HAZEL
llegaste, Hazel,
sin rosa para tu perfume
zarpazo pleno de luz
el cielo asirio, quince mil años atrás
te vio calcular los eclipses y las
esferas
llegaste con tus soles arios a cantar
las gathas del Asha
la luz de Usha y Agnis
descorriéndose sobre las cuencas abiertas
de tus grietas
llegaste, Hazel,
a bostezar en mis cerros
el gran aliento de un amanecer
para que te amara, sorbo a sorbo
como una delicia, Hazel,
fue la piel tuya pulpa suave
de la mejor fruta
maduró pétalos y lamas y tersuras
porque tuya fue la afición
de la salud
desde la plenitud
de las mañanas y las tardes
recibiste la lluvia de todos los soles
en tu respiración, criatura de Hatha,
bulló la energía de tu mejor semilla...
pero llegaste, recuerdo,
puramente espectral como el misterio
y hablaste con mi voz
y palpaste con mi cuerpo tus libros
favoritos
te revolcaste como una bestezuela
invisible y menuda
te hartaste de mis miedos
hasta dejarme el fuego de las pesadillas
llegaste, Hazel,
llegaste, Hazel,
hay supremáticos del caos,
negros de hollín, dijiste, organizando
las grandes prohibiciones, ódialos,
me dijiste, te prohibieron la hermosura,
la sabiduría, los fascinantes juguetes
de la materia, sacerdotes de la
prohibición,
el Concilio de Ancyra infamó tu belleza
ellos mismos, supremáticos del caos,
inventaron la tortura y la guerra
cuando los cátaros hablaban con tu voz
en Béziers y Languedoc
cuando el último arrebato
del amor y la virtud
definía tus momentos medievales
te guindaron a las estacas
bruja de la luz incomprendida!
y te golpearon con sus porras
de triunfo y oficialismo
bruja de Usha!
y Simón de Monford quemó tu ciudad
(22 de julio de 1209)
y decapitó tus hermanos y tus perros
envenenó tus pájaros y secó tus aljibes
marcó con cruces de Inocencio III
el camino de Béziers y Languedoc
te hizo nacer en las miserias
!hija de las hogueras y las
devastaciones:
te obligó a llorar la sangre de las
derrotas
y a llevar una Cuarta Cruzada
de tormentos en tus corajes...
entonces, tus ojos, Hazel,
tus ojos, Hazel,
tus ojos se llenaron de arrabales
tu boca se llenó de malas palabras
tus manos: piezas curtidas, sensuales,
inmisericordes
tu nombre se asoció a las criminalidades
y reuniste uñas y cabellos y talismanes
para tus gitanerías...
Vendría una zaga de esclavitudes,
guirnalda flamenca tu corazón, y los
moros
de Abás, el Grande, sus herederos en
puñal y servicia
lo colgarían más alto que un penacho
en el ramaje turbio de la sombra:
fue un 23 de febrero de 1512
que se cursó tu alma hacia la América
y hubo un momento en que todo
el accidente de tu epidermis deliciosa
se valoró con el precio del oro
y Lorent de Gorrevod te quiso para él
pieza de su ternura desbocada
pero te devendría, finalmente,
el dolor de las viruelas
cuatro mil negros te juntaron
con el olor de las bestias de carga
y fuiste una mujer blanca
para una isla de barraganía
tus manos vendieron el placer
a los clientes de Bartolomé Conejo
llevaste una cruz de ceniza en las nalgas
y el año de licencia de 1526
y eras, casi con un azar de mercancía,
un reducto de espíritu
disperso
viste la revuelta negra y taína de 1527
y el éxito del hombre liberado
que se impuso a Juan Cerón
cruzaste el desierto de las llagas y las
bubas
avanzaste entre los enfermos y los
solitarios
una acritud de sal ensarmentó tus tardes
una corte de augurios llenó tu mañana
una marejada espantó las palomas
huesos pesados te ataron a las piedras
el camino fue un lento regreso
silla sin lugar
detalle sin decoro
creciste un tiempo así
me lo confiesas
pero te hiciste la forma más rebelde
de la súplica
y se necesitó golpearte
desaparecerte
que nadie hallara
tu nombre de cólera, mártir de las
esclavitudes,
atadijo de humor negro y malos
entendidos,
te reclamó la cárcel sarracena
pero también la luz -1630-
había una dulzura grande en la voz
del lego pobre de De Porres
viste la magia iluminada en él
pesaba en sus pasos y sonrisas
tú, medium de la postrera madrugada,
te hallaste dueña de tu tragedia
a la luz de recuerdos y recuerdos
largo clamor largo de siglos
y Martín te sacó de las prisiones
con su libertad de amor
con su paranormalidad misteriosa
con su santidad comprometida
y dijiste: la luz de Usha y Agnis
tiene su cuenca para descorrerse
y lloraste, pobre boca la tuya,
hasta coger el olor
de las zapatillas de Praga
y los hálitos de la tuberculosis...
pobre código el de tu mala hierba,
decían,
ya surgía el trastorno definitivo
de tu rutina, criatura subterránea,
y tú, con una búsqueda callada,
extrañeza,
luz velada, advertirías un raro triunfo
con la Guerra: un nuevo gobierno
de comunión enel aura de la tierra...
Permite estas palabras, compañera,
este azoro de pena con que te amo,
este enigma sin calma con que te busco...
Cuál será
el tono triste de tu lunaridad
que Rimbaud no ha llorado
cómo saldrás de esta prisión
que se denuncia con rodillas
y quejas y tormentos
cómo construirás el castillo
de tu largo clamor de siglos
sin una adecuada herramienta
porque estás a la altura plena
del silencio, el caos y la dureza
campeona del ayuno y de la culpa nata
mujer del estado de guerra
y la dulzura aterrorizada
soldado de la crueldad humilde
y la extravagancia trágica:
cuál será tu verdadera prifundidad
cuál será la hora que equilibra
tu celda solitaria
cómo te entregas a pausas de suicidio
y soportas el veredicto de la sangre y de
la sangre
cómo juega la pesadilla inútil
de la burocracia
con tus penas más justas y penitenciarias
cuánto tardará tu alma
en este año que mueres, 1968, en llegar
a zonas de puro amor, canto de esperanza,
para que tengas, entonces,
una queja que sea oída
con destino de proyecto último
el grito válido de América
contra el egoísmo y la infelicidad...
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