Tipos folclóricos, populares
y pintorescos del Pepino
Carlos
López Dzur
EL POR QUE DE ESTE
ESTUDIO:
EL FOLCLOR Y LOS
ESPACIOS DE EMPATIA
En
el proceso de construcción socio-cultural de los pueblos, se habilita una
persona o grupo de ellas cuyo quehacer espontáneo, se confunde con el patetismo
y ridiculismo. Factores diversos se cuelan al folclor social con sus rasgos y desfiguran su valía. Intentaré una definición asociada a esta (persona / o grupo) que haga
más preciso lo que sea el tipo popular, localista, pueblerino, o.
en algunos casos, ‘pintorescos’, a fin de que se inserte, sin
sospechas, adecuadamente, a su justa dinámica social.
Para
fines de esta investigación sobre los tipos populares, folclóricos y
pintorescos y como razón básica
para el idenficarlos, quererlos e
integrarlos a la cultura, dispusimos:
(1)
No se ha
logrado formar un pueblo, en concordia y paz ideales, porque seamos simpáticos
o buenos por naturaleza. No hay comunidades en regocijo total. Ningún pueblo es
tan simpático que ha eliminado la aflicción y las contradicciones y San
Sebastián del Pepino no es la excepción. Pero les anticipo que haya un hallazgo
sociológico esperanzador. Todo es cultura arrancada de las dificultades
materiales y los retos. La cultura es inseparable de las condiciones históricas
en las que los seres humanos desarrollan su vida material. También existen,
desde siempre, las relaciones de dominio y subordinación que son laqs que rigen
el orden económico y social y desde ahí determinan, en cada etapa, la vida
cultural de la sociedad.
Ahora
bien, el hallazgo es éste: La herramienta con que dispone la psiquis humana
para expresar los flujos de los sentimientos en la vida se llama «empatía». Una comunidad, por mas grande o pequeña que
sea, está sujeta y bombardeada por problemas sociales, desde los prejuicios
cotidianos a la conducta violenta de grupos o individuos particulares. Todo
ello obstaculiza el disfrute y expresión de lo empáticos.
(2)
A los llamados tipos en las tres categorías mencionadas corresponde una convivencia cotidiana con su
espacio antropológico, contradictorio, irracional y vital. Pero porque «el mundo se hace para la conciencia, para
cada conciencia», estos sujetos son estudiables y, por ende, reconocibles.
Al referirlos como tipos no indico que
hay tal cosa como un hombre genérico, más bien, al decir de Unamuno, lo que
existe es «el hombre concreto de carne y hueso». «el que nace, sufre y
muere, sobre todo muere», mas, en la mayoría de los casos, es un hombre
atrapado por el encubrimiento y la nivelación, características del mundo
público.
De este 'hombre concreto / cotidiano' se
opina desde cierta distancia y medianía que hace difícil comprenderles su
auténtico QUIEN, o su persona. Quienes opinan noveleramente ante el TIPO
(cualquiera sea) lo fabulan a través del «se dice que» hasta convertirlo
en un DON NADIE / esto es, un 'quién' impersonal, el
Neutro Se o el Uno [das Man].
Esta es la teoría básica con la que
desarrollaré el tema de los tipos (pintorescos, folclóricos y populares)
tal como se valoran desde la plataforma de la publicidad [die Öffentlichkeit],
o lo que se dice sobre ellos y, en realidad, oscurece las cosas de su
cotidianidad al pretender presentarlos.
Así, pese a lo encubierto de sus
vidas o al ajetreo que ocasione la presencia de algunos de ellos en la calle,
no son presencias del todo cosa sabida y ni sus personas accesibles a
cualquiera. La riqueza de un personaje de pueblo puede pasar como lo más opaco. Esa es la tragedia de ser DON NADIE / o, mucho peor, ser el TIPO COMUN Y
CORRIENTE. Equivale a un 'quien' entre el montón de quienes que solicitan la
atencin de los otros y se le asigna un mote y, a final de cuentas, es uno d3 que
no se llegará a conocer su verdadero nombre, edad y procedencia, pero su
estampa sobrevive en la cotidianidad con un apodo. Y la cantidad de empatía / simpatía
/aceptación / compasión / que se le asigne… Por ejemplo: pasado el tiempo,
¿quiénes saben / o recordarán / el nombre de La Vaca, o detalles
realmente humanos, de Guilimbo, Don Lion, Brooklyn, La Carla, Matineé,
Brilly, Rita la pordiosera, Wilson, Macuca, Vivo, Pachanga, el Cuida-Carros y
La Boba Cuatro-Deos Miguel “Cheveca”, Millán y las muchachas?
