Tuesday, July 13, 2010

Rituales de la premiación evolutiva

[Reflexiones acerca del «preámbulo 06 [para una futura constitución»]

al poeta boricua Néstor Barreto,
genial expositor de lo patrio

Los prohibidores anuncian sus rituales
con respuestas pavlovianas.
(Al principio, nos trataban como a perros
amaestrados / y agitábamos los rabos de contento).
Hoy los rasgos personales son tragados
con ofrendas desde bocas que comen fuego
y grupos que ya no laceran la carne.

Los organismos de control se aseguran
sus cargos vitalicios, levantados
sobre esqueletos calculadamente quebrantados
(otrora no fueron esqueletos ni rocas quietas
del pasado); pero la Obediencia se ha colocado
en nichos y hoy van en guardia por cada indócil
ban on Gog / godot del Día presente.

La autoridad se alimenta de obediencia
y los más en la horda del hoy
orbitan, sin saberlo, moliendo su pasado
en molino sutilmente genocida de la carne:
la elección libre y hedónica de su esclavitud.

2.

«... nosotros es un[a] [anhelo] [aspiración] [meta]
[telos] [objetivo] [diana] / que por su naturaleza los anhelantes
le asignan a su [entelequia] [artilugio] [creación] [producto]»:
Néstor Barreto, en:
preámbulo 06 [para una futura constitución]

El Otro hace lo mismo para no ser
el Hijo del Rechazo: su libertad nunca fue conocida
como elegir a la nada; era un poder negador
todo los días, cotidiano «No salvaje»,
si se quiere. Ahora se ha vuelo suma-entrega,
duro dictum de una dicta-Dura, falocracia
de unas gónadas, lícuas e insufladas
con dotes de liderazgo;
porque él fue el rebelde en su día
(uno que puso en manos de otras manos
las antiguas generosidades); mas se cansó
porque la evolución cansa y llegó
al límite propio y han comenzado a pedir
toda su fuerza, todos sus instintos residuales,
toda su remota zorredumbre,
y lo que había con[sentido] y ya da solo.
Se inmola, entrega suicidamente con su(b)(v)ida.

3.

«... hemos descubierto tres centenarios objetivos para ese nosotros poder [se] [corporizar(se)(nos)] [religar(se)(nos)] [poetizar(se)(nos)] [amar(se)(nos)] [fundar(se)(nos)] [colmar(se)(nos)] [dar(se)(nos)] [reconocer(se)(nos)]»: Néstor Barreto

Dijeron, Con Scientia, que la Ley
ha de ser lo siguiente: Un ente superior
que pide su emergencia en el Dominio y quien hará
que sobrevivan los mansos, sin sus loquios,
los premiados con la Yerba Buena.

Agrega que no hay hierba sobre los campos
del pradejón sobre la que la Ley no sepa.
El que ofenda a la Scientia
con la Tía Scien se mete y será quemado
por la bruja de los Top 100 y no sobrevivirá.
Quien no sea controlado que desaparezca.
Que cave un hoyo y se esconda.
Que la manada lo busque y lo olfatée,
que la tribu prenda fuego a su memoria
que el Poder de la Con Scientia
le cante el luto y lo sofoque en olvido.
Fuera del Poder, no hay vida.
Ni asimilación.
Ni permanencia.

4.

«que guardamos como en un sagrario
-esto ya parece una iglesia- algo en que no creemos
[l@s a punto de morir] [l@s del futuro] [nos otr@s]
[el circo] [el sacrificio]»: Néstor Barreto

«Lo enterrarás aquí», dice la Constitución
de la Con Scientia, la ley de los consentidos,
«con propio o sin ningún consentimiento».
«Disfrutarás con el sesgo de tu responsabilidad eterna».

Feliz serás con excremento que no cargues.
Déjale la mierda a la tía, ella la aroma,
ella la huele, ella la juzga y la torna en oro
de su mina; ella, embruja con su encanto
para que te sientas en calma y reforzado.

