BUENAS NOCHES, PEPINIANOS
Y VISTANTES A ESTE PUEBLO TAN QUERDO.
* AGRADEZCO ESTA INVITACION DE LA CASA DE LA CULTURA Y SUS DIRECTIVOS…
* AGRADEZCO ESTA INVITACION DE LA CASA DE LA CULTURA Y SUS DIRECTIVOS…
Lo primero que yo diría
sobre este libro EL PUEBLO EN SOMBRAS,
que presento ante ustedes es ----que es uno --no de ficciones, ANECDOTAS o
inventos. Este libro ES más intenso
que lo que puede ser la Historia o la historiografía, POR MEJOR DOCUMENTADA QUE
ESTE. Lo que aquí se informa, tan parecido a las anécdotas de olvidadoss y ya desaparecidos
vecinos y funcionarios de este pueblo, es lo más profundo del proyecto:
recordarlos a ellos
De mí valga decir que siempre he tenido mis ojos y oídos abiertos
así. desde el corazón, para Pepino y Puerto Rico, aunque haya estado ausente
por más de 35 años. Estoy muy contento de llegar a SSdelP y decir como cuando niño y
adolescente, ‘estoy en casa’ y llegar a casa significaba trasladarme
de la UPR / Mayagüez o Río Piedras, a mi pueblo de origen, ‘cuna de mi
existencial / desde donde solvería mi identidad en pleno’.
.
Este mensaje lo dispuse
en la ‘Épica’, libro cuyo lirismo es nostálgico, historicista, y
por ser tal los poemas fueron en torno a las luchas emprendidas y por
emprender. Pepino tiene que ser La Puerta, la salida del mar de la imaginación
hacia valores tales como generosidad,
altruismo, placer de vivir, superación y crecimiento. Esta será siempre la filosofía del pueblo Y
PARA CAPTAR ESTO FUI A LOS ORIGENES, A 1752 y aun cien años atrٔas.
Con este nuevo libro, EL
PUEBLO EN SOMBRAS, mi propuesta es la INTRA-HISTORIA, que como definiera el
poeta y filosofo español Miguel de Unamuno, es asunto más profundo que “lo que cuentan a diario los periódicos, o
la historia toda del presente momento histórico”. Mientras que la historia
tradicional es como la superficie
del mar, superficie que, cuando se hiela paraliza su oleaje y contenido y se
cristaliza en los libros y registros, la intrahistoria
derrite ese hielo o capa dura, La vida intrahistórica rescata
lo mejor de la ternura y fluidez de sus personajes. La historia interior no oculta el inmenso foco ardiente que lleva dentro. Como
esa parte blanda de fuego y lava en el interior de los volcanes cuando tiene la
oportunidad con lo intrashistórico brotar de sus adentros. Cito a Unamuno otra
vez:
“Los periódicos nada dicen de la vida silenciosa de los
millones de hombres sin historia que a todas horas del día y en todos los
países del globo se levantan a una orden del sol y van a sus campos a proseguir
la oscura y silenciosa labor cotidiana y eterna, esa labor que como la de las
madreporas sub-oceánicas echa las bases sobre las que se alzan islotes de la
historia. Sobre el silencio augusto, decía, se apoya y vive el sonido; sobre la
inmensa humanidad silenciosa se levantan los que meten bulla en la historia’’.
ESTOS PERSONAJES BROTAN DE 1898. Y avanzan HASTA EL PRESENTE
…
NO PUDE COMENZAR ANTES. A esta todo el que nació después de la Invasión
Norteamericana la vio, la conocería y la cuenta como parientes. Aquí los
nombres son mas familiares y generacionales. “Esa vida intrahistórica,
silenciosa y continua como el fondo mismo del mar, es la sustancia del
progreso, la verdadera tradición, la tradición eterna, no la tradición mentira
que se suele ir a buscar al pasado enterrado en libros y papeles, y monumentos,
y piedras»: Con esta visión de Miguel de Unamuno / escribo otro tipo de historia. De gente
viva y otras ya fallecidas. Escribo algo de la intrahistoria que les sobrevive
y memorias que han tenido los que les recuerdan y les conocieron.
