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CAPITULO DOCE
España
se fue de bruces
Echeandía Font
tenía razón al aludir como autor de las coplas a Joaquín Barreiro, gallego
independentista, que tenía una revista humorística, El Carnaval, en calidad de editor y director de la misma, donde
Carmelo Cruz, Epifanio Méndez y el fino poeta Ramón María Torres, hicieron
travesuras literarias anónimas y atacaban el régimen, por lo menos, en los
albores de la historia literaria de San Sebastián. Barreiro fue acusado ante
las tropas españolesde instigar sus ideas anarco-sindicalistas, colaborar con
las Partidas Sediciosas y sabotear los telegramas de la Oficina Local de
Telégrafos a su cargo. «Un títere manejado por Cabán Rosa». Los informes
dicen que Barreiro, telegrafista oficial de Pepino, se pasó a las líneas
americanas y evitó así el arresto.
Me cago en La Torre y Prim
En Prat y la Cabrerada.
En Topete y la Marina
Y del Cidral La Pachada.
En Josefa la Marquesa
Que a los Velez se allegara.
En la huérfana de Alers
Y en Celedonio Pamias.
De Mirabales y Furnias
Me cago una vez al da
en el bacin de Nicasia…
Antes de escapar, si acaso fuese Barreiro el poeta de los
versos anónimos lo profundo de un
resentimiento que guarda con los españoles, comienza con dos gobernadores
(Manuel de la Torre y Juan Prim y Prats), para continuar con funcionarios
mendciona un Ministro de Marina (Topete) y después figuras. Es obvio que el
anonimista detalles de la familia Prat y secretos que se guardan de la Hacienda
Los Velez, como otras personas particulares
que residieron en los barrios Furnias y Mirabales, donde la familia Prat
tuvo propiedades.
Estas decimas, como las de
Carmelo Cruz, delatan el resentimiento colectivo y se contraponen a otras,
donde el verso declara simpatías, como cuando se menciona al 'americano como
hombre caballero / que tiene fuerza y dinero').
Dile a
Guillermo Mayol,
Ese cobarde
inquilino
Que si lo coge
Avelino
El lo arregla con
honor...
En esta particular cuarteta
el autor no se inhibe de declarar el
nombre de un jefe de las partidas como fue Avelino Mendez Martinez. La familia
Mayol / mallorquines de Soller, Palmas de Mallorca / tiene un nuevo inquilino
en la Alcadia local, como su rama /
residente en sus propiedades utuadenas / dio alcalde alla durante el periodo de 1894. [1}
Hay otras decimas donde el
tono es maldiciente como que citamos antes y que echara fieros a la ‘pachada’,
o parentela de Paché Vélez y otras que se vengan de la actitudes donjuanescas
de Emilio Velez del Rio y Pedro S. Ortiz Carire. Las décimas burlan a los serafines, especie de señoritingos peninsulares,
dados al poco trabajo, a diferencia de los criollos… Aquí se mencionan dos hijas solteras de Manuel
Prat.
Si no
estuvieran tan mozas,
Eulalia y Dominga,
jinas,
Se las comiera el Alers,
Pedro la Potra, el Quebrao,
Y asi también sicotudos
Como Font Baez y Medina.
Pasándose al escarnio que atacara,
con mayor razón, a los padres que las niñas mancionadas, se escribe:
En la barca de Manuel
se sientan como en bacines
la puta de la Marquesa,
Nicasia y sus serafines…
La marquesa aludida fue
Josefa Vélez Prat (nacida en 1795…?) y que visitó San Juan, Mayagüez y Pepino,
para 1841. Tuvo nexos amitosos con el General Prim y el Oficial Gabriel
Baldrich y Paláu. Ella fue criada en México, aunque nacida en Mirabales y A.
Bastide Chambort, op. cit., la menciona como una cortesana de Llusanés, en los
círculos más exclusivos de Barcelona; pero explica que la susodicha Marquesa
jamás obtuvo el título y que viviría precariamente durante los años finales de
su vejez y abandono, al deteriorarse su belleza y el interés de los hombres en
ella. Para peor tragedia, era liberal y poco inclinada ‘a visitar la iglesia y hacer comuniones’. [2]
Muy distinta idiosincrasia
y apetencias políticas, D. Josefa Vélez recuerda a otra Marquesa, Doña Josefa
Lucía del Pumar, fallecida el 23 de noviembre de 1850 en San Juan (Puerto
Rico). Es una historia triste de la que se cuenta: «Valiente mujer con un
carácter fuerte, pero a la misma vez muy humanitaria y extremnadamente fiel a
la Corona Española. Prefirió perder toda su fortuna antes que manchar su lealtad al rey. No
solaente perdió sus haciendas y sus casas, sino también a su esposo Don
Francisco de Paula Arteaga que al ser perseguido por los revolucionarios en
1813 murió en su huida en Angostura. Perdió también a su padre y sus hermanos
que se aliaron a Bolívar y la abadonaron a su suerte. Al caer en manos de los
revolucionarios la ciudad de Barinas en 1814, Doña Josefa del Pumar y sus hijas
fueron desterradas por orden de Bolíva a la ciudad de Mérida con penas y
amenazas de no volver a pesar la Provincia de Barinas. En 1821, llegó a Puerto
Rico en la mayor miseria».
