Thursday, September 25, 2014

LOPEZ DZUR PRESENTA EL PUEBLO EN SOMBRAS

SEQUOYAH / Cartas al poeta /


BUENAS NOCHES, PEPINIANOS Y VISTANTES A ESTE PUEBLO TAN QUERDO.

*  AGRADEZCO ESTA INVITACION DE LA CASA DE LA CULTURA Y SUS DIRECTIVOS…


Lo primero que yo diría sobre este libro EL PUEBLO EN SOMBRAS, que presento ante ustedes es ----que es uno --no de ficciones, ANECDOTAS o inventos. Este libro ES más intenso que lo que puede ser la Historia o la historiografía, POR MEJOR DOCUMENTADA QUE ESTE. Lo que aquí se informa, tan parecido a las anécdotas de olvidadoss y ya desaparecidos vecinos y funcionarios de este pueblo, es lo más profundo del proyecto: recordarlos a ellos
         De mí valga decir que siempre he tenido mis ojos y oídos abiertos así. desde el corazón, para Pepino y Puerto Rico, aunque haya estado ausente por más de 35 años. Estoy muy contento de llegar a  SSdelP y decir como cuando niño y adolescente, ‘estoy en casa’ y llegar a casa significaba trasladarme de la UPR / Mayagüez o Río Piedras, a mi pueblo de origen, ‘cuna de mi existencial / desde donde solvería mi identidad en pleno’.
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Este mensaje lo dispuse en la ‘Épica’, libro cuyo lirismo es nostálgico, historicista, y por ser tal los poemas fueron en torno a las luchas emprendidas y por emprender. Pepino tiene que ser La Puerta, la salida del mar de la imaginación hacia valores tales como generosidad, altruismo, placer de vivir, superación y crecimiento.  Esta será siempre la filosofía del pueblo Y PARA CAPTAR ESTO FUI A LOS ORIGENES, A 1752 y aun cien años atrٔas.
         Con este nuevo libro, EL PUEBLO EN SOMBRAS, mi propuesta es la INTRA-HISTORIA, que como definiera el poeta y filosofo español Miguel de Unamuno, es asunto más profundo que “lo que cuentan a diario los periódicos, o la historia toda del presente momento histórico”. Mientras que la historia tradicional es como la superficie del mar, superficie que, cuando se hiela paraliza su oleaje y contenido y se cristaliza en los libros y registros, la intrahistoria derrite ese hielo o capa dura, La vida intrahistórica rescata lo mejor de la ternura y fluidez de sus personajes. La historia interior no oculta el inmenso foco ardiente que lleva dentro. Como esa parte blanda de fuego y lava en el interior de los volcanes cuando tiene la oportunidad con lo intrashistórico brotar de sus adentros. Cito a Unamuno otra vez:
         “Los periódicos nada dicen de la vida silenciosa de los millones de hombres sin historia que a todas horas del día y en todos los países del globo se levantan a una orden del sol y van a sus campos a proseguir la oscura y silenciosa labor cotidiana y eterna, esa labor que como la de las madreporas sub-oceánicas echa las bases sobre las que se alzan islotes de la historia. Sobre el silencio augusto, decía, se apoya y vive el sonido; sobre la inmensa humanidad silenciosa se levantan los que meten bulla en la historia’’.
         ESTOS PERSONAJES BROTAN DE 1898. Y avanzan HASTA EL PRESENTE NO PUDE COMENZAR ANTES. A esta todo el que nació después de la Invasión Norteamericana la vio, la conocería y la cuenta como parientes. Aquí los nombres son mas familiares y generacionales. Esa vida intrahistórica, silenciosa y continua como el fondo mismo del mar, es la sustancia del progreso, la verdadera tradición, la tradición eterna, no la tradición mentira que se suele ir a buscar al pasado enterrado en libros y papeles, y monumentos, y piedras»:  Con esta visión de Miguel de Unamuno / escribo otro tipo de historia. De gente viva y otras ya fallecidas. Escribo algo de la intrahistoria que les sobrevive y memorias que han tenido los que les recuerdan y les conocieron.
         Si no dejas un legado afectivo, inquietante, por más importante que esa persona haya sido, lo sepultara el olvido. Ama y comparte, y se te recordar mejor y con gratitud. Inspiraras nostalgia y no te sepulta la historia. Con el respaldo de esa memoria interior te rescatara la INTRA-HISTORIA.
         Como he sido profesor universitario, hoy jubilado y escritor en tarea permanente, amante de la Historia, este es un libro que revela mi vocación como investigador en la ‘tarea de meditar en la patria’. Y, sobre todo, en la historia pepiniana.  Me presento con esta descripción: Soy un poeta épico-lirico, lo que significa lo siguiente: Que apoyo y promuevo una visión heroica y optimista de la Historia y ofrezco en mi obra un discurso ciudadanista, un proyecto de país sustentable y en pro del Bien Común. Trabajo por la armonía, la libertad, en identidad satisfecha y progreso.

