Thursday, November 04, 2010

Las juderías / novela / 43


Juderías / Indice

43. Experiencias de socialización

En una conversación de sobremesa, están los hijos de Dskoja, la usurpadora, y el ladrón de su marido que con cierto tema no cesa. Taladra. Dos famosos toreros, Manuel Benítez y Paco Camino, en una corrida en Aranjuez se pelearon a puñetazos. Un hijo de la Vieja Coja (perdón, Dskoja), Pachi, el gargajero, tiene 14 años y la madurez de un klotz. No me gusta ni que me dirija la palabra. A tres días de conocerlo es insufrible. Me pica la cresta y me pone agresivo.

Mas yo aprendí, ya no en iedish de los polacos de Obispo, otro nombre para referirlo: Pachi-Toli. Es que me espetó el término desconocido y provocó risa y ya sé que significa, Toli: tonto, estúpido, pendejo.. Es lo que él piensa sobre mí, desde que así me dijera durante un primer paseo por la Ciudad de Sevilla. Toli porque todavía no he visto una película en el cine. No he pagado por una taquilla y, en realidad, nunca he bailado. Ni he tenido churri (novia) ni, en verdad, amigos. Mas, si es cierto que el mono es sabio y menos 'toli' que lo que aparenta, le puse este calificativo como si fuera su apellido. Le digo Pachi-Toli cada vez que puedo para que se mortifique con su propia burla.

De la forma más natural e ingenua, él ha pasado a ser Pachi-Toli y ahora dos de sus hermanitas, me repiten. Están pendientes a cómo le digo, a todas mis chanzas.

Se había echado a reír, a mis expensas, sus amigos y él como la voz cantante porque jamás he pisado otra escuela que mi casa. Aprendí, con Mamá y Andrés, mis únicos camaradas, a hablar con la verdad, con sinceridad, con el corazón y esta familia no lo agradece. Se creen muy modernos, civilizados; creen que vengo de la ruralía, o me críe entre muleros. Veamos este momento. Han interpretado que me crié entre vacas y animales de la Hacienda de Ceiba Mocha, propiedad de mi tío. En balde, les dije que la visité pocas veces.

«¿Has ordeñado una vaca?», pregunta Pachi.

«No. Me habría gustado».

«¡Que cabreo! Está de pena», dice una hermanita de 15.

«¿Has recogido uvas? ¿A qué palo has subido o trepado en el monte?», algo extraño tiene la pregunta que mantengo silencio. Hay burlas en el ambiente.

El ladrón de su padre se come las orejas de Mamá, enfadándola con cuentos sobre toreros, y la prole de los Fulanos, me pide que hable, «si no te han comido la lengua», sobre la vida en Cuba y que explique qué es lo que entiendo por una vida sencilla, siendo que nunca fui a una escuela pública o privada. No tengo ni el certificado de primaria.

«Ergo, a los diez años, bueno, casi yoguirín, eres un toli».

«Será, Pachi-Toli, será eso».

Lo que está «cool» en España, lo que gusta a los bakalas como ellos, es música electrónica británica. Bakalao de la banda de rock psicodélico Pink Floyd. «Que España tiene televisión», me informan. Y yo que estuve a punto de decir que, en las pocas veces que miré de TV («Cuba también», dije) y hojéé revistas españolas del mercado, me tocó ver una película de una niña muy dulce, llamada Marisol, «Rayito de Sol». ¡Qué bueno que no la mencioné! Me habrían asegurado que soy un agonías.

No hay cómo darle gusto a esta familia. Todo lo cree agónico, o cursi. Pero, al menos, la Usurpadora concluyó que soy majo, una guapura, me dijo. Miraron a Mamá: «Pero sin berneta, nadie es chorbo». Ni chorba. Futuramente, significaría que el atractivo se hace obvio con automóvil.

«A pie es ir de culo», ríe el mayor.

Estoy aburrido al punto que quisiera la prisa de las horas, irme a la cama y sentir que Mamá me acaricia. Tengo un canapé en el cuarto, pero, me acomodo al lado de mi Camarada dulce. A veces creo que los latidos de su corazón son sones de La Habana.

