CAPITULO NUEVE
REVANCHISMO Y CONFRONTACION
En Pepino, donde se formaron varias
partidas campesinas armadas con machetes, palos y pistolas, las facciones
anti-españolas colaborabarían con los estadounidenses; otras fueron meramente
defensivas y espontáneas, viéndose la desorga-nización del comportamiento
militar español. Entre las partidas o guerrillas que se daban un contenido
anarco-campesino y socialistoide, hubo infantilismo revolucionario y mucho
espontaneísmo. Esta situación de
revanchismo y confrontación peniunsular es una herencia que nos llegara a los
antillanos y el escritor español Rafael Ángel J. Barrett y Álvarez de Toledo (1876–1910), coicidente con lo que se ha
descrito con el regeneracionsimo
del pensamiento a raíz del Desastre
del 98 tiene su metáfora médica en el artículo Sin pulso [en El tiempo,
órgano de la oposición conservadora, el 16 de agosto de 1898].
España fue un país gravemente
enfermo, asi descrito sin pulso y que
ante la falta de convicción por causa de la derrota militar que sufriera tiene
que reexaminar sus síntomas mas profundos, antes de que se lo coman males mayores. Uno de esos
males fue la falta de reacción de un pueblo que ha sido víctima inútil de una
derrota lamentable y un progresivo hundimiento del país Como Barrett se despabiló ante el momento
crítico que le ha tocado vivir, que diga
que «La humanidad es hoy un caos, sí,
pero un caos fecundo», no sorprende. Aprendio que a menudo «en política no hay amigos; no hay más que
cómplices» y que hay que volver al vitalismo, pero en rechazo a la filosofía
positivista. Se trabajara con «la prosperidad social, exigiendo iguales
condiciones… y una recuperación de la fantasía, de la magia y del misterio… Cuando la humanidad está de parto, confiemos
en lo invisible, en la universal inquetud y sepaos que son los menos
perspicaces quienes aguardan graves sucesos. Se menos lo que se teme que lo que
se espera» [1]
Esta es la propuesta de Barrett, lo
mejor que este español trae a América. Lo incluye en un panfleto titulado su
panfleto Mi anarquismo (1908): «La
civilización no consiste en exportar mucho, ni en caminar de prisa, ni en
escribir con ortografía. Consiste en la dulzura de las costumbres, en el amor y
en la tolerancia, en la elevación nativa de los sentimientos y de las ideas...
Socialistas, anarquistas, neocristianos, espiritualistas, teósofos... ¿Qué
quiere decir todo esto? ¿Qué quiere decir esta universal reacción hacia lo
religioso, esta filosofía que se vuelve sentimental y profética, esta
literatura preocupada del más allá, estos poetas, historiadores y críticos que
se hacen reformadores sociales, estos propagandistas de unas bellezas que se
habían declarado inútiles? ¿Qué quiere decir este renacimiento de la inquietud,
del misterio, de la sagrada angustia salvadora de gérmenes?... Me basta el
sentido etimológico: ausencia de gobierno.... Hay que destruir el espíritu de
autoridad y el prestigio de las leyes. Eso es todo. Será la obra del libre
examen. Los ignorantes se figuran que anarquía es desorden y que sin gobierno
la sociedad se convertirá siempre en el caos. No conciben otro orden que el
orden exteriormente impuesto por el terror de las armas. El anarquismo, tal
como lo entiendo, se reduce al libre examen político. [...] ¿Qué hacer?
Educarnos y educar. Todo se resume en el libre examen. ¡Que nuestros niños
examinen la ley y la desprecien!» [2]
En Puerto Rico hay una critica feroz
porque se supone que unos batallones de voluntarios apoyaran a España y, en
términos generales, no lo hicieron. Aún los miembros super numerarios de los batallones, si por alguna
razón fueron conocidos en Pepino, como el médico Antonio Guijarro Huesca, o las
familias Castañer (Antonio, e.g.,) Pavía y Prat-Contrich, fueron por huyilones,
no por el Desastre de 1898, por el ridículo. Todas los primeros y segundos
tenientes en las fuerzas voluntarias, pro-españolas), si bien vituperadas y amenazadas con compontes, por ser tan fraudulentos, acaso lo que
merecerían es una sonrisa de piedad y simpatía.
