Friday, January 18, 2008

Nuestras Estampas (4)

Elaboradas por CARLOS LOPEZ DZUR


Nuestras Estampas es un espacio dedicado a exaltar las contribuciones de personalidades de México y de ancestro hispánico en general. Incluiremos, cada semana, una sinopsis biográfica e informativa de los aportes de músicos, artistas, literatos, educadores, funcionarios públicos, empresarios privados y líderes latinos que han llenado de orgullo y memorias heroicas y gratas a la nación y, particularmente, a nuestra comunidad.




Ex-Congresista Henry Barbosa González

A pesar de que los pueblos de nuestro ancestro y etnias aborígenes mezcladas con éstos fue primero que la llegada de los inmigrantes de la Europa anglosajona, los pobladores de la Nueva España y los rancheros del tiempo colonial pasaron al rezago. Se quedaron en una marginación dolorosa y empobrecedora. Por eso la memoria de la identidad hispánica no fue festejada ni reconocida, política y culturalmente, como digna de su afirmación y orgullo hasta los años del decenio de 1960. Comienza en esos años un despertar.

Antes del ’60, vivíamos casi a la sombra, escondidos e inferiorizados, absorbiendo con dolor los prejuicios y el desprecio xenofóbico de los grupos blancos dominantes. Una parte de la actitud se debió a la incapacidad del colono anglocaucásico de convivir armoniosamente con las gentes que parecían «rehusar la asimilación cultural y americanizarse».

La acusación de no americanizarse fue una media-verdad. La idea de una ausencia de minorías cultas, competentes políticamente y anhelosas de oportunidades de educación y progreso, fue otro prejuicio. En realidad, lo que faltaba fue una vigencia activa de oportunidades y mecanismos democráticos de participación. El deseo de integración a la vida política, social y social, en la comunidad mexicoamericana, estuvo palpitante desde el 1940, con lo que se llamara El Movimiento.

Este despertar tan pausado se forjó gracias a tres grupos, principalmente de estudiantes radicados en California y Texas: el Movimiento Estudiantil Chicano de Aztlán (MECha) en California y la Organización de la Juventud Mexico-Americana (MAYO, por sus siglas inglesas) en Texas, que se organizaron en las universidades y colegios. Su principal objetivo fue la situación educativa. Un replanteo acerca de los obstáculos de acceso a la educación superior y de su financiamiento para los candidatos de ingresos insuficientes; mas, como parte de un espíritu de protesta imperante en la época contra la Guerra de Vietnam, el problema de los derechos civiles, políticos y de la represión policíaca y el infiltramiento de la CIA y el FBI en organizaciones estudiantiles y políticas, lanzó otras campañas. Un grupo como los Brown Berets tomó una ideología de militancia y combatividad. Pululaba, in situ, la tendenciosa provocación. Lo que se iniciaba, como resistencia pacífica, se instigaba que cediera a la bronca. Así se desacreditaba el Movimiento, se alimentaba el estereotipo de un peligro paralelo al del negro violento. Se sumaría el Latino bandolero y mariguano.

Uno de los políticos y líderes texanos que comprendió, con profundidad, la necesidad de esa nueva combatividad que intensifica el Movimiento fue Henry González, nacido en San Antonio, Texas. Sus padres, Leonides González Cigarros y Genoveva Barbosa, llegaron a San Antonio, procedentes del Estado de Durango, durante la Revolución Mexicana en 1911. Su papá había sido Alcalde del pueblito de Mapini (Durango, México).

Antes de iniciar su carrera política, trabajó como agente de libertad bajo palabra y jefe de esas oficinas en el Condado de Bexar, después de adquirir su diploma de abogado en St. Mary’s University. Fue concejal de San Antonio de 1953 a 1956, Senador estatal de 1956 al 1961, donde se opuso a legislación racista y segregacionista. Al menos, 8 de diez venenosas propuestas de ley logró que se abandonaran. Fue candidato a la gobernación del Estado sin éxito y logró que el Congresista Paul J. Kilday le nombrara a la Corte Militar de Apelaciones.


González fue acusado en varias ocasiones, la primera en 1963, por el congresista Ed Foreman «comunista» y «pinko». El fanatismo de los racistas le persiguió durante su carrera y se le vuelve a tildar de «comunista» en un restaurante de Earl Abel, muy popular en San Antonio. Antes esas primeras acusaciones decía, conciliadoramente, que «quienes como grupos y como líderes no muestran su combatividad en favor del oprimido, no son otra cosa que cobardes. No es cuestión de ser comunista; es cuestión, de responsabilidad y valentía». En el incidente del restaurante, González simplemente dio un puñetazo en la cara a su acusador, por lo que fue procesado por asalto.

Durante la Administración de Nixon, por una necesidad administrativa de clasificación, se utilizó el término hispánico / Hispanic para agrupar bajo una misma clasificación a las tres poblaciones de inmigrantes más grandes: los puertorriqueños, mexicanos y cubanos; pero, como observara en su momento, Henry B. González, demócrata de Texas, y quien fuera la primera persona de ancestro mexicano en representar a Texas en el Congreso, donde sirvió de 1961 a 1999, el término «Hispánico» contenía una connotación y una imagen implícita que disgustaba a muchos líderes que comenzaron a surgir en el decenio de 1960: «Todos ellos, esos grupos, se caracterizan por la misma cosa: no hablan inglés, son pobres y carecen de educación formal».

El ex-Alcalde de San Antonio, Henry G. Cisneros, recordó lo siguiente en una época en que Henry González fue el campeón de los más pobres en los EE.UU.: «Muchos corazones fueron tocados; muchos sueños fueron forjados gracias a él, Henry González». Cuando éste, es electo al Congreso en 1961, todavía el Movimiento Chicano no se había fundado, pero, tenía un precedente que, desde 1940, se llamó Movimiento Mexico-Americano de Derechos Civiles.

Lo que fue ese movimiento en 1940 creció con sueños más inclusivos, no ya de poder romper trabas legales para mayor representación y liberación social. El Movimiento Chicano de los ’60 envió un mensaje más ambicioso: comenzaron a crear literatura, arte creativo y canciones, para validar la etnicidad misma del mexicoamericano. La lucha ya no sería meramente legalística. Formó un frente o trinchera cultura. Atacó la discriminación en el sistema de escuelas públicas y puso a miles de personas, como nunca antes a marchar y participar. Los estudiantes del Este de Los Angeles y sus residentes salieron del miedo. En 1968, organizaron una protesta que ha pasado a la historia como la Moratoria Chicana / Chicano Moratorium.

El tipo de congresista valiente que fue se confirma por su voluntad política para investigar a Charles Keating, convicto de 16 cargos de fraude y sentenciado a diez años de prisión, así como a cinco senadores federales poderosos, que eran cómplices o favorecedores de Keating. También se enfrentó a los altos funcionarios de la administración de Reagan-Bush, padre, por su involucramiento en la venta de armas a Iraq antes de la Guerra del Golfo Pérsico.

González presentó legislación para la destitución («impeachment») de Ronald Reagan y George W. Bush. Y una de sus primeras tareas congresionales en la convulsionda época del Movimiento Chicano fue la jefatura de comité que investigó las muertes de John F. Kennedy y Martin Luther King, Jr.

Uno de los 8 hijos del ex-congresista, Charlie González, ganó en 1988, sin oposición, un asiento en el Congreso, de modo que padre e hijo, sirvieron hasta 2007 unos 46 años consecutivos en el Congreso.

El ex-congresista Henry González falleció en 2000.

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