Monday, July 19, 2010

En tertulia con Miguel



A Mikhail Alexandrovich Bakunin (1814-1876)

«Fue tan grande su batalla contra el sistema burgués que enfrentó muchas y largas temporadas en cárceles y fue dos veces condenado a la pena de muerte. Burlaba los aparatos carcelarios y volvía a la lucha. Nada lo cansaba. ¡Qué porfiado era este hombre! 36 años estuvo al borde del precipicio, pero siempre le hizo el quite»: José Martínez Fernández: «Bakunin: El más grande anarquista de la historia»

¿Quién pensaría que tú, Miguel,
con linaje de nobles, terminaras tan comprometido
con la suerte del pueblo, con trabajadores?
Comprometido al punto que te llaman «Subversivo»,
que tu nombre da miedo, que ya no simplemente
eres el revolucionario. Los cagados se placen en llamarte
'delincuente', quien menos te conoce, sobre todo,
el más que teme, porque no son suyas,
las cortes, las cárceles, los aparatos represores.
.

Hoy cualquier pendejo es como una cotorra
que repite lo que no ha entendido, sólo lo que oye.
Por eso estoy de acuerdo con lo primero que dices:
Todos los hombres son iguales, desde un punto de vista natural,
con dos excepciones: el genio y los idiotas.

Te has paseado, con turno de digno diálogo,
entre genios, Miguel. Lo sé: has conocido a Marx,
a Proudhon, Herzen, George Sand,
al poeta Nikolay Stankevich,
¿a quiénes de entre los genios te falta conocer
en vivo o no has leído, si asimilas a todos
por diversos rumbos del amor, estudio, asombro
y gesto identificativo?
y, sin embargo, los idiotas mientan tu nombre
(se llenan las bocotas de desprecio)
para decir que se oponen a todo lo que dices
y ni siquiera saben el por qué de lo suyo.

Los rusos, tu país, tu clase, Miguel,
oprimía a los polacos y buen patriota serías
(no como los cómplices de ahora) cuando dijíste
«pero yo los amo» y te arrestaron y deportaron por ello,
«eso no debe ser; la opresión es injusta»
y mira qué clase de ruso eres, ni la opresión polaca
te agrada ni la del checo; qué bueno que un ruso
(aunque sea el único) nos diga: «¡Abajo
los imperios y las opresiones, válido sea en Polonia,
válido en Checoslovaquia!»

Tienes mucha fuerza moral para hablar, Miguel,
aunque te equivoques en algunos puntos.
Pero tú sabes cómo se paga el precio al valorar
el librepensamiento yla justicia. Conocíste las mazmorras
de la Fortaleza Peter-Paul de San Petesburgo
y trabajos forzados en los campos siberianos.

Te diré, en los EE.UU., porque pasaste por acá
junto a Herzen y gacetilleros radicaloides de La Campana,
se te recuerda hoy, pero nadie te hizo caso
porque tú eres blanco, eslavista; si hubiera sido
negro o judío en aquellas vísperas
de la guerra civil entre unionistas y sureños,
otro gallo cantara. Te habrían ahorcado.
Aca hizo falta que la gente aprendiera de memoria
lo que progandizas: «Sólo se es verdaderamente libre
cuando todos los seres humanos, hombres y mujeres,
sean igualmente libres. La libertad de otros hombres,
lejos de negar o limitar mi libertad, es lo que,
por el contrario, sirve de premisa necesaria y confirmación».


2.

Hasta en las democracias más puras, como los Estados Unidos y Suiza una minoría privilegiada detenta el poder contra la mayoría esclavizada. M. A. Bakunin


Te saludo, Miguel, por pisar tierra americana
y hacer sonar aquí La Campana.
Por tu paso por Suiza e Italia te saludo.
Por unirte a la insurreción de Lyon, hola.
Allí se gestó un anticipo libertario de La Comuna de París.
Te saludo desde la Asociación Internacional de Trabajadores
del año de 1868, primera federación radical,
una que no se vende a los patrones
ni al charisma del Zorro Marx parlamentario.
Te saludo por escribir sobre Dios y el Estadio,
el estatismo y la anarquía.
Te saludo, guerrero, porque te veo insurrecto
en Bologna y mira... que estás viejo no aprendes
de la quietud ni anciano. «La pasión de destrucción
es una pasión creativa»,
dices y agrego
y de jóvenes: Desde los 14 años de edad, tan niño,
los militares te han entrenado para que sirvas al Imperio,
y entiendo que te dieron apetito de fusiles, por eso...

