Monday, March 24, 2008

La Sión espiritual de la palabra





Unos trémulos, exaltados, ebrios de gozo,
en fronteras visibles de nostalgia y alegria,
otros, ferozmente cautelosos
en la garganta de Cronos,
engullidos, destronando a patadas
su ibris, su insolencia,
la Metis traicionera
del verso enlutecido, los menos
apasionados, eunómicos,
más henchidos de sol que de rayos de luna,
todos confesados por el mismo Nombre,
POESIA
todos comulgantes de la palabra fundadora,
todos van
a su destino, al país
aún no nacido,
país del corazón
SIN FRONTERAS.

La comunidad este universo espera.
En las orillas de las playas,
donde el Sol mira con su propio regocijo,
se abrazarán.

Se encontrarán fraternamente todos.
Llevarán las herramientas de la reconstrucción:
los aperos,
los pinceles,
los buriles;
bendecirán los colores de sus etnias,
los sabores de espíritu.

Se presentarán ante el altar de un mismo tabernáculo,
ofrendarán su aliento, el cordero del mantra.
Unos trémulos por tantas vibraciones,
otros con el fuego mudo, como las radiaciones,
todos obreros son, todos poetas
con distintos acentos y misión unitaria:
edificar a Sión, el pueblo santo,
espiritual de la palabra.

Aquí los hijos de Tov,
introversos del oculto Bien, serpentinos
en la Jet del noviazgo, en la Novena Esfera
de Teth, su fruto, el feto de la vida esencial
y la belleza. A la expectativa están,
en la noche de su luna se apura el parto.

La luz directa de Vav no llega aún,
pero el verso es el mismo: or iashar,
venga la Corona del Esposo, venga
la reina del Shabat y sea la Luna, íntima
red de poetas, con las hembras en el lecho.
Zain de la mujer virtuosa.

2.


Vienen todos, harán casa en siete mares,
Siete cielos, siete lámparas de la Menorá
con sus iguales, elegidos
por el don de su palabra
y su fiel amor de siete ojos
y siete nubes
de gloria de Sucot.

Viene el cumplimiento de la kábala divina.
Viene cada pueblo a dar su canto,
todos príncipes,
todos sacerdotes,
todos frente a la Puerta de Dalet,
humildes de voz en la carne,
prosperados de abundancia por espíritu.

Vienen con el habla del Aleph
y verán, sin morir, el Rostro Luminoso
de quien les creó; en la casa de Beth,
la palabra conculca la aflicción; Lamed
consuela y encanta a la bestia y a la serpiente
del mar y al leviatán.

Danza de las doncellas,
dános la Luz Trascendente de Samej.
Demarca la nación en Tu círculo nupcial
de infinita Fe.

Del libro en preparación: Teth mi serpiente


Teth, mi serpiente

Selecciones

El secreto de la Fortuna



A Tykhé / Τύχη / Fortuna

Daughter of Zeus Eleutherios (Liberator),
Tykhe (Fortune), our saviour goddess:

Alcman, Fragment 64, Lyric II C7th B.C.



Serás afortunado. Beberás de la memoria
de mi Gran Vasija, del Cuerno de Abundancia.
Estaré en la Tierra, sin que tú me veas;
yo seré tu porción, el clamor de tu espíritu.

Te exilaré a donde pueda el timón llevarte.
Yo pongo la mar y el barco, tú navegas.
Y llegarás al puerto, flotarás como un loto.
Y verás, tú harás hallazgo, capitán,
y a las evidencias contiguas a mi Ser,
las llamarás Tu Mundo, teleología,
la potencia propositiva del azar,
lo posible, el kairós, lo oportuno.

Tú sabrás que todo es mío, cosa
es que otros no saben; tú sí sabrás decirlo.
A tí fue a quien hice, poeta. A tí pediré
más cuenta que a ninguno.

De modo que acepta mi vasija
(hoy te parece pequeña, como un haikú
de intensas sílabas); pero, a donde te mando
crecerán tus palabras y la dimensión de tu espíritu
será más abundante que el Cuerno de Amaltea.

2. Nunca estarás solo

Tengo este secreto: voy a musitarlo
casi quedamente a tu alma. Estoy disperso
en cada beso femenino, en lo viviente.
Cada mujer es una luna, cada emoción suya
es esplendor que en mí ha mordido
con ternura. Mi pasión, por ellas, es vida.

El que me quiere ver... hasta en su carne
doy yo la bienvenida; me les cuelgo en el alma
y me los llevo a mi olimpo, mi Fuente.

Nunca estarás solo, hijo mío,
aunque seas mortal y miserable y te sujete
el Karma, con su guadaña oscura y los ciclos
de Saturno y la tristeza que muerde
y la injusticia que faja con su macharrería.

Dejo a tí mi ley que bendice. Respétame
en la Némesis que distribuye justamente
mis ofertas; no hagas que Ella se indigne.
Distribúyeme para el amor de TODOS.

Solo no te dejo, solo no dejo a nadie.
Si crees en mí, llámame el Justo y el Fiel.
Yo soy el padre, Kéter-zeus-júpiter,
pero, en fin, más que nominalismo.
Te doy las novias de mi pasado,
las hijas de mi presente, las herederas
de tus bendiciones.

3. Busca a tus hermanos

Yo, Eleutherio el Liberador, te daré fortuna.
Hijo de la promesa, entonces, elabora pues
la palabra persuasiva.

Defiende la Eunomía cuando vayas a tierra
porque hay demonios duros y siniestros,
hombres bestiales, a donde vas llegando.

Tú sé heroico en cuanto puedas.
No te pido que cortes cabezas,
que seas la guillotina, cámara ardente,
horca, cadalso, silla eléctrica.
No inventes otros aparatos represivos
ni el policía, el soldado, el vengador milico.
No urdas violencia contra el prójimo.
No seas falange ni tortura ni guerrilla.

Solamente, sé eunómico porque existe el Orden.
Y todo tiene una hora en que retoña y secuencia.
Todo va, al fin de cuentas, a mi teleología.

Lo que crece es al final la cosecha.
En el encuentro con lo real, sé insistencia
del significante, no agitación adicionada
al caos ni a ciegos automatismos.
No seas la bestia. Tú no suplantes
al sujeto ni rompas su vasija.

Cuando llegues al campo o a la aldea
de los que nunca encuentran ni siquiera
las sombras de sí mismos, cuando veas los compulsivos
con su impureza y sus alardes, busca
a la niña dulce, tu hermana. Ella compensa.

Abrete paso entre orquídeas y jacintos.
Identifícala. Vive en jardines.
Llámala Tyche Soteira, Salvadora,
o Agathe Tyche, Buena Fortuna.
Es el primer regalo que te haré
por llegar a la tierra y flotar en mis lotos.

4. Abre tus manos a sus bendiciones

Quienes estén movidos por un espíritu de bien
son tus hermanos; a tal familia llámala parentela
aunque no hayan nacido del vientre de la luna.

Los ciegos son sordos. No ven que tu vasija habla,
que es la vasija a la que llamo tu espíritu.
No le des de beber a quien no oye; no acerques
el sabor de tu alegría a la boca del asno.
Selladas fueron sus jetas con yugo,
cortados sus oídos con silencio,
cegados sus ojos con ingratitud.

Tiké, la salvadora, hermosa entre tus hermanas,
les negará providencia; no han de comer nuestros frutos.
No sabrán de la abundancia ni de las bendiciones.

Para que aprendas del proceso,
y no te compadezcas ante quien no merece,
házla que ande contigo y no la llames Caprichosa.
Ella es Agathos Daimon, el espíritu del bien.

Del libro: Estéticas mostrencas y vitales

http://www.mundopoesia.com/foros/poemas-espirituales-misticos-religiosos-ateistas-y-o-filosoficos/137352-el-secreto-de-la-fortuna.html#post1301599

Testamento del padre del poeta


Cuadro: Zeus y Semele

1. El origen del poeta

Tú, poeta, eres y serás como cuerpo de luna amada.
Vas a heredar la muerte. Cada emoción posible y su agonía.
El relámpago abre el cielo, quizás muy brevemente,
y da la desnudez, la verdad que te mata.
O te lo explica todo. A tí te amaré, como a tu madre.
Por eso te ofrezco la promesa; doy mi testamento.
¡Voy a revelar el origen que tienes mi causa!


Tú quieres ver el cimiento y el semen de las cosas.
Porque así lo quisiste, te amaré. Tú vas a verlo todo, poeta.
Lo has pedido y yo cumplo a quienes así me solicitan.
Pedíste exactamente lo que quieres: digno eres de luna.
«Házte mi canto con verdad desnuda». Cántame.
Y procedí con mi promesa: Te haré profeta.
El sol que ha de matarte con su rayo te dará
el oficio misterioso. Ese es el precio.
Cántame hasta que yo te diga.

Voy a quitarte la vida de repente, voy a sacar
del vientre de tu asombro el poema pavoroso.
Tú hablarás de mis gestas y placeres.
Yo fundaré el habla de tu canto y, al don de tu tristeza,
lo transformaré en contínuas y sucesivas alegrías.

2. Eres mi hijo

Hasta el amor tiene un trámite, hijo mío.
Para sentir hay que saber dolerse y morirse
y levantarse, herido, y desde mil pedazos rehacerse.
Tú vas a morir de esa manera. Van a quererte
sólo los humildes; los campesinos que te han visto,
humillado, vapuleado, sucio, ebrio como la pascua,
pero, yo, tu padre te quiero, como se quiere
lo hermoso, tu cuerpo de luna amada.

Te haré mi hijo, te esconderé en mi muslo.
Te coseré a él y podrás sobrevivir
y renacer dos veces. Vas a aprender mi luz secreta.
Tú no sufrirás mientras seas, por mi amor, lo que quiero:
quien por mí muere, gratamente, quien por amor
se inmola, y me ofrenda su cuerpo de luna amada.

Tú, poeta, hijo de Semele, tienes sus emociones.
Lo que yo amara en Ella, quien pidió el resplandor
(todo mi sol desnudo, toda mi vehemencia vertebrada),
tú lo tienes. Aprende que eres hermoso, poeta,
y no te vendas. Es divino tu cuerpo de luna amada.

Que no falte la emoción y perdure para siempre
y sea del Sol viajero, enteramente, aunque me mate
y sea su Luna que lo ama, aunque se hunda
en la penumbra de la noche. Ella así me pidió:
Sacrifícame a tí. Quiero que mi cuerpo sea tu Luna Amada.

Tú heredaste el pedido de aquella luna hermosa
y, por tanto, su luz que hoy es fecunda, es tuya.
Llámate, poeta, hijo de Soles. Amado de luna.
Voy a darte otros frutos de la vid y la hiedra.
Tú hablarás sobre el sexo y las pasiones.

3. Tu función: esponja del dolor del mundo

A través de tí, entraré a las cuevas del dolor
y escucharé los quejidos del hombre; yo,
en tu corazón, soy el primer poema,
soy la fuente eterna, soy la alegría.

Yo mitigo; pero mi luz fulmina.
Todo lo que pidas será tuyo
y tú has pedido la plenitud de mi sentido.
No te olvides del consuelo. El mundo
al que te envío es una llanura sembrada
de chumberas y abundan los espinos.

