VER; / REVERTIR LA VEJEZ / VIDA DE GUSANOS: 500 ANOS / ¿Cómo llegar a los 150 años? /GRATITUD / DEL ARROJAMIENTO / DEL ARBOL DE INNANA / VER / REVERTIR LA VEJEZ / VIDA DE GUSANOS: 500 ANOS / ¿Cómo llegar a los 150 años?/ LANOVIA SOSPECHADA / Ella / isla / Amada / TIERRA MIA / ESTE VINO QUE BEBO A GUSTO / ELLA SALTA LA CUICA / TANTRALIA / Discurso de la Rana / COMO UN COQUI DULCE Y AMARGO / DISCURSO DE ALBIZU EN LARES / UNAS MUJERES ESPECIALES A SU PASO / De TETH/ EL HOMBRE MUTILADO GRATITUD / DEL ARROJAMIENTO / DEL ARBOL DE INANNA / DE CARLOS A SU TOCAYO CARLOS BAUDELAIRE
En aquellos tiempos, ese día
que llegaste y lo víste,
tú andabas con un perro, rabicorto,
tú no usabas enaguas.
Tus pechitos eran incipientes,
casi redondos, pequeños; tú no sabías
sober ese amor
sobre el que hablan, los adultos,
maliciosamente, pero viste al chaparro
de piel clara y él parecía
otro niño y te miraba.
Eras más arisca que él.
Siempre has sido lúdica,
traviesa, impredecible.
Cuando tenías doce años y había pasado tiempo,
lo volvíste a ver, él sí ya tenía barba y estaba
flaco, moquiento; pero te guiñaba los ojos,
invitándote a hacerle compañía y, entonces,
supiste lo que es estar enamorada
y regresabas por el cada vez que podías.
El entendía tu lenguaje y estabas fascinada.
El explicó que la Tierra es redonda
(pero todavía siente que anda perdido
y pertenece al monte de algonquianos)
y utilizó para ubicarse alguno de tus senos;
él dijo que el sol calienta la tierra
y compadece antes de que advenga
la rudeza del invierno y la muerte;
pero tú ya lo sabías y como sol rojizo
en atardeceres de Virginia
te abrazaste a él, le pegado
los muslos, en inocencia, tu risa
y tu núbil simpatía.
Tú aprendíste a ser ardiente y, con él,
no sabes cómo; quizás ayudándole
a que probara con su boca, todo lo que es tuyo
y obsequias, hasta el beso, hasta el sabor
de tu lengua y tus párpados y de tus manos
que él lame como si fuera tu perro.
Y un día, antes que él fuese un alcalde
del miserable pueblo, tu padre lo capturó.
Vino un guerrero por él, vino Opechancanoug,
deseoso de matarlo, porque él ha visto
que te toca, te mancha de piel blanca.
2.
Te acomoda en su pecho y te complaces,
jariosamente, princesa y quedas,
trémula entre sus brazos,
y él te roba la vida.
De tu propia mano se alimenta
y te llama 'mi hermosura', él es el primero
que te ha llamado atrayente,
adorable, deseada Pocahontas.
3.
Ahora la aldea te sabe enamorada.
Se ríen, en pueblo indio, de tu audacia.
Te ven tan feliz con las mejillas rojas.
Hasta el caminar cambió, pareces otra.
Y tu padre está, por cierto, preocupado.
En dos ocasiones, ya intercedíste por extraños,
invasores, de piel blanca. Y el cacique pregunta:
«Acaso, ¿sabes tú qué buscan
ivasores y extraños como ellos?»
«Padre mío, yo sólo sé mi anhelo.
El buscará también algo mío.
Es tan dulce cuando habla su lenguaje.
Es tan extraño cuando él habla el mío
y yo entiendo y lo amo y pienso
que él es bueno; él escribe con símbolos
y tiene un compás y viene y va en grandes barcos;
yo sólo le digo: «Tengo un perro. Una trenza.
Con muchas plumas adorno mi pelo
y tengo un alma, aún con pocas lunas y soles;
pero, por amor, daría todo de mi existencia
y todo lo que tengo».
3-12-2005
*
Y MAT0IKA DIJO: «NO LO MATEN»
¿Qué te dice el vecindario, Pocahontas?
