La libertad doliente
Elegir es inevitable, personal e intransferible: Jean Paul Sartre
... porque opté la libertad, la angustia me da sus alaridos.
Me asedia, espía, me embriaga a veces como a un gafo
en subjetivo frío, apriorística soledad de ser con uno.
Nada absoluto a qué aferrarse está a la mano
(nada que no sea la Nada misma,
el hambre cruda del deseo inconcluso).
Opté la libertad, o acaso me arrojaron
y la admito porque no hay otro camino.
El determinismo ha muerto aunque con éste
haya nacido el desamparo y la mala consciencia.
La biología es pobreza inducida por sus patologías;
pero, ¡cuánto cautiva la forma de lo hermoso,
la grandeza viviente del paisaje, adhesión armoniosa
de la gente grata, el hábitat que triunfa sin violencia.
Con el recurso humano y, aún en el desamparo,
en clandestinaje o en legalidad, pese a las trabas,
se va inventando el hombre, se va uniendo
al ser de sus esencias, al clamor de su misterio.
La historia elucida dolor y atropello, caos
y desorden; pero el valiente combate,
el solidario instruye, la misericordia intercede
y el heroísmo se crece; contradictoria es la historia
y no determina por siempre. El determinismo
de Dios se vence y se quebranta y los ángeles
son los laicos que en justicia dan paz,
bendicen, optan la libertad doliente.
7-12-1982
*
Para mentar la libertad
Si usted me habla de libertad,
tenga un corazón bueno,
porque libertad no es su derecho
de hacer conmigo o con otro lo que le pegue
la gana. Sin virtud, libertad es palabreja
hueca y demagógica, la coacción,
el insulto vanidoso, el predominio egoico
de la autoridad obligatoria del intruso.
Dáme un pacto libre en la ética
de los generosos; dáme el sello de la misericordia
y séllate con él a ti mismos; házme autónomo,
social por solidario, creativo por honesto,
pero no hables de libertades caprichosas
y sin fundamento. Libre sólo el que no tiene miedo
a ser humilde y franco, incapaz de fraude,
conocedor de la impura compulsión
de la violencia.
09-12-1985
*
La lujuria de las apropiaciones
Por afición al sistema de lo Bello-mitológico,
el imaginador echó mano a la lujuria de las apropiaciones
y se inventó el ultraje cuando sintió el apetito
de la hermana otredad, la que no es suya
y cuya gracia es la perfecta simetría
yuxtapuesta a espejos gigantescos de lo desconocido.
Está postrada allí, fluída, autónoma, volátil
la errática viuda, invisible a los ojos,
lado oculto de muerte misteriosa
y de vida adversa, pero de gran hermosura:
la justicia del Bien, la bondadosa.
Sigue ahí, tras la apariencia
de lo ilógico y bello y admitido...
la terquedad del negligente, presuroso,
en pos de niñas hermosas, esclavizables y ultrajables,
adquiribles, seducibles, escondidas, ya que huyen
de estos monstruos de las Cuevas y las Torres
de Marfil de sus anhelos.
Ahora elucida sobre el Bien.
Cree que tiene el derecho a describir su origen ideal,
su jerarquía en lo absoluto, es experto en alegar
que lo que es en sí y «nouménico» como inverificable
y, aún más tonto e inútil, hacer demostraciones.
1985
*
Lo cierto está de luto
Me asedia, espía, me embriaga a veces como a un gafo
en subjetivo frío, apriorística soledad de ser con uno.
Nada absoluto a qué aferrarse está a la mano
(nada que no sea la Nada misma,
el hambre cruda del deseo inconcluso).
Opté la libertad, o acaso me arrojaron
y la admito porque no hay otro camino.
El determinismo ha muerto aunque con éste
haya nacido el desamparo y la mala consciencia.
La biología es pobreza inducida por sus patologías;
pero, ¡cuánto cautiva la forma de lo hermoso,
la grandeza viviente del paisaje, adhesión armoniosa
de la gente grata, el hábitat que triunfa sin violencia.
Con el recurso humano y, aún en el desamparo,
en clandestinaje o en legalidad, pese a las trabas,
se va inventando el hombre, se va uniendo
al ser de sus esencias, al clamor de su misterio.
La historia elucida dolor y atropello, caos
y desorden; pero el valiente combate,
el solidario instruye, la misericordia intercede
y el heroísmo se crece; contradictoria es la historia
y no determina por siempre. El determinismo
de Dios se vence y se quebranta y los ángeles
son los laicos que en justicia dan paz,
bendicen, optan la libertad doliente.
