a todas las madres
«Le temps de l'immanence contre l'espace de la transcendance»: Costin Cazaban
«De quoi souffré-je, quand je souffre du sort de la musique? De ce qu'on a fait perdre à la musique son caractère affirmatif ...»: Beethoven
1.
Madre, que habitas
en el tiempo de la Inmanencia
tremendo es el desafío emprendido
hacia el espacio trascendente.
Toda la lógica del mundo, su tiempo
que origina los lenguajes regidos por gramática,
lenguajes imaginarios que redefinen el tiempo
tras un instante y otro, contra tí es
que combaten. Contra tí yerguen
los vectores del acallantamiento.
Adversaria te clasifican cuando gimes
en parto porque quitas lo contingente y predeterminado
para que nazca el Instante móvil y sobrevivan
las lógicas inefables de los Eventos.
¡Inmanente es lo Inefable! ... tú lo quieres
así, así... inefable, inmanente...
porque tiempo y espacio siempre han sido
primero que las reglas que vedan,
primero que todos los discursos
y sus lenguajes hablados y aprendidos,
pero ese tiempo-espacio tuyo,
ese útero que no quiso que lo redujeran
a silencio, quiere cantar la Nana
de las No-Contradicciones.
La materia, como la maternidad, no discursa.
Sólo canta, sólo canta para el Tiempo.
2.
Ella, madre de la Nana,
habita en la dinámica lógica de las contradicciones.
Ella quisiera quedarse en lo Inefable y no puede.
Admite la contienda de la contradicción;
se aventura en el espacio de su voz de cuna,
su voz de primera cantora, avecilla de melifuo gorjeo
y dulces timbres guturales, a capturar
el indecible Decir de su amor
porque está pariendo en el espacio
y desafiando propiedades de objetos existentes.
Conflictos más allá de su vientre con portales;
acullá, fuera, como vectores, heterogénas ínfulas,
el macho, el cazador, el dominio homologante,
lo que no quiere coexistencia, nivel de desarrollo
lo que mutua y simultáneamente excluye,
destruye, cuando no recompensa...
Pero ella, madre de la Nana,
tenga o no la matriz pequeña, habilidades
humectantes de placenta, devoción por las aguas,
ha dicho que nazca, que nazca en su pantano
esta canción de cuna, hijo vibratorio
de su música, que se asomen nuevas caras
a ese punto donde el vector se actualiza
con infinita potenciación ante adversarios
antiestéticos, anticreadores de vida.
Parir que sea una condición inescapable
de valor, de arte.
Creación perpetua de alguna diferencia
y se oponga al tiempo de relojes
y puje el Origen, lo proponga ante los negadores
de vida, futuro potencial y plenitud.
3.
«L'ineffable artistique est donc, lui aussi, strictementTú, la única leal y sintácticamente tautológica,
immanent. L'art coïncide avec le faux en logique»: Costin Cazaban
mi madre eres, con todas las funciones espaciales,
mi verdadero espacio eres, mi leal espacio
con todos sus elementos.
Creas, para mí, el verdadero mundo.
Por tu conducto lo encuentro y puede que no sobreviva
intacto lo que otros das, excepto tú.
En este espacio tuyo, me siento dionisíaco
y es únicamente donde trasciendo
temerario y sin miedo; en tí me doy hallazgo
como individuationis principium, y crezco,
crezo para tu función de Tiempo.
Aquí, arrullado por tu Nana, anticipo mi memoria,
garate seré de tu significado
Sólo de tus significados admito la autoría,
las direcciones jerárquicas
post hoc ergo propter hoc
y mis hechuras perfectamente consistententes.
Toda contradicción que te combata,
o contra tí eche sus levaduras, sus oprobios,
me quitará la identidad estable, el puro nexo
con que te quiero en el espacio
y te oigo cantar para el Tiempo.
4.