¿Te llama, como antes, picarona,
pequeña diablesa, little wanton?
¿Qué se siente llamarse de otro modo,
no Matoika, y que Virginia se designe
a estas regiones, a esta llanura
de la ancestral Tenakomakah?
Ahora se informa que tu nombre es Rebecca
y que se documenta en papel
como contrato el acceso a tu sexo,
tus nupcias. Todo parece compraventa
(no pensaré que has de ser la mercancía).
Dijíste: «Hoy me regalo.
Van a darme amor en cada noche.
El y yo nos hemos enamorado».
Añadíste que se lee de una Biblia,
extraño libro, dichos sagrados...
seguidos van sermones durante
una ceremonia
con testigos se rodea tu persona.
Un dedito tuyo, humedecido, deja
una huella de la sangre.
Sellan tu compromiso.
No parece tan feliz con este otro
carapálida. Te amaba más
y eres tú quien lo dices.
Este es otro hombre vestido de negro
(incapaz de inmutarse y sonreír
porque él es de tribu blanca)
y tu destino te une a él.
El tabaquero... Y al final el esposo
es quien te cambia. el nombre.
John Rolfe dispersa por la aldea
que contigo él sexo es sano, satisfactorio
y que, como premio, a saber hacerlo
ha de llevarte a Londres para que veas
una Torre y un Puente y un castillo
casi milenario. Va a jactarse
de tu belleza indígena.
Dirá que salvaste la vida a un súbdito británico.
John Smith te debe la vida.
John Smith como otros juanes.
Eres una señal de Dios en medio de la crisis.
Eres un perdón en medio de guerreros.
2.
Y por eso todo el pueblo hablará sobre tí.
O más bien, preguntan a tu marido
si realmente los indios son salvajes
(en privado, si realmente
son civilizables,
si realmente vale la pena
convertirlos en cristianos
o acaso es pérdida de tiempo.
Mira que algunos de los virginianos curiosos
entre rezos aún miran de reojo cuando sales:
no caminas atrás, sino junto a tu esposo
y ésto lo tiene avergonzado.
Todavía eres la picarona de tu infancia,
pocahontas, diablecilla; él va adelante
y pide tu cabeza baja, él quiere
que vayas medio-sonriente,
él con su tabaco en mano.
Sin embargo, eres la que vas altiva.
Recuerdas que fuíste hija de un cacique,
al que llamas, como tu tribu,
Emperador de la Confederación Powhatan.
Eres la que hoy sabe que la Reina Ana
de Inglaterra festejará lo que hicíste.
Imagina para tí un ser dignificado.
Salvaste una vida de la muerte,
a un fulano a punto de ser ejecutado.
Te avalanzaste sobre el cuerpo
de aquel desconocido, le dijiste el prójimo
y expusíste tus sesos a la piedra que lo habría
de herir, así como cuchillo,
abriendo su alma, su cabeza.
... tú, hija de rey, dijíste: «¡No lo maten!
Hoy no quiero ver la sangre de ninguno.
CARLOS LOPEZ DZUR
____
Pocahontas: Apodo de Matoaka. O Matoika. «[She] was the first Christian of that [Indian] nation and the first Virginian who ever spake English»: John Smith
http://www.amazon.com/Carlos-Lopez-Dzur/e/B00J505IGM
3-12-2005
*
_____
CARLOS LOPEZ DZUR / ANTOLOGADO EN SABIDO: POETAS DEL SIGLO XX1 / HEIDEGGARINAS / CARLOS LOPEZ DZUR: EL MEIKER DEL MAPOE / LA ASTILLA EMCOMADA / LA ASTILLA ENCONADA / LA DESOBEDIENCIA / A ELLOS NO LES CIERRO LOS OJOS / GENOCIDIO, 1915 / LA PERVERSION QUE SE ESCONDE / Ascenso y descenso órfico / DIARIO DE SIMON GUELDRES / MIS LIBROS / DONDE COMPRARLOS / EL PUEBLO EN SOMBRAS / OTRAS PORTADAS / DE MIS LIBROS / MIS LIBROS / DONDE COMPRARLOS / SUJETO NUESTRO QUE HABITAS EL EDIL / OSEH SHALOM / LO QUE ESTABLECE LA PAZ / MADURO ABOGA POR OSCAR / INVOCACION DE LOS ENAMORADOS / EL LIBRO DE ANARQUISTAS / HOMENAJE A LAS TORTAS / FACEBOOK / TU AMARGA PROGENITURA / PORTADA / LA ZONA DEL CARACTER / EL PUEBLO EN SOMBRAS / OTRAS PORTADAS / DE MIS LIBROS / YO SOY LA MUERTE / HOMENAJE A LA EDUCADORA FRANCES PERKINS
MATOICA / POCAHONTAS
1.
