Me parece tan subjetivo y arbitrario que se haga una lista reducida de libros, correspondientes a toda una década (del 2000 al 2010) y se diga que son los que «nos sorprendieron» (¿a quienes?, ¿por qué tendría que sorprender los listados por la Dra. Carmen Dolores Hernández?) Muchos de estos libros son simplemente necesarios, útiles para tener a la mano, o fácilmente consultable, un material que, de otro modo, se dificultaría adquirir sin un adicional esfuerzo. Entonces esos libros de recopilaciones de artículos, o diccionarios de una cosa y otra se agradecen; pero no sorprenden).
Libros que hayan descubierto, durante tal década, «nuevas posibilidades de lectura, de pensamiento, de investigación» es otro sunto y no dependen de otra coyuntura que de la madurez y consistencia formativa de sus autores. Una verdadera creatividad, que no es necesariamente la casualidad de que hayan tocado cierto' tema, sino que, al hacerlo, dieron aportes inquietantes.
Quisiera expresar como lector que, en esa dirección, hay temas viejos que pocas veces se exploran en la literatura puertorriqueña y, si algo me sorprende de la lista, es que quiénes lo han tocado no están y, sin embargo, sus libros se publicaron. Para un lector, como yo, que me interesan más que las «novedades», los temas necesarios que 'iluminen' mis preocupaciones, cuando leer para mí no es un pasatiempo para divertirme con cualquier cosa, sino literatura para ser una persona opinante ante hechos cruciales de la vida nacional y un mejor educador ante mis estudiantes, 'sorprenderme' no es fácil. Siempre he estado bombardeado de información «a veces irrelevante» sobre temas que son cruciales para Puerto Rico y el mundo en general y, quiera o no, las ventilan los medios de prensa: e. g., la naturaleza del nacionalismo, la defensa de la identidad, las tendencias del postmodernismo, la democracia radical, las poses del intelectualismo, el rol de la universidad, las payasadas del neoliberalismo, el discurso de la globalización, fundamentalismo, la ética y el imperialismo «in denial», mas cada vez más funesto. Esos son los temas de los que deseo un remozado 'trasfondo' por «in put», tal como lo puede dar la inteligencia de los autores puertorriqueños.
Diez años ha sido suficiente tiempo para cotejar que en Puerto Rico ese aporte es posible y hay una gente que materializa el mensaje, desde decenios anteriores al pasado y son los autores que yo pondría en la lista, sin desmerecer a los que he leído que están. Un libro que me dio satisfacción leer y que me fue útil son las diez entrevistas recogidas por el profesor Eugenio García Cuevas en su libro A quemarropa: Nacionalismo, intelectuales, ética y academia (2005). El libro contiene planteamientos, como los de Juan Duchesne, Carlos Pabón y Ché Meléndes en torno al postmodernismo en Puerto Rico y los asuntos de identidad. Por la diversidad de los planteamientos, ese libro sorprende y toca los temas más importantes de nuestras vivencias sociales y coloniales. Un gran libro no listado y su vigencia trasciende.
No ví mención alguna de libros de Ché Meléndes, quien desde los '80 es figura importante en el ámbito cultural y significativamente creativo. Habría incluído su Contraqelarre (Inedisiones QueAse, 2008), como una buena secuela de libros como Secretum (QueAse, 1993) y Para delfín (QueAse, 1993). Precisamente, al comienzo del decenio del que la lista se ocupa, me puse en contacto con varios de un poeta realmente sorprendente, Néstor Barreto, con su libro Legión: poema pánico (2001); pero no es el único que produjo en el decenio. ¿Qué de textos como SÍ 2006? De igual modo, si de «novella» o novela hablamos, ¿qué de un importante autor y filósofo como Yván Silén y su La muerte de mamá (2004)? O en el terreno del ensayo crítico, su Francisco Matos Paoli o la angustia de Dios (Editorial de la Universidad de Puerto Rico)> ¿Qué decir sobre su Catulo o la infamia de Roma, o La novela de Jesús. Libros de esta década por autores realmente dotados y que no se arrodillan ante nadie por reseñas frívolas o mañosas de figureo.
No sé si Elizam Escobar ha publicado durante el decenio; pero es un autor y artista del que siempre estoy pendiente.
De lo de la lista, ver recuperados y reditados dos libros de Ramón Juliá Marín (Tierra adentro y La gleba}, en 2006, es entusiasmante, como lo fue reciente hallarme con La farsa del Estado Libre Asociado, de Vicente Géigel Polanco o ver a Félix Ojeda Reyes y Paul Estrade rescatando el pensamiento totalizador de Ramón Emeterio Betances. ¡Qué buen momento!
En fin, doy bienvenida a todo lo publicado en esos diez años, aunque ha sido poco lo leído de la lista. Y, ciertamente, con la internet, uno no se ausenta tanto del sabor de la literatura patria y, supongo, que hay mucha esperanza de ver futuros libros en papel a partir de lo que los autores blogueros comparten.
Digo estas cosas con informalidad porque lo que se lee en diez años es mucho; la mayor parte, se olvida y pasa a los anaqueles; pero un autor especial no. Hay pues una diferencia entre libros útiles y coleccionables y otros a los que llamarlos 'sorprendentes' y agradables al cabo de los años y dicen que para el gusto se hicieron los colores.
CARLOS LOPEZ DZUR / poeta y escritor
Ver / El tesoro de la metafora
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