La célula llamada La Mano Negra,
plagada de resentimiento, improvisación y revanchismo, fue el mejor ejemplo de
oposición a ellos, los militares. Al ejército español, organizado con
peninsulares y voluntarios criollos, llamados a defender la parte
centro-occidental de la isla, le fue mal en el Combate de Hormigueros del 10 de
agosto de 1898, y esta batalla perdida desmoralizó a las tropas del Oeste,
dándose incidentes casi surrealistas.
La columna militar de Soto
Villanueva no se expuso, posiblemente con malicia suya o atroz cobardía, en
auxilio a los combatientes del pueblo de Hormigueros. Se quedó en el Cerro de
las Mesas, con pocos ánimos de participar. Se estimó que 12 muertos y heridos y
otros tantos prisioneros se produjeron para mayor descrédito de la conducta
militar española. Tanto a él, como a su segundo almando, el coronel Antonio
Osés, se les procesaría por cobardía en España.
Confundido por las noticias acerca
de acciones armadas planeadas, aunque aún no cometidas por las guerrillas, el
coronel Soto Villanueva «se escondiócon sus hombres en la finca de Pérez
Díaz» (sic.), a pesarde que él tenía a su mando el Batallón Alfonso XIII, mismo que contabacon 6 compañías y una
guerrilla montada de 60 hombres al mando del capitán Rodríguez, es decir, 850
soldados en total.
El segundo al mando, en esta región
isleña del Oeste, fue el Coronel Antonio Osés y los capitanes de compañías
fueron: Torrecillas, Florencio Huerto, García Cuyar, Espiñeira, González y
Serena. Les colaboraban el Sexto Batallón
de Voluntarios, con 450 hombres, al mando del Coronel Salvador Suau y dos
comandantes, Fernández y Salazar; pero, como dijera en sus entrevistas, la hija
del último Alcalde español, don Manuel Rodríguez Cabrero, en San Sebastián del
Pepino, de todos esos hombres llamados a sacarla cara por España no se hacía
uno (cf. Entrevista con Rodríguez Rabell
Vda. de Negrón, loc. cit.). Y eran 1,515 hombres, si descontamos el Séptimo
Batallón de Voluntarios que se disolvió y los caídos en el Combate de Hormigueros.
Generales, pacificadores y
tenientes, sedientos de prebendas reales, habíansido los guías, voceros y
representantes del poder de la Corona Española ante pueblo puertorriqueño, por
siglos. La regencia de Romualdo Palacios González, breve como fue (del 23 de
marzo al 11 de noviembre de 1887), fue inolvidablemente cruel. Creó el odio al
militarismo español que se evidenciópor una mayor polarización ideológica y un
decenio después por el cruce de bando entre las tropas. Con el respaldo de
armas estadounidenses, los voluntarios de Puerto Rico se prestaron a la tarea
de ver la derrota del colonialismo español. Las huestes gringas daban la
bienvenida a esta ayudaextra de manos favorecedoras en la isla enemiga. Este
fue el modus operandis de la revancha general. No pocos voluntarios
jugaron dobles estándares por ser anti españoles siquitrillados.
El campesinado no fue precisamente
afecto a España, al igual que sucediera en Cuba. El campo se pobló de peonaje,
malogrado por la desatención a sus necesidades de salud, educación y respeto
por parte de sus patrones latifundistas. Un peonaje dispuesto a dar precio de
venganza por cuenta propia,machete en mano, o con ayuda del imponente ejército
que con su sola presencia puso a temblar a muchos españoles.
Pues es tal la gente enferma, la
Espana enferma, que Barrett y los regeneracionistas describirán, como
esencialmente injusta: «Nuestra justicia obra porque es esencialmente
injusta. Se apoya en la fuerza armada. Su prestigio es la obediencia de los que
no tienen fusil. Su misión es conservar el poder a los que lo gozan. Su objeto,
defender la propiedad. ¿Por qué indignarse de la venalidad de los magistrados?