En aquellos tiempos, ese día
que llegaste y lo víste,
tú andabas con un perro, rabicorto,
tú no usabas enaguas.
Tus pechitos eran incipientes,
casi redondos, pequeños; tú no sabías
sober ese amor
sobre el que hablan, los adultos,
maliciosamente, pero viste al chaparro
de piel clara y él parecía
otro niño y te miraba.
Eras más arisca que él.
Siempre has sido lúdica,
traviesa, impredecible.
Cuando tenías doce años y había pasado tiempo,
lo volvíste a ver, él sí ya tenía barba y estaba
flaco, moquiento; pero te guiñaba los ojos,
invitándote a hacerle compañía y, entonces,
supiste lo que es estar enamorada
y regresabas por el cada vez que podías.
El entendía tu lenguaje y estabas fascinada.
El explicó que la Tierra es redonda
(pero todavía siente que anda perdido
y pertenece al monte de algonquianos)
y utilizó para ubicarse alguno de tus senos;
él dijo que el sol calienta la tierra
y compadece antes de que advenga
la rudeza del invierno y la muerte;
pero tú ya lo sabías y como sol rojizo
en atardeceres de Virginia
te abrazaste a él, le pegado
los muslos, en inocencia, tu risa
y tu núbil simpatía.
Tú aprendíste a ser ardiente y, con él,
no sabes cómo; quizás ayudándole
a que probara con su boca, todo lo que es tuyo
y obsequias, hasta el beso, hasta el sabor
de tu lengua y tus párpados y de tus manos
que él lame como si fuera tu perro.
Y un día, antes que él fuese un alcalde
del miserable pueblo, tu padre lo capturó.
Vino un guerrero por él, vino Opechancanoug,
deseoso de matarlo, porque él ha visto
que te toca, te mancha de piel blanca.
2.
Te acomoda en su pecho y te complaces,
jariosamente, princesa y quedas,
trémula entre sus brazos,
y él te roba la vida.
De tu propia mano se alimenta
y te llama 'mi hermosura', él es el primero
que te ha llamado atrayente,
adorable, deseada Pocahontas.
3.
Ahora la aldea te sabe enamorada.
Se ríen, en pueblo indio, de tu audacia.
Te ven tan feliz con las mejillas rojas.
Hasta el caminar cambió, pareces otra.
Y tu padre está, por cierto, preocupado.
En dos ocasiones, ya intercedíste por extraños,
invasores, de piel blanca. Y el cacique pregunta:
«Acaso, ¿sabes tú qué buscan
ivasores y extraños como ellos?»
«Padre mío, yo sólo sé mi anhelo.
El buscará también algo mío.
Es tan dulce cuando habla su lenguaje.
Es tan extraño cuando él habla el mío
y yo entiendo y lo amo y pienso
que él es bueno; él escribe con símbolos
y tiene un compás y viene y va en grandes barcos;
yo sólo le digo: «Tengo un perro. Una trenza.
Con muchas plumas adorno mi pelo
y tengo un alma, aún con pocas lunas y soles;
pero, por amor, daría todo de mi existencia
y todo lo que tengo».
3-12-2005
*
Y MAT0IKA DIJO: «NO LO MATEN»
¿Qué te dice el vecindario, Pocahontas?
¿Te llama, como antes, picarona,
pequeña diablesa, little wanton?
¿Qué se siente llamarse de otro modo,
no Matoika, y que Virginia se designe
a estas regiones, a esta llanura
de la ancestral Tenakomakah?
Ahora se informa que tu nombre es Rebecca
y que se documenta en papel
como contrato el acceso a tu sexo,
tus nupcias. Todo parece compraventa
(no pensaré que has de ser la mercancía).
Dijíste: «Hoy me regalo.
Van a darme amor en cada noche.
