Tuesday, March 11, 2008
Ixchel, diosa de la Luna
Diosa maya de la Tierra y la Luna, Patrona de las Embarazadas
Antes que conociera la Puerta del Sol
y a Siva, con su media-luna, ví el astro de la noche.
Venía como lechuza, llena de conceptos,
fría como el agua, invernal como el norte,
pasiva y receptiva, dependiente, vampírica.
Animal biológico es la mujer que pasa.
Devenir cíclico, mujer que crece, decrece, se va,
desaparece; yo fui su primer muerto.
En la casa del resplandor, Kinich Ahau,
ella fue el ojo malo, ojo malo de luna.
Al irse, ¿quién cree que lloraba sus partidas?
Yo, por Ixchel, la fea, cuyas serpientes
le sirven por diadema. Me hería la prisa
de su noche. La quise tercamente
como quieren los conejos y borrachos.
Un día que la retuve
me mordió un pedazo de alma,
de Rayi-Prakriti, de materia.
Me enamoré de ella. Y fue tan simple
lo que hice. Más súbitamente que violento,
me detuve en su sexo, despojé su hazaleja.
Comí del musgo púbico. Chupé en la charca
del jugo vaginario y canté 108 veces
el sonido-raiz de la vulva vibrátil: bhagabija.
De Tantralia
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