Si
no dejas un legado afectivo, inquietante, por más importante que esa persona
haya sido, lo sepultara el olvido. Ama y comparte, y se te recordar mejor y con
gratitud. Inspiraras nostalgia y no te sepulta la historia. Con el respaldo de
esa memoria interior te rescatara la INTRA-HISTORIA.
Como he sido profesor
universitario, hoy jubilado y escritor en tarea permanente, amante de la
Historia, este es un libro que revela mi vocación como investigador en la
‘tarea de meditar en la patria’. Y, sobre todo, en la historia pepiniana. Me presento con esta descripción: Soy un
poeta épico-lirico, lo que significa lo siguiente: Que apoyo y promuevo una
visión heroica y optimista de la Historia y ofrezco en mi obra un discurso
ciudadanista, un proyecto de país sustentable y en pro del Bien Común.
Trabajo por la armonía, la libertad, en identidad satisfecha y progreso.
¿Qué es lirismo y cómo se
expresa en la poesía y otras expresiones de vida y arte? ¿Cómo se refleja en
este libro? Lírico es, para el
cuerpo y la mente, lo que funciona como sedante ante el estrés, o la
angustia y el pesimismo depresivo. El lirismo es el cortisol puro y natural que
se acomoda en las palabras y en otras acciones.
Los líricos, poetas, músicos y pintores, se comunican con
amor, solidaridad, admiración, consoladoramente y dan este mensaje: «A la
adversidad es posible vencerla».
Vengo a Pepino a
hablarles sobre el sustrato emocional del pueblo puertorriqueño en general y de
esa gente en particular y para examinar con la perspectiva del poeta que soy,
los conflictos vigentes, desafíos que aun nos retan.
Como opino desde una
épica de lucha, saludo sin que sea decirlo a Oscar López Rivera, héroe
nuestro. Aun preso y fuera del Pepino al que pertenece. Pregunto como él --que
alguna vez-- antes de su encarcelamiento lo hizo: ¿Cuáles son los desafíos? ¿Siguen vigentes los valores
épico-líricos que debemos defender, cualquiera sea nuestra condición,
libres o en prisión, cuando de la sobrevivencia de la CULTURA y de la identidad
se trata, siguen vigentes?
Festejar el sentido de la vida como lucha y el propósito de
luchar por la sanidad de la patria: crecer, madurar en armonía, sin crisis de
valores y con productividad, de esto se trata este libro, hacia apuntan los
ejemplos que doy como mensaje de este libro. Y el que explica su titulo, hay UN
PUEBLO EN SOMBRA del que no se han liberado y salido a la luz todos. No son
todos lo que están ni todos los que son.
Hay un triste autismo
social e incomunicación entre generaciones. Pero hay esperanza y reservas de
cortisol lirico entre los jóvenes. No todo el pueblo malvive desbocado y reacio
a una épica regenerante, Para fortalecer el sentido de identidad, que da
fundamento al ser, hay que evitar desconocerlo, disminuirlo, fragmentarlo,
desvalorizarlo, ignorarlo y trivializarlo, haciendo ver la descentración de
valores y cosas por la que vivimos. El consumismo es pasajero e ilusorio. No
será base de valía y regocijo permanente. Hay que aprender a TENER para recibir
y conservar.
Dicha y vista la realidad nacional que se vive, debemos aplicar la visión épico-lirica a la vida histórica de nuestro presente. La CULTURA sirve como la pedagogía para proteger y comparar, aquí y ahora, Lo épico no es armarse de pistolas y balas, con acusaciones y politiquerías. Es batallar con ideas, propuestas y proyectos, en las que invirtamos la energía de voluntad, optimismo y creatividad. Los paliativos de gente insincera y cobarde no sirven porque, como como dijera Ramón del Valle Inclán, el más joven y apasionado de la Generación del ’98 en España, al sucederse la pérdida de colonias, tras el Desastre, ya no podremos vivir parasitariamente. Ahora, cuando advino la pregunta sobre el qué hacer, cuando el Desastre llegó,
Valle Inclán
sugirió: ‘Reconstruyamos la casa aunque haya que tirarla por entero desde
sus cimientos’.