No tengas responsabilidad de tus despojos.
Despójate tan sólo y sé del Consentido.
No eres responsable ni de haber nacido.

Deja que la Comadrona te jale la desdicha;
se quede con un poco, lo más duro y hediente
de tu alma: Dále tus mojones, cágale bonitamente
las brutas terquedades; sé manso,
recibe una y mil nalgadas para que nunca vuelvas
a llorar con la culpa del haber nacido.

5.

«a nosotros nos asombra que esta realidad
no sea más [obvia] [diáfana]»: Nestor Barreto

Entre la complicidad de Tía Scien
y su engendro el Poder, con Scientia,
la Sobrevivencia se pretexta y se impone.
El Pre-Juicio se EnDiosa, Se Con-Tú
Sión(a / y) lisa. Que sea entonces
Tu Bando / tu prohibición sin Blasfemia.

Predispónte, Keinshorm: a no contradecir
lo que la Tía formula, aunque no sea simpútica.
Interioriza el poder y sé como el portero de discoteca.
Que quien quiera la Danza de la Zorra
también admita la Obediencia.
El portero es figura de la autoridad
en funciones: es la misma capacidad evolutiva
pero viendo los culos agitados, peste a testosterona,
nenorras sacudiendo sus pulgas
y agitando su púbis.
El viendo, fisgón: el individuo
cuando admira, olisquea hembras,
él ante el temor del pene chico y la poca gracia
de mamito, el autoengaño del tremendo bichote
y allí, fisgón portero, árbitro que se acata
a unss normas y cumple el deber,
evitar la crueldad. Las transgresiones.

6.

Porque hay prejuicios de amor propio
o egoísmo lógico, ante el portero de la discoteca,
alguien dice que una Zorra baila mal
aunque sea la mejor meneada
y alguien dice que es pequeño
una bichuela del Manotas quien, en verdad,
se erotiza / pero sólo en en pulgadas,
pues la tiene más grande y es el que nunca ama.
Quien desprecia el juicio de los demás,
con criterio superfluo, que salga y encuere
al portero, si es que puede. Patéelo, caramba.
Que muestre que sus prejuicios, opuestos
a los que la autoridad impone, son los mejores
y no una simple apuesta vana
de sus predilecciones
o un sistema rival en marginalia.


7.

«... que enfrentamos un cosmos pre definido con con este chin chin y que por lo que hemos eregido y más por cómo»: Néstor Barreto

Esta es la tendencia que valora la Con Scientia
sobre los aspectos evolutivos.
Sesgo de la responsabilidad externa:
Que deposites las decisiones innatas / incómodas
en agentes externos: las Van Guardias
(los que pensamos por tí, quienes sabemos
cómo hiede la mierda del Origen).
«Dáme tu punto ciego», dice la Constitución.
«Yo te daré la Luz para que no veas tus prejuicios,
sino las dichas futuras por un solo ojo».
«Dáme tu lealtad al grupo. Que lo que veas
con el ojo que te dejo sea la identidad social
con que te doy protecciones; quien es fiel
a la Con Scientia no confiere a otros argumentos sólidos».

Esta es la tendencia que valora la Con-Scientia
como sus aspectos evolutivos.
Que eres la masa bajo el Dominio
de Quien te purifica y te saca la mierda.
Que eres hijo del descuento hiperbólico:
preferidor de beneficios inmediatos
y no del lucro retardado y el Más Allá
que no viene ni en forma de Paráklito.

«Sé entonces masa ciega y estólida.
Amasa pan con la tía.
Y, aún en la barbarie de nuestros actos,
facilítate, participa, goza,
porque el maremagnum de un grupo
es la euforia santa, éxtasis de la Ley
de la Con Scientia».


8.

Tan sencillo que es inducir a la Dicha del Grupo
de la concreta Con-Scientia y formarse en ella
y si alguna idea hostil o prejuicio surgiera
que no sea para el grupo que te forma
ni contra la Tía que se volvió tu Coma
(l)a Drona de Tu Mierda

Todo respaldo de Tu Tía en el poder lo tienes.
Sin restricciones sus poderes te miman
y te dan libertades; tú, en el turno de tomar el abanico
con mil rejillas y pajas, cada una llamada
«Elección de Libertades», opciones.

