Friday, July 03, 2009

Parte VI: Canto al hermetismo



Parte VI: Interrogatorio del Ciego


Todo un señor Presidente

¿Cómo es posible que dedique usted,
Todo Un Señor Presidente,
su valioso tiempo, recursos del Estado,
su personal fortuna, paz mental
de su carácter, su personalidad entera,
a tan trivial asunto? La zapatilla que
una avispa cibernética detectó en los jardines.

No lo comprendo.
Cosas más importantes ya acaecieron,
o empeorarán; más de 70,000 negros,
otros 5,000 blancos, ejecutaron sit-ins
en Greensboro, Nor-Carolina;,

El ex-esclavo quiere sentarse con el señor a la mesa,
ya exije privilegios del anglosajón, ya quiere
nuestros autobuses, nuestro empleo,
y cree ser uno de nosotros, Presidente.

¿Y usted?… meditando en un rosado y lindo pie,
su antojito, periquito,
ldescentrado. Es una majadería.
En el Congreso, del que yo soy vocero,
la agenda seria es otra y no pienso jugar
al espionaje por nimios amoríos
e impertinente lipidia.

*

Con el respeto que usted se merece

Presidente, con respeto, lo pido:
Apliquemos el Socialist Worker Disruption Program
a verdaderos enemigos: comecandelas, revoltosos,
izquerdistas, obreristas, comegofios, pizperetos,
inmorales, ambientalistas, ateos, heterodoxos,
herejes, guerrilleros, mariguanos, borrachines,
mentecatos, frijoleros, vende-SIDAs, internacionalistas,
desertores, filosofastros, latinistas, aborteros,
chulos, bohemios, cagarriches, tontos útiles,
llevaidíles, embusteros, utopistas, sospechosos
cresomaníacos e invidentes…

*

Los expertos en pasos ajenos

Se quejarán de sistemas de coerción,
vigilantismo paraestatal,
extracontinental e interno;
pero, por componendas, de quien dijo:
Hagan este favor. Yo no soy
un torturador de tupamaros.
Soy un especialista en la conducta humana
y mi misión no es clandestina.

Soy un experto.
Examino a dónde van los pies
de las muchachas, qué medidas tienen
del talón a los dedos, largo y ancho, cuánta es
la tersura de la planta, el umbral del dolor que resisten
si van pisando las brasas del camino o los abrojos,
cuán fina o ruda es la piel, cuán ágiles, locomotores,
son en cuanto óseos porque es necesario que sepa:
¡existe una zapatilla cautivante!

Y un pie descalzo.
se metió en el alma de un rey
muy poderoso, todo un príncipe aclamado
por el mundo, todo un jehovítico señor
de los Ejércitos. Un accidente fue:
el azar del zapato no pretendió ser una patada.

El heredero del imperio adeudará su dicha
a quien le diga: a mi pie pertenece esa sandalia,
dámela y me voy, o si la quieres, guárdala de recuerdo…
Mas no es tan fácil que suceda de ese modo.
En asunto de Estado se ha convertido la estética
de su pisada y la precipitada fuga de la adolescente…

*

Informe de la CIA en los días
del largo decenio del ’60.


El panel de lazo azul , que preside el «Vice» Rockefeller,
lo produjo una rana, con extraño biotismo.
Una rana meona, mutante, que suda venenos
y a quien orina lo mata, se lla y calla, Edgar Hoover.

Junto a las avispas cibernéticas,
son espías de alta tecnología y recogen
top secret data, información clasificada.
300,000 grupos e individuos ya han sido
infiltrados. Los agentes metieron sus narices
en sus esferas de acción y movimientos.

Su política ante la guerra de Vietnam,
Laos, Indochina, Camboya, el Movimiento
Pro Derechos Civiles, Watergate,
la Masacre en Wounded Knee, en My Lai,
los asesinatos políticos de Martin Luther,
Malcolm X y los Kennedy, el hippismo
y el reino del terror de los Nixon y Reagan.
El Ciego está dando candela y se lo ha visto
saliendo de la Catedral más cercana a Presidencia.