Ceden a la energía soberana según la cual está organizada la humanidad moderna:
el oro. Emplean en su pequeño mundo el espíritu universal. Cuando se acerquen
siglos mejores corromperemos los tribunales por medio de nobles ideas y
hermosas metáforas. Mientras tanto, no lloremos demasiado las injusticias que
nos hieren; no nos lamentemos sin medida del brazo brutal que nos sacude, de la
calumnia que nos envenena. Injusticias extremas son útiles; ellas, sembradoras
de cóleras sagradas, han despertado el genio, han revolucionado a los pueblos y
han fecundado la historia». [3]
EL PAIS EN LA INCERTIDUMBRE: En Pepino, el campesinado blanco, peninsular o criollo, observó el
marasmo político, en medio del juego de fuerzas hostiles. Y desde el fin de la administración
del Gobernador General Sabás Marín, se acostaba y levantaba sin saber quién
habría de ser su gobernador.
Uno de los últimos gobernadores
españoles, Ricardo de Ortega tuvo tres interinatos el mismo año de 1898. Andrés
González Muñoz murió a días de su nombramiento y el General Manuel Macías y
Casado duró de febrero a octubre en el cargo antes de que Ortega lo sucediese
como gobernador actuante con la decepcionante y triste tarea de pasar el poder
de la Isla al primero de tres pacificadores del intervencionismo extranjero,
quienes se turnaron como gobernadores militares ese mismo año de 1898: Nelson
A. Miles, John R. Br ooke y Guy Vernon Henry. De este modo, lo mismo que
sucediera, en España, donde el orden es exteriormente impuesto por el terror de
las armas, lo impone el norteamericano en la isla.
Los campesinos de origen peninsular,
con anécdóticas nostalgias, comparabanlos sucesos locales y aquellos vividos o
recordados y sucedidos en las provincias de España, donde surgía su ancestro
familiar. Algunos de ellos ya habían comprendido las reformas autonómicas que
representó el régimen de Manuel Macías y Casado. Y eran apasionados
autonomistas, aún liberales. Empero, el domicilio en Puerto Rico no cambió la
condición social significativamente del inmigrante peninsular pobre. Había
rezago económico en España lo mismo que en la isla. Por lo menos, en la isla
siempre se presupuso que habría mayor paz. Así pensaron. Con cierta frontalidad,
cónsona a su opinión política, para algunos inmigrantes españoles la razón de
su domicilio en la isla se cimentó en el descontento con las guerras internas
en España.
En final de cuentas,
tendríamos que reonocer que lo que hallamos en Puerto Rico como importación
española oficial es una obra de desorientación colectiva, eco del pueblo
enfermo y sin pulso. ¿Se habría podido esperar otra cosa? Las únicas sanas
exhortaciones son anarquicas: «El
anarquismo, tal como lo entiendo, se reduce al libre examen político. [...]
¿Qué hacer? Educarnos y educar. Todo se
resume en el libre examen. ¡Que nuestros niños examinen la ley y la
desprecien!» [4]
LA
IMPORTANCIA DE EDUCARSE PARA LA LIBERTAD. Para comenzar el análisis sobre lo que desde
el punto de vista de la administración económica y consolidación de una
identidad para la nación (las prospectivas repúblicas) y para las colonias que
todavía transitan en la tarea de de poner orden de justicia en sus geografía,
tras la migración a un país nuevo y el aprendizaje que la tarea demanda, hay
que entender objetivamente la libertad. Malatesta recomendó como misión
primaria a los anarquistas que han conscienzado la idea y la convirtieron en su
ideario fundamental: «Para que la libertad, la nacionalidad y la
justicia funcionen, éstas no deben ser meramente demagogia, ciencia, elocuencia
y retoricismo», por lo que agregaba: «A
los anarquistas les compete la especial misión de ser custodios celosos
de la libertad, contra los aspirantes al poder y contra la posible tiranía
de las mayorías».