Tan sencillo que es pedir «Dámela, tía»,
porque hoy quiero lamer las corruptelas
y oler las humedades de tu crica pegajosa;
dáme tu abanico de calores, tu aromita de pedos,
Co-Ladrona de mi Madre, reemplazadora
de mi poder interno, quiero hacer pocaverguenzas
pero dentro de La Olla, del respaldo moral
que da mi grupo, aunque sea por un día.
Mama-Mierda, dáme la opción
del Abanico del Poder Corrupto.

9.

Está lleno de ansias, esperanzas, ilusiones
aquel pobre pendejo. Ha seleccionado todo lo suyo
y subjetivo para mirar al Estado y al prójimo.
La Tía Scien dice que falta despojarlo de la mierda
y ha enviado la Van de la Guardia con papel de lija
para limpiar el Alma / su culo en las subjetividades.

Inevitable que así haya sido, alla mandó
la Bandwagon, efecto de arrastre o efecto
del criterio victorioso: Vicente debe ir a donde
va la gente y este pobre pendejo no ha entendido:
rechaza el Carro Ganador / la Bandwagon
y la Van-Guardia patrullera
porque la mayoría está gozosa
y a ésto él llama el instinto de manada
o de falso consenso.

10.

Todo ser invisible es un zorro aunque
sea el más ignorado por el ninguneo.
Es que los consesualistas del Estado
y las alimañas de la Van Guardia opinan de suyo
que sólo sus hábitos, valores y creencias
se han extendido entre otros
como percepción selectiva y la mejor de las opciones.
A los zorros no los quiere nadie
y ninguno los conforma. Están en madrigueras invisibles
y son unos pobres pendejos y, quienes vean a alguno,
no dude en avisar a la Van Guardia.
La Policía les estará agradecido.

11.

Creó la falsa impresión de ser un sabio
y tenía, por su mucha información acumulada,
la certeza de su razonamiento y/o la conclusión
de ser el más veraz de todo cuenta-cuentos,
pero era un mentiroso, no más
que un estúpido embustero
y pedante juez de la Van Guardia.

Era un odioso cultivador del prejuicio desconfirmador,
inconforme en el refugio del crítico escrutinio
de datos inservibles en bibliotecas del equívoco.
Era una rata que contradice sus creencias
por aceptar sin criterio la incongruencia
ante lo fatulo y lo tienen de juez
allí donde la polilla y él se alimentan de lo mismo:
páginas de libros.

12.

Deformadores profesionales como él
hay muchos. Gente con sólo una lupa
y ojos cada vez más míopes tiene.
Hay muchos arrastrados por sus convenciones
y su oficio de ojos ciegos, numinosos,
y manos que sirven a nada
y piernas chuecas que nunca han corrido
y bocas secas que no hablan ni de lo viejo y nuevo.
Sólo el limbo, status quo, falso estadolibrismo.
Hay muchos deformadores profesionales
de un solo criterio, una mugre bandera vendepatria,
un solo territorio, una mudez
de burdos jornaleros del pancismo o la nada
y el Poder los tiene cual botellas
de bodega y cuarto oscuro
y a la cesión de este logro no logrado
lo poseen como mérito sin saber
el daño que ocasionan en el mundo.

13.

Aquí, en el país de Con Scientia,
donde vive la Tía, la comadrona puta que nunca
ha parido, pero limpia los mecos de cada parturienta,
se desenseña la asepsia y la ilusión de control
sustituye al asombro y a toda cognición verdadera.
Por eso están los funcionarios tan eufóricos
creyendo que influyen y organizan consecuencias
y predictivos resultados que realmente no controlan
ni mientan. Es un gobierno de azares
obsesionado con la deuda del estatus de obediencia
al que siempre se ven amenzados.
Por eso parecen pensantes y su pensar
es siempre el mismo: hay que enviar una Van Guardia,
guardia ve, salva guardia, vigila, milico,
hay peligro rojo, hoy peste amarilla,
hay cinta negra al acecho, vé San Guardián de Porres,
ven San Facho al zafarrancho,
hay gente contrayada en contra.

