Escultura de Pitágoras: Da Raggio
«Existe un agente a la vez natural y divino, material y espiritual, un mediador plástico y universal, un receptáculo común de vibraciones del movimiento y las imágenes de las formas, un fluido y una fuerza a los que se puede llamar en cierto modo imaginación de la Naturaleza»: Elíphar Levi
al Dr. Alfred Stern, quien en su estancia
en Puerto Rico, como mi ex-profesor me introdujo
a los principios de la Filosofía de la Ciencia
Madre de la Vulva, varón que goza,
conductor de placeres, hiijos todos de Phisis,
críos amados del Cosmos, festejen con gratitud
a Arjé, porque se habita en el principio.
Con sus corrientes energéticas da el medio
donde sus culos descansan, el agujero en la materia
por donde salen sus feces para hacerse
la materia finita, histórico sistema,
temporización para sus complejidades.
Jamás tengan en menos a quien les dio el Deseo
porque, sin el deseo como Arjé, no se aniquilan
los elementos anteriores al materal
que ha configurado sus penes y la dulce matriz
y el canal por el que nacen, desafiando lo oscuro.
Todo principio de legitimidad, toda jerarquía
conforme a sus necesidades, Arjé las batalló
para que tengan su espacio en lo Existente
y el mundo sea cosmos, no caos.
Sin el Deseo, la necesidad no tiene sentido
y la arbitrariedad se vuelve el imperio de la permanencia,
pero no hay constancia disfrutable, no hay placeres
para esos escrotos hinchados ni la pinga
que se regodea en sabrosura; no sean caprichosos
con lo que el Arjé dio en la batalla por las formas.
Ni diga que Arjé se esfumó para siempre
(sepan que él batalla todavía) y si bien su materia
es indeterminable, está en su ahí, determinándose
en acción y parece, en lo macro y giga de los universos,
que ha muerto y no es verdad. Vive.
Vive en el movimiento, aunque no se le vea.
Ustedes se creen, ya subidos al guayabo,
orgasmados por las vulvas, que son los únicos
poseedores de los hechos. Ustedes son sólo
los herederos de magnitudes del hecho
(los herederos más privilegiados en lo placentero);
pero el Autor del Deseo, el que desató
la génesis misma de los sistemas,
estructuras, nexos, cualidades y leyes específicas
del Eros encarnado, el que dio organización íntima
y carácter a la materia, a Phisis, a su cosmos,
¡ese sí que dio la Gran Batalla!
por el principio legitimador para que nadie
se burle del apetito ni cubra con rubor
el chocho delicioso de las cosas,
la estructura interna de la vulva que procesa
la vida y aprovecha en su totalidad
lo que da el sistema mismo, la fuerza interna
de cada elemento del entorno y la temporalización
que brinda su coherencia en el Ahora.
2.
Cierto es que la legitimidad es temporal.
Que el movimiento no puede identificarse
con la propia materia, como explicara Leucipo.
El movimiento sólo edifica su modo de existencia.
Estables propiedades, organización íntima y carácter
para la materia, ¿pero quién lo ayuda?
Escuchen, pues, a Anaximandro, discípulo de Tales,
en Mileto: su Arjé es el principio común a todas las cosas
en su diversidad; el agua es sólo una sombra
entre tantas, un elemento más, como la Tierra
disco que flota sobre los océanos.
No. El Todo no es el agua. Ni el agua está llena
de dioses, o daimones. Mas digo más:
Olviden que el Arjé es el Aire. Olviden que es el Fuego.
Cambiante y dialéctico es todo lo que existe.
El agua se evapora y el fuego se apaga.
Aprendan, heraclitianos, cuando mediten sobre ésto
una vez se bajen de la hembra y el panta rey
del permanente cambio les sugiera aforismos:
«No hay, ni nadie puede desearlo, un mundo estancado.
Todo lo que vive, vive por la destrucción de otras cosas.
El fuego vive por la muerte del aire, y el aire
por la del fuego; el agua vive por la muerte
de la tierra, y la tierra por la del agua».
