Thursday, July 26, 2007

Don Nadie no quiere morir

… as soon as man comes to life, he is at once old enough to die. That Authentic being-towards-death erupts Dasein out from its ‘they-self’, and frees it to re-evaluate life from the standpoint of finitude: Martin Heidegger


No fatiguemos el pulmón para gritarles
que la existencialidad contiene su dolor
y la vida, sus fases de dicha.

Don Nadie no quiere el final del camino,
sí... su cara del luto. No ha entendido:
la muerte es inevitable y señera.

Veámoslos, pobres Nadie
en praxis de purga cotidiana.
Aprendemos de sus erranzas
deyectadas en sombras predictivas.

Evadamos ese plexo de articulaciones.
Ellos son lo que no queremos ser.
Los maldecimos al compadecerlos.

En fin que ni desean la muerte ni nuestra poesía.
Ni música y silencio que ofrezcamos.
Escollan nuestro gesto
con su torpe menosprecio.

2-8-1991

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Uno es un zorro viejo


Siempre el corazón
se vuelve a las cosas más simples.
No es madurez, sólo abandono en pos del egoísmo
decentemente impuro por vivir observante,
vigilante del rostro.

Uno es un viejo zorro, reflexivo
y medita que la vida es recurrente,
rencorosa, y cela su camino.
La vida no lo entrega todo.

Uno es la cara más vieja de las cosas
(y algo nuevo está en las cosas,
sin que se nos halla mostrado).

Sólo se atestigua que la gota golpea
sobre la peña. En su lento oficio persiste
y agujera al fin, lo que se puede.

Se ríe porque envejeces y lloras.
Lo más hondo de tu agujero es juventud
que no te pertenece.

Tú no verás el fondo de la peña.
Antes te mueres con arrugas
y con la misma sed en la mirada.

Es amargo, a veces demasiado,
gotear interrogantes, más profundas, corazón,
herir la peña, pero con menos tiempo.

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El ultraje

Como niñita de su casa, adolescente
de lenguaje, inquieta de comunicación,
perduró su fantasía por algún tiempo.

Sería la primera vez que alguien la tocara
frotándola contra sí, boca de aliento.
Ella se hizo escapadiza por alguna pubescencia
inexperta del lenguaje y andó de manita sudada.

¡Quería voz ideal, su primer beso!

¡Era tan fresca, tan extramundana,
que no conoció el apremio hasta que él llegó
como objeto manifiesto y la sedujo!

Fue entre clamores noveleros del ser-en-el-mundo
que se le interpretó con palabras cotidianas
y comportamientos diseñados de desfloración!
¡Ahora vive en las calles de Un-Zuhause!

7-23-1976 De Heideggerianas

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Las vulpejas


Cuando saltas delante de mis ojos,
cuando irrumpes, ente manifiesto,
y das en las pupilas,
eres un golpe de la brisa con aroma
y una mariposa y una noche y me encantas.
Por lo general, evocas el perfume
y la tibia forma del muslo
y la armazón de huesos
relajados y fluídos.

Tu estómago cubrirá mi piel
como arcilla que se lava en barranqueras,
o cascada que baña dulcemente,
aunque huelas a yagrumo a mis espaldas
y te pierdas como gacela, apurada
por tu rumbo de malezas o escondrijos.

No me gustas por eso
porque te vas y tu encuentro es más breve
que el silencio y menos duradero que la aurora.

... pero me gustas, zorra,
porque conservas la astucia de vulpeja
y husmeas la madriguera de la calle
en la ciudad mundana y en la plaza
del cuidado circunspecto, te temporas.
Te surtes con vestidos de lujo
y de marrana, si te place.

Te engalanas, asqueada
o cómplice, del orgasmo ajeno.
Te obsequias provocante y provocada.
Azuzas con lockeano sensualismo,
te enciendes como motor de sexo, talonera.

¿Pero dónde, mujer, serás tú más amada?
Me gustas, nulípara, y no quiero pagarte
porque en tí está escondido todo lo que quiero
primariamente mío, hormonalmente santo,
tus críos con su lenguaje puro
a menos que los vendas,
lo mismo que a tu cuerpo.

Te hallaré como el zorro
que no vende ni compra su presa.
La persigue.
Se cerciora si conservas o escindes
tu luz de fe y malicia,
tu fuego-amor e instinto,
tu pez ígneo de lealtad
en los montes sagrados de los días.

No vayas por fuego fatuo y por ventaja
a los ojos del salvaje, que él no paga;
él muerde, acosa, organiza,
desespera, se angustia
y en su mundo no existen las monedas
ni el fascinum ni el escarnio;
no pagará las deudas no debidas
ni fundamentadas,
menos al nacón de las monedas.

Como el salvaje, satisfecho del rito
pezuñas clavadas por astucia y por deseo,
soy el preguntante del te quiero.

Que la necesidad carece de ley,
pues me gustas por necesidad y por ella,
desde ella, contra tí y tus pareceres,
voy a zorrearte
con colmillos debajo de tu ombligo,
venceré la urdimbrada de tus noches.

Con hocico agudo lameré de tus tetas.
Donde tengas un corral, destenderé
tu cama, rasgaré tus máscaras,
por olor puro de tu aliento,
por sudor sagrado
de tu sangre, vulpeja.

Que la necesidad tiene cara de hereje.
Que huirás de mí, que no querrás aullido
entre los pobres, alarido en soledad
de madriguera, ¡pues, pobre de tí
y tu oropel y tus tesoros de recompensa
en numerata pecunia!
vanas cosas son
si un salvaje te descubre,
que no sea yo,
que voy a preguntarte si me quieres,
que voy a subirme a tus muslos
y tus nalgas hasta que pierdas
el cobre y te delates
salvaje o malnacida
del estero y el pantano.

13-4-1975


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Posesión de la zorra


Que la necesidad carece de ley,
pues me gustas por necesidad y por ella,
desde ella, contra tí y tus pareceres.

Te zorrearé con colmillos debajo de tu ombligo,
venceré la urdimbrada de tus noches.
Con hocico agudo lameré de tus tetas.

Donde tengas un corral, destenderé
tu cama, rasgaré tus máscaras,
por olor puro de tu aliento,
por sudor sagrado
de tu sangre, vulpeja.

Que la necesidad tiene cara de hereje.
Que huirás de mí, que no querrás aullido
entre los pobres, alarido en soledad
de madriguera, ¡pues, pobre de tí
y tu oropel y tus tesoros de recompensa
en numerata pecunia!
vanas cosas son
si un salvaje te descubre, que no sea yo,
que voy a preguntarte si me quieres,
que voy a subirme a tus muslos
y tus nalgas hasta que pierdas
el cobre y te delates
salvaje o malnacida
del estero
y el pantano.

13-4-1975 / De Heideggerianas

El preguntante

El preguntar inicial no responde nunca él mismo. A él sólo le queda el pensar que concierta al hombre con el escuchar la voz del ser y lo vuelve dispuestos a guardar la verdad del ser: Martin Heidegger


Para más querer, yo soy
el preguntante del te quiero.
Voy a lo más perspícuo del corazón
y no a los labios.

A dientes, voz fuera, todas las palabras gritan.
Son polvorientas. Son como útiles viejos y heredados:
Nur-so-hinfragen.

Acá, con corazón,
el olor de ser propio siempre duele.
Impregna cada verbo, interpela sin cesar
a los sordos oídos de las cosas
y se odia en ellos y muere.

Para querer ... pregunto
herido como perro.
Ladro a la noche expresa de la luz.

He sido estremecido con pedradas
en el ahí que me solve
y sobrevivo manifiesto, real y atribulado.

Para más querer, te investigo,
corazón, antes del habla
y de toda conceptuabilidad.

6-1-1976 /
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/
Teth /

Geschreibe


Zánjate, te pide la tierra
con la voz del Kalû.
Tiéndete tiesamente,
fonema del aviso
y penumbra vivaracha.

Contigo se acuesta
un enfermo esqueleto de palabras.
Se sepulta una calaca vocinglera.
Te fornica la osamenta elegíaca
y funeraria de los versos
quebrados contra el cieno.

Zánjate, ya que la vida
te pide que te pudras, bolero mañoso,
valija de signos pordioseros,
cartuchera de relámpagos sintácticos.

Llama a los cuervos, carroña.
Cúbrete de cal y campanarios
dentro de la fosa común de los prosudos
con tantas sílabas y abortos
y sin un hijo del Isod, lleno de vida.

No llames a ninguno entre los buitres.
Muérete sin esquelas ahí donde orea
un vaho de vertedero y una fonética
de hediente cementerio y mausoleo.

Acuéstate, inerte, cesado y vacío,
para que el Nabî venga
en medio del silencio
y te muestre el verdadero camposanto,
la puerta de los cielos en la Tierra.

Zánjate, basura del engaño,
palabreja coqueta y maquillada.
Y sacude tu agonía, dála a la capilla
de las ánimas inmundas
como polvo de seca vereda.

Muérete, rival,
homicida de la canciones
y fósil del Dasein iluminado.
Verás que lloverá la palabra perfecta
ultrasonante, misteriosa, pura,
en medio de tu Final Disolución.

7-17-1992 / / Submit Your Site To The Web's Top 50 Search Engines for Free! / Heideggerianas

Meditación del Ser


Para aquellos que meditan el ser,
que lo escuchan con la intensa sed
del ser-acompañante
y el hambre de encuentros con la biología,
diré... que existo... y soy
en un pensar determinado.

Medito en torno al ser siéndolo según lo soy
y a veces hallándoles a ustedes
en este soluto que persiste,
a pesar de todo, y que nos lleva a perseguirnos,
a estar juntos en algún punto del soñar,
en algún espacio del vivir.

La Palabra me permite andar despierto
y enamorarme de todo lo que es bello.
La mujer maravillosa está en algún resquicio
de la andanza con misterios llenos de piel,
con belleza llena de cantos.

En todas sus edades ellas afloran
como luz del alba; se escapan y se diluyen
como plenilunios en los abismos del amanecer.
Siempre bellas se van y siempre bellas vuelven.

Todo lo bello me gusta,
¡ellas, sobre todo! sus pezones,
que son ubres de Nut sobre el círculo del cielo,
sus nalgas redondas que los tersos firmamentos fincan
para gozo de la varonía, ctónica y telúrica.

Con lindas piernas,
como las niñas tienen, los pasos
pueden ser abundantes como edades
de sol o de penumbra; en lo femenino están
los juegos más sublimes, las fases son únicas,
las distancias breves, sorpresivas, novedosas.
Y se anhela caminar, deambular el alma
porque todo es infinito y color de rosa.
De la mollera al calcañar, sólo se aprende
dicha, error sin desconsuelo,
herida que no sangra,
machuconcillos cósmicos,
asombro crediticio.

¿Y qué tal la voz
cuando el río de las sílabas se abre
entre peñascos su camino refrescante
y en las ortigas del habla y del oír
se cede al cauce, se sumerge todo?

