Tuesday, December 29, 2009

La fiereza piadosa del meado / La nobleza salvaje / El gen


La fiereza piadosa del meado

El entorno es hostil. Y la Loba teme
como temería el hombre bueno.
Y es que aún el más fiero de los lobos no es un asesino.
Están batallando dos en un claro de sombra.
Uno será el vencedor que orine; otro la víctima
que reciba el meado.

El adversario no ha de morir.
La Loba no enseña el homicidio.
La naturaleza sólo enseña la penuria
y la natureza es sólo un pasajero paisaje
de la angustia. Una luna que aúlla con el miedo.

Aquí la sangre nunca llega al río.
El vencido muestra su yugular para que acabe todo;
ya ha sido sometido; el vencedor sólo orina
encima de su víctima la piedad
de su meadro, su bautizo caliente
que le quita la ira, de momento.

09-12-1977

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La nobleza salvaje

Tú, cerdaza puta de los matriarcados,
tienes la nobleza salvaje que falta
a estos nuevos jabalíes que no tienen profecía,
sólo enormes colmillos y violencia.
Tú, cerda femínea y materna.
Estos críos son distintos.
La agresividad la convirtieron en violencia
y la ejercen hasta las últimas consecuencias.
Estos sí son asesinos, no magos del orín.
No aprendieron la piedad de la metamorfosis.
Ante la presencia de la sangre,
su compasión es nula. Se infla ese ego presuntuoso.
Se olvida cómo sufres, Cerda de las salvajes,
con tus nobles crías. El más impuro se come
el excremento de la sangre pudrida;
el más puerco es quien condena
el pecado; pero él asalta,
combate hasta la muerte y no te oye.

El código animal de la conducta
ya no es la Líbido amorosa, la instintiva unidad
con sus hermanos en la especie;
ya no es un subsistir y procrear junto a tu carne.
Te olvidaron al menospreciarte;
se redefinieron más allá de la nobleza grata
de tu reino; ahora son artificiales y matoides
y a sus valores de violencia han llamado
CULTURA...kkkULTUra...

19-12-1977

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El gen de la violencia

«Los genes pueden influir en el comportamiento violento como influyen en todo lo que hacemos y todo lo que somos, pero en ningún momento determinan que un individuo vaya a ser violento sin ninguna solución»: Dra. Manuela Martínez Ortiz, M. D. y psicobóloga de la Universidad de Valencia

Se desconectaron de Toña / la Ardillita tonina,
cero toñita quisieron de la que fue La Tona,
cero tonalidad quisieron de quien da el agujero
para meter la cabeza; se dedicaron
a medirse el Nabo y despreciar a Toña,
inspiradora de la Grata Folla
en unitario grupo, socialidad armónica.
Pero Será Tonina, madre sabrosa
de las tonas, genética de líbido
la que ofrezca abundancia.
Será siempre ella, nalga linda
y rabicaliente, la que enseñe el flujo
de la orina que perdona.
La Ardilla Tonina, revisora, equilibradora,
natural panteísta del secreto,
quien quita la carencia y neutralice
emociones negativas.
Será Tonina, la ardilla Toña
de la horda.

12-01-1990

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A Antonia Kozberg Cardona

«Las semillas de la violencia se siembran en los primeros años de la vida, se cultivan, se desarrollan durante la infancia y comienzan a dar sus frutos malignos en la adolescencia»: Dr. Luis Rojas Marcos, siquiatra

«Está comprobado que este tipo de actuaciones / impulsos de violencia / están relacionadas con una sustancia del cerebro denominada serotonina, sustancia que en estos individuos parece estar disminuida»: Dr. Luis Rojas Marcos, M. D.

Precisemos el síndrome de la mala conducta,
obseso-maniacona.
Hagamos el trabajo necesario
porque yo quiero la paz
y a Tonina, sin oprobio
¡bien librada!, con cero tolerancia.
La quiero sin su tropel de viejas quejas,
sin terquedad de cara larga.

Dulcemente desde el gyrus
cingulado la comprendo.
La adivino como dueña de mi clímax.
La actualizo en la buena fe de la vigilia.
Si quiere ser mi amiga que me cuente
su hondo abismo, su caída.
Que permita a mis manos
ir a rescatar sus alegrías.
Que se extienda hasta el alma,
que restaure su beso.

Entonces,
me deleitaré con su silueta de niña
porque soy más lobo y viejo y zorriento.
Entonces, crecerá mi ángel;
sepultaré los fracasos
que depredan mutuos pasos,
escondrijos saciados en lo oscuro.

¡Yo no llegué a su vida!
Ella llegó a la mía; infringió mi vereda.
Yo sólo dije: ¡Me encuentras!

... Seamos pues codueños
del cohabitar y cohabitados;
acordemos las paces, no seamos
rivales nunca más; complétame...

Serás Tonina, mujer, y amada
como amazona, aferrada al cingulum,
a la batalla sustancial, cerebro adentro.

02-04-1992

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