YO NO FESTEJARIA CON
ELLOS
«This
is a great challange of our time, the storm in which we fly. History is, once
again witnessing a great clash. This is no time for impatience and
self-defeating pessimism... We are
ready for war!»: Presidente George W. Bush
En los días que elegí para
Tu Ofrenda, días de recordación y espacios arquetípicos, Tu templo, no dancé
con tu cuerpo ni te orbité. No pude invocarte ni en silencio.
Un nubarrón de luto
estremeció mis venas. El frío se aceleró de un golpe en medio de repique de
tambores. No hubo voz que dijera: La bondad es infinita.
La salva de cañonazos
avanzó. Entonces, puede que yo fuese Gerónimo / el Terrible / que asesinaba las
palabras debidas. O apropiadas. A mi diestra: Nelson Miles o el Gran Discursador, rey-sacerdote, que nos ataba la lengua, Bush, hijo; y han sido muchos de
los que con él bebían o aún beben sangre.
El día fue llamado
Solemne. Ese momento se replica desde hace 445,000 años que, desde lejanías de
Sirio, fuera de nuestro sistema solar, llegaron los hijo de Anu, señor del
Cielo, y empezaron a buscar minas de oro encima y debajo del Golfo Pérsico. Fue
más fuerte que ninguno, maligno como demonio fue Enlil. Tú, Durga, fuiste una
santa bendita comparada con estos anunnakis del Origen Perverso de los dioses
que marcan nuestros días.
Para hacer celebraciones en
el día que fue llamado Solemne, o Macabro, según las miserables lealtades de
los oprimidos o los engañados, todas las prudencias convencionalizadas
acudieron, ocuparon el parque. Se sentaron junto a la Gran Tarima. Maat dejó
que el Sol pasara sobre el Nilo. Cursó así todas las esquinas, examinaba el
caudal, celosa de la espuma, el musgo, las ondinas.
Como el mayor cómplice de
Enlil, el presidente estaba allí, perfecto guachinango con los ojos fijos en
escarabajos de la orilla. El jefe de la CIA, el jefe de los jefes del Pentágono,
el Gran Estado allí todos llegaron, solemnemente vestidos, aderezados,
circunspectos, para ver a los deudos del Quebranto, a los que necesitan la
bendición de autoridades temporales y disputas rituales con lo Eterno.
Ataron con cornil a bueyes
del deseo. Calcularon el número de lágrimas, se pidieron credenciales a los
llantos. Todo estuvo en su lugar, en la zona segura, acordonada; allí, con las
pirámides de la Física Clásica,
presidía el Logos, el análisis, el control absoluto.
A ninguno se quiso descalzo,
o con sandalias, ninguno con T-shirt, ninguno con coleta o melena de desgarbo. Nadie que sea
descortés que esté presente, ninguno que gesticule en bruto sea admitido.
Nadie con aretes en la
oreja, o tatuaje visible, se aproxime, nadie con angustioso rostro o con olor a
tufo, nadie con patas de cabra, o tarros de cornudo. Ninguno con dientes
neguijosos.
Exento sea del podio quien
no admita los Nuevos Paradigmas y su noción del riesgo.
—La guerra es lo sagrado, han repetido—. No se vea al penco con los ojos
salaces. No se tome una foto al que está espatarrado.
Evítese la escena del que
se rasca el orto; todo debe ser perfecto, con objetividad racional,
preformulado.
2.
El día fue llamado
Solemne. Bush estaba allí, y la pobre Condolezza, figurón marginal de la
sombra, y Colin Powell, el Neandertal más ocre de la cueva, y Chenney, quien
buscaba su mirada para hacerlo portavoz de otra mentira, porque ambos, uña y
mugre, óxido de uranio tienen por hemoglobina.
La prostituta se apoya en
el arquetipo del verdugo, dijo Maureen B. Roberts, PhD. Y siendo asi, con mi
verdugo, anduve. —A diez calles, por lo menos, te vieron...— Que me contaran no
fue necesario, te corté el paso y te llamé, pero cruzaste de largo.
