Sunday, January 20, 2008

Nuestras Estampas (13)

Elaborados por CARLOS LOPEZ DZUR

Estas personalidades, de ancestro latino, han sido heroicas e importantes para la nación y el progreso y prestigio de nuestra comunidad. Sus luchas y talentos en distintas áreas de expresión cultural, social y política, beneficiaron al mundo y son los temas reseñados en Nuestras Estampas.

Geraldo Rivera, periodista televisivo

Una de las primeras personalidades latinas o hispánicas de la televisión, como animador de «talk-shows», reportero bilingüe y periodismo televisivo fue el puertorriqueño Geraldo Rivera, nacido en 1943 y criado en Brooklyn (New York) y Long Island. Antes que surgieran celebridades, hoy prestigiosas como Cristina Saralegui, Sally Raphael, Jorge Ramos, por mencionar algunas, el modelo fue dado con él. Y, desde sus inicios, tenía ese estilo que caracterizó su periodismo de «defensa, protesta, agresividad y entrometimiento que lo hizo una estrella aclamada en el medio televisivo».

Sus comienzos en la TV parten del 1970 a 1975 como parte del plantel de reporteros de «Eyewitness News» (WABC-TV de New York), siendo sucesivamente anfitrión de «Good Morning, America», animador de sus propios teleshows, «Gerarldo Rivera: Goodnight, America» y, más tarde, como productor y corresponsal de «20/20 Newsmagazine», entre 1978 a 1985.

Se ha observado que su nombre ha venido a ser sinónimo «de las formas más sensacionales de conversaciones telesivas» por un causa de su «distintivo estilo, a su vez tentador, agresivo e íntimo, que le ha conducido a puntos de parodia en la prensa escrita y otros medios de difusión». Su carrera parece impredecible, siendo que es criticado; pero también admirado. A pesar de ser haber ganado diez Premios Emmys y numerosos galadones periodísticos (incluyendo el prestigioso Peabody»), Rivera es principalmente conocido, además de la naturaleza agresiva y provocadora de sus «talk-shows», por su vida personal. Presumía de cifras récords de mujeres involucradas en su vida amorosa o sexual.

De adolescente estuvo más interesado en los deportes que en los mismos estudios. Necesitó mucha ayuda con el aprendizaje del inglés y las matemáticas antes de ser admitido a un colegio del Estado. Sirvió en la Marina Mercante por dos años. Su inteligencia fue excepcional, pero su vida su carácter bronco, enérgico y protestador, como un joven formado en pobreza, desafíos y conflictos, que fueron la resonancia de la contracultura de los Sesentas y Setentas.

Algunos libros escritos sobre su persona y su labor no le son fiesles. Por ejemplo, un libro publicado en 1995 por Jeanne Albronda Heaton y Nona Leigh, Tuning In Trouble: Talk TV's Destructive Impact On Mental Health, lo critica. Un artículo del 14 de noviembre de 1988, con el título, «Sex, Death, Drugs and Geraldo», sirve para Charles Leershen, haga papillas de su vida personal.

Mas Geraldo Rivera sabe defenderse de sus críticos y en su autobiografía, titulada Exponiéndome [Exposing Myself, 1991], si bien revela sus numerosos romances y fornicaciones, advierte que él ha sido un periodista serio para la CNBC, no un vaquetón descarado, aunque, en su época haya abundado por audiencia, «no la que está deseosa y hambrienta por conocer realidades» para que la sociedad sea mejor, sino una de feministas misofálicas («misophallic feminists»), «estadounidenses derechistas», cuya pensamiento y reacción se sobreactúan hipersensitivamente, padres sin sentimientos («unfeeling dads») y mujeres que rechazan a los hombres confesionales, sensibles a sus propias deficiencias. La América sajona que él observara y quiso y quiere llevar a la televisión reniega de la sinceridad y franqueza que conquistó una década antes; no reconoce sus propias culpas generacionales e intenta tapar el cielo con un dedo. Es a generación en denegación («in denial») que no quiere dejar sin revisión los crímenes corporativos («unchecked corporate crimes»), su abandono del pobre y de discriminado, su guerrerismo en Vietnam e Indochina y la inducción al consumismo que patrocinó entre los jóvenes, que consumen más de $70.6 billones de «junk foods» y «juguetitos electrónicos idiotizantes» del mercado.

En 1993, en una entrevista con «The Seattle Times» Rivera hizo un análisis de su lugar en la vida estadounidense, diciendo: "Soy en gran medida una parte de la cultura popular. Lanzo puñetazos directos cada noche en los show de transmisión nocturna… A mucha de la gente que me vio y comenta en libros y revista lo que hago, puiede que yo no les guste; pero siempre interesados en verme, porque Norteamérica se ha convertido en una cultura verbalmente hostil, confrontativa, una cultura imparable, siempre lista para la pachanga («ready to boogie») y que por dinero viola su propio sentido de justicia y decencia. Ningún periodista en la TV hizo eso tan obvio».


A mediados de 1996, Rivera rediseñó sus programas, reduciendo los elementos explosivos y provocadores que le dieron un tono controversial; no obstante, sus imitadores (a veces viejos detractores) son los que lo utilizan.

En sus programas se discutían los temas de la adicción a drogas, alcoholismo, los problemas de los veteranos de Vietnam, los trabajadores agrícolas e indocumentados, el maltrato en las oficinas de Beneficencia Pública, la brutalidad policíaca, el racismo, la delincuencia juvenil, la pena de muerte y otros.

Para hablar y exponer con autoridad lo que expresa, la biografía de quién es reveladora. Obtuvo un diploma de B. S. en la Universidad de Arizona en 1965; se hizo abogado en una Escuela de Leyes en Brooklyn. Hizo estudios y trabajo postgraduado en la Universidad de Pennsylvania, en 1969, y estudió en la Escuela de Peruiodismo de la Universidad de Columbia, en 1970. Ha sido miembro activo del Fondo Puertorrriqueño para la Defensa Legal y la Educación. Ha recibido el Premio de Periodismo JFK y realizado documentales, con su Grupo Noticioso de Investigadores, con base en Nueva York.

Ha hecho películas para la TV que incluyen su propia parodia de Perry Mason, Miami Vice y los misterios de Al Capone y la Mafia; pero, las más significativas han sido «American Vice: The Doping of a Nation», «Innocence Lost: The Erosion of American Childhood» y «Sons of Scarface: The New Mafia».

Ha estado casado y se ha divorciado 4 veces. De su cuarto matrimonio, tuvo 4 hijos

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