Eres una vasija: llénala de chispas de fuego,
agítala o lávala con las espumas de la mar, poeta.
Acércate a los lagos, a la sombra de los bosques,
a la sal y las arenas, llena la vasija de sustancia.
Llénala de un salmo que bendiga y construya
el propósito y lo santo, el perdón y lo heroico.

Acércate a las playas remotas, Bardo.
Pide por amor lluvia para los desiertos.
Son almas secas por ahora. El mundo es
la parcela de la angustia y el secuestrante
mar del pillaje, una cueva de homicidios.

Por amor de la muerte, o los astrales,
pide continuidades y reciclaje, sangre para la vida,
rocío para las rosas marchitas. Pide lo vivo.
Poeta, una esponja es el espiritu, no lo doy por medida.
Acoge en abundancia el gozo de la vida; pero también...
el quebranto. Tú absorbe dolor y soledades.
Tráelas al ádyton. Sé valiente.

En mi nombre, trae llanto; pero tú no llores.
Recauda incertidumbre, pero tú no tiembles ni te aflijas.
Voy a honrarte por informar con tu lenguaje
lo que informes; voy a compadecerme
del que muere porque mi Luz es infinita y potente
y mi desnudez es un relámpago que mata.

Tráeme las escorias caídas de lo ilimitado.
El cascarón que no sirve de tu mundo.
Rescata las almas triste con tu canto.
Ser poeta no es fácil; es hablar con Padre Duro,
el que te mata, el que te exilia, el que se acostó
con tu madre, reventándole el vientre, pero...
salvando su alma, su niño, el verso, alojándola
en el cuerpo de la luna amada.

Por amor a tí, a Semele, Luna del alma,
yo concederé lo que me pidas:
consolaré a los dolidos,
daré unos sorbo infinitos de alegría,
haré que la verdad y la belleza se esplendan
incorruptiblemente y del misterio del dolor
y la muerte, elegiré mis portavoces, poeta.

¡Tú dáme otros nombres, te he elegido!
¡Dáme tus causas! dáme a los sufridores,
a los que aguantan, a los que rompen
sus vientres y crisálidas
por un verso gestado,
¡hijo mío!


De «Estéticas vitales y mostrencas»

* Este poema filosófico sobre la función del poeta como terapeuta del mundo se basa en el mito de Dioniso, su madre Sémele y su padre, el dios Zeus.



http://es.geocities.com/baudelaire1998/esteticasmostrencas1.html

Friday, March 21, 2008

A Laksmi, la Madre del Mundo





La consorte de Vishnu, la madre del mundo, es eterna e imperecedera; así como Él lo penetra todo, ella es también omnipresente. Vishnu es el significado, ella es el habla; Hari es política, ella es prudencia; Vishnu es comprensión, ella es intelecto; Él es rectitud, ella es devoción; Sri es la tierra: Vshnu Purana

Siempre me hallas sin la fruta de bilva.

Un labio seco, sed intensa. El corazón
jamás mojado en ambrosía; la mente dispersa,
en aras de un azar, portador del propósito.
Abandonado al plenilunio después del Durga-puja,
la Dusshera, y tú me hallas; yo no digo que no.


Sólo que no tengo una serpiente de descanso,
sólo que nadie lava mis pies ante la mirada
de Sesha; tú vienes porque eres la madre
del mundo, tú pares las larvas de las intenciones,
tú eres Laksya, meta, y yo, imprudente,
quien no entiendo cuando hablas.

Se habla cuando hay significado
y estás parado en tierra; se pide
cuando hay hambre de todo lo que das
(hasta ambrosía, ansias inmortales
de tu beso, Esposa perfecta),
amirtha kalasam de tu futuro.

Pero, Madre de las Fortunas,
posedora de todas las riquezas,
con la gracia del Agua, con oceános de leche
por morada, a mí me parió la luna seca,
con un pene de roca escarmentado.
Sesha me mordió con sus iras.
El loto se secó bajo el fango.

En vano pedí mi festival de luces,
a Durga Puja; en vano ví las cascadas
de oro, monedas que alimentan
pordioseros con dharma.

2.

Madre del Mundo, yo ví la diosa que te suplanta
cuando más fe pongo en la moksham.
Ví a la que dice a todos los hambrientos
el pan que nutre tiene precio, dobla el lomo
y pónte un yugo, suda por la flor de bilva.
Agota tus horas en harapos.
Vishnú destruye mucho más que Siva.

Nadie transforma nada, sólo el trabajo
y la codicia y la rapiña y los dueños inmediatos
del Imperio; nadie regala nada; el mundo
es un dualismo tenebroso y el que tiene sed
muere sediento y el chupa leche del seno
de los mares, viste de rojo y prospera
y te observa y escupe. En fin, pasa de largo.

3.

Laksmi, la Luna es más grande hoy y la ví
como nunca otras veces. Vino con el rojo de la tarde
y se ha decorado con bordadura de oro.

Vino, tan fértilmente, que mi prado está hermoso,
Mi corazón sonrió porque se acerca el día
de invocar tu nombre y llamarte «Sri»
junto con todos mis vecinos.

La tierra árida y seca que labraba se llenó
de vaquillas y en la noche el firmamento
es un Diwali que multiplica las estrellas
y las voces; la aurora me parece hija del Fuego
y sin verte te veo, haya o no luna.

Tú hicíste, magia y Uma, benefactora.
No sé qué hicíste con los muertos.
Yo estaba muerto en vida y, hoy no.
Hoy no permito que nadie te suplante.
Vendré a tu Durga-puja bien contento.

Tantralia / libro en la red
Tantralia

El niño de la ignorancia




A Siva, el destructor

Pisotea sin piedad, Destructor,
Padre del elefante, bendecidor de la Llama.
¡Qué demonio de niño es mi corazón desorientado!
Tan sordo soy que no escucho el tambor
con que me invocas; qué oscura mi esclavitud;
sirvo a los amos que nunca te han cantado.

Súbete a mi vientre, danzarín y vacía
mis horas y mis hígados de apañado apache,
mis sámagos de zahorí; sangra mis egos.

Brinca, Despiadado, sobre el ciego enemigo.
Todos mis sentidos están obnubilados.
Y no entiendo tus ritmos ni escucho las caracolas
que imiten el OM, tu susurro primordial.

Házme de nuevo por razón de la Maza /
La autoridad / que tienes en tus manos.
Pónme al estrado de tus pies
y dáme, tras la muerte en el lodo,
el loto de tu belleza eterna
y chispas de la Llama verdadera.

Tantralia / libro en la red
Tantralia / Blogmyway

Sarasvati





A Sarasvati, diosa del habla y Patrona hindú de las Artes

Tú me díste este secreto desde algún pantano.
Al otro lado del lodo, la realidad es más hermosa.
El olor es azul y a la piel la orientan
cuatro cabezas, direcciones, cuatro brazos,
ya no escamas, ya no pezuñas hundidas.
Cuatro cabezas y podré mirar de extremo a extremo,
de Sur a Norte, del Este al profundo horizonte.

Tú me díste el secreto porque nunca
sabré hallarte en la virtud perfecta,
en la inteligencia perenne
con plenas cualidades.
Tu inteligencia eterna.

Tú sólo me dijíste:
Cuando no puedas pensar,
adórame, pídeme cuatro brazos,
cuatro cabezas, el olor azul
de los consuelos, el espacio azul

del infinito; yo voy a darte el arte.

Tantralia / libro en la red

Tantralia

Sunday, March 16, 2008

A José de Espronceda




¿Por qué se persiste en nombrar a las ternezas?
Ya más tiernos escondrijos tiene el bruto;
ya más amaneradas cursilerías, de la boca criminal
se destilan para que el hombre sensible
sea su cómplice... Me pregunto, no en afán
de inefables perfecciones, o ambición de a priori:
¿Dónde diablos conseguiré el amor puro?
¿Dónde alguno que saque su cara por la mía?
No existe, sino un amor con condiciones...

¿Por qué tus flores, Campoamor, por qué
el recaudo hermético de esos mundos interiores
que crecen entre abrojos y calvarios?

¿Dónde termina lo superficial del conformismo
y se exhibe al enemigo, con sus nombres
y su concreta maldad, madre de desalientos?

¿Por qué tan íntimos, si el dolor es agreste,
se amontona en la calle, delante de nuestros ojos,
y la violencia nos truena los oídos?

¿Qué ideal puede manifestarse si no se abre
la boca, por estar asustados o en letargo,
¿qué hacer? ... si se evita que difundamos a gritos
que el alma misma se transforma y prevarica
al impacto de la neurosis social,
la deslealtad, el egoísmo, y con oídos sordos
perdonamos, jugamos a la sublimidades,
por tolerar artificios de consumo, hipocresía...


23-09-1999 / CARLOS LOPEZ DZUR

De Estéticas mostrencas y vitales

Homenaje a Arturo Rimbaud




La vieillerie poétique avait une bonne part dans mon alchimie du verbe: Arturo Rimbaud


Te conocí y nunca te enteraste que así fue.
Te amé, si es que amar significa apropiarte,
querer ser tú, develarme en tu esencia
y que en la mía te develes y digas, al final:
Somos uno. No somos rivales ni contradictorios.

La vida nos unió, casualmente, por un libro viejo, apolillado,
tu poesía. Recuerdo que se editó en Argentina
y te tuvo en sus páginas como un cadáver nuevo.
Te cubrió la misma hojarasca
que me oculta, que encima de mí se reposa
para que no lea tu nombre y no mire tus entrañas,
agusanadas con todo: mil y una metáforas de la creación y la cultura.

Yo quise huir de mi casa. Nunca lo conseguí.
Amé demasiado a Mamá, a la madre que tú odiabas
porque esa es tu fuerza, odiar y destruir,
para perfeccionar el amor. Tú no quieres beatitud
ni bautismo ni ritual ni rodillas
(eres más tremendoque yo):
«Je suis esclave de mon baptême».

Tú eres más mago que yo. Conocías más secretos.
Podías escapar a todo e inventar quien te espere.
Tú andaste de la mano de Verlaine; yo no.
Podías hacer y serte muchas cosas
desde la precocidad y el genio de tus ganas de vivir.

Yo era más triste y más vacío. No tuve alas,
Arturo; ¿no ves que por eso te envidié?
¿O fue que te quise más allá del quererlo?
Nunca tuve a nadie a quien abrazar en París
ni leí la poética de Orígenes. Yo no supe
qué es teleología. Aún tengo le coeur volé,
el corazón robado. No tú, imagino que no tú.

Ninguno pensó en mí como un arcángel
ni confió que sería un Poeta (con) las suelas de viento;
yo era sedentario y no me levantaba ni la brisa,
yo era pesado como un monte de roca
que no quiere caer ni gusta la erosión.
Yo fui uverillo de playa o de río
(y nadie ya come de esos higos;
para quien no se alimenta también poco es
su fruto y su ámbito expresivo.

A la edad de 16 años, díste fruto; a los 19 años,
lo creaste todo y dijíste: «Ya no más. Punto».
Tú eres un genio; eras padre e hijo.


Y yo, amante de tu paso, aún no abandono el arte.
Ni tengo nada. Deudas tan sólo, amores aún desconocidos.
Iras y rebeldías aún no fecundadas.
¡Si yo fuera tú, tan precoz y productivo!

No puedo renunciar. No he dicho nada.
No me sabría justificar. Me falta vida, aventura,
comprensión, porque la Tradición me echa el guante
a cada paso. Aún no me es ajena, aún no me enardece
la sociedad podrida para iniciar mi punto de partida
y la ruptura final. El desencanto.