La paradoja es que no te gustan los imperios
y no te gusta Mink ni Lituania, ni suprimir
a nadie ni atestiguar suprimidos.
No te gusta enterarte de una hermana infeliz
por causa de la autoridad impuesta
por vías de casamiento... ya sabía que te rebelarías
con todo, accón, emoción, palabra
y el pensamiento y la profecía contra todo y por todos.
Tenías que ser anarquista por instinto.

Sabía yo que Kant iba a aburrirte con sus imperativos
porque es, en el fondo, un maldito autoritario,
sabía que Fichte desde algún libro, te hablaría de Vocación
y vida bendita en la Filosofía y que tendrías que tomar a Hoffman,
Goethe de la mano y, sobre todo, a Schiller.

Descubriría a Hegel. Bueno es que lo traduzcas
al ruso para que nazca una Izquierda hegeliana
donde seas tú el Sacerdote de la Verdad,
de la búsqueda, del plan...

3.

Los estados poderosos sólo pueden sostenerse por el crimen. Los estados pequeños sólo son virtuosos porque son débiles: M. A. Bakunin

Mucho eslavófilo a tu lado hace más daño
que bien. Por ti no sacarán la cara
cuando comience, desde tu misma Rusia, el fuego.
Como miel que empalaga es la eslavofilia de Aksakov,
Tschaadaev, más útil, Herzen y Ogarev
si has de hablar para el mundo
ahora que a tu radicalismo, examinandor de raíz,
lo retuercen, comentan con tirrria porque das nombres,
identificas quiénes son los ladrones, cómo los criminales
se sostienen / se alían / para servirse del mundo.

Ya confiscaron lo que tienes.
Se meten en tu vida, en tus propiedades.
Si no les dejas robar y oprimir a gusto en nombre
de su Raza, su Clase, su Credo,
vienen por tí, persecutoriamente,
a ponerte a raya, a silenciarte.
«Ha sido así, por milenios».

Y quienes se placen en atacarte por llamar
ladronería y crimen a tanto privilegio e impunidad infame,
buscarán las excusas más fatulas para caricaturizar
tu energía, tu valor, tu buena voluntad. Tu carácter.

¿No te han dicho ya salvaje «pan-eslavista»,
el loco de Miguel, el conde destrampado,
con sicosis tribal [el ansia aristocrática
de hacerte Padre, Redentor y Cabeza de eslavos]?

A tí que propusiste, «buscar mi felicidad en la felicidad de otros»,
¿quién te recordará por generoso? ¿Lo hará el marxista,
tu más cercano hermano revolucionario?
¿Alguno que te llame heroico cuando lo fuiste?
Uno que te haga canción, poema, himno,
ahora que estás en la miseria, lejos de Rusia,
donde tus bienes fueron confiscados, ¿lo hay?
bueno, entre los marxistas, con sorna,
te siguen llamando el Conde, el aristócrata rico y boyante.

... así es la gente, con envidia de clase.
No creen en ascetas no creen
en nobles salvajes; no en seres humildes...
y sólo por qué pides perdón al Zar, resultas
el altanero esclavo, el hipócrita,
apóstata en el cutiverio, pero nunca
un traidor del clandestinaje...
y, ¿alguno que entienda tu angustia
en el presidio y que prefieras por consuelo
un grupito solidario a tu lado, aunque sea para repensar
filosóficamente que
«el estado es un inmenso cementerio
al que van enterrarse todas las manifestaciones
de la vida individual».
Que
«el estado
es mecanismo históricamente temporal,
forma transitoria de sociedad».

¡Y quie no debe vivirse ni quererse por condena!

No, Miguel, no creo que seas tú, aristócrata
del espíritu en el fondo, el que quieras ser Cabeza
de nada, jefe político de algo? no tú, Miguel.

Y si lo pretendieras...
¡Ni una patria eslava dejarían
para que tengas algo, todo te lo quitarían, Miguel,
quienes son ladrones hasta del pedacito
del terruño que más amas, hasta por las manifestaciones
solitarias de tu vida individual, irían por ellas,
a buscarte taras, hasta por la raza
y sus fascinaciones te robarían,
e irían por la sangre de tu exterminio?

4.