Al parecer, está ya en malas compañías,
con un cura guerillero, un anti-Papa teoliberacionista
que conversa en los sit-ins estudiantiles.

*

Los peores herméticos gubernamentales

Están investigándolo todo…
Son los chanchulleros de Cuarto Oscuro.
Los espiones puñeteros de los que no le importa.
Los difamadores a quienes la ley ampara.
Los que surten la evidencia inculpadora.
Lo más deshonesto de la tierra.
Ganapanes, actores del crimen en secreto
Las sesudas cucarachas quieren saber…
¿con quién se acostará
el comunista, el desertor que en Vietnam
no combate; con quién conversa el disidente,
a dónde viajan, será blanda su cama,
bellas sus amantes, tolerante su esposa?
¿Qué leen? ¿Qué vicios tienen?
¿Cómo será posible exterminarlos o hacerles
una guerra sicológica? ¿Por qué medios saben
las operaciones ilegales y encubiertas de la CIA?
«Y tú, ciego, y tu perro, están en listas negras.
Sobre tí sabemos todo. Creaste las sospechas»


*

Los sofistas del Estado

Vemos las cosas no como son,
sino como nosotros somos:
H. M. Tomlison


Los sofistas no creen en la inocencia.
No hay bondad absoluta. La iglesia miente.
Puede que ésta asesine mucho más que el Estado.

Ha dejado de sentirse dichoso todo hombre.
En cada rincón, el Leviatán se levanta
sin preguntar el cómo de las cosas
ni el por qué ni para qué.

La vida es una escuela de violencia y acoso
y el Destino, un buitre depredante.
Cada vez es más difícil convivir: los sofistas
lo arguyen. La tribu no cantará con sus vecinos
y sus tambores serán como avisos
de guerras permanentes.

Dios tiene hijos sacrílegos y todos llevan leña
al monte y con sus leñas levantan las piras de la muerte
y harán títeres del Destino a cada ser humano.

No dés un higo, mortal, por ningún humanismo.
Nada vale, más vale el frenesí que muerde
y la rondilla de cualquier vagabundo
y Judit que corta las cabezas y utiliza la hermosura
que ciega a los borrachos y los necios, cualquiera
sea su poder y el colmo de sus temeridades.

Más vale un crimen artero
que un utilitarismo avergonzado.
Cuídate del privilegio de las revelaciones
y del código ingenuo del éxtasis. En dominio
de sacerdocios y de clases, los puñales están
bajo la mesa, tras el beso judaico, tras las manos
que se limpian en lavacros; en toda parte un crimen
y un cohecho, y una maldición y un enemigo.

No te confíes en nadie,
menos en labios paternalistas, menos
en saberes reservados, arcanos aparentemente
puros, inicuos, exclusivos y privados.

Esos homicidios duelen más que el barullo
de la masa. Los detractores desfloran
con el sutil estigma de su engaño y su recalcitrante ira
absolutiza el desprecio. El que esté a las duras,
aguarde las maduras. Sufra, jódase,
muerda la incertidumbre antes que el provecho.

… porque el pueblo es ilógico, no entiende la calidad
de aquello esplendoroso, lo elitario. Es un rebaño
de rudas reses de ecoforia frente
a los representantes de lo privilegiado.

*

Enseñanzas del Papa Loco

Survival is man’s fundamental physical need.
An self-esteem is man’s fundamental pyschological need.

Frank R. Wallace


No hay místico pecado original.
Lo que existe es un delito vilmente perpetrado,
tolerado obscenamente y repetido.

¡Callar los homicidios que comete el que manda
es vivir mitad muerto, sin estima!

No dejar que sobreviva aquel que necesita
y se esfuerza en hacerlo es alto precio.

Es un chantaje: sobrevivir sin volverse,
por gratitud o complicidad, otro asesino.