14.

Por aversión a la pérdida,
por temor de Comadronas a que otro siervo
nazca muerto, malnacido en sus manos,
el Poder de Con-Scientia,
hasta se autoengaña y sobrevalora la intensidad
de emociones y extraviados riesgos.
A todo lo nombra proximidad de subversivos.
Mas tira piedras al río y esconde la mano.
En ese río, hay cadáveres, muchos
que hoy son vidas malolientes y fantasmas.
¡Ay, qué impacto emotivo duradero
que haya muerto un muerto vivo y uno pudo
que pudo nacer para siervo confirmado,
ay, si hubiera llegado a tiempo
y previamente una ayuda prometida,
un cheque / subsidio / de incentivo,
pero la Tía Scien se perdió,
tiraba piedras al río, velagüora!
Ella no sabe distinguir la calidad de los aciertos.
Ella todo lo juzga por el resultado final:
la verdad es el azar que la confirma,
no la comprensión de la Causa
de sus Actos.

15.

«... nosotros que [entendemos] [vemos clara] [sufrimos de] [vivimos de] [nos saltamos] [toreamos] [trabajamos] [construímos] [aplaudimos] [dotamos] [revelamos] [narramos] [versamos sobre] [tendemos] [iteramos] [lamentamos] [criticamos] [alentamos] [cultivamos] [aportamos a] la actual fantasía de nosotros / y a quien nos parece perfectamente diáfana y prístina la anhelabilidad descrita»: Nestor Barreto


Búscame, dentro de las negaciones
de cada probabilidad, una palabrita linda.
Voy a escribir un Texto de Consuelo.
Búscala en la madriguera de los zorros.
Patéalos, tortúralos, aprisónalos,
pero que te ofrezcan una frase bonita
que alivie y fosforice la Laguna de las exposiciones
porque bajo esta incertidumbre
se ha secado mi boca, Van Guardia,
se está muriendo la Scientia.
Se está cortando mi lengua que ha lamido
las entrepiernas del Mundo.

16.

l@s a punto de morir] [l@s del futuro] [nos otr@s] [el circo] [el sacrificio]»: Nestor Barreto

«Los congregarás aquí», dice la Comstitución
de la Con-Scientia, ley de los consentidos,
«con propio o sin ningún consentimiento».
«Búscame a los más pesimistas entre quienes
pueblan el mundo y que me ofrezcan el ritual
de su castración y pseudocerteza».
Que, al hacer elecciones adversas y de riesgo,
se equivoquen ante mí, que yo por equivocarse
no me enojo; sólo espero que prejuzguen
con sus malas y erráticas consciencias
los posibles resultados negativos.

«Tráeme la mala raza de los pesimistas»
(esos que hasta parece que maldicen lo Bueno,
lo Verdadero, lo Util, lo Generoso, lo Valiente).
«Los congregarás aquí, en mis asambleas,
porque si los resultados fueran positivos,
yo los premio, los agasajo, limpio de toda mierda
sus culos y les beso las lujurias y los mocos.
Los consagro; pero, que sean los perversos
a mi lado, los pesimistas,
hartos maldicientes de lo Bueno
porque son más útiles que los sabios omisivos
o los buenos por tanteo, intuitivos
de las zorreadas insumisas.

Todo es dañino en la Tierra de Scientia.
Perjudica lo que se omite
como parte del Juicio, lesiona lo que se omite
en las Acciones y el pesimista, concluye:
«Por cualquier lado que lo veas, Tía Scien,
estamos jodidos, teórica y prácticamente
condenados por lo Adverso.
Toda planificación es una falacia».

17.