¿Qué es lirismo y cómo se expresa en la poesía y otras expresiones de vida y arte? ¿Cómo se refleja en este libro? Lírico es, para el cuerpo y  la mente, lo que funciona como sedante ante el estrés, o la angustia y el pesimismo depresivo. El lirismo es el cortisol puro y natural que se acomoda en las palabras y en otras acciones.
        Los líricos, poetas, músicos y pintores, se comunican con amor, solidaridad, admiración, consoladoramente y dan este mensaje: «A la adversidad es posible vencerla».
Vengo a Pepino a hablarles sobre el sustrato emocional del pueblo puertorriqueño en general y de esa gente en particular y para examinar con la perspectiva del poeta que soy, los conflictos vigentes, desafíos que aun nos retan.

Como opino desde una épica de lucha, saludo sin que sea decirlo a Oscar López Rivera, héroe nuestro. Aun preso y fuera del Pepino al que pertenece. Pregunto como él --que alguna vez-- antes de su encarcelamiento lo hizo: ¿Cuáles son los desafíos? ¿Siguen vigentes los valores épico-líricos que debemos defender, cualquiera sea nuestra condición, libres o en prisión, cuando de la sobrevivencia de la CULTURAhttp://cdncache-a.akamaihd.net/items/it/img/arrow-10x10.png y de la identidad se trata, siguen vigentes?
        Festejar el sentido de la vida como lucha y el propósito de luchar por la sanidad de la patria: crecer, madurar en armonía, sin crisis de valores y con productividad, de esto se trata este libro, hacia apuntan los ejemplos que doy como mensaje de este libro. Y el que explica su titulo, hay UN PUEBLO EN SOMBRA del que no se han liberado y salido a la luz todos. No son todos lo que están ni todos los que son.

Hay un triste autismo social e incomunicación entre generaciones. Pero hay esperanza y reservas de cortisol lirico entre los jóvenes. No todo el pueblo malvive desbocado y reacio a una épica regenerante, Para fortalecer el sentido de identidad, que da fundamento al ser, hay que evitar desconocerlo, disminuirlo, fragmentarlo, desvalorizarlo, ignorarlo y trivializarlo, haciendo ver la descentración de valores y cosas por la que vivimos. El consumismo es pasajero e ilusorio. No será base de valía y regocijo permanente. Hay que aprender a TENER para recibir y conservar.