¡Qué bello a la postre nos resulta
la plena comunicación, la sincera fruta
de una luminaria, dulce cosecha
del que dice te quiero, me gustas,
qué buena onda,
qué padre, ay, maravilla,
qué bellos los que anhelan,
los que dilucidan,
los que enuncian el porvenir,
los que preguntan con sabiduría,
los que aprueban con sensatez
y los que obsequian
con solícita cautela,
sin rigor, sin mentira, sin egoica pasión
de truhanes ni vulgar oportunismo...

¡Qué bellos, me gustan, los quiero,
los bendigo, los festejo, les hablo
con mi canto, humildemente orgulloso
para que no me olviden y me quieran más!

¡Les necesito!

Y bueno es que estés ahí, meditador del ser,
venciendo la sorda mudez de los ecos.
Que te invites, convocado a la palabra amorosa,
que traigas tu agasajo de frases
parecidas a las mías, pero con ese toque
que sólo tienes tú, con ese aroma
que sólo transpiras tú desde el fondo mismo
de tu casa biológica, tu viaje
desde el asomo amiótico al ego individuante,
tan bélico por su ruido, simulacrado,
perspicuante, tan transido en sombra
y muerte y angustia y agonía.

¡Pero no estés triste, meditador del ser,
yo amo a los que hablan
hasta en lenguaje de silencio!

A veces me sorprendo
del aún inagotable todavía-señero
poder-del-ser romántico,
a pesar de todo y de su frívola fantasmagoría,
romántico (porque tiene mal eco decirlo)
por ponerse una etiqueta de pureza,
sin sustancia, de espiritualidad en tanganillas,
como estila el zángano en la mufla
de la nada, sin justificar un soñar en apetito
y ansia y coraje y pasión,
sin atreverse a sustanciar al ego
y reclamar a esa mujer amada
que bendice, en libertad, sus besos,
sus coitos, sus entregas, sus orgasmos
y sin amasarse con su trigo siendo parte de su pan
y suerte de su destino, su porvenir y su soluto.

Sí que soy romántico y a veces no lo soy.
No me muerdo los labios al decirlo
ni me tiemblan las piernas
ni visto de santurrón en ascuas
al proclamar lo que dicen
los falsos románticos de esquina
por fornicarios y atorrantes.

A la libertad la forjo con vida.
El amor me lo como con calma,
y soy pan que come pan;
soy la risa y el contento del romanticismo,
no la suicida jornada del desalentado,
no el escudo de cupidines de feria
en el monte, o la plaza, o el casino.

Amo porque quiero liberar.
Amo porque protejo
y ensancho mi horizonte,
mi placer, mi dicha.

¡Sí que soy el caballero del individualismo
hecho de pan y mujer, de amor y niños
y juegos y pasión en cielo y tierra.

¡Viva la vida de los hombres auténticos
del mundo, muérase el odio y sus miserias!
La soledad no me aterra, no la hay ad infinitum;
ella me nutre, mas sí... hay fracasos y desilusiones,
pero nunca se es romántico sin haber
vivido el ser en desesperación
y nunca se es romántico, sin una mujer
a la diestra que te diga:
¡Hombre, despierta, canta, glorifícate en mí,
vibra en el cosmos,
que te doy el OM de la alegría
para que vibres en el esquema sonoro de las aguas
y seas quark en la física del quantum y sus soles!

¡Qué bello es el placer aunque sea breve!
Ah sí, pero su belleza es eterna y nos compensa
y la Naturaleza da dos lamparones, los ojos
para que veas sus cuerpos, una nariz que magnifica
su aroma, unas manos que descarnan la caricia
para dar células complementarias de infinito...

Y la mujer nos desnuda.
¡Es lo maravilloso!
Que su desnudez nos intime
con tan intenso trámite de esencias,
que devuelva la progenie del topós uranus,
en la juventud de la alborada,
que nos haga sudar la gota gorda
por una jerarquía deslumbrante
en deleites del ser-ahí-sobre-su-reino...

Yo me transubstancio porque me necesita.
Me vinculo a la diosa de bellos vellos púbicos.
Me arropo con sus senos.
Acaricio sus dos glúteos fabulosos
que me enloquecen. Beso, por lo mismo,
las frutas de sus seno, su ombligo,
su púbis. Me reencuentro en sus pies.

Ella me reemplaza
con dulzura que gime,
con pasión que es la fiera del origen,
el alfa y la omega, el latido del corazón
que vibra en la molécula,
que vincula a las lunas,
a mares, a víboras, a bisontes,
a las Cuevas de Altamira, a glaciares
con azul de la más femenina transparencia,
siglo a siglo, milenio tras milenio...

Hay una dicha inefable en ser protagonista
de placer y belleza, de asombro y de pasión,
de alegría comunicante, de fiereza satisfecha.
Es una virtud roer de tales huesos y glorificarse
y lamer de esta experiencia,
oficiar en tales templos
al litar sobre la colcha
ofrenda de ninfa,
de mujer, de lingam-yoni
en vez de sobre piedra dura de rutina.

2. La salud


Para ustedes que meditan el ser
y me comprenden
y sospechan cuanto me obsede el erotismo,
la mitopoesía, les comunico:
Cobijad, como yo, el canto,
abrid sus ojos a carteles, a fotografías,
a las piezas escultóricas de griegos y neoclásicos,
a las niñas que pasan, a las chicas del campo,
mirad a las flores que están
en carne y hueso floridas
como arboledas y pradejones.

Amad a esa mujer que está en la casa
y todo lo que mencione sus símbolos, sus mitos,
su padecer y su alegría,
su necesidad y su capricho.
Todo es el saldo en la tierra de Don Nadie
de las que han sido luz en lo oscuro,
lo bello a la mano!
... por de pronto, revelo este secreto:
¡la salud existe!
y presenciarla en la piel, ajena o nuestra,
es dar ojos a los huesos
para que la sirvan desde adentro,
la gocen desde el tuétano y su calcio.

Vitalizada la sangre marchita
es resurtir las aguas en los sumideros;
es bendecir a las hormonas
(que son nichos de vírgenes y ninfas
y golfiñas, o gopis,
o doncellas tribales de las ansias,
las brujas preclaras de la seidad
y el misterio biótico de la verdad entitativa).

Meditador del ser,
salud es dar belleza a lo posible
y hacerlo es lo más supremamente grato,
conclusivo, compensante, ideal,
el poetizar que festeja su tesoro,
el placer que perpetúa su orgasmo.

¡Qué bella es la salud
de las mujeres y los hombres,
de los niños y los recién nacidos!
¡Qué bella es la hoja verde
por plena clorofila
y la sustancia más roja de los pétalos,
más que bella y la transparencia más blanca y bermeja
de las rosas, los claveles y las margaritas,
un gozo es, esperado beso!

Azul que sea la inmensidad,
azul de crisantemos, azul de océano,
azul la belleza acumulada
del que en el ser medita
y lo halla y lo ofrece
y lo declara por amor.

Yo soy un hombre azul,
romántico sin tristeza de todos los días.
Filtro el alcoiris desde la jolla subterránea
de mis ojos que se avolcana
en pos de su ilusión trayéndola a la mirada fija,
a ojos clavados en mujer, en cumbres,
en sueños más duraderos
que el hueso y su progenie.
Que el mundo degradado y sus mundanidades
post-históricas, publicitarias, indecentes...

¡Que se valga mirar como a las nalgas
de las niñas montareces y puras,
como a sus senos túrgidos y bocas vírgenes,
a lo bello de ese abrirse en esperanzas,
a lo prometedor de esa liberación en ciernes,
a lo necesario de ese restañido de ternura!
porque como sámagos abiertos y brotados
del occiso en el rincón más criminal del abismo,
brota siempre la posibilidad de lo más noble,
lo oculto, sanador, lo insolícito
que la psiquis estructura,
por amor a lo bello,
por mandato del Eros,
no en azar, sino en olvido.

La esperanza empuja la tapa
del vil caos, primitivo, olvidado
y por artificio de apego, hay cosecha
y se da color de pájaro a los cielos
y voz de truenos a las cumbres.

3. Dolor de parto


¡Qué bello es el dolor de parto,
sus continuidades de fruto,
sus fases intermedias que dan color
a lo finito, a lo incompleto,
sintáxis de futuro y genética
a partir de una raíz
infinitamente interconexa,
programada en libertad
para los cambios!

¡Qué bello el peregrinaje secuencial
y su finalidad cimera: la belleza es triunfo,
fruta madura y en boca saboreada
es del que come y comparte y bendice!
Casi todo dolor es social, innecesario.

Casi toda angustia es culpa, insuficiencia.
... pero ustedes que meditan sobre el ser
y han sido buscadores, testigos, héroes
dentro de este despliegue tan duro de potencias,
¡sed pacientes, yo lo soy
y me duelo a veces hasta ese coño
del hastío... Derramo bilis...
tendrán que haber descubierto como yo,
asidos al dolor de crecimiento todavía:
la larva no es destino,
en todo hay metamorfosis,
el viaje no cesa.

El dolor se deja atrás en favor de la canción
que se derrama en la vagina de lo hermoso.
No hay tristeza que permanezca en lo oscuro
sin fluirse al útero de gracia,
a la desnudez vamos, echamos el ropaje
de tirria y de tedio, pies abajo,
nos pegamos a ese cuerpo que hay que lamer
como sol sátiro, caliente de vibra y escozores,
hasta que cese cada límite de prohibición y cuita.

¿Que ella correrá como patas de cabras,
que se esconderá de la voz que la llama?
¡Mentira de la Maya, la voz de lo bello
es invencible, su raíz ardiente,
su premio seguro y exquisito!

La mujer es redención en sentimiento
y subirá a la hamaca del deseo
como si la llamara el aire de los bríos
y ¿quién hay? ¿alguno
que pueda nadar contra corriente
cuando la mece con ternura
el deliquio más gentil de la carne,
su espíritu que da voces, compañía,
otredad de universos plenos y armoniosos?

Meditador del ser, flauta en boca,
con mi canto paso los besos del futuro,
doy el abrazo de esta mañana,
en la tibieza de esta noche
en la cueva de los faunos.

A pesar de la rémora que detiene mi voz
y de las tinieblas que cercan el diálogo,
ahí anda despierto
un ser cachondo, crítico,
un ser-acompañante
un ser en pos de amor
y de belleza
y orden
y poesía.

2-6-1996

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Wednesday, July 25, 2007

Te hallaré vulva, hijo mío

Te hallaré una vulva, pequeño mío.
Ahora que el Hacha se cayó de mi mano
y soy dueño de todas las delicias
otrora negadas por la sombra
y los cinco custodios digitales del Manotas.

Te juro por este negocio, amado crío:
¡Eres dueño del coño y de la pija!

La casa de tu ser, nuestro ser,
prójimo mío, necesitará
una vulva compañera,
el Pozo del Viviente que nos ve.

Te hallaré vulva, porque es
la tierna morronga, tu capullo
(templo nuestro en el proceso de la vida)
y el pétalo contemplará el rocío
y el beso del sol escapó de la sombra.

Una vulva, con vellos abundantes
bajo su ombligo y vientre,
que sea valle de tersura, ella tiene.
La niña, quien vírgen permanece, será tuya.