«To revolt is a natural tendency of life. Even a worm turns against the foot that crushes it. In general, the vitality and relative dignity of an animal can be measured by the intensity of its instinct to revolt»: M. A. Bakunin

Si te dedicaras a robar para ellos,
¿sabes que dirían sobre ti, Miguel?
Que es un instinto natural que lo hagas.
Que es el instinto del patriota fiel ante su Estado,
que eres un héroe y hay que edificarte
un Monumento; si el ladrón despoja bajo
el ropaje del Estado, ¡qué cosa maravillosa!
Lo ha de mover la acción política,
sublimes categóricos para la diririgencia;
pero tú Miguel, abolir el Estado quieres y su tradición
organizada de ladrones y opresores,
de invasores y asesinos del hombre descontento,
históricamente inerte, por pasivo y dócil...
Bueno, hasta llegas tú a redefinir los instintos de rebelión
y democratrizarlos; pero te llamará conspirador
y el que conspira sabe, escondido tendrá
su motivo aristocrático o su autoridad invisible
(su bestia autoritaria); el ladrón juzga por su condición
[«Bakunin quiere quitar a Marx el control
de la Primera, o un Congreso de Obrero, o un poder
que advenga; cosas de egos», análisis de Madison].

Miguel, cerebros idióticos, antidialógicos,
no entienden esta dyada, estas diferencias del ventilarse
sinceramente críticos; todo es apetito de poder
para estos puercos que no profetizan el final del Estado.
Mira, si son idiotas, no saben la diferencia
entre una lucha propagandizada mediante la organización
de sociedades secretas, líderes educados y el brote
del acto subversivo, contrarrevolucionario,
que surja de la mano de cualquier
surtuidor del terror / que bien puede ser
el mismo Estado, o un desesperado
representante de cualquier
motivo idiota o de despecho.

5.

«... el revolucionario del siglo XIX más castigado por los aparatos estatales»: José G. Martínez Fernández, «Anarquistas: Sus hombres, Sus ideas, Sus luchas»

Y eso que no había este mediático imperio
que fabrica terrores ajenos al Estado
y eso que no había bocas de ultraderecha de farandúlicas infulas
ni series del «Más Buscado», de los «Diez Demonios Más Temibles»
del siglo y te guardas con dolores anónimos, pese
a las luchas evidentes; eso que no había vigilancia
para que los Derechos Humanos se respeten
hasta en los terroristas y eso, Miguel, que no hubo revolucionario
más castigado que tú ni mucha escribiduría especulante
para compadecerte u odiarte; pero te torturan intensamente
y en extremo sufrimiento carcelario, pensaste hasta en quitarte
la vida, el suicidio, pero antes de traicionar a compañeros
en tus confesiones, queda tu carta, tu vida discreta e irónicamente
contada al Zar Nicolás I, tu vida que al decir «mis fechorías»
mientan más tu grandeza de alma... ¿Qué delitos tienes>
sino hablar de tanta injusticia, indiferencia, miseria in desesperandum,
a donde quiere que vas. Y el Estado en predominio
sustentado por la esclavitud.
«Estado sin esclavitud abierta o encubierta
es imposible, he ahí porque somos enemigos del Estado».


6.

«This whole Jewish world, comprising a single exploiting sect, a kind of blood sucking people, a kind of organic destructive collective parasite, going beyond not only the frontiers of states, but of political opinion:... the parasitic Jewish nation, speculating with the Labour of the people, will be found»: M. A. Bakunin

No hay que se judío, Miguel, para representar
la explotación global y el menosprecio de los trabajadores.
Esto es históricamente sutil, complejo, más
que un accidente de raza, o representantes,
o del ser semita o no serlo.
Algo que va más allá de Rothschild, el banquero,
o el origen de los cartelos bancarios
de cepa ultramontana. Algo que vás más allá
de Marx. No veas, resentido y personalista,
el árbol. Sepárate. Mira el bosque
y que un dedo no te tape el cielo.

7.

«This world is now, at least for the most part, at the disposal of Marx on the one hand, and of Rothschild on the other»: M. A. Bakunin


El mundo no funciona así.
Mañana Marx se muere, pobre judío,
y se acaba la mitad del problema que has cebado
de antisemitismo, sin sentido, y se muere Rothschild
(¿y que harás con tu argumento?)
¿Recuerdas los días antes de1866?
antes de saberte / declarate / anarco,
antes de amar la Humanidad exenta de la influencia
de tanto hegelianismo y socialismo,
cuando eras realmente un buscador, alumno pensante,
el crítico, ¿lo recuerdas? eras eurocentrista, ambivalente
ante el colonialismo ruso, el Japón revolucionario
te causaba apatía y en Asia también se quiere cambio,
Miguel, y Japón era tierra fértil
cuando visitaste Yokohama, pero tú no lo sabes todo
y casi no has oído nada; pero eres visitante,
participativo; pero no te adelantes en juicio.
Siempre se está a mitad de camino y hay que volver
a repensar lo ya pensado, lo ya intuído.