El y yo nos hemos enamorado».
Añadíste que se lee de una Biblia,
extraño libro, dichos sagrados...
seguidos van sermones durante
una ceremonia
con testigos se rodea tu persona.
Un dedito tuyo, humedecido, deja
una huella de la sangre.
Sellan tu compromiso.
No parece tan feliz con este otro
carapálida. Te amaba más
y eres tú quien lo dices.
Este es otro hombre vestido de negro
(incapaz de inmutarse y sonreír
porque él es de tribu blanca)
y tu destino te une a él.
El tabaquero... Y al final el esposo
es quien te cambia. el nombre.
John Rolfe dispersa por la aldea
que contigo él sexo es sano, satisfactorio
y que, como premio, a saber hacerlo
ha de llevarte a Londres para que veas
una Torre y un Puente y un castillo
casi milenario. Va a jactarse
de tu belleza indígena.
Dirá que salvaste la vida a un súbdito británico.
John Smith te debe la vida.
John Smith como otros juanes.
Eres una señal de Dios en medio de la crisis.
Eres un perdón en medio de guerreros.
2.
Y por eso todo el pueblo hablará sobre tí.
O más bien, preguntan a tu marido
si realmente los indios son salvajes
(en privado, si realmente
son civilizables,
si realmente vale la pena
convertirlos en cristianos
o acaso es pérdida de tiempo.
Mira que algunos de los virginianos curiosos
entre rezos aún miran de reojo cuando sales:
no caminas atrás, sino junto a tu esposo
y ésto lo tiene avergonzado.
Todavía eres la picarona de tu infancia,
pocahontas, diablecilla; él va adelante
y pide tu cabeza baja, él quiere
que vayas medio-sonriente,
él con su tabaco en mano.
Sin embargo, eres la que vas altiva.
Recuerdas que fuíste hija de un cacique,
al que llamas, como tu tribu,
Emperador de la Confederación Powhatan.
Eres la que hoy sabe que la Reina Ana
de Inglaterra festejará lo que hicíste.
Imagina para tí un ser dignificado.
Salvaste una vida de la muerte,
a un fulano a punto de ser ejecutado.
Te avalanzaste sobre el cuerpo
de aquel desconocido, le dijiste el prójimo
y expusíste tus sesos a la piedra que lo habría
de herir, así como cuchillo,
abriendo su alma, su cabeza.
... tú, hija de rey, dijíste: «¡No lo maten!
Hoy no quiero ver la sangre de ninguno.
CARLOS LOPEZ DZUR
____
Pocahontas: Apodo de Matoaka. O Matoika. «[She] was the first Christian of that [Indian] nation and the first Virginian who ever spake English»: John Smith
http://www.amazon.com/Carlos-Lopez-Dzur/e/B00J505IGM
3-12-2005
*
_____
CARLOS LOPEZ DZUR / ANTOLOGADO EN SABIDO: POETAS DEL SIGLO XX1 / HEIDEGGARINAS / CARLOS LOPEZ DZUR: EL MEIKER DEL MAPOE / LA ASTILLA EMCOMADA / LA ASTILLA ENCONADA / LA DESOBEDIENCIA / A ELLOS NO LES CIERRO LOS OJOS / GENOCIDIO, 1915 / LA PERVERSION QUE SE ESCONDE / Ascenso y descenso órfico / DIARIO DE SIMON GUELDRES / MIS LIBROS / DONDE COMPRARLOS / EL PUEBLO EN SOMBRAS / OTRAS PORTADAS / DE MIS LIBROS / MIS LIBROS / DONDE COMPRARLOS / SUJETO NUESTRO QUE HABITAS EL EDIL / OSEH SHALOM / LO QUE ESTABLECE LA PAZ / MADURO ABOGA POR OSCAR / INVOCACION DE LOS ENAMORADOS / EL LIBRO DE ANARQUISTAS / HOMENAJE A LAS TORTAS / FACEBOOK / TU AMARGA PROGENITURA / PORTADA / LA ZONA DEL CARACTER / EL PUEBLO EN SOMBRAS / OTRAS PORTADAS / DE MIS LIBROS / YO SOY LA MUERTE / HOMENAJE A LA EDUCADORA FRANCES PERKINS
No comments:
Post a Comment