De los tipos pintorescos y
populares comprendemos que son epocales, mueren y se llevan sus secretos, dejan
sólo su nombre en paulatinas dosis de vigencia y memoria que apenas se
recordará, según haya sido el interés del curioso. A veces, por idealizarlos de
alguna forma, construimos abstracciones con ellos. Decimos amarlos.
Identificamos al pueblo con el personaje; pero un tipo pueblerino no es un logos,
sí un proceso humano.
FOLCLOR SOCIAL: Este
ensayo es un homenaje a todos y una manera original de entrar en el tema de la
identidad de los pueblos. Es claro que son folclor social.
Algunos fueron los aguadores
cuando no había acueductos. Entonces, se le vio como imprescindibles, aunque
después su función se diluyera y se dijera que son meramente anacrónicos,
¿Quiénes fueron los faroleros, cuanta fue su importancia cuando no habia
servicio de electricidad? Los cargadores (con mercancía puesta sobre sus hombros
y a pie) cuando apenas había carreteros, o vías de transporte expeditas
para determinados caminos, los carboneros cuando no había el servicio de gas
fluído, los sastres cuando el surtido era escaso en las tiendas y la
norma fue la artesanal y propio / los hamaqueros / primera cama de la
familia pobre... en fin, no siempre hubo almacenes modernos, pero si gente con
una tarea peculiar de servicio. ¿Y qué tal cuando no había servicio de
electricidad, o refrigeración, y ciertos alimentos había que entregarlos a
domicilio, de mano a mano? De ahí los repartidores de leche y así
ciertos combustibles: el carbón... Ahora puede parecernos claro la relación de
esos tipos con la gratitud.
* Para fines
prácticos de este libro, se designa TIPO POPULAR a gente que es admirada, se ha
ganado el cariño de sus compueblanos y que por ello goza de popularidad o
aceptación que les sobrevive hasta mucho después que han muerto. Es como los ya
descritos dentro del folclor social: gente útil y trabajadora que han sido
pioneros de alguna novedad. U oficio o actividad edificante. En este grupo ni
pordioseros ni enfermos mentales.
El tipo popular ha sido capaz
de alguna 'osadía'. O cualidad, socialmente significativa.. Se les
admira / acepta por razones que no sean partidarias. Ni sectarias, sino civiles
/ empáticas. O espirituales, culturales y sociales, El tipo popular puede que
tuviese su gran ideal, algo profundo por lo que anhelara ser héroe, conocido o
puede que atesorara un sueño como Don Quijote después de viejo y pobre. Puede
que encarnara el espíritu de su aldea y que se tronchara el arquetipo de su
anhelo. Cada ser humano anhela ser un reflejo de su propia vida y de su propio
yo, pero en escalada ascesional / aunque no se pueda con la prontitud anhelada.
POPULAR SIN SER HEROE: En cuanto al héroe, las
opciones son pocas. Aún así, la literatura se estudia este tipo de sujeto / el hecho
del folclor como una historia viva y posible / porque puede que aunque lo
acosa el olvido, nunca se autoderrota, pese a su provocada decadencia.
El folclor de lo heroico
no se produjo para ser moda o gesto apogeo, o fenómeno común No está en
competencia con otros modos de conocimiento. No es posible hablar de la muerte
del folclor como no es posible hablar de la muerte de la historia. Ni de la
desaparición del atruismo o heroico o sus mitos, a ratos decaen. William Blake alegó en sus Proverbs of Hell, que
el héroe cultural tiene la «visión espiritual, imaginación, poesía,
oculta al entendimiento», que falta al tipo común y corriente. Lo
asocia a un origen divino. La razón de ser de este remanente de humanidad,
gloriosa y trágica, extravagantemente peculiarizada, es la oferta chocante de
su accionar, el milagro de su sobrevivencia en medio de un mundo hostil, con
demasiadas penumbras y contradicciones sociales. Quienes a sí mismos se llaman
normales, coherentes, exitosos ciudadanos, son los márgenes de su contención,
el ser que ellos echaron al olvido. Don Nadie los reprueba y los manda a los
infiernos, en tanto los oyentes y aventureros, vecinos con rico soluto, quienes
saben compenetrarse y perdonar las transgresiones culturales comulgan con
ellos, «en un amor que es la expresión misma de su divinidad» (William
Blake) cuando les admiran y buscan. O forman corillo por curiosidad o simpatía.