Dicha y vista la realidad nacional que se vive, debemos  aplicar la visión épico-lirica a la vida histórica de nuestro presente. La 
CULTURAhttp://cdncache-a.akamaihd.net/items/it/img/arrow-10x10.png sirve como la pedagogía para proteger y comparar, aquí y ahora, Lo épico no es armarse de pistolas y balas, con acusaciones y politiquerías. Es batallar con ideas, propuestas y proyectos, en las que invirtamos la energía de voluntad, optimismo y creatividad. Los paliativos de gente insincera y cobarde no sirven porque, como como dijera Ramón del Valle Inclán, el más joven y apasionado de la Generación del ’98 en España, al sucederse la pérdida de colonias, tras el Desastre, ya no podremos vivir parasitariamente. Ahora, cuando advino la pregunta sobre el qué hacer, cuando el Desastre llegó,
        Valle Inclán sugirió:  ‘Reconstruyamos la casa aunque haya que tirarla por entero desde sus cimientos’.
         Una parte de lo intrahistórico tiene que ser seleccionado cuidadosamente, rompiendo el caparazón duro de los datos cristalizados en la historiografía “oficial”, y filtrándose en lo interno para hallarse lo significativo. Se tiene que leer entre líneas la historia que sabemos todo.  Tenemos que revalorar la historia fortaleciendo la memoria perdida de estos hombres y mujeres que, siendo humildes, son valiosos.
Recordaré una entrevista que se me hizo en California sobre este trabajo y mis personajes. Todavía no había llegado a Puerto Rico, pero compartía los cuentos por la internet. El entrevistador me hizo similar planteamiento que el que nos tiene aquí reunidos en La Casa de la Cultura: ¿cómo surgió ese libro El pueblo en sombras? ¿Por qué seleccionar a esos personajes? que son reales, dando sus nombres y apellidos tal cual son… algunos que vive aun, que son ‘historia-no-ida”, presente vivo. La respuesta que di  entonces será la misma que daré hoy…
—Sí. Es gente real, vivos algunos, ya fallecidos otros. Gente a las que se les conoció y todavía se las recuerda con cariño. Son parte del folclor y la historia social y política de este Macondo, con particulares ribetes que es San Sebastian del Pepino
El libro lo comencé, investigué y escribí, durante el transcurso de mis investigaciones de historia oral y documental municipal. Los personajes del siglo pasado (los del siglo XIX, en particular), se transformaron en material para mis relatos ‘intrahistoricos’. No es justo referirlos como cuentos tradicionales o ficciones porque describen a gente que tuvo vigencia política como funcionarios antes y después de 1898; otros son personas que, durante los primeros 30 años del siglo XX, fueron muy conocidas. Gente de todas las clases sociales y, en cierto modo, los relatos son símbolos de algo importante, no sólo en la historia, de Pepino como «el pueblo en sombras», de ventorrilleros, vivales, veteranos de Corea y caciques, sino de todo Puerto Rico.  Las aspiraciones colectivas y los sueños de progreso.
        Por ejemplo, yo hago la mención del pepiniano Sinforoso Vélez Arocho, que fue el primer veterano seleccionado en un sorteo para irse a la Primera Guerra Mundial; pero eso a la vez me permite tocar datos, no investigados, o poco conocidos de otros jíbaros del campo que, poco antes, en 1898, los gringos se llevaron a Cuba, no necesariamente como soldados, pero para trabajar y que allá y atestiguaron las matanzas contra los partidarios de Evaristo Estenoz y el candidato presidencial Bartolomé Massó, cuando se produjo una intervención miltar norteamericana y una guerra civil racista, al formarse un partido de la gente de la raza negra… Contar la historia del brujo Don Lion, quien también fue veterano de la Primera Guerra Mundial, sirve para seguir rastreando quiénes fueron los veteranos de la Guerra del ’14, y ya no es sólo Sinforoso Vélez, ya que hay sumar a Juanito Ponce, del sector La Chula y a un héroe, enterrado en Francia / el Font…