8.

Parábola de Bakunin en el lenguaje de Juan
y dedicada a su amigo Proudhon
En verdad, en verdad os digo: el que no entra
por la puerta del amor a la libertad,
sino que escala por el lado del poder caprichoso,
ése es un ladrón y un salteador;

Pero el que entra por la puerta y su odio es invencible
a toda opresión, es pastor de los pueblos.
No uno que predica: «Séme dios o amo».

A los pueblos abre el portero su corazón
y los pueblos escuchan su voz; y él las llama
una por una y las saca fuera y les advierte
que cuando la opresión acecha
no simpre viene a uno mismo, sino a otros
y deben juntarse en redil como si fueras uno.

Cuando busca la felicidad que es suya,
va delante de todas las felicidades que hay en los demás
y las ovejas le siguen, porque conocen su voz
que su voz no es Poder de Cratos ni de Styx.
El repite: Ni Dios ni Amo.
«Basta un amo en el cielo para que haya mil en la tierra».

Pero no seguirán a un extraño, aunque se llame Pallas
Sabiduría / y de la sabiduría sólo tenga falsos ecos,
sino que huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños
(el que por amor ya es conocido y se orienta).

La dignidad del Pastor en la dignidad de todos
los que me rodea, ser libre en la libertad de los otros,
he aquí mi credo, la aspiración de toda mi vida.

Y Miguel les dijo esta parábola, pero ellos no comprendieron
lo que les hablaba. Entonces dijo de nuevo:
En verdad, en verdad os digo: yo soy el Portero de las pueblos.
El más sagrado de los deberes, es abrir la rebelión
contra toda opresión, cualquiera que fuera el autor o la víctima.

Todos los que han venido delante de mí son ladrones y salteadores;
pero los pueblos no les escucharon.

Ahora yo soy la Puerta de la Rebelión; si uno entra por mí,
estará a salvo a él y su prójimo; entrará y saldrá
y encontrará unidad y fuerza para sus protecciomes.

El ladrón no viene más que a robar, matar y destruir.
Yo he venido para que tengan voluntad para crear
y seguir productivos hasta la abundancia.

Yo soy el buen Portero de la Libertad.
Quien cuida a los pueblos su vida por ellos.
«Yo soy libre solamente en la medida en que reconozco
la humanidad y respeto la libertad de todos
los hombres que me rodean».

Mas el asalariado, que no es pastor, a quien no pertenecen
las virtudes pueblerinas, ve venir al lobo, y abandona
al pueblo, como el mal pastor a las ovejas y huye,
y el lobo hace presa en ellas y las dispersa,

Cuidado pues, porque el asalariado que no venera
la libertad ni la vida, traidor es y sólo vela por su justicia
cuando la libertad lo favorece y es su privilegio.
Y, cuidado, con el socialismo sin la libertad,
porque la esclavitud y la brutalidad en nombre de las masas.

Yo soy el buen pastor de los que anhelan ser libres
y los conozco por su comportamiento y las mías me conocen a mí
y saben que mi nombre no Poder, siendo Unidad de Fortaleza.

Como me conoce el Padre y yo conozco a mi Padre,
abro a la Niké, su Victoria y les sello para la Bía,
la fuerza benévola de la vida.
«Todo lo que vive tiende a realizarse en la plenitud de su ser.
El hombre, ser vivo y pensante al mismo tiempo,
para realizarse debe ante todo conocerse».


No diré que mi obra ha terminado si tengo otras ovejas,
que no son de este redil; también a ésas las tengo que conducir
y escucharán mi voz; y toda la Humanidad sera bendita
no como un rebaño de bestias salvajes o de ovejas sumisasl
pero la sociedad se ha inventado y la voz de su libertad
es lo que hará el conocerse, progresar
y avanzar juntos.


El libro de anarquistas / Indice

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Bakunin: El más grande anarquista de la historia / El vigilante y la consciencia /

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