Tristemente, por ahora, es
el saber de oídas, el conocimiento de segunda mano, que se diluye, se
falsifica o mistifica; también es cierto que si el folclor tuvo un creador
individual y único, en algún nivel de la sociedad, pasará por la réplica de sus
usos y aportes nuevos a ese triste destino. Cambiará y evolucionará, porque el
conocimiento que pasa, de boca en boca, sufre muchas mutaciones.
EL
TIPO FOLCLORICO: El tipo folclórico refrenda la
cultura del jíbaro o campesino por antonomasia y que en el contexto de
Puerto Rico data desde temprano en la colonización española. Y el término 'jíbaro'
no sólo fue de uso en Cuba y La Española, sino donde quiera que se poblara
una isla por los taínos, pues el vocablo y hábitos de esta gente taína llegó
con los pueblos originarios en su viaje por el Caribe, desde lo que hoy es
Venezuela. «Jíbaro quiere decirhombre de la montaña, o
gente del bosque, y teorizamos que fue una forma en que se autodenominaban los
habitantes de Boriken. En Pepino fue igual.
Y
el hecho de que de las rutas de la Guaira venezolana, la Amazonía, las Cuencas
del Orinoco y las Guyanas, viniesen los indios y sus dialectos, no
quita el respeto que el campesino blanco tuvo a éstos cuando los encontró en la
montaña. Para algunos con la palabra jíbaro se nombra al
poblador blanco de las montañas, pero el regionalismo que valida los contactos
se fundará de facto cuando se piensa en la jibaridad como «…lo
más entrañable y puro de la nacionalidad puertorriqueña».
En
el libro El Gíbaro (1859) de Manuel Alonso. todavía hay
resabios de una referencia al campesino puertorriqueño, como uno «bruto,
vicioso, mal vestido, ignorante y violento», pero eso tuvo que cambia y,
cuando sucedió, se iniciaría lo que llamaré el 'espacio de empatía',
espacio que no es la perspectiva de la élite europeísta isleña, sino un solver
entre distintos grupos que contribuye a partir del jíbaro y su cultura, dentro
de su folclor, a irse-resolviendo-avanzando y positivamente en pro
de la descolonización ideológica.
Me impresiona gratamente
cómo Andrés Méndez Liciaga en su obra Boceto histórico del Pepino describe
el ciclo de lo que fue la herencia y convivencia en nuestro primer espacio
de empatía.
Méndez lo hace al describir los Usos y costumbres de Nuestros
Antepasados a fines del siglo XVIII y señala que son «comunes a
la raza india que fue la primitiva pobladora del país... Generalmente, las
casas que tenía entonces... ofrecían la misma construcción que las de la raza
india» (2da ed., pág. 21), «por lo general» (esos
pepinianos del espacio-material y emocional 'fundacional') «dormían
tendidos en hamacas, colgadas de las vigas que servían de sostén al techo. Las
camas eran un tablado áspero sobre el que tendían un jergón de yerbas secas, y
las llamaban barbacoas», «por lo general comían en el suelo, en la
hamaca y, a veces, lo hacían en las escalefras de la casa» [p. 22].
Lo que sabía el campesino
del indígena es mucho más que especulación, pero hubo que consultar con aquello
sustratos indígenas que dejaron sus nombres en la toponimia de muchos de
nuestros barrios y su impronta más o menos en la genética del futuro pepiniano.
JIBARIDAD, PRIMERA MITO-POETICA DEL
FOLCLOR: En mi planteamiento hermenéutico
sobre la jibaridad, considerada como el primer mito del
folclor que pasa de lo privado a lo público y de lo público a lo privado, es
necesario que la caracterización que lo hizo posible sea el fenómeno que, en su
Lección XXVI, Heidegger llamó el destellar («aufleuchten»).