«... hemos descubierto tres centenarios objetivos para ese nosotros poder [se] [corporizar(se)(nos)] [religar(se)(nos)] [poetizar(se)(nos)] [amar(se)(nos)] [fundar(se)(nos)] [colmar(se)(nos)] [dar(se)(nos)] [reconocer(se)(nos)] / libertad igualdad fraternidad [lo mismo exacto que nuestra conducta niega]»: Néstor Barreto


No. Persiste lo zorruno en este hombre.
Será el último en la horda que diga: «Mansamente
soy tuyo. Mansamente, tú mi líder y mi dueño.
No será con placer quien obedezca».
Entregarse completamente duele
y no es posible. No es de ésos.

Jamás mi pareja en el amor,
jamás en mí inclinación al masoquismo.
No evolucionaré para obediencia.

18.

«Sin libertad de elección el individuo se libera
de culparse»: Ralph L. Rosnow

Abrieron ante él el susodicho abanico de miles y miles
de rayos y brisas protectoras,
grabado en sus rejillas el paisaje de opciones infinitas.
A cada paja se llamó «Tu libertad electiva,
rumbos para tus decisiones»
y fue así que, a la postre, sofocaron su alma.
Nació el intenso estrés que lo desmoraliza.

Abrieron más expectativas que las que suple
su aliento; le dijeron premuras al oído
con cada «Acaba y elije tu ventaja»;
pero sentió la demanda cual veneno.

Con su ritmo lo aturden y lo matan.
Que esa libertad de abanico es hartazgo
(les diko, que es asfixia, en su fondo).
No siempre se siente mejor / siendo tan libre
si es con presión en las costillas,
siendo libre por decreto, siendo libre
y sin comprender que es serlo.

Tanta libertad predefinida no garantiza
ni pizca del comino,
pero una herida la deja autoinfligida
(si se equivoca fue porque se elege,
si el elegir fue para el consenso
con miles de electores,
poco que vale la palabra inicial, tanto
aspaviento de abanico de opciones)
o que gane el más tonto o más tramposo.

Con este elegir logificado que abaniquen sus culos,
no el mío; que se reirán los electores, todos.
Ahora suyo sólo el rechazo... con tanto abanico
lo dejaron solo, culpable, expresamente objeto
del recelo, y ha triunfado lo incierto.

19.

Yo soy el hijo de la desilusión.
Lo que yo quiero, otros lo repudian.
En el sesgo de mil expectativas, hago
mi cobijo, edifico morada.
Mas, entre todos, soy el menos sumiso.
No soy el dirigente ni siquiera un quejoso.
Soy el desilusionado y mi enojo
no es lágrima ni amargura.
Es la soledad de la venganza
que no se ha cumplido
y la verdad que no ha triunfado.
Y la vergüenza, al lado.

20.

Yo elijo al que amo más, al que conmigo
va a la muerte y sin miedo, elijo
al más valiente, que siempre es el generoso.
Hay pocos de esos: el mundo está sembrado
de abstractos, de seres generales,
de aspavientos por causa de esa selección
obligatoria de pertenencia al grupo,;
ya nada es honestamente voluntario...
La consciencia colectiva pide al sumiso,
lo gratifica y el líder es sólo un demonio evolutivo
que cultiva el aplauso y el sofismo.

21.

«Cuando cambia el desplazamiento de la motivación
a factores extrínsecos se socavan los preexistentes
motivadores intrínsecos»: Ralph L. Rosnow

La no hay zorros de motivaci¦ón intrínseca,
seres sospechantes de su valor profundo,
ya sólo impera este apetito del incentivo externo.
Nada sale del iracundia del alma,
de alguna forja individual, feroz, tierna
en el fondo; todo se sobrejusifica
con las premiaciones
y toda tarea se abandona al inmediato
y precario resultado de los incentivos.
Al final, uno insatisfecho,
peleó por la prebenda, la migaja,
la mierda que ofrece alguno,
venció por la pocavegüenza, la caradura,
el estímulo pavloviano de los conductismo
y uno, en la menor atención
de lo auténticamente deseado, sin gozo,
uno traicionado por los premios al ego,
uno, regresando a la casa, vacíp y vano,
menos orgulloso de sí mismo,
y dependiendo de esos espectros externos,
reforzantes de la cosa, lo dado,
condicionados premios.