Son sus apretados labios intravulvares,
hazaña deliciosa y es su vagina
aún más dulce que su boca,
y te espera con los poros
excitados y la esperanza pura.

Una flor en calpelos es en la alta rama.
Con sonrisa de mujer, allá en la fuente,
te dará a oler su aroma grato,
te dará el agua, te abrigará en su casa.

Y su clítoris, a tus dedos será sensitivo,
a tu tacto, duro; a tu sexo,
impregnación aceitosa.
Untará a tu cuerpo jalea de su alegría.

Cubiertos de mantilla están sus hombros
y el rostro, con un velo, se cuida de codicia.
Bajo las bragas, está empero
un cántaro que gime, hijo mío...

Del libro Estéticas mostrencas y vitales

A Sara, la princesa


Cavaré mis ojos en mares estelares.
Creeré a los peces
que a mis pies depositas,
ágiles para aguas dulces.

Les buscaré nidos, lechos
que no sean de arena ardiente
ni páramo con viento tormentoso.

Alejado del lodo y las mofetas
de las sombras, alejado del calcio
de las grutas, te amaré
con recuerdos, esposa mía.

A las aves que víste tú en lo ignoto,
en altas bamas, en lo eterno,
las llamaré, voz entre voces,
espíritu, principios eternos,
físico-cognoscibles.

Separado ha sido el trigo de la parva
gracias a tus risas, tus paradojas,
tu alivio oportuno a mi vejez.
Ha quedado, al fin, tierra y cielo
separados, y me abandonas
con tu deber cumplido, Sara.

5-12-89 / Blogsite 2

Sepultando a la princesa

...en lo mejor de nuestros sepulcros sepulta a tu muerta: Génesis 23: 6

Por tus ciento ventisiete años,
te lloro, amada mía,
y Quiriat-arba para las albas
de tu suelo te quiere, te recibe
y el Hebrón es hebra de luz
por tus caminos.

En laberinto oscuro, por tí
teje Ariadna e hila céfiros luminosos
como yesca delante de tus pasos
y son sus sigilos a hurtadillas.

En noosferas te dio ruta y radiancia
y en hadrones, fortaleza fértil
para que subas y bajes
y, en lo profundo, permanezcas
en los días séptimos del ser.

Te lloro, Princesa,
entre los hijos de Het y las sombras,
hitos de sus creencias al oriente de Mamre.

Te lloro y te sepulto,
vagina precámbrica,
eva-profetizada por amor
a los hijos cuaternarios.

Te lloro cuando te guardas
en la cueva de Macpela
y mis ojos no volverán a verte.
Quedaron solos con el sueño
de su antiguo fundamento.
Cuencas amargas, en lloro, son hoy;
pero el pedestal es tu aurora.

Me consuelo por la heredad de tu concurso
(unido a tu cuerpo conocí la alegría).
La misma muerte que me aguarda
en la tierra de Canáan
es parte de tu apoyo.

En tu confianza fundo el tribunal
y cavo mis certidumbres, sustento el ser
(no por 400 siclos de plata que dí a Efrón,
digo que existo, no por los hijos
de las cuevas milenarias, digo:
Tengo amparo). Es por tí que digo: Soy.
Por lo que díste a la vejez de mis días.

De Estéticas mostrencas y vitales

El amor del padre a Ismael



No veré cuando el muchacho muera:
Lamento de Agar


Tirador de arco, cazador, indio mío,
pequeño de piel de ébano, yo te escucho
en la angustia de mi cueva.

Tu padre soy en la esclava
y en las arenas de Parán
a tu madre bendigo;
yo en la distancia te levanto,
te persigo debajo del arbusto
y de las zarzas inmundas
de los cinco sentidos te rescato.

Es que te quiero, Ismael,
aunque hayan sido serpientes
tus primeros arrullos;
aún los héroes del futuro
no siempre de princesas nacen
(ni el oro de los cielos
a sus dedos es frío).

De mujeres, medio bestias,
zorras, simias, culebraicas,
camaleónicas, harpías
nace el hombre y, abiertos ya
los ojos de la bestia, la fuente
del principio nooético fluye
y te dan a beber las paradojas
y la profecía.


De Estéticas mostrencas y vitales

Agar e Ismael

Y el ángel de Dios llamó a Agar
desde el cielo, y le dijo: ¿Qué tienes, Agar?
No temas, porque Dios ha oído la voz
del muchacho en donde está:
Génesis 21: 17


Ahí estás pegada a la pared,
con Beerseba quemándote el aliento;
en desierto de dolor, huyendo con tu hijo,
voz de los abandonos, crío
sediento, pobre,
como si huyera también
la fuente cuando el odre está sin agua.

Avergonzada estás en tierras de Neguev,
deslucida entre Cades y Shur,
forastera en las grutas ingratas de Gerar.

Ahí estás como parte de las cuevas
del conocimiento que se apaga
en el frío, como hija de las mujeres
en miseria, ausente de besos y el pan
de las manos que te amasaron un día,
hija en las noches
de los Cuatro Dones que al cielo
examinaron como base y rudimento
del Gran Conocimiento.

Ahí estás, mujer del yugo y el arado,
mujer del hacha de guerra,
mujer de las pruebas de Escites,
todo se iba de tí, hasta el agua del odre,
hasta la vida del crío debajo del arbusto;
todo se va de tí, menos el lloro
del niño de tu vientre, Ismael,
y la voz del Pozo Viviente que nos ve.

Agar abandonada

Echa a esta sierva y a su hijo,
porque el hijo de esta sierva
no ha de heredar con Isaac mi hijo:
Génesis 21: 11


¿Cómo decirte que te vayas, Agar,
si tu cuerpo ha sido como una guitarra
de péndola en la que hallé regocijo?
Amé tus caderas y en tu color pajizo
de ceniza te navegué, emociondo,
como góndola que descansa el aliento en tus aguas
y humedece el alma en tus haldeares?

Yo busqué en tus ojos
unas piedras de rayo y los hallé
fijos en los míos,
y eran dos hachas, siervos listos
a cuidar mis pupilas y dividir
mi piel sobre tus pechos.

¿Cómo decirte que te vayas
si un relámpago vive en la fuerza
con que miras y en el dolor de tu parto?

2.


Como oblicuos cristales de prasio
y verdes silicatos, con pestañas,
me descubrí en tu carne
y te hice el amor, macaria,
sierva ceniza, en tu mirada tendido.
Quise lodo de tu lodo
y que herederas mi tierra, mis bardomas
con las alas de mis ángeles solares.

¡Qué triste es vivir solo, corito,
terebeco, equivocado, en las cavernas,
como bobalicón que ignora
tus alcances heroicos en la alcoba!

Esclava en tu gruta milenaria,
hija de sombras fuíste
y fiel a mis palabras y mandato
y me acosté en tus ojos, pejina
y la noche de Santander
fue lechiga que me dio otros desiertos,
soledades dulces, con destino ingrato.

Entonces me dijeron que no doblarás
el arco de mi siglo
ni cinturón de mi delicia
llevarás en tus caderas
de sabrusura magna;
qué triste paparrote el alma
que así crece y da
su primer hijo al dolor,
el que se va contigo y llora
por los caminos del desierto,
el hambre y el despojo.

De Estéticas mostrencas y vitales

El poeta de la fe perdida


Era yo, era yo.
No fue Novalis con sus flores azules.
No fue adelanto en llanto o dulce profecía;
no fue la reverencia a las noches románticas
de bohemia y tragos y poemas;
era yo, echándote la biga,
recordándote que el rebaño es invención
de los canallas y adaptarse, manipulación
de John Locke y doctrinas bestialistas,
alimañas thomas hobbeanas,
ácaros inmundos de sensorial certeza...

... pero estabas tú,
gozosamente entretenido con la angustia,
atento al gargajo que te tiran,
aún idealistas del descreimiento
y junto a tí el coro
de tuberculosos de la fe perdida.

Un funeral propusieron
con rito de congojas
y amor friolento
y volví a pedir: reacciona, Manuel,
acuña la alegría, tú amaste a Lola,
«bella, cariñosa, anhelante»,
amaste a Elvira, a Laura, a Rosario,
a Merced adorada, Manuel, poeta de nocturnos.

¿Valdrán ellas un poco más de vida?

El poeta de la fe perdida

Era yo, era yo.
No fue Novalis con sus flores azules.
No fue adelanto en llanto o dulce profecía;
no fue la reverencia a las noches románticas
de bohemia y tragos y poemas;
era yo, echándote la biga,
recordándote que el rebaño es invención
de los canallas y adaptarse, manipulación
de John Locke y doctrinas bestialistas,
alimañas thomas hobbeanas,
ácaros inmundos de sensorial certeza...

... pero estabas tú,
gozosamente entretenido con la angustia,
atento al gargajo que te tiran,
aún idealistas del descreimiento
y junto a tí el coro
de tuberculosos de la fe perdida.

Un funeral propusieron
con rito de congojas
y amor friolento
y volví a pedir: reacciona, Manuel,
acuña la alegría, tú amaste a Lola,
«bella, cariñosa, anhelante»,
amaste a Elvira, a Laura, a Rosario,
a Merced adorada, Manuel, poeta de nocturnos.

¿Valdrán ellas un poco más de vida?

A Manuel Acuña

Y así es la vida en incesante vuelo...
cuando el duelo asoma en lontananza
... no puede reflejar ni la esperanza:

Manuel Acuña


Están ahí, mamacallos
con sus bocas abiertas de alegría
y postín y antojo, burlones,
Manuel Acuña, de tu muerte.
Sátrapas, sin respeto
por las escépticas maniobras
de tu vida atormentada.

Se mofan, genocidas, codiciosos,
cuando el prójimo desgasta
los tejidos del deseo, sus prepucios
en la cueva, sin delicia.

Los que son como tú, tiernos,
pequeños, sin madurez todavía
y con manos frías de bala y de suicidio
caen, se eliminan ex profeso,
no vencen el olvido.
En lástima, unas horas perduran.
No ha de extrañarlos nadie.

Se alegran los prevaricadores,
el canalla al mando,
el migajero de luces.

Dejaste en la cueva, tu cadáver
sin ninguna gloria, Manuel.
La muerte es neutra y vacía.
Quien se mata, como animal,
o fiera sin descanso
se pretende.

De Estéticas mostrencas y vitales

El hemisferio en crisis


... pero, mira; el desastre,
voy a decirlo a tu oído mágico-sagrado:
J. P. Morgan, de Wall Street,
llevó a la quiebra el gran sueño
de Ferrocarriles Nacionales Mexicanos,
tal como soñaba Juárez y Romero
y William Palmer; se apropió de la industria
y se fundó el fracaso,
la bancarrota, el lamento...

Perú está a merced del saqueo
de una oligarquía directa de banqueros
de Londres y las líneas ferroviarias
de Meiggs, por tí, recomendadas,
apenas entraron a los Andes;
todo sueño de progreso está en suspenso
de México a Perú, de Brasil a los Andes
y, ¿qué quedó, viejo zorro?
ataques financieros del imperialismo,
desequilibro económico
y un escupido final de Teddy Roosevelt
en tu cadáver Zorro santo.