2.
Je dis qu'il faut être voyant, se faire voyant. Le poète se fait voyant par un long, immense et raisonné dérèglement de tous les sens: De una carta de Rimbaud a Paul Demeny (15 de mayo de 1871)


Obrero de Alejandría, traficante de marfil,
capataz de canteras chipriotas, comment-est-ce va?
¿Por qué ya no crees en el verso, por qué no veo
la evidencia de que te exploras a tí mismo?
no me consta el inmenso, largo y deliberado viaje
con que razonas la dérèglement de tus sentidos.

Me dijeron que ya no acudes a los círculos de París.
A nadie conozco en el Mar Rojo que me ofrezca un indicio
de qué puede un poeta andar haciendo en las islas
de aquí o acullá. ¿Quién te enseñó a vender cueros
o exportar los marfiles? ¿o fusiles? ¿cambiaste
el verso por el oro, explorador? ¿es cierto que estás
irascible y desencantado porque ya no hay
solidariosde verdad, misericordiosos de verdad,
amantes de verdad,poetas de verdad,
revolucionarios de verdad, en el mundo?

En el mundo que víste la palabra y la poesía
perdió su magia / musa / practicalidad / su significado
original y fecundo, su fuerza, su esencia, su epifanía;
ya no porta sentido. Es pose, flatus vocis, hipocresía,
trivialidad, adorno, ¡Arturo, amigo!
Eso será en París, junto a malditos.
Yo te veo, Niño Terrible, y contigo me han nacido
las ganas de cantar con la palabra que tomó,
por tí, todos los sentidos, todas las iras de un volcán.

Compulsivo viajero, andariego Rimbaud,
verdugo de las cursilerías, iconoclasta,
decidor temprano de tu No, finalizador precoz del Sí,
tú que dice pan al pan y vino al vino, tú que a nada
has temido, llévame contigo a donde vas.

Adelantado a la poesía revolucionaria,
irrespetuoso que a tí mismo llamas patán y del hogar
te burlas y a la madre regañas, con sutil temor
(aunque menos que yo), llévame donde pueda
descreer, a una tierra sin ídolos,
tierra del nuevo canto social.

Trasládame a donde pueda presentir
mi Oriente místico y huela la mirra de verdad,
la pureza de verdad, razas antiguas de verdad,
mitos de verdad...donde los brahamines conversan,
sin un centavo encima, llévame, amigo marginado.
Condúceme a donde enseñan proverbios y agonía,
no como un show, como evidencia
inmediata e inequívoca de autenticidad.

3.

J'ai vu le soleil bas, taché d'horreurs mystiques, / Illuminant de longs figements violets, Pareils à des acteurs de drames / très-antiques: Arturo Rimbaud

En un atardecer, como el que dices, manchado
de místicos horrores. Desde la orilla de una playa,
te ví como un actor de los arcaicos tiempos,
fluyendo como ola, te hundías.
«Mon triste coeur bave à la poupe».

No sé lo que decías, pero espumeaba tristemente;
tú popa náufraga. Y, sin embargo, tú... de quien dije,
te conozco y tú no me conoces, gritaste como una ola
vestida de violáceas y largas iluminaciones:
«Vine a buscarte, Carlos»,
para la próxima cumplimentación del lenguaje ansiado,
el solidario, el íntimo, el más puro en intenciones,
«vine a buscarte», para que sea juntos que maldigamos
las cosas, hiperactivos y libertinos
en extremosde renovación, «melancólico, Carlos, vine,
para hablar de los pecados de la carne
mientras vamos pecando por las Islas de Chipre».

Tú pecarás conmigo desde hoy y sabrás
qué delicioso es, rabiarás contra la incomprensión
y sabrás qué delicioso es rabiar, gozarás el ocio
y la apatía y sabrás que deliciosamente se distribuye
la pereza y el cinismo, «vámonos de fiesta, niño,
que me falta en el viaje otro amigo».

Y, a nados llegó a mí, Arturo, arcángel y mago mío,

Arturo, el quiso «crear nuevas flores, nuevos astros,
nuevas carnes, nuevas lenguas» y al que siempre
animé, sí, créalas, pero que sean nuevas flores de verdad,
nuevos astros de verdad, nuevas carnes de verdad,
nuevas lenguas de verdad...

Y se acercó, ¡oh, mamá! vino a Arturito al fin.
Y te ví, enfermo y con una pierna menos.
Y lloré compadecido. No te imaginé canceroso
ni tan triste ni tan arrepentido.

Náufrago y pobre, pero viene por mí,
iay mamá! por mí. Estuve eufórico y ella me pidió
silencio, menos entusiasmo. Y lo observó.
El fue quien dijo:
«¡Debo enterrar mi imaginación y mis recuerdos!»
Añadió: «En fín, pediré perdón
por haberme alimentado de mentira.
Adelante. Y no veo ni siquiera una mano amiga.
¿Y dónde pedir socorro?»

El deliraba. Seguro que alcanza a enterarse.
Arturo Rimbaud, aquí.
¡Aquí, quien te ha esperado, con su mano abierta
y su socorro en vilo; Arturo Rimbaud, aquí, compañero
en la alquimia del verbo; aquí quien te advierte
que acabe tu temporada en el infierno!'

Del libro Estéticas mostrencas y vitales

Tuesday, March 11, 2008

Lo que yo adoro en tí



Life was written into de cosmic code:
physicist Heinz Pagels

Siva / Universo, andrógino, niño y anciano citado
por metáforas antiguas, más allá de forma y descripción,
si por algo te conozco es la vida, Siva / Nataraja,
temporal y trascendente, si por algo te adoro
es por tu lengua azul, de chupa-tóxico,
por ser silencio y tambor, por estar en tí
quietamente absoluto, y estar en tus amantes,
en Parvati, en Durga, en la manifestación
oxitocinadora del amor y la consciencia.

Lo que yo adoro en tí es que estés calibrado
para dar la existencia de la causa, el diseño del Todo.
Me inventaste, partecilla viviente, en el principio
que te auto-organiza, Tu mente me poseyó en el ser
y me tomaste en cuenta. «Yo existo», me amó
y mi energía no se coaguló en galaxias,
me arrastre contigo al deseo y soy parte
de tus Gigantes Paradojas:
el diseño inteligente de todo lo que existe,
el caos que se rescata cuando tu voz
resuena en cósmicos vacíos.

2.

The very fact that the universe is creative, and that the laws have permitted complex structures to emerge and develop to the point of consciousness. In other words, that the universe has organized its own self-awareness, is for me something going on’ behind it all. The impression of design is overwhelming:
physicist Paul Davis

Diseñaste al dios inocente, al que se satisface
con la bacteria primordial, primer juguete.
Pero no es poco un bacteria para quien crea plenitudes.

Extasis es Tu nombre, jiva ilimitada, manso,
calmo, siempre capaz de echar sus energías
a las aguas de Uma, a los fuegos de Bhairava,
a los Nandi del Aire y los espacios de Sadasiva.

Diseñaste el Toro y lo llamaste «Mi Transporte» sacro
y te purgaste el Nabo para hacerte más espacios
en la carne y el sexo. Desde ese día quisiste
la Tierra y el toro que la pise y la mujer
que adore lo que tienes para Yoni:
tu Linga, tu falo, tu semilla.

Diseñaste un cielo morado para los que te amen
y las tres Nadis y caminos para que pasen
tus carruajes y el mulo que la jala
y el elefante y el toro y el guerrero.

En el espacio, hicíste el arma de Indra,
formaste rayos, diamantes para el falo duro,
lo mismo que los Upayas del conocimiento.
Hicíste ra(z)sa, con prana de Tu Aliento.
Hicíste la Reta, tu espermajo,
y te vacíaste en el gozo de los hombres
cuando díste la Prajna y el maithuna.

Todo diseño eres. Muchas son las criaturas
que suspendes en el aire, mucho lo que escondes
en las aguas, y aún en el Caos, todo se estabiliza
para que cumpla su nivel de mayor organización.

Toda la vida es divina. Por eso híciste sintiente
todo lo que vibra, lo que tiene oxitocina,
lo que tiene un aliento, lo que se agusana
para librar más shakti y enroscarse
en los sadhanas de victoria,
en los círculos de la energía.

Aún en la hienda, en el estiércol,
siembras el hongo y algunos crecen
como phallus impudicus, orejas de satanas,
y apestan como boletus edalis, pero yo veo
Tu vida en él, tu Linga, tu mensaje,
Tu símbolo.

De Tantralia

Cit y Kali



Kali, la diosa negra

Cit me cita y Kali me devora.
Es la puta más negra de mi noche
y nadie, sin embargo, me cita
compasiva, sensual, asesina
como su lengua roja.

Ella no regatea razones a la Maya
Su olor me encanta. Hechiza.
Su yantra es la cumbre más velluda
de Maruxa, su boca es oro-genitalia,
en los montes de lo vivo.

Sus jadeos son los mantras
de mis salmos más íntimos.
Por eso moro en sus montañas
y circulo en sus ríos.

Relámpago soy en sus ojos de lujuria.
Cit me cala cuando me cito
cálidamente en Kali hasta que rajo
sus anhelos y pasiones.

3-10-1992 / Tantralia

Tu voz, tu mito





Sólo para el corazón
se documentan las estrellas.
Tu Voz como lluvia ha llegado
y el cielo se espacía para Tu Mano extensa.
De las aguas han fluído más fulgores
Relampaguea.
Relampaguea.

Como rayo se levantó
desde su escondite e inercia
y se elevó
y cayó en surcos, como semilla,
y fue energía.
Han temido lo que es, menos por su luz
que por su voz.

Y testifico en Su Nombre,
aún los duros de cerviz,
se llenan de ternura, a breve instante del sollozo
y los que cantan a la alegría, ya consolados,
los más sólidos, fuertes cimientos,
como en molicie de dudas,
renuevan sus memorias
y atacan a castillos sublimes, broza,
y a templos rutinarios sin Shekinah.

¡Los solitarios ya saben
sobre el Ser y se persignan!
La sublime luz coparticipa del agua.
Se bautizan en fuego.

Hay una paz oculta tras el trueno violento
y los vendavales
y una voz que, sin nombre, nos alcanza...

10-4-1988
/ Tantralia

La lluvia es nueva hoy




Haya llovido o no, llegaron a la orgía.
Y llueve a campo abierto y, en las calles,
para que la gente llene sus calderos.

Desde los cielos
una dulzura, cándida y jugosa, se vacía.
Casi todo corazón, como si fuera excéntrico,
la intuición de las cosas intenta. Las persigue
y, como por leche santa, a todo adjunta
su fuerza y vida.

Ninguno está seguro,
¡pero la intuición les basta!

La lógica, por argumentativa, es tarro de clamores.
Está lloviendo a cántaros.
Las garrafas se rebosan caprichosamente,
llenas de desagravios y empirismos.

La libertad es la sustancia acuosa
tan fresca como pezones pubescentes
y labios y lirios.

2.

La mente funciona esta mañana
sin acierto, sin pegar una,
yendo a las batuecas,
cuando intenta entender la duración,
la experiencia vital en esta madrugada.

La inducción lógica se ha cimentado
en nada, en vacío. Mala es la generalidad
que se valida sin su raíz en los particulares,
sin estos avatares de agua cristalina.

