Saturday, June 27, 2009

Geografía / La novia sospechada


Toda la geografía que define
tu extenso Ser, Urania, es hermosa
¡y cuántas veces, al asomar el horizonte,
te bendigo! ... El sol se esparce
sobre tus pechos montañosos.
Cubre tus cumbres y tus cordilleras.
Me invita a subir y besarte en reposo.

Entonces, las oprimo delicadamente.
Te beso. Chupo sal láctea de tus bendiciones.
Tus costas son curvaturas de guitarra.

Con susurros las canto.
Les comunico mis táctiles secretos.
Les musito la melodía digital de mis sensualidades.

Por eso cierra sus argollas y esclavas
sin quitarse los fragmentos de tikkum
porque Malkut es, en rigor,
tierra de prueba,
aunque su encanto existe
hasta en el último escondrijo de la carne.

Su carne es un externo lenguaje de silueta.
El paisaje y la presencia se perciben
porque son un mashal y paradoja.
No es Ella / Isla / Amante sólo cruz.
Yesod la entrega.

No se muere su Luna femenina
en los diezmos de la ofrenda.
No todo se ha tirado en la sadhana
ni en la novena esfera,
pero aún los hombre viles, mutilados,
sexo son, sexo quieren,
y sexo somos aún antes del viaje espiritual
del paisaje y del interno Oriente.


6-12-1997 / Indice

*


La novia sospechada

La novia sospechada es la reina
de mis días. Detuvo la inercia,
su muerte física en el colonialismo,
su pereza en los siglos, su olor citrino,
el dolor en los pies, su memoria de carimbo.
Gozosa está la novia.

¡Ya es libre! En la puerta de justicia
es el Edén del océano profundo
y lo habita. Su olor de lino sube
como hiedra a murallas de la isleta de San Juan.
Su incienso como díctamo de Creta.
Su voz grita la tierra campesina
y la costa de sus heroísmos.

A piratas depuso con disparos de canela
y sol y mosquitos que zumban en el ano
de la codicia de su reino.
Pugnaz, heroica, obstinadamente sublime,
la mujer sospechada, virgen prudente,
con lámparas de aceite provisor
me ha esperado; a mis puertas toca.
Y abro para decirle: «¡Bienvenida!»


13-9-1990
*

La verdad desnuda

Saber significa haber visto, en el sentido más amplio de ver,
que quiere decir captar lo presente como tal...
poner(lo) en lo no-oculto:
Martin Heidegger
Eva, se acabó el duérmete, nene.
Van a madrugarnos para el Trabajo Duro.
En las sienes será sobado el pan con sudor.
A descubrir la vergüenza y chotearla
debajo de la parra, somos llamados.
Seremos despertados a la labor,
con olvido eficaz de lo que ha sido
parasitario, privilegio, latencia.
¡Viva el ser-en la responsabilidad:
ya no somos niños en la Gracia!
¡Sea el libre albedrío, sub-divo
y divino, en la Isla / la mejana
/ la Amada y su pareja en el tiempo!

¡Descúbrase presente como tal
el obrero, hijifique a los artesanos
del futuro, más sedientos de gloria
que de créditos en la gratuitad
del paraíso, la abulia, lo inefable!
Se acabaron los cargos escondidos
en la cuenta de banco, en la tarjeta
de crédito, en los pagos al ser,
su casa, sus consumos,
ya nos cantan la neta.
Somos lo que somos en Malkut.

2.
Nos llamaron a esta verdad del saber,
a la crítica necesaria, sin engaño,
a la Nada y la No-Verdad
del que es Daath y no quiere mentirnos,
encubrirnos, ocultarnos.
La realidad existe.
¡Basta gusano de Jacob!

3.

La inocencia de pareja se nos fue para el carajo.
Vas a parir los neosimios de brazos cortos,
con la cabeza ancha para el conocimiento
y sus pingas pueden que sean brutales
y un hermano se levante contra el otro
y se funde la sangre de caínes.
En mundo y tierra ya estamos
con la esencia como único alimento.

Somos cuasi rivales del combate primiginio,
inevitable, porque un centro abierto
está pidiendo la disputa y el Edén
se transformó en lo óntico.

¿Y nosotros? ¿cómo saldremos
de esta lucha? No preguntes, Eva,
porque antes tendremos que viajar
hasta el Reposo dentro de nosotros mismos.

