EL DIARIO DE
SIMON GüELDRES
Carlos López
Dzur
CONTENIDO
1. Escucha al
verdadero Príncipe, no a mí...
2. La casa, vida
familiar de los Güeldres
3. Cuando el
Abuelo hablaba
4. El
hospitalillo de Iván Güeldres
5. Un ácrata de
Dios
6. La gente de la
Otra Orilla
7. Adán Rednitz y
los Kumes
8. Un colono muy
querido su hija
9. Mi abuelo y mi
padre
10. La expulsión
11. La extorsión
y el secuestro
12. Me abandonan
mis vecinos
13. Fe, consuelo
e irreverencia
14. Mi papá y sus
diarios
15. Alternancias
de los servicios
16. El Dr. Iván
Güeldres y la doctrina de la hermosura
17. ¿A dónde me
llevan?
18, Cuéntamelo
todo...
19. Memoria del
esposo sobre Claudia
20. Pamela Arnol,
mi madre y yo
21. ¿Estás seguro
que no es un Stroganov?
22. Margot y el
moralismo preceptivo
23. ¿Quién mató
al Dr. Güeldres?
24. La compra de
la Viña de Liceaga
25, El arma
sedante del poderoso
26. «Vamos a
juntar las piezas y a montar el caso»
27. Como una
reunión de brujas
28, Cómo ataron
los cabos sueltos
29. Más malo fue
Fray Sahagún que Hernán Cortés
30. Resolución
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1. Escucha al verdadero Príncipe, no a
mí...
For true evangelical
faith...cannot lay dormant; but manifests itself in all righteousness and works
of love; it...clothes the naked; feeds the hungry; consoles the afflicted;
shelters the miserable; aids and consoles all the oppressed; returns good for
evil; serves those that injure it; prays for
those that persecute it: — Menno Simon
El origen espiritual de
los menonitas se remonta al año de 1117, en Lyon, Francia. Los reformistas que
Petrus Waldnus reunía no creyeron ni la doctrina del purgatorio ni el
purgatorio del pesimismo y el inevitable sufrimiento. «Lee cada salmo sobre el amor del Nuevo Testamento y vívelo como la
única y verdadera doctrina». A esto siempre se reducía lo que. por su parte, el Abuelo Stammvater en el Valle de Guadalupe
decía los Domingos en los templos.
Era muy
pequeñito cuando él vivía. Mis padres, si lo escucharon. Es la ventaja del
pasado, mas curiosamente el Abuelo Molokano profetizaba en torno a mí y lo que le
esperaba a la colonia menonita, donde me crié. Se la llevó el pateco. El nos
dio una definición de Luz, como energía interior de la Afrodita Urania, sumada
al conocimiento. Afrodita Urania era como la Sión del Cielo, una hermandad
colectiva, sobre un valle concreto. Uvas del Conocimiento.
Y lo
escucharon / reformulador metafórico en prédica / diciendo que este mensaje lo
aprendió antes de Petrus Waldnus que de Menno. Leía mucho. Más aún, entre
judíos Haredi, había aprendido algo que revela su escrúpulo a la política, a la asquerosa
política que necesita violencia como en los tiempos de Amalek y los viejos
tratos del judío con sus vecinos. O en tiempo de sus meros moles, susactivismo intenso.
Tiempos en que, con un montón de rusos, husmeó por el Valle de Ensenada y un
valle que le gustó más, con tan simbólico nombre, Valle de Ojos cerrados, que
fue como un reto, abrir esos ojos para los colonos... «Había tanta humedad y
agua de Dios / que se navegaba entre baches y de Ojos Negros hasta Ensenada nos
sorprendían los deslaves».