Hay diez viviendo en la casa, además de nosotros. Casi todos tienen una habitación para ellos solos (son seis recámaras: una, la matrimonial). Nos dieron la que solía darse a la servidumbre, cuando Joachim vivía, antes de morir su esposa, mi abuela materna. Mamá me habló sobre esta casa, su esplendidez, sus tragedias, la vez cuando la sorprendí escribiendo cartas para su envío a España. El asunto es que nunca recibía una respuesta. Al menos, 18 años sin que contestaran. Sabía que algo pasaba. Se imagino que Dzkoja abandonó la casa. Una vez al casarse, con su actual marido, fue lo que dijo que ocurriría y ya no hubo cartas suyas, excepto los deseos de Mamá porque telefoneara. Ella sabían el número en La Bodega y ni llamó para dar el suyo. Lo que hizo fue cambiar el número de contacto suyo en España. Engañar. «Creí que no vendrían ya más por la Revolución, o que murieron». Fáciles pretextos.

Es terrible que se conozca la soledad en una casa de diez espantajos como éstos. Imagino la frustración que Mamá siente, e imagino cómo ella amplifica la frustración cuando imagina la mía y, en verdad, esa noche le confesé que si tuviese un helicóptero, a mi disposición, como el que utiizamos de la Base Ramey a Guacio, pilotearía para irme a Punta Borinquen, o cualquier parte, menos en medio de esta legión de demonios. Ví que ella se preocupó cuando le dije que Pachi-Toli y el hermano mayor, de 18, el Vago, fuman marijuana, sólo que le llaman porros / cheches. El mayor inhala farlopa.

«No permitas que te ofrezcan, menos consumas de esas porquerías. Mantén la distancia», me dijo Mamá angustiadamente. Aprobé su consejo y la ví meditabunda, distraída en su pensamiento que se voló muy lejos. Según me dijo, más tarde, viajó al recuerdo de las nubes, a la intimidad on Dios, al Shemini Atzeret..

Mi pensamiento estuvo en algo más terrenal. A una de las dos niñas de la familia, que duermen juntas, en recámaras del segundo piso, las suele acompañar al colegio, lo que llamaría la niña más hermosa que mis ojos han visto. Ya la he visto tres o cuatro veces. No entra a la casa; habla con las amigas en los jardines. Parece que tiene su que la lleva y la trae. Es un hombre de uniforme. O puede que quien la acompañara sea un guardia. He querido preguntar a las dos chistositas de la casa sobre quién es ella. No estoy seguro. Una tarde oí que la llamaron Jacinta.

El segundo sábado que pasé en la casa, los jóvenes me invitaron a dar un garbeo, ¿qué? Una mera vuelta o paseo. Mamá, a quien lo de garbeo se le antojó, droga o sabe Dios qué, dijo que este día es suyo y de Ha-Shem. Ví su celo fue porque recordó que con: El Vago que inhala farla, no. Es cocaíno. Dijo que no fuera para protegerme de este modo de una mala gente..

«Hay que utilizar cada excusa disponible para que no estés con ellos», me decía a la sorda. Me habría gustado ir, no por simpatía o deseos de socializar, sino porque esta vez El Vago se acompaña de sus dos hermanitas. No es usual que vayan con las hembritas de la casa. No es posible que sea a nada riesgoso. «Es caminar, pasarla estupendo, darle marcha, nada de alpiste». Mas Mamá se impuso y preguntó por libros que otrora. Joachim tenía en su enorme biblioteca. «¿Qué hicieron con sus libros?», preguntó Mamá. «Tal vez en alguna caja en la cochera. Es cosa de buscar con tiempo. Déjalo que vaya, señora Riga».

Sabía que era el Sábado de Dios para ayunar y meditar en El.

«Los sábados no salgo», dije.

«No seas faldero. Ya salíste de Cuba. Aquí hay libertad», dijo El Vago.

«Ven para que flipées con nosotras».

Se fueron lamentándose de que se me haya criado como un agonías, friki raro». Oía sus mofas.

En realidad, Mamá me dio el tema para que orácemos. Orar por la unión en la diferencia. Orar por nuestro peregrinaje de Cuba a Sevilla y por hallar unión en el octavo día, momento de bendición que en la Tradición es llamado
Shemini Atzeret, el Día Octavo, día extra de intimidad con Dios que no se puede compartir con todo el mundo durante la Sucá.