Una parte
de lo intrahistórico tiene que ser seleccionado cuidadosamente, rompiendo el
caparazón duro de los datos cristalizados en la historiografía “oficial”, y
filtrándose en lo interno para hallarse lo significativo. Se tiene que leer
entre líneas la historia que sabemos todo. Tenemos que revalorar la historia
fortaleciendo la memoria perdida de estos hombres y mujeres que, siendo
humildes, son valiosos.
Recordaré una entrevista que se
me hizo en California sobre este trabajo y mis personajes. Todavía no había
llegado a Puerto Rico, pero compartía los cuentos por la internet. El
entrevistador me hizo similar planteamiento que el que nos tiene aquí reunidos
en La Casa de la Cultura: ¿cómo surgió ese libro El pueblo en
sombras? ¿Por qué seleccionar a esos personajes? que son reales, dando sus
nombres y apellidos tal cual son… algunos que vive aun, que son
‘historia-no-ida”, presente vivo. La respuesta que di entonces será la misma que daré hoy…
—Sí.
Es gente real, vivos algunos, ya fallecidos otros. Gente a las que se les
conoció y todavía se las recuerda con cariño. Son parte del folclor y la
historia social y política de este Macondo, con particulares
ribetes que es San Sebastian del Pepino
El
libro lo comencé, investigué y escribí, durante el transcurso de mis
investigaciones de historia oral y documental municipal. Los personajes del
siglo pasado (los del siglo XIX, en particular), se transformaron en material
para mis relatos ‘intrahistoricos’. No es justo referirlos como cuentos
tradicionales o ficciones porque describen a gente que tuvo vigencia política
como funcionarios antes y después de 1898; otros son personas que, durante los
primeros 30 años del siglo XX, fueron muy conocidas. Gente de todas las clases
sociales y, en cierto modo, los relatos son símbolos de algo importante, no
sólo en la historia, de Pepino como «el pueblo en sombras», de
ventorrilleros, vivales, veteranos de Corea y caciques, sino de todo Puerto
Rico. Las aspiraciones colectivas y los
sueños de progreso.
Por ejemplo, yo hago la mención del
pepiniano Sinforoso Vélez Arocho, que fue el primer veterano seleccionado
en un sorteo para irse a la Primera Guerra Mundial; pero eso a la vez me
permite tocar datos, no investigados, o poco conocidos de otros jíbaros del
campo que, poco antes, en 1898, los gringos se llevaron a Cuba, no
necesariamente como soldados, pero para trabajar y que allá y atestiguaron las
matanzas contra los partidarios de Evaristo Estenoz y el candidato presidencial
Bartolomé Massó, cuando se produjo una intervención miltar norteamericana y una
guerra civil racista, al formarse un partido de la gente de la raza negra…
Contar la historia del brujo Don Lion, quien también fue
veterano de la Primera Guerra Mundial, sirve para seguir rastreando quiénes
fueron los veteranos de la Guerra del ’14, y ya no es sólo Sinforoso Vélez, ya
que hay sumar a Juanito Ponce, del sector La Chula y a un héroe, enterrado en
Francia / el Font…
En
uno de textos, «El Pacto de los
Fundadores», al hacer la historia del Teniente de Alcaldía Miguel López (de
Victoria), llevo a los lectores a un problema que fue muy típico de los tiempos
de la colonia española, como fue el reparto de terrenos baldíos a
funcionarios ausen-tistas. Formacion de
latifundios y la injusticia de los repartos. Si la tierra debe ser para quien
la trabaja, algo injusto se impuso en el pueblo con su estructura de
latifundios. La estructura y relación de clase fue la de AMO y PEON. Usted, Amo
Carmona, usted Amo Rodón, usted AMO ALERS, Usted, amo CABRERO, y tú, el
arrimao… Así, por ejemplo, en el año 1829, a fin de ceder 45 caballerías y
tierras al Duque de Mahon Crillon, hay una medición de tierras en Pepino y todo
por complacer a la Reina. Este texto sirve para que, a através de la voz
narrativa de Miguel López de Victoria, se exponga cómo sentían los pepinianos
de esa época y para que escarbemos en el mito de la fundación del Pueblo, el
papel de la familia de los González de Miraval, primeros hateros y pobladores
del barrio rural que hoy se llama Mirabales y sus vínculos con las Santas Hermandades y pactos de tierra
que se hacían entonces… Es interesante porque los Miravales y esos González
anteceden la fecha convenida de fundación del pueblo, que es 1752.