Sigue
evocándolo a él, al abuelo y cómo pensaba... La memoria se ha abierto y es mi
Madre quien fluye y describe los días del Fundador, presentándome su relación
con judíos no sionistas / los Haredí / perseguidos en la misma Israel, no se
diga en Rusia... porque ellos vieron las bellezas incorpóreas de la Aprodita
Uránica y expusieron la política demagógica que incide y desorienta el mundo,
con cierto plebeyismo enfocado al materialismo, sin ninguna fe, excepto en el
incierto futuro y la Edad de las Máquinas. «Las castas materialistas pelearán
por comerse una a las otras. La Fiera Corruptia, Physis con su colmillo
sangrador, mostrará sus dientes de hiena a la Fría Tecnología... Entonces, los
Haredí que emigraron a Rusia, serán
forzados a callarse por los adoradores del Polo Sur, gente que creerá en
prácticas letales, anti-cósmicas y anti-astrales, e inventaron robots que
sustituyan sus propias almas» y, en determinado momento, pasado tiempo para que
creciera y madurara tras oír estas reflexiones, descubrí una frase de
Robert Heinlein: «Mediante el cultivo de la hermosura que dispersan las semillas de
flores celestiales, como haciendo el bien, es que cultivamos a las almas que
pertenecen a la humanidad».
El alma
bondadosa, en su diáspora, porque la vida es diaspórica, señala y viaja al
Norte, a las estrellas que sirven como guías. No se toma por norte una ruta
caprichosa si no que siguen la ruta de los Soles uránicos. Eso es lo que anima
al judío bueno, tal vez errante, mas no atado a un territorialismo venenoso,
como los sionistas y aquellos que tomaron la guerra como estilo de vida. ¿Cuál
es la estrella de un alma inmadura o la de un guerrero vicioso? ¿Cuál?
Cualquiera sea el motivo, el rumbo de la contienda, ahí va a dar servicio. La
guerra no tiene periodicidad. Es arbitriaria. Sus rumbos son una inmediatez
caprichosa. «No hay para un alma celestial / para la Afrodita uránica / un
derecho a matarse porque diga un rey o un sacerdote que allá, en otro lado del
agua o las orillas, algo que tenemos que tener y su príncipe provoca su
querella con el mío aunque yo no la tenga con él»... El menonita dice como
Parménides de Elea: «La guerra es el arte
de destruir a los hombres. La política es el arte de engañarlos... La milicia
es ocupación más propia de bestias que de hombres».
Cuando
el Abuelo / nuestro
Stammvater / exponía que la guerra
mundial había comenzado. Daba una clase de historia y, decía, el Padre de la Historia, dio los antecedentes del
repudio a la guerra la guerra. Es un recurso que altera el orden de la
naturaleza... En la paz, los hijos entierran a los padres; en la guerra hace
que los padres entierren a sus hijos. Herodoto tendría mucho que decir a los
rusos que llegaron a Ensenada, en los días en que el sionismo alborotaba sus ciudades... Sólo en
la guerra se pierde la dulzura del cantar. Es oficio tan amargo, y en las
amarguras se desea la dulzura, y en la guerra, la paz del canto... Aquellos que
no volvieron a cantar, graznan como cuervos sólo himnos marciales... «¿Por qué
tiene que ser un austro-húngaro, Teodoro Herzl, preguntaba el Abuelo, quien
conteste la pregunta del sendero a obedecer? e introduzca el nacionalismo en la
diáspora para que vuelvan al sur, donde se les hace daño? El pueblo iba en camino a dejar la tierra de
sus conflictos y de sus padecimientos. Huyó del Amalek que
lo hostilizaba... ahora son ellos, los judíos los neo-amalecitas los agresores
y como hienas han caído sobre palestinos... Ahora se los tragó el Siglo XIX,
con todas las hipócritas ideologías del Largo Invierno oscuro de una piedad
mentirosa y sin la Luz Solar y el fuego, que apenas les alcanza, son la gente
sombría y de mal agüero».
Todos
como individuos, cada país y cada época, tiene sus enemigos gratuitos. Su
tentador y vampiros internos. Esto es, para la persona de hoy y de mañana, con
nuestros hijos, habrá retos.
— Tengo
el mismo miedo que tuvo el Abuelo Ivan / Vorläufer Gründer, por su hijo y mi hijo. Simón es muy
pequeño todavía y temo que no entienda la mitad de lo que digo.
Si mamá
viviera hoy le diría: — No temas, ya entiendo.
