Friday, September 12, 2014

Textos de TETH MI SERPIENTE

EDIFICACION DE LA CASA


                        En la Torah, el corazón representa
                        el concepto primario de recipiente,
                        el secreto de Eva: E. Klein, Kabbalah of Creation, 2000

Mem es la vasija de su útero,
el principio creativo maternal con que Ella
dice a Adán: Gran Fuente es mi casa.
Aguas y  manantiales me llevan a El.

Mem es mi imperio, aquí me replico
y a las expansión de mi reflejo
los tomo como peces, les designo
mis hijos, mis ovas, mis ojos
en las aguas y las charcas.

Ella es el anzuelo, en la mano de Tzaddi.
Controla la expansión cuando cierra
las piernas y dispone el sacrificio.
Se dedica a expresar la energía de la serpiente
porque sus giros son prudentes.
Reflexiona.

«¿Cuál es el secreto de tu corazón, Adán,
por qué me rodeas y esperas y aún dices
que mi placer es sublime? ¿Por qué
a tu padre lo hallaste tan lejano y escondido
como entre las nubes de Gloria?»


PONTE AL CUIDADO


Golpeado por la vida y la muerte
el buey sabe de la ventana desde la que se mira
su pastura, el yugo lento que lo amarra,
el assiah material que pisa, el hacia
de la acción que le es posible…
Bendice la existencia física.

Brinda alegría a tu buey, macarro,
y espíalo regocijadamente desde la Ventana
que se abrió desde Beth. Dale alegría, macarro
porque el buey mortal bien que se lame
una vez inicia su sendero en para-prakriti.

Regocíjate, Adán, recuerda…
Tierra y Cielo y toda Urania…
la madre clara y fértil y te la di,
aunque de la visión del dolor, saqué
su esencia, y en el tuétano de su costilla,
escribí: Ella viene a crear la fe.

En las afueras de la casa, el buey golpeado,
estaba y era un mendigo aún no bendito
por Mi Abrigo, pero le ofrecí del huevo
de Samekh, la vívida y cálida vagina de mi casa.


EL ASEDIO DEL DESPRECIADOR


El despreciador en la Puerta de Dalet
vio al ego en su jornada y meditó:
«Va tan solo» y urdió, por tal razón,
herirlo, armado de gargajos. Lo escupiría.

Se acercó cuanto más pudo para avergonzar
su ceño, profanaría su ser. «¿No tienes nada?»,
insistió, «¿nada tuyo?», porque dio la negativa
lo hizo innecesario. Lo ignoró para siempre
y lo escupió, tras decirle: «No existes».

ALUMBRADO

Pusiste la oscuridad a mis pies
y me llamaste el pobre del mendrugo,
el más pordiosero de la estirpe.
Cuando llegas a cualquier portal
se asoma el miedo y, en mi puerta fue igual.

Te dispusiste a hollar este gusano de Jacob.
Invadiste la apertura de mi casa
con tus mentiras de altruísmo
y la centavería del escarnio;
pero la calle tuvo un eco por tu causa:
«¡Entró el despreciador por la Puerta de Dalet!»


CERCA TU PROPIEDAD PARA QUE NO HAYA RUTINA

¡No vengas, no! El que forja rutina
Y declara  banquete para sus hambres biekas.
No venga a declarar su humildad
como humilde quien no haya sido lavado
de su lepra en Shiflut, voz de la promesa.
Quien no lava al humilde, ni puños de jabón tiene,
el que viene y no cura ni bendice,
que se vaya.

El la esquina donde se dobla el dador
y el don que lo recrea, uno que no se para
en plenitud, el despreciador
que embauca y escupe, debe irse.

¡Cuidado, gusano de Jacob, a esos ricos
de pose y pandereta, no se le para
(ni en bronce) ni el nabo-uko-dono-sor!

Quienes no sumerjan el ente
en la Fuente de los Compadecidos,
que no venga. Que primero sea el bitul
bimziut mamash, limpio calcio
y postración… que el hombre rico
del gargajo, no venga. No.

Sí. Que no venga a declarar su humildad
y con su limosna se vaya a su reino
de desperdicios y altares saprógenos.


            7-03-1996

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