—Ven a darme consuelo—, le
grité. —Entretenme con tus mentiras que no soporto este paradigma de muerte y Enlil, el benevolente, no se asoma
hace ratos por los cielos de Sumeria.
Te metiste en una luna de
maula: eras la Maya que niega, la proyección que engaña, la víctima que con-dena.
En la Harbor medio-vacía
por causa del evento, Memorial Day, homenaje a grandes héroes y
familias crédulas al virtualismo entronizado, te vieron y me cuentan que
pasaste comiendo de las culpas que los demás te transfieren. Tú tomas y dejas,
surtes y olvidas. Este es tu consuelo, por lo menos.
Vestida ibas con gracia de
tus nalgas. Plata líquida en tus haldeares, intensa virtud, tus piernas y el
movi-miento de tu sieso, ¡qué delicia, mayativa, descocante!
Con fortaleza y audacia te
exhibes. Con pantaletas azul celeste de tu antiguo cielo, atrapas.
Robaste el privilegio de
ir en desvergüenza por la calle y echas la escandalosa durante el Día Solemne y estos robocops del Estado Vigilante nada dijeron aunque diste la
nota discordante, ramera caprichosa, efeba desobediente.
A cambio de dinero
admitiste la gumía, la daga turca y la exacción, te diste precio por vender jera y placer al mejor postor, así me heriste, Luna de la tarde, madre de la
noche.
Llevaste tus senos
perfectos, quirúrgicamente diseñados. Tus labios como flechas de ballesta daban
besos, tu saliva debió ser como lava de
volcanes porque quienes te compran chupan del bote y son felices, se repiten en
noches continuas de macanda y tú con ellos, fletera, y ellos contigo, son felices.
En los quintos infiernos
no es donde te buscan; eres ya accesible objeto de la calle, tu jarana lasciva tiene
hoteles a tu paso, coches que te llevan donde quieras por servicio, nenorra. Erotismo por paga.
Fuiste la única puta que
salió a la calle a proyectar su verdugo interno, amenazante. Duro y parejo te
dan y tú resistes; yo no, te perdí, capulina, y estoy triste porque yo también
amé tu araña venenosa y sus precondiciones instintivas.
3.
Los sentidos son tus
puertas hacia el éxtasis: Tony Buzan No soy yo quien te culpo. No que haya
dejado de quererte. Yo abrí todas mis moléculas cuando vi tu Luna llena y eras
sacerdotisa de tu propia llama; yo te llamé Mi atracción, gravedad del ansia.
Te entregué mis ladridos. Por un fulgor de tu aroma masturbé cada espacio de
penumbra, el que tú iluminabas, porque eras ya Una en mí y yo contigo, el Todo.
Tú me enseñaste a agrandar
mis pupilas y me asomé a mil ventanas cuando te posabas en la noche, gentil
mariposa caída a mis talones.
Nada te escandalizó
entonces. Tú, sin jerarquías, nada prohíbes. Te dispensas, entera, peludona,
tersa como rosa de piel, tenuemente naranjuda como papaya y sandía, melón
abierto, para mutua algarabía.
Tú, espiona, por revelar
el caos, la compresión infinita con su deliquio singular y dulce, te pusiste a
gatas y a danzar locamente, a perderse, a clavarse en giros del cósmico espín
gravitatorio y ¡gozamos pues que tarde fue! tú, entorchada con el rabo a mi
deseo; yo, hundido en tu íntima anonimia. ¡El éxtasis! lo eterno.
¡Sí que fuimos
dionisíacos antes que se cumpliera la
plenitud de los tiempos del profeta; sí que sabíamos de ángeles / sátiros y de
monismo puro, sí que estuviste satisfecha de la verdad de tu cuerpo, tu templo
femenino, ovario ctónico, el monte santo donde la zarza encendida fue pez con
hocico caliente y su estallido viscoso, jalea del pan que brindo, vino que
bebiste conmigo!