Este destellar es lo que permite la visión de la sustentación y su evolución
hasta hoy.
El
jíbaro descrito con las características espirituales que el Dr. Manuel Alonso
le adjudicara y no sólo por los atributos meramente físicos (color moreno,
barba negra, mediana talla, etc.) que mencionara, es el primer interrogado, el
hombre preeminente y ejemplar, que contiene el objeto interrogado («Befragte»):
el hombre mismo, la esencia. Es Dasein, esto es, persona,
ser-ahí, «el ente que hace la pregunta» y «busca la
respuesta», la más importante y original de todas las preguntas: ¿Qué
es mi ser?
La
fisonomía del ente jíbaro alude a virtuales accidentes del «ser ante
los ojos» (Vorhandenheit: palabra con que el traductor de Heidegger, José
Gaos, alude a que el Dasein se conduce relativamente, pero no responsable y
esencialmente a su ser). Para decir que el jíbaro es el punto
de partida colectivo del Da-sein que indaga en lo esencial y
entrega tal enseñanza a su país, a su mundo intramundano y circunmundano, es
necesario que el interrogador entienda que ser y ente son distintos, pero no
están separados. El ser hace que los entes sean entes; pero los entes son por
el ser. Lo incuestionables es que no se
puede comprnder el ser, sin ampatia.
¿QUE ES EMPATIA? Digamóslo como la
introducción porque es la base de mi indagación. También referida como «the
Power of Outrospection», visión y proyección hacia afuera de lo que nos
compensa o gratifica, la empatía dinamiza los sentimientos que nos permiten
ampliar la creatividad, patrocinar armonía, vernos sin dolor y como
consoladores aunque estemos sufriendo y
rediseñar las prioridades. La actitud exotrospetiva es diferente a ser
simpáticos; pero ambas actitudes se auxilian y colaboran ant los problemas,
tanto personales como políticos, y facilitan un cambio social fundamental. Ser empático es como estar en los
zapatos del que sufre, en plena conexión, sentir con la gente, porque se ha
logrado conectar con él mismo; «I believe that empathy – the imaginative act
of stepping into another person’s shoes
and viewing the world from their
perspective – is a radical tool for
social change and should be a guiding light for the art of living... 98% of
people have the ability to empathise and step into the shoes of others. But few of us use our full empathic potential.»
La empatía disuelve los enojos y da paz. La empatía está en el corazón de
quienes somos y, por tanto, en el fondo de nosotros mismos. El psiquiatra Dr.
Roman Krznaric ha dicho que es una «cualidad transformadora y esencial»
que podemos desarrollar en cualquier siglo porque nuestros cerebros están cableados para esa
conexión social: «our brains are wired for social connection: empathy is at
the heart of who we are».
TRASCENDER
EL HALLARSE PERCEPTIVO POR LA EMPATIA: Aplicaré las ideas del psiquiatra Dr. Krznaric e ilustrar con personajes de
este pueblo cómo se puede incentivar la empatía para mejorar nuestras
relaciones en todo orden. Tenemos un cerebro empático, al que debermos habituar a que responde de
ese modo a las aventuras de la vida. No en balde, éste es el nuevo tipo de
aventurero espiritual que debemo buscar cuando nos perdamos en la Isla de
Calipso, o vivamos las experienciasd de Odisero, el extraviado del mito. Tenemos
qur conecta con los demás en formas maravillosas y ocasionar cambios sociales,
donde combaten muchas veces el rechazo, la falta de compasión, el olvido y ausencia
de altuismo.
Y
los tipos populares, folclóricos, es gente que ha vivido este proceso de
conectividad y, conste, que advierte que con la empatía también se puede
manipular a la gente... Los pueblos o comunidades que tienden a sufrir mucho
bajo condiciones de subordinación y opresión, miseria y enfermerdades, no da
mucha gente simpática, filantrópica; pero si produce ese porcentaje de gente
empática, esos pobladores que se llegan a querer: los Tipos descritos. En
muchos países que destacan por ser conservadores, sociedades cerradas, la
empatía está en crisis. En otros, se abre espontáneamente. Aquí me propongo
ejemplificar la experiencia histórica de Puerto Rico. De un modo u otro, los
tipos recortdadados con cariño o ribetes de notoriedad en nuestros pueblos hablan de cómo se manifiesta
o se piede la empatía comunitaria y, por tanto, la memoria histórica.