Por
ahora, quienes siempre están ventilados por las voces de noticiarios, son
aquellos que prefirieron cazar a sus enemigos, derramándoles su sangre,
aquellos que prefieren hacerse guerreros temperamentales o codiciosos de lo que
es de otro. Las noticias son propagandas
que exhortan a cultivar la virilidad telúrica, «antes que abrazar las hembras
uránicas, sus hermanas solares»... El ladrón es más famoso que el pensador y el
estudiante. El corrupto nos divierte desde los parte de prensa. Los narcos y
sus matanzas, sus fugas o sus capturas, se llevan las primeras planas.
No se
habla sobre esto de la Hermandad Hermosa,
o el Proyecto Menonita, antes de que
fuera lo que ya es, negocio étnico y jamás se ha descrito el bello proceso
suficientemente.
«Somos
vulgarmente terrestres. Queremos, desde el 1882, que nos muevan como a reses.
Ideólogos del siglo XIX dijeron que, si han de compadecernos, nos ajustemos a
sus definiciones. Ser 'sus rebaños',
ser los borregos sumisos en segunda, tercera, cuarta Aliyá... si, como en la experiencia prusiana y rusa, de Catalina La
Grande a hoy, y ellos nos moverán como fichas de su propio juego, y nos
gustará: Regálame tierras, dame 150 acres, yo siembro... no me concedas las
tierras cerca de indios devoradores, llenos de odio al europeo... No quiero que
los Kumeyaay ronden la hacienda, o el
lote de Gustavo Arnol, porque entre sus hijas está la Pamela hermosa, que yo
pacto para esposa de mi hijo... ¿Recuerdas cuando me hablabas de esto? de Adan
Rednitz. Lo traigo a colación porque si no hay amor, el territorialismo, el
tener parcelas en cuanto país acoja al hombre, se vuelve espada de doble filo.
Y siempre hay amor suficiente
para que se ofrezca justicia al extranjero, pero el
extranjero que ofrezca lo mejor de sí, su buena voluntad, sus talentos... Recuerdo
la historia que el abuelo contaba: —En
la Rusia zarista hubo uno, tan fanáticamente antisemita, que el país adoptó
legislación fuertemente restrictiva. A niños judíos antes de que cumplieran los
trece años se les secuestraba para su entrada en un programa de rusificación, niños de hasta ocho años
hubo que no volvían a ver a sus padres hasta cumplir los 40, y lo mismo diría
del menonita cuando se les impuso su servicio militar obligatorio... ¿Es o no
razón suficiente para que saliese del país que no los amara y les quitara hasta
la libertad de movimiento... o la cercanía afectiva? si, el Abuelo molocano, o Vorläufer Gründer como era nombrado entre alemanes por estas cosas
pedía las cartas clara sobre la mesa y eso implicita, un sentido de historia, no para la exclusión de otros, sino para la
solidaridad. Les dijo: — En Chichihuatl, no quiero únicamente rusos, ábranse
lotes para cada hermano que sufra. Vendrá un grupo de sefarditas, criados entre
otomanos, como el propio Isaac Luria, en tiempos de Saladino... Saquen algún
Domingo, dialoguen, sean como sus anfitriones... vayan a verlos... Son parte de
un paraíso de Unidad que desaparece. La historia perdida de ese paraíso está
viva en los corazones de ellos.
— Viejo
molocano, no nos hagas el caldero del basural del mundo. Olla de grillos.
—
¿Olvidaron que llegaron presumiendo que sóis
verdaderos productos del nuevo cristianismo? Y que deseaban tierras para no
ser errantes como amalecitas y judíos…
Dio
mucho trabajo, por causa de un ídolo llamado Ius sanguinis / derecho de sangre / aliar en una misma comunidad a
prietos y blancos, a alemanes de Bavaria y rusos, a holandeses y belgas. A
judíos y ¡ay! hasta carabalíes... Toda
la Cristiandad adora ese demonio / el Derecho de Sangre / en virtud de sus aspectos
antropológicos, sociológicos y por una condición de psicología social, es
decir, la conciencia de pertenecer a una etnia determinada y no a otra. En
morral del Derecho de Sangre metemos la patria... Es difícil que usted pacte
una Hermandad Espiritual si alimenta esa barrera y el Chupasangre o el Gran
Acaro del Ius Sanguinis dice: «Por la puerta de México, por la esquina
de Tijuana, no paso con mi patria, mi familia, mi identidad»...