Acá abajo
el terco como mula
tiene en la mano una jarra
y el más feliz, el bueno,
su vaso de contento.

Desde las cancelas, las niñas averiguan
si el placer las hará conejillos de Indias
yendose al desagüadero de sus calles
(las cuitas informuladas, silenciosas),
río abajo, sin señales...

3.

¿Cuál es la naturaleza de esta lluvia
que reparte viejo amor, con nueva democracia,
por qué azota un dulce trueno, su ánimo de luz
y desaparece, en puntillas,
eyaculándose al parecer sobre el gran cántaro
de los cielos abiertos como muslos?

¡Está lloviendo a cántaros!
El grandioso evento, la lluvia misma,
es nueva hoy, ¿será nueva mañana?

11-9-1997 / Tantralia

Homenaje a Hebe



Aquí pueden llegar los sedientos
de ideales, los cansados, los hambrientos
(de cambios y direcciones), aquellos en fuga
de jolgorios, tedio y oprobio, desalentados
por tanta recholata, incómoda, vulgar y envilecente.

¡Navegantes con hambre de futuro,
conocedores de la oscura noche del alma,
compulsivos outsiders, realengos
pese a la afinidad social y compasión al grupo,
aquí es la cita.

¡Vengan!
¡Se servirá del néctar de la Diksha!
Aquí se beberá la amrita gratis,
por gusto de transición contínua.
Hebe se inventó la resbalada.
Se ideó los túneles raquídeos.
Tropezó con el chasco
y repartió el deleite
de las copas sagradas.

Esta es la tala.
Aquí llueve el ritmo sobre la calle mojada.
Se lubricó un pedazo de cultura.
Se está en riesgo de recibirla en kundalini.

Anus en mole, átomos del aceite más puro
en la superficie del quiero y no puedo!
¡Caer de nalgas, levantarse y despedirse,
ab irato! Se denuncia, empero,
la incomprendida hebefrenia,
demencia precoz de cada pubertario:
¡la chiquilla está emputada
con tantas rascazones y martirios en vano!

2.

Comecandelas, anarquistas, ilusos,
inmaduros, quijotes, chalaos
de todo cromo: ¡vengan a tiempo!
Los todavía insatisfechos con las cortesías,
incrédulos, no convencionales, los que ladran
hasta morder del rabo remilgos y ortodoxias,
¡aquí es la cita!

Vengan por su nuevo sentido de individualidad.
Si están introspectivos por la luna nueva
y se les llama apopléjicos, turulatos, heboides,
zopencos, vitocos, idiotas, pendangos,
¡enteráos! Hebe se inventó
la rapada de coco,
el desgreñe,
la piojera,
el cartel provocador,
la iconoclasia.

Ella quemó el sostén
y tiró las pantaletas a los perros
y las águilas y los voyeristas.
¡Y le vale, le vale, le vale
tres cochos y diez remiendos!
porque ya vive sin mea culpa,
sin complejo, sin bochorno.
El susto ya pasó.
¡No cayó en balde!

José Clará y Ayats
(que es mi amigo en el mármol)
gritó: Juventa Vive y yo, con él, pigmalionaba.
José Llimona resolvió el Desconsuelo
al mirar la carita de tan modélica nymphette.
Creo que los tres la amamos cuando cayó
tan larga es y cuán cortamente fue vestida
entre las santas mugres del comportamiento.

En fin, que nos gozamos
las vasijas hechas trizas y a Hebe que brinca,
que patalea, que despotrica
y, por cuya causa, fluyó líquido
de eterna juventud a nuestros pies,
lavándonos con su tibia jalea de vulva
y agua celestial de luna llena.

¡Mentira que seamos enteomaníacos,
partida de vulgares voyeristas, yo y los cheos,
taumaturgos en la pedofilia del cincel!

Fueron devas que nos dieron
de la Gñana inaccesible,
un momento tan solo,
un instante,
y salimos del microcosmos,
dualístico y externo,
es decir, del agüite de estos días
sin mínima poesía
hacia la puerta de escape del samadhi,
donde Leda y el cisne
nos agarraron la polla.

Otros la culparon: ¡pobre Hebe!
¡Qué anárquica, qué torpe, qué imprudente,
qué excéntrica, qué impúdica, qué pelos!
Las copas son divinas, se quejaron,
El vino es ambrosía, mil años añejada,
gota a gota (¿y ellos qué saben?)

Pero nosotros, por devas devorados,
la quisimos más, la descubrimos,
la deseamos; la sentimos
en los lícuos arrecifes de las perlas
y en todas las tormentas de los polos,
así y tan punky, tan guácalamente impredecible
y taruga y adorable y la gloria hecha pendejera
por tanto musgo y limo pegajoso y barranqueras
de su cuerpecillo de hidríade,
supimos de su trotar de potrilla mañera
y de sus ganas de joder por amarnos.

3.

No lo sé, no me importa, ¿qué más da?
Se inventó el acomodo reológico del prâna
en nuestras copas... ¡es lo que vale!
¿Por qué con su salto sin pértiga hacia el alma?

Rara avis in terris,
entre castas de rajputas,
así lo consumó, sin marometas
de tambores siderales ni torbellinos
de peroratas necias.

Fue el acto simple y súbito
por llevar las bragas en agaches del tobillo:
y, ¡qué obra maestra! cuando a címbalos
hizo un revoltillo con mi aliento y se inventó
the dishonest exposure.

Y los coros de ranas, pargos y guachinangos
(«comediantes» del Agora, como Nietzsche les llamara)
vieron su ombligo y dijeron:
«¡Qué asco!» y los prosudos sin raquis
se hicieron bolas a la vista del cóccix,
a la revelación de su magno coñazo.

Así es la turbulencia natural
de 50 billones de básicos instintos.
Los pobrecitos de hipotálamo,
santiguándose entre ellos, pidieron:
«¡Que sea sustituída de inmediato,
cubrid su endija, tapad su nalgatorio!»


Y los rebaños de la sadhana a Ganímides
ofrecieron el trabajo y él fue por las copas
de cualquier bebedizo, trago amargo...
mientras Zeus hizo vitatrones con el ego,
because the show must go on!

Entonces, La Ballena
se llenó de gurudevas
y la flor de loto se destrozó sobre las lozas
y, siendo todos, amantes de utensilios
y mundarros cautelosos y códigos de moral
y gestos previsores, a Hebe la vistieron de hopalanda
y los pobres faquires le obsequiaron taparrabos
y las mojigatas ofrecieron sus velos
y alguna veterana comenzó una plegaria
en tiempo extra y fue cuando dijimos:
¡Nos cagaron!

Dizque su hermano, argumentó:
«Ven a la trincha; ayúdame o aléjate»
y verbalizó del shrutis su odio a la pudenda.
Fue que vimos el ojo más caliente de la hornilla
y adivinaron la katutsha en medio de las cejas
y fue que los vellos horizontes púbicos de Hebe
parecían avionetas y volaron como arañas al tejado
y por su tamal se reveló su doble torta
y el hazteallá se quejó: ¡Qué extravagancia!
ya que su clítoris fue tamaño escarabajo
(¡qué carnoso hesperidio para chupar en privado
y sus nalgas, dos joyas, duplicado deseo al chintamani
(¡qué hermosura! ... házme el favor, yo me la llevo)
y los richis se purgaron el nabo
como obreros del pulmón llenos de cuitas
y se vinieron cuando apenas se habían ido
y los chelas, bebechelas tan chalados,
sustituyeron la amrita por chicoria
y esa noche salieron vomitados
por acusar a la flor inmarchitable
cuando Hebe los puso parejitos,
inventándose, en fin,
que la corrieran.

4.

Así, tan desmadrosa, fue su Diksha
(y la nuestra). Quiso irse sola.
Salir por el ojo invisible de la esquina.
Verse renunciada de estos puercos de kama
para quienes la noche de La Ballena fue chasco.
Mas, digo yo, Hebe fue
lo mejor de miles de ocasiones:
relámpago en la matriz del mundo.

Se quitó el mandil y quedó en cueros
y lanzó la copa del Olimpo sobre el hombro
y cayó redondita como jarro de OM
que flota con su gracia y se arrenja entre olas
como loto en el cieno o la nenúfar
sobre colcha de espuma.

¡Qué agasajo lunar, qué wahine!
Hebe cruzó hasta la salida de los baños
porque su padre la aplastó como a una mariposa
y dijo, voz de trueno:
¡No sirves para nada, niña!

5.

Esta es la senda renovada de Hebe.
Sígala el que oye el sonido primario que ella invoca,
el que guste que sus pies sean refrescados
por la espontánea viña del ritmo de la lira.

Aquí es la cita y vengan todos,
excepto el hazteallá,
el bufón de precauciones saturninas,
el déspota, el sabihondo infalible
con cerebro de bula y privilegios de Papa...

(Basta que existan en los jolgorios del artha),
aquí que no vengan, ni consigo traigan
a los gananciosos, satisfechos de quemón,
ni a los veristas académicos, asalariados sin AUM,
ni a los remendones de posibilidades al azar
ni a los puritanos,
cantores de puranas.

Que vengan mejor los de sucios pies
porque aquí, donde Hebe está,
el supernéctar es agua
y canción de torrentes,
revolcón de olas,
rock del salpiqueo, estrofa de lluvia fría,
derrame contínuo, bautismo,
estanque y ánfora de versos,
sangre de profecía y vida,
ritmazo de meada, disparo de semen.

Lo mejor del caldo, la saliva,
el sudor, la adrenalina
lloverá sobre el cuerpo y desde el cuerpo
y el manantial será mano y pies
en pos de las doncellas
y la ninfa irá en pos del varón
que ama y comprende.

Aquí se riega ella, Juventud,
y con ella la regamos.
Las ninfas chapotean
y Venus trae el pomo hecho trizas.
Juventa se rebela contra renacuajos y guabinas;
pero algunos, sumergidos en gozo por su causa
y, por susto de su regazón,
en su lugar, llenos de pelos y vibra,
aplaudiremos.

Cortaremos su paso.
Con ella y por ella, larguémos al tubo,
a la cloaca,
al desmadre,a donde quiera
que se ubique su carajo.
Ella sí que es ambrosía
para los que escuchamos la lira de Apolo
y el canto de los manantiales.

¡Con ella, somos como ella!
jóvenes, desafiantes, enérgicos, impredecibles,
orgullosos, candidatos a otros oficios, lugares y ciencias,
donde el amor echa pelos y se cuelga de la estrella,
y danzamos así con las musas y las Horas
y vamos a las islas encantadas
en aras de las hembras de los mares
y salimos de La Ballena
¡despedidos!
pero llenos de porvenir y dignidad.

1-9-1993 / Tantralia

Me olvidas

No eres loca que coma lumbre,
ni yo tu igual aunque quiera quererte
y sepa que me quieres, si es larga tu ausencia.
Pero no me redimes ni me lloras
porque por cosas mayores te vas al infinito...

Te querré con la misma propiedad
con la que mis ojos te han comido y perdido
en la tragedia cotidiana y natural, que tú me olvidas.

Me has gustado y es injustamente predecible
que te haya olvidado, a veces repitiéndote...
¿Por qué sigo creyendo que el amor puede ser más
que amor y el placer, una puerta y un naufragio?