Por los contenidos de
algunas de las décimas, o trovas campesinas, se comprueba sentir la incomodidad
que crearan algunas familias con sus reclamos de hidalguía o distingos aristocráticos.
Ahora que parece virarse la tortilla del poder, el liderazgo popular las ataca.
Cuestiona frontalemente, las juzga y se da cuenta de cómo han justificado con supuestos
genéticos o líneas de rancio abolengo su mérito para ejecer gobierno, sin apoyo
del voto o la voluntad popular. También cómo acceder a riqueza, acumulándola por generaciones, y no
necesariamente trabajádola.
Ampliar
Una la Velez muere en miseria pero es generosa y vital
La Marquesa del Pumar es victima de su oropia ideología retrograda y su
codicia ambiciosa
Las aficiones al derroche que tenían en Venezula se repiten en Pepino
Estilo de derroche –poner piso de pura plata
La estudiosa Rosalina Brau
Medina, en su artículo La familia Font
Medina, publicado en la Revista de
Genealogía Puertorriqueña (Ano 2, Num. 2, Octubre 2001) explica quien
fue el catalán Felix Font Baez, natural
de San Feliu de Guixols (Gerona) y quien llego al barrio Hato Arriba del Pepino
en el decenio de 1830. Font murió a la edad de 78 anos en 1908 y había fundado
en Aguadlla, en sociedad con el alemán Adolfo Schroder, la firma Font, Schroder
y Cia. Fue un mediano propietario. De
esta familia (casado Font Báez con Rosa María Medina Dominguez) nacieron ocho
hijos. Cuatro de los seis varones fueron separatistas y pertenecieron al Comité
Revolucionario El Porvenir.
Explica Brau Medina que: «Con la excepción de Agustín Pascasio, los
hermanos Font Medina no lograron consolidar su posición como terratenientes en
San Sebastián en la etapa de mayor auge cafetalero». [3} Ser terrateniente,
en el Pepino de esos tiempos, fue cuestión de vincularse a capitales y uno de
los medios fue casarse bien, aliar fortuna, reclamar los priviledios de rangos
y nexos artistocráticos.
En 1835, ocurrió un hito especial en la
familia de los Echeandia y los Mendoza. María Luisa Arteaga López, hija de la
Marquesa Josefa Pumar, se casa con Agustín Echeandía de Mendoza, en Pepino. Al
pueblo llega a Ramón Arteaga y del Pumar, el hijo de la Marquesa del Pumar,
Josefa Lucia del Pumar y Callejo. María
Inés López Pulido se casaria con Ramón Arteaga y del Pumar. María de la
Concepción Ambrosina Echeandia y Arteaga se casa con Emilio Isaias Cabrero
Echeandia. Tomás Braulio Caballero Echeandía contrae matrimonio con Concha
Franco Cabrero
CUAL ES LA ESAPA QUE SE VA DE BRUCES
-- LAde echeandia, la de gente como los Pumar
Cecilio Echeandía no tenía ningún parentesco con el Marqués ni con la
Marquesa del Pumar. Lo se bien porque Cecilio era el tio de mi
abuelo, Tomas Caballero Echeandia.
Mi abuelo Tomas no tenia parenteco con el Marques ni con la Marquesa del
Pumar.
La esposa de Tomas, mi abuela, Concha Franco Cabrero, (que era tambien
Echeandia por su madre, Maria Luisa Cabrero
Echeandia) tenia el parentesco con el Marques y con la Marquesa del Pumar
por su madre. Maria Luisa Cabrero Echeandia
venia directamente de la linea del Marques y la Marquesa del Pumar -- por
la linea materna de ella y no por los Echeandia,
Cuando Agustin P. Font
Medina murió en 1888, tenia una hacienda de 571 cuerdas que producía café,
cana, arroz y ganado.
Aquí habría que recordar al
trovador que hizo la trova componteadora
al hijo del mencionado hacendado:
Me le diras a Cheo Font,
el pie de la espada blanca
Que ya el Pepino se arranca
al grito ‘e revolución…
Y que aquí, a la población,
no se debe de asomar
Y a Victor Bernal
Le diras con alegría
Que junto a Antonio Pavia
Lo vamos a compontear.
El poeta supo sobre un
incidente trágico ocurrido durante la estancia de tropas americanas en El
Tendal; un soldado estadounidense que limpiaba su arma mató accidentalmente uno
niño pepiniano que curioseaba por el área. El ejército pidió una disculpa ante
Rodríguez Cabrero; pero aún asíse produjo mucho encono en la comunidad
(González Cubero, loc. cit.) y que, además de rememorar incidentes como Las Golondrinas, se ve influido por la
tradición de trovadores revolucionarios durante los tiempos de la invasión de
Narciso López por el Puerto de Cardenas (Cuba), algunas de las cuales sirven de
modelo para los troveros de Pepino que compusieron las decimas de salvamento o
componte en 1898:
Me cago en Prim y en Topete
en Serrano
y Catelar
Y en todo peninsular
desde Madrid a
Albacerte
y en toda su
gente guapa.