Quien
viene con su prejuicio viene y lo calla. Boqueando de hambre, muchos llegaron.
Saciaron el hambre y dieron ánimos al trabajo. Mas se quedaron con mucho
orgullo y ocultos antecedentes de Civilización Blanca, cuidaron sus Derechos de
Sangre, o protege el idólatra sus lealtades... Viene a extenderse en una
colonia como un extraño en Tierra de Extraños y no quiere compartir. Que se le conozca,
sí, mas que se mantenga su círculo cerrado, hasta que urja otro: —Dame mas
acres de tierra, ya pagué lo que me concediste primero...
— No fue
un emporio para el capitalismo lo que dispuse como meta, sino una Nueva
Doctrina en este experimento de Menno... Que no se parezca lo que hago a la
experiencia de los terratenientes turcos, quienes dieron voz de Aliyá, venga el judío y ponga el dinero
y su empuje. Levante una zona. Es yerma con tierras estériles y malditas pero
si sus manos son las de obreros virtuosos, desesperados, aquí es donde podrán
probarlos... y se fueron allá. La experiencia les duró muy pocos años hasta
principios de los años 30. El Mufti de Jerusalén empezó a expresar su talante
filonazi y su amistad con los jerarcas nazi pudo más que el negocio. No sé si
buena voluntad hubo alguna vez. Esto no es un negocio, Hermanos. Quiero en Dios una comunidad. Esto no es
vivencia de empresarismo que no invierte en el cultivo del espíritu y se limita
al factor económico... esto no es hospitalidad para cualquier tunante. Han
jurado en fe su compromiso de virtud...
Decía el
Abuelo, modelo titular del Vorläufer
Gründer:
—Y no es
que caigamos en el rechazo a lo nacional, que es la Tradición Occidental. Ni
que promulguemos 'porque esto se dijo
sobre mí' o lo teorizó Evola como una insurrección solapada de la Vieja
Aristocracia contra el Mundo Moderno, o que esta sea una risible herejía,
basada en empatía y preocupación social. Herejía porque a la vieja doctrina del
pacifismo de los menonitas, aquí se atemperó con la advertencia: «Hay una ley de amor aquí, desde el Valle de
Ensenada es la que fue: ama al prójimo,
a la Naturaleza y la hermandad universal como un ideal»... No cometa el
error de quien viene a dominar, como el amalecita, que después no quiere que se
le golpee o se le pongan reglas, si es él quien inicia la violencia... y, digo
más, la hermandad consiste en entender el principio. Si no tenemos más arma que
el amor, o la mejilla dura, aprendamos a utilizar esas armas. Armas de Luz y
Hermosura. Estar muy conscientes de lo que, siendo el arsenal único del que
disponemos, nos sirve... El día que busquemos otras armas para punir y aplastar
a los enemigos no faltará quien diga: Son
como nosotros, igualmente terrenales, bajo, sin testimonio de cielo... Vayamos
a provocarlos y vencerlos... Recuerdo la lectura que compartía, con los
rusos de Chichihuatl, primeros menonitas que entraron al Valle de Ensenada...
Nunca se les había conversado sobre la Afrodita-Urania
de Platón, diosa del amor noble, no carnal. Con ella no se asignaba ningún
Derecho de Sangre como objeto de creencia. De hecho, para la pareja que
discernía el mensaje, sus almas como afrodisia
uránica, a la procreación no la tenía como objeto. La Afrodita Urania como
ideal de Belleza Celestial es el único placer, que se experimenta en la
hermandad... pero la comprensión de esta cualidad se perdió en las costumbres
de la Antigua Grecia y ya en Roma se convirtió, tergiversada por consciencias
etruscas, en apetito erótico, separador, clasificador, sin los parámetros
estéticos de la fuente platónica... En rigor, se trata de que dejamos de creer en la trascendencia. Y
viéndonos como animales, nos proponemos como victimas idoneas para la erotomanía de
infrasexuales o macrosexuales. No hay metafísica del sexo. Punto.