Pero algo no muere. Y es permanente:
el cambio, sólo el cambio, y que la esencia de la vida
es gozo por causa del Deseo, que es la razón interna
(inteligencia cósmica que hace la ciencia posible).
Pero el Deseo es, por igual, paradoja.
La realidad seorgina con la unidad de contrarios.
Al cambio y la contradicción, Arjé la concilia
con la simultaneidad de la Armonía.
Los contrarios se necesitan como la pinga
a la vulva, como el reposo al trabajo.
3.
Exhibidoras de sus lindas piernas de muchachas,
dueñas de pezoncillos saltones, niñas del varón
que las goza, o las acosa con miradas
conducivas a placeres, hiijos todos de Phisis,
críos amados del Cosmos, festejen
con gratitud a Arjé, concesor de sustancias primeras.
Sean agradecidos de que el Deseo no se baña
dos veces en el mismo río y quiere novedades in situ
y que, si bien hay vigilias para gozar lo precioso
de las criaturas, o el sabor del buen vino,
o las misas de las dionisíadas, a la vigilia
sigue el sueño y sueño ha de parecer la muerte
a la vida. No menosprecian el mejor cantor
de los Deseos. Arjé lo instaló en una colonia griega
al Sur de Italia y le dijo: «En Crotona, enseña mi nombre.
Arjé / Cimiento de los Deseos / Memoria
de los Principios; enseña, Pitágoras,
la simultaneidad del Deseo.
Practícala. Que no se olvide que yo hable
de que la Necesidad es una consecución sucesiva
para mayores niveles de ascenso.
Instruye que el Movimiento es diverso
en sus manifestaciones, aunque en lo profundo
y obedece a su dirección necesaria,
el movimiento tiene un carácter abierto
y, por tal razón, han de verse contradicciones
entre apariencia y esencia,
entre esencia y fenómeno, «pero, tú y yo,
estaremos en todo. Te enseñaré simultaneidad.
Véte a Crotona, pero quédate conmigo.
En dos sitios al mismo tiempo, te haré que estés
cuando comprendas el Deseo, todo lo multifacético
que es. Conmigo recordarás que no se muere
para siempre y puedes recordar todas tus vidas,
veinte reencarnaciones anteriores.
Vive el presente; yo te diré cómo predigas
por amor a otros pueblos terremotos y epidemias.
Puede que te llamen dios: el Apolo Hiperbóreo,
pero sólo hay un Dios, Pitágoras: el Deseo,
el padre arjé del Deseo».
4.
Cuando se crean muy hermosos y seguros
en este mundo, hijos del subsistema y el montaje
que asegura que garantizado está el dominio
de la determinación, el azar y la estructuración
de cada Movimiento y Evento-Cosa
(todas las señales físicas, quimicas, biológicas y sociales
de lo que es posible), sean cautelosos
ante quien hace las armonías perfectas
y los procesos de autorregulación y autodesarrollo
para cualquier sistema, o su medio o entorno,
porque quien hizo la ley para ordenar e Caos,
hizo también el azar
en lo menos observable del movimiento.
Lo quietud es fácil de entender y recogocija.
Lo fugaz constituye lo de mayor vivencia,
pero, hay zozobra y desconcierto que nos visita
un día, procesos opuestos de dispersión
y concentración inversa para la materia.
Y, entonces, linda chamaca, de estampia divertida
con los saltos del marido a tu changada,
hay que correr, con las bragas en los tobillos,
hay que salir porque los movimientos
son menos concentados que la armonía
del disfrute en mutuo orgasmo.
Es cierto que hay tendencia a la unidad
en el mega y micromundo, pero el Deseo es soberano
y se dispensa para que sea agradecido
aquel que, en vanidad y egoísmo, cree que ya todo
lo tiene dominado, medido y sujeto.
Apréndelo, hijita amada, el Deseo sólo lo mide
el que sabe todos los secretos del Origen.
De Tantralia / Indice
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