Yo me cago hasta
en el Papa
Y por cagar en
conjunto
yo me cago hasta
el punto
que ocupa España en el mapa.
Cf. Carlos de la Torre y de la
Rosa, Anecdotario mambí (Miami,
1979), ps. 89-90
YENDOSE
DE BRUCES: El resbalón sobre el puente (que fracturara huesos a Soto Villanueva) se hizo
símbolo de la burla colectiva a la caída del régimen («España se(iría) de
bruces»), tal como Soto. Los versos captaron la memoria histórica de las
gentes, lugares de combates y desencantos anímicos. Se aludió a Olivencia, el
alcalde ex officio de Utuado, que
hospedó a Soto cuando sufrióla caída.
En una ocasión, por
ejemplo, cuando Osés planificaba la retirada en casa de Olivencia y
habiéndosele ya concedido el mando, al Soto Villanueva solicitar que «se le
permitiera seguir en una camilla a la cabeza de la columna parano caer en manos
enemigas», el Teniente Olea, en gesto más audaz y leal ala lucha contra los
invasores, dijo que: «Más que en la retirada, debemos pensar en enfrentar al
enemigo y dar lucha en Las Marías, donde la gente está intranquila».
Se refería a que había
oído ya sobre las quemas y robos. Durante el calorde la discusión, Antonio Osés
habló despectivamente de Soto, acusándole dementir sobre sus heridas y
amenazándole con dejarlo. La madre del alcalde, que escuchaba en otra
habitación, tomó valor e intervino al oir las alegaciones decobardía que se
echaban unos y otros: «Cobardía es que abandonen al jefe herido y que, para
peor deshonra, lo hallen escondido en la casa del Alcalde».
El Teniente Olea accedió a
que se le llevara, pero que no fuese la tropa la que se distrajese «en los
menesteres de cargarlo».
Olivencia pidió que
dejaran algunos hombres con su madre porque temía a las acciones de las
partidas y Bartolomé Mayol y a José Lorenzo Casellas, funcionarios municipales,
en propiedad, «no se les halla por ninguna parte». La razón: «se
habían pasado al bando gringo» [4].
Al arreciar unas lluvias
al siguiente día, Soto Villanueva se alojó con la familia Blandín y no quiso
salir más, sino a rendirse.
Varios guerrilleros
murieron en la crecida del río Guacio y le dijeron a Soto: «¿Cruzas o te
quedas?» y él no se hizo de rogar, cuandoofrecieron llevarle al lugar
seguro.
Sobrevivir a la guerra
provocó una actitud renuente y esnobista. Sería un suicidio enfrentarse al
invasor que, con sus hechos, ya había probado que abatiría muy fácilmente a
naciones mayores que la isla. Las declaraciones de Pascual Cervera para la
prensa española, alegando sus pocas «esperanzas de superar con nuestras escuadras»
las mismas proezas de Dewey en Manila bastaron, es decir, al medirse
equitativamente la capacidad técnica del poderío naval norteamericano con la
naval española, ya se tendrían las señales del comportamiento que, por sentido
común, se vería entre los paisanos en la isla. No hay loco que coma lumbre.
No fue cobardía que los
españoles lo comprendieran, mucho menos que, en sus niveles locales, en las
colonias pobres y aisladas, los milicianos lo apalabraban con actitudes con-firmativas.
*
Bibliografia
[1] Sobre la familia Mayol, véase:
[2] Bastide Chambord, Arsenio, Viajes y Notas de Cortesanas de Prats de Lluçanes (Taller
Tipográfico de Rabassa, Barcelona, 1909, 124 ps.). Introducción de Rita Eulalia
Alicea Prat de Bastide (1852-1917), y Entrevista
con Doña Dolores Prat, loc.
cit.
[3] Rosalina Brau Medina, La familia Font Medina, en la Revista de Genealogia Puertorriquena
(Ano 2, Num. 2, Octubre 2001), ps.
[4] Carta personal de Conchita Franco Serri sobre el marquesado del Pumar, desde Claremont, California, 21 de abril del 2012 y Frank Lago, Mi búsqueda genealógica de las Familias Lago y Echendia en los Archivos del Gobierno Vasco, en: http://www.preb.com/geneal/echeandia.htm y Don Jose Ignacio del Pumar, Marques de las Riberas de Bocono y Masparro y Vizconde del Pumar (Tipografia Herrera Irigoyen & Ca.,Caracas, 1915). Digitalizado por José I. Hjmar y Manuel Landeta Rosales para la Biblioteca de la Universidad de Carolina Del Norte. Ver: http://archive.org/stream/donjoseignaciode00land/donjoseignaciode00land_djvu.txt
Entre los datos provistos por ambas monografías
destacaría los siguientes:
[5]
(Echeandía Font).
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