En uno de textos, «El Pacto de los Fundadores», al hacer la historia del Teniente de Alcaldía Miguel López (de Victoria), llevo a los lectores a un problema que fue muy típico de los tiempos de la colonia española, como fue el reparto de terrenos baldíos a funcionarios ausen-tistas.  Formacion de latifundios y la injusticia de los repartos. Si la tierra debe ser para quien la trabaja, algo injusto se impuso en el pueblo con su estructura de latifundios. La estructura y relación de clase fue la de AMO y PEON. Usted, Amo Carmona, usted Amo Rodón, usted AMO ALERS, Usted, amo CABRERO, y tú, el arrimao… Así, por ejemplo, en el año 1829, a fin de ceder 45 caballerías y tierras al Duque de Mahon Crillon, hay una medición de tierras en Pepino y todo por complacer a la Reina. Este texto sirve para que, a através de la voz narrativa de Miguel López de Victoria, se exponga cómo sentían los pepinianos de esa época y para que escarbemos en el mito de la fundación del Pueblo, el papel de la familia de los González de Miraval, primeros hateros y pobladores del barrio rural que hoy se llama Mirabales y sus vínculos con las Santas Hermandades y pactos de tierra que se hacían entonces… Es interesante porque los Miravales y esos González anteceden la fecha convenida de fundación del pueblo, que es 1752. ENTRAMOS, así / poco a poco / en los misterios profundo de la verdadera historia y reiluminamos las sombras.
        Los personajes son históricos y a la vez intrahistóricos… se han cristalizado en documentos que nadie lee, a menos que un historiador o estudiante los rescate de los Archivos Historicos lo que se olvida y se pierde.
        Como un signo de folclor, en el libro, están los brujos, como Guilimbo o Don Lion, cuentos con folclor costumbrista. No desapercibido el canario Cobita Castro, auquellos que como apostadores derrocharon dinero en el Casino del Pepino, el segundo casino mٔas viejo de la isla… Hablo de Urrutias, Juarbes, Prat y aún de Catín La Coja… hay cuentos sobre la vida pepiniana durante el periodo del auge cañero y la época de oro del Partido Popular Democrático, como el relato titulado «El Ingeniero»; cuentos sobre los policías anti-nacionalistas, como en el cuento «Los Delirios del (policía Andres) Belén» o «La muerte de Nano Ortiz»… Se describe a mucha gente pintoresca por mis páginas, desde el Cura Aponte, ex-Alcaldes y legisladores de La Mogolla, Cucán o ya, más prosaico y actual, el zapatero Cheo el Oso, el Loro Guillé, Chiviricui, un trovador, Lolo Puya, Cheo el Tirapeos, el Loco Wilson y su hermana La Zurrapa, Monchita Picante, Asadura, Che Garata, Justa La Boba, Rita la pordiosera, Che Cabrita, Jenjibre, aquel con el lema “Odio al Chota; compadezo al infeliz, Doña Maita, esposa de El Indio, maestro de obras, hasta llegar a Sopanda y …
        Este es un libro inclusivo que si bien no niega las LUCHAS DE CLASE, los clanes, las tensiones entre pobres y ricos, esta lleno de amor por Pepino y hasta el más perverso de mis personajes, pasa por el cedazo de una poetización que no lo falsifica, sino que examina sus defectos y penurias y se dirige a comprenderlo y abrazarlo con cariño, por la magia de la poesía. Enmarcan en análisis sus almas y circunstancias… En las cosas anecdóticas que los pueblos registran y hacen suya como memoria de su historia, hay algo que es realmente adherencia regional, sucesión de patria, vínculo sentimental que se ata oralmente con la posteridad. Hay peligro de que esos detalles particulares y flotantes se pierdan para la memoria colectiva, o se diluyan en la recaptura del imaginario oral como el simple nombre de una calle, barriada o escuela.
        Es por lo que quise que estas anécdotas del elucidario colectivo no se pierdan. Son como lecciones ejemplares encarnadas. Guardan una ética y sicología social, deseante y deseada. En su momento, estos personajes eran muy festejados por sus ocurrencias, o sus escándalos, o sus simpatías y muestras de civismo. Podían ser unos hijosdeputas, pero la gente vio una cierta lección de vida para ellos… Es maravilloso que haya gente, con más edad que la mía, que las guarda y pudieron compartirlas… Sin duda, este libro fue posible gracias a las cosas comunicadas que Horacio Hernández Campán,  genealogista pepiniano, Doña Bisa Rodríguez Rabell de Negrón, Pedro T. Labayen, el poeta Héctor Soto Vera y muchos otros, me hab compartído… y, sin duda, informes del historiador, poeta y sicólogo, Dr. Joaquín Torres Feliciano y familias como los Ocasio, Sosa, Ferrante…
        También se me pregunta: —¿Alguno de esos individuos en particular que lo hayas tratado perso-nalmente y que te agrade más? Pues claro: me fueron vecinos algunos de ellos. Y les vi en las calles en su comportamiento: así el Gringo Cubero, Marcelo la Daga, Palilo, SOPANDA, Repollo. De mi niñez, recuerdo a Ratón el limpiabotas o esos choferes tan amados como Goyo y Ventura, que acompañaron mis años universitarios y viajes a Rio Piedras.