ENTRAMOS, así / poco a poco / en los misterios profundo de la verdadera
historia y reiluminamos las sombras.
Los personajes son históricos y a la vez
intrahistóricos… se han cristalizado en documentos que nadie lee, a menos que
un historiador o estudiante los rescate de los Archivos Historicos lo que se
olvida y se pierde.
Como un signo de folclor, en el libro,
están los brujos, como Guilimbo o Don Lion, cuentos con folclor costumbrista. No
desapercibido el canario Cobita Castro, auquellos que como apostadores
derrocharon dinero en el Casino del Pepino, el segundo casino mٔas viejo de la
isla… Hablo de Urrutias, Juarbes, Prat y aún de Catín La Coja… hay cuentos
sobre la vida pepiniana durante el periodo del auge cañero y la época de oro
del Partido Popular Democrático, como el relato titulado «El Ingeniero»; cuentos sobre los policías anti-nacionalistas, como
en el cuento «Los Delirios del
(policía Andres) Belén» o «La muerte de Nano Ortiz»… Se describe a
mucha gente pintoresca por mis páginas, desde el Cura Aponte, ex-Alcaldes y
legisladores de La Mogolla, Cucán o ya, más prosaico y actual,
el zapatero Cheo el Oso, el Loro
Guillé, Chiviricui, un trovador, Lolo
Puya, Cheo el Tirapeos, el Loco
Wilson y su hermana La Zurrapa, Monchita Picante, Asadura, Che Garata,
Justa La Boba, Rita la pordiosera, Che
Cabrita, Jenjibre, aquel con el lema “Odio al Chota; compadezo al infeliz, Doña Maita, esposa de El Indio, maestro
de obras, hasta llegar a Sopanda y …
Este es un libro inclusivo que si bien
no niega las LUCHAS DE CLASE, los clanes, las tensiones entre pobres y ricos,
esta lleno de amor por Pepino y hasta el más perverso de mis personajes, pasa
por el cedazo de una poetización que no lo falsifica, sino que examina sus
defectos y penurias y se dirige a comprenderlo y abrazarlo con cariño, por la
magia de la poesía. Enmarcan en análisis sus almas
y circunstancias… En las cosas anecdóticas que los pueblos registran y
hacen suya como memoria de su historia, hay algo que es realmente adherencia
regional, sucesión de patria, vínculo sentimental que se ata oralmente con la
posteridad. Hay peligro de que esos detalles particulares y flotantes se
pierdan para la memoria colectiva, o se diluyan en la recaptura del imaginario
oral como el simple nombre de una calle, barriada o escuela.