TENER
UN MTO GENEROSO POR GUIA: En el comienzo, un mito es el punto de arranque.
La ideología velada. o admitida con toda fuerza, de la jibaridad es
el mito activo y más generoso de los puertorriqueños. Hoy por hoy, es
reconocida como el punto de arranque de la identidad. El ser del jíbaro
nos hizo entes que pueden reclamar su destinación o poder-ser en
la libertad y en la verdad. Sin embargo, el tipo regresivo de éste puede
desentenderse del objetivo señero, la verdad de la existencia, y adoptar sus
mediatizaciones. Como ha dicho Francisco Romero en su libro La
filosofía de la persona (1935), en su búsqueda del sentido y
participación en la historia y la sociabilidad, él puede «enmascararse»,
«justificarse» y «adquirir consciencia» de su
persona, su individuo espiritual, por diferentes vías. Y Jordi Corominas en su
artículo La universalidad de la reflexión ética mesoamericana concluye:
... No todos los grupos sociales han percibido o
perciben del mismo modo al ser humano y las cosas, ni comparten las mismas
emociones ni los mismos deseos. Los grupos sociales se caracterizan
precisamente por compartir un mismo régimen de esquemas intencionales, una
misma tradición o acervo de recursos simbólicos... El bien y el mal dependen en
esta dimensión (de los esquemas intencionales) de cada grupo social. Estos
esquemas intencionales están destinados a elaborar una selección entre los
bienes y los males elementales que se han de preferir o sacrificar...
Desde
el punto de vista de la hermenéntica existencial, lo que ésto implica es que la
jibaridad es también una superestructura clasificativa,
filosófico-cultural, que ha sido creada por el hombre común y corriente, a
partir de sus previsiones ante lo contingente y los asomos del miedo. El ser del
jíbaro prohijó entes que temen y entes que son temidos; entes que aman y entes
que temen el destello del amor. Como Alonso adujo en su diseño verbal o
escritural del modelo puertorriqueño, ese ser «humano, afable, justo,
dadivoso», puede manifestarse a su vez «en empresas de amor siempre
variable» y afanarse «tras la gloria y el placer». No significa que
siempre ha de ser de ese modo, variable y desorientado; significa que el ser de
la jibaridad evoluciona, padece y fluye en un irse-resolviendo-avanzando
y se expresa en un ser-no-siempre-todavía.
Aún
surgida de la emisión de juicios de la burguesía criolla, la ideología del
jíbaro se asienta sobre un largo proceso histórico y, por tanto, se desprende
del reconocimiento objetivo. Es una observación en torno a un tipo de compleja
naturaleza, el jíbaro, que fue llevando la continuidad del ser epocal boricua
y «lo preguntado, lo interrogado» acerca de ese ser epocal al
ser epocal español y, aún más allá de 1868, cuando ocurre el parto de la nación
(Lares / Pepino), al presente.
Los
poetas Carmelo Aponte Feliciano y Eliut González Vélez han valorado la
experiencia del Glorioso Septiembre de 1868, «lucha que nace en Lares /
y se consagra en Pepino» y, de algún modo, en su obra, está comunicad tal
efemérides señera porque, a partir de ese momento, el puertorriqueño comprendió,
más allá del término medio, mediano y vago lo que quiere decir ser. Lo que será
y sufre por lo que tiene que cumplir y aun lo posterna. Esto es lo que
significa ser tragado por el Monstruo de Don Nadie. Ese es uno de
los mitos que, como sociedad, encarnamos.
Este
es el hito conducente a la comprensión profunda del ser de la nacionalidad, no
como había sido hasta entonces: homogeneidad lingüística, pero sin organización
estamental propia. Un participar en la historia, pero cuyo fundamento, el
destino, había sido demasiado esquivo y vago. Ante la finitud de la temporalidad
y la comprensividad vaga del ser, transida de opiniones, el historiarse propio
de la existencia hacia la muerte y filosofemas creados por el trato
cuidado («Dasein Sorge»), la comunidad se solvía, yendo hacia muchas
direcciones con otros entes desconocidos, o en ocultamiento progresivo y así,
aunque vinculados por destinos comunes, olvidaba lo que tuvo pendiente como
avance (para irse-resolviendo) y que, empero, reclamaría ser liquidado y
despachado.