Cierto es que a veces estos seres humanos / sobre todo / no meros personajes populares / agradan más cuando no los conoces, sino a través del mito que encarnaron. Ellos puede pasar desapercibidos, en su belleza y encanto sentimental, si los conocieras en vivo y directo. Por exceso de objetividad o familiaridad puede surgir el prejuicio. Llegué a ver a Cucán Oronoz, que es el tema del cuento «Reflexiones antes de la caída»; pero nunca lo traté. Si me atreví a charlar mucho acerca de él con su esposa, Doña Emilta Arbona, porque ella visitaba a una amiga suya, donde yo era inquilino y Emilita se abrió a confidencias cuando yo le dije, «¿será cierto todo ésto que se dice?» Como era una pintora, mujer fina y artista sensible, no sabía mentir ni asumir una actitud cínica ante mí. Gané su confianza. Fue ella quien me hizo ver cuán encantadora persona podía ser ese hombre, con tan especial genética y carácter. Era una especie de duende grande…
        
Quizás, con una admiración muy fervorosa, yo diría que de estos personajes pepinianos  me impresionó la historia de Luisa Bottari Rico, la que le dio una paliza a Chilín Echeandía («Chilín el Malo», como lo llamaban las personas de su tiempo y su familia para establecer una distancia). Es el cuento «Como una amazona». O  el cuento «El último adiós», dedicado a la Dra. Marcianita Echeandía Font, se establece un vínculo afectivo con otra pepiniana a la que amo, pero quien llegué a tratar. Murió cuando yo era adolescente y ni pensaba en escribir este libro…

Mis relatos aluden, o enfocan hacia muchas otras personas que conocí muy bien y admiro: Doña Bisa, por ejemplo… Ella y sus conversaciones en su casa y en mica están aquí. No me gusta escribir sobre gente que inspira odio, que sea odiosa. Todos mis personajes, por una u otra razón, pese a sus defectos, tienen que se inspiradores. Tocar algo que, aunque sea transgresión, forjar un mito de festejo. Lo mío será buscar las palabras para contarlo, sin que se pierda la esencia epocal y el significado humano y social que esa gente tuvo…
        
Tanto en mis cuentos, como en la EPICA DE SAN SEBASTIAN DEL PEPINO, mi poemario publicado hace 3 años, pero con poemas que escribí hace entre 30 y los más recientes 10 años, son para estudiar los orígenes documentables del pueblo, su identidad y el sentido de unidad que va buscando y consolidando.

Al estudiar la época del rey Fernando VII,  y la parentela de los inmigrantes venezolanos, acogidos a la Cedula de Gracias, que los trajo a Pepino, consideremos por ejemplo las cepas de los RUBIO, RODONES, ECHEANDIA, LOPEZ Y ARTEAGA, es importante recordar lo que ese rey  representaba entre sus súbditos: fue el quien «reestableció la Inquisición, / persiguió la prensa, el pensamiento libre, / las imaginaciones de los espiritistas, / los masones, los poetas afrancesados». En cierto  poema, se cuenta que Fernando VII:

... odió a Simón Bolívar, a Sucre, San Martín,
Itúrbide; odió a Miranda, a Washington,
a uno y todos los enciclopedistas, a Dantón,
y sin faltar ninguno... a jacobinos,
a pobres de La Bastilla…

[Ha muerto tu rey, Mariana]

Hay poemas sobre Pepino en que se explica el periodo de la vida de España durante Borbones, en el que resurgimiento el liberalismo, las guerras bolivarianas y otros eventos que a la vez que inciden sobre historia de familias inmigrantes que llegan, con la emisión de la Cédula de Gracias y que los trae a Puerto Rico. Cuento la historia de Mariana Rubio-Mestre, quien en su vejez quemó accidentalmente el pueblo («Nos quemaste, Mariana»]

Como en los relatos de EL PUEBLO EN SOMBRAS, busco en lo profundo para iluminar temas sobre el crecimiento o decrecimiento económico y social de Pepino. Esto se ve en Los sueños de Gabriel del Río, 1826-1830. 

Y en personajes en que se aluden hechos históricos tras ese nacimiento en Las Vegas (primer nombre, antes de Pepinito). Y como se van organizado lineal y cronológicamente: a vecinos pobladores de Cristóbal González de la Cruz a los nuevos que vienen en  oleadas migratorias desde Venezuela u otros puntos de España.
        
Hay eventos que se vuelve simbólicos en el curso descriptivo de la cronología: la descarga eléctrica de 1861 que destrozó la imagen del Patrón San Sebastián y una porción del Templo Católico, los incidentes del Grito de Lares (1868) y los clamores de pánico de Joaquín Sosías, los años de pobreza en el Pueblo desde los tiempos de Juan de la Pezuela y del posgrito en Lares, la edificación del Casino peninsular y del autonomista, el periodo de los Comevacas y Tiznaos, la Invasión Norteamericana (1898), y la Destrucción / Incendio / y Restauración del Guayabal, los destrozos del Templo Católico por el Terremoto de 1918, la fragmentación de la vida pueblerina, misma que produce toda una serie de 'tipos / o personalidades pintorescas',