«Le passé de l'oeuvre est sans cesse recomposé et la musique perd et refait sa virginité à chaque instant. La tautologie musicale est mise en temps, par le vecteur diversifiant et chaque pli de la tautologie a la forme d'une signification... La forme y devient une confirmation du salut, un scénario catharctique»: Costin Cazaban
Ahora que me díste el Pasado y tu Inmanencia
sosténme en la Nana perpetua, recrea y reconstruye
lo que perdíste, Tu Virginidad, madre mía.
Diversifica estos vectores cada instante.
Cumple el servicio; yo te escucharé
hasta en las tautologías de tu ser
siempre nuevo, siempre reconstruído
y reconstruyente de mí.
Porque tu Ser, tu espacio tautológico,
tenía embarazo, preñez de tarea no convencionales:
no se da como apriori, funda cosas nuevas
en 9 meses, quería una cadencia final
y unos tonos triunfadores al final
impresos por tu canto en mi memoria
para que sean la confirmación
que me salve, mi escenario catárquico
en la oreja de mi Oir.
5.
«Toute musique a pour idée la forme du Nom divin. Prière démythifiée délivrée de la magie de l'effet, la musique représente la tentative humaine, si vaine soit-elle, d'énoncer le Nom lui-même»: Theodore Adorno
la tonalidad de la nana porque aún no manejo
el susurro divino, no tengo el nombre
que me pertenece, pónme el nombre de tu voz
con el canto; desmistifica los nombres que me dan
y haz a Carlos, nombre de mi gozo
y magia de tu sustancia
porque nostalgia tengo con mi-ser-con tu dolor
en la proximidad de la distancia.
Permite que cielo y tierra permanezcan
pero sé tu mi cielo; yo me hago tierra
que salga de tus muslos, mamá,
si te haces lluvia que me humedezca.
Nana son tus materiales tonales,
nana a posteriori, susúrralos desde Tu Cielo
ahora que la nostalgia me atrapa,
yo los pongo en la escena de mi estrofa
y que su curso victorioso emerja
como estructura agonal
de los dos.
6.
«Son temps d'écoute se superpose parfaitement sur le temps musical, chaque surprise effectivement présente dans le discours est, pour lui, effectivement surprenante et cela même s'il connaît l'oeuvre par coeur»: Costin CazabanHijo sólo el que te escucha,
quien aprendió la Nana sobre tu combate
sobreimpuesta en el tiempo musical
contra discursos, sorprendida
en el gesto con que se escucha
en memoria y corazón.
Soprendida en el espacio de la lógica
como principio inferido de la identidad.
Mira, mamá, que mi espacio es como el tuyo.
Concreto y subjetivo y que el uso del Tiempo
que aprendí contigo es mi forma de ser.
Mira la matría de mi espacio
que me rodea rompiendo esquemas
de mecanicidad;
«paradigme de la vie même, à l'opposé
du mécanicisme de la modernité occidentale».
Mira cómo te volvíste audible más allá
del tiempo inmediato de la Nana
y del control de su material nutricio
y sus interpretaciones lógico-sintácticas
y toda mutación que no quiera inmanencia
ni eco de la Palabra Absoluta
voix de l'absolu.
03-06-2003
<>
Prosopografía de la matriz espaciotemporal sin la Nana
1.
Madre, que habitas
en el tiempo cotidiano del que no te quiere
sublime ni santa en la boca del Hoy.
Tremendo es el desafío emprendido
hacia el espacio que crees
que tú mereces.
Toda la maldición del mundo, su tiempo
que origina los lamentos regidos por incomprensiones,
prosaicos hacen los lenguajes que te nombran
y todo lo reducen a faena: «Lava esos platos,
cámbiale los pañales a esos para su mal
y nuestro mal nacidos. Toma la escoba y no cantes».
Tras un instante y otro, cuesta llenar las bocas
de alimento, falta pan en la casa y hay que pagar
cuentas de hospicios y medicamentos.
Parir parece gratis y no lo es, carajo.
«Aprende a callarte y calla al niño», dice él.
Los vecinos se quejan y el salario es escaso
y la impaciencia abundante, por desgracia.
«Cada parto es tu culpa, no te cuidas»,
dice él ante lo contingente y lo predeterminado.
(«ya te dije, no te subas a mí.