A J. P. Morgan dio
el monopolio de las industrias
del acero, los ferrocarriles
y las plantas eléctricas
y, peor aún, el Corolario
de la Doctrina Monroe:
la democracia del dólar,
el derecho a invadir cada nación
del hemisferio a voluntad
y cobrar deudas y vidas...
sí, Viejo Abraham,
y matar a los zorros...

3-2-1999 / De libro Estéticas mostrencas y vitales


Berkeley y yo /

A Benito Juárez

(Lincoln) me preguntó cual era la condición de los peones... pues había oído decir que estaban en una verdadera esclavitud y quedó muy complacido cuando le dije que los abusos sólo existían en poco lugares y eran contrarios a la ley... Me dijo entonces que su administración procurará hacer todo lo que esté a su alcance en favor de los intereses de México... y que se le considerará como un nación amiga y hermana: Matías Romero, Embajador de México, en reunión con Abraham Lincoln, en Illinois


Al sur de tu sur está Benito,
un zorro justo, el mejor de México.
¡No lo olvides, Lincoln!
Los habsburgos creyeron quebrarlo
en sus rodillas, pero su pueblo
pobre y laborioso con él clama
y no se rinde, aunque la lucha es cruenta.

Es Benito el más hábil de los indios
y su visión es libertad y progreso
en amistad contigo, viejo Abraham.
En Benito se encarnó la esperanza
del mundo sin colonias, sin gestos napoleónicos
de exterminio y sabotaje y vicio.
Anda con él, como Dios con Abram
en los viejos días de cielos abiertos.

Los zorros desconfiaron del sistema malthusiano
y Bentham es la escuela de canallas y de cuevas preclaras y asesinos;
los zorros olfatearon a Adam Smith y lo mordieron porque es
y sigue siendo un fisiócrata en el fondo y doctrinólogo del laissez-faire
bestializante de Quesnay, Turgot y los lockeanos.

... y más al sur del sur, malviven
los paraguayos, en genocidio orquestado
en Inglaterra; sus agentes intrigantes,
metededos, lo lograron con su Triple Alianza de exterminio
y todos los que sangran sin medida sombra y figura
son de Jeremy Benthan y James Mill y Lord Shelburne.

Pero tú no puedes ver ya
sus procederes, buen Abraham.

Después de tu homicidio se dieron gusto
los corruptores de Buchanan.
Se mofan de tu obra y tu legado.

Tus predecesores de Casa Blanca
sabotean el Sistema Americano.
No miran hacia el Sur.
Explotan al obrero en cada rincón
de América, la hermosa.

Quienes triunfaron para sustituirte
se vendieron, olvidaron a vecinos
que quisiste y llenaste de promesas
y de abrazos y aún de ferrocarriles...

La pandilla esclavista, bancaria,
sinarquista, el fantasma de Shelburne,
entró por puerta grande con tu muerte.
Con la Gran Ramera de Mamón
van a festines, fornican, se amanecen.

Blogsite 2

Lincoln / 1

a Abraham Lincoln


Zorro Abraham, viejo Whig,
a banqueros del Noreste
y hacendados y esclavistas del Sur,
tu presencia provoca agudo encono.

El Partido Demócrata te odia en bloque.
Te odia desde las primeras horas
del régimen de Jackson;
te odia porque Inglaterra existe
y en Wall Street, New York,
estuvo Augusto Belmont
creando el semillero de pólvora
donde podrías morirte
y contigo, los zorros verdaderos
de este mundo y, en especial,
de nuestra frontera
México-estadounidense.

John Quincy Adams inspiró
tu zorrería: Gran Bretaña es el rival
del lecho propio, el cazador
que esquilma cada madriguera,
el asesino divisor de ajenos territorios.

A los ingleses hay que sacarlos
por completo de América,
de norte a sur y de Este a Oeste.
Decirlo como él y como tú,
valiente escándalo, motivo es
de la ira y la venganza.

Si has creído así, Abraham,
eres como Clay, nacionalista
y te odiarán, te odiarán odios
que rebosan las almas y se van
a los dientes armados,
a la conspiración secreta.

Los que defienden ataques navales
a tus costas, los pro-británicos,
son los mismos que instigaron
las guerras contra el indígena nativo
y los recortes presupuestarios
de Jefferson y Madison;
arruinaron tu armada, te dejaron
a merced de nuevos herederos
del Comité Secreto de Lord Shelburne
y del City Bank de Londres
y del Baring Bank, de Rothschild
y oligarcas en boga.

La campaña de Polk fue financiada
con el dinero inglés, sí, por colonialistas
de ayer, la mafia financiera
(la Asociación de Libre Cambio).

La pandilla banquero-esclavista
de Polk ganó la presidencia
y miente al mundo al proferir:
México invadió Texas,
México es el enemigo.


Pero tú eras sutil, viejo Whig,
te sobró olfato; te uníste a Adams y Clay
como una sola voz para decir:
¡Mentirosos! politicastros de la rapiña
y el despojo, ¡qué mala leche!
La ofensiva contra México
fue agresión insultante,
y la voz inglesa defendía
la rapacidad cometida
con su apuesta a los mercados.

El sinarquismo existe para ésto
para humillar al zorro de Benito
(que es más valiente que los redentores
debajo de cobijas y los revolucionarios
que se vuelven dictadores).
¡Qué bueno que olías la mala sombra
de banqueros de Wall Street
y los Morgan del mundo, Abraham!
¡Qué bueno que supíste oir
a Matías Romero, a Olaguíbel y Benito!

Todo lo que dices, Abraham,
y, por lo que abogas, fue notado,
escrito en Lista de Negra de enemigos,
en epitafio de lujo por escarnecedores.

Cuando una bala te visite los sesos,
recuerda al cazador, al sinarquismo,
a la influencia de Wall Street
que festeja que la Confederación esclavista
y el Norte se anulen una a otra
para que pueda llegar el inglés
a reeditar rapiñas, a morder en lo ajeno.

22-6-1999

Lincoln / 2

El régimen de Polk de inmediato hizo
un acuerdo secreto con la Gran Bretaña
para cederle lo que hoy es la Columbia
Británica, parte del territorio de Oregón
que estaba entonces en disputa, a cambio
de apoyar la guera contra México:
Anton Chaitkin


Viejo Abraham, eres valiente.
Tu «Resolución de Sitio» pidió la prueba
a James Polk, el esclavista y sinarca mentiroso.
Como a él, a muchos has expuesto
tal cual son: canallas, colonialistas,
exponentes de expansionismo territorial,
blasfemia, retroceso, fuego de traición
y operación antifraternal con tus vecinos.

Zorro Lincoln, la Secesión en marcha
te duele y el destino, como la guerra,
es duro... ahora somos, en parte,
fraticidas con Constitución,
hijos perversos del Congreso
y del modelo de Sistema Americano...

¿Mañana, qué seremos
si ya perdimos el respeto a la patria
que en Filadelfia se gestara?
Cómplices de las turbas del Terror jacobino,
agentes a sueldo de la Corona Británica
o la Compañía de las Islas Orientales
o de una Confederación esclavista...

Y, porque te opones al empeño,
te odiará Buchanan y su gente,
lacra traicionera, mala leche.
Todos son agentes de Lord Palmerston
y la Reina Victoria I, matronaza
de viles codicias de la Historia.

Te odiarán, Abraham, por el bloqueo
arancelario a la importación
de bienes británicos hechos
con mano de obra barata,
te odiarán por dar tierras gratis
a los labriegos pobres, por emitir
crédito público y abrir universidades
al pueblo que la Guerra Civil
separó como enemigos, llenándoles
con resentimiento, segregación y miseria.

7-17-1999

El perfecto imperialista

a Lord Shelburne, director de British East India Co. en 1780, el perfecto imperialista


¿Donde te habrá conocido
la hoz segadora, el hacha de Abram:
si eres la bestia más temible
de los tiempos, la Fiera Corruptia
encarnada en la Historia?

¿Dónde, me pregunto yo,
que no sé tu nombre y te llamo
Lord Shelburne?


... yo que sé que tus siervos afanosos
conspiran para preorganizar
la bancarrota de la Francia monárquica
con la Revolución jacobina
y con levadura de tu ideología.

Tus filósofos protervos están
en todo continente, en la Vieja Europa,
en el Nuevo Mundo, en el Africa,
en la India, en cada cueva y averno,
y tú como fantasma llegas, Lord Shelburne.

Imperialista perfecto,
Satán de los sinarcas, ilustre gestor
de pesadillas financieras y desastres,
tu fin se adivinó por los valientes,
zorros de agudo olfato
y de mañas ante el Don Nadie
tremebundo, traicionero.

Tú no duermes hasta adormecer
a todos en sepulcros de mansedumbre
rancia, venenosa, impura.

¿Dónde te habrá conocido el que oye
y clama a su conciencia, muy adentro,
en aras de la palabra cimera
que vence a talismanes,
a falsas expectativas, a los arcanos?

Dicen, se dice, que una mansión
habitas en Bowood y un Taller
de conspiradores se reúne y todos
beben de tus vinos deliciosos
(tu riqueza fascina, tienta, seduce).

Y tú les obsequias, Lord Shelburne,
tú les incubas como a ciegos ácaros.
A escritores radicales, a perseguidos, conduces
a Tu Vientre tan cebado con abundancia y hartazgo.

A panfletarios en cálculo de placer y dolor,
recondicionas y salen ya como profetas turbios
por el doblez de labios y la intención oscura.

La dictadura constitucional justifican.
La discursan, la proponen.
Del trabajo esclavo se declaran amigos.
Y por complicidad, con Bentham,
del control social del utilitarismo.

En el esfuerzo de bloquear
la libertad (de las colonias en América)
se te encuentra,
y que educaste a Jeremy Benthan
para que sea tu sombra,
tu voz entre los hombres, se dice
porque eres Invisible
como la Providencia y la Fortuna
que sólo sirve al electo por los dioses.

Dicen, se dice, que Phillipe Egalité
y Jacques Necker son tus altoparlantes
y que Dantón y Marat obedecen
tus órdenes, que te gustan
las logias masónico-libertarias
y los gestos del martinismo
místico-cabalístico, esoterizado.

Pero el hacha que tira el lonco
y descabeza y reprende,
hoz que separa la paja del grano,
sabe mucho más, aunque pregunta
con más rigor que el SE DICE
del Don Nadie en la plaza de las moscas.

Del libro Estéticas mostrencas y vitales

¿Qué haremos?, pregunta Agar

The enslavement of the Dinkas in southern Sudan may be the most horrific and well-known example of contemporary slavery... Physical mutilation is practiced upon these slaves not only to prevent escape, but to enforce the owners' ideologies: Charles Jacobs

Hijos míos, los ví
a corta distancia en el sur del Sudán,
rumbo al norte de Arabia,
vendidos a $15 por cabeza,
traficados por milicias
como baratijas...
... y pensé en tí, Agar.

Recordé la ajada toba que vestías.
El desierto te dio vestidura
y la maldición que heredara tu prole.
Una vez aprendida, creída, introyectada
fue ideología, simulacro, degradación,
saber oscuro, autotormento.