Para mí,
fue tan triste la conclusión.
—No
creemos en ángeles. Trabajamos como
animales, como obreros de colmena. A los ángeles no le damos tiempo para que
sean instructores y los ángeles se comunican en la ternura de nuestras niños y
niñas. Somos, cuasi infanticidas… Estamos pendientes a demonios e ídolos... No
entendemos las espiritualidades encarnadas ni el espíritu ni las memorias
biológicas. Subvertimos la Historia. La marcamos de olvido, pero somos los
sacerdotes boquirrotos de jerarquías de raza / carnalidad / sustancias étnicas
/ Derecho de Sangre / seudo metafísicas de Norte y Sur y del falseamiento de lo
Telúrico y lo Uránico. Asignamos significados arbitarios a todo y utilizamos el
trabajo de nuestros niños para enriquecer las colonias y n comprar libros ni
cantar juntos durante los ratos del ocio—.
La voz
era de Mamá Claudia lee de diálogos del Sacerdote. El Stammvater
molocano. Para esos días estaba fervorosa, corregía errores cometidos y
estudiaba la Palabra, algunas publicaciones que había realizado Nuestro Vorläufer Gründer.
El
diálogo de intención cristalina que, entre mi Mamá Claudia y Papá se empañara,
interrumpido en breves lapsos de vida por rencillas maritales e incomprensiones
públicas, resurgió poderosamente. Llenó los últimos días con dulzura. Volvieron
a leerse textos del Abuelo colonizador y, colectiva y privadamente, a cantar
como los haredíes. Toda la
congregación. Sentí que me transmitieron
algo muy especial. Me afané en el trabajo. No obstante, siempre tuvo la
hostilidad del hijo del subjefe (Adán Jr. y su primo). Rivalizamos por el amor
de Pamela, pero, no simplemente fue inmadurez de adolescentes. Tenía que ver
con poder en los clanes.
Fue
previo al deceso de mi padre y el del mismo Abuelo, quien murió de 85 años de
edad, y se trata de que según despertaba
a la apreciación amorosa de la hija del
molinero, mas se curioseaba en os libros y anotaciones que los Güeldres, mi
parentela paterna, acumulaba en baúles con llave. Fue una guerra de celos contra su Doctrina y
el liderazgo que tenia, a partir de la Gran Síntesis de sus ideas . Uno de los
libros de su autoria
se guardaba en la casa de Chichihuatl, una que otra lo vi. Mas no lo pude abrir y curiosear. —Ten respeto por las cosas de tu padre.
—Sí,
mamá.
Bastaba
que lo dijera para que no volviera a abrir y mirar. Claro está, que no se me
cortaba la mano. Ni comparo el baúl del Vorläufer
Gründer con el Arca del Testimonio. El otro archivo con notas estaba en la
vivienda del Valle de Ensenada, donde Mamá vivía con Margot y otras hermanas de
la Fe, muy cerca de la casa más amplia de Stammvater
molocano y hermanos cabalistas de la Russische Gründerfamilie.
Estos
son los días, al menos cada domingo, de reuniones de vecinos / en que se hablaba mucho
sobre dos cosas: ¿Cuán conveniente es la ausencia de un gobierno o Estado / no sólo en
la comunidad menonita / sino en el país / cualquier país? Se enfatizo en el anarquismo. No,
no. Yo no viví para entonces cuando Flores Magón y el Abuelo eran ‘compinches ácratas’. Pero, cuando crecí y algunas ideas me
entraban por las vías de escuchar el conocimiento de oídas y sin meditarse
rigurosamente, leer poco o nada, creí que Ensenada era una república y México
algo muy lejano, mucho más que Tijuana, donde Papá tenía otra clínica médica, y
amigos en un país cercano. Rumores a pocos días de la muerte del Abuelo, yo
entonces de 4 años de edad, mas preparándome para salir de casa como párvulo,
tenia actitudes y me comportaba, curioso y atento a todo. Se discutía sobre
quiénes dirigen la sociedad, y me
preguntaba si somos una sociedad o una comunidad. Unos anitos mas y los diálogos con mis padres
solían ser como los siguientes:
—¿Mamá:
somos una comunidad o una colonia menonita, somos una sociedad o una república?
