En solidaridad con el pueblo palestino
¡El lobo de Gubbia, el terrible lobo! / Rabioso, ha asolado los alrededores; / cruel, ha deshecho todos los rebaños; / devoró corderos, devoró pastores, / y son incontables sus muertos y daños: Rubén Darío
Era un día para corregir los pensamientos porque éstos o se materializan en el acto por causa de la Hstoria precedente y la dilatacion en el tiempo. Pero el rabino me dijo, el día de Tishá Beav, hay que aprender a lamentar y corregir pensamientos. El tiempo que se dilata ve en favor del hombre, aunque no lo merezca. «Que no falte entre tus Kinot la lamentación del profeta que atestigua y pregunta, desde su meguilá de duelo: ¿Quién podrá curarnos? ¿Má aidej, má adamé-laj, habat Ierushaláim? ¿Má ashvé-laj vaanajamej, betula bat-Tzión? ¡Ki gadol kaiam shivrej!»
¡Ay, quién nos consolará para que se materialice lo bueno y lo semejante atraído sea por lo semejante! Que lo que esté en la misma frecuencia de santidad sea atraído por el pensamiento y se convierta en objeto porque, ay, es mucho mi temor cuando camino por las calles de Jerusalén, con mi frecuencia mental en los raseros... Mis pensamientos son presagios de duelo, piutéi evel y kinot / lamentaciones.
Este secreto que confieso es terrible. Lo he soñado y me estremezco. Con este horror, madrugué en la mañana... e imágenes son que se vuelven objetos potenciales. Objetos verdaderos. Se asoman al presente cotidiano y se contienen en la abundancia del aire. Así lo siento como si hubiese visto al Lobo de Gubbia ante el varón de alma de querube, «el mínimo y dulce Francisco de Asís».
«He soñado con un carnaval lobuno, rabino, maestro mío». Ví a las hijas de Jerusalén, discotequeras, olvidadizas, casquivanas, y no han querido curarse...Aquí las he visto, danzando con lobos, como si los lobos ya estuviesen en la Ciudad. «Eija iashvá badad haír rabati am»: ¡Cómo se sienta en soledad la ciudad populosa!... Y allí ví a unos de los hombres que se paseara por Jerusalén y buscara al judío, llamándole hermano y él, junto a nosotros entró a las sinagogas en fecha del Tishá Beav y leyó del «Meguilat Eija» y yo me sentí, conmovido. Su voz como si fuera la de Jeremías fue lamento... Ahora, a ritmo de samba y batucadas, lo distingo. ¿Qué hace en una discoteca de Jerusalén? pues distrayendo con sus lobos a las hijas de Jerusalén.
Y él es que se dijo cristiano, predicador entre libaneses, está meramente vestido de cordero. Es el lobo mayor. Lo presiento, la afirmo y me siento culpable de juzgarlo. Algo sé, desde la frecuencia de mi diálogo con Dios, que no es hombre bueno y miente. «Es un lobo vestido de cordero». Desde hace rato su discurso ha cambiado. No habla de misericordia. Pide que Norteamérica y Europa quite toda amistad a Israel y al Mundo Arabe. Se declara enemigo del Estado Benefactor y de la Diversidad. Ha dicho que tal no es Nuestra Fortaleza. No. No. Esto no es el hombre que escuché y me parecía un émulo de Santo de Asís cuando decía: «En el hombre existe mala levadura. / Cuando nace, viene con pecado. Es triste. / Mas el alma simple de la bestia es pura. / Tú vas a tener desde hoy qué comer. / Dejarás en paz rebaños y gente en este país. / ¡Que Dios melifique tu ser montaraz!»
Ahora, si supieras, maestro mío, cómo habla y actúa este hombre. La moral de Hollywood lo sedujo como si fuera Jezabel cada imagen. Buena vida ha de darse. Que ha traído su troupé de cariocas. A las árabes dice: «Desnuden sus torsos. Sean libres». Ya aborrece la «jilbab», como vestido de virtud, que todo cubre a excepción de los ojos y las manos. «Tira la braga y el hilo dental. Danza sobre una mesa en el tubo. Sacude el culote, hija de Jerusalén».
Aquel que antes, durante las fiestas de Tishá Beav, quiso ser solidario y consolador, é, quien temía al obituario o diagnósis de la Muerte Terminal de nuestras culturas, en manos de los Torvos Lobos, ahora imagina nuevos «Talibanes» realizando sus rapiñas en ciudades estadounidenses, europeas y en medio deJerusalén (¿qué rapiñas? «burning books and barber shops»). Imagina a talibanes que en las Cortes Supremas de cada país occidental, impondrá la «sharia», o Ley del Velo, lo que viola el estatuto de separación de Iglesia y Estado; pero ese lenguaje es sólo piel de cordero. Ahora que se ha quitado el disfraz, son claras las galas exterminadoras y el odio que nos tiene... Está convertido en una estrella de valores vaporosos desde que se fue de Líbano em 1996...