En suma, los convencieron
de que sólo saben matar, sufrir
sin remorderse, calcular su ventaja
a expensa ajena, que vivirán
en resentimiento por los siglos,
que vestirán harapos y su castigo
verán en márgenes sangrientas,
sus propias jerarquías... y recordé
al ángel que te dijo con mi voz:
¡Cónsuelate!

Tus hijos forjarán naciones.
¡Ismael será bendito!
Vén y llena el odre de esperanza
ya que no quieres ver
que tu crío muera...

Ví a miles de Dinkas atados del tobillo,
con rasguños en su piel, mareados,
vomitados, afligidos a morir,
heridos en espíritu y sustancia.

... ¿pero qué culpa tienen ellos?
con apenas la edad de cinco años,
el mundo cavernario los maldice.
Se los roban de sus villas,
hieren sus tendones y no hay escapatoria.
Los llevan a las ricas casas
de los mercaderes, los explotan,
los humillan, los malnutren...

¿Qué culpa tienen las niñas ultrajadas,
prostituídas, vendidas a sultanes
y califas, a nuevos jeques del petróleo
o de piedras preciosas o a pargos
de prostíbulos, viejos verdes y turistas?

¿Qué culpa el padre, cuya cabeza
no rodó a los ruedos de la arena,
al seco Moriah del escarnio,
cuando lo ataca la caterva de pillaje?

El va por ellos con su daga silenciosa
y se vuelve sañudo guerrillero;
como otros padres, él va con su fusil
que dispara dolor y lo llaman
ateo, animista, comunista, hijodeputa...

¿Qué harán con los ladrones y esclavistas?
¡Matarlos, Agar, matarlos!
Vengar a hijos e hijas, restaurar orgullo.
A bendecir va, sin saberlo.
a las semillas alejadas de su tierra santa,
a recobrar va, corazones sin risa, no todavía,
a niños esclavos, a jornaleros
sin gloria en su mañana
ni dicha en su noche.

Son tus hijos, Agar-Nubia, vieja esclava, y los míos...
¿Qué haremos, Agar, si estamos en cuevas lapidarias
y todavía con loncos sin mañana?

¿Qué merecen los nómadas de asalto,
hombres bestiales de tan mala calaña?
Con los que te robaron y aún nos roban,
¿qué haremos?

¡Matarlos, Agar, matarlos!

De Estéticas mostrencas y vitales de Carlos López Dzur

De "Estéticas mostrencas"

This conflict, known as the Thirty Years War, ended in 1648... Thus in a sea of blood they earned the right to freedom. of religion, speech, and press which we all enjoy to this day: Frederick Heese Eaton


Para proteger el soluto del poema, la cura
de serme anticipado y jurar que soy libre,
ser-posible, para hablar hoy y mañana
y creer, o pretender saber que tengo
templo, madriguera, casa en-el-ser
donde soy guardián, pastor, maestro,
alumno o visitante, para escribir
y publicar mi alarido o dejar
un pedazo de paz en el pan
de otras bocas: el derecho a opinar,
a reunirse en la fe, a imprimir
libremente, o pasquinar la calle,
en un mar de sangre he navegado.

De las olas del fanatismo estuve huyendo.
A mi cabeza ancha y mi hocico agudo
negué muchas cosas. Los contuve;
pero he vencido el hambre, el miedo
y las persecuciones.

En treinta años de guerra,
mis batallas dí por santos primitivos
y, en 1648, la paz vino, Wesfalia,
y lité en una roca, pero también maldije
a los oligarcas de Venecia, a su usura
que dio finanzas a los sinarcas
del imperialismo,
a los rudos normandos,
a la alianza de suizos y franceses
contra España, a Carlos I,
a Holanda y Portugal, caza-africanos,
y al esclavismo que se mudara
del Viejo al Nuevo Mundo.

Biografía / Biografía 2

A Jan Huss

a Jan Huss, quemado en la hoguera en 1415


El fue un zorro
al que dieron candilazo.
Un intelectual comprometido
que ardió en la hoguera
sin otro grito que Jesús,
eres el único maestro.

Lo dijo muchas veces en las universidades
de Checoslovaquia; lo dijo voz en cuello
desde las catedrales; lo gritó en la rectoría
de Praga; lo dijo ante ancianos y niños,
para beneficio de rameras con fe
pese a sus vidas desorganizadas
y para beatas, príncipes,
pordioseros, enfermos, plañideras.

El fue un intelectual comprometido,
casi guerrillero, por cuanto fue excomulgado.
Y el Papa desde Roma lo sabía.
Los zorros como Huss son peligrosos.
Hay que matarlos.

Para hacerlo le tendieron una trampa.
No valió para salvarlo el salvoconducto
del viejo Wenceslao ni el aval
del poderoso Emperador Segismundo.
A título de hereje lo llevaron
al Concilio de Constanza,
lo juzgaron y lo quemaron vivo.

Entonces, con su muerte, se armaron
los hussitas desde Praga y los austríacos
a su vez por defender al Papa
y las oraciones se cambiaron
por absurdas y viles matazones.

Ni el fantasma de Huss se quedó
con las patas cruzadas:
el zorro se fue armando de garras
y colmillos filudos y dientes devorantes.
Y otros pueblos y villas enfrentaron
al ejército del Papa,
a la Cabeza de la Iglesia y del Estado,
a los pontificados de verdades y absolutos.

Sabrosa ha sido la palabra
del Compañero Zorro
y se comió en la hostia
como blanda carnecilla de jutía.
Se fue a la muerte, sin embargo,
como tocino o morcilla en la brasa,
pero sus ojos quedaron abiertos
ante el mundo y dieron profecía...

5-2-1980 / De Estéticas mostrencas y vitales / Blogsite 1 / Blogsite 2

Ontología dopaminal

No se entera nadie de la cosa
si el ente no se ontifica.
No se transmite lo que declara el verbo
como lujo, o lamento,
sin haber ontología.

La mona dopa;
la dopa, mina...
A menos que esa mina misteriosa
se vuelva excitatoria por oficio,
se ignora la palabra.
Lo animal fracasa.

La mina es una ruta mensajera
que no lleva a la plaza;
pero, sí, se desnuda,
se lanza, se regala, se saca del escote
las palomas.

Le gusta exhibirse, plena, calata,
sin inhibiciones ahí, donde nos gusta
Donde está tu más vieja cobija,
la cama de los siglos, subjetiva
tienda con trastos a la mano,
tus buenos ojos por la bagatela,
tu incial movimiento para pecar de vida
y surtir tus solutos
e inventar el beso
que lo nombra TODO
en la carne y en las ansias
y lo santigua en mundarro y zorro hueso.

El trajín es el drama de las cosas
y la dopa es monodrama cotidiano.
Quien nos oye y nos habla saldrá de la penumbra
y la sustancia negra de los sesos,
¡ay, como una mina, ay como una dopa!

2.

Aún así, las palabras requieren ser oídas
más allá de la bioquímica,
secas del amargo ahí,
porque aún la mina entristece
con su neura incolora
y llora el tango y se va, se aburre
y no hay canciones ni placeres si se va,
¡se muere Mina, mina, se dopa!


2-16-1997

Blandón indefinible

Alguien tiene que amar
y llevar esa bandera al territorio
de su sobrevivencia, al clamor
de sus huidizas formas de contacto
más allá de las definiciones.

Aún triste, soy tan lúcido.
No. Lúcido porque sobrevivo, asomado
a la curiosidad como alimento.
Imito al niño que espera, o al viejo hambriento
que se confió a los juegos de las probabilidades
desde una urgencia, o una quieta invalidez.
O una limosna grata.

Comulgo con los dioses

Comulgo con los dioses
que sorben su aroma grata
del hidrato y sus carbonos.

Que quieren cuerpos sólidos y diáfanos.
Que se llevan un joropo de Tlaxcala,
de genuino ixcacihuite
y un tapiz de Chiautempan
para hilvanar con sol
una hoja, un tejido leñoso, una flor
para las manos, el talle, el alma.

Quien me abraza con el regocijo
de saberme la envoltura celular
del mirto, chupa de mí
esperanza y canto.
Quien se acuesta en mi seno,
mi mujer tendrá de oquis y regalo.

19-1-1990 / Biografíaa>

La palabra más sutil

La palabra más sutil puede ser una daga
y el silencio, tedio y suplicio.
Los solos ni a decir hola se atreven.
Los tristes beben cicuta y danzan con el viento.
Los nobles, los alegres, se evaden
en presencia de esta angustia.
La palabra sutilmente homicida,
filero verbal de canallada.

Aquí, en este lenguaje
de sospechoso inocuidad,
una flor es blasfemia,
cada rama se conforma con espinas.
Y la palabra dulce es extravío
y la gentileza se encara
con trámite de duelo.

Por eso voy a tan solo
y cumplo mi rutina y a veces
lloro con las horas en medio del barullo.
Y estoy en la colilla de un cigarro
y, solo a veces, de repente,
me encuentro con mi canto.

15-1-1978

Tuesday, July 24, 2007

Zu-sein / Habérselas

Util es todo aquello de lo cual uno se puede servir: Martin Heidegger


Zorrillo tonto, despojado, soy.
Clueco entre nidales y empalizadas
pío, zafacón del tenderal, huérfano perdido,
ser en extravío, cantáro lleno
de todo y nada, en zafariches, muino.

¿Dónde estás, Pastor,
que en descarrío te llamo?
¿Cuál es tu presencia, Zorro viejo,
que en el lenguaje me pierdo, sin sustancia?

Enséñame, Zu-Sein, los quiénes
a que hablo, si soy relativamente a
no sé qué mansedumbre.
El rasero me trajo de narices.

Si el existir es habérselas no existo.
Si encarar es vivir yo estoy agonizando.
Si hacer frente es palpitar, yo estoy inerte
y me apago en el mundo tenebroso de los útiles.

¿Dónde estás entre el Delfín y el Cisne,
dónde te constelas que no te veo
ni en el Sur ni en el Norte?

Zorro viejo, padre del perro bravo,
autor capcioso de la fuga
y rival de las cárceles del mundo,
muéstrame los peces con el cofre de hueso
y sus agallas salvajes y el poderoso escudo?

Díme qué existe debajo del pantano
y cómo se aúlla de rencor
en los desfiladeros.

4-2-1976 /
Convocatoria al Estudio Municipal

Zorro viejo / 2

Ni la razón ni la intuición pueden captar abalmente el ser de lo que se encuentra: Martin Heidegger


Porque, en oscuros corrales de mentira
y, en guaridas del monte,
mi rival hizo ciudades
y perjuró: ¡a la zorra, candilazo!
yo persisto con mi cabeza ancha
y con mi hocico agudo.

Soy un perro salvaje,
aún dueño de mi olfato.

Los entes manifiestos vienen-ante mis ojos
y yo no los persigo; pero a las aves de corral,
con cluecas mañas de Bezug
e hipócritas ardides, referencialidades,
yo sí las cazo, voy por ellas, las espanto,
las muerdo y que se vayan, digo.

Su humo incomoda mis zorreras.
Habitan cerca de mí
y a su aroma nauseabundo
yo detesto.