Uno
de los escritores y poetas pepinianos que entendió el reto y el peligro de ser
tragado por un monstro, fue Ramón Padró Quiles. Utilizó la tribuna política, la novela corta, el cuento y la poesía, para descibir
esos monstruos a vencer y hacer su. crítica contra la esclavitud y el
colonialismo. Fue uno de los primeros pepinianos que reaccionó a la imposición
del inglés como idioma de enseñanza en las escuelas elementales.
Hagamos un homenaje a Ramón Padró Quiles por ser uno de
los Tipos Populares olvidados. Junto a José Tirado Cordovés, creó el
primer centro recreativo obrero, en nuestro pueblo: «La Alianza Obrera»
en 1902 y, más tarde, «Amantes del Progreso» (1904). Fue asambleísta
municipal entre 1920 al 1924. Secretario del Comité Local del Partido
Reformista en 1948. Cultivó la novela corta, el cuento y la poesía. Escribió
una crítica contra la esclavitud y el colonialismo; reaccionó a la imposición
del inglés como idioma de enseñanza en las escuelas elementales. El poema alude
al Terremoto del 18 de octubre 1918 y los daños producidos en la Escuela Whitter,
la primera construida bajo la administración estadounidense en 1903.
«La Jardinera» alude a un trabajo literario de Padró
Quiles. Cheo alude a su hermano, José,
ex-representante a la Cámara.
RAMON PADRO QUILES: Aunque tendremos oportunidad
de pormenorizar en torno a los distintos tipos populares, en este particular compueblano se encarnan vzlores de lo que debe ser un un tipo popular y, sobre ridi, el ser un permanente
invocador de progreso, defensor de su gente y poseedor de un temple que lo
conduzca por caminos de honradez y fidelidad. No es necesariamente Odiseo, el
héroe griego, al que tomo de modelo, habló de Don Ramón Padró que bien pudo
aplicarse el privilegio a su hermano José.
Era un invocador del progreso
Multiforme sabiduría del Polytropos.
Del lugar del negro en las escenas luminosas.
Del lugar del pobre en el cénit del Alba.
Era el pregonero de la Alianza.
Multiforme sabiduría del Polytropos.
Del lugar del negro en las escenas luminosas.
Del lugar del pobre en el cénit del Alba.
Era el pregonero de la Alianza.
Un buscador del Hallazgo Afortunado
y al Pepino, le dijo Hermano herrero
como quien dice: hermaion
y a todos puso la herradura
que no hiere, alas en las sandalias.
y al Pepino, le dijo Hermano herrero
como quien dice: hermaion
y a todos puso la herradura
que no hiere, alas en las sandalias.
Estuvimos en
inframundos miserables
esclavos, casi difuntos de la Hispania,
cadáveres ultramarinos de una colonia
en riesgo de entrar en otra nueva
y el nació, hijo de Laureano,
con don de psicopompo,
esclavos, casi difuntos de la Hispania,
cadáveres ultramarinos de una colonia
en riesgo de entrar en otra nueva
y el nació, hijo de Laureano,
con don de psicopompo,
Nació, así como Cheo, con la virtud
de guiar ciegos o muertos,
con afán de ayudar a ver caminos
con afán de ayudar a ver caminos
e ir con vida por ellos.
Por eso van a verlo los descamisados,
los de pies rotos, espinados,
hijos de los cañaverales.
quienes apenas tienen el fuego de la hornilla
y están hambrientos y perdidos
como Odiseo en la isla de Calipso.
Por eso van a verlo los descamisados,
los de pies rotos, espinados,
hijos de los cañaverales.
quienes apenas tienen el fuego de la hornilla
y están hambrientos y perdidos
como Odiseo en la isla de Calipso.
Y él sabe que Calipso es Borinquén,
tierra de los jibaritos, tierra que necesita
de él que en La Jardinera de su sabiduría
tiene ingenio de artesano y civismo pulcro
cuando demonios de negación asoman
y el botín quieren para sí.
Estos sí que son quienes roban
sin ninguna perspicacia; dejan a un pueblo
pobre, clamando, desposeso.
sin ninguna perspicacia; dejan a un pueblo
pobre, clamando, desposeso.