Hoy no tengo condones y estoy caliente»).
Para que no nazca como una carga
de instantes de rutina y eche a él sus quejas,
«opérate, niégate», le dice.
«Ya sabré si salgo a eventos
porque fuíste tú quien te quisiste esclava
de la casa, criadora de mocosos
y yo te dije: el mundo tiene otras cosas,
otras diversiones y me condenaste contigo».
«¡Amarrados estamos!», dice ella ...
«pues, tú lo quieres
así, así... pariendo, uno tras otro...»
porque tiempo y espacio sin marido
no tiene sentido, no supo estar sola
y la tirria de sus discursos,
sean o no, lenguajes hablados y aprendidos,
son mutuos modos de soñar pocavergüenzas
y cantar la anti-nana de inculpación y chantaje.
Ellos fabricaron su hastío y ni siquiera
son hoy los buenos padres.
A los hijos no dan atenciones.
Ella emite un grito cada instante.
En destemple de vida habita con la guerra
y la hace sentir con las ollas,
tirando platos, maldiciendo el destino
de que un hombre la mantenga y no sepa hacer
otra cosa, sexo y tareas que ya la aburren.
Ganas tiene de largarse a otros mitos
y no cantar nanas al dormir a esos piojosos
(y, ¿qué va a hacer? ¿cambiarlo por otro marido?
¿quedarse sola? ... no sabe estar sola.
No sabe vivir sin hombre).
El asunto, en esta vil maternidad, era ésto.
En el Tiempo, la vida es una tragedia,
un hastío. Se es madre o se es puta.
«Díme tú lo que quieres ser», él le pregunta.
Y no sabe. No sabe.
2.
Ella, madre de las Crías,
habita en la dinámica disfuncional de un criadero.
Ella quisiera ser la puta divertida
en lo prosaico que a él le gusta,
pero ya no puede. Y no quiere ser puta
(ella creyó verse enamorada de su hombre,
pobre y tradicional, como todos en su miserable pueblo).
Admite que ya, por familia engendrada
de sus óvulos, tiene a doce
y que son muy pocas cunas, pero muchos
quienes duermen sin espacio blando en el suelo
sobre el paño hediondo, dizque alfombra.
Y la casa decayendo y el pueblo sin empleo
y su esposo, en la brega, no por ello
afortunado, ¿cómo? con diez diez hijos
en bostezos, uno de cuna, otro
en el vientre de su mujer, creciendo.
Su voz es cada vez más pobre.
Como cantora, ella es avecilla cansada.
Toda desgaste moral y sicológico,
vector de epidemias crecientes.
Gorjea como los cuervos y nada hay que sea
dulce timbre en su garganta.
Son doce críos y el mayor es delincuente
y él no recuerda que haya capturado
una pizca de amor en el indecible Decir
de su madre.
Alguna vez ella creyó que hubo sustento feliz
en el espacio y desafió propiedades
de objetos carentes de existencia maldita
y no fue cierto. De su vientre salen
todos los conflictos y se abren paso
entre portales amplios; «himen / virginidad
de puerta estrecha, ¡qué falta haces!
aquí, acullá, fuera, con heterogénas ínfulas,
donde la virtud huye y se expresa
en su lugar la madre amarga, el macho,
el cazador,
el dominio homologante,
lo que no quiere coexistencia,
nivel de desarrollo,
lo que mutua y simultáneamente
excluye, destruye y nunca recompensa...
Pero ella, madre de la Nana inaudible,
tenga o no ya la matriz pequeña, hoy es
quien odia la devoción por las aguas,
ahora fluye como lamento libre,
año a año.
Envejece y sigue echando sobre el fango
los mogrullos y no hay canción de cuna
ni hijo vibratorio de su canto,
sólo el asomo por cesárea de nuevas caras
hambrientas, tristes, frustradas,
hijos del desencanto.
Niños que no tienen futuro potencial
ni plenitud. Ya son tres en la droga
y uno en la cárcel de menores
y una madre está pensando
quitarse la vida y dejar una nana
en suspenso.
03-06-2003 /
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