Tú conoces el dolor nuestro, en aquellos años, con más de 100,000 muertos. Aquella guerra civil que, entre 1975, fue la danza más sangrienta de los lobos. Y querías ser tú el Francisquito de Asís que dice «el alma simple de la bestia es pura» que dijera a los lobos: Vuelve a tu madiguera; pero, no supíste que los lobos se vistieron de cristianos falangistas. Allí estaba él, Michael Nassar, comprando armas a las Fuerzas Libanesas, enriqueciéndose y comulgando de amigo cuando, desde nuestras lamentaciones, en los días en que Jeremías nos pedía oración, reconciliación y duelo, para poder curarnos: «¿Quién podrá curarnos? ¿Má aidej, má adamé-laj, habat Ierushaláim? ¿Má ashvé-laj vaanajamej, betula bat-Tzión? ¡Ki gadol kaiam shivrej!»
«Nos engañó, maestro». El era el Lobo Carnicero.
Y, después de recriminarme por lo que le decía, me sentí desmoralizado. «No lo juzgues».
Una semana después entendí mi sueño, con todos los detalles de mi presentimientos. Nassar, junto a su esposa Marie, fue asesinado por un pistolero. Doble silenciador tenía el arma. Cuando se disponía a revelar en qué consistió su involucramiento en las matanzas realizadas en un campo de refugiados palestinos, en Sabra y Shatilla en 1982, cayó abatido.
Lo desnudaron y descubrieron a su oculto Lobo. No era un cordero. Ariel Sharon mismo lo mandó a matar para que no dijera: «También tú eres un lobo, Sharon», porque «los lobos regresan, rabino». Las Cortes en Bélgica están cazando lobos. Y, dondequiera que los vean, los propios lobos se encargan de matarse. Con doble silenciador.
«¿Te enteraste, rabino?» Por aquellas 3,500 mujeres y niños asesinados, en el refugiados de Sabra, por los 30,000 libaneses inocentes, que Ariel destasajó en Beirut, los Lobos regresaron. Han asesinado a Nassar para que no acuse al Lobo Mayor. Le han quitado las ropas durante una zamba carnavalera... y yo lo ví. El no puede ser consolador de Israel.
1983 / Leyendas históricas
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Esteta caribeño / La Naranja / Orange County / Mundo Poesía / Tarea Escolar / Letras Kiltras / Carlos López Dzur: Rebeldía con esperanza / En El Librepensador / Unión Hispanoamericana de Escritores / Conversación en el Monte Ararat / El Maestro / Ferrer i Guardia / Voz de La Palabra Escrita / A la Revolución Mexicana / El Cielo y el Suicidio / Indice: El libro de la amistad y el amor / Las letras del mal / El rincón del poeta / Libros publicados / Tripod / Red de Escritores / Blog personal / Canto al hermetismo / Obra y poesía de Carlos López Dzur: Una Introducción / Microrrelatos /
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¡Ay, quién nos consolará para que se materialice lo bueno y lo semejante atraído sea por lo semejante! Que lo que esté en la misma frecuencia de santidad sea atraído por el pensamiento y se convierta en objeto porque, ay, es mucho mi temor cuando camino por las calles de Jerusalén, con mi frecuencia mental en los raseros... Mis pensamientos son presagios de duelo, piutéi evel y kinot / lamentaciones.
Este secreto que confieso es terrible. Lo he soñado y me estremezco. Con este horror, madrugué en la mañana... e imágenes son que se vuelven objetos potenciales. Objetos verdaderos. Se asoman al presente cotidiano y se contienen en la abundancia del aire. Así lo siento como si hubiese visto al Lobo de Gubbia ante el varón de alma de querube, «el mínimo y dulce Francisco de Asís».
«He soñado con un carnaval lobuno, rabino, maestro mío». Ví a las hijas de Jerusalén, discotequeras, olvidadizas, casquivanas, y no han querido curarse...Aquí las he visto, danzando con lobos, como si los lobos ya estuviesen en la Ciudad. «Eija iashvá badad haír rabati am»: ¡Cómo se sienta en soledad la ciudad populosa!... Y allí ví a unos de los hombres que se paseara por Jerusalén y buscara al judío, llamándole hermano y él, junto a nosotros entró a las sinagogas en fecha del Tishá Beav y leyó del «Meguilat Eija» y yo me sentí, conmovido. Su voz como si fuera la de Jeremías fue lamento... Ahora, a ritmo de samba y batucadas, lo distingo. ¿Qué hace en una discoteca de Jerusalén? pues distrayendo con sus lobos a las hijas de Jerusalén.