Si, en el mundo, tus milagros se vuelven
la accidentalidad tras la antigua idolatría,
a penia, miseria de timbal y patarata.

Voy a aprender cuán dura es tu costilla
por causa de que te encuentro para volver a perderte
y fingiré que te amo menos de lo que te amo
para que confíes en tu órbita
y para que me veas como el sol, que se aleja
cuando otro ajeno sistema planetario
está más cerca que mi aliento encima de tus pechos;
pero te voy a seguir, similar ronda del eje,
creeré que te iluminas cuando yo soy oscuro.
Que la Luz por la que giras
como si fuera tu lujo perdido,
irremediable, no soy yo...

Como si fueras una tragedia, un suicidio,
un mal sabor divino,
una blasfemia tracalera,
mi bien amada, te vas, Kali te quitas,
destructora, de mi vida.

2.

Sé que te quiero porque eres única.
En el fondo, no me necesitas para nada
y has rechazado de manera igual
toda forma coactiva de externa aproximación.
Me gustan las mujeres como tú:
solipsistas, anárquicas, sin dueño...

Daría algunos nombres para mencionarte;
¿y a quién importaría, después de todo?
El fundamento de cualquier relación
se define desde tí y tu red de autonomia.

Me cuelgo de tus escupidos.
Conozco tu miseria de araña
y la supremacía de tu vagina irreverente.
Siquiera tiene la evolución del patrio gobierno...

Hilas mi abismo de plata y soy el suplefaltas
al que sólo has compensado
con besos, distancias y recelos.

El mundo externo se subordina
a la única realidad de tus pelos
y yo recuerdo que sudas tu conocimiento
y se me antoja tu calidez y tu sudor
como lo más bello del torbellino de la historia.
Hemos sabido ser cómplices,
con el susurro del AUM...

3.

No existe más que el yo,
el yo que hierve en resina alcanforada
cuando el amor se vuelve un talismán
es decir, la mujer que filtra el tabonuco,
o sale de cualquier árbol
en que esté metida,
como Filis en el almendro.

4.

¡Qué maravillosas son las mujeres
que entran por los ojos
y que dejan su alcoiris en las pupilas
y los pedazos de estrellas, aunque fugaces,
como olor que no escapa
al tajalán que gruñe hasta las trencas!

¡Qué maravillosas cuando se convierten
en memorias para los dedos
y nos desprecian, a media talla,
porque han visto sus sombras
derramadas sobre el pecho como babas!

De Tantralia

Detalles para desearte más





Has dicho que han nacido guajalotes en las recámaras
aunque, de cierto, que de mole
para esa noche no pasan; nada de lo tuyo
quedará sin lamido, degustado...
el ombligo provocador, el hondo abismo,
los senos tuyos que se mecen,
con ritmo dulce y juvenil de colegiala.

Sí, tú eres quien,
al examinar la morondanga
del que viene y va,
inspiras mi recuerdo de hartazgo,
me das para hoy y mañana,
más nunca hartazgo eterno, cósmica abundancia;
nada entregas de este mundo
que carezca de hermosura rutinaria.

Diariamente brutal, eres.
Entonces, pienso que, con tu amor,
mi vida seguirá vacía... y por eso...
lindo ombligo, ricas nalgas, deseo
y nostalgia de amor, ¡eso eres aún!...

¡Es lo que quieres ser; es lo que puedes
y lo que aún deseo cuando me faltas!

De Tantralia

Tu nombre

Dhyana: meditación que favorece la costumbre a la corriente divina, recobrando para el individuo su aromonía con todo el universo y su alrededor; proceso de interiorización encaminado a lograr la transmutación del ser: Sir John Woodroffe

Aprendido tu nombre, te habré dicho gracias
por primera vez y estaré por admitir
que te he querido a veces, que me has quitado
los mocos, que me has herido el rostro,
que me dueles cuando no me recibes
tanto como me duele que no busques
en mis propios caminos y navas...

No que te quiera mejor como en ollas de Egipto
ni menos que te quiera en andanzas de rogona,
pegostes nomás de adobe
y no que no tengas marmita para cocer el rancho
a la tropa; sí que la tienes y por eso te olvido,
porque los celos hacen daño y mejor no tenerlos;
pero yo no aprendo a recordarte
todo lo bien que mereces
ni te amo todavía lo suficiente
para que no me duelas.

Tu nombre se ha confundido
con muchas cosas, agradables y diarias:
la chava con pantorrillas en alto,
encima y abajo de metecos
y tobillos lujuriosos que ríen,
con boca satisfecha y sonrisa tan amplia.

De Tantralia

El tronco




Tantra: transformar el placer mundano en felicidad espiritual pues el cuerpo es recipiente para lo divino, no una fábrica de karma o depósito exclusivo de aflicciones: Vajrayana

Son muchos los árboles
que vienen a tu ribera a dejar cada hoja,
a enflacarse de otoño, a pedirte amor
y ligamentos y raíces.

Son tan dulces tus costillas unidas
a cualquier tallo, te quieran o no
los comegenes que repudias,
los iguales que aman, los que sueñan
inútilmente parecerse a tí para atraparte.

Si no tienen esa suerte, corazón adentro,
es porque ya andas conmigo.
No hay tonto que replique para su provecho.
No hay tonta que no se trepe
al tronco de nogal y no se mueva hasta sacar
su pulidez y lustre al pardo rojizo.

La voluntad del placer es tan soberana,
tan soberana que traiciona, que separa, que solve...

¡Qué no has hecho por una robusta tranca!
por eso a las mil y quinientas,
sin que amanezca, yo te pregunto
si me quieres más a mí, o más a otros...
Te he buscado como forastero que llega
al templo, como metelón entre vestales...

Donde quiera que sea tu olor de hormona,
pregunto por tu médula adrenal y por las horas tardías,
por tu concha y por la forma de artesa de tus babas...
y, cuando tengo suerte, tu soledad y la mía se hallan...

De Tantralia

Mahadeva






A Govinda, quien da placer a la tierra,
a las vacas y los sentidos

¿De qué hablan en rigor, Mahaka,
señorazo del Tiempo y el Todo,
quienes no aceptan sus ojos perceptivos
y su curiosidad anhelante?

¿Son así como los míos los ojos
de quien destruye y crea?
si la cara los sujeta, reverentes
y fijos y curiosos para que disfruten
lo viviente y sus distancias...

El Mahadeva, ¿no dijeron? es el crío
del corazón, el niño eterno, la inocencia.
Sin Parvati no puede vivir.
Sin el olor de la tierra su básica realidad
se nos pierde, una mitad de su cuerpo
se escarnece, se aniquila...

¿Para qué tener narices y paladar y voz y oídos
si la vida del mundo fue descrita despiadamente?

Si Dios es el Todo y obsequia el Universo,
por mi pensar y mis sentidos, ¿acaso no me dio
también Su Semejanza, un Ser de lengua azul?

Un tambor para mi danza eterna y tres ojos,
no dos, tres ojos, agua y fuego para abrir
el espacio del Eesaana.

¡Ahora alegan que soy desemejante
en la adorable infinidad de los paisajes!

6-15-1980 / De Tantralia

La palabra amorosa





Govinda, el Señor Primordial, de Goloka, con una gopi / pastorcilla

Ha sido una bendición que me quieras.
Había olvidado que nacemos
para alguna canción que vive cada vez menos oída.

¡Qué bien dices en qué consiste soñar
(si es que soñamos)
el completo sueño que escondemos!
¡Qué bien amas si cantas
(porque conmigo cantas y cantando me amas)
con obsesión equivalente!

Habíamos olvidado
(si es que olvidamos por completo
que la dulzura no es un mensaje difuso de la cara,
oscura y temeraria duda ante lo incierto)
... acaso si... la fulgurante risa sigue ahí
y me enciende los rostros al futuro
y todas las pasiones son visibles
(si es que todas sirven, turbias o felices,
como sean, para dar residuales luces
e ironías al pasado,
o al hoy, o a lo que venga...)

Ha sido una bendición
tu corazón que comprende,
sin ninguna obediencia,
si es posible que obedezcamos
sin premeditarlo,
por debilidad que no conviene,
por comportamiento diseñado,
que parece destino...

No, ya aprendimos, por palabra de amor,
a optar y se nos pega la gana,
y somos desobedientes,
y lo que más conviene es sonreír
aunque nos duela la cara.

Había olvidado que hay (y siempre hubo)
tantas fantasías. Tus besos, por ejemplo,
que predican la realidad de los músculos,
la dulzura de las endorfinas, y no mencionan
que el amor existe, pero está el viento de marzo
y su lluvia y tu alfombra verde de prados
y tu piel suave, más suave que el mundo,
menos esquiva que una idea...
y existes, haya palabra o no, para identificarte
y voy sensualmente por tu adjetivo y tu verbo,
por tu cuerpo de onda, por tu ser y sus partos...

De Tantralia

La magia del beso





Yo no sé si es por amor que estoy agradecido
de que un beso signifique tanto en nuestras vidas.

Tal vez no es por amor
que cada detalle de ternura tuya me embelesa.

Tu hermosura no ha dicho en plentud
las cosas que hay en el fondo de tu alma
o cualquiera sea el espacio de piel
que mejor conozca lo inefable
y se comunique con este asombro,
delicioso y mudo, y curiosidad por tí
(a quien doy más caricias que palabras).

Agradezco, empero...
hoy no a los besos...
Doy gracias ¡porque vives
palpablemente, caramba!

Evocas algo más noble que el pan
y más profundo que cualquier tristeza.

Y, siendo así, se te toca, se te estrecha,
se te siente en la carne, se te besa...
y se es feliz, más de lo que se quiere.

Yo no sé si es por amor que descubro
la deuda que clama interiormente,
sin saldo de cuentas todavía.

Tu ser es necesario, inevitable, universal,
biológico y estás unida a mi deseo
no sé con qué tamaño de bondad,
no sé si por amor.

Has nacido tantas veces, aunque yo
no te haya conocido ni sepa que eres réplica
de mujer en singular, con apellidos,
con habitaciones de mundo y roles públicos;
además Mujer Eterna...
Como la una, invocas a mi piel
sin hacer preguntas.

Yo no sé si es amor lo que nos lleva,
entonces, a asomarnos al corazón ajeno
y llegar e irse, dejando dulces biografías,
pero te agradezco los manantiales
y que fluyas y que magnifiques
tus besos inolvidables
y que no te expliques
ni con la gente ni conmigo,
con orden de rutinas,
o predecibles vuelcos,
sino que al beso digas ... Gracias
por la chispa que das, por breve sea,
ya sea, o no sea, por amor.

Un beso tiene magia cuando entrega vida,
alegría, pasión, celillos, travesura, erotismo,
capricho, inquietud, trémulos pálpitos.

Yo no sé si es amor, pero no son templanzas
del cerebro, oscuro, estéril, impasible,
no son saltos ni argucias de vacío organizado.

Gracias por esta grandiosidad que se crece
a pesar de mí y a pesar tuyo,
por el beso que tiene raíz y cosmos.

Gracias por la transparencia eléctrica de Eros,
por contener señales de lo vivo,
por el contacto de labios, primitivo, del beso.

De Tantralia

La cita




Si la realidad suprema no se manifestase en una variedad infinita, sino que permaneciera confinada en el interior de su singularidad compacta, ella no sería el poder supremo ni la consciencia, sino algo parecido a un cántaro: Abhinavagupta

Cit me cita, autorrevelándose.
Ella brilla por sí misma aunque esté oscuro.
Me cita con un movimiento de cadera.