Tengo las orejas empinadas: ¡soy todo oídos!
y desnudo me deslizo con sigiloso paso
y me sigue la cola más larga que mis patas.

Largo y abundante, mi pelo y con él,
nazareo, nazco, crezco, muero,
¡pero ya son muchos los zorros desollados!

¿Y qué será? que me duele por instinto.
¡Pues que no soy intuitivo, entre otras cosas!
¡Que con dolor y con angustia aprendo!

Y a la gruta del desfiladero llamo geografía
y serme-anticipado en mi avanzar, astucia,
mi gramática parda, lo aprendido...

Porque, en oscuros corrales de mentiras,
me exigieron que sea yo su buen vecino
y adormecieron la zorra del sí mismo,
mi soluto, yendo a desollarla
a mis espaldas, aprendí a desconfiar
de entes a la mano.

El arte circunspecto del rechazo, a ver
en torno al zabulón de los corrales
y andar por el Umwelt de su Matoco,
he aprendido.

El mundo circundante de estos invasores
del estero es mi peligro: falsos e inconstantes
son como el yagrumo.

Necios quieren mis zorrillos,
mansa, mi hembra, crédulas las niñas de mis ojos.
Van a zorrear mi madriguera con sus corrales,
van a canjear mi astucia por razones
y yo persisto con mi cabeza ancha
y con mi hocico agudo.

12-1-1976 / Blog Archive

Bendición de la zorreada

El lugar de la verdad no es el juicio: Martin Heidegger


Bendita sea la zorra-madre que me parió
y la cautela zorreada que me salva.
Del pantano nutricio me dio su lenguaje.
De sus pisadas de vulpeja, sus verdades
y pezuñas; arcilla de lícuos pezones,
fue mi sustento hasta que mordí
al crecer, pan de mi soluto.

A su gruta en el desfiladero,
su cueva entre malezas, llamé mi casa;
al olor de su pelambre, mi refugio.

Bendito sea el ser salvaje
que me da naturaleza.

Echado en ser mundano me porfío,
me descubro aún lamido por sus besos
y por su lenguaje doy mis alaridos vivamente.

La bicha que me lacta con rugidos me cuida.
Con zarpacillos sin dolama me reprende
según crezco.

Grande como el cosmos es la dependencia
nutricia y lo que la madre instruye
por su hallazgo: Dasein
es la posibilidad junto al peligro.

Esta verdad es cimera como cumbre.
Grande porque no cabe en el juicio
y porque la dice la zorra de mis días:
madre-vida-en su totalidad.

3-2-1976 / Blog

La echada

Lo que puede-ser lo estructuraré
con el proyecto, lo factible.
Lo que es será mi temple franco,
mi preguntar honesto. Lo iniciante.

Te ayudaré a ser libre. Por tí
entraré en lo abierto, por tí
seré adversario de todo lo cerrado.
Te sacaré del abismo, del arrojamiento.

Escarbaré hasta donde tengas tus pies enterrados.
Con gran cuidado lo haré, co-existiendo contigo
en el Bendito seas del ahí.
Un arma tengo, la hoz para escarbarte,
el ser-con-otros, Mitsein, la endopatía.

De Heideggerianas

El zorro, filósofo de la sospecha


... a lo largo del siglo XIX, son críticos del paradigma de la racionalidad, como crítica inmanente a la modernidad:
Adriana Arpini


No pegues más la boca a la pared,
háblale a ellos si apareció el aullido.
Díles que, con laringe, fabricas
el lenguaje articulado, sintetizas fonemas
y tu grito enriquece la razón,
imágenes reales de ese mundo
que aún nace de raíces de quebranto
cuando apenas se conoce el bosque
y las polvaredas y la niebla y el frío.

No dejes que te tapen la boca
con utensilios y fiabilidades destrozadas
por el atroz abusón de los caminos.

La tierra emerge, sospechador,
y como reino del Ser la has entendido.
Gritos de la memoria unes al esfuerzo
de los tuyos, te interconectan, te difunden
en la acumulativa senda del Estero,
donde están los zorrillos del ancestro,
primeros filósofos de ruda laringe,
pero en experiencia de producción
y amor colectivo, autoyuda, autogestión,
acción directa, protección: el Trabajo.

2.


¿Cuál es mi hogar, sino esta gramática parda
de laringe, esta necesidad que va más allá
de los caprichos, comprender mis zorreras,
el proceso de laborar y el fin concreto,
el trabajo consciente, el sutil ejercicio
de las garras, el accionar de cadera,
con hechizos naturales del lomo?

¿Cuál es mi hogar después que ví
lo que de la tierra emerge, tan sabroso,
y el refugio que te da, ella... que se cierra
esencialmente para decir, el fruto existe
y búscalo en lo abierto y cierra en tí la esencia,
circunda el sendero hacia el digno fruto,
el rito consagrante y pónlo en generoso, benévolo,
acto significativo, El Trabajo?

Más ser que todo lo aprensible
tiene el mundo, pero llámalo mundo
in situ, aquí y ahora, mundo-de-todos,
porque otros de tí querrán saberlo perceptible
y sonoro. Otros tendrán que aprender
lo memorante y respetar lo propuesto en tu Sospecha.

Esperan que lo digas, zorrillo sospechoso,
porque bueno está lo bueno y no se acerca nadie.
Auxilio solicitan, mas llaman a Cachano,
aquel que nunca viene por temor al Cagaletas supremo
con sus deidades que no consumen cal ni canto.

Logía, sacar al ente de lo oculto

Hay muchos fenómenos que, o no han sido todavía develados o se hallan en lo turbio. Fenómeno es, en este caso, lo que se-muestra-a sí-mismo; filosofía, por consiguiente, ontología fenomenológica universal que arranca de la hermenéutica de la Existencia: Martin Heidegger


Más que constante presencialidad es el hombre
y yo soy uno. Uno con las venas abiertas en el mundo.
Uno en la pregunta de si conozco ya lo conocido
o me queda un quehacer que no se agota.

Sin embargo, en la omniabarcadora unicidad
de la existencia, es que me pierdo. Sufro.
Es un olfato lo que me salva a veces;
es mi «logía», mi tesoro en lo oculto.

En la red de una ballena oscura, la historia
me tragó; sin elección estoy en el vientre del barro,
en la vagina del fáctico naufragio, en el mundo en sí
que me reprime, me esconde. Es el Verfallen.

¿Qué voy a hacer ahora si he caído?
¿Cómo diablos es que podré levantarme?
¡Ay, Jonás!, ¿qué tienes a la mano?
¿qué entes manejables por seres manejados?

Un ente que habla soy: Jonás que se anticipa
a verse oculto, Jonás, en la existencialidad y la caída.

2.


Ningún escondite queda que me satisfaga.
El pasado se diluyó en la arena. No puedo corregirlo
ni por las zorras que amo. El dolor hirió más que suficiente.
A la angustia de su causa, ¿quién la condena?

De aquí salgo, pues me queda el presente
y la muerte que se asoma a grandes pasos.
El naufragio es tedio; la presencia es logía
y proyecto; el cuidarse, torturante, es angustia.

Entonces, ¿qué es lo trascendente?
si no hay moral a priori, si no hay más que la muerte
y la promesa, el futuro, el aprendizaje militante
de sacar los muertos placeres de lo Oscuro,
¿has de ser mi dialéctica?

3.


Dialéctica, la necesidad me dio voz de consuelo,
hálito de espasmo, alta tensión de muta,
como jauría que se enfurece, rivalizando
ese infinito fantasmal venido a menos.

Me sospecho en das Momentum,
irrupción preciosa de la ira, apofánsis de ser
en alba imperiosa de reencuentro.

Seré en la realidad coherentemente.
Ser así, ser ahí: donde sólo es posible lo real,
personal, objetivo, objetivado.
Al fin, lo concreto es mío. Y domeña
el fruto de la tristeza-necesidad-deseo.

Soy, no porque soy cosificado, contenido,
junto a algo, soy en el sentido de los modos
en que todo se destruye, se amenaza, se encubre.
Soy, en cuanto dolor, mi ser finito, mi echada.

... Mas díme, para los días oscuros de mi fenomenología
antes de la dialéctica, cuando sea yo quien me enfrente
a la exclusión del sentimiento y de la fantasía,
a la intencionalidad trunca, a los encubrimientos,
¿qué haré con ente en cuanto está
con su ratio essendi, tan mordido,
e inertes mis instintos, por la razón cognoscente?

¿Qué haré cuando sea mera aparición y me aprese
el que sólo quiere al ente manipulado y oculto
más allá del ser-así real y mi síntesis de imagen,
más allá de los sujetos, más allá del proceso
del espíritu, vinculado al espacio, autoconstituído,
temporal, inespacial cuando conviene, kármico?

4.


Ser en el mundo es el horizonte a priori de todo conocer, incluída la autoconciencia: Martin Heidegger


Traer a la presencia aquello que no se redime
de sí en la experiencia de la pupila miserable,
aprender a mirar, sin la cáscara del párpado
y los ojos, ¿cómo es que duele así?

Nos duele tanto, como si el espacio se llenara
de mentiras, o los tiempos se anudaran
con los odios, con angustia, ¿cómo es
la existencia de este «quién», sin «qué» ejemplar
o abstracto fundamento... las cosas ya no
hablan de sustancia, las referencialidades
se fugan a la sorda, a penas recobradas
por el uso en la pesadilla pragmática
del mundo cotidiano...

Traer a la presencia desde un para qué
que esclaviza el ser que siento,
no es acto de conocimiento.

Es desafío, referencia al oficio, comprender
el poder y el ocuparse en lo que puedo ser
a cada instante, atenido al abrirse, al proyectarse
sin ayuda de ninguno, ninguno que me alcance, sí,
antes de mi deliberación o mi victoria reflexiva;
ay, posibilidad mía, oscura precomprensión,
incierta me apesadumbras, ¿cómo te abro
en la temática lógica cerrada, cómo me yergo
a verte y me atengo a lo que entregas?

3-11-1987

5.


En la época de masas, en la diáspora artificial
del hombre «fuera de sí», lamido y relamido
por lo abstracto, ¿qué puede ese Zorro
(sin poder universal e irrevocable),
qué puede si se come el cable de lo triste
y su nostalgia sensual no es suficiente?

Lo acosará la miseria concreta, la jaula,
la mentira, la tragedia de la sabiduría,
el dolor de Sófocles y Esquilo.
Están simplificándolo todo.
El slogan viene, afilosóficamente
y que sabrá él, el ser reducido
a cualidades esenciales y gastadas.

¿Qué puede el zorro heraclitiano
(con el dinamismo fluído de la vida)
si las alas del Bien se las han ido
destrozando más abajo y más arriba
del topós uranus? ¿Qué hará
ante los predicadores de la lexis?

Kant que mercadea absurdos metafísicos
de moral, discursos superficiales, para los mercaderes
de la fe, junto a otros con utensilios
de imperativos suprasentivos, ventajas
invocadas para el destino categórico?

13-3-1976 / Heideggerianas

Los sofistas





Para que no vaya ninguno tras la pista
del poetizar que filosofa y de su origen,
rastro por rastro, esencia por esencia,
se juntaron estos opinantes de la felicidad barata,
gazmoños de cinismo operativo y ética triunfante.