2.
A Don Ramón, negro bendito,
en el Comité de la Unión, allá por el '14,
lo reconoce el gremio zapatero:
Laureano, Cheo, dueños de gallos
y pescadores de tortuga, no son
A Don Ramón, negro bendito,
en el Comité de la Unión, allá por el '14,
lo reconoce el gremio zapatero:
Laureano, Cheo, dueños de gallos
y pescadores de tortuga, no son
quienes esconden de veras monederos.
Son honrados.
En cambio, si llevan
en el morral un pétaso o sombrero
y una vara de heraldo.
y una vara de heraldo.
En el centro de la Plaza Baldorioty
o en el foro de «La Alianza Obrera»,
es cuando dicen: Todo boricua
que sea como Odiseo
y adquiera en la colonia, voluntad
y adquiera en la colonia, voluntad
contra el hechizo
que no liberala consciencia del olvido.
que no liberala consciencia del olvido.
La poción que Circe dio a beber
no produjo cansacio, sed
no produjo cansacio, sed
por retener lo extraño ante el sí mismo,
vivirse entre dos mundos, pero ausente
de la autoctonía / las querencias /
la fiel Penélope, y el Pueblo mío,
la fiel Penélope, y el Pueblo mío,
la familia.
3.
Pero: el Pepino sabe y él más que otros,
él, zapatero, secretario de la Unión
y militante despierto cuando el obreraje duerme
el tiempo muerto de zafra es angustia
Pero: el Pepino sabe y él más que otros,
él, zapatero, secretario de la Unión
y militante despierto cuando el obreraje duerme
el tiempo muerto de zafra es angustia
y, entre vacadas se esconde
quien más tiene, sean Echeandías
quien más tiene, sean Echeandías
Rodones, Caballeros u Oronoces,
cabreros todos, de piel blanca
cabreros todos, de piel blanca
y astutos pensamientos…
un Odiseo autodidacta,
espía nocturno, observa
un Odiseo autodidacta,
espía nocturno, observa
como un guardián a las puertas
y a la patria la estudia sin miedo
y a la patria la estudia sin miedo
y lo invoca a adquirir una mente
liberada.
Este es Don Ramón acerca y lo persuade.
4.
Veo que no tiembla.
Luz lo sostiene porque invoca el progreso,
el lugar del negro en escenas luminosas,
el lugar del pobre en el cénit del Alba.
Veo que no tiembla.
Luz lo sostiene porque invoca el progreso,
el lugar del negro en escenas luminosas,
el lugar del pobre en el cénit del Alba.
Es pregonero de la Alianza.
Un buscador del Hallazgo Afortunado
Es el Hermano que, desde la Asamblea municipal
del año 20, conjura al Terremoto
que nos condujo al miedo.
¿Qué tiene este Mon Padró?: preguntan
sus vecinos, porque saben que está
llamando a casa, proponiendo el camino
y se ha juntado, con Cheo y Liborio, José Vélez,
Juan Abad, con Gabriel Pumarejo y Antonio Nuñez,
con ellos va y son iconoclastas y temidos.
Examinan la noción de socialismo
y de lucha clases…
En la secuela colonial, la Itaca criolla
del Cimiento, van al hallazgo afortunado
de la patria. Las brujas están por maridaje,
y pretendientes ladrones, graduados
invasores, «Nosotros, a casa
ahora que el Alma se cree Viuda
pero seguimos vivos».
[Del libro Épica de San
Sebastián del Pepino,
Ed. 2013]
LOS GIGANTES A VENCER: Tras la oposicion social de lo racional vs. lo irracional, «oscuras
fuerzas tendenciales latentes en un mundo de misterio» se observarán las víctimas.
La bruja Circe simboliza las fuerzas del encubrimiento y la nivelación, características
del mundo público, que amenazan y socaban, Circe obstaculiza la lealtad, el
regreso a lo propio y al hallazgo afortunado de la patria como sucede en el poema
citado y en la épica de Homero.
En esta encrucijada, el
ideal de aceptación social / la alianza bienhechora y regreso a las
raíces se mata o se deteriora. El hombre fracasado deja de existir y
causar estupor y repudio cuando hay empatía. La empatía puede más que lo
se dice al solidarizar y abrazar a los desclasados.
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