Entre los personajes pueblerinos del este libro, destacare unos que se relacionan con la mentalidad y tipo de crianza que daba Pedro Liciaga o de educación que impartía el ‘duelero’ y viejo maestro masón Lino Guzmán, o Juanito Rosa, o las memorias de Genaro Eleuterio López y el por qué se le exilió a Vieques, los tiempos revolucionnarios de Eulalia Prat, el poeta Moncho Lira (Ramón María Torres) es rememorado en el cuento ‘Mi corazón el dolor más viejo”. Rememoro los tiempos de Mantillita, y del Caballero Don Primo (Lcdo. Víctor Primo Martínez) en el relato La Bacinilla deb porcelana. Tiempos del trovador revolucionario Carmelo Cruz, José Benigno Vientós, padre de Nilita, Don Narciso Rabell Cabrero, las nostalgias de Don Perico y su interaccion con el pueblo, Mas adelante, avanzarán los tiempos de la aclamada modista María Peregrina, que es la época de oro de la molienda de caña y del esplendor del Partido Popular y otros personajes gloriosos y célebres de la época. Hablaré de El ingeniero de La Central Plata, el Barbero de los Ricos [Bernardino Sanchez], Yayo el Turco, soldado pepiniano perdido en Oriente Medio, el asesinato de Nano Ortiz, las peleas en el Parque Rabell entre Pedro el Bujarrón y Che Pelao, las borracheras de Nico Chavito y los Consejos de Catín la Coja  a sus sobrinas en los años en que la mujer por fin adquiría el derecho al voto… Por el libro pasan, entre personajes pintorescos, Jimmy Meneito, el guardia, don Mingo el farolero, Moncho Botella y cómo aconseja al hijo, el Cura Aponte y el porque se le designada LA FIERA SANTA, el pato Luis Ríos Flores y cómo se le humillara en 1949, el primer trasvesti de El Pueblo La Carla,  Marcelo La Daga y lo que le ocurriera al pegarse en un sorteo con un premio cuantioso, el Talibán boricua que resulta ser un pepiniano…

Siempre he estado al pendiente de los poetas y símbolos de su pueblo y de la tradición. El pepiniano común y corriente sigue siendo muy nativista. Ama su pueblo, lo festeja como 'pueblo de la hamaca', de Titina y la Novilla, de lindos paisajes; «pero, no creo que haya comprendido cuál es el sentido profundo de su santidad... Tenemos muchos poemas a la Iglesia, a la que personificamos y vemos como 'buena madre, tierna hermana', esto es, la Iglesia es la ética... así como en mi texto sobre la Casa de Doña Bisa, ética y estética de espacio... Un fino poeta como el pepiniano Dr. Pedro Ángel Cebollero tampoco, en vida, no alcanzó a comprender y valorar el pepiniano ideal y estético, ese que digo que es el Mártir. Le fue una figurita en el altar mayor. Recuerdo el poema Iglesia de San Sebastián, de Cebollero: 'Oh linda iglesia mía, que en el altar mayor / tenía asaeteado al buen San Sebastián, a San José, y al niño bello como una flor...' Esa 'su dulce iglesia, blanca palomita de los valles' sirve más al pretexto de sus devociones marianistas que para destacar qué es lo bueno y admirable que tiene el santo de Narbona. Sin embargo, si bien me satisface que haya religiosidad remanente, como parte de nuestros valores, yo espero que se entienda este punto, la ética de mi Varón santo, que es el pepiniano ideal que, en tiempos de la biopolítica, de la 'perversidad de las normas y las codigrafías', aspira a desatarse 'de las mallas del poder; que lo apresa y fragmenta para hacerlo dócil como siervo».

Doy homenaje con mis libros al mártir San Sebastián, pero hay que buscarlo en la historia y en la casa de Doña Bisa / hoy museo
 tal es descrita heideggeriana y valleinclanamente en un poema de mi autoria. Explica que la Casa de Doña Bisa representa más la ética colectiva de nuestro ideal de pueblo, aún mas que la Iglesia pues hay más martirologio en la vida cotidiana que en los Altares Mayores de la iglesia y sus santos de loza. Somos un pueblo progresista con una larga historia de miseria y mis  textos esta cualidad se destaca.

Agradezco a los que me ayudan y aun lo hacen en un proyecto de investigación de estos personajes populares, folclóricos y tan pintorescos. No se pueden producir un libro de este tipo sin mucho sacrificio económico y tiempo invertido. Hay que tener expectativas realistas y paciencia en cuanto estas tareas.