Fue una fiesta por Esparta. Un simposio de invasores.
Varieté de domingo hicieron del capricho,
chorizo con papas la satisfacción del gusto.
Cobranza taquillera. Cerraron puertas al final
y en el transcurso y ante el primer bostezo.

Gorgios de Sicilia ya lo dijo: No hay posibilidad
de conocer el mundo. Ni existencia de verdad objetiva.
La vida es un enigma. Un juego. Y una enema.

«¿Cómo empezaron?», preguntaron a Cratos.
¡Cínico, pata de perro, filósofa en su casa ya tiene!
el lenguaraz, viajante. En esquinas de la Nada,
adepto es de capillas polisémicas sin habla.
Es mudo, paseador de fonemas
entre pulgas de su perra vida
y el rabo de lo dicho. Es sordo.

¿Cómo se inició todo lo que ha sido definido
como traición a Mnemósyine, la memoria
y partera del lenguaje? ¿Dónde se fundó el mundo abierto
y por éste, asomante la aparición del Ser
en el Claror de la Ereignis?

Cerrar lo abierto, reorganizar el presente,
desacreditar el origen, desagradecer lo futuro.
Respondieron cuando Anaxágoras discursó
sobre el origen de semillas / homoeomorias
de todos los objetos y Empédoclos observó
las raíces, infinitamente divisibles de todo
lo que existe: Tierra, Aire, Agua y Fuego.

Otros hablaban desde fruiciones aberrantes
(¡ellos, tan cínicos, ellos... estolos
con mediaciones tramposas, eruditos a la violeta
con humor absurdo, sospechoso!)

«¡Que se callen los jonios y los naturalistas!»,
propusieron, que les corten las lenguas
a Tales de Mileto, a los que aprenden
en Focea y son oyentes en Efeso; callémolos.
Desterremos a Anaximando y Anaxímenes,
a Heráclito, Empédoclos, Demócrito...

Y en Elea, colonia griega en el Sur de Italia,
en favor de la estupidez más práctica,
se juntaron, moralistas apocalípticos casi todos,
predicadores de inmovilismo, creyentes
en el Uno perverso y el Diez de perfecciones.

Se juntaron los shamanes de la clase dominante,
con sirvientes empresariales
y maestros de lambisconería y oscurantismo,
genios del espectáculo, con desubicadas iságoges
de kitsch y panderetas, con hipermnesia violenta
de roedores, con la propuesta final de la fruición
y el fanatismo, fiesta de los símbolos fascistas.

«¿Cómo se inició todo? No entiendo»,
se preguntaban los atenienses,
uno que otro antiesclavista,
uno que otro ateo, herejético
por hablar del peligro
del Despliegue de la Esencia
y la apofántisis del Ser inagotable.

«¿Quiénes son estos enemigos
que, desde la pólis oligáquica
de Esparta, nos importan la maldición del fin,
el sinsentido,
la Anaisthesia?

Empobrecimiento de todas las pulsiones.
El fin de todo auxilio.
La pérdida del rastro de la esencia en la Poesía.

4-17-1982 / Enfoque Heideggeriano a la Historia Oral del Pepino

El invocador


El dolor es lo que invoca. En el son del silencio, en el desgarro de su simplicidad, el dolor es el silencio mismo: Martin Heidegger

Todo lo que aprendemos es recuerdo.
Aprendí tu memoria. Abrí tu poder sacro, creativo.
Te llamé entre mis ríos, lo extenso, poema lícuo.
padre de lo físico, vientre primario.

Dueles perpetrado como máscara,
carimbo marcado de pez ígneo
en rostro limpio y fugitivo.

En mi trinchera y altar cuando te invoco,
se funda tu época de olvido. En umbrales
de Tu luz, calla la sombra. Y dueles felizmente.
Mas Léthe regresa, en mostración de su esencia,
alcanza la presencialidad epocal que me habita.
Ella se perdura, se otorga y la admito.

Invoco la concernencia de su Ser, la instancia
con lo mío, en la verdad de su Cuaterna,
el juego libre y sencillo de su aparición,
misterio de su retraimiento.

2.


Mi zorro dijo que él sigue el olfato arcaico
oliendo el husmo de este mundo,
que el tiempo existe y es puro presente
(huele a sagrado, a primordial momento),
pero se esconde antes que lo revalorice en pleno.

Y la gran crisis del sujeto enuncia sus verdades
al lado mío; mas no son escenarios iguales. No asumo
ni adquiero lo que ellos; no son tiempos
de mi momento mítico: soy Zorro viejo.

Mi zorro oscila entre el amante pudoroso
y el odiador severo. Esta multiplicidad del mundo
(¡en qué jamón me he metido!) huele rancia
y demasiadas chorreras salen al jamón pudrido.

Son demasiados gusanos. El progreso es prurito.
Y las hienas otorgan sus lamidas. Carne será
que no quiero, hienas del Acontecer que maldigo.

3.


La hiena moderna no hace un ser creador,
no es un ser libre y hacedor como dijo. Sólo devora.
Mi zorro invoca por su parte.
Cada año admite la libertad de su comienzo.
La hiena sabe sólo comer de sus cadáveres.
Se sabe vulnerable ante el terror y el sufrimiento.
Se adelanta a comer primero.
Otros que mueran con hambre.

Pero mi zorro es orgulloso. Quiere la eternidad para vivir.
Quiere nueva existencia en primavera,
lo puro que se renueva
cuando ya todo es caída, sequía, dolor,
pánico en el acontecer, prohibición,
explotación y ultraje.

El invocador cayó en la Historia, pero no cree
en el Todo se vale de los relativismos absolutos
ni en el Ya no hay guía, porque depreca
ante estructuras vivientes, matemáticas,
espirales infinitas de los Tiempos Sagrados,
gestos paradigmáticos de geometría invisible,
puertas hacia la Luz.

No es el camino del Zorro eterno
el de la hiena caníbal que, en la piel del tiempo,
se conforma con carroña, con historia sin proyecto,
con vuelos nocturnos, brujerías que la engaña
con demonios de rondalla...

... cluecas mentiras... puros entes inventados,
rompepoyos del envilecimiento,
cofradías de haraganes, sin espíritu.

4.


... en el destino del Ser acontecerá lo súbito, lo decisivo, para que el hombre emprenda el camino de regreso al origen y cómo habitar de regreso al Ser, protegiendo lo Cuadrante en su esencia y morar en la esencia más íntima de su ser: Martin Heidegger


El invocador es tan sólo un adeudado.
Un visionario del peligro. Lo olfateará del todo
en lo dispuesto, se irá de las pocilgas de lo inocuo.

Le trajeron la Razón / la Libertad historicista
y no la ve cuajada con encanto, sino con agonía.
Con Razón fundamentadora, sastres de funcionalismo
más cochino, traicionero y decadente, han cosido
los vestidos a la coersión, el ultraje, la uniformidad
y el totalitarismo. ¡Ya ni compiten por ocultar
el suplantaje, el derroche, el cinismo logificante!

Hienas son con el rostro kantiano,
émulas hobbeanas: lobos somos todos
contra el hombre, técnicos del dominio
y dominio tecnificado del todo.

Y el adeudado, cada vez más cautivo
en el dominio de «a la zorra candilazo»,
irá por el sendero de regreso; van a llamarlo
nuevamente primitivo, bestia arcaica,
primate indeseable y tonto.
7-30-1982

Convocatoria al Decir Inicial

El poetizar es el Pre-Decir [die Vor-sage], el Decir inicial, que acontece en propiedad como el favor de aquello que no es hecho y que no puede ser calculado a partir de lo meramente presente y lo efectivo. El poetizar es el favor pre-diciente de la guardiana de lo sagrado... y por eso le pertenece lo despejador-proyectante de la fantasía: Martin Heidegger


Si la voz callara y se uniera a los rumores de esos Nadie,
el trayecto de esos mudos que se tienden
falsamente perceptibles
como anillos siderales y siluetas,
metáforas latentes, orbitantes,
iríamos al colapso, volátiles, suicidas
sin que quedara en nuestro paso
la primitiva prisa y hermosura.

El ser no sería dicho. No sería decible.
A la verdad no iríamos remitidos.
No seríamos acallados en la Vela ni la gracia inicial
de aquello que nos da las significaciones
y nos obsequia la comprensión integral
del Tiempo, el éxtasis, sus posibilidades.

En cambio, mi anhelo es la música escondida
que todavía no es canción en la boca del mundo,
pero que lo será porque somos shamanes
con fantasía y en las profundas playas
(donde aún no llegan los peces perdidos)
lanzamos la red de la convocatoria.

1-8-1991 / De Heideggerianas

Nota sobre Carlos López Dzur


Carlos López Dzur ha publicado, desde mediados de la 1970, en: «Ventana», «Palestra», «Marcha» (Río Piedras), «Creación» (Ponce), En Rojo (del semanario «Claridad), Puerto Rico; las revistas universitarias “El último Vuelo” (SDSU), “La Voz Fronteriza” (UC, La Jolla), “Melquíades” (UC, Irvine), “RELIM” (México), las revistas electrónicas “El Charkito” (Tijuana, B. C., México), “Letras Salvajes”, ed. por el Dr. Alberto Martínez Márquez, “Narrativa Puertorriqueña”, ed. del profesor Mario Cancel, “El perro andaluz”, “Adamar” (España), “Filigranas de perder” (España), “Letralia” (Venezuela), “Nueva Literatura”, “Mondo de Kronhela”, (Argentina) y otras.

Entre sus libros publicados están:
«Sarnas de la ira parda», cuentos (qeAser, ed. Joserramón Meléndes, 1980)
«La casa» (poesía,1988)
«El hombre extendido» (premiado por el «Chicano Literary Contest», de la Universidad de California, Irvine, 1986) / Ver
«Las máscaras del tabú», novela (Denver, 2001), 306 ps.
«Simposio de tlacuilos”, novela (ENE, Octubre 2000), 229 ps.
«Comevacas y tiznaos: Las Partidas Sediciosas en el Pepino de 1898», monografía (Outskirst Press, Colorado, 2005), 228 ps.
«El corazón del monstruo», cuentos (Outskirst Press, Colorado, 2006), 350 ps.

Ha sido incluído en la antología (Per)versiones desde el paraíso: Poesía puertorriqueña de entresiglos (ed. Aullido: Revista de Poesía (2005), ed. Umberto Stabile y Ana María Fuster Lavín y algunos de sus textos musicalizados por la compositora bielorusa Galina Gorelova, directora y fundadora de la Orquesta Sinfónica de Música Contemporánea de Moscú, para voces de barítonos y coros.

