y trascendentales se confunden,
pero eres lo que eres:
una desvergonzada estrella del deseo,
la pública deidad entre mariscos.
Los mafiosillos de machista estampa
vienen por tí.
¡Tú sí tienes azúcar, de verdad, chula!
Tiviri-tiviri, panchanguera, pompi loca,
festejo social, cantas lujuria.
Eres el mejor trofeo, la noche, la hembra,
y por dólares te adquieren otros hombres.
¡Menos yo!
Se te paga, pero... ¿te vendes?
No todas las veces, no todas.
Y de tu boca rota, sapos, ¡zape, zopilotes!
...cómo echas tu rollo y me gustas
brava e insolente, ¿lo sabes? en ocasiones.
Desde lo más hondo del ser y tu mar,
bajo tu nalgatorio, en tí y dentro,
hallé una niña, triste y violentada,
¡llena de máscaras!
que está buscando amor
y aún no lo halla, pero te quiero...
De Tantralia / Blog Archive
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