Thursday, July 26, 2007
Geschreibe
Zánjate, te pide la tierra
con la voz del Kalû.
Tiéndete tiesamente,
fonema del aviso
y penumbra vivaracha.
Contigo se acuesta
un enfermo esqueleto de palabras.
Se sepulta una calaca vocinglera.
Te fornica la osamenta elegíaca
y funeraria de los versos
quebrados contra el cieno.
Zánjate, ya que la vida
te pide que te pudras, bolero mañoso,
valija de signos pordioseros,
cartuchera de relámpagos sintácticos.
Llama a los cuervos, carroña.
Cúbrete de cal y campanarios
dentro de la fosa común de los prosudos
con tantas sílabas y abortos
y sin un hijo del Isod, lleno de vida.
No llames a ninguno entre los buitres.
Muérete sin esquelas ahí donde orea
un vaho de vertedero y una fonética
de hediente cementerio y mausoleo.
Acuéstate, inerte, cesado y vacío,
para que el Nabî venga
en medio del silencio
y te muestre el verdadero camposanto,
la puerta de los cielos en la Tierra.
Zánjate, basura del engaño,
palabreja coqueta y maquillada.
Y sacude tu agonía, dála a la capilla
de las ánimas inmundas
como polvo de seca vereda.
Muérete, rival,
homicida de la canciones
y fósil del Dasein iluminado.
Verás que lloverá la palabra perfecta
ultrasonante, misteriosa, pura,
en medio de tu Final Disolución.
7-17-1992 / / / Heideggerianas
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