Está citado el Papa, ex-viejo sacerdote
excomulgado, que se pontificó como sumo
en libros que lee al ciego, sus Encíclicas.

No hay místico pecado original;
sólo unas ganas de satisfacer la presencia
del aniquilador y olvidar lo que pide
si acaso a tu vida perdonó y extendió amparo.

Que lo ayudes en sus represiones.
Que perfecciones sus técnicas de ultraje.
Que encobardezcas la consciencia
con el rito de la sangre y el oprobio.

Será un sobreviviente si neutraliza la memoria
de lo visto y satisfecho y complacido,
se vuelve cómplice y perjuro.

*

Para que seas un buen militar

Dijo que fue su decisión no verse castigado,
subyugado, torturado, mal herido o, en fin,
eliminado y él escogió sobrevivirse, verse vivo.

Admitió la moral de otros a su lado.
¡Y los seudos maestros dijeron: Bien hecho!
Y lo consolaron: vida por vida, tu vida.
¿No es cierto?

Al fin y al cabo, lo instruyeron:
Tienes suerte. Te eligieron. Te premiaron.
Has vencido la muerte sin saberlo
y hallaste gracia a los ojos de quien
pudo ejecutar tu asesinato.

A ninguno habían perdonado en la villa.
¡A él… por ser fuerte, ágil de piernas y de brazos!
Era joven. Reclutable. El sí podía ser soldado.

*

El Papa es un sofista declarado

Los sofistas sí que dan buenos consejos,
ha dicho con su ironía el papilla de marras.
Tu vida es primero.
Tu responsabilidad es sobrevivirte
no importa cómo ni ante quienes, el precio.

Los sofistas, con argucias, instruyen
a los militares y los exterminadores.
Ustedes no son asesinos.
Su violencia es justicia.
El peligro y el azar, sus enemigos.

A la seguridad de sí mismos
podrán llamarla el orden conquistado.
Destruir es asunto de inteligencia
y cada zona de exterminio es predefinible,
justo antes del crimen, como los objetivos.

Los sofistas son retóricos consumados
y maestros bien pagados. Y observa
lo que, desde la Restauración de 1660,
dijo Hobbes, pensionado de Carlos II:
el hombre es un ser apetente y perverso,
antisocial, bien que se vale matar
al que es salvaje, lobo fiero contra el otro.

En estado natural, se contendrá al salvaje,
por su peligro, o sus inclinaciones.
Defínase pues un Estado, una clase elitaria.
Alguien tiene que encargarse de matarlos.

*

El arresto del Ciego

Han arrestado al Ciego y, aunque no lo quiso
de este modo el Presidencia, la CIA amenazó
con torturarlo si no suelta la sopa.

El parece que sabe del zapato.
Dijo que sopló vidrio y trabajó
en la industra del calzado de cristal
y tuvo su propio taller de orfebrería.

Cedalión, el cíclope que enseñó a Vulcano
a forjar los metales, casualmente y en hefesto,
le enseñó las artes del cristal y soplar joyas
y curar con cristales y, tristemente,
como Orión quedó ciego.

Pero la CIA sabe más que las lindezas
que él dice; sabe que, en algún tiempo, vendió
manjares en los dulces condumios de la Great Society.

La última vez que se le vio fue en el Bicentenario.
Lo dijeron los whiz-kids de Robert McNamara
Vigilando ha sido desde tiempos
inmemoriales, se informó.

*

Consejo del Ciego a JFK

Es sabido que visitó a Roger Williams.
Lo interrogaron cuando a Kennedy
porque le dio este consejo: Olvídate de matar
a Castro y aprobar la Operación Mongoose.
No hagas trabajo sucio con hampones;
no le lamas el culo a la gusanería…

Preocúpate mejor por algo útil…
que haya suficiente de comer y más maestros
en los ghettos chicanos y afroamericanos.