4.
¡Mírate desnuda, mírame
que, por eterno, definí las verdades
del ente familiar, seguro, sin necesidad
de otra cosa que la fiabilidad y extrañeza.
Hoy enfrento a ese enemigo del color
cetrino y fresa de tu rosa
y la manzana de tus ambiciones.

El antagonismo de la presencia
es el camino. ¡Huyamos!
mientras se pueda esconderse
entre los siglos y se entrevea
lo singular que oculta el todo
y lo mísero que tapa
la abundancia en el Malkut.

*

Enlace

Hareini mekabel alai mitzvat asé
shel veahavtá lereajá camoja…
Recibo sobre mí el precepto positivo de amar
a mi prójimo como a mí mismo:

Plegaria del Tefilín / Dt. 6:8

Tu Lazo me une a Tí,
Tiempo infinito, y mi pueblo
me conoce por el regocijo
con que lo bendigo.
Mi correa ajusto al Tefilín
para mi unidad con los que bendicen.
Sobre mi cabeza pongo la bandera
de mi libertad y sobre el brazo,
Tefilín Shel lad
con corazón, enarbolo
los cantos.

*

Ella / Isla / la Amada


Sospeché la geografía de ese cuerpo hermoso.
La isla nacería, su décima esfera de Caribe,
sus chispas de tikkum entre las olas,
extensión de su materia y monte santo
en el centro de Luquillo.

Nacería, Ella / Isla
entre pepinos y lícuos culebrinas
a las afueras del Valle del Yagüeca,
entre añascos y lares-libertarios.
La novia vive, dije,
predicha en la corona de Kether,
el punto primordial, lo oculto de lo oculto,
y por nueve caminos la busqué
hasta que dijo:
«Existo».

*

Expectativa

Lo que más encanta de tí, en los sitios de adoración,
es la promesa del Izri; aunque seas la niñaja
en las casas de las vanidades,
la naara de la ley, Agar la despojada,
el amado buscará en tí una princesa
y Bet Aven será inmundicia
y piedra caída, civilización desolada
y desolante; en treinta y dos caminos
dejarás huella y, desde el Yesod,
formarás los peldaños y, en diez esferas,
de tu cuerpo, hallarás sabiduría
y me la darás, tentándome, Serpiente,
y entonces, Novia Divina, serás
Na'arah, madre del guacho,
el pequeño mesías.


*

Mi amada

La que se aferra al árbol de equilibrio
como relámpago serpentino
que irrumpe de los cielos rajados
de la Urania, será mi amada.
La llamaré Belleza, Tipareth,
Clemencia, cambio y sustento.

Sólo ella transforma lo natural
en divino; el Yo sublime,
sin ella no es posible;
la intuyo como rédito de mi noveno día
en el viaje mutuo del ascenso.

Ella es tangible aún
y conoce el barro
y lo más profundo de mis huesos.
Nació de mi costilla.

*

Queshebet

Habla pues como planta trepadora,
Queshebet, cuerpecito de salud,
niña de linda hebra.
Dáme los ramos sarmentosos como ofrenda.

El fruto de tu baya negruzca se quema
para su dulce sabor de melao de caña.
A tus flores en umbela las llamaré
chechén de maravilla.

A tus raíces adventicias, bembérecuas,
heteróclito reencuentro del fimo de tu pasado.
Te rescataré. Quitaré hierro al extravío.

Hoy me gustas, pizca de madre estéril,
higo de los hexamerones
en seis días caídos en el hombre
y la sed y los desprecios.

Indice

*

La niña del pantano

... follis: saco de viento;
aliento de vida, juventud eterna

Apenas cuando fuíste hija del tifón y la guasábara,
¡cuánto anhelaste el vuelo del relámpago!
Del pantano, ¿qué habrías querido tú
que nacíste con ritmo, casi loca,
con paso de zorra equidna y sémino vetarro,
casi yegua, asna del viento libre,
resuello venenoso y con infinita
y sucesiva réplica de cabezas
que ruedan como loncos cortados
por Heraclés, o caracoles
que se entierran bajo rocas
o depósitos coralinos del abismo
más allá de la gris arena?

¡Ese dolor rastrero, en aras de tu parto,
como Atabey lo tienes,
en la décima cabeza lo guardas
como Hidra y, en los mares amargos,
en ciénagas de Lerma, la espada
te persigue, sin darte aún orden y sustento!

