las zonas del carácter» y «El libro de anarquistas». En «Teth», el tema principal de mi reflexión es la recaptura del alma espiritual y el camino hacia esa Senda de la verdadera individualidad...

¿Me pregunta si de veras vamos rumbos a una bestialización de la criatura humana? Te contastaré del siguiente modo: cuando se pierde esperanza, o se prefiere el pesimismo al optimismo, uno pone un pie en las sendas de las chusmas y la bestias... Metafóricamente dicho: ¿Qué prefieres que la Serpiente te pique y te transmita el veneno, o buscar Sabiduría con ella? Esa es la pregunta de mi Teth si entiendo que la Serpiente cura y es sabia... Ahora, en el siglo de la posmodernidad, ¿qué pensarías sociológicamente cuando te planteas que vivimos más guerras, año tras año, y no digamos sólo guerras, la violencia como carácter social o interno de descontento y desgaste de tolerancia entre grupos, o violencia por falta de esperanza ante la poca capacidad de respuesta de las autoridades y gobiernos... Eso es un componente del nihilismo, el apetito activo por actuar como chusma y mercenarios... siendo que para eso hoy se educa, para ser cada vez más testosterónicos y socialmente ansiosos. Tecnificamos el pensamiento y el cuerpo; lo artificializamos para que sea como máquina u ofrezca respuestas por estímulos químicos, no naturales, no bajo estados armonía ni ataraxia. Vivimos el gobierno de las truhanes de las farmacéuticas...

—¿A qué crees que se debe tanta ansiedad social?

—Es una suma de factores que tiene una larga historia. Un factor es la tradición misógina de la humanidad. El resentimiento de la hembra contra el macho que la humilla y la explota. El feminicidio sistemático y, de un tiempo a esta parte, la fragmentación de núcleo básico de socialización, la familia... Hay muchos niveles y perspectivas para enfocar el problema; pero la juventud es hoy la que crece más desencantada. Hoy por ejemplo hay menos nutrición afectiva femenina que en otros siglos. En la cultura de la posmodernidad y ésta es una de mis esperanzas de que ocurra algo positivo, puede que estemos en mejor situación para que se entienda, pese al desencanto, lo que metaforizo como la histórica «Persecución de la Presencia».

Lo digo por ésto. Leyendo poetas «oscuros», esos que cultivan el vampirismo, las imágenes de lo Dark, con sus cuervos y brujerías, percibo el interés por el arquetipo de la Shekinah, que es la Eva Cósmica, la hembra solidaria y que es guerrera por su individualidad, no por ser una criatura sojuzgada y dependiente. Eso es esperanzador para el disfrute del Shabbat, las ceremonias de Reposo y Armonía. A partir de esta comprensión, es posible reemplazar los críos de condena, la juventud alienada, desencantada y sufriente; pero primeros los padre deben compensarse espiritualmente y sacar tiempo para los hijos.

—He visto algunos textos vampíricos o negros (Ante la gente tenebrosa) en «Teth».

—Sí. Este texto sobre el que te hablo es uno, «Persecución de la Presencia». Sólo que para entenderlo hay que prestar atención a lo que aludo como lo negro. Está precedido por un epígrafe clave, citado de Baal Shem Tov, que dice: «En lo Inmutable vive la Shejiná negra, simbolizada por lo oscuro del carbón, no por la luz revelada por la llama; en el nivel potencial también hay amor y luz». La Presencia es la Shekinah Negra que es la bruja protestaria, rebelde, pero que ella es una parte de la llama, la del carbón, y es Amor. El macho que no comprende que la mujer es «luz» en la mecha encendida, aunque parezca la más tenue y oscura, es su perseguidor y la menosprecia. Este poema «Persecución de la Presencia» es una síntesis poética del largo expediente de misoginia, o la subyugación de la mujer, desde los tiempos mitológicos de Lilith, Innana, a la que se dice: «entuerto del padre, tentadora, Lilith, / madre de demonios, chupasangre, / de Acad a toda la Caldea, te rechazamos».

¿En qué sentido utilizaste lo vampírico al referirte a mi poema?

—Me referí a «El vampiro y la hembra tracia».

—Sí, yo sé. Es el más obvio. ¿Notaste que no es una historia de horror? ¡Es una historia de amor e historia del génesis de la pareja! Contrario a la perspectiva hebraica que utilizo cuando cuento la historia de Hashem, autor del amor, y la fisgona que jacta de haber sido besada por él, por el beso de Su Luz, en «El vampiro y la hembra tracia», la perspectiva es el mito griego del Huevo Orfico que cae en tierras de la Antigua Tracia, traído por el Mar. «Aquí me trajo el mar, donde no sé mi origen»; su origen es el Caos; «yo era un huevo de muerte, / autoengendrado a solas, yo no sabía que el beso existe, / yo era como el fango del abismo, ser perdido». Y halla a las hembras tracias. Ella lo instruyen. Ellas son matriarcales y él se somete. El es «lo mejor del protógono monstruoso», pero aprende con besos de las vampiras. Una de ellas es quien lo besa. Aquí es la hembra quien «vendrá a morder las yugulares y proveerá libertades». El había sido un prisionero de la Noche («ataúd de la noche»), y necesitaba la luz. Luz que significa el amor. «Imprescindible es el beso femenino / y por su beso con todo mi colmillo, la espero». Estas vampiras, en fin, son las luces potenciales, las madres civilizadoras y son las que enseñarán a hablar otra vez.

—Una poeta, también uruguaya que sé que admiras y lees, Maika Sagasuku, ha comentado sobre tu poema «Ante la gente tenebrosa», lo siguiente: «Sí entiendo que para sabernos, necesitamos, a veces pisar la más profunda oscuridad de los infiernos. ¿Cómo saber lo que no somos, o no somos, salvo sino nos reconocemos en ello? ¿Cómo saber que fin se persigue, si no se desafía aquello que se teme? Entonces sí, a veces, para saber que la Luz es el ÚNICO sendero, hace falta pisar lo bajo, lo desafortunado, y saberse simple y saberse nada, la nada de un algo que es eterno. Es entonces cuando no importan las opiniones, o las apariencias». ¿Qué piensas de ese comentario?

—Es maravilloso y sabio y me impresiona que viene de una poeta muy joven. Digo en comparación mía.

CONTINUACION / Parte 3

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Indice: Teth mi serpiente / Judaísmo, poesía y un foro sobre Medio Oriente / Textos de «Heideggerianas» y aproximación de Carlos López Dzur a Martin Heidegger / The Academy Of Jerusalem / Gocho Versolari / El Libro de la Guerra / Tantralia: Indice / Carlos López Dzur: Entre la narrativa y la poesia / El libro de la amistad y el amor / Carlos López Dzur, poeta: Rebeldía con esperanza / El pueblo en sombras / Carlos López Dzur / El hombre extendido: Poemario / Carlos López Dzur /