4.
Te alimentaron con miedo,
otrora fiera de nuestro amor gozoso; te vistieron con ansiedad mezquina,
animalito lunar que, a orillas de los ríos entraste al agua y me hiciste
pescar tus pezoncillos y comerte a besos.
Te dieron la enagua de la
angustia. Te cosieron el corpiño del enojo. Te amarraron la rabia a las
costillas. Destruyeron tu unidad biológica hasta esquilmar la hermosura de tu
interna noosfera.
¿Ahora dónde está la magia
de lo cotidiano, tu divertida noción de caos, tu guiño subterráneo que cautiva,
dónde está tu duende que responde al mío, tu fantasma que a nados me alcanza en
el fondo del agua, dónde la vieja autoestima de zorra que no vende sus
verdades, su sentido de honesta certidumbre, dónde tu nalgatorio desnudo, suave
como pétalos, túrgido por voluntad de forma y energía?
¿Dónde tu voz me da
rugidos, a dónde llevaste tu madriguera cálida, tu feroz sustento, tu
espíritu-materia, tu monismo puro?
5.
Yo no te culpo, guerrera
de demonios. Quien arrebató tu riqueza innata otro ha sido, sin madre, sin
olfato, sin ojos enternecidos. Alguien fue que, extirpado de su matriz de
animal de bellota, ufano y de oquis quiso hacerse hiperrreal como el dualismo y odian al
cuerpo y a pequeños ángeles que lo habitan, criaturas gozosas, tiernas,
energéticamente seductoras.
6.
En la Segunda Guerra Mundial, aproximadamente uno de cada dos muertos fue un no combatiente. Hoy
día la población civil representa más
de la mitad de las bajas: Mary Kaldor
Yo no festejaría con
ellos, personeros de ultraje, asesinos armados en ventaja; ellos son los que
atacan tu presencia y en tí vistieron luto.
Ellos matan a civiles
indefensos. Lanzan bombas que cercenan a niños; a ciegas reparten su homicidio
organizado.
Yo no les buscaré más en
la tarde en que la Luna asoma, en la noche en que sus brazos extraño y me
siento tullido, diezmado, cercenado, por su ausencia.
Tú eres mi ofrenda,
memoria verdadera. Tú, puerca que andas en la calle pensando que tu hermosura
es pingajo, tú, mi hostia sagrada, que besuqueas a los nuevos Apolíneos,
intelectualmente arrogantes, crude-lísimamente hartos de sabotaje y discursos
triviales que sólo exaltan al verdugo intelectualizado.
Vagué por Harbor Avenue,
calle del vicio, calle profana, donde ocultas coraje e impotencia, y te vendes
y engañas. Fui a saberte ahí, a dolerme con tu inmundo despilfarro de energía, a
verte vivaracha y compartida en tu doble vida de desastre. Y, sin que dejara
que nadie te ofendiera, te busqué, te llamé por tu nombre más divino,
Durga-shakti, Amada... y te fuiste de largo, sí, me desconociste, Amada mía.
[NOTA DEL
EDITOR: La Avenida Harbor, en Santa Ana, es foco de prostitución y
comercio. En la Mitología Sumeria, los Anunnaki son una raza superior, conquistadora
y beligerante. Son fieros, malignos, hedonistas, incestuosos, engañadores,
dominantes, sedientos de sangre, practicantes de la esclavitud, carnívoros y,
en ocasiones, caníbales. Demandaban sacrificios humanos de vírgenes entre los
pueblos conquistados. En general, se les
conoce como Ducaz (reptilianos) y Pers-sires, dos grupos que e disputaron la
supremacía del mundo y en torno a los cuales la ciencia ficción arguye que se
han empotrado en las hoy vigentes esferas política, financiara, científica,
religiosa, legales, militares, médicas, y posiciones en la industria del
entretenimiento y la industria sexual].
Orange County / California
/ 2004
No comments:
Post a Comment