Wednesday, April 22, 2009

Discurso a los funcionarios


Ustedes no se asusten ante quien diga que puede
que se hayan excedido: «The interrogators might have gone
beyond what was legally permissible».
Okay, sí, sí...
déjenle gozar de la democracia... Dejen que el crítico
se llene la boca: «Estos métodos interrogativos
son bárbaros». Sí, que se investigue... no siempre callados,
el sistema de los funcionarios otorga.
No en orden social como éste.
De hecho es bueno que se nos tenga un poquito de miedo.
El poder debe edificar su glamour sin ser gazmoño.

El ciudadano está convencido de que en Amérikka / USA /
no es posible la tortura. El mundo festeja el ejemplo
de civilización que asocia nuestro nombre a lema tan sublime:
Unidos Por la Gracia de Dios / y del Dólar.

En el fuero interno, hasta el más anti-estadounidense admite:
«Este es un pueblo bueno. El Sistema Americano
no tiene parangón».
El sistema funciona y castiga al culpable.

Ustedes sean lo que son, ciudadanos obedientes.
Piezas leales al Orden... El status quo los bendice.
El sistema de ley quiere ser eficiente y ya se buscará
una manera de instruir a quien se queje,
colocarlo en su sitio para que no sea tan bocón y aprenda
que Our Nation is First.

Es que, a la verdad, nadie mata su gallinita
de huevos de oro; ni corta la mano a quien le da de comer...
Los jueces ganan salarios de seis cifras.
Los policías / militares / federales / alguaciles /
son niños mimados de uniforme
en país donde todo el mundo quiere una pistola
y un rifle, pero con velados derechos de matar.

Las leyes se pueden cambiar algún día,
sea para que sean más humanas o, en el peor de los casos,
hacerse menos protectivas, pero, algo no cambiará.
La necesidad de Medicina Amarga y la Mano Dura...
supongan ésto: ¿qué si sucediera otro 9 / 11, eh?
¿Qué si no hay un señor muy cojonudo?
¿Qué si no tenemos al Gran Sacrificador?

Entonces es cuando se quitan las caretas los renuentes
(que suele ser gente, sin el apoyo, de quien realmente manda).
El que tiene el derecho de matar es el gobierno.
El policía en el ghetto; el soldado en el Golfo.
El suicida en la soledad del desespero
cuando queda sin trabajo. O lo despiden.

El pueblo ya está programado hasta el engaño.
Su guerra o rebatiña se la da el noticiario;
la fe en la Gran Cadena / The Mainstream / su biblia laica
de imágenes granujas para crédulos...

El pueblo no hará más ruido que meterse a su congal
o su teatro, a su estadio de fútbol, o su templo
para agitar sus panderos de alabanza, o tal vez su lamento.

A veces, qué ironía, pienso que son los primeros que se cagan
y buscan los bribones (los que aparentan que darán
en el blanco; los que invocan la praxis de razones políticas,
tecnologías de apoyo, convicciones tamañas).

Verá usted a la gente beatona y mojigata
pidiendo sangre como vampiros.
Verá que en ocasiones los políticos de la ultraderecha
con la izquierda, radical, recalcitrante cierran filas,
extrañas alianzas por el miedo a perder votos
o turnos ante quien tenga la sartén con mango y ...
a disparar misiles,
a movilizar the mass media para el gesto aparatoso;
verá usted al más secular, humanitario y neutro
sacando los colmillos porque, en el fondo: lobos somos,
lobos unos contra otros.

Bajo la Gracia de Dios / el Dolor / el Miedo
es que se fraguan las violencias de la democracia,
y exorcismo de matazones y conflictos que,
sabe usted, nos convienen, no teman...
por el mismo miedo se les da silenciamiento.
A menudo, publicidad extra al enemigo.
Al que queremos de enemigo aunque no lo sea.

Todo sea, por virtud de a quien conviene.
O de quien en el poder de turno. La Administración
todopoderosa bajo la Gracia de Dios y del Dólar.
Entonces: todos somos cómplices. No teman, funcionarios.
Se necesita ese exceso de fuerza, aún en la democracia.

La economía se mueve porque del empleo
de cualquier hijo de vecino, hay un lucro,
incluyendo el que fabrica un bombardero, un fusil;
la industria de la guerra como la del tabaco.
Quien cose un uniforme del ejército contribuye
y paga impuestos, lo mismo que el que envenena
los ajenos pulmones con cigarros, o combustibles tóxicos.

El que planifica cómo hacer de la violencia
un utensilio, opción, dizque el último recurso,
pero recurso primario, se excede igual que nosotros.
Por eso, o todos mochos o todos con rabo.
Bajo la Gracia de Dios, pena de muerte,
tortura, contraterrorismo, seguridad interna
con operaciones secretas especiales.

Esto nunca se acabará. Hay que descuartizar una vaca
para comer carne; hay que matar para que usted tenga
su abrigo de bisón, o chinchilla.
Ustedes no se preocupen ante quien diga
que puede que se hayan excedido
administrando protección y justicia.

De 1996 / Libro de la guerra

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