Cit es una braga que se escurre
por la garganta más húmeda
de Ananda, de Maruxa, de Georgina.
Cita con beatitud.
Me da dichas supremas.

En desnudez me cita
y el Jñana no es secreto,
una chica lo tiene y lo conozco con ella,
calato, en cueras, sin vestido.
Toda la carne se diluye en suspiros,
con espasmos de spanda.

Soy en la esfera quinta de energía,
simultáneo con la luz y las tinieblas,
y ninguno dice ESTOY, más bien, somos.

Citado por Cit, yo soy ésto que me cita:
el universo entero derramado,
el arrastre de los besos,
el meteco del Icchá trenzado en Ella,
comido por su encanto.

En la Kriyâ de sus charcos navego.
Subo a sus muslos tersos como de luz infinita.
Me filtro en sus endijas, atravieso
el nocturno firmamento y los umbrales
que cruzan el vacío: Cit me cala…

… con su cálix y yo salgo por las formas de luna
que chuparé de sus pechos; me descarno
en relámpagos para tocarla toda,
salpicándola, robándome su incendio.

Cada trueno es volcán que erupciona
con savia, grito de luz, debajo del ombligo,
camino de su púbis, saliéndose de adentro.

Me cita es la absorción formada
por todos los colores, me arranca la cabeza
y sigo vivo; es que mata el ego de la noche.
Es que forma un ángel, tan shivato
con zumos de su ovario.

Entonces, cachemiro los soportes verticales
de sus vibraciones, me spando hasta el espasmo,
me expando a su luz y fundamentos
y no quiero otra cosa que sus malezas
electrificantes, su orgasmo que es la molicie
de las ojas, las miradas de sus ojos
al cadáver que deja por los míos
cuando ceso en sus rajas
y su reposo.

30-9-1990 / Tantralia

Levanta tu piernita




Hari-vikrama-utthita-bandha

Siempre que vino a mí, trajo su compañía de lluvia,
oleajes de mar, olor de marisma y menstruo. Y se metía
bajo mi sombrilla. Buscaba mis caricias. Protecciones.

Nos escondíamos debajo de los altos balcones.
O en zaguanes desde los cuales podíamos ver la lluvia,
Y la calle desierta. Y la sombrilla, escurriéndose.

En su curiosa periodicidad, había una obediencia dulce.
En una esquina, eché mi mochila y la suya; dos colegiales
éramos; ella, Lourdes que olía a Luna, a ritos
de siega de los campos. ¿Y yo a qué olía?

Yo, a lo que busca Ser, no siendo todavía.
A Indra, dios del relámpago, mi voz y mi mirada.
Cuando Indra abre el cielo con el trueno

o raja el firmamento con sus luces, saca de lo oculto
los ojos de las cosas, esclarece lo que vibra
debajo de las faldas: el púbis de la niña,

mi pene alborotado, los ojos buenos sin bizquez
de los soles, la noche dulce, el beso de la vida
y, sobre todo, ella que se abre, y deja que la toque.

La escondo un poco en mí, pretexto que afuera llueve
a cántaros; pero más llueven mis dedos curiosos en sus senos.
Llueve más la faena que comienzo en su clotis.

Está muerta de pena, esta pequeña luna,
que oye el OM OM de mi Brahma.
«Levanta tu piernita», susurré en su orejita.
«Te sacaré la braga».

Y nos frotamos así, yo chivo inspirado de Savitri;
ella, luz del alma, Hécate en la puerta de mi gloria.
Estábamos de pie; levanté una de sus piernas.

Sólo una le serviría de apoyo,
me gustaba su muslo terso en mi mano,
su afán de hundirse en mi cogida,
su cerrarse, estando en pie,
su enrosque, su ritmo, su jadeo.

7-13-1980 / Tantralia

Las mujeres hormonales




Women with the highest hormone level are the most attractive. The most fertile women, with high level of the sex hormone oestrogen, have prettier faces. Women are effectively advertising their general fertility with their faces: Dr. Miriam Law Smith

a Corina, a Gabrielita y Eli

Gratificado por el amor y la bondad de los sentidos,
Govinda, depósito de todos los placeres, agradezco
el estrógeno que induces en las niñas,
la pubertad primorosa que reinventa sus huesos,
la textura que les das a su piel,
los ojos grandes y los labios carnosos.

Te agradezco, Govinda, ese nivel de hormona,
ese mensaje a sus narices menudas
y ciclos menstruales. Fértiles son las hembras
de quijada pequeña, suaves los senos
que lactarán los hijos de mi morada viva.

Bien que se ama tu sombra, Govinda.
Bien que comprendes al varón que ama
sus propios gustos evolucionarios
y es que formas rostros luminosos
entre las que no engañan y cuidan los críos
del porvenir como la tierra fecunda
a las raíces de su árbol elegido.

¿Hay un gozo irrestricto al querer tu semblante?
¿Inspira ultraje al que halla tu rostro dulce,
sensible, paciente, por qué tan grata eres a los ojos?

Govinda, házlas como al comienzo
de las edades: sencillas, sin máscaras,
sin escándalos de vanidad en el monte.

Pón en sensorialidad la imagen clara, pulcra,
de las niñas hormonales y líbralas del asat-sanga
y de los zampabóñigas y malas compañías.

3-8-2005 / Tantralia

El gran guerrero / Ksatriya




No es que tengas que sangrar a cuchillo
cada ente que veas, cada cosa que se mueva,
cada respiro que se exprese en la vida.

No destruyas la carreta en que voy
ni el camino natural donde veas mi cizaña.
Tus voces interiores son el verdadero rival:
tu envidia, tu soberbia, tu ira. Tu deseo.

No te exicites porque crezca una sombra.
¿Qué sabes tú que es la luz?
Lucharás contra las emociones,
templo ilusorio que tienes en el alma
porque eres hijo de muchísimos sentidos:
tus instintos que te dan el campo de batalla.
Cogniciones que se pierden en la NADA.

2.

Hanuman, creo en tí,
en tu cara de mono, en tu pelambre,
en tu rabo tieso, en tu baño en las charcas,
en el gibón que grita, en tu nervioso sexo,
en tu dialéctica genética de primántropo,
en tu lenguaje que se guinda en las ramas
y se baña, con gritos y gemidos,
más que en las aguas?

En Visnú que puede venir a tí
y pedirte monerías, utilizar tu lenguaje,
la ronda de los simios; Rama te miró
(tus ojos en la cita de lo hermoso,
y una mujer te ganó la empatía cuando lamíste
su soledad más que su celo, límite del orgasmo).

Ella fue Sita. Rey de los monos,
ella fue la estética primicial,
incipiente, reveladora.

Me llenaste de celos, hombre primántropo.
Dudé de ella. Inventé el patriarcado
con el guerrero arjuno, olvidadizo.

El Dharma es duro,
el dharma duele en la epidermis.
Es un puñal lampiño;
es un sendero que odia
los abrojos y eras tú
el más peludo símbolo
del falo, itifálica ciudad
de los violentos.

Hanuman, gracias por regresarla porque la cité
por primera vez en tus rumbos, no la pude sacar
del embeleso, pero la renunciaste por no sé qué
deseo vencido, por no sé qué dharma
que vence sus propias emociones y se interesa
no en actos ambientales, sí en el poder del interior
que apenas se percibe, pero que funda una fe:
invisibles organizaciones: Gracias rey,
veedor de lo ignoto, optimista primicial de los futuros.

5-3-1990

3.

En cita con la memoria episódica
Visnú me hizo una rama del árbol
de tu genealogía. Por eso existo.

Ya soy un rey, soy el sentido, la semilla
que se pudre y se afana en las ansias
del crecimiento del Ser, germino
en espacios manifiestos, en batallas
esclarezco mi luminar, surjo
en los claros vitales y biológicos.

Tengo un proceso, Rama del dharma.
En la rama de la cita, están las cualidades,
correlaciones de gunas, fuerza y materia,
anhelo, pasión, actividad, urgencia elemental,
de ser mi complemento: Sattwa, Tu Verdad,
Tu Bien, Tu pureza, oponiéndome
al Tamas, lo Oscuro, lo ilusorio, mi ignorancia.

De Tantralia

La Maya

Maya: energía material regida por las severas leyes del Universo, ataduras kármicas y el ego falso («anankara»). Literalmente, Maya significa «aquello que no es»: Swami Prabhupada

Se te emboza la raja, yo sé,
como si te llovieran
los besos desde los cielos
o de las copas de los árboles.

Relampaguea su clorofila
la piel que te obtuvo, o que fundas
al romperse en los dolores de tu colcha
tu lumia de muchos velos,
la fenoménica sed de destino
y de tiempo, aquí y ahora,
toda la Maya, toda la Maya.

2.

Los ilusionados. con desórdenes interiores,
se conforman. Con mapas carcomidos
y desorientadores accesan la memoria.

En las rajas de sus cuerpos, en la madera
cortada de sus vidas, esconden la ceniza
y la sangre menstrual envenenada.

Ningún dinamismo les permite ir contra el miedo
de ser desposeídos y nunca tener nada.
Tímidos son quienes desvalorizados se perviven.

Y con temor se acuestan en cama que es
la zona más insegura de sus gozos.
Búsqueda fracasada del Deleite.

Los ilusorios son los hijos de hilanderas
sin hilo; cosen los cursos normales sin aguja
y sin tino; despliegan muchas formas de capricho.

Quienes hilan de ese modo nunca entretejen
lo verdadero y hermoso; pero se les llenan
los dedos de agujeros y se pinchan y sangran.

Los ilusorios ni manipuras ni puros de alma.
No abren canales para el aliento sutil que los anima
ni NADI(e) les desepulta, o echa cal a sus lápidas.

Triste es la vida de los residuos psíquicos:
lenta, ansiosa, grisácea, ruedas atoradas
en los radios del Tiempo, bandas sin bandhas.

Los ilusorios no examinan a Shakti, mas…
¡qué perfectamente ven el ave migratoria,
condenada, qué fácilmente se abisman!

No remontan el vuelo. No reciben la Gota
del Ananda,
aptitud para hallarse en el Bindu,
con la puerta abierta del Absoluto cósmico, Brahma.

3.

… a los árboles de misericordia

Los blasfemos ofenden al vaisnava.
Menosprecian al Arbol de Deseos
y a los afortunados que sus frutas
cosechan del Kalpa-taru,
el árbol de gracia.

Los devotos de la misecordia crecen
ajenos a las vanaglorias del poder
y los reconocimientos; ninguna cosa codician.
Ningún obsequio les viene de este mundo.

Nadie detendrá la felicidad que el destino
tiene preparada al que come su alimento
de los árboles cósmicos, verticales, infinitos.
Nadie la aflicción y la caída de quienes quieren
en vano entorpecer lo irremisible del karma.

El destino material es soberano y justo.
Unas veces trae la congoja, la situación
que hiere; otras veces han de crecer
las raíces despreciadas, la semilla
del árbol inescuchado, el más compensador
y el más puro, sin embargo.

4.

No pegarás tu boca a la pared y callarás
tu consciencia y tu necesidad, Nara.
Vendré a verte y pondré el dedo en tu llaga.
Un bajareque, choza hediente, hicíste de tu cuerpo.
Juguete inmundo es tu bálano.
Bachata de ofensa, tus labios.