Es por lo que quise que estas anécdotas
del elucidario colectivo no se pierdan. Son como lecciones ejemplares
encarnadas. Guardan una ética y sicología social, deseante y deseada. En su
momento, estos personajes eran muy festejados por sus ocurrencias, o sus
escándalos, o sus simpatías y muestras de civismo. Podían ser unos hijosdeputas, pero
la gente vio una cierta lección de vida para ellos… Es maravilloso que haya
gente, con más edad que la mía, que las guarda y pudieron compartirlas… Sin
duda, este libro fue posible gracias a las cosas comunicadas que Horacio Hernández
Campán, genealogista pepiniano,
Doña Bisa Rodríguez Rabell de Negrón, Pedro T. Labayen, el poeta Héctor Soto
Vera y muchos otros, me hab compartído… y, sin duda, informes del historiador,
poeta y sicólogo, Dr. Joaquín Torres Feliciano y familias como los Ocasio,
Sosa, Ferrante…
También se me pregunta: —¿Alguno de esos
individuos en particular que lo hayas tratado perso-nalmente y que te agrade
más? Pues claro: me fueron vecinos algunos de ellos. Y les vi en las calles en
su comportamiento: así el Gringo Cubero,
Marcelo la Daga, Palilo, SOPANDA,
Repollo. De mi niñez, recuerdo a Ratón
el limpiabotas o esos choferes tan amados como Goyo y Ventura, que acompañaron mis años universitarios y viajes a
Rio Piedras.
Cierto
es que a veces estos seres humanos / sobre todo / no meros personajes populares
/ agradan más cuando no los conoces, sino a través del mito que encarnaron. Ellos
puede pasar desapercibidos, en su belleza y encanto sentimental, si los
conocieras en vivo y directo. Por exceso de objetividad o familiaridad puede
surgir el prejuicio. Llegué a ver a Cucán
Oronoz, que es el tema del cuento «Reflexiones
antes de la caída»; pero nunca lo traté. Si me atreví a charlar mucho
acerca de él con su esposa, Doña Emilta
Arbona, porque ella visitaba a una amiga suya, donde yo era inquilino y Emilita
se abrió a confidencias cuando yo le dije, «¿será cierto todo ésto que se
dice?» Como era una pintora, mujer fina y artista sensible, no sabía mentir ni
asumir una actitud cínica ante mí. Gané su confianza. Fue ella quien me
hizo ver cuán encantadora persona podía ser ese hombre, con tan especial
genética y carácter. Era una especie de duende grande…
Quizás, con una admiración muy fervorosa,
yo diría que de estos personajes pepinianos me impresionó la historia
de Luisa Bottari Rico, la que le dio
una paliza a Chilín Echeandía
(«Chilín el Malo», como lo llamaban las personas de su tiempo y su familia para
establecer una distancia). Es el cuento «Como
una amazona». O el cuento «El último
adiós», dedicado a la Dra. Marcianita
Echeandía Font, se establece un vínculo afectivo con otra pepiniana a la
que amo, pero quien llegué a tratar. Murió cuando yo era adolescente
y ni pensaba en escribir este libro…
Mis
relatos aluden, o enfocan hacia muchas otras personas que conocí muy bien y
admiro: Doña Bisa, por ejemplo… Ella
y sus conversaciones en su casa y en mica están aquí. No me gusta escribir
sobre gente que inspira odio, que sea odiosa. Todos mis personajes, por una u
otra razón, pese a sus defectos, tienen que se inspiradores. Tocar algo que,
aunque sea transgresión, forjar un mito de festejo. Lo mío será buscar las
palabras para contarlo, sin que se pierda la esencia epocal y el significado
humano y social que esa gente tuvo…
Tanto en mis cuentos, como en la EPICA
DE SAN SEBASTIAN DEL PEPINO, mi poemario publicado hace 3 años, pero con poemas
que escribí hace entre 30 y los más recientes 10 años, son para estudiar los
orígenes documentables del pueblo, su identidad y el sentido de unidad que va
buscando y consolidando.