Y él es que se dijo cristiano, predicador entre libaneses, está meramente vestido de cordero. Es el lobo mayor. Lo presiento, la afirmo y me siento culpable de juzgarlo. Algo sé, desde la frecuencia de mi diálogo con Dios, que no es hombre bueno y miente. «Es un lobo vestido de cordero». Desde hace rato su discurso ha cambiado. No habla de misericordia. Pide que Norteamérica y Europa quite toda amistad a Israel y al Mundo Arabe. Se declara enemigo del Estado Benefactor y de la Diversidad. Ha dicho que tal no es Nuestra Fortaleza. No. No. Esto no es el hombre que escuché y me parecía un émulo de Santo de Asís cuando decía: «En el hombre existe mala levadura. / Cuando nace, viene con pecado. Es triste. / Mas el alma simple de la bestia es pura. / Tú vas a tener desde hoy qué comer. / Dejarás en paz rebaños y gente en este país. / ¡Que Dios melifique tu ser montaraz!»
Ahora, si supieras, maestro mío, cómo habla y actúa este hombre. La moral de Hollywood lo sedujo como si fuera Jezabel cada imagen. Buena vida ha de darse. Que ha traído su troupé de cariocas. A las árabes dice: «Desnuden sus torsos. Sean libres». Ya aborrece la «jilbab», como vestido de virtud, que todo cubre a excepción de los ojos y las manos. «Tira la braga y el hilo dental. Danza sobre una mesa en el tubo. Sacude el culote, hija de Jerusalén».
Aquel que antes, durante las fiestas de Tishá Beav, quiso ser solidario y consolador, é, quien temía al obituario o diagnósis de la Muerte Terminal de nuestras culturas, en manos de los Torvos Lobos, ahora imagina nuevos «Talibanes» realizando sus rapiñas en ciudades estadounidenses, europeas y en medio deJerusalén (¿qué rapiñas? «burning books and barber shops»). Imagina a talibanes que en las Cortes Supremas de cada país occidental, impondrá la «sharia», o Ley del Velo, lo que viola el estatuto de separación de Iglesia y Estado; pero ese lenguaje es sólo piel de cordero. Ahora que se ha quitado el disfraz, son claras las galas exterminadoras y el odio que nos tiene... Está convertido en una estrella de valores vaporosos desde que se fue de Líbano em 1996...
Tú conoces el dolor nuestro, en aquellos años, con más de 100,000 muertos. Aquella guerra civil que, entre 1975, fue la danza más sangrienta de los lobos. Y querías ser tú el Francisquito de Asís que dice «el alma simple de la bestia es pura» que dijera a los lobos: Vuelve a tu madiguera; pero, no supíste que los lobos se vistieron de cristianos falangistas. Allí estaba él, Michael Nassar, comprando armas a las Fuerzas Libanesas, enriqueciéndose y comulgando de amigo cuando, desde nuestras lamentaciones, en los días en que Jeremías nos pedía oración, reconciliación y duelo, para poder curarnos: «¿Quién podrá curarnos? ¿Má aidej, má adamé-laj, habat Ierushaláim? ¿Má ashvé-laj vaanajamej, betula bat-Tzión? ¡Ki gadol kaiam shivrej!»
«Nos engañó, maestro». El era el Lobo Carnicero.
Y, después de recriminarme por lo que le decía, me sentí desmoralizado. «No lo juzgues».
Una semana después entendí mi sueño, con todos los detalles de mi presentimientos. Nassar, junto a su esposa Marie, fue asesinado por un pistolero. Doble silenciador tenía el arma. Cuando se disponía a revelar en qué consistió su involucramiento en las matanzas realizadas en un campo de refugiados palestinos, en Sabra y Shatilla en 1982, cayó abatido.
Lo desnudaron y descubrieron a su oculto Lobo. No era un cordero. Ariel Sharon mismo lo mandó a matar para que no dijera: «También tú eres un lobo, Sharon», porque «los lobos regresan, rabino». Las Cortes en Bélgica están cazando lobos. Y, dondequiera que los vean, los propios lobos se encargan de matarse. Con doble silenciador.
«¿Te enteraste, rabino?» Por aquellas 3,500 mujeres y niños asesinados, en el refugiados de Sabra, por los 30,000 libaneses inocentes, que Ariel destasajó en Beirut, los Lobos regresaron. Han asesinado a Nassar para que no acuse al Lobo Mayor. Le han quitado las ropas durante una zamba carnavalera... y yo lo ví. El no puede ser consolador de Israel.
1983 / Leyendas históricas
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