Nara, ente bocacho, camilucho,
jornalero de la Maya, pido cuentas.
Tú, ni tus canas veneras, nara cacorro.
En cada dos por tres, agredes
al que te da avataras y días y ollas
y milagros del Agna.

Sé pues, gusano, y deja tus cagaletas
en caminos; hereda los chinchulines
a tu nueva vida, pero, para tí no es
mi bienaventuranza ni el Manas de mi luz
ni el Absoluto presente del Ocaso.

5.

Hoy en día la gente piensa que lo perruno es vida, pero la verdadera vida consiste en el progreso espiritual. La energía humana debe ser utilizada para el avance espiritual: Srila Prabhupada


Competir con el perro, éso es la Maya.
Entrenado a obediencia, no importa quien sea
el amo, imitando lo necio, reagitar el rabo,
guardián del agresor y del cobarde,
fiel a quienes lo sirven, siempre interesado,
si le faltara un hueso, burdas compensaciones,
aúlla, se lamenta. Sufre y ataca.

Como un perro, el hombre, el alma, (ig)nara.
Como llamar a Cachano, la misión inútil
de hacerse humano, porque éso es la Maya.

Sacarlo del ladrido, controlar su terror,
su adrenalina, su rebelión ante fantasmas,
evitar que busque un hoyo y se defeque
o su árbol a cuyo pie se orine, o condicionar
que tenga hembra y dé espectáculo
de sus burdas necesidades naturales,
éso es la Maya. Competir con el perro,
la tarea de los hijos caídos
de Mula(d)hara.

6.

Como perros de presa, bestiales
y devoradores, demonios son los de Patala,
así, vándalos de la antigua Germania,
así, guerreros que a Panonia llegaron,
empujados por los hunos y los (s)otros.

Como perros de presa, los romanos,
como perros lujuriosos, itálicos de circo,
césares que gritaron por la muerte
en el combate al ver morir a otros
pues ésto equivaldría al dictum:
¡Bueno está lo bueno! Bueno el lujo,
la venganza, el sexo, el vino.

Perros de Atila, Gengis Kan, del Führer, caudillos,
duques fascistas, sabuesos de las mongoladas
que esclavizan, captores, todos nefarios,
inquisidores que perpetúan los yugos
y las humillaciones, gran verros
de tortura, machos estériles
ante los dulces panales de lo femenino.

Como perros, ya se han raptado de Europa,
y son carcundas retrógradas
del odio, bien armadas. Asaltarán
los cielos del misterio, la absoluta noción
de la Verdad y lo Hermoso, la energía
Shiva, siva-casto, trascendente,
protector, padre de tres ojos,
dueño de la Estética y el Bien,
danzante cósmico, concesor
de los dharmas sin lamento.

7.

Nature unrelenting’s dominion’s and its pattern, The Ardhanarishvara, the union of spirit and material, the Being and his Shakti (force) are inevitable: Vajrayana, maestro budista


En vísperas de la irrupción de los nuevos etruscos
(de la tecnología, el ocio, el lujo y frívolas bisuterías
de la conducta), en escenario decorado
con la Maya del civismo, te raptaron, Mujer.

Los que no merecen la reina, los ágamos,
seductores gimnofóbicos, pistoleros
con las caras de gualda, abejorros
de jolgorio violento, te llevaron consigo.

En la época del lenguaje dividido
del amor, te raptaron, Europa,
y pensaron de pronto en violarte
y robarte la (k)cama y tus nichos sagrados
en los montes y el río que tienes como fondo,
lo tentador que atrae por su humedad,
tu ritmo cósmico de luna, tu olor
de yoguini, tu cadera que amenaza
cuando rota, en chacra-puja.

A tu hogar llamaron la prisión materna.
Tiranía, Materia voluntariosa, bruja perversa.
De tus ritos dijeron que son peligro de opresiones.
Temieron en tus bosques los cipreses escondidos
(esperaron tener armas de hierro,
caballo y cuchillerías). Sólo después
llegaron los fuñinges / cobardones con alardes.

Como hordas de arrebato se presentaron
ante tí, Europa, te quitarían el poder,
la colmena, la unidad bienhechora,
tu rol matriarcal, tu frenesí emocional,
Grandiosa Reina… y tú, mera Devadasi,
eras el más perfecto y limpio de los lotos.

Alumna que danzas con sabiduría,
hembra que del orgasmo
hicíste un arte de melao, el mahasukha,
¡oh! más azuquita, mami!

En ese bosque, womb-like-place,
tu cueva abierta entre el mons púbis,
¿acaso no se cantaron idóneamente
los mantras más potentes y feraces,
tu Fertilidad, tu mística leche,
nuestro alimento, el pasto abierto?

En ese altar de la Kula,
¿acaso no nos díste el lenguaje
y el reloj del corazón los primeros latidos
y te aprendimos tanto, porque no fuimos
otra cosa que zánganos, lo más estéril
e inmaduro del ser-entitativo,
lo meramente orgánico,
sin la noción del Atman?

8.

Este es el ritual: Tejido, hilo, cadena: crear y destruir un mundo, venerar las deidades. Dialogar con el Amado, unir los poderes celestiales a la vida, a la esposa, al tiempo eterno: Marc Roberts




El primer rasgo del ego, mujer, el que te miente (es),
conforme con presencialidades transitorias;
el que dice, no hay deidad, yo soy ateo,
es el que pone tranquillas a lo auténtico.

Sin sinceridad, no hay devoto ni discípulo
ni alguno que comprenda, ni originador
de la buena palabra; lo que está más allá
de la apariencia enmudece; el ruido es
el que da su habla, su visión, filosofemas.

El mentiroso vive por su narcisismo.
El hedonista se proclama el real,
objetiva virtud, allende a toda habladuría.
Se ufana como el prudente entre todos los maestros.

Pues, comenzaré a callar. No soy un sacerdote
de Afrodita. Tengo sexo. Soy Lisandro a nados.
Cruzo el peligro de Helesponto.
Vengo humedecido de arrecifes.

Vengo cansado de la torre donde apenas
se visualiza fuego y luz del leño ardiente
y el mensaje de Hero enamorada
que me anuncia el maithuna, lícuas ansias
de sus tempestades, juegos de su Deseo
y de su amor y la cadena que nos vincula, el Tantra.

9.

Tri-netra: Un tercer ojo para mirar lo femenino desde la carne y entrejer otros planos del Ser: Marc Roberts


Mi nombre fue tan básico y real: tierra, agua, fuego, aire,
pero me llamaste Espacio. Mujer del Eesaana.
Me díste el ojo sagrado, la Tri-Netra, noción
de la hilandera que me quiere. De la amante,
Mahadeva. de su forma invisible, Sadyojaata,
por vibraciones de su presencia en la bondad del acto.

Me llamaste, tan calmo, inocente como al niño
que renace en el útero. Me rodeaste del agua
con aliento del aire, me dijíste árbol nuevo,
tierra rotada, tiempo maduro, renacimiento
de Tus estaciones y mundos subterráneos.

Ví el sol con un ojo más sutil que muchas dualidades.
Tú rompíste los velos en los bosques
de cipreses, en lo existente que duerme.

Con cuchillo de media luna, me dijíste
más que el Lingam desde hoy eres.

En árbol fálico te concedo los ojos
de los que beben del agua
sin miedo de la muerte.

Vendrá por tí, Cibeles, pequeño Atis, por tí
Afrodita, vástago de Adonis, pero ama
mis azahares, mis olores más puros.

8-26-1989 / Tantralia

10.

Donde los machos, de alas rotas y las hembras
estériles, sin Kama, sin varones, se coinciden,
el camaleón es voz de Maya, hormiguea
sin aguijones verdaderos y se deshila.

Con quien da su pellizco de ñoco, trazas de engaño,
no se teje, no hay urdimbre. El zángano no ganará
a su Reina. Camaleón será y fecundará su propia muerte.
La reina lo acaba. Lo encadena a la Maya.

Quien no valora la cabeza redonda
y bella de su mujer, también ignorará
su mandíbula poderosa, su antena larga.

Camaleón quien no entiende que la reina
quiere más que el nido, huevos fecundados
por kriya quiere, acción de varones afortunados.

Pobre del macho que sólo grita,
«cama-cama» y no es león de oxitocina
para eyección de leche en las glándulas.

Camaleón quien no sabe que el secreto
más arcaico es el sexo y la dicha, un poco
de histamina y la consciencia de Shakti.

Camaleón, el león sin kama, gallo jugado ara morir,
jugándose el cuero, sin beneficio alguno.
El que no teje su muerte con los hilos de dicha
para nada ha servido. La Reina lo mata.

El que busca placer / en lo ilusorio
y no entiende que la Naturaleza / Prakriti
da felicidad no tejerá lo concreto con lo ilimitado.
Camaleón será: vivirá en el lugar equivocado.

De Tantralia

A una muchacha iraní

La belleza es el bien de otros:
Diógenes de Laercio, Bion, lib.IV, 48

Alguien, yo me ofrezco,
deberá seducirla, entrar a su cueva, sacarla,
convencerla, robar si es necesario
lo que oculte bajo su chador.

Ella es la bestia rica
y su casa está llena de esplendores.
¡Su caverna es muy secreta
y está transfigurada a pesar del acoso!

En lo profundo es tierna,
comprensiva, jamás mezquina
como somos. Ella es fértil, luminosa.
¡como la esperanza! ¡la felicidad!

Su verdad estructurada es arisca.
Los animalitos se parecen
a las niñas, dulces siempre
y, sin embargo, acorraladas
por dialécticas causales
de la rivalidad.

Bajo el chador a quien ama lo verá
y lo echará como su manto de sí
para quedar visible cuando su corazón
se evada en escapada
y quiera unirse al hombre que merezca,
sin el gesto obligatorio de la vil sharía.

Por eso es que, con ella,
sin mañas agresoras, celoso soy
en la tarea de quererla y buscar
(porque no es un fantasma
por tules negros cubierta)
su virtud, su alegría.

Es la necesidad viviente
del gozo y la raíz, su magia.
Sin embargo, tras el luto
de una cueva indeseable
del Oriente, cautiva está.

De El hombre extendido

El tesoro de la metáfora



Una escena de la Arcadia

Il vestimento d'ogi alta speranza e la bellezza: G. D’Anunzzio, Laudi, II

El pirata fue, de mar en mar, con varones y mujeres
de buenos riñones, a rastrear los tesoros.
Con ópalos de la esperanza, rigores de travesía,
los construye. El va y arriesga todo antes que pueda
examinar ese botín maldito, su estructura de concepto,
la sospecha integradora de lo que es valioso.

El pirata existe aún. Siempre va y viene.
No se da tregua. Tendrá guaridas. Escondites.
En océano se hunde lo que busca;
pero, vencidos los naufragios, reaparece.

Violenta lo biológico. Saca del vientre rajado
por la espada, metafísicas subyacentes,
cofres del sámago metafórico.
Al botín lo recoge. Su premio.