El Gran Terror con Stalin y el terror cultural
que Zhdanov impone, por sí mismo se acaba,
y ustedes se han urdido en protoexagerarlo.

Ni siquiera le enviaron una carta que diga::
Venga a nuestras oficinas; o iremos
a arrestarlo…

El no se esconde.
Acaso era un
dirty-stupid homeless bum…

*

El ciego no es un desamparado

Si bien no vive en un palacio ni vecindario
de gente millonaria, hoy que se presumen tantos,
él no es desamparado.

El tiene un domicilio
(calle, número, distrito, un Sur y un Norte)
y es ciudadano y sólo al que dude,
su domicilio no ha querido darlo.
Sólo a él importa.

«Quiero que se me trate como un ente
privado, individuo que no tiene delitos».


*

La sobrina del Ciego

Siempre ha protegido a la niña de sus ojos.
Su sobrina, no supo jamás que el Gobierno
la buscara. Cuando el gobierno te busca
no ha de ser para cosa buena.
Es como [piensa.

Mirad a su sobrina. Su propia madrastra
Y sus hermanas la llaman la haraposa
Cenicienta… y él sabe que ella
No merece ese trato, no se lo da
cómodamente. El le proteje el nombre
Y la sombra.

Ella es como él, no da ni jura por su nombre en vano.
Sólo una madrastra, puta y blasfema,
hermanastras, malcriadas, envidiosas,
estúpidas, matreras, venenosas, se gozan
en decir Cenicienta a una criatura soñadora,
fuerte, dedicada, que les sirve.

*

Los poderes interventores

Ahora es distinto, al Ciego ya lo raptan.
Lo roban, lo escarnecen, lo difaman
y mira quién lo hace, ¿quién diría?
El Gobierno. El Estado.
Los poderes interventores.
La Nación que él bendice.
La tierra de inmigrantes a la que él ha servido
desde que vino de la Antigua Europa,
dizque el Viejo Mundo.

Mira quien le hostiga, en tiempos del más nutrido
grupo de inmigrantes, la nación que con Adams
predicó el Sueño Americano…

Ahora lo han convertido en una rata invisible.
El Ciego es un sabio que nadie reconoce.
Que nadie cree tenerlo por vecino y él lo explica,
tan sencillamente: Norteamérica se ha vuelto
la anonimia, expresión de seres paranoicos,
aberrantes, el estilo de vida del hermético,
el culebrón que navega en las tinieblas
por túneles de envidias, competencias y chincuales.

*

Don Nadie es un difamador

Don Nadie dijo y no les consta… que él se apellida
Polonsky, Castiglione, Smith, Beleño o Pérez.
Él responde que su nombre es Consciencia.
Y su alias, La Voz.
Voz de la Patria.
Y lo demás es cuento.
Su identidad es propia.
Si tanto les preocupa lo que haya sido
un código, clave por escrito:
Dénme un número, breve y recordable.
Individuo registrado: # 666, por ejemplo.
Lo imprimiré en mis camisas,
lo exhibiré en mi frente,
o lo grabaré en mi báculo.
¿Tan listos son?:
«Cread mis algoritmos y variables.
No me dejen por las calles sin mis placas».


Don Nadie dijo y no les consta a ninguno…
Que él ha sido conejeado por expertos,
no por chotas rastreros y tunantes.
Lo observan desde miras telescópicas.
Lo escuchan desde insectos electrónicos
y teledirigidos que se monitoran en las salas
más secretas del Gobierno…

¡Pues qué estúpida pérdida de tiempo
y qué malgasto y derroche del erario!

*

Norteños y sureños son igual de criminales

Se le vio (se ha especulado tras análisis
de varios dibujos o croquis a plumilla
que datan del siglo pasado) que echó insultos
a oficiales de los Confederados del Sur:
en la prisión militar del Fuerte Pillow
pues allí asesinaron cada negro que vieron,
esclavos reclutados
por la Unión del Norte y
«allí estabas tú,
ciego barbado. Escupías a los blancos».


