Una parte de la gota que cayó en la tierra,
cuando el sonido más fuerte y viril de Tu rayo
abrió los cielos de Shada, sorprendió el Verbo,
me negó el vacío, fue mi esperma,
retazo tuyo, ra(z)sa de Tus Delicias.
Pero no es con mis ojos que veré la gota
ni el nivel de Tus Agnas ni el esencial punto
de tu luminoso Lingam ni el Bindú sonoro
con que accesas mi vida y convocas
a devoción ardiente; no es tampoco
con mis dedos, y no importa con qué mudras,
que conoceré tus humedades o las mías.
Si digo que te he visto, seguro… te he desfigurado.
Si digo que te oigo, te escuché mal citado
de un texto sonoro, reinventado sin Tu OM.
Si digo que te huelo, cerca estaré
del excremento de los muladares.
Una parte de Tu Gota cayó en mí vientre
para que sepa que existes como el rincón
más oscuro de cualquier despertar.
Tú eres el comienzo cósmico del buddhi,
el reflejo del Manas, la función del pensar.
Tú eres quien me llamas Viviente, jiva-atman
y me extiendes, entretejes, aconsejas
pónte en guardia, reintegra tu consciencia
en Mí, la Fuente Original.
Una gota cayó, sonó con su gran ruido,
sobre mi endeble hoja, un loto en la charca
de lo vivo, me dijo: ¡Despierta, Jiva,
te doy d(h)iana; sál domdi, eh…saana!
De Tantralia
Tuesday, March 11, 2008
No es con mis ojos
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