Se te sepulta en lo frío de las rocas,
antes de que se queme tu paso por la Tierra;
¡ay, niña del pantano! no ven
lo inmortal que guardas en secreto;
no ven la abundancia
con que duplicas un ser en el pantano.

*

La primera cuna

a Gonzalo Jiménez de Quezada
La primera cuna es el pantano
al que siempre vas como una piedra
y te tiras de espaldas y chapoteas
como queriendo pudrirte
en placer amoral, supremo, primiginio.

La niña del infinito está allí
con su mirada nutricia, maternal
y su cabeza es tan inmoral
que te recibe, acuéstate en mis senos,
parece que te dice, cuando te acercas
con un julepe de lianas y el duro cordel
de las enredaderas.

Te das a ella, tierra básica,
a su base hipotalámica del gusto.
Ella te arranca los calzones,
así se alcanzan desnudos, sudarosos;
se comparten el humus, el hiperovarismo,
el agua espesa del pantano.

Explotan en placeres que parecen
realmente infinitos, aunque sigan
oscuros, indecibles, censurados
en al engañosa magia del mito.

*

Indice

La caída

En el alma de la piedra está el espíritu;
las piedras son los huesos de la Madre Tierra
Ser pobres da la básica amoralidad
de la dicha y lo trágico, pero ella y tú
aguantan el mundo con su olor de pasiones.

Crees tú que renaces como hueso
que se hará semilla, siendo ad initio
piedras o menhires
o un obelisco teriomórfico del falo.

No mires la penuria, entonces,
o el tiempo que se fuga de tus huesos,
echáte a la fosa blanda
como un diente del dragón de Aonia
que pedruzco será en la Fuente serpentina,
la Aretiada, como un diente
échate de espaldas y no lo mires.

No medites ya desobediencias
o especules si comíste
las manzanas de la Eride.

Este presente será tu paraíso.
Esta pobreza, la Divina Caída.


*

Enredadera

La primera cuna es la enredadera,
el abrazo, urdimbre en la hamaca del barro,
monstruo serpentino que te jala del calcañar
y te da el lenguaje de la urgencia
y el viejo contenido de apetito.

Sin esa cuna orginaria donde habitaste
con la serpiente-hiedra, no hay plenitud de ser.
No se escribe el Gran Cuaderno de las obsesiones.
No se comprende que no hay desobediencia
en este negocio del poblar un mundo.

Este acto es la reciprocidad, la breve vida.

Indice

*

Gran Lepra

A Tí, Gran Lepra, divino fango,
te ví como paloma en Mariquita.
¡A tí, dices: yo recojo el desperdicio
involuntario, estimulo el ambiente,
doy placer en la arcilla
y en la matriz biológica de lo objetivo,
ser social petrificado, quiero
lo que sobra
antes del parto
y lo que viene después
de los destetes y las zozobras
y la angustia y el llanto!

Mordías a Don Gonzalo.
Subías a él como serpiente,
enroscándote a su rala carne
y su hipotálamo exaltado, imprecatorio.
Bajas a él, como un ave cantarina.
Dispuesta estabas como siempre
a consolar su experiencia neuroquímica
en lo social del barro, tú... tan cognitiva
para él, pulso cardíaco, mal amigo,
cara de agresor, matoide en llanto.

El había conquistado el Reino de las Moscas
(y los chibchas ni limonada bebieron;
se tragaban la sangre de lo suyos
como hienas que los despojos
que su espada, embrutecieron, hienas
que no discriminan; todo lo muerden
en caliente, sea fruto dulce o amargo).

Había que comerte, Colombia,
y desangrarte para que la marca de él,
Gonzalo se dejara en el Gran Cuaderno
de sus días y en la gesta salvaje
de sus asesinatos.

Tenía que estar allí, Gran Lepra
de las brumas, fango divino de las eternidades,
tú, divina materia, Serpiente antigua,
tú, porque lo viste sentado en un muladar
como Job, maldice que maldice,
pues había sido Regidor y Mariscal
y de la Santa Fe de Bogotá
no le queda nada.

Era peor que un mendicante.
Un ser embrutecido, kafir postrado,
carroña viva para buitres.

Indice

05-02-1989

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