Y después, ese mismo año de 1864,
en Sand Creek, fue visto (y hasta escuchado)
orando en lenguas de Cheyennes y Arapahoes
porque más de centenar y medio de salvajes
fueron ultimados por fuego de artilleros
de la Caballería Voluntaria en Colorado…

No tiene usted un expediente limpio.
Es lo que dicen herméticos CIAenses.
No tiene usted sus cuentas perdonadas.
Usted debe ser amonestado.

*

La pregunta del millón de dólares

Sin fianza, incomunicado, por tres días, en ayunas,
le preguntan: ¿Qué sabe usted del rosado y lindo pie,
rubendariano, qué sabe de una zapatilla de cristal,
hecha de vidrio soplado?

Es mejor que lo diga: el hambre de los viejos
en la cárcel de la CIA mata más
que la miseria en los ghettos,
señalada por Johnson cuando propuso
presupuestos populistas y nombró tantos
chulos del pobre y el jodido, un país
de «miserable, estáte quieto».

*

Me confunden con otro pendejo

¿Eres cura bocón,
el Papa apócrifico, el héroe de los jipis
y bribones, ídolo de homosexuales y las rameras
de este ciclo post-bushista y clintoniano?

La más seria pregunta, con la que clavan
su odio ventajero y la ambición de crecer
en el sistema del Pentágono, es:
¿Por qué escapó aquella princesa transmundana,
aquella mujer que robó el corazón del poderoso
?

¿Será cierto que ha muerto, o se fue
con otro tortolito a las batuecas, o aservir
con toparcas de la izquierda, o tal vez
a turanios del maoísmo o islámicos
con dagas turcas y cabezas tambochas
cubiertas con turbantes?

*

Yo soy un buen maldecidor

¡Maldita sea la muerte y los que dicen
que los muertos cabalgan a prisa,
malditos los que afirman que la muerte
es el menor de todos los males!

Me han invitado a morir a destiempo
estos informantes del estrago,
estos seres de pies sucios, polvorientos,
y les maldigo, no puedo evitarlo.

¡Maldita sea su necrofilia innata!
Curan los males que no tienen remedio
con medicina amarga, con purgantes
de intenso desconsuelo y la vida sigue aquí,
para mí y todavía, y esta corte de voluptuosas zurrapas
y hediondo sedimento y estos malditos interrogatorios.

¡Que no sé pactar con la realidad como es!
…oigan que ha dicho quien invité a descubrir
cuán bellamente se habría abrazad o una niña,
como la Cenicienta, mi sobrina, a quien
tan bien conozco, cuánto hedonismo se habría
embellecido su palacio, si hubiera dicho:
me voy, pero regreso.

Más no fue así, ranas meonas,
torturadores de lo verdadero.
Se fue, se fue, y estuvo asqueada.

*

Disciernan entre lo real y la mentira

Lo que regresa es real, lo que se va
como mentira no vuelve; ¡cuánto quisiera
saberla como una perra viva, no ya dama,
bicha del Elche, algo vibrante, sin misterio.

Si ha muerto acaso, como alegan
es que soy yo cachorro exangüe, león muerto!
No te creeré, no…

Que no vengan los decepcionadores,
refranistas del luto, taimados acaboses,
sinestésicos aménes;
que no se asomen a confirmar la tortura
y la mentira con que me han herido.

La Cenicienta vive.
Mi sobrina está bien.
No quiero aquí señal de Thot ni a guías
al sendero del sepulcro. Ni plegarias
a inmorales ni a semidioses ni a resurrectos.

Mi realidad aún vive.
Los malos agoreros son ustedes
porque no les he dicho dónde vive.

*

El Poderoso y el Ciego

Porque les dijo que se limpien el culo en los infiernos
Y lo dejen a él en su lugar que habla de vida,
lo vino a conocer El poderoso,
quien promete las villas y castillas.