Veámoslo. Regresan, eufóricamente,
casi siempre con mucho sol y sed y descalabros.
Mas divertidos se apuestan los hallazgos
y la razón no es literal. Se están imaginando
que viven del motor de sus navegaciones,
que el cuerpo es una corbeta bien surtida
y armada pues el enemigo es un corsario,
otro como él, con una base similar de voluntad pungente,
con esa misma factura del cañón que no dice palabras,
pero vomita el ruido de la pólvora, echando bramidos,
y se calla en la herida de otros cuerpos heridos.
Cuerpos que gimen y pierden piernas y brazos
y hasta el ojo y la garganta, la vida.

Bajo ese cielo rendido en la mar,
o en las costas, o en las orilla de playas hecha sangre,
no hay sentido trascendente, sólo imaginación,
fantasmas que estructuran un sentido: afán
de codiciar la gloria, el placer, el miedo
o su derrota, Dios muere en los contenidos privados
de la Erlebnis, la vivencia es sólo un abordaje
de victoria, un grito de piratas viles
que expresan el contento.

¡Qué botín bien ganado!
No es seguro su hallazgo, quitárselo
a privateers. Lucha por él cada tipo de necio,
los más torpes. Lo ansía el criminal
más que el honesto; «pero ya es tuyo, rufián,
lo conseguiste con tu bandera,
negra y calaverada. en vuelo».

El crimen salió a flote, crimen de tus metáforas.
Crimen encubierto de tu cuerpo, avaricia sublime.
Asesinar la carencia que se esconde
en tu cuerpo, eludiendo el castigo,
desafiándolo todo, porque, en tierra,
vestidos o desnudos, hartos o hambrientos,
designio secreto es la belleza,
la metáfora, el tesoro.
Su usufructo.

3-11-1989 / El hombre extendido

La ninfa (2)



Cueva de las ninfas de las tormentas / Sir Edward John Poynter


¿Qué hogar esconde, qué amparo,
qué ciudad de refugio,
a ese cuerpo con colores de alcoiris
y desnudez que deslumbra a las pupilas?

¿Con qué viste la ninfa, poseedora
de todas las edades y provocadora
síntesis y plexo de atracciones
para el hombre que sueña?

¿Quién hila con tela del decoro
para tal hembra seductora
y nínfica el himatión?

¿Dónde está ella, tan amada:
la mesera, secretaria, hadas de los teatros,
criatura del aire y la mar,
la que pisca en los campos, la agraria,
la que vende en puertos y mercados,
la que hilvana en telares
y remienda con aguja su dolor de cosmos,
su tiempo, sus desafíos y ocios?
¿Dónde está, con su quehacer, la obrera?

De Tantralia

La ninfa (1)





Cuadro de Adolphe_Bouguereau


La ninfa que me gusta dialoga
en autobuses. Vive en la esquina.
Deja su rastro en mi puerta
y todos la quieren por su apariencia
de ficción en carne viva,
ojos grandes y labios rojos
que llaman a lujuria.

Tiene las piernas
como frondoso tallo
y sus muslos sin dueño
pero ella descansaría
sobre la estrofa que yo escribo.
Ella me gusta.

Cuando la veo navegar de un lado
para el otro, yo sé que me presiente.
Sus aguas pueden compartirse
como parte del camino que ambos seguiremos;
pero ella no sabe de qué predio del viento
mi voz llega...
y yo la llamo igual,
viéndola o no,
haya calma en la mar
o haya tormenta,
como en violentos celos
y ansiedad de unir al fin ambos destinos.

Otros, como yo, la desean.
La tientan, la atacan.
El mar es violento
y en los bosques,
hay bestias.
Pero yo
la amo;
¿y ella
a mí?

De Tantralia

Le voy a decir al mundo





Escultura de Pan y Dafnis

Le voy a decir al mundo que ví al sol.
Y es una bola de fuego,
brillante como los ojillos de un niño
lleno de energía.

Una adolescente parece
que, al besar su primavera,
ensaya la noche con que sueña
para su amor vibrante.

Al mundo informaré que una nube
ha jugado con la tarde y se inventó
el crespúsculo cuando ellos
no se habían cansado todavía.

Aún sol y primavera están llenos
de colores... y yo estaba presente,
sediento de alcoiris y paisaje
y el niño, la mozuela y el crespúsculo
saltaban en mis ojos.

8-6-1989 / Tantralia

Las nalgas de Maruxa



... la Shakti de Bhairava dijo: Si se mira fijamente, sin parpadear, cualquier objeto físico como si fuese la primera vez, privando al pensamiento de todo apoyo, pronto se alcanza el estado de Shiva: Vijñana Bhairava Tantra, frag. 57

Como si nunca te hubiera conocido me gustas.
Mucha belleza se esparce sobre el mundo
en forma de mujer y comienzo a quererte
por causa de tus nalgas.

¡Es terrible confesarlo y por eso te quiero!
Pienso sobre la tersura de los pétalos
y doy con la almohada de esos muros
con ilusión de arcilla y manos de mis manos!

¡Pienso en nubes redondas y nimbos
y esos círculos me llevan a tu carne!

Resbalaste en mis párpados, camino al baño,
y hallé tu hermosura en jardín
cuyas rosas me aroman.

Un abismo de colores me
entrega sus tibios arcoiris,
donde puedo en lo más alto
de la espuma, oleaje cósmico de cielos,
palpar densas sensaciones
tu indescriptible encanto.

Entonces, juego con dimensiones serpentinas
y soy escama que a tu piel se adhiere,
siendo tú lo más terso
que experimenta mi beso y mi abrazo...

Voy al tiempo de tus rastros.
Me coloco en tus márgenes,
con densidad que no tienes.
Fluyo del agua a tu fuego más sabroso,
hallo mi piel en la tuya
y resbalo en tu barro delicioso.

Me visto con el desnudo de tus formas
y siento el peso que te falta;
te metes aromada en mi cama
y no despierto; amanezco contigo
y no recuerdo las horas
sino que estoy absorbido
por tus nalgas,
tus jadeos,
tu aroma,
tu piel.
No existo.
Me has robado.

2-5-1989 / Tantralia

Confesiones del Marinero Read

El poder británico empleó la legislación penal, la propaganda, e incluso la literatura popular, para vilipendiar a la piratería, mientras glorificaba
la ocupación imperial, el comercio colonial y la acción «civilizadora» del imperialismo:
Ernesto Frers, Piratas y templarios, 2005


No quiero que el mal se pague con el mal.
Que a mejillas puestas sobreabunden los golpes
y suframos y quedemos callados. Tampoco
que se diga ‘resiste, vendrá el rescate’.
¿Ha de tener la ira su límite, padre mío,
y el soportar, su llave liberante como dices?

¿Un cuchillo se detendrá antes de estremecer
las manos de quien nació asesino, o será
que es necesario que lo claven de una vez
al pecho o las espaldas del prójimo?

He sufrido por ésto y he matado
con las manos frías y dolor en el pecho.
Ahora, ¿a qué vienes si tengo 30 años?
¿Te llevarás mi dolor en tus báules?
¿A qué vienes, padre mío?

¡No me lleves contigo! ¡No me rescates!
No sé si ya te pertenezco. Es tarde.
Soy del tropel de los violentos.

Mujer, con rostro dulce y blandas carnes,
ya no soy. Y lo que esperas, al dar tu encomium,
no es posible. No ocultará un vestido de mujer,
con sus tocados finos, la voluntad que empeñé
con mis delitos? Tu abandono lo ha cambiado todo.

2.

¿Qué queda de María?
Pregúnteselo usted, Mr. Read.
¡María no existe! ¡Soy Magadalena sin Cristo!
Llámame Mark, marco de mancha y de bellaquería!
No está aledaño a lo bueno, mi cuerpo que fue hermoso.
No es placer eterno, la belleza vestida, oculta
en andrajos de viles forajidos, en rincones
donde abunda la sal y hedor de vomitados.

Hija de tu adulterio, adúltera porque lo he aprendido
desde adolescente. Cerraste una puerta, ¿te olvidaste?
María, la verdadera, no existe. Arcadicus juvenis,
soy tu sombra. Un dragón, grumete, lugartenencia
de tabernas de vicio, proxoneta, hecatombe,
aquella a quien La Horca jamaiquina la pesigue,
el desliz de la dama inglesa que perdió su paz
entre Las Horas y, parte de ese Orden de Eunomía,
que no tiene justicia ni me bendijo en nada.

3.

Este niño sin hiel es mi hijo.
Nadie le ha dicho bastardo todavía.
Que no lo infame la memoria que ninguna
cosa digna sobre mí ventila.

Perdí toda ternura y, ¿qué es él?
… mi única ofrenda al Agnus Castus
y, ¿qué tal si te lo doy y lo conviertes
en un pedazo oscuro tu nombre?

En un hediente estorbo de tu historia.

4.

No le digas que su madre fue mala mujer,
padre mío. Ni su abuela una dama que,
por su herencia, mintió y se hizo la zorra.
No le digas que no me buscaste suficientemente.
O que examinas mis puños y lloras.

Quedó grabada en mí
la experiencia de la viripotencia.
Me vestíste de justillo y calzón, crecí hombruna,
con actitud de hiena, y soy tan caprichosa
como tú, cuando a veces no quiero o no puedo
detenerme; manos duras y secas
las que tengo como las del fogonero
en buque, manos golpeadoras aquellas suaves
manos de mujer sustituyeron.

¡Hasta el pudor he perdido, padre mío!
Y a otra mujer entregué mis pechos,
que habían sido virginales y prohibidos.

«Mordisqueálos, puta, que ya tengo el deseo
de penetrarte y la vagina nos arde».
Nada a vergüenza lo convocó hasta entonces.
Ni aquella advertencia de Calico Jack,
su marido, mi amante: «Te falta ser un hombre».


Y avanzó sobre mis posaderas. De mí lo quiso
todo: boca, útero, el ano, axilas, en todo hueco
del ser he sangrado, padre mío. El se metía
en mi sol oscuro y me golpeaba, pero,
fue mutuo gozo. A la postre, nos quiso,
nos compartió a los dos su noche y su lascivia.
Ana Bonny, zorra como yo, también pudo ser mía.

5.

En muchos años, nadie me preguntó
¿cómo te llamas? Yo era Mark, tu marco de mentira,
marco de tu apellido. Y me jacté de haber sido
grumete de la Real Armada y dije que, como dragón,
combatí a España y que me gusta el fuego.
Poder de vida tiene el fuego aunque no purifique
y sólo tizne el rostro; la ropa es tan externa
que no es nada; la autoexpresión va tan adentro
que duele al sacarla y vestirse la oculta.
Una no sabe qué le pasa a la cara.

«Vengan a verme en la playa, hijos de puta».
Grité muchas veces a la tropa.
Fui la voz chillante en la coberta, mi eco callaba
el bramido de los vientos en la popa.
Ningún viejo, por más robusto y rijoso,
me besó en el cuello, la boca, ni me echó
sus suspiros en la nuca, ¿te dije?

A golpes, o a capricho mío, yo sí mostré
mis pezones a los ebrios, me quité
mis justillos y las bragas las he lavado
ante los ojos zarrientos, sorprendidos.
Mis senos siguen muy lindos todavía.
Hoy me sorprendo mujer por causa de mi crío.

Voy a lactar al hijo de mi amante,
a ese sodomita de mi barco. Después de todo,
él me conoció del animus al alma, el profundo
gato que chilla cuando sube a los árboles,
a los ramoncillos, padre mío. A sus pies, iba
mi gato que lo quiso. A él dí todas mis leches
y me besó muchas veces el llanto.

De El hombre extendido