Sunday, April 19, 2009

Carroña en los campos de Gestell

Todavía quiero mi subjetividad, dígase
que es mi único presente, el hoy concreto que encarno
en el otero oscuro. Un perro que no quiere la cadena
ni ser golpeado cuando le dan mendrugos.

Aspiro no sólo a porvenir ni a sabe qué
proyecto secular... quiero mi espacio
Mi claro, mi tierra, mi yo. Mi noosfera.
Mi zorro bueno.

Exhalo este suspiro ardiente de necesidad.
En el horno de la Naturaleza, mis pies que arden
en suplicio tengo, lengua que gime
porque no está al margen de la causalidad
y tendido está el yo de estantería, tan malcontento.

Sociedad quiero, historia social;
referente en qué vengar o redimir esta moral sin moral,
metafísica de caníbales inmundos, analfabestias
de la insecularizable Gracia de mi Yo.

Del trayecto del amor y la entropía,
son tránsfugas. De la necesidad de libertad
no toman consciencia; de la necesidad incomprendida,
su carroña comen, porque son hienas de quien,
como yo, va herido, mordido por los límites morales,
por lo arcaico que siempre dice SI,
por el medio-ecológico que se vuelve Soporte
y esqueleto de la necesidad.

Todavía quiero mi búsqueda, dígase
que es el único rescate de Mí Mismo
cuando se cansa el corazón de esperar
(en medio de la existencia degradada, obliterante,
banal, hombre y mundo que jamás se concilian).


Entonces, la paciencia es un juego de torturas
del Gran Titiritero, el Uno, el Se,
Don Nadie / Das Man / el mundo
y el Yo, carroña, en los campos del Gestell.

08-12-1986 / Heideggerianas / Indice
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Memoria del Ultraje de Floris / Las zonas del carácter / Las profecías de Don Lion / Poesimistas / El hombre extendido / Convocatoria para el Estudio de la Historia Pepiniana / La etnia pepiniana / Foro público / Pepinito / La mosca muerta / José Liboy Erba /Marxismo y Existencialismo

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