El pueblo ha sido muy desanimado, ha perdido mucha consciencia histórica, ha perdido el material, su tesoro. Y hay que mostrar rutas para que se recobre. Se han perdido virtudes ciudadanas. Además del colonialismo que desventaja (porque no hay colonia feliz y del Libro de Dolor  aprendimos muy pocas lecciones que aprender, la peor de las crisis afectan a los jóvenes.
        
En lsla hay 120,000 adictos a la cocaína y drogas duras y, con y por ellas está la gente que mata y roba por vicio.

178,000 jóvenes menores de 18 años perviven el alcoholismo

600,000 personas tiene problemas mentales y hay solo un siquiatra por cada 6,000 pacientes necesitados de atención. El suicidio, como la marihuana, está en ascenso entre ancianos y  adolescentes.

La deserción escolar es mayor al 40% y las escuelas han perdido el 57% de su matrícula estudiantil.

Del 2003 al 2008, la cifra de homicidios en Puerto Rico fue de 4,616, lo que fue que el número de estadounidenses muertos en acción o de forma violenta en la guerra de Irak.

Solo 4 de cada 10 personas hábiles para trabajar tiene empleo en Puerto Rico.

El 39.5% de los boricuas esta en asistencia social (ayuda pública, lo que equivale a 1.7 millones con ayuda alimentaria del PAN.

El 40% de los funcionarios públicos electos o designados son corruptos.

Durante los primeros 4 meses del año 1213, se han registrado 3,525 casos de quiebra, lo que representa 116 más de las que haba en el mismo periodo del 2012.

El narcotráfico y los puntos de drogas ilícitas es la principal industria en la economía informal o subterránea, con ingresos de 876 millones de dólares anuales y la piratería mueve $250 millones al año.

* Puerto Rico pierde 27,000 habitantes en promedio por año, quienes salen como emigrantes lejos de sus pueblos. Este año de 2012 salieron 38,000 boricuas. En el pasado decenio fueron más de 500,000.

* Estos 576,000 compatriotas que se fueron a los EE.UU,, no siempre regresan y su diáspora implica fuga de cerebros o de inteligencia técnica y profesional puertorriqueña: menos maestros, ingenieros, científicos, médicos, enfermeras, farmacéuticos y gente productiva que se desvincula de su familia y sus elucidarios. Con varias generaciones de boricuas ausentados, hay una merma de patria y de recursos afirmativos.

El pillaje campea por sus respetos en las arcas públicas. Crímenes de cuello blanco, amparados en impunidad, por los personeros de partidos poderosamente encum-brados. Todo esto reafirma la pérdida de valores de honradez, valentía, decencia, armonía y cohesión social y cultural y un deterioro de calidad de vida, sentido de propósito vital, útil y en pro del Bien Común. 

El paradigma cultural de este tiempo es lo mas contrario al ideal de un discurso ciudadanista, civilista y comunitario que Pepino, como cualquier pueblo de la isla, merezca y que lo adeudamos a él.

              
El poeta Ramón María Torres decía que, al Libro del Dolor, lo tenía ya aprendido de memoria y, pese al mucho sufrimiento estaba tranquilo. Tenía el corazón lirizado, impregnado de cortisol. De lirismo… Abierto a los retos de la vida, estaba motivado.

Los líricos abren las compuertas de los flujos de las endorfinas, que son las unidades bioquímicas de las emociones, mismas que nos transforman en seres receptivos, empáticos, sedados para neutralizar el dolor y sentir con afecto a quienes nos rodean y el entorno social y geográfico mismo. El lírico rechaza la violencia y no improvisa en forma chapucera y rencorosa. Pero además del gesto lírico, apacible e íntimamente poderoso, debemos contar con una inclinación heroica. Este componente épico-heroico es el sistema inmunológico espiritual que teniéndose muy activado será protectivo, sanador y actuará, con convicción al aceptar los desafíos del Destino, pudiéndose sobrevivir en las batallas, festejar las victorias y las esperanzas. Aprendan de memoria, como Ramón María, poco a poco, el Libro del Dolor, porque es posible, volver a ser épico-líricos. Desde otro rincón del mundo, Antonio Machado, decía: «Haya o no Destino Trágico, enfréntemolo».
 Y como si lo dijeran al lírico Moncho La Lira y Machado, Arturo Schopenhauer añadía: «Lo que nos duele y no nos mata, nos fortalece».

        Afortunadamente, lo vamos APRENDIEDNO,, Y yo he estado en esa tarea por más de 40 años.

        Les invito a enriquecer mi trabajo con aportes y a dialogar.


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