Entre sus libros inéditos, o parcialmente compartidos en la internet, están:
Lope de Aguirre y los paraísos soñados
Memorias de la contracultura
Heideggerianas
Las zonas del carácter
Tantralia
Teth, mi serpiente

El libro de la guerra
Epica de San Sebastián del Pepino
(poema)
http://carloslopezdzur.exactpages.com/texto1.html

Tijuana, dolor de parto
Trece monografías de historia pepiniana (ensayos)
Leyendas históricas y cuentos coloraos (cuentos)
Berkeley y yo (novela)
Las juderías (novela histórica)
Diario de Simón Güeldres (novela)
El libro de anarquistas (ensayos)

Como bloguero y cibernauta, educador, periodista e historiador, López colabora con portales de astrolabio.net., geocities.com y otros en distintos países: Efiro, SerPoeta, Opine, etc. y tiene sus propias páginas personales y blogs.


Blogspot / El Zorro / El pueblo en sombras /


Carlos López Dzur / Blogsite: Personajes Pueblerinos del Pepino

Hijos de mis cinco sentidos

A los míos, a los que llamo Mis Hijos,
Pueblo Amado, enanos de los Cinco Sentidos,
mi esencia doy, instruyo con la sorpresiva presencia
de mi hallazgo, con la irrupción acompañante
del Ser-mío; doy mi pan que es dulce muerte,
y la continuidad de otra vida, el Futuro.

¡Bendito sea el que quiere un porvenir
y lo jala por el calcañar y el que siendo güero
y velludo como una pellizca, se resurge, se plasma
con presencia sublime con dos querubines
en sus ojos y emocionada voz que dice:

«¡Aquí estoy, quiéreme como al primus inter pares!
Asómame pues a la vida que entre sombras estoy
y sediento por autenticidades. ¡Házme cantar
para los vivos porque en vano me cansé
por hacerlo a los muertos! Yo soy el ladrón
que más amo lo que tienes en lo oculto
y, más allá del tiempo de mis años,
me gustarás como mi cómplice
y acompañarte, Viajera Oscura».


Blog / Blogspot

Los folcloristas del crimen

Ustedes son peores.
Han cantado corridos para los criminales,
el narco, el vicioso, los exterminadores;
los idealizan puercamente
con su chueca lealtad de mercenarios.

Sustituyeron, perversos, el honesto
testimonio del que se dolió hasta la sangre
para danzar sus pies con furia de galaxia
por lo bueno y lo hermoso.

Pues bien, no andarán conmigo
ni brotarán canciones de sus labios.
No se llagarán en estigmas de amor
para que yo les cure, no compartirán
conmigo, misterio y llama.

Hagan sus corridos, tigres del Norte pudrido,
sur de mentacatos, homicidio y descarrío.
Prediquen sus razones oscuras, sean pavlovianos
con los monos y los perros de sus folclorismos.

Blog / Tantralia / Completo

Los criminales

Anduvieron de acá para allá cubiertos de pieles de ovejas y de cabras, pobres, angustiados, maltratados, de los cuales el mundo no era digno; errando por los desiertos, por los montes, por las cuevas y por las cavernas de la Tierra:
Hebreos 11:37-38

A otros en cambio les diré: Ustedes son peores.
Tienen el corazón vacío.
Vestidos están de crímenes hasta la médula;
pero se reúnen a invocar los nombres
que ellos conocieron, sin la culpa que a ustedes acusa.

Sin las lágrimas de puercos, brutos gadarenos,
tan hambrientos, pobres, maltratados, cubiertos
de pieles de ovejas y cabras, fugitivos de allá para acá,
sustituyen por sus caprichos a los autenticados
por su fe, su creatividad, su justicia.

¿Qué ofrenda van a dar, a dejar por testimonio?
Ustedes son peores; echaron a Agar al hambre,
al abandono; levantaron un puñal contra el niño risueño,
Isaac de la promesa; ¿para qué hablan entonces?
¿para qué su estado y su sacerdocio?
¿para que su democracia y su humanismo cívico?
¿para qué su chueca lealtad de mercenarios
en nombre del más útil, o el más apto?

Al que todo lo sufre, lo vive y lo declara,
al que se ha dolido hasta la sangre, han ido a buscarlo,
les dieron patadas, abrieron a espada sus vientres.

De Yo soy la Muerte / Blog

La laguna

En ningún cromosoma que tenga
su oscuro espejo en el mandala,
la vocación de voz para herir al olvido,
se alimenta una palabra señera, sólo en Mí,
la Energía, la Hoz de la Muerte,
la Guadaña de la Eterna Viajera.

Ella emite su Aliento cuando parece
que lo quita; ella rehace, con su amor,
la identidad sobreviviente.

Entonces el silencio del cadáver
se queda en su vacío, en la vibración inferior
del hoyo en luto y el féretro llorante.

Mas ninguno que observa entre los deudos
se transfiere al proceso, en este silencio
del que muere, no hay espuma onírica.

Ni polvo pisoteable, no aire mustio,
sólo la Luz del Túnel de aquel que ya
no puede escapar a Sí mismo,
a su Espíritu, a su ser verdadero,
aproximante, ya abierto.

2.


Laguna Estigia, río luctuoso,
realidad contínua del ego cesativo,
tránsfuga y sangrante, lágrima y risa
de Caronte, perla de oro de las Erinas
y las más putas putas del Ovario Bendito,
la nave tiene prisa. La barca
está abatida por las olas.

El agua empuja para no sentir
todo lo que se pudre en un pantano:
al planeta envilecido del primate.

Algo se tiene que morir, las almas desgarradas,
el yo cesativo que se pervive idiotamente
en la historia perpetrada de los mitos
sin hallar su justa interrelación, su calidad
de vida en el espaciotiempo vibratorio.

El alma envilecida, su cerebro que fue
alma irascible, piloto, el buen caballo,
ya no halla superficie de contacto,
porvenir inductivo, simetría de salvaciones,
las rutas del interior del Cielo.

Yo soy la muerte / Completo

Introducción a la Laguna

Hoy leí / me sumergí en el libro de las horas:
el hombre apresurado, la mujer infinita.
A los hijos de la Estigia, cuatro son
en la Tierra, los observé en las aguas.
Los extraje del naufragio
y los salvaguardé con angustia.

Los vestí con la sociología.
Quité harapos, sedimento malo.
Los alimenté con piel nueva, futuro.
Para el hambriento dí pan de optimismo.
Los alivié en los kimtu, en aldeas gentilicias,
en villas de refugio, aún consoladoras.

Naditu les habló misericordia:
«Hay luz moral», les dijo,
«el bien y el mal que luchan,
ldualidad de la luz y lo oscuro»,
en un punto singular. Será Cocito
en qué sé yo lugar del mundo,
su laguna de dialéctica fecunda.

Hay también cien años de lágrimas
y ríos y charcas y olvidos y naufragios
por donde se desplaza la flecha
del tiempo, el uno puntual que marcha
y organiza la recta, aunque concibe
a veces su mundo caprichoso,
retrógrado, in desperadum.

Fúnebre día es hoy
cuando sicológicamente
se les recuerda el hallarse
en lo olvidado, lo desfigurador,
el rumor y el colapso,
el Señor CadaQuien y el Don Nadie,
acaecerse sicológico
en lo ya conocido, Tánatos y Eros,
que si bien se han opuesto,
rescatados de Cocito, en tierra firme,
si algo lamentarán,
es lo que siempre después del Gran Amor
y del Milagro providente: haberse odiado.

2.


Hoy lo femenino muere con su divinidad extraña
y los varones mandan, esquilman el comando.
El matriarcado se convirtió en la Luna,
la locura, el caos, lo introspectivo.
El tiempo nació hoy.
Nació el tiempo
con número nupcial de desamparo.

El hueso frío es el agua de la Oceánide.
Niké llena de horas y sepulcros
es la victoria, conato de la muerte.
Cratos nació para matarla,
tarde o temprano será,
él no se esconde en piedades,
él es, por cotidiano, vil proceso,
un trámite, una letre de caché,
sello del rey, voz de instituciones.

3.


Los hijos de Estigia aparecieron.
Han llegado hasta aquí
comidos de niebla, hartos
de mar y quejidos, sedientos
de un sol que sea niño desnudo,
lozano, nutrido por la leche olvidada,
sonrisas de la boca de la Madre,
calor de sol gentil, humano.
Y la pefecta conformidad
de la obediencia iluminada,
la inocencia, que lo nutra
ad aeternum.

4.


Hoy es el día de la alternancia
para cuatro estaciones
del viaje de las almas.

Un día será la primavera
Y, por momento, vendrá
el verano seco, la sed,
ausencia de las aguas.

Un día será como el otoño
Y, más que con los ojos,
con qué sé yo del Ser,
se verá la tristeza.

Un día será el invierno
y sabemos que hay días
que claman por la calma,
porque hay días de lo-no-cualitativo.

Un día hay que parece un remolino,
Tifón, marejada, volcanes.
Días hay de piedras que achocan
tu cabeza, te engendran la molicie
cuando estás en el suelo.

5.


Cinco silencios que la bestia no goza,
sin embargo, los tiene el náufrago viviente,
y la Lamia monstruosa,
sensible empero, con su Materia Bruta,
cinco modos de decir, vida prestada,
existencia mía, vida breve,
respit de la Mort,
lamia de existencial obsesión y desconsuelo,
a cuyos hijos verá del todo heridos,
desangrados, en burla,
aún insepultos por el Meqaber.

Por lo que, entonces, les entrega
el llanto noche y día, tiembla
sin cesar un momento, y se gasta
su mirada, y se pone cetrina
y duele el amor, el sexo, el Bíos.

Una vez sea cumplida
a fuerza pertinente de lo ónticamente
necesario, la unidad fundamental
de estos cinco sentidos, a la viuda
del Ser, a la huérfana, a la madre
que perdió los hijos, miradas
de reposo daré, ojos para la madrugada:
un día será del Gran Sepulturero
y la némesis, la venganza y el dolor,
pero otro día, se te hallará en la alquimia.

Lamia, la verás, María parturienta,
de Belén, Naditu, vestal acadia,
verán la promesa cumplida
y, como templarios que custodian
el Secreto, inventarán las palabras
y las alegorías, dirán contra la Muerte
y por la muerte: Soy el Acaecer,
los puntos en el centro de las cosas,
un dolor en punto para el parto,
un parto a punto de nacer,
el punto encima de las íes,
un punto en punto caramelo…
más insondable que la muerte
es la esencia
y todas sus totalidades,
el desafío, el bíos,
la apofánsis,
el ala,
el fundamento
del fundamento.

6.


Un día seré el equilibrio
de los astros errantes
y la gravedad
y Newton
y una estrella de seis puntas
y un carajo.

Otro día seré las preguntas
de los hombres interiores
y el hombre completo
que se asomara al humanismo
y, por hacerlo, pagó el precio
que dan los traidores
y los homicidas.

7.


Siendo que llegó la tarea
de mi Séptimo Día, mi única misión
será avisarte que yo canto y alabo y digo
las Nenias del Juicio Final:
se acabó la Muerte,
la espantosa miseria,
se acabó la colonia de huesos
tirados a los buitres, se acabó
la dependencia del Mantengo
por hambre de ser y de espíritu.

El estado asociado en batalla
de desgracia fue vencido.
El miedo que nos puso
de rodillas a mamar
de la Maceta del Tirano
fue castrado;
al hombre entre dos tríadas
se lo ha nombrado
Príncipe del Sábado.

7-9-2002 / De Yo soy la muerte