Al estudiar la época del rey Fernando
VII, y la parentela de los inmigrantes
venezolanos, acogidos a la Cedula de Gracias, que los trajo a Pepino,
consideremos por ejemplo las cepas de los RUBIO, RODONES, ECHEANDIA, LOPEZ Y
ARTEAGA, es importante recordar lo que ese rey
representaba entre sus súbditos: fue el quien «reestableció la
Inquisición, / persiguió la prensa, el pensamiento libre, / las imaginaciones
de los espiritistas, / los masones, los poetas afrancesados». En cierto poema, se cuenta que Fernando VII:
... odió a Simón Bolívar, a Sucre, San Martín,
Itúrbide; odió a Miranda, a Washington,
a uno y todos los enciclopedistas, a Dantón,
y sin faltar ninguno... a jacobinos,
a pobres de La Bastilla…
[Ha muerto tu rey, Mariana]
Hay poemas sobre Pepino en que se explica el periodo de la vida de España durante Borbones, en el que resurgimiento el liberalismo, las guerras bolivarianas y otros eventos que a la vez que inciden sobre historia de familias inmigrantes que llegan, con la emisión de la Cédula de Gracias y que los trae a Puerto Rico. Cuento la historia de Mariana Rubio-Mestre, quien en su vejez quemó accidentalmente el pueblo («Nos quemaste, Mariana»]
Como en los relatos de EL PUEBLO EN
SOMBRAS, busco en lo profundo para iluminar temas sobre el crecimiento o
decrecimiento económico y social de Pepino. Esto se ve en Los sueños de Gabriel
del Río, 1826-1830.
Y en personajes en que se aluden hechos históricos tras ese
nacimiento en Las Vegas (primer nombre, antes de Pepinito). Y como se van
organizado lineal y cronológicamente: a vecinos pobladores de Cristóbal
González de la Cruz a los nuevos que vienen en oleadas migratorias desde Venezuela u otros
puntos de España.
Hay
eventos que se vuelve simbólicos en el curso descriptivo de la cronología: la
descarga eléctrica de 1861 que destrozó la imagen del Patrón San Sebastián y
una porción del Templo Católico, los incidentes del Grito de Lares (1868) y los
clamores de pánico de Joaquín Sosías, los años de pobreza en el Pueblo desde
los tiempos de Juan de la Pezuela y del posgrito en Lares, la edificación del
Casino peninsular y del autonomista, el periodo de los Comevacas y Tiznaos, la
Invasión Norteamericana (1898), y la Destrucción / Incendio / y Restauración
del Guayabal, los destrozos del Templo Católico por el Terremoto de 1918, la
fragmentación de la vida pueblerina, misma que produce toda una serie de 'tipos
/ o personalidades pintorescas',
Entre los personajes pueblerinos del este libro, destacare unos que se relacionan con la mentalidad y tipo de crianza que daba Pedro Liciaga o de educación que impartía el ‘duelero’ y viejo maestro masón Lino Guzmán, o Juanito Rosa, o las memorias de Genaro Eleuterio López y el por qué se le exilió a Vieques, los tiempos revolucionnarios de Eulalia Prat, el poeta Moncho Lira (Ramón María Torres) es rememorado en el cuento ‘Mi corazón el dolor más viejo”. Rememoro los tiempos de Mantillita, y del Caballero Don Primo (Lcdo. Víctor Primo Martínez) en el relato La Bacinilla deb porcelana. Tiempos del trovador revolucionario Carmelo Cruz, José Benigno Vientós, padre de Nilita, Don Narciso Rabell Cabrero, las nostalgias de Don Perico y su interaccion con el pueblo, Mas adelante, avanzarán los tiempos de la aclamada modista María Peregrina, que es la época de oro de la molienda de caña y del esplendor del Partido Popular y otros personajes gloriosos y célebres de la época. Hablaré de El ingeniero de La Central Plata, el Barbero de los Ricos [Bernardino Sanchez], Yayo el Turco, soldado pepiniano perdido en Oriente Medio, el asesinato de Nano Ortiz, las peleas en el Parque Rabell entre Pedro el Bujarrón y Che Pelao, las