Esto pudo haberlo dicho hombres de
gran cultura como Francisco de Miranda, Simón Bolívar, el Libertador y lo dijo, así como de mil formas lo repetiría
José Martí y los pioneros de la promoción anarquista en Iberoamérica. Mas entiéndase
que también pudo haberlo dicho un obrero y el énfasis de Malatesta es que el
orden natural y ético tiene prioridad sobre lo científico en este quehacer de
aprendizaje, [5] por lo habrá el momento en que el obrero no tendrá
intelectuales que caminen a su lado. Sus agendas no serán las del pueblo
ignaro. Muchas de las clases profesionales y alfabetizadas no tienen ningún
interés de caminar junto al pueblo y se sienten superiores a este. Les importa
poco el hambre que no sea la suya. [6]
En Puerto Rico, en medio de crisis
de hambre y desorientación, siempre ha habido la ocasión de celebrar algunos
triunfos y agradecer a grandes mártires y maestros que iluminan sobre las
causas e ideas de la Especial Misión por
la Libertad. En 1895, ya se estaba cociendo lo que sería relevo, ante un
país enfermo en ese sentido en que lo describe Rafael Ángel J. Barrett y
Álvarez de Toledo en Mi anarquismo
(1906) o Manuel Zeno Gandia, el arecibeno. En un país moral y políticamente
mente enfermo / donde el mismo hibridismo étnico se vuelve factor mórbido / un
ex diputado y ex Alcalde de San Juan, como Roberto H. Todd, es descrito como un
patriota, sin que el mismo entienda su anexionismo como una morboso distorsion
del patriotismo. El colonialista es incapaz de hacer autocritica. Todd,
cofundador del Partido Republicano Puertorriqueno (1899), es un oportunista,
‘botella’ política por 20 anos en la Alcaldia de San Juan, funcionario esteril
al servicio no de Puerto Rico, pero de
los intereses del invasor. [7]
Explicamos que los principales
textos que se leyeron por los pepinianos que tuvieron acceso a literatura
anarquista y proyectos conclusos e inconclusos de fundar gacetas con con el
tema fueron Anselmo Lorenzo, Reclús, Bakunin, Malatesta y alguno pionero en
Suramerica y Cuba. Si los trabajadorea y campesinos no fundan sus propias
gacetas, no accederán a los gremios o
individuos de quienes solicitan atención
como lectores. Los autonomistas, con España y con los EE.UU., no fueron ni son
suficientemente sinceros ni tolerantes ni inclusivos como para recibir
recomendaciones. Albizu, lider obrero y padre del nacionalismo boricua, dedicó
muchas paginas y discursos a discutir que los autonomistas nunca quisieron ni
ayer ni hoy que cesara la ingerancia estadounidense. Desarrollan una simbiosis
sumisa con el imperio y sus partidos funcionan, así como sus periodicos e
instituciones culturales, para ponerse al servicio de lo que surja y se les
pida.
En 1808, las Autoridades de uno o
más Poderes en Europa, cayó en crisis. En cualquier punto de la América Latina
donde se hallara un inmigrante español o criollo, o funcionario que la
representara a España o las ideas posibles de lo que pudiera ser. supieron que
el Rey Fernando VII y su padre, don Carlos IV, estaban cautivos de Napoleón y que
los derechos de la Corona Española estaban en riesgo, en cuanto no son
exclusivamente 'derechos, herencias, y acervo vivo' de los reyes, sino de todo
el pueblo.
Despojar a España, por la invasión
napoleónica es crisis para cualquier autoridad o poder constituído y esto
incluye a la gente más humilde que viva en las periferias de los imperios.
Desde tales periferias del imperio español, es que pudo y siempre puede
funcionar como eje el movimiento revolucionario. A este respecto recordaré el
hecho de cómo se reacciona «contra los aspirantes al poder y contra la posible
tiranía» los hombres y mujeres que se sienten anarquistas, es decir,
«custodios celosos de la libertad». Daré un ejemplo, pocas veces
entendido, porque la propaganda lo desnaturaliza. En el Diccionario Histórico Argentino de Piccirilli, Romay y Gianello, se
explica: «En aquel entonces, Chuquisaca (antes conocida como La Plata, ahora
Sucre) era una importante sede administrativa y arzobispal del Virreinato.