7-12-1982
*
Para mentar la libertad
Si usted me habla de libertad,
tenga un corazón bueno,
porque libertad no es su derecho
de hacer conmigo o con otro lo que le pegue
la gana. Sin virtud, libertad es palabreja
hueca y demagógica, la coacción,
el insulto vanidoso, el predominio egoico
de la autoridad obligatoria del intruso.
Dáme un pacto libre en la ética
de los generosos; dáme el sello de la misericordia
y séllate con él a ti mismos; házme autónomo,
social por solidario, creativo por honesto,
pero no hables de libertades caprichosas
y sin fundamento. Libre sólo el que no tiene miedo
a ser humilde y franco, incapaz de fraude,
conocedor de la impura compulsión
de la violencia.
09-12-1985
*
La lujuria de las apropiaciones
Por afición al sistema de lo Bello-mitológico,
el imaginador echó mano a la lujuria de las apropiaciones
y se inventó el ultraje cuando sintió el apetito
de la hermana otredad, la que no es suya
y cuya gracia es la perfecta simetría
yuxtapuesta a espejos gigantescos de lo desconocido.
Está postrada allí, fluída, autónoma, volátil
la errática viuda, invisible a los ojos,
lado oculto de muerte misteriosa
y de vida adversa, pero de gran hermosura:
la justicia del Bien, la bondadosa.
Sigue ahí, tras la apariencia
de lo ilógico y bello y admitido...
la terquedad del negligente, presuroso,
en pos de niñas hermosas, esclavizables y ultrajables,
adquiribles, seducibles, escondidas, ya que huyen
de estos monstruos de las Cuevas y las Torres
de Marfil de sus anhelos.
Ahora elucida sobre el Bien.
Cree que tiene el derecho a describir su origen ideal,
su jerarquía en lo absoluto, es experto en alegar
que lo que es en sí y «nouménico» como inverificable
y, aún más tonto e inútil, hacer demostraciones.
1985
*
Lo cierto está de luto
Tanto es la mentira mejor, cuanto más parece verdadera; y tanto más agrada, cuanto tiene más de lo dudoso y posible: Miguel de Cervantes Saavedra
Para enunciar lo cierto, él quiere su conocimiento perceptivo.
El Bien vestirá la aritmética del mayor número,
sin perderse en las tablas victorianas del hallarse,
y en el quiero que seas civilizado: expositor lockeano.
Y mal suena el don sin el din y el criado sin uniforme
de bien solemne y asaz, domesticado.
La historia, vista así, es un atajo de maldades.
Por eso están las perspectivas
como ovejas en malpartos de artuñas por los montes.
La historia es extensa temporalidad de las repeticiones.
Adviene siendo sida, impropiamente, mentirosa.
Lo Cierto está de luto entre estos hombres.
*
Nosotros, los impuros
Nosotros, impuros, la agudeza del desencanto
tenemos bajo el hunco y metidos estamos
en lo hondo de la bruma.
Todavía peleamos con la mala palabra
y el desquite, pero hombres y mujeres somos,
habitantes de la ciudad y la caverna
con la pregunta del Ser y del soluto.
Sepan que los objetos temáticos de la ciencia
no arrebatarán del todo
la espora germinante y el bejín,
las vocaciones de este animal humano.
Se aprende, por igual, de la emocion,
rompiéndose el corazón en los peldaños.
____
El Libro de Anarquistas / 2 / Indice: El Libro de Anarquistas
El Bien vestirá la aritmética del mayor número,
sin perderse en las tablas victorianas del hallarse,
y en el quiero que seas civilizado: expositor lockeano.
Y mal suena el don sin el din y el criado sin uniforme
de bien solemne y asaz, domesticado.
La historia, vista así, es un atajo de maldades.
Por eso están las perspectivas
como ovejas en malpartos de artuñas por los montes.
La historia es extensa temporalidad de las repeticiones.
Adviene siendo sida, impropiamente, mentirosa.
Lo Cierto está de luto entre estos hombres.
*
Nosotros, los impuros
Nosotros, impuros, la agudeza del desencanto
tenemos bajo el hunco y metidos estamos
en lo hondo de la bruma.
Todavía peleamos con la mala palabra
y el desquite, pero hombres y mujeres somos,
habitantes de la ciudad y la caverna
con la pregunta del Ser y del soluto.
Sepan que los objetos temáticos de la ciencia
no arrebatarán del todo
la espora germinante y el bejín,
las vocaciones de este animal humano.
Se aprende, por igual, de la emocion,
rompiéndose el corazón en los peldaños.
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El Libro de Anarquistas / 2 / Indice: El Libro de Anarquistas
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