No era aún la Fiesta de las Cabañas o los Tabernáculos, mas había una urgencia de este día. «Escucha, copiloto. Medité sobre nuestra situación en la casa. Es hora que, como Camaradas, digamos cómo sentimos... ¿Sientes tú que vagamos por el Desierto y que, aún esta casa que fue de mi padre terrenal, tu abuelito, es provisional? Para festejar una cosecha verdadera, el lugar no es aquí... ¿Cómo bendeciré a mi pequeño, si este ambiente es hostil y no tiene santidad? ¿Sabes cómo me siento aquí? Como en el falso reino de Meléj».

Vencerás, Ietzer hará, / o ya has vencido, o poco te falta para hacerlo, / vencerás a quien ponga una piedra labrada / como muro en la puerta del justo, pared cuadrada / (señal que a Ella / Isla / Amada / dirá: «no vengas»). / Cuadrarás todo, con ciencia empirista, /con relativismo saduceo, protagoriano, preferirás el gusano al pan trenzado, / endulzado en miel, violarás / a Florinda la Cava, a tu hermana Tamar, / enseñarás la tierra de tu heredad / al enemigo, dirás santo y bueno, / a lo que no lo es... / Entonces, la Serpiente ya no circulará / porque tú lo decretas como Herodes Antipas / y pedirás la cabeza del varón del Isod, / el hombre magestuoso y de buen impulso / y hollarás la cabeza de su Naara, / a la Madre / Amma / a los hidras / hiedras / de las internas formaciones. / Con blasfemias a las diosas / bealot de Itra, abundancias de Izri /creerás en tu propio Encubrimiento, / Alamat, tu falso reino de Mélej. [Carlos López Dzur: De Teth

Oyéndola entendí que la casa, tal vez toda Sevilla, es nuestra morada temporal. Pese a su belleza es una choza que cobija a ladrones. Desgraciadamente, a falta de pureza y unidad bajo su techo, ya no es nuestra casa. La visión mayor es que somos para la vida eterna y la transfiguración. Mamá me dijo que, en cierto modo, yo soy el 'egregio extranjero', el peregrino, como ave de paso, que regresa. «No eres un peregrino cualquiera», me dijo.

Sentirse egregio tiene su significado. El extranjero es bienvenido y admirado por apto. Hay muchos peregrinos, o nómades, en el mundo, en desiertos, en caminos trillados; pero, a no todos se les admite como egregios. Distinción importante. El extranjero egregio, aunque el mundo no lo vea, camina de la mano con Dios y sabe la importancia de su peregrinación. No va por el mundo con el pregón de que morirá, que es ave de paso, sin rumbo cierto, como el pariah. El sabe de la eternidad. Me dijo que esa metáfora del «estraño visitante» está contenida en la poesía de Novalis.

«Mas mira cómo me llaman los Dskoja: Freak / friki. Estrafalario».

«Los vulgares y extravagantes son ellos; pero, tú los vencerás y los juzgarás conforrme a sus méritos. Sólo para gente como tu, para tí el Creador ha creado el octavo día cuando los primeros dias de la Sucót termina. Cuando sea el tiempo de irse, sólo a gente como tú, Dios provee algo aún mayor, más esplendoroso. que esta choza por la que ellos se pelean», consolaba ella.

Leímos la Torá en aras de los significados ocultos de cierto evento padecido por los antiguos israelitas y que, aún hoy, se conmemora en la Tradición Judía como la Fiesta de los Tabernáculos, una de sus tres más importantes Shalosh regalim. «Esta es nuestra primera oportunidad de dar gracias por los frutos de la Cosecha del año: No creas que son pocos, hemos sobrevivivido el terrorismo que hay en Cuba... Hemos conocido las Cuatro Especias de la que habla la Torá y que significan la bendición que une a todos la hombres: el que no tiene aroma, pero sí gusto sabroso (como la rama de la palmera); el es que es fuerte de aroma, pero soso (como el mirto), el que ni aroma ni sabor tiene (como el sauce y la persona que tiene aroma y sabor agradable (como el citrón) y es quien mejor representa al Observador Cauteloso, al extranjero egregio, al de más conocimiento... Camarada, yo te veo como el citrón. A citrón me olía Malká y Andrés... y con olor al Ché Guevara, llegamos... Cuando venga el Día de Fiesta de la Sucá, ya Dios / como Fuente de Todo y quien alberga a todo tipo de criaturas, aún en la precariedad y les halla Guías y les envía la Gran Palabra de la abundancia y el consuelo, nos habrá dado otro nuevo lugar para vivir".