Albergaba a la Audiencia de Charcas. Tenía, pues, sus propios tribunales, su
Universidad y allí cerca, en Potosí, las valiosas minas... Las ideas liberales
germinaron primeramente en Chuquisaca, [en cuya universidad] estudiaron
célebres doctores revolucionarios como Bernardo de Monteagudo, Mariano Moreno,
Juan José Paso, Tomás de Anchorena, José Ignacio Gorriti, José Darregueira,
Pedro José de Agrelo y otros. «El descontento popular descendió de las clases
altas y fue a las multitudes por boca de los agitadores, que eran unos cuantos
doctores y jóvenes estudiantes de buena familia y comerciantes de crédito». [8]
Los celosos de la libertad educaron a la masa popular y ésta respondió
ampliando el potencial revolucionario de «la
especial misión» o tarea que Malatesta describiera, «ser custodios celosos de la libertad».
No fue como la propaganda comenzaría
a desfigurar «una heroína indígena», la que desatara el celo por la libertad.
«En realidad, fue una señora de gran clase, como Mariquita Sánchez de Thompson,
de ideas avanzadas para su tiempo y, en el caso de Juana, un insólito coraje
combativo» [Rolando Hanglin, «¿Por qué Juana Azurduy?», en La Nación (Argentina), 24 de junio de 2014]. Una mujer que «resultó
herida varias veces, encabezó tropas, perdió hijos y marido, y se desempeñó
como brillante lugarteniente de Manuel Asencio Padilla. Fue recomendada por
Manuel Belgrano y Martín Güemes. Se le otorgó el grado de teniente coronel, con
uso de uniforme, por cuenta del director supremo de las Provincias Unidas del
Río de la Plata, el 13 de agosto de 1816». Juana Azurduy de Padilla, nacida en
Chuquisaca (hoy Bolivia), de origen vasco, fue tal patriota y como compañera de guerra de su esposo,
«pasó a encabezar una guerra de guerrillas, con un batallón de indígenas, y
después de una larga sucesión de victorias y derrotas fue aprisionado el 16 de
septiembre de 1816, en el encuentro de la Laguna, departamento de Villar... Ese
día, Juana Azurduy es herida y su marido Padilla, al verla en peligro de
muerte, vuelve a rescatarla. Ella queda libre pero él resulta capturado. El
coronel español Javier Aguilera, esa misma tarde, lo ejecuta de un pistoletazo
y le corta la cabeza para exhibirla en una pica. como escarmiento».
Ella murió el 25 de mayo de 1862...
y uno se pregunta, ¿por qué se le confunde con una indígena? No hay que
pretender esos disparates. El primer abolicionista contra la esclavitud negra e
indígena en las Américas fue Túpac Amaru II (José Gabriel Condorcanqui) y, al
msmo el dirigente de la rebelión anticolonial que se dio en América durante el
siglo XVIII. Encabezó el mayor movimiento de corte indigenista e
independentista en el Virreinato del Perú. Decretó la abolición de la
esclavitud negra por primera vez en América. Es a quien los peruanos reconocen
como el fundador de la identidad nacional.
*
Bibliografia
[1] Rafael Ángel J. Barrett y Álvarez de Toledo
, Obras Completas, tomos 1, II y V.,
Publicado en
La Rebelión, Asunción, 15 de marzo de 1909 y Cf, ver en la red:
http://www.taringa.net/comunidades/anarquinga/1843524/Rafael-Barret---Mi-Anarquismo.html
[2} Barrett, Mi
anarquismo, ed. (1910)
[3] Op. cit., La
justicia.
[4] Ibid.
[5] «La anarquía un orden natural, armonía
de necesidades e intereses de todos, libertad completa en el sentido de una
solidaridad asimismo completa, dándole un sentido ético y no científico a la
definición».
[6] insert text de bibliografia revisada
[7] Un político como Robert. H. Todd Wells, a quien Juan
Diez de Andino exalta en la revisa Rumbos
(Mayo 1958), como un ‘valor positivo’ (ps.30-35). ¿que ha dejado como legado?
¿Cuál es el legado del Dr. Henna? -espias
[8] insert text de bibliografia revisada
[1] Entrevista a Dona Dolores Prat
Vda. de Alicea, realizada en Mirabales (San Sebastian de Puerto Rico), 10
al 18 ede diciembre de 1972. Viuda de Julio Alicea Guemes {1866-1919).
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