borracheras de Nico Chavito y los Consejos de Catín la Coja a sus sobrinas en los años en que la mujer por fin adquiría el derecho al voto… Por el libro pasan, entre personajes pintorescos, Jimmy Meneito, el guardia, don Mingo el farolero, Moncho Botella y cómo aconseja al hijo, el Cura Aponte y el porque se le designada LA FIERA SANTA, el pato Luis Ríos Flores y cómo se le humillara en 1949, el primer trasvesti de El Pueblo La Carla, Marcelo La Daga y lo que le ocurriera al pegarse en un sorteo con un premio cuantioso, el Talibán boricua que resulta ser un pepiniano…
Siempre he estado al pendiente de los poetas y símbolos de su pueblo y de la
tradición. El pepiniano común y corriente sigue siendo muy nativista. Ama su
pueblo, lo festeja como 'pueblo de la hamaca', de Titina y la Novilla, de
lindos paisajes; «pero, no creo que haya comprendido cuál es el sentido
profundo de su santidad... Tenemos muchos poemas a la Iglesia, a la que
personificamos y vemos como 'buena madre, tierna hermana', esto es, la Iglesia
es la ética... así como en mi texto sobre la Casa de Doña Bisa, ética y
estética de espacio... Un fino poeta como el pepiniano Dr. Pedro Ángel
Cebollero tampoco, en vida, no alcanzó a comprender y valorar el pepiniano
ideal y estético, ese que digo que es el Mártir. Le fue una figurita en el
altar mayor. Recuerdo el poema Iglesia de San Sebastián, de Cebollero: 'Oh linda iglesia mía, que en el altar mayor
/ tenía asaeteado al buen San Sebastián, a San José, y al niño bello como una
flor...' Esa 'su dulce iglesia, blanca palomita de los valles' sirve más al
pretexto de sus devociones marianistas que para destacar qué es lo bueno y
admirable que tiene el santo de Narbona. Sin embargo, si bien me satisface que
haya religiosidad remanente, como parte de nuestros valores, yo espero que se
entienda este punto, la ética de mi Varón santo, que es el pepiniano ideal que, en tiempos de la biopolítica, de la
'perversidad de las normas y las codigrafías', aspira a desatarse 'de las
mallas del poder; que lo apresa y fragmenta para hacerlo dócil como siervo».
Doy homenaje con mis libros al mártir San Sebastián, pero hay que buscarlo en la historia y en la casa de Doña Bisa / hoy museo tal es descrita heideggeriana y valleinclanamente en un poema de mi autoria. Explica que la Casa de Doña Bisa representa más la ética colectiva de nuestro ideal de pueblo, aún mas que la Iglesia pues hay más martirologio en la vida cotidiana que en los Altares Mayores de la iglesia y sus santos de loza. Somos un pueblo progresista con una larga historia de miseria y mis textos esta cualidad se destaca.
Agradezco a
los que me ayudan y aun lo hacen en un proyecto de investigación de estos
personajes populares, folclóricos y tan pintorescos. No se pueden producir un
libro de este tipo sin mucho sacrificio económico y tiempo invertido. Hay que
tener expectativas realistas y paciencia en cuanto estas tareas.
El pueblo ha sido muy desanimado, ha perdido mucha
consciencia histórica, ha perdido el material, su tesoro. Y hay que mostrar
rutas para que se recobre. Se han perdido virtudes ciudadanas. Además del colonialismo
que desventaja (porque no hay colonia
feliz y del Libro de Dolor aprendimos muy pocas lecciones
que aprender, la peor de las crisis afectan a los jóvenes.
En lsla hay 120,000 adictos a la cocaína
y drogas duras y, con y por ellas está la gente que mata y roba por vicio.
178,000 jóvenes menores de
18 años perviven el alcoholismo
600,000 personas tiene
problemas mentales y hay solo un siquiatra por cada 6,000 pacientes necesitados
de atención. El suicidio, como la marihuana, está en ascenso entre ancianos y
adolescentes.