¡Qué manera tan extraña y maravillosa tiene Mamá para leer estos versículos de Exodo 23:16 y Deutoronomio 16:13. E interpretar los cuarenta años del peregrinaje en el desierto, después de la salida de Egipto y la conducción por Moisés, tiempo en que que se residió en premura y bajo frágiles cabañas. Mamá Sara me dice cómo sueña con el pasaje de Levítico: Moisés da orden, recibida de Dios: Tómese la madera de los árboles de hadar y ramas de palma y construya estos habitáculos para que todo israelita los viva por siete días, «a fin de que las futuras generaciones, sepan que Yo hice que el pueblo de Israel viviera en cabañas cuando los saqué de la tierra de Egipto».

«¿Regalarías la casa a esos ladrones?»

«Ellos nunca serán felices porque me han robado; pero yo no sería feliz si los mando a la calle... Estos son tiempos en que la precariedad / temporalidad / de la vida prueba nuestra fe, perio Dios mira si admitimos la necesidad con humildad. Acuérdate del dicho: «Vanidad de vanidades, todo es vanidad». Sin embargo, no te digo que no hay que luchar. Lo que te digo que tú y yo tendremos que ser como el Extranjero Egregio de Novalis, o el Peregrino Estraño de la Torá y de la bella Oración de los Ushpizin» (palabra aramea, que significa invitados exaltados / o huéspedes egregios de las Cabañas).

En colectivo, durante el Shabat, Mamá me habló sobre los Siete Pastores o Guías espirituales de Israel (Abraham, Isaac, Jacob, Moisés, Aarón, José y David). En la tradición judía, en cada cabaña se permitía la entrada a un visitante egregio que aprovechaba, su alojamiento esa noche con sus anfitriones, para compartir un mensaje o lección de tipo espiritual. El significado oculto del evento está contenido en los Himnos de Novalis. Cuando una persona, puede instruir a peregrinos, o sus anfitriones, es como el huésped / extranjero / egregio. El tiene que instruir la Gran Súplica de la Gran Palabra. Esto es lo que Novalis hace, en su tono lírico, en la Noche de la que se siente buscador, hijo dialogante e instruído para un peculiar Hoshana Rabbah. «Hay que estar pendiente a nuestros siete ángeles, co-Piloto», decía Mamá cuya fe cada vez era más grande.

Entre los rezos y rituales de estos siete días de la Sucot, uno está descrito en Levítico 23:40 y se canta con la recitación descrita en los Salmos 113-118: «Y tomen el primer día ramas con fruto de árbol hermoso, ramas de palmeras, ramas de árboles frondosos, y sauces de los arroyos, y regocígense delante del Señor su Dios por siete días». El Arbat Minim utiliza el lulav, una hoja de palma cerrada; el etrog o citrón; los hadasim y las aravot u hojas de sauce. Estas tres plantas pueden significar tres tipos de judíos; pero, aún más universalmente, tres partes del cuerpo humano qus se deben consagrar: la espina dorsal (con las ramas de palma), la boca (con la hoja del sauce), el ojo (hoja de mirto) y el corazón con el fruto del ettog o citrón, que tiene aroma placentero.

Mamá quiso estar en contacto con las Cuatro Especie y prepararse para los venidero, de modo que le dijo a los Dskoja: «Cuando Joachim, mi padre vivía, por amor a su viuda y su parentela, mantenía la casa muy hermoso. Es cierto él pagaba un jardinero y aún él se ponía a acicalar los paslllos porque dan a la calle y la gente juzga, desde fuera por la apariencia... He hablado con mi hijo, ya que ha perdido el ciclo de enseñana pública, y seremos él y yo los que nos encarguemos del jardín ahora».

«¡No podemos pagar un jardinero!»

«No estamos pidiendo que se nos pague. Sólo que contribuyamos a mantener el jardín que había en la casa. Ya no es como el que tuvimos. Esos patios dan lástima. ¡Hasta latas de cerveza hallé tiradas! Saquemos de las cocheras, palas y tijeras; vienen dos jardineros gratuitos. Mi hijo es fuerte y ama las flores. ¡Vamos! Desde hoy trabajaremos!»

Mamá trabajaría con las Cuatro Especies porque para la Fiesta de la Sucá hay que estar preparados.

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