22.

«People are motivated to reduce subjective uncertainty by identifying with social groups»: Ralph L. Rosnow, Poultry and Prejudice. Psychologist Today (March, 1972)

Para administrar este terror ante lo inevitable,
deseo de no morir y autopreservar
lo que tengo y lo quiero, se agiganta
mi alerta, la piel se pone de gallina
y a lo trunco conjuro,
a lo inevitable busco el rostro infame
y circulo en ocasiones de escupir su cara de guadaña
y demonizar la proximidad de su llegada.

A toda esta incertidumbre hay que cambiarle
pantaletas cada día, poner lo subjetivo
en nuevas faldas, adoptar un mundo cultural
que me imbuya en lo estable, en sed de permanencia
y de dominio... y pensar que tanto tóxico ajoro
es porque no quiero la muerte
ni que alguno me piense vulnerable
y ponga mi auto-estima a flor de suelo.

23.

El hombre a sí descrito, temeroso de la muerte,
en pánico por el síndrome de frágil,
piensa que fuera de su casa existe el hostil mundo
que amenaza, y si tanto teme a la horda airada
cuando salga de la subjetividad
de su chiquero, suelta los perros, mundo,
sál con dientes afilado, perro muerde
a todo aquel que lo valide, o lo apoye.

Le gusta su grupito de espuria mierda perfumada,
los calzones de marca, el zapato reluciente
por lo nuevo; le gusta que se intensifique
este prejucio contra otros que no valoran la vida.
Entonces, sal, perro rabioso,
méale el calzado, orina a las mujeres
en su propio escote.

Es atroz este sentimiento que lo ocupa:
«somos perecedores» y hay que ocupar más prisa
que la muerte, hay qe sobrepasarla,
esconderse de ella, pero tú no lo dejes,
ladra, enronquece un ladrido de amenza
hasta que se regrese.

Dice qie hay que vestirse de lujo
y sin miseria, disimular el miedo debajo
de un sombrero, a más caro mejor.
La muerte utiliza un gorro verdulero.
Pero no es verdad: la Perra muerte es
blasfema de las pulgas y quema y muerde
todo lo presuntuoso.

24.

A quienes traigan resencia de positiva valencia,
falsificaré la firma de sus Manipuladores,
médicos matasanos de consciencia.
Voy a darle vomitivos para que no puedan identificarse
junto a ningún grupo, voy a llenarles de prejuicios
para que se sientan solos y no contamionen
con su incertidumbre, porque así
como ellos, nadie es honesto al mirar al calle.
Nadie es honesto al mrarse a sí mismo.
Y yo, la perra solitaria muerte,
quiero un poquito de amor sincero
y quiero ser la mejor amiga del género.

25.

No me gusta estos seres placentarios
que nunca maduraron por causa de sus incertidumbre
y sus prejuicios cognitivos. Son metafísicos a medias,
metodológicos chapuceros, son plenitudes
llenas de agujeros, vacuolas en medio de lo vivo.

No me gustan ni como seres afectivos.
Se disgustan con una etnia, si no tiene progreso,
si aproximan a la clase de los hermosos
aunque vivan echándole la biga y envidiándolos.
Los perdonan por actitudes caprichosas
mientras otros los irreconocen,
aunque sean maravillosos.
No me gusta esta gente de los seres aterririzados
por cosas tan virtuales como raza, origen nacional
o credo; no me gustan sus prejuicios etiológicos,
su conducta de moscas sobne el pastel ajeno.

Del El libro de anarquistas

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Al pueblo chileno y mis amigos poetas de Chile / Evaristo y la Trevi / Introducción a la Laguna / El hombre enamorado de la vida escribe "Yo soy la muerte" / El erotismo sincero / Meditación del ser / Poema Impaciencia del Tzadik / Obra y poesía de Carlos López Dzur: Una Introducción / La Carlita / cuento / 2 / Enrique Cebollero y sus aventuras / Elegía mi madre

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