La deserción escolar es
mayor al 40% y las escuelas han perdido el 57% de
su matrícula estudiantil.
Del 2003 al 2008, la
cifra de homicidios en Puerto Rico fue de 4,616, lo que fue
que el número de estadounidenses muertos en acción o de forma violenta en la
guerra de Irak.
Solo 4 de cada 10
personas hábiles para trabajar tiene empleo en Puerto Rico.
El 39.5% de
los boricuas esta en asistencia social (ayuda pública, lo que equivale a 1.7
millones con ayuda alimentaria del PAN.
El 40% de
los funcionarios públicos electos o designados son corruptos.
Durante los primeros 4
meses del año 1213, se han registrado 3,525 casos de quiebra,
lo que representa 116 más de las que haba en el mismo periodo
del 2012.
El narcotráfico y los
puntos de drogas ilícitas es la principal industria en la economía informal o
subterránea, con ingresos de 876 millones de dólares anuales y
la piratería mueve $250 millones al año.
* Puerto Rico
pierde 27,000 habitantes en promedio por año, quienes salen
como emigrantes lejos de sus pueblos. Este año de 2012 salieron 38,000 boricuas.
En el pasado decenio fueron más de 500,000.
* Estos 576,000 compatriotas
que se fueron a los EE.UU,, no siempre regresan y su diáspora implica fuga de
cerebros o de inteligencia técnica y profesional puertorriqueña: menos
maestros, ingenieros, científicos, médicos, enfermeras, farmacéuticos y gente
productiva que se desvincula de su familia y sus elucidarios. Con varias
generaciones de boricuas ausentados, hay una merma de patria y de recursos
afirmativos.
El pillaje campea por sus
respetos en las arcas públicas. Crímenes de cuello blanco, amparados en
impunidad, por los personeros de partidos poderosamente encum-brados. Todo
esto reafirma la pérdida de valores de honradez, valentía, decencia, armonía y
cohesión social y cultural y un deterioro de calidad de vida, sentido de
propósito vital, útil y en pro del Bien Común.
El paradigma cultural de
este tiempo es lo mas contrario al ideal de un discurso ciudadanista, civilista
y comunitario que Pepino, como cualquier pueblo de la isla, merezca y que lo
adeudamos a él.
El poeta Ramón María
Torres decía que, al Libro del Dolor, lo tenía ya aprendido de
memoria y, pese al mucho sufrimiento estaba tranquilo. Tenía el corazón
lirizado, impregnado de cortisol. De lirismo… Abierto a los retos de la vida,
estaba motivado.
Los líricos abren las
compuertas de los flujos de las endorfinas, que son las unidades bioquímicas de
las emociones, mismas que nos transforman en seres receptivos, empáticos,
sedados para neutralizar el dolor y sentir con afecto a quienes nos rodean y el
entorno social y geográfico mismo. El lírico rechaza la violencia y no
improvisa en forma chapucera y rencorosa. Pero además del gesto lírico,
apacible e íntimamente poderoso, debemos contar con una inclinación heroica.
Este componente épico-heroico es el sistema inmunológico espiritual que
teniéndose muy activado será protectivo, sanador y actuará, con convicción al
aceptar los desafíos del Destino, pudiéndose sobrevivir en las batallas,
festejar las victorias y las esperanzas. Aprendan de memoria, como Ramón María,
poco a poco, el Libro del Dolor, porque es posible, volver a ser
épico-líricos. Desde otro rincón del mundo, Antonio Machado, decía: «Haya
o no Destino Trágico, enfréntemolo».
Y como si lo dijeran al lírico
Moncho La Lira y Machado, Arturo Schopenhauer añadía: «Lo que nos duele
y no nos mata, nos fortalece».
Afortunadamente,
lo vamos APRENDIEDNO,, Y yo he estado en esa tarea por más de 40 años.
Les invito a
enriquecer mi trabajo con aportes y a dialogar.
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