«¡Ay, Viejo Bueno, ciego sabio, mucho
que esperé tu asesoría, tu buen consejo,
y me dicen que callas, no me has ayudado!»<
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Alegre hasta la jactancia, te invitaré
a que cantes y que me cuentes a quién admiras,
a quién amas, con quién comulgas,
con quiénes otros cantas y armas smeditaciones.

¿A dónde dices que vas, cuál fue tu origen,
en quiénes has confiado tu futuro, quiénes
te acompañan, sabiendo tus afanes cotidianos?

¿Acaso es cierto que eres el tío de la mujer
que amo, la niña que olvidó su zapatilla?

*

Hablemos de tú a tú, sin hermetismo

¡Hábleme uno feliz, venga a mi lado
antes que sea tiempo de mortajas y duelan
de veras los huesos, o se nuble la luz y llueva fuego!…

¡Háblame, Viejo Ciego porque ésto será lo terrible…
y mira cómo, por no hablar, ya te vienen matando…
Que no sea yo el que no te ve, diariamente,
ni te conoce en rigores, yo que te saludo en la calle
ni te detengo en la plaza y to converse, quien te vea
morir por alguna de mis causas…

Esto es terrible para mí, Viejo Ciego:
Que la que vive cercana y presupongas
la realidad más bella, nunca te espere
y te planté un dolor como cornada
que no acabe, o parezca
que duela para siempre.

*

Invitación al hombre humilde

Para que haya uno, uno solo,
a quien oiga y sea él, quien conmigo
sin ningún hermetismo canta, invitaré
al vecino, al más humilde, al que tenga
amor social a flor de piel y parezca un mendigo.

Uno que no sepa por qué ya no hay certezas
ni absolutas ni provisionales; él no sabrá
de los distanciamientos, ni del Islam
ni de Occidente. Que el mundo viva
como vive, dividido y fragmentado,
no importa un higo, no le va
ni el viene. Es un hombre sencillo.

Sólo dice: yo ví, lo sé como las palmas
de mis manos; lo sé como mis días
de contento que han sido muchos
sobre la Tierra y mi barrio.

No sabe él lo que es real en el universo.
Tampoco quiere saberlo, sería egoísmo
que él crea soportar tan gran conocimiento,
si es un tonto, carente de todo mérito.

No. No.
«Yo no tengo verdades ni dioses,
tal vez los hay. No lo he sabido,
no los he visto aún; yo sólo vivo
agradecido de que vivo».
«Sí, me da pena de usted.
De lo más bello que vio
(esa mujer mencionada del instante)
sólo guardó por recuerdo un zapatito.

*

Te hablaré en torno a Ella

Yo de mi mujer lo guardé todo,
hasta basura que sobró tras su muerte.
Lo más lindo no es recordarla con su par
de chanclas viejas; memorable ha sido
cómo la amé siendo ambos pobres
en la chucha miseria de la vida».

Con la violencia de tu búsque clavaste
dagas y te fuiste sonriente.
Todos los dedos metíste de un zarpaso
en mi pecho al querer deformar lo que recuerdo.

Ella existe y todos vienen a matarla,
a sacarla de mí como un sentido,
a escupirla en mi rostro porque no está presente.
Ella que fue mi ímpetu, se ha convertido
en razón de mi vida, en expresión de mis huesos.

*

Sé de quién habla

Señor de los ejércitos humanos,
Comandante en jefe de las gendarmerías,
Dueño de multinacionales, jefe accionista de bancos.
Arbitro de los poderes interventores, policía
del mundo, queriendo o no queriendo.

Yo sé acerca de quién habla usted,
pues es algo mío y es de Norteamérica también
y del mundo y puede que sea algo suyo,
algún día; le hablaré de una Niña que pudo llamarse
Juana de Arco, o Judit que cortara la cabeza
de Holofernes, o puede que se llame
Estados Unidos de América.


Indice: Canto al hermetismo

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