—Somos
una sociedad organizada anti estatalmente en una comunidad rural o campesina y parecemos una pequeña república porque nos hicimos una Constitución que define
las normas de convivencia, o de amor
que idealmente habría entre nosotros. Somos una gran familia, en las que hay
holandeses y alemanes y porque hicimos
acuerdos voluntarios, y para el respeto mutuo de modo que podamos en vivir en paz, entre
nosotros y con los vecinos, discutimos todavía como mejorar, nunca quedamos
satisfechos… y la República de México que permite que vivamos aquí, entiende el
dinamismo comunitario. No interfiere si le van con cuentos... Por ejemplo, que digan que tenemos ‘comunistas
y ateos’ infiltrados, o anarquistas saboteadores de cualquier gobierno, que no
se cree en el Orden Moral ni en la Autoridad ni en Dios, o una persona divina… Me
gustaría que no nos pensáramos como una sociedad.
El término no agrada a muchos aquí. Tampoco que nos digas un Estado. Términos
que son parte del vocabulario de etiquetas políticas como son otros
desacreditados: si hay que definirse monárquicos, demócratas, populistas,
fascistas, socialdemócratas, y eluden el criterio básico de lo que debemos ser,
la urgencia de definiciones: cuando lo importante es que meros seres humanos
que se empeñan en convivir... eso es lo único que somos e importa que seamos….
—¿Y se
vale decir que somos holandeses? Ya aprendí español...
—No es
tan importante como criterio básico. Tu abuelo hablaba seis idiomas... La raza
humana, antes que urgirse en patrias en base a idiomas, se dividirá
políticamente «entre aquellos que quieren
controlar a las otras personas y aquellos que no quieren controlar ni ser
controlados». Esto lo dijo, en algún
libro de los que tiene el molocano, y lo que dijo antes que Robert Heinlein...
—Significa
que no somos mexicanos.
—Lo
podemos ser, pero en nuestra Constitución y en nuestra Doctrina dice que lo que
seamos se decidirá en ausencia de coerción y sin imposición de fuerza. Dos
cosas valen para el menonita: el respeto mutuo y la elección en libertad de lo
que somos y queremos... Fíjate que interesante es la siguiente paradoja. Soy
holandesa de nacimiento, pero hablo francés y alemán y he vivido fuera de
Holanda más de la mitad de mis años. Ni territorialidad ni idioma han
determinado mi patria…
—¿Y qué
podemos querer?
—¿No me
digas que nos has pensado en cosas que ya deseas? De las cosas que quiero una
es continuar siendo una paradoja viva, misterio de Dios, persona que ama…
—Sí, yo
quiero a Pamela, la hija del Hermano Gustavo. Quiero amarte a ti, conocer a
ella y amarla tanto como te amo a ti, Mama, por lo que te he conocido…
—Pues
acuérdalo con ella porque aún eso, el amor, tiene que estar sujeto a los
principios de la Doctrina: pactado mutuamente, decidido en ausencia de coerción
y sin imposición de fuerza... Y eso que has dicho es importante, conocerse. Conocerse, estudiarse
mutuamente. dará sus respuestas a la inquietud del por qué amas y por qué es legítimo
ese amor aunque a otros les parezca contradictorio e imposible... y se oponga.
—Pero en
la Iglesia hablar de amor, como yo lo siento, es vergonzoso. Un niño que
expresa lo que siente recibe un azote. Y sucede que la niña no vuelve a la
escuela apenas tiene la primera menstruación. Dime, Mamá, cómo supiste que
sentías amor por Iván, mi padre.. ¿Te sacaron alguna vez de la escuela? ¿Qué se
supone que haga ahora, si creo que Pamela y yo queremos ser más que amigos...
y, por mi edad, dicen que no